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Fines del Derecho

Justicia
     El concepto más acertado de justicia es el dado por Ulpiano, quien definió la justicia como
la “constante y perpetua voluntad de dar a cada quien lo suyo” (Ius est constant et perpetua
volunta suum quique tribuere). Este concepto no se refiere exclusivamente a la atribución de
derechos a los individuos, sino que también puede referirse a la atribución de deberes.
     Para que exista justicia debe haber una relación con alteridad de personas, es decir, que
la relación exista entre dos personas, tomando en cuenta que todos los seres humanos
somos personas; en segundo lugar la existencia de un deber y un derecho, o sea, que haya
un derecho generado de la misma justicia, y el deber generado por este derecho; el tercer
requisito es la igualdad, o proporcionalidad entre el acto y su consecuencia y lo que se da y
lo que se recibe;  y por último la objetividad.

     Existen, además, partes o clases de justicia, dependiendo si la relación es entre el Estado
y particulares de manera que el Estado se beneficie; si es únicamente entre particulares; o si
es entre particulares y el Estado, con beneficio de los particulares. En la primera relación
podríamos estar hablando de justicia general, y en las otras dos de justicia particular:

a. Justicia general o legal: Es aquella que exige a los miembros de la comunidad adaptar su
conducta en favor del bien de la misma comunidad. 

b. Justicia particular conmutativa: Se mantiene entre particulares y trata básicamente en


contratos e intercambios de mercado. Un ejemplo de este tipo de justicia podría ser
intercambiar un bien por su valor real, es decir, recibir la cantidad de dinero equivalente al
valor del objeto, u recibir otro objeto de igual valor. 

c. Justicia particular distributiva: Regula la participación de la sociedad en el disfrute de los


bienes de la misma, y en la asignación de empleos cargos o beneficios, esto en proporción a
las necesidades, aptitudes y méritos de cada individuo. De igual forma, trata la distribución de
cargas tales comunes (tales como los impuestos), de acuerdos a las posibilidades de cada
uno. 

Bien Común

     En sentido vulgar bien común quiere decir bien de varios, y aunque se aplica
principalmente a nivel de nación y Estado, puede ser aplicada a la sociedad. Según Mouchet y
Zorraquin el bien común es el bien simultáneo de la sociedad y de los individuos que en ella
habitan. Un concepto más explicito nos los da Juan XXIII, quien definió el bien social como
el “conjunto de condiciones sociales que permitan a los ciudadanos el desarrollo expedito y
pleno de su propia perfección". 
Haciendo un análisis de ambos conceptos podemos decir que el bien común es el bienestar
de la sociedad y sus habitantes, de manera que estos puedan desarrollar libremente su propia
personalidad.

El bien común está caracterizado por ser universal, debido a que la misma sociedad se
presenta como un todo; y por ser proporcional, pues cada individuo lo posee en una escala
que varía dependiendo de la aptitud y responsabilidad de cada cual. Además, para que exista
el bien común debe haber:

a· Orden público externo: Implica paz y seguridad pública, así como respeto a las libertades
individuales, entre otros. 

b. Prosperidad material: Se refiere al progreso económico, el cuál se compone de elementos


materiales, la organización de la producción manera que responda a las necesidades reales
de la población, la justa distribución de las riquezas entre la población, y leyes fiscales
moderadas y efectivas.

c. Valores superiores de orden intelectual, es decir, una correcta instrucción a nivel cultural,
técnico y ético. 

d. Recto uso del bien común por los particulares, pues aunque se cumplan todos estos
requisitos si el individuo no trabaja por el bien de la comunidad no se puede llegar a una
perfección social.

Seguridad Jurídica
     Según Delios, la seguridad jurídica es “la garantía dada al individuo de que su persona, sus
bienes y derechos no serán objeto de ataques violentos, y si estos llegan a producirse la
sociedad les asegura protección y reparación.” Otro concepto define la seguridad jurídica
como la garantía de la aplicación objetiva de la ley, de tal manera que el individuo conozca
sus deberes y derechos, y sepa a qué atenerse en caso de un juicio.

    Según este principio el derecho debe tener una aplicación predecible, de manera que
cuando se viole la norma siga la sanción establecida por la ley, y la persona tenga una idea de
las consecuencias que le esperan.

     En sentido objetivo la seguridad jurídica ofrece leyes o garantías que ofrecen la protección
de la persona, y en sentido subjetivo garantiza a la persona que su situación no será alterada
por alguna acción, tal como la modificación de la norma.

     La existencia de la seguridad jurídica es a su vez determinada por:

1º La existencia de normas de derecho: Estás deben establecer u orden en las relaciones
humanas, y garantías para proteger a la persona, la propiedad y los derechos.

2º Duración de las leyes: Esto es que las leyes dentro un ordenamiento jurídico no sean
frecuentemente reformadas o derogadas.

3º Eficacia del derecho: Que las leyes existentes se cumplan objetivamente, sin juicios de
valor por parte del juez.

4º Justicia: Si un sistema no garantiza la justicia no puede garantizar la seguridad jurídica.


     De la seguridad jurídica derivan los principios de irretroactividad de la ley, la tipificación
como delito, las garantías constitucionales, la prescripción y la cosa juzgada (que impide
modificar la sentencia, una vez que esta ha sido firmemente dictada).

Equidad
     El término equidad posee múltiples acepciones. En un sentido jurídico se le puede
relacionar con el concepto de la justicia, definiéndola como cualidad de dar a cada quien lo
que se merece. En este mismo sentido también puede referirse a la imparcialidad en un trato
o reparto, o sea, utilizar la imparcialidad para reconocer el derecho de cada uno. Tienen su
origen en el derecho natural, y su función es complementar las leyes, sin contradecirlas de
manera que se garantice la seguridad jurídica.

     Una de las críticas históricas de este principio es que carecía de reglas fijas, ya que era
determinado básicamente por la conciencia del individuo. Sin embargo, hacia el siglo XVII
perdió mucha de su flexibilidad.

      La equidad está determinada por la igualdad de oportunidades, de derechos, de acceso a


la justicia y de poderes plenamente aceptados y socialmente ejercidos. Debemos hacer
especial señalamiento cuando hablamos de acceso a la justicia, pues es un mecanismo
necesario para que las libertades consagradas en la constitución sean efectivas para todos los
ciudadanos, siendo los sectores más discriminados los más necesitados de un mecanismo
para canalizar sus reclamos. Se trata de la búsqueda de justicia social, de manera de
asegurar a toda la población condiciones de vida y trabajo digno e igualitario, y que todos los
individuos de la sociedad tengan el mismo acceso a los bienes y servicios que le permitan
gozar de una adecuada calidad de vida. De este modo la equidad busca el modo de promover
el valor de la persona sin importar sus diferencias.

      En tiempos más recientes, el derecho ha evolucionado a favor de promover la equidad.


Esto se evidencia en el surgimiento y evolución del derecho laboral, y en las recientes
legislaciones que promueven los derechos de la mujer, y en las leyes contra la discriminación
racial. Para lograr esto se requiere una constante revisión de la legislación y los sucesos
sociales que puedan afectar a estos grupos (a veces minoritarios).

Situación de los fines de derecho en Venezuela


En nuestro país es observable a simple vista que el Derecho se aleja de estos fines que
anteriormente mencionamos. En primer lugar, no se puede hablar de que exista verdadera
justicia sin el reconocimiento de los derechos de toda persona. Desgraciadamente en
Venezuela se da el caso de la existencia de un partido único y, pudiera decirse, totalitario en
el poder, lo cual ha limitado los derechos de expresión en prensa, y la oportunidad de ocupar
cargos públicos para las personas que no sean allegadas al gobierno.

También la proporcionalidad entre el hecho y la pena se ha visto afectada. Como ejemplo


tenemos la ley de costos y precios justos, la cual establece en su artículo 51 que por el hecho
de vender productos con un precio mayor al establecido por el SUNDDE el comerciante puede
ser sancionado con prisión de hasta 10 años, multas de hasta 50.000 Unidades Tributarias y
ocupación del local por 18 meses (año y medio), sanciones que pueden considerarse
excesivas, mientras que en el Código Penal Venezolano (CPV) delitos como la violación se
castigan solo con un tiempo comprendido entre 10 años (con atenuantes) y 15 años (con
agravantes) de prisión.
Cabe destacar, además, que en Venezuela la pena más severa no es la prisión, sino el
presidio, pero con la última reforma del CPV el presidio no se aplica en casi ningún delito.
Como dato curioso: según el art. 405 del CPV en caso de homicidio (simple) la pena aplicable
es de 12 a 18 años de presidio, pero en el 406 ejusdem en ciertos casos de homicidio,
llamado calificado en nuestro país, (ejemplo; perpetrarlo contra el presidente de la república o
en la persona de un ascendiente o descendiente) las penas aplicables son de prisión.

A parte de todo esto en la actualidad queda siempre “el mar sabor de boca” debido a las 
evidentes injusticias cometidas en el juicio a Leopoldo López, y otros tantos casos de abuso
de poder y maltrato cometidos contra los presos políticos (destacando Daniel Ceballos,
Antonio Ledesma y Enzo Scarano).
     En segundo lugar, no podemos hablar de la existencia de bien común, debido a la carencia
de seguridad pública, evidenciado en el alto número de delitos que se cometen anualmente y
el alto índice de impunidad en nuestro país. Tampoco hay prosperidad material, debido al alto
índice de inflación y escases, agravado especialmente el último año, y la existencia de leyes
rígidas que controla la adquisición de divisas.

     De igual forma no es posible  hablar de que exista seguridad jurídica, pues aunque exista
en nuestro ordenamiento jurídico gran cantidad de leyes que tengan por objeto proteger a la
persona, sus bienes y sus derechos, estas no valen de nada si no se las respeta, y si no se
castiga la violación de las mismas.  En este mismo sentido nuestra legislación es muy
abundante y las leyes son cambiadas con cierta frecuencia,  lo que dificulta el conocimiento y
aplicación de la norma.

     Finalmente, debemos hablar también de la falta de equidad. Como ya hemos señalado, la
equidad está determinada, entre otras cosas, por la igualdad de oportunidades y el acceso a
la justicia. En ambos casos la equidad es inexistente debido a que se tiende a favorecer al
conocido o al perteneciente a un partido político. En este mismo sentido, tampoco se respeta
la imparcialidad del juicio, pues ocurre lo mismo que en el caso anterior, además de la
corrupción que causa que los jueces favorezcan al que paga una determinada cantidad de
dinero, esto sin mencionar los casos de los presos políticos antes señalados.

En nuestra misma legislación podemos encontrar casos de falta de equidad como es el caso
de la tan debatida Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de
Violencia, puesta legislación le da una protección adicional, y si se quiere preferente a un
determinado grupo de la población.

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