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EPISTEMOLOGÍA GENERAL U3

INDICE - UNIDAD 3: LA LÓGICA


Contenidistas: Prof. Pedro Martínez Romagosa
Lic. Claudio Javier Cormick
Licenciaturas para Profesores
EPISTEMOLOGÍA GENERAL U3
1. DEFINICIONES PRELIMINARES ........................................................................................... 4
1.1. ¿Qué es la lógica? ............................................................................................................... 4
1.2. Razonamientos y proposiciones....................................................................................... 4
1.3. El enfoque deductivo: razonamientos válidos e inválidos .......................................... 4
1.4. Proposiciones y oraciones................................................................................................. 5
2. VERDAD Y VALIDEZ .............................................................................................................. 11
3. IDENTIFICANDO FORMAS LÓGICAS A TRAVÉS DE CONECTIVAS VERITATIVO-
FUNCIONALES ............................................................................................................................... 12

4. MÉTODOS PARA DETERMINAR VALIDEZ O INVALIDEZ DE FORMAS DE


RAZONAMIENTO........................................................................................................................... 18

5. SÍNTESIS DE LA UNIDAD ........................................................................................................... 23


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EPISTEMOLOGÍA GENERAL U3
MAPA DE LA UNIDAD 3: LA LÓGICA

Objetivos Que usted pueda:


• Conocer algunos elementos de lógica deductiva para su posterior
aplicación a las teorías científicas.
• Identificar la forma lógica de enunciados y razonamientos a partir del
reconocimiento de conectivas veritativo-funcionales.
• Comprender el significado de estas conectivas a partir de sus respectivas tablas de
verdad.
• Entender el modo en que, en un razonamiento deductivamente válido, la
conclusión está implícita en el significado de las premisas.
• Probar la validez o invalidez de un razonamiento a través del método de las
tablas de verdad.

Contenidos Para esto, le brindaremos un amplio panorama acerca de:


1. La naturaleza de la lógica.
2. La noción de forma lógica.
3. Las conectivas veritativo-funcionales.
Palabras clave 4. La prueba de validez.

lógica - razonamiento - proposición - deducción - validez - conectivas


veritativo-funcionales
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EPISTEMOLOGÍA GENERAL U3

1. DEFINICIONES PRELIMINARES

Abordemos el logro de los objetivos de esta unidad:

1. Conocer algunos elementos de la lógica deductiva para su posterior aplicación a las


teorías científicas.
2. Reconocer los aspectos formales de la lógica deductiva.

Si le preguntamos a un amigo vegetariano por qué cree que no deberíamos consumir


alimentos derivados de animales su respuesta podría incluir un razonamiento como el
siguiente:
“Si afirmamos que la crueldad hacia los perros es inaceptable porque ellos sienten
dolor y tienen emociones, entonces debemos aceptar que la crueldad hacia cerdos,
vacas, gallinas, y otros animales de corral, también es inaceptable.”
El razonamiento por analogía de Juan tiene el propósito de defender que la crueldad
hacia animales de corrales es inaceptable -la conclusión del razonamiento-. Y lo hace
sobre la base de que aceptamos otros enunciados -las premisas del razonamiento-: que
los perros tienen emociones y sienten dolor, que la crueldad hacia los perros nos resulta
inaceptable y que los animales de corral también tienen emociones y sienten dolor.
En general, un razonamiento es un conjunto de enunciados dentro de los cuales uno
de ellos -la conclusión- se infiere de los demás enunciados -premisas-. Se ofrecen
razonamientos con el propósito de defender un enunciado -la conclusión- sobre la
base de otros enunciados que son aceptados por el hablante y pretendidamente por
los oyentes -premisas-.

1.1. ¿Qué es la lógica?


La lógica es el estudio de métodos y principios usados para distinguir el buen
(correcto) razonamiento del malo (incorrecto).
En esta unidad estudiaremos un enfoque especial sobre los razonamientos (el enfoque
deductivo) y algunos métodos para determinar si se trata de razonamientos
(deductivamente) correctos o incorrectos.

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1.2. Razonamientos y proposiciones


Ahora bien, ¿qué es un razonamiento? Desde el punto de vista de la lógica, lo que nos
interesa es estudiar, no una cierta actividad mental -que es lo que podemos entender
a veces por “razonar”- sino una cierta estructura lingüística; más específicamente, una
sucesión de proposiciones o enunciados (tomaremos estos términos como sinónimos)
organizada de tal modo que una o varias proposiciones, que llamaremos premisas,
brinde razones o fundamentos para creer en la verdad de otra proposición, que
llamaremos conclusión. Todo razonamiento tiene, entonces, una o varias premisas, y
una conclusión. Veremos algunos ejemplos de razonamientos inmediatamente, que
nos permitirán al mismo tiempo comenzar a clasificarlos.

1.3. El enfoque deductivo: razonamientos válidos e inválidos

Para analizar los razonamientos podemos adoptar dos enfoques: el de la lógica


deductiva, que se interesa por determinar si las premisas de un razonamiento
prueban o no con absoluta certeza la conclusión (si lo hacen, el razonamiento será
válido y si no lo hacen, será inválido) y el de la lógica inductiva, en la cual la relación
entre premisas y conclusión es analizada en términos de grados de apoyo que las
premisas le brindan a la conclusión, y ya no en los términos “absolutos” en los que
evalúa la lógica deductiva un razonamiento. Para el enfoque deductivo, o bien las
premisas de un razonamiento implican su conclusión (razonamiento válido) o bien no
la implican (razonamiento inválido), y estas son todas las opciones a considerar. Si de
hecho la implican, entonces ninguna proposición adicional que podamos añadir al
conjunto de premisas cambiará esta condición; las premisas implicarán la conclusión y
nada hará que la impliquen “más” o “menos” (esto es lo que se llama “monotonía” de
los razonamientos deductivamente válidos). En un enfoque inductivo, por el contrario,
podemos analizar cómo, dado un razonamiento, ciertas premisas adicionales
fortalecerían o debilitarían nuestras razones para aceptar la conclusión. Dado que en
este curso lo que nos interesa es el análisis epistemológico del conocimiento
científico, para el cual típicamente se han utilizado las herramientas de la lógica
deductiva, nos atendremos a este enfoque.
Los razonamientos deductivamente válidos, como todos los razonamientos son
conjuntos de enunciados con una estructura premisas-conclusión, pero con una
particularidad: la estructura lógica de los razonamientos deductivos es tal que las
premisas implican lógicamente a la conclusión. Esto quiere decir que cuando las
premisas son verdaderas la conclusión también debe serlo por necesidad lógica. Esto
no sucede con los razonamientos inválidos. Consideremos un par de ejemplos:
1. Todos los comunistas se oponen al capitalismo.
2. Juan se opone al capitalismo.
Por lo tanto,
3. Juan es comunista.

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EPISTEMOLOGÍA GENERAL U3

1. Todos los comunistas se oponen al capitalismo.


2'. Tomás es comunista.
Por lo tanto,
3'. Tomás se opone al capitalismo.
Observemos en el primer ejemplo que aceptar la verdad de las premisas 1 y 2 no obliga
a aceptar necesariamente la verdad de la conclusión (3). Es posible que 1 sea
verdadero, Juan se oponga al capitalismo (2) , pero no sea comunista (que 3 sea falso) -
Juan bien puede oponerse al capitalismo pero adoptar una posición política que no sea
el comunismo-. En cambio en el segundo razonamiento, es imposible que si 1 y 2' son
verdaderos, 3' sea falso; en otras palabras, sería contradictorio aceptar 1 y 2’ pero
rechazar 3’, puesto que el significado de 3’ está contenido en las premisas 1 y 2’. La
verdad de 1 y de 2' implica lógicamente la verdad de 3'. En esto consiste que un
razonamiento sea deductivamente válido. Y, como ya mencionamos, esta propiedad se
da de manera absoluta, no admite grados. Cualquier premisa adicional (que los ensayos
comunistas fracasaron, que Tomás tiene posiciones políticas radicalizadas, que Tomás
es una buena persona, lo que fuere) va a ser, desde este punto de vista, irrelevante para
la relación lógica: la conclusión ya está probada por las premisas y no va a estar
implicada por ellas en mayor o en menor grado.

1.4. Proposiciones y oraciones


Ahora bien, ¿por qué para referirnos a estas estructuras lingüísticas que son los
razonamientos hablamos de “proposiciones” o “enunciados” en vez de decir
simplemente que se componen de oraciones?
La respuesta es que queremos precisar que una proposición es el significado de una
oración, que es lo que resulta relevante para los razonamientos en que ella puede
aparecer, y en este sentido hay diferencias entre oraciones que no implican diferencias
entre proposiciones. Un ejemplo famoso es el de las siguientes dos oraciones:
Los griegos derrotaron a los persas en Palatea.
Los persas fueron derrotados por los griegos en Palatea.
¿Se trata aquí de dos oraciones distintas, o hemos escrito dos veces la misma?
Claramente, son distintas, porque “oración” es un concepto gramatical, y desde un
punto de vista gramatical nos interesa señalar, por ejemplo, que la primera oración
tiene un verbo en voz activa y un complemento de objeto, mientras que la segunda
oración tiene un verbo en voz pasiva y un complemento agente. Esta diferencia es
irrelevante desde el punto de vista de la proposición: ambas oraciones expresan la
misma proposición. Del mismo modo, una misma proposición puede ser expresada en
oraciones en diferentes idiomas; las diferencias gramaticales propias del inglés o el
castellano, por ejemplo, no afectarán la mismidad de la proposición.

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2. VERDAD Y VALIDEZ

La verdad y la falsedad son propiedades que se atribuyen a enunciados o


proposiciones. En cambio, la validez o invalidez se atribuye a la estructura lógica de
los razonamientos (desde un enfoque deductivo). Debemos distinguir los dos
conceptos y mantener separados ambos niveles de análisis. Pues existe una relación
entre la verdad de los enunciados y la validez en los razonamientos deductivos, pero
esa relación es condicional: si las premisas del razonamiento son consideradas
verdaderas, y se trata de un razonamiento cuya estructura es válida, entonces la
conclusión debe necesariamente ser considerada verdadera.
Veamos ahora otro ejemplo para comprender mejor por qué la validez se atribuye a la
estructura de los razonamientos:
1. Si Dios ha muerto, entonces todo está permitido.
2. Dios ha muerto.
Por lo tanto,
3. Todo está permitido.
Si con Dostoievsky aceptamos 1 y junto a Nietzsche creemos que 2, entonces debemos
aceptar necesariamente la verdad de 3. Las premisas (1 y 2) pueden ser consideradas
verdaderas o falsas. Pero en el caso en que las consideremos verdaderas,
necesariamente debemos considerar que lo es también la conclusión (3). Y ello no por
el contenido informativo de los enunciados sino en virtud de la estructura del
razonamiento.
El razonamiento en 3 tiene la siguiente estructura:
1. Si p, entonces q.
2. p.
Por lo tanto,
3. q.
Sean cuales fuere los significados de los enunciados p y q, en el caso en que las
premisas sean verdaderas, la conclusión debe serlo necesariamente, en virtud de la
estructura o forma lógica del razonamiento.

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3. IDENTIFICANDO FORMAS LÓGICAS A TRAVÉS DE CONECTIVAS


VERITATIVO-FUNCIONALES
Ahora bien, hasta aquí hemos hecho uso de la noción de “estructura” o “forma lógica”
de un razonamiento, y nos hemos servido de ella para hablar de validez, pero
¿cómo podemos identificar una forma lógica? ¿Cómo justificar que, como acabamos
de ver, hayamos reemplazado parte del último razonamiento con símbolos como “p” o
“q” y otra parte con la expresión “Si… entonces…”?
Lo que nos ha permitido identificar esta forma particular en el razonamiento es la
circunstancia de que “Si… entonces…” es una de las varias conectivas veritativo-
funcionales que podemos abstraer de los enunciados del lenguaje natural. ¿Qué
quiere decir que “Si… entonces…” sea una conectiva de este tipo? Quiere decir que es
el tipo de conectiva cuyo significado se limita a establecer las condiciones de verdad
de un enunciado en que ella es utilizada. Veamos esto ante todo con una conectiva
mucho más simple, la conectiva “y” de nuestro lenguaje cotidiano, que en lógica
simbólica representamos como · o como ^. Pensemos un ejemplo sencillo como el
siguiente:
Hoy llueve y hace frío
¿En qué condiciones podemos aceptar como verdadero este enunciado, regido por la
conectiva “y”?
Cuando analizamos este enunciado desde el punto de vista de la lógica, intentamos
traducir el uso de esta conectiva en el lenguaje ordinario en los siguientes términos:
“Hoy llueve y hace frío” será verdadero si y solo si “Hoy llueve” es verdadero y además
“Hoy hace frío” es verdadero. Como hablantes del idioma castellano, no aceptaríamos
que “Hoy llueve y hace frío” sea verdadero en otras condiciones: por ejemplo, si
reconocemos como verdadero “Hoy llueve” pero consideramos falso “Hoy hace frío”
(por ejemplo, si llueve y la temperatura es de 20 grados) no estaríamos dispuestos a
reconocer como verdadero el enunciado “Hoy llueve y hace frío”. Es verdadera una
sola de las dos “partes” de este enunciado, de modo que el enunciado como tal (la
“conjunción”, que es como llamamos a los enunciados que tienen como conectiva
principal una “y”) será falso.
Ahora bien, ¿siempre necesitamos que ambas “partes” sean verdaderas para que el
enunciado que forman también lo sean?
Seguramente no, como podemos ver en el siguiente ejemplo. Supongamos que le
prometemos a un niño de nuestra familia lo siguiente:
Este fin de semana te llevo al cine o al teatro
¿Diremos, aquí también, que el enunciado solo es verdadero si los dos enunciados que
lo componen, “Este fin de semana te llevo al cine” y “Este fin de semana te llevo al
teatro”, son ambos verdaderos?
Seguramente no: la diferencia entre “y” y “o” es que un enunciado cuya conectiva
principal sea “o” puede ser verdadero incluso si uno solo de los enunciados que ella

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EPISTEMOLOGÍA GENERAL U3
pone en relación es verdadero. Siguiendo este ejemplo, uno de los significados que
podemos darle es que habremos cumplido la promesa con nuestro hijo o sobrino si lo
llevamos al cine (aunque no lo llevemos al teatro), si lo llevamos al teatro (aunque no
lo llevemos al cine) o también si lo llevamos al cine y también al teatro (puesto que
una interpretación posible, la que hace de esta una disyunción inclusiva, es que nos
comprometimos a hacer al menos una de las dos cosas, pero no excluimos la
posibilidad de que se den ambas). Pero en este caso hay tres posibilidades que hacen
verdadero al enunciado, y no solo una como en el caso de la conectiva “y”. Así
entonces, podemos pasar en limpio cómo funcionan en nuestro lenguaje estas
primeras dos conectivas veritativo-funcionales; como ya adelantamos, este
funcionamiento se limita a cómo ellas determinan las condiciones de verdad de los
enunciados en los que ellas aparecen. Vamos a hacer esto por medio de lo que
llamamos “tablas de verdad”, que son cuadros de doble entrada por medio de los
cuales podemos determinar cuál es el valor de verdad (“verdadero” o “falso”) de un
enunciado complejo a partir de los posibles valores de verdad de los enunciados que
lo componen. Veamos el caso de la conjunción, es decir, de la utilización de “y”:

p (Llueve) q (Hace frío) p y q (Llueve y hace


frío)
Valuación 1 Verdadero Verdadero Verdadero
Valuación 2 Falso Verdadero Falso
Valuación 3 Verdadero Falso Falso
Valuación 4 Falso Falso Falso

¿Qué quiere decir esto? Lo hemos visto ya intuitivamente: el enunciado “Llueve y hace
frío” va a ser verdadero solo en el caso (valuación 1) en que tanto “Llueve” como
“Hace frío” resultan verdaderos. En los otros tres casos (esto es, cuando el primer
enunciado es falso y el segundo verdadero, cuando el primero es verdadero pero el
segundo es falso, o cuando ambos son falsos) “Llueve y hace frío” va a resultar falso.
Pero no tenemos lo mismo con el caso de la disyunción inclusiva, es decir, el caso de
los enunciados con “o”, interpretados de modo tal que son verdaderos cuando al
menos uno de los dos enunciados que lo forman es verdadero también. Pasemos
nuestro ejemplo a la forma de una tabla:

p (Fuimos al cine) q (Fuimos al teatro) p o q (Fuimos al


cine o al teatro)
Valuación 1 Verdadero Verdadero Verdadero
Valuación 2 Falso Verdadero Verdadero
Valuación 3 Verdadero Falso Verdadero
Valuación 4 Falso Falso Falso

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EPISTEMOLOGÍA GENERAL U3

Como notamos, aquí el enunciado disyuntivo es verdadero en los primeros tres casos,
es decir, en las valuaciones 1, 2 y 3.
Ahora bien, ¿no usamos también la disyunción en un sentido “exclusivo”, es decir, de
un modo tal que queremos decir que se será verdadero uno de los dos enunciados
que ponemos en relación con la “o”, pero no ambos a la vez?
Pensemos un caso como “Todas las hamburguesas estarán acompañadas de una
guarnición de papas fritas o ensalada”. Es posible que si soy el encargado de un
restaurante dándole indicaciones a los otros empleados, quiera indicar con este
enunciado que los clientes tendrán derecho o bien a una guarnición de papas fritas o
bien a una guarnición de ensalada, pero no a ambas; si los otros empleados sirven
papas fritas y ensalada, consideraré que no están cumpliendo mis indicaciones.
Entonces, la valuación 1 de nuestra tabla de verdad será diferente: dado el sentido
exclusivo que quiero darle a la “o”, el enunciado “Todas las hamburguesas estarán
acompañadas de una guarnición de papas fritas o ensalada” será verdadero en el caso
en que se sea verdadero “La hamburguesa está acompañada de papas fritas” y sea
falso “La hamburguesa está acompañada de ensalada” y en el caso en que el primero
de estos enunciados sea falso y el segundo de ellos sea verdadero. Pero, siendo
exclusiva, la disyunción ya no será verdadera si los dos enunciados son verdaderos.
Traducido a una tabla, tendríamos lo siguiente:

p (La hamburguesa q (La hamburguesa p o q (La


está acompañada está acompañada hamburguesa está
de papas fritas) de ensalada) acompañada de
papas fritas o
ensalada)
Valuación 1 Verdadero Verdadero Falso
Valuación 2 Falso Verdadero Verdadero
Valuación 3 Verdadero Falso Verdadero
Valuación 4 Falso Falso Falso

Ahora bien, hasta aquí hemos visto varias conectivas veritativo-funcionales que ponen
en relación dos enunciados para formar uno mayor. Por eso las llamamos “diádicas”,
que viene de la misma raíz que “dos”.
Pero, ¿son diádicas todas las conectivas veritativo-funcionales? Pues no: tenemos una
más simple, que funciona sobre la base de un solo enunciado: es, justamente, la
conectiva “no”, que representamos en lógica simbólica como ~ o como ¬. Pensemos
una vez más en cómo usamos, en el lenguaje cotidiano, las conectivas, en este caso la
negación de proposiciones. ¿Qué quiero decir cuando digo “Un aborto no es un
homicidio”? Quiero decir que es falso que un aborto sea un homicidio, o sea, que es
falso el enunciado “Un aborto es un homicidio”. Si, por el contrario, considero

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EPISTEMOLOGÍA GENERAL U3
verdadero el enunciado “Un aborto es un homicidio”, entonces consideraré falsa su
negación. De lo cual resulta la siguiente tabla de verdad:

p (Un aborto es un no p (Un aborto no


homicidio) es un homicidio)
Valuación 1 Verdadero Falso
Valuación 2 Falso Verdadero

En otras palabras: cuando consideramos que una determinada proposición (p) es


verdadera, consideramos en consecuencia que su negación (no p) es falsa; a la inversa,
si consideramos que la proposición es falsa, consideramos que su negación es
verdadera.
Hasta aquí hemos visto los casos de cuatro conectivas veritativo-funcionales
(conjunción, disyunción inclusiva, disyunción exclusiva, negación) en los que resulta
fácil determinar, sin alejarnos del uso que hacemos en el lenguaje cotidiano, cuál es el
valor de verdad del enunciado que formamos cuando hacemos uso de la conjunción
en cuestión. Esto es importante porque queremos que la lógica simbólica nos sirva
como herramienta para analizar los usos reales del lenguaje (por ejemplo, queremos
que nos sirva para entender por qué, si mi sobrina entiende igual que yo el sentido de
“Te voy a llevar al cine o al teatro”, ella podrá reprocharme, en caso de que no la haya
llevado al cine ni al teatro, que mi promesa no resultó verdadera. Lo único que hemos
hecho por medio de la tabla de verdad es señalar que, si no la llevé ni al cine ni al
teatro, se da el caso en que la disyunción es falsa, porque no es verdadero ninguno de
los dos enunciados que la componen). Sin embargo, desafortunadamente, tenemos
cierta conectiva diádica en el lenguaje cotidiano cuyo uso no podemos definir tan
fácilmente en términos de la verdad o la falsedad de los enunciados en que ella
aparece. Es el caso de “si… entonces…”, conectiva de la cual solemos decir
explícitamente solo la parte del “si”. Imaginemos cómo determinaríamos el valor de
verdad de un enunciado de esta forma en la vida cotidiana. Supongamos que le digo a
mi sobrina lo siguiente:
Si te portás bien, entonces te llevo al cine
Seguramente estaríamos de acuerdo en que este enunciado se habrá verificado en el
caso en que el primer enunciado es verdadero y el segundo también; es decir: “Mi
sobrina se portó bien” (el antecedente de este enunciado condicional) es verdadero y
“Llevé a mi sobrina al cine” (el consecuente del enunciado) también lo es. Mientras
que, por el contrario, consideraremos que será falso si “Mi sobrina se portó bien”
resulta verdadero pero “Llevé a mi sobrina al cine” es falso: efectivamente, yo
establecí por medio del enunciado con la forma “Si p entonces q” una conexión según
la cual la verdad de p implicaba la verdad de q; establecí que si era verdadero p, iba a
ser verdadero q. Si por el contrario resulta que p es verdadero pero q es falso,
entonces el enunciado “Si p entonces q” es, él mismo, falso.
Ahora bien, ¿qué pasa con el valor de verdad de nuestro enunciado condicional si mi

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EPISTEMOLOGÍA GENERAL U3
sobrina no se porta bien, es decir, si el antecedente del condicional es falso? Sea o no
verdadero el consecuente (es decir, sea o no verdad “Llevé a mi sobrina al cine”), lo
cierto es que no se da la condición bajo la cual, según el enunciado, tendría que darse
este consecuente. Probablemente, lo que, como hablantes de un lenguaje natural,
tenemos en mente ante un caso así es que el valor de verdad del enunciado
condicional permanece indeterminado: simplemente no sabremos si es el caso que “si
p, entonces q” en la medida en que no sea el caso que p. No obstante, si tuviéramos
que agregar a los dos valores “verdadero” y “falso” un tercero, como podría ser
“indeterminado”, nuestro lenguaje lógico se complicaría notablemente. En
consecuencia, una solución simple, que permite respetar al menos en parte el
significado de los enunciados condicionales en el lenguaje ordinario, es interpretar “si
p, entonces q” como equivalente a “no es el caso que a la vez sea verdad que p y no
sea verdad que q” (en nuestro ejemplo, esto significaría: “No es el caso que mi sobrina
se porte bien y yo no la lleve al cine”). Esto preserva la idea de que cuando el
antecedente del condicional es verdadero y el consecuente es falso, el condicional
será falso, y la de que cuando tanto el antecedente como el consecuente son
verdaderos, el condicional es verdadero. Pero, por otra parte, agrega el valor
“verdadero” para los dos casos en que el antecedente es falso: lo único que “prohíbe”
el enunciado condicional, así interpretado, es que a la vez el antecedente sea
verdadero y el consecuente sea falso, y lo cierto es que esta condición no se da
cuando el antecedente no es verdadero. De lo cual resulta la siguiente tabla de
verdad:

p (Mi sobrina se q (Llevé a mi si p entonces q (Si


portó bien) sobrina al cine) mi sobrina se porta
bien, la llevo al
cine)
Valuación 1 Verdadero Verdadero Verdadero
Valuación 2 Falso Verdadero Verdadero
Valuación 3 Verdadero Falso Falso
Valuación 4 Falso Falso Verdadero

Habiendo identificado un conjunto de conectivas veritativo-funcionales y cómo ellas


funcionan, podemos volver ahora sobre la idea de que ciertos razonamientos son
válidos en virtud de su forma o estructura: la idea es, en efecto, que dadas las
condiciones de verdad de los enunciados que incluyen estas conectivas (enunciados
“moleculares”, en oposición a “atómicos”), cuando aceptamos ciertos enunciados
como verdaderos estamos implícitamente aceptando ciertos otros como verdaderos,
puesto que estos últimos están contenidos en el significado mismo de los primeros.
Volvamos a un ejemplo simple: si acepto como verdadero “Hoy llueve y hace frío”,
esto quiere decir que estoy considerando verdadero a “Hoy llueve” y también a “Hoy
hace frío”; en consecuencia, esta conjunción implica deductivamente a cada uno de
los enunciados atómicos que la integran. Dado el significado que tiene la conjunción -

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EPISTEMOLOGÍA GENERAL U3
el cual puedo analizar mediante la tabla de verdad de la conectiva “y”-, no puedo, sin
contradecirme, considerar verdadero “Hoy llueve y hace frío” y considerar falso “Hoy
llueve”. Esto mismo puede aplicarse, con diferentes grados de complejidad, a todas las
conectivas. Volviendo a nuestro ejemplo inicial, no podemos aceptar como verdaderos
los enunciados “Si Dios no existe, entonces todo está permitido” y “Dios no existe” sin
aceptar también como verdadero el enunciado “Todo está permitido”: el sentido
mismo del enunciado condicional que hemos aceptado es que no puede ser el caso
que el antecedente (“Dios no existe”) sea verdadero y el consecuente (“Todo está
permitido”) sea falso. En otras palabras: formas de razonamiento como “p y q, por lo
tanto p”, o “Si p entonces q; p; por lo tanto q” son formas de razonamiento válidas,
con lo cual la única forma en que podemos racionalmente considerar falsa la
conclusión de estos razonamientos es considerar falsa alguna de sus premisas (o la
premisa, en singular, cuando hay una sola). Si, por el contrario, consideramos
verdaderas las premisas de un razonamiento válido, estamos obligados, por el
significado mismo que ellas tienen, a aceptar como verdadera también la conclusión.

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EPISTEMOLOGÍA GENERAL U3

4. MÉTODOS PARA DETERMINAR VALIDEZ O INVALIDEZ DE


FORMAS DE RAZONAMIENTO

Veremos ahora cómo determinar si un razonamiento es deductivamente válido o no


con ayuda de las tablas de verdad.
Las tablas de verdad son un medio gráfico para representar los posibles valores de
verdad de un enunciado complejo en función de los valores de verdad de sus
enunciados simples componentes. De esta manera el tamaño de la tabla dependerá de
las posibles combinaciones de valores de verdad de los enunciados simples. Cuantos
más enunciados simples contenga un enunciado compuesto, mayor será su tabla de
verdad. Más específicamente, como los valores de verdad posibles de un enunciado
cualquiera son dos (verdadero o falso), al tener dos enunciados tenemos cuatro
posibles combinaciones de valores de verdad. Con tres enunciados tenemos ocho
posibles combinaciones de verdad. En general tendremos 2 ͫ combinaciones donde m es
el número de enunciados simples diferentes.
Supongamos que tenemos el enunciado: p . q.
Para realizar su tabla de verdad primero debemos asignar los posibles valores de verdad
a las variables (enunciados simples):
P Q
V V
F V
V F
F F
Luego seguimos armando la tabla en el orden en que leemos la fórmula. En este caso,
una vez que tenemos asignados los posibles valores de verdad de p y q, simplemente
recordamos la tabla de verdad que define a la conjunción y nos queda la siguiente tabla:
p.q
V
F
F
F

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EPISTEMOLOGÍA GENERAL U3
Supongamos que tenemos un enunciado más complejo: (p . q) v ~r
Primero asignamos los posibles valores de verdad a las variables:
p q r
V V V
F V V
V F V
F F V
V V F
F V F
V F F
F F F
Luego, construimos la tabla en el orden en que leemos la fórmula -debemos recordar
las tablas de verdad que introducen y definen las conectivas-:
p^q ~r
V F
F F
F F
F F
V V
F V
F V
F V
Finalmente
(p . q) v ~r
V
F
F
F
V
V
V
V

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EPISTEMOLOGÍA GENERAL U3
Ahora bien, si tenemos en cuenta las definiciones de la relación de implicación lógica,
podremos usar las tablas de verdad para -al identificar si se mantienen estas relaciones
entre la conjunción de las premisas y la conclusión del razonamiento- determinar si la
forma del razonamiento en cuestión es deductivamente válida o no.

Relación de implicación lógica:


Una forma de enunciado A implica lógicamente otra B si no sucede que A sea
verdadera y B falsa en ninguna combinación posible de valores de verdad
(“valuación”) asignada a las variables proposicionales de A y B.

Veamos esto en un ejemplo para ilustrar la validez de la forma “si p, entonces q; no q;


por lo tanto, no p”. Recordemos que podemos reemplazar “p” y “q” por cualquier
proposición. Ante todo, ¿cuántas valuaciones vamos a tener que considerar, esto es,
cuántas líneas tendrá la tabla de verdad de nuestro razonamiento? Si recordamos que
las líneas son 2n, donde n representa el número de variables proposicionales, entonces
tenemos 22=4. Comenzamos, pues, estableciendo que existen las siguientes
posibilidades:
P q
v1 V v
v2 F v
v3 V f
v4 F f
Estas cuatro posibilidades agotan todas las combinaciones de valores de verdad que
podemos tener para las dos proposiciones atómicas que aparecen en nuestro
razonamiento. Ahora bien, para cada una de estas posibilidades, ¿cuál va a ser el valor
de verdad correspondiente a nuestras dos premisas y a nuestra conclusión? Esto ya lo
tenemos que decidir sobre la base de lo que hemos estudiado sobre el
funcionamiento de nuestras conectivas veritativo-funcionales. Para agregar el valor de
verdad que, en cada valuación, tendrá nuestra primera premisa, debemos recordar
que un enunciado de la forma “si p, entonces q” es verdadero siempre que no se dé a
la vez que el antecedente sea verdadero y el consecuente falso. Lo cual nos permite
agregar una nueva columna, correspondiente a la primer premisa:
(Premisa 1)
P q pq
v1 V v V
v2 F v V
v3 V f F
v4 F f V

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EPISTEMOLOGÍA GENERAL U3
Esto quiere decir: en el caso en que p aparece como verdadera y q como falsa, el
enunciado “si p entonces q” será falso; en los otros tres casos, será verdadero. Pero
esta es solo nuestra primera premisa. Necesitamos agregar a la tabla de verdad la
segunda, “no q”, y para ello debemos recordar cómo funciona la negación. Como
vimos, la negación de un enunciado será verdadera si el enunciado es falso, y falsa si el
enunciado es verdadero. Con lo cual podemos agregar una nueva columna de la
siguiente manera:
(premisa 1) (premisa 2)
P q pq ¬q
v1 V v V f
v2 F v V f
v3 V f F v
v4 F f V v
Como vemos, la columna correspondiente a la segunda premisa la hemos llenado
invirtiendo los valores de verdad que, en cada caso, corresponden a la variable
proposicional q. Pero ahora nos falta lo más importante: ¿qué sucede en cada uno de
estos casos con la conclusión, “no p”? Recordemos que hablamos de implicación
lógica en los razonamientos tales que no hay ninguna asignación de valores de verdad
que haga verdaderas a las premisas y falsa a la conclusión. ¿Es este, entonces, un
razonamiento en que se dé tal relación, es decir, un razonamiento válido? Como se
notará, la columna de la conclusión tenemos que llenarla aplicando la tabla de verdad
de la negación a la variable proposicional p. De manera que nos quedará lo siguiente:
(premisa 1) (premisa 2) (conclusión)
P q pq ¬q ¬p
v1 V v V f f
v2 F v V f v
v3 V f F v f
v4 F f V v v
Podemos ahora formularnos la pregunta clave: ¿hay alguna combinación de valores de
verdad -es decir, alguna valuación- tal que las premisas resulten ambas verdaderas y la
conclusión resulte falsa? Para buscar esto, concentrémonos primero en los casos en
que la conclusión es de hecho falsa y veamos qué sucede con las premisas. En v1,
notamos que efectivamente ¬p es falsa, pero, de hecho, la premisa ¬q también es
falsa. En consecuencia, no se da que la conclusión resulte falsa siendo las premisas,
todas ellas, verdaderas. En v3, nuevamente, la conclusión es falsa, pero también lo es
la premisa pq. En v4 ambas premisas efectivamente son verdaderas, pero allí la
conclusión también lo es, de manera que no es este un caso en que se dé al mismo
tiempo la verdad de las premisas y la falsedad de la conclusión. Por último, en v2 no se
da ninguna de las dos condiciones que necesitamos para probar que el argumento no
es válido: por una parte, la conclusión es verdadera, no falsa, y por otra parte las

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EPISTEMOLOGÍA GENERAL U3
ambas verdaderas a la vez. El argumento, pues, es válido; esto es, hay una relación de
implicación lógica entre las premisas y la conclusión.

ACTIVIDAD

Lo invitamos en este punto a realizar la Actividad sobre proueba de validez que


se encuentra en el campus.

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EPISTEMOLOGÍA GENERAL U3

5. SÍNTESIS DE LA UNIDAD
Hemos comenzado definiendo la lógica a partir de la noción de razonamiento; la
lógica se interesa, como vimos, por distinguir razonamientos correctos e incorrectos.
Para entender lo que es un razonamiento, a su vez, hicimos referencia a una
estructura compuesta de proposiciones o enunciados, de los cuales uno o varios van a
funcionar como premisas y otro como conclusión. Desde el enfoque de la lógica
deductiva, los razonamientos correctos son los llamados válidos, en los que
considerar verdaderas las premisas requiere que consideremos verdadera la
conclusión, y los razonamientos incorrectos son los inválidos, en los que incluso si
aceptamos las premisas como verdaderas no necesitamos considerar verdadera la
conclusión. Hablamos de los razonamientos como compuestos de proposiciones y no
de oraciones porque nos enfocamos en su significado y no en aspectos gramaticales;
una misma proposición puede ser expresada en diferentes oraciones. A efectos de
determinar si un razonamiento es válido o es inválido, nos enfocamos en la forma
lógica de las proposiciones que lo componen. Esta forma lógica está determinada por
las conectivas veritativo-funcionales que encontramos en cada proposición. Cada una
de estas conectivas determina las condiciones en que es verdadera una proposición en
que ella aparece.

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