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Universidad
de
Guadalajara


Centro
Universitario
de
Ciencias
Económico
Administrativas

División
de
Gestión
Empresarial


Departamento
de
Administración






Panel:

Análisis de la Autonomía Universitaria





“AUTONOMÍA
UNIVERSITARIA
Y
LIBERTAD
ACADÉMICA”


SALVADOR
ACOSTA
ROMERO













Zapopan,
Jal.
2
de
Marzo
de
2009.

Autonomía
Universitaria
y
Libertad
Académica


Salvador
Acosta
Romero



AUTONOMÍA
UNIVERSITARIA,
INDEPENDENCIA
SINDICAL,
AUTODETERMINACION

El
 concepto
 de
 autonomía
 universitaria
 es
 similar
 al
 de
 independencia
 sindical.
 La

independencia
sindical
significa
que
las
organizaciones
de
trabajadores
deben
gozar

de
 libertad
 para
 tomar
 sus
 decisiones
 independientemente
 de
 cualquier
 otra

entidad,
como
los
patrones
o
el
gobierno.


En
México
la
independencia
sindical
fue
prácticamente
desconocida
durante

mucho
tiempo,
sobre
todo
con
los
gobiernos
posteriores
a
la
Revolución
Mexicana.
A

partir
 de
 los
 años
 40,
 la
 Central
 de
 Trabajadores
 de
 México
 (CTM)
 fue
 una

organización
laboral
fuertemente
influida
–por
no
decir
controlada‐
por
el
gobierno

federal.
 Un
 gran
 número
 de
 candidatos
 a
 la
 presidencia
 de
 la
 república
 fueron

‘destapados’
 por
 su
 líder
 que
 duró
 muchísimos
 años
 al
 frente
 de
 la
 organización.

Otro
tanto
sucedía
con
la
Confederación
Nacional
Campesina
(CNC).


La
 ausencia
 de
 libertad
 sindical
 significa,
 en
 estricto
 sentido
 que
 las

decisiones
 más
 importantes
 no
 son
 tomadas
 de
 una
 manera
 libre
 y
 democrática,

sino
con
base
en
acuerdos
entre
líderes
y

funcionarios
gubernamentales.


El
 principio
 que
 subyace
 a
 la
 libertad
 sindical
 es
 el
 de
 garantizar
 que
 las

decisiones
que
tomen
los
líderes
respondan
a
los
intereses
de
los
trabajadores
y
que

no
sean
sometidas
a
prioridades
empresariales
o
políticas
y,
mucho
menos,
que
sean

para
beneficio
exclusivo
de
sus
líderes.


Un
 derecho
 similar
 está
 consagrado
 en
 la
 ley,
 para
 las
 organizaciones

religiosas.
 Éstas
 tienen
 libertad
 para
 regirse
 de
 acuerdo
 con
 sus
 propias
 normas
 y

regulaciones.
 Tienen
 libertad
 para
 elegir
 o
 nombrar
 a
 sus
 propios
 funcionarios.
 Es

Libertad académica y autonomía Universitaria... 2
decir,
la
jerarquía
clerical
se
constituye
de
acuerdo
con
sus
propias
normas,
usos
y

costumbres.1


Esa
libertad
es
esencial,
pues
de
otra
manera
se
correría
el
riesgo
de
que
una

entidad
 extraña
 interviniese
 en
 asuntos
 que
 son
 de
 la
 exclusiva
 competencia
 de

quienes
constituyen
cualquier
asociación
religiosa.


Las
 universidades
 privadas
 también
 gozan
 de
 autonomía
 respecto
 de
 sus

formas
de
gobierno
y
la
determinación
de
sus
planes
de
estudio,
aunque
puedan
ser

supervisadas
bajo
cierta
regulación
específica.
(Art.
55,
Ley
General
de
Educación)


Las
 organizaciones
 civiles
 tienen
 también
 el
 derecho
 de
 autodeterminar
 su

propósito
y
formas
de
organización,
siempre
y
cuando
no
contravengan
las
leyes.


La
 autonomía
 de
 las
 universidades
 no
 es,
 pues,
 un
 concepto
 aislado
 ni

exclusivo.
Es
un
derecho
generalizado
en
la
sociedad.


Por
 lo
 regular,
 la
 autonomía
 no
 es
 preocupación
 cotidiana.
 La
 tenemos,

gozamos
de
ella
y
bajo
su
amparo
desarrollamos
nuestras
actividades
de
enseñanza,

investigación
 y
 todas
 las
 demás.
 Nadie
 se
 levanta
 preguntándose
 “¿Cómo

amanecería
hoy
la
autonomía
universitaria?”
como
se
indaga
por
el
precio
del
dólar,

la
leche
o
las
tortillas.


Pero
precisamente
porque
no
constituye
una
preocupación
cotidiana
es
que

en
 estos
 momentos
 en
 que
 parece
 que
 se
 quiere
 traspasar
 esa
 frontera
 de
 la

Universidad
 de
 Guadalajara
 para
 autogobernarse,
 adquiere
 relevancia
 recordar
 a



























































1
Dice
el
artículo
sexto
de
la
Ley
de
Asociaciones
Religiosas
y
Culto
Público
“…Las
asociaciones
religiosas
se


regirán
internamente
por
sus
propios
estatutos,
los
que
contendrán
las
bases
fundamentales
de
su
doctrina
o

cuerpo
de
creencias
religiosas
y
determinarán
tanto
a
sus
representantes
como,
en
su
caso,
a
los
de
las
entidades

y
divisiones
internas
que
a
ellas
pertenezcan.
(Julio
de
1992,
reformada
en
2006).


Libertad académica y autonomía Universitaria... 3


qué
 nos
 referimos
 cuando
 hablamos
 de
 autonomía
 de
 la
 universidad
 pública,
 en

general.


La
 autonomía
 de
 la
 Universidad
 de
 Guadalajara
 esta
 consagrada
 en
 su
 Ley

Orgánica.
 El
 artículo
 1º
 dice
 que
 “…es
 un
 organismo
 público
 descentralizado
 del

Gobierno
 del
 Estado
 de
 Jalisco
 con
 autonomía,
 personalidad
 jurídica
 y
 patrimonio

propios…”


Estas
 tres
 cualidades
 significan
 que
 la
 Universidad
 tiene
 la
 facultad
 y
 la

responsabilidad
 –como
 lo
 dice
 la
 Constitución
 para
 todas
 las
 universidades

autónomas‐
 de
 gobernarse
 a
 sí
 misma,
 el
 derecho
 de
 establecer
 las
 normas
 para

regular
la
contratación
y
permanencia
de
su
personal,
y
administrar
su
patrimonio.


Esta
autonomía
no
implica
que
la
Universidad
se
sitúe
fuera
de
las
normas
de

observancia
 general
 para
 la
 población.
 Por
 ejemplo,
 las
 relaciones
 laborales
 se

sujetan
a
lo
establecido
en
la
Ley
Federal
del
Trabajo.
Lo
relativo
a
la
atención
a
la

salud
 de
 sus
 trabajadores
 esta
 regulado
 de
 manera
 general
 por
 la
 Ley
 del
 Seguro

Social.
 Autonomía
 no
 significa
 entonces
 excepción
 de
 las
 leyes
 generales
 de
 la

Nación.


LIBERTAD
ACADEMICA

Ahora
quisiera
referirme
a
un
concepto
que
subyace
o
está
detrás
del
concepto
de

autonomía
universitaria:
el
de
la
libertad
académica.


En
México,
la
conocemos
mas
bien
como
libertad
de
cátedra
y
libre
examen
y

discusión
de
las
ideas2.



























































2
“VII.
Las
universidades
y
las
demás
instituciones
de
educación
superior
a
las
que
la
ley
otorgue


autonomía,
tendrán
la
facultad
y
la
responsabilidad
de
gobernarse
a
sí
mismas;
realizarán
sus
fines
de
educar,

investigar
y
difundir
la
cultura
de
acuerdo
con
los
principios
de
este
artículo,
respetando
la
libertad
de
cátedra
e

investigación
y
de
libre
examen
y
discusión
de
las
ideas…”
(Art.
3º
constitucional).


Libertad académica y autonomía Universitaria... 4



En
 los
 países
 anglosajones
 se
 usa
 el
 concepto
 de
 libertad
 académica
 para

designar
 la
 libertad
 de
 enseñanza
 e
 investigación
 por
 parte
 de
 los
 profesores
 de

toda
 universidad.
 Es
 un
 concepto
 que
 goza
 de
 una
 gran
 aceptación
 desde
 hace

muchos
años
y
tiene
vigencia
prácticamente
en
todas
las
instituciones
de
educación

superior
públicas
y
privadas.


La
misión
esencial
de
toda
universidad
es
la
búsqueda
del
conocimiento.
La

universidad
 es
 desde
 sus
 orígenes
 una
 institución
 que
 tiene
 como
 propósito
 el

estudio
de
los
conocimientos
existentes
y
la
búsqueda
de
nuevos
conocimientos.
A
la

universidad
se
acude
a
aprender,
a
estudiar,
a
investigar.


La
 primera
 de
 las
 universidades
 del
 mundo,
 la
 de
 Bolonia
 llevaba
 en
 su

escudo
una
leyenda
en
latín
que
decía
Alma
Mater
Studiorum,
que,
en
una
traducción

libre
significa:
la
madre
que
nutre
el
estudio.
Algunas
universidades
medievales
eran

también
designadas
como
studium
generale
señalando
de
manera
inequívoca
que
el

propósito
central
de
quienes
en
ella
se
reunían
era
–sigue
siendo‐
el
de
estudiar,
el

de
aprender.


En
la
gran
mayoría
de
países
del
mundo,
se
reconoce
que
los
profesores
son

libres
de
investigar
y
de
enunciar
por
escrito
o
verbalmente
sus
descubrimientos
y

sus
conocimientos.
Esta
es,
por
cierto,
una
tradición
muy
diferente
a
la
de
los
países

de
habla
hispana
donde
por
lo
general
se
declara
una
verdad
oficial
y
es
obligación

de
todos
los
ciudadanos,
incluidos
los
profesores,
creer
en
ella,
actuar
con
base
en

dicha
 verdad
 y
 difundirla.
 En
 los
 países
 desarrollados
 existe
 más
 tolerancia
 y

respeto
a
la
diferencia
de
opiniones.




























































Libertad académica y autonomía Universitaria... 5


“La
libertad
académica
–dice
un
especialista
de
la
educación
superior‐
surge

de
una
situación
en
que
la
autoridad
–ya
sea
el
consenso
de
los
colegas
en
el
mismo

departamento,
 la
 opinión
 del
 jefe
 del
 departamento,
 el
 director
 de
 la
 escuela
 o

división,
el
presidente
de
la
universidad,
el
consejo
de
la
universidad,
la
opinión
de

cualquier
autoridad
 fuera
de
 la
 universidad,
 sea
 un
 servidor
público,
 un
político,
o

un
 sacerdote
 o
 un
 obispo,
 o
 un
 publicista
 o
 un
 militar‐
 no
 puede
 impedir
 que
 un

académico
siga
el
sendero
que
su
interés
y
capacidad
intelectuales
proponen.”3


La
 libertad
 académica
 tiene,
 por
 supuesto,
 ciertas
 fronteras.
 No
 es
 una

libertad
para
que
cada
profesor
haga
o
diga
lo
que
le
venga
en
gana,
ni
para
seguir

libremente
sus
impulsos
y
deseos.
Es
libertad
para
hacer
‘cosas
académicas’.


Un
profesor
no
puede
decidir
por
su
cuenta
las
horas
clase
que
quiere
dar
o

si
quiere
o
no
dar
clases.
Es
obvio
que
hay
un
número
de
normas
y
regulaciones
que

debe
 acatar
 como
 miembro
 de
 una
 comunidad
 académica:
 asistir
 a
 reuniones,

participar
 en
 comités,
 atender
 apropiadamente
 a
 sus
 alumnos,
 realizar

investigación,
 dar
 sus
 clases
 con
 la
 mejor
 preparación
 posible,
 actualizar
 sus

conocimientos.
Todas
ellas
son
obligaciones
de
los
académicos
en
todas
partes
del

mundo.
 Existe
 sin
 embargo,
 la
 libertad
 de
 investigar
 el
 tema
 o
 tópicos
 que
 el

profesor
elija
así
como
existe
también
la
libertad
de
enseñar.
Aunque
los
temas
de

cada
curso
están
establecidos
en
el
programa
de
la
materia,
los
profesores
tenemos

la
absoluta
libertad
de
decidir
la
manera
y
profundidad
con
que
se
aborda
los
temas

de
 cada
 asignatura.
 No
 ha
 ocurrido,
 estoy
 seguro,
 que
 al
 aula
 de
 un
 profesor
 haya

acudido
una
autoridad
u
otro
profesor
a
darle
indicaciones
acerca
de
la
manera
de

enseñar
un
tema.


Una
 de
 las
 libertades
 mas
 apreciadas
 es
 la
 de
 pensar.
 Por
 su
 naturaleza

misma
el
pensamiento
es
libre.
No
se
le
puede
aprisionar.
Casi
es
inconcebible
que


























































3
Shils,
Edward.
“Academic
Freedom”,
en
Philip
G.
Altbach
(editor).
International
Higher
Education.
An


Encyclopedia.
Garland,
New
York,
1991.
(Pag.
1‐2).


Libertad académica y autonomía Universitaria... 6


no
existiera
la
libertad
de
pensamiento,
porque
es
una
característica
esencial
del
ser

humano.
Somos,
por
naturaleza,
absolutamente
libres
para
pensar.


No
es
deseable
que
cualquier
mañana
llegase
hasta
mi
salón
algún
padre
de

familia,
o
un
representante
de
una
organización
social,
religiosa
o
militar,
a
decirme

que
 la
 enseñanza
 de
 tal
 o
 cual
 tema
 debe
 hacerse
 desde
 cierto
 punto
 de
 vista.
 Es

obligación
de
la
universidad,
estudiarlo
desde
todos
los
ángulos
y
con
el
mayor
rigor

posible4.

En
la
vida
cotidiana,
cada
persona
es
libre
de
tener
las
creencias
que
desee,

pero
 en
 las
 escuelas
 y,
sobre
todo
en
 la
 universidad,
 todas
las
creencias
deben
ser

sometidas
 a
 examen.
 Dicho
 con
 una
 famosa
 frase
 de
 don
 Jesús
 Reyes
 Heroles,

pronunciada,
por
cierto
en
Guadalajara,
cuando
era
Secretario
de
Educación
Pública:

“la
escuela
debe
ser
laboratorio,
no
oratorio”.


LA
TENTACION
DE
INTERVENIR

Aunque
 la
 facultad
 de
 autogobernarse
 está
 claramente
 plasmada
 en
 la
 ley,
 los

políticos
 y
 funcionarios
 gubernamentales
 no
 descansan
 tratando
 de
 tener
 cierto

control
sobre
las
universidades
públicas.


Recientemente,
 por
 ejemplo,
 el
 Presidente
 de
 Venezuela,
 Hugo
 Chávez,

anunció
que
se
eliminaría
“…la
prueba
de
aptitud
académica
y
las
pruebas
internas

de
las
universidades,
las
cuales
clasificó
de
"fuente
de
corruptelas
e
instrumento
de

inclusión"
 y
 anunció
 que
 estas
 serán
 sustituidas
 por
 un
 sistema
 unificado
 de

ingreso.”5


























































4
Recientemente,
en
Venezuela
se
produjo
una
definición
peculiar:
“Si
el
primerísimo
derecho
de
la
persona
es
el


de
la
vida,
sin
el
cual
los
demás
derechos
no
tienen
asidero
existencial,
el
derecho
a
la
educación
y
de
recibirla
en

armonía
con
las
convicciones,
cuando
así
se
desea,
está
muy
asociado
al
de
la
libertad
de
conciencia
y
de

pensamiento.”
(cursivas
mías.
SAR).


5
Aparentemente,
el
cambio
anunciado
por
el
Presidente
Chávez
no
ocurrió,
pues
a
la
pregunta
de
“¿Cómo


quedan
los
pruebas
internas
de
las
universidades?
Las
autoridades
de
la
UCV,
USB
y
ULA,
entre
otras,
ratificaron

la
continuidad
de
sus
sistemas
internos
de
admisión.
Afirmaron
que
los
alumnos
que
fueron,
y
serán,

seleccionados
tienen
garantizados
sus
cupos.
Afirmaron
que
el
Ejecutivo
no
puede
afectar
esos
procesos
de

admisión
ya
establecidos
en
las
instituciones.”
(El
Universal
[de
Caracas,
Venezuela],
16
de
Marzo
de
2008).


Libertad académica y autonomía Universitaria... 7



La
tentación
de
intervenir
en
las
universidades
no
es
nueva
y
se
reedita
cada

que
 aparece
 un
 gobierno
 autoritario
 o
 un
 redentor
 social
 en
 el
 gobierno
 de
 algún

país.
Recuerdo
que
en
Chile,
hace
ya
un
buen
número
de
años,
el
General
Pinochet

tomó
 el
 gobierno
 con
 un
 golpe
 de
 estado
 en
 el
 que
 murió
 el
 Presidente
 Salvador

Allende.
 Los
 militares
 tomaron
 bajo
 su
 control
 las
 universidades
 y
 despidieron
 a

profesores
 de
 ideología
 socialista
 o
 de
 izquierda
 (a
 los
 que
 no
 mataron
 antes)
 y

nombraron
nuevos,
fieles
al
mandato
militar.
Nombraron
a
directores
de
escuelas
y

facultades,
 reformaron
 los
 estatutos
 universitarios
 y
 establecieron
 una
 disciplina

militar
y
una
estricta
vigilancia
sobre
la
enseñanza.


En
 Venezuela,
 el
 Presidente
 Hugo
 Chávez
 dijo
 que
 las
 universidades
 debían

incorporarse
 a
 los
 proyectos
 del
 país:
 “Se
 tiene
 que
 romper
 el
 claustro
 y
 sacar
 las

universidades
 con
 toda
 su
 fuerza
 moral
 y
 su
 juventud
 al
 campo
 de
 batalla
 social,

económica”.
(25
de
Septiembre
de
2007).


En
 México
 tuvimos,
 a
 fines
 en
 los
 años
 veinte
 y
 treinta
 del
 siglo
 pasado,

también
 una
 batalla
 por
 la
 autonomía
 y
 por
 la
 libertad
 de
 cátedra.
 Fue
 cuando
 la

Universidad
 de
 México
 se
 convirtió
 en
 autónoma
 y
 dejó
 de
 ser
 financiada
 por
 el

gobierno
federal.


Pero
 esto
 no
 es
 nuevo:
 ya
 Napoleón,
 cuando
 creó
 la
 Universidad
 Imperial

tenía
como
propósito
dirigir
las
opiniones
políticas
de
los
franceses.6


EN
CONCLUSION



























































6
“Al
establecer
un
cuerpo
consagrado
a
la
enseñanza,
mi
propósito
principal
es
el
de
tener
un
medio
de
dirigir


las
opiniones
políticas
y
morales”
citado
por
Galo
Gómez.
La
Universidad
a
Través
del
Tiempo.
Universidad

Iberoamericana,
1998.


Libertad académica y autonomía Universitaria... 8


Este
 propósito
 choca,
 ha
 chocado
 siempre
 con
 la
 libertad
 de
 pensamiento
 y
 con
 la

libertad
 a
 que
 aspira
 todo
 individuo
 que
 se
 dedica
 a
 la
 enseñanza.
 Aún
 en
 algunas

escuelas
religiosas
hay
cierta
libertad
de
enseñanza.


La
libertad
académica
es
el
valor
más
profundo
que
debemos
defender,
porque
es
el

que
 cotidianamente
 nos
 permite
 estudiar,
 analizar,
 debatir,
 investigar,
 en
 suma:

aprender.


La
autonomía
universitaria
funciona
como
garante
de
este
derecho,
de
esta
libertad

que
 es
 fundamental
 para
 la
 formación
 de
 los
 profesionales
 y
 para
 el
 avance
 de
 la

investigación
científica
y
humanística.


Salvador
Acosta
Romero

Guadalajara,
Jal.
2
de
Marzo
de
2009.


Libertad académica y autonomía Universitaria... 9

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