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Ideales
Ideales
Daremos apertura a estos cuestionamientos mediante “La muerte de Iván Ilich", dado que
es el personaje más cercano a nuestra “vida real”, puesto que se nos presenta como alguien
agradable, listo y regido al deber, cual gran parte de su vida siempre fue en búsqueda del
éxito, produciendo así que fuera ascendiendo socialmente hacia grandes fortunas, siendo
parte de círculos virtuosos y con ello poderse hacer una mayor fama como de
reconocimiento, consiguiendo así lograr sus objetivos cuales no eran más que aparentar
ante la sociedad.
Esto que acabamos de plantear es algo que realmente no nacía de Iván Ilich, ya que solo lo
hacía para llenar sus vacíos de poder y gloria que le había implantado la sociedad que era lo
correcto y lo que todo ser humano debía aspirar a alcanzar, por lo que nunca fue
genuinamente él mismo, sino un simple reflejo más de la sociedad del cuál solo llega a
darse cuenta en momentos de agonía.
“¿Será que no viví cómo debía?, surgió de repente en su cabeza. ¿Pero cómo no va a ser
así, cuando hice todo lo que debía?” (La muerte de Iván Ilich 87-)
Es a partir de lo mencionado que se evidencia que su vida de “éxito” pronto se torna hacia
un sentimiento de frustración, pérdida de ilusiones, desamor familiar e impotencia final,
dado que parece no importarle a nadie su lucha y sufrimiento, puesto que en “vida” si bien
fue un monstruo en su trabajo —entiéndase por habilidad extraordinaria— siempre fue
ajeno a su familia y nunca hizo nada bueno por los que le rodeaban, o sencillamente algo
que él realmente haya querido por iniciativa propia.
Por otro lado, tenemos ahora a un Frankenstein extremista, dado que desde muy pequeño él
se había obsesionado hacia los misterios del mundo natural, y que habiendo entrado a la
universidad, aumentó tanto su fascinación por la creación de la vida artificial que dejó atrás
toda su vida —irónicamente— social y familiar con el único objetivo de ir más allá hacia el
profundo secreto que se escondía detrás de este enigma.
Es por tal motivo que se lo categorizaría como extremista, puesto que tenía claro cuáles
eran sus metas, dándole por igual si era lo correcto o no para la sociedad, cuyo ejemplo
más claro de esto sería el juntar partes de diferentes cadáveres para el fin de su creación, lo
cual ya de por sí podría categorizarse como un delito.
Por tanto, momentáneamente quedaría confirmado que a pesar cumplir nuestros ideales,
esto no será siempre algo bueno, dado que a veces debemos detenernos un poco y
preguntarnos también por lo que nos rodea, o al menos analizar las consecuencias que
puedan conllevar tales accionares propios hacia nuestros cercanos, porque caso contrario
terminaremos lamentándonos y viviendo una interminable tragedia.
“En un acceso de locura entusiasta creé una criatura racional y debía asegurarle, en la
medida que me fuera posible, toda la felicidad y bienestar. Era mi deber, pero había uno
superior. Mi deber para con mis semejantes exigían más atención porque incluían una
mayor proporción de felicidad o desdicha” (Frankenstein 216)
Por último, pero no menos importante, tenemos a nuestro gran caballero “Don Quijote”, el
cuál podríamos decir sin debate alguno que es el más extremista de todos, dado que a partir
de unas pequeñas lecturas de caballería, fue tanto el asombro y fascinación que le provocó,
que terminaría por enloquecer literalmente, llegándose a imaginar escenarios irreales con
tal de vivir en ese mundo que siempre habría querido.
Ahora, si bien “Don Quijote” fue extremista, esto no era necesariamente algo malo —al
menos en comparación de los anteriormente mencionados—, dado que para él la sociedad y
la justicia era algo que debían ir de la mano, por lo que gran parte de sus accionares se
vieron influenciado por lo que la sociedad esperaría de un buen caballero andante, ya sea
salvar a las doncellas en peligro, luchar contra ladrones y maltratadores de esclavos, y sobre
todo crearse una fama con la cuál poder presumir hacia su queridísima Dulcinea.
“Dime, Sancho amigo: ¿qué es lo que dicen de mí por ese lugar? (...) ¿Qué dicen de mi
valentía, qué de mis hazañas y qué de mi cortesía?” (Don Quijote de la Mancha 624)
Por otro lado, cabe recalcar que a pesar de que se guio por lo que se esperaría de un buen
caballero en lo que respecta a una sociedad medieval, él siempre fue fiel a él mismo, debido
que nunca se dejó influenciar por los comentarios negativos que le podían lanzar en el
camino, lo cuál de hecho lo tomaría como motivo de coraje y mayor inspiración para
cumplir con sus misiones de caballería.
Finalmente, tendríamos a Iván Ilich, el cuál como bien se mencionó se podría categorizar
como aquel que tiene mayor semejanza a nosotros, y esto debido a que se refleja en él una
clara imagen de nosotros en la sociedad, en la cual nos andamos paseando en búsqueda de
gloria, riqueza, reconocimiento, pensando que con esto seremos más felices, dado que
como seres humanos siempre andamos en búsqueda de algo que nos llene nuestro vacío
existencial, y que si no logramos darnos cuenta de qué es ese verdadero “sentido de la
vida”, terminamos por ser títeres de ambiciones ajenas a lo que nos dice nuestro corazón,
alejando así a aquellos que en algún momento nos apoyaron, pero que se vieron espantados
por nuestro monstruoso cambio.
En conclusión, es muy importante tener ambiciones como seres humanos, dado que sin un
verdadero propósito seremos infelices. También, es importante detenernos un momento a
pensar en las consecuencias que esto puede provocar, y no solo hacia a nosotros, sino a
todos aquellos que nos rodean, y que nos han acompañado en nuestro camino. De la misma
manera, aunque pueda sonar típico debemos seguir nuestro corazón, dado que es la única
manera de encontrar nuestra verdadera pasión, y que guiada por la razón, evitaríamos
arrepentirnos en nuestro lecho muerte de lo que hicimos en vida.
Referencias:
Shelley, Mary. Frankenstein. Traducción: Luna Forum. Mestas Ediciones, 2019. Colección
Core Curriculum: Literatura y Humanidades, UAI
Tolstoi, León. La muerte de Iván Ilich. Traducción: Carlos Henrickson. Ed. Porrúa, 2019.
Colección Core Curriculum: Literatura y Humanidades, UAI
Cervantes, Miguel de. Don Quijote de la Mancha. Penguin Clásicos, 2019. Colección Core
Curriculum: Literatura y Humanidades, UAI.