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Termino introducido por Eugen Bleuler en 1908 para designar un estado mental
caracterizado por “alejamiento de la realidad exterior acompañado por predominio absoluto o
relativo de la vida interior”. Para Bleuler, el autismo es uno de los síntomas fundamentales de
la esquizofrenia, consecuencia directa de disociación que esta produce, es decir, la ruptura de
la vida psíquica que libera fantasías, deseos y miedos que serán las contenidas del
pensamiento autista, el cual se asemeja, en este aspecto, a los fenómenos oníricos y el
pensamiento de los primitivos y de los infantes. El autismo expresa, de manera pasiva, el
mismo concepto que P. Janet formulara negativamente como “pérdida del sentido de la
realidad” termino expresivamente genérico, puesto que el sentido de la realidad no está
totalmente ausente en el esquizofrénico, si no sólo deformado o inhibido en algunos aspectos,
sobre todo aquellos que pueden tornarse amenazadores. El mundo autista para el paciente,
tanto realidad como el verdadero: hay escasa capacidad para distinguir entre idea y
percepción, e incluso puede llegar a “ser más real que el mundo externo”, y entonces el
autista pasa a tomar mundo fantástico por real y la realidad por una ilusión. “Uno y otro
mundo pueden coexistir independientemente, aunque lo más frecuente es que interpreten en
forma más ilógica”, dado que el pensamiento del autista “está dirigido por las necesidades
afectivas y el paciente piensa mediante símbolos, analogías y conceptos fragmentarias y nexos
accidentales”.
En consecuencia, para describir correctamente el autismo no basta con enumerar los síntomas
de ruptura con la realidad -criterio éste muy vago, que puede ser aplicado casi a la totalidad de
las afecciones mentales-, ni de introversión -criterio que define más bien una actitud
caracterológica esquizoide-, ni de recesión en lo imaginario -criterio que no permite distinguir
entre la esquizofrenia y las psicosis delirantes agudas-. En cambio, es preciso describir, a través
de un análisis estructural, a la persona y al mundo autistas,
El autismo precoz infantil o síndrome de Kanner fue descrito por Leo Kanner, en 1943. Se
manifiesta en los infantes antes del año de edad, con predominio de los varones interior del
sobre las niñas (en proporción 4:1). Se caracteriza por indiferencia afectiva pronunciada, que
puede llegar a ser total, respecto del mundo humano (soledad y aislamiento autistas), y por
una superidentificacion por el mundo de los objetos inanimados, lo que acarrea gran
intolerancia y una suerte de amenaza angustiosa frente a cualquier cambio importante en el
ambiente. La mayoría aprende a hablar, pero es frecuente que los pacientes rehúsen a
hacerlo, y no es raro el fenómeno del “fonografismo” o ecolalia retardada. Sea como fuere, el
lenguaje que adquieren no les sirve, en un principio, como medio de comunicación. El
concepto de Yo se configura muy er, J. Wyrsch, tardíamente.o no aparece (por ejemplo, se
refieren a si mismos en segunda o en tercera persona). No se presentan perturbaciones en el
nivel intelectual ni en el plano sensorial; la memoria puede estar notable. Mente desarrollada,
sobre todo para listas de nombres, datos, lugares, etc. En suma, el síntoma dom nante es la
imposibilidad de comunicación con otras personas.
Con respecto a la génesis, para algunos autores los síntomas serían producidos, o al menos
precipitados, por el stress emocional y por dificultades ambientales. Kanner y Eisenberg, por
ejemplo, lo relacionan con una atmósfera familiar de “frialdad afectiva” que rodearía al
infante desde el comienzo de su vida, perturbando las primitivas relaciones madre-hijo,
aunque se trate de padres de buen nivel sociocultural. Otros autores (Mayer-Gross, Rimland,
Wing, etc.) consideran que la génesis es orgánica, por alteraciones del sistema reticular o de
otros sectores cerebrales.
La historia de las ideas concernientes al autismo ha pasado desde hace un siglo por varios
periodos que reflejan las discusiones alrededor de la nosografía de los trastornos calificados
como autísticos y de su clasificación en los sistemas utilizados sucesivamente, especialmente
aquellos publicados desde hace 30 años, la CIE–10 y los DSM–III y IV, y en aquellos en proceso
de revisión para una publicación probable en 2013 o 2014.
Características
Los síntomas de una persona con autismo pueden ser muy diferentes de los de otra persona con
autismo. Los profesionales de la salud consideran al autismo como un trastorno de espectro, es
decir, que hay diversas características similares en personas diferentes que tienen el trastorno.
Una persona con autismo podría tener síntomas leves, mientras que otra podría tener
síntomas más graves, pero ambas tienen trastorno del espectro autista (ASD).
A pesar de la variedad de posibles síntomas, hay ciertas acciones y conductas comunes en las
personas con ASD que podrían indicar que un niño se encuentra dentro del espectro autista.
Los padres y cuidadores que observen estas “señales de advertencia” deberían hablar con el
profesional de la salud del niño sobre el autismo y realizarle al niño las evaluaciones necesarias
para determinar si tiene ASD.
La comprensión del autismo en sí mismo y los modelos de intervención hacen que una persona con
autismo, que recibe una adecuada intervención en su infancia, acabará siendo tan rara o tan normal
como cualquier otra persona, con un carácter y personalidad propia. Y aunque ciertamente siga
teniendo ciertas peculiaridades en su forma de ser, éstas no convierten a la persona en un ser sujeto
de lástima, pena o rareza.
Otros síntomas
Algunas personas con TEA tienen otros síntomas. Estos pueden incluir los siguientes:
Las personas con TEA pueden tener hábitos del sueño extraños. También pueden tener estados de
ánimo o reacciones emocionales anormales. Por ejemplo, es posible que se rían o lloren en
momentos inusuales, o bien, que no demuestren una respuesta emocional en momentos en los que
es de esperarse. Además, es posible que no le tengan miedo a cosas peligrosas y que le tengan
miedo a objetos o situaciones inofensivos.
Es importante destacar que algunas personas que no tienen un TEA también pueden presentar
algunos de los síntomas. Pero, en el caso de las personas con TEA, los problemas hacen que la vida
sea muy difícil.
Destrezas sociales
Los problemas sociales son uno de los síntomas más comunes de todos los tipos de TEA. Los
problemas sociales de las personas con un TEA no son simplemente “dificultades” sociales, como
ser tímidos. Son dificultades sociales que pueden generar problemas graves en la vida diaria.
Algunos ejemplos de los problemas sociales relacionados con los TEA son los siguientes:
Es posible que algunas personas con TEA no se interesen en absoluto en los demás. Otras, tal vez,
quieran tener amigos pero no comprendan cómo entablar las relaciones de amistad. A muchos
niños con un TEA les cuesta mucho aprender a turnarse y compartir, bastante más que a los otros
niños. Esto puede hacer que los otros niños no quieran jugar con ellos.
Las personas que tienen un TEA pueden tener problemas para demostrar sus sentimientos o hablar
de ellos. También es posible que tengan problemas para comprender los sentimientos de los
demás. Muchas personas con un TEA son muy sensibles al tacto y, posiblemente, no quieran que se
las abrace. Los comportamientos autoestimulantes (p. ej., aletear con los brazos) son habituales en
las personas con TEA. La ansiedad y la depresión también afectan a algunas personas que tienen un
TEA. Todos estos síntomas pueden hacer que los otros problemas sociales sean aún más difíciles de
manejar.
Comunicación
Cada persona con TEA tiene distintas destrezas de comunicación. Algunas personas pueden hablar
bien. Otras no pueden hablar en absoluto o hablan muy poco. Cerca del 40 % de los niños con un
TEA no hablan nada. Entre el 25 % y el 30 % de los niños con TEA dicen algunas palabras entre los 12
y 18 meses de edad y después dejan de hacerlo. Otros pueden hablar, pero no hasta entrada la
niñez.
Algunos ejemplos de problemas de comunicación relacionados con los TEA incluyen los siguientes:
Desarrollo
Los niños con TEA se desarrollan a ritmos distintos en áreas diferentes. Es posible que muestren un
retraso en las destrezas del lenguaje, sociales y del aprendizaje, mientras que sus destrezas para
caminar y trasladarse sean prácticamente iguales a las de otros niños de su edad. Es posible que
sean muy buenos para armar rompecabezas o resolver problemas de computadora pero que
tengan dificultades con actividades sociales tales como hablar o hacerse amigos. Los niños con un
TEA también podrían aprender una destreza difícil antes de aprender una más sencilla. Por ejemplo,
es posible que un niño lea palabras largas pero que no pueda decir qué sonido tiene la letra “b”.
Los niños se desarrollan a su propio ritmo, de modo que puede ser difícil predecir exactamente
cuándo aprenderán una destreza en particular. Pero existen indicadores del desarrollo específicos
para cada edad que se utilizan para medir el progreso social y emocional de un niño durante los
primeros años de vida.
Algunos ejemplos de intereses y comportamientos poco habituales relacionados con los TEA
incluyen los siguientes:
Las personas con TEA frecuentemente se desenvuelven si tienen rutinas. Un cambio en la rutina
habitual del día, como hacer una parada en el camino de la escuela al hogar, puede ser algo muy
angustiante para las personas con TEA. Podrían “perder el control” y tener una “crisis” o berrinche,
en especial si están en un lugar desconocido.
Algunas personas con TEA también podrían crear rutinas que parecen inusuales o innecesarias. Por
ejemplo, mirar por todas las ventanas cuando pasan por un edificio o querer mirar siempre un video
de inicio a fin, incluidos los anticipos y créditos. Si no se les permite seguir este tipo de rutina, esto
puede provocar gran frustración y berrinches.
Actualmente, el diagnóstico de TEA incluye muchas afecciones que solían diagnosticarse por
separado e incluyen el trastorno autista, el trastorno generalizado del desarrollo no especificado de
otra manera (PDD-NOS, por sus siglas en inglés) y el síndrome de Asperger. Hoy en día, a todas estas
afecciones se las denomina trastornos del espectro autista. Es necesario un abordaje integral
orientado a facilitar los apoyos individualizados, especializados y basados en la evidencia más
adecuados para mejorar la calidad de vida de cada persona (manteniendo, además, una perspectiva
de género).
Tipos de tratamiento
Hay muchos tipos de tratamiento disponibles. Estos tratamientos generalmente se pueden dividir
en las siguientes categorías, aunque algunos impliquen la aplicación de más de un enfoque:
Conductuales
Del desarrollo
Educacionales
Socio-relacionales
Farmacológicos
Sicológicos
Complementarios y alternativos
Los tratamientos actuales para el trastorno del espectro autista (TEA) buscan reducir los
síntomas que interfieren en el funcionamiento diario y la calidad de vida.1 El TEA afecta a cada
persona de manera distinta, lo que significa que las personas con TEA tienen fortalezas y
desafíos únicos y distintas necesidades de tratamiento.1 Por lo tanto, los planes de
tratamiento generalmente incluyen varios profesionales y son adaptados a la persona.
Enfoques conductuales
Los enfoques conductuales se centran en cambiar los comportamientos al entender lo que
pasa antes y después del comportamiento. Los enfoques conductuales cuentan con la mayor
cantidad de evidencia para el tratamiento de los síntomas del TEA. Han sido ampliamente
aceptados entre los educadores y profesionales de atención médica y se usan en muchas
escuelas y centros de tratamiento. Un tratamiento conductual notable para las personas con
TEA se llama análisis conductual aplicado (ABA, por sus siglas en ingles). Este tratamiento
alienta los comportamientos deseados y desalienta los no deseados con el fin de mejorar una
variedad de destrezas. Se mide y hace seguimiento del progreso.
Dos estilos de enseñanza que usan el ABA son la enseñanza de tareas discriminadas (DTT, por
sus siglas en inglés) y el tratamiento de respuesta fundamental (PRT, por sus siglas en inglés).
Derechos humanos
Todas las personas, incluidas las que padecen autismo, tienen derecho al disfrute del más alto
nivel posible de salud física y mental.
Sin embargo, las personas con autismo a menudo son objeto de estigmatización y
discriminación, que incluye la privación injusta de atención de salud, educación y
oportunidades para participar en sus comunidades.
Las personas con autismo tienen los mismos problemas de salud que el resto de la población,
pero pueden tener además otras necesidades asistenciales especiales relacionadas con el TEA
u otras afecciones comórbidas. Pueden ser más vulnerables a padecer enfermedades no
trasmisibles crónicas debido a factores de riesgo como inactividad física o malas preferencias
dietéticas, y corren mayor riesgo de sufrir violencia, lesiones y abusos.
Al igual que el resto de los individuos, las personas con autismo necesitan servicios de salud
accesibles para sus necesidades de atención de salud generales, en particular servicios de
promoción, prevención y tratamiento de enfermedades agudas y crónicas. Sin embargo, en
comparación con el resto de la población, las personas con autismo tienen más necesidades de
atención de salud desatendidas y son también más vulnerables en caso de emergencia
humanitaria. Un obstáculo frecuente radica en los conocimientos insuficientes y las ideas
equivocadas que tienen los proveedores de atención de salud sobre el autismo.
La resolución insta a la OMS a colaborar con los Estados Miembros y organismos asociados en
el fortalecimiento de las capacidades nacionales para abordar los TEA y otros problemas del
desarrollo.
Respuesta de la OMS
La OMS y sus asociados reconocen la necesidad de fortalecer la capacidad de los países para
promover una salud y un bienestar óptimos para todas las personas con autismo.
Plan de trabajo
Paciente: Damián
Diagnóstico: presenta una sintomatología dentro de los TEA (299.00), según los criterios
diagnósticos de DSM-5
N° de afiliado: 860314724666
Evaluación: Se planteo que la cercanía con el niño en el hogar seria 2 horas y mientras que
logré avances personales se aumentarían un promedio de 30 minutos el trabajo del
acompañamiento terapéutico para poder efectuar una buena coordinación entre ambos y él
logré adaptarse a los mecanismos y trabajos terapéuticos a desarrollar paso a paso con él.
El niño logró captar normas de convivencia del hogar teniendo a su acompañante siempre
disponible y mediante lenguajes alternativos demostrar sus necesidades y deseos. Esto facilitó
el alcance al desarrollo interactivo c y lo acercó al aprendizaje de a poco.
También se vió el aumento del orden de las rutinas y la transferencia se vio satisfactoria lo que
generó también inclusión con sus compañeros y las conductas eruptivas fueron cambiando de
a poco. La idea era integrarlo siempre en los juegos y cortar si él no estaba cómodo, de a poco
también intentamos con la familia y docente. Esto ayudó a que no se comporte de manera
agresiva con ellos.
Por el momento el plan puede presentar cambios, porque el niño avanza en determinadas
cuestiones, pero no en un grado de 100%, por eso se está implementando de a poco nuevas
tácticas para poder ayudarlo en su desarrollo de interacción. Que es lo que más se trabajó en
estos últimos meses.
Presupuesto: $500 por hora de lunes a viernes 08:00 a 12:00 por día (4 horas)