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A Nº 9: Entomopatógenos

1. Introducción
Como la mayoría de los organismos, los insectos son susceptibles a una variedad inmensa de enfermedades
agudas y fatales causadas por patógenos, los cuales pueden ser importantes en el corto plazo como
reguladores de las poblaciones de insectos. Hace más de cien años existe interés de usar patógenos como
controladores biológicos, y algunos se han usado con gran éxito, todo se deriva del interés de desarrollar
alternativas ecológicas a los insecticidas químicos. Los patógenos son microorganismos parasíticos y causan
enfermedad a sus huéspedes. Los grupos más importantes son: virus, bacterias, hongos, nematodos y
protozoos.
En las enfermedades infecciosas se encuentran involucrados microorganismos patógenos. Éstos
generalmente invaden y se multiplican en el insecto y se dispersan infectando otros insectos. Además, se
transmiten por medio de: contacto, ingestión, vectores y a veces de padres a la nueva generación.
Los patógenos son formas procariotas, o sea, organismos sin núcleo y membrana nuclear verdaderas, como
las bacterias y virus, y en el caso de hongos y protozoarios constituyen formas eucariotas, organismos con
un núcleo verdadero encerrado por una membrana nuclear. Los nematodos y microorganismos más grandes
y complejos se incluyen dentro de los patógenos debido al gran número de especies que causan enfermedades
en los insectos.
2. Clasificación
No todos los microorganismos causan infección después de que alcanzan el hemocele de los insectos. Esta
incapacidad para producir infección puede deberse a la resistencia característica del hospedero o a la
inhabilidad del microorganismo para sobrevivir y multiplicarse en el medio ambiente del hospedero.
Los microorganismos que causan infección se dividen en patógenos potenciales, facultativos y obligados.
• Patógenos potenciales. Microorganismos incapaces de invadir al hospedero por medio de la pared
cuticular o del tracto digestivo, requieren de la ayuda del medio ambiente para que reduzca la resistencia del
hospedero o favorezca la habilidad del microorganismo de invadir el hospedero.
• Patógenos facultativos. Microorganismos que no requieren de un insecto debilitado. Ellos pueden invadir
el insecto o no, y su reproducción puede ocurrir en el insecto. Sin embargo, la sobrevivencia de ambos,
potenciales y facultativos, no depende totalmente del insecto. Éstos son patógenos fáciles de cultivar sobre
medios artificiales (hongos y bacterias).
• Patógenos obligados. Microorganismos que requieren un insecto vivo para sobrevivir y multiplicarse.
Pueden darse fuera del insecto en estado de dormancia como esporas, quistes, inclusiones virales, etc. Los
patógenos obligados son: virus, protozoos y ciertos hongos y bacterias.
3. Daños producidos por los agentes patógenos
Una enfermedad se produce en un hospedero susceptible por el efecto de:
Sustancias químicas o tóxicos.
Destrucción mecánica de células y tejidos.
Combinación de los anteriores procesos.
Existen dos tipos de toxinas producidas por los patógenos entomófagos:
• Toxinas catabólicas. Resultan de la descomposición de los sustratos debido a la actividad del
microorganismo. Pueden originarse del sustrato o de la descomposición del patógeno. Por ejemplo, el
desdoblamiento de proteínas, carbohidratos y grasas por el patógeno, que produce alcoholes tóxicos, ácidos,
mercaptanos y alcaloides.
• Toxinas anabólicas. Sustancias sintetizadas por el patógeno. Se clasifican como exotoxinas y endotoxinas.
Las exotoxinas se conocen como ectotoxinas, verdaderas toxinas o toxinas solubles. Éstas se secretan o pasan
al exterior de las células del patógeno, están presentes en bacterias, hongos y algunos protozoarios. Por
ejemplo, algunas bacterias entomopatógenas producen proteinasas, fosfolipasas (lectinasa), quitinasas y
sustancias similares o nucleotidasas (por ejemplo, exotoxin o fly factor).
Por su parte, el patógeno produce las endotoxinas, las que la célula no excreta, sino que confina. Estas toxinas
se liberan cuando el patógeno muere y degenera. La toxina más estudiada de un entomopatógeno es la delta-
endotoxina (toxina cristalina) de Bacillus thuringiensis. La toxina está en un cristal proteico que se forma
durante la esporulación y se localiza cerca de la espora en el esporangio bacterial.
4. Las propiedades más importantes de los patógenos son:
• Infectividad y virulencia: la infectividad es la habilidad de un microorganismo para producir infección al
entrar al cuerpo de un insecto susceptible. En general una infección resulta en efectos patológicos
detectables, como daños o mal funcionamiento. Sin embargo, puede no ser dañina, como es el caso de la
invasión de un mutualista. El simbionte infecta y se multiplica en su hospedero, pero ninguna patología se
involucra. Entonces, la infección puede resultar en una condición de no enfermedad o de enfermedad. En la
infección que resulta en enfermedad, deben considerarse dos factores principales: invasión y patología de
las anormalidades o mal funcionamiento. En algunos casos un patógeno no necesita invadir la cavidad del
cuerpo del insecto o hemocele para causar enfermedad. Este es el caso de la enfermedad bacteriana de las
abejas (loque europea, que causa el Streptococcus pluton, confinado al lumen del intestino de la larva), en
donde el insecto parece afectarse por toxinas producidas por la bacteria.
La virulencia es el poder de un microorganismo de producir enfermedad, es decir, la habilidad de un
microorganismo de invadir y causar daño al hospedero. Es la capacidad de un microorganismo para evitar
los mecanismos de defensa del hospedero. Un patógeno puede ser muy virulento a causa de la baja resistencia
o alta susceptibilidad del hospedero, y a su vez puede tener baja virulencia por la alta resistencia o baja
susceptibilidad del hospedero.
• Patogenicidad. Puede considerarse sinónimo de virulencia ya que se refiere a la habilidad del organismo
de producir enfermedad. La diferencia es que la patogenicidad se aplica a grupos o especies de
microorganismos, mientras que la virulencia se usa para referirse al grado de patogenicidad dentro del grupo
o especies. La patogenicidad algunas veces se muestra como una habilidad genéticamente determinada.
Entonces, puede decirse que la patogenicidad de B. thuringiensis, por ejemplo, es alta para lepidópteros, pero
su virulencia puede variar según las condiciones como métodos de cultivo, almacenaje, formulaciones y
factores ambientales.
• Capacidad para sobrevivir o persistir. Los microorganismos patógenos de insectos pueden persistir en
el medio ambiente, esta habilidad varía de una especie a otra. La persistencia la favorecen condiciones de
humedad, baja temperatura y la protección en excrementos, cadáveres o residuos orgánicos. El suelo se
considera un reservorio efectivo para la persistencia del virus (41 años). En algunos microorganismos, en
especial los que se transmiten transovarialmente, la persistencia en el medio ambiente biótico de hospederos
primarios y secundarios, parásitos, depredadores y otros puede ser más importante que la persistencia en un
medio físico.
• Capacidad para dispersarse. La infectividad de un patógeno puede relacionarse con la manera de
dispersión e invasión dentro del hospedero. La dispersión puede ocurrir por medio de agentes bióticos y
abióticos. La dispersión abiótica se realiza por medio del viento y lluvias. Por ejemplo, partículas virales de
VPN- Orgyia pseudotsugata presentes en el suelo pueden ser arrastradas por el viento. Los parasitoides y
depredadores son muy importantes en la dispersión de virus, y los parasitoides que se desarrollan en
hospederos infectados transmiten la enfermedad
5. Principales características de los patógenos de insectos
Matan, reducen la reproducción, detienen el crecimiento o acortan la vida de las plagas.
Son generalmente específicos de las plagas.
Su efectividad puede depender de las condiciones ambientales y de la abundancia del hospedero.
El grado de control de los patógenos que ocurren naturalmente es impredecible.
Son relativamente lentos en su acción, por eso puede llevar varios días o más alcanzar un control
efectivo.
Son ambientalmente seguros.
6. Tipos de patógenos de insectos
Bacterias
Las bacterias son microorganismos unicelulares relativamente simples que carecen de organelos internos
como núcleo y mitocondrias, y se producen por fusión binaria. Con algunas excepciones, la mayoría de las
bacterias que se usan como insecticidas microbianos crecen en gran variedad de sustratos baratos,
característica que facilita su producción masiva. La mayoría de las bacterias que se usan y que están en
desarrollo para emplearse como agentes de control microbial son formadoras de esporas, pertenecen a la
familia Bacillaceae y al género Bacillus. Estos bacilos patogénicos ocurren en insectos sanos y enfermos,
pero también se presentan en otros hábitats como suelo, plantas, graneros y ambientes acuáticos; pueden
aislarse fácilmente.
Hongos
Los hongos constituyen un grupo diverso de organismos eucariotas que se distinguen de otros por la
presencia de una pared celular, como en las plantas, pero carecen de cloroplastos y, por tanto, de la
habilidad para realizar fotosíntesis.
Los hongos pueden vivir como saprofitos o como parásitos de plantas y animales, y su crecimiento requiere
alimento orgánico que obtienen por absorción desde los sustratos sobre los cuales viven. Presentan una
fase vegetativa unicelular (levaduras) o filamentos (hifas) que forma el micelio. Las hifas con paredes de
quitina o celulosa son uninucleadas
Los hongos representan los principales microorganismos descritos como causantes de enfermedades en
insectos. Algunos de ellos son patógenos obligados como Coelomomyces, Entomophthora y otros
facultativos, y pueden desarrollarse en ausencia del huésped. Los hongos se encuentran asociados a insectos
pertenecientes a diferentes órdenes. El estado inmaduro (ninfa o larva) es en general el más atacado. Su
especificidad a un huésped varía, algunos tienen un amplio rango de hospederos, mientras que otros están
restringidos a una especie de insecto.
Virus
Todos los virus son parásitos intracelulares obligados y, por tanto, deben cultivarse en hospederos vivos.
Los virus patogénicos de artrópodos pueden clasificarse según la naturaleza de la forma molecular (ADN
o RNA simple o doble). Cada uno de estos grupos se subdivide en virus cuya partícula o virión está
embebida en una matriz proteica (virus ocluido) y virus en los que el virión se encuentra libre en la célula
infectada. Cada uno de estos grupos se subdivide con base en su morfología (varilla, ovoide, icosaédrico,
forma de bala, etc.), en su fisiología y características químicas. La presencia de cuerpos de inclusión
constituye un medio fácil y rápido para reconocerlos bajo el microscopio compuesto.
Por ejemplo, entre las familias más conocidas por tener formas de doble ADN se encuentran:
Baculoviridae, Polydnaviridae, Poxviridae, Ascoviridae, Iridoviridae. La familia Parvoviridae contiene
formas de ADN simples. Las familias Reoviridae, Nodaviridae, Picornaviridae, Tetraviridae, Birnaviridae,
Rhabdoviridae, Calciviridae, Togaviridae, Bunyaviridae y Flaviviridae son RNA virus, todos con formas
simples, excepto Reoviridae y Birnaviridae
Nematodos
Los nematodos entomopatógenos (asociados a insectos) tienen un gran potencial para el control biológico
de muchas plagas de insectos de importancia económica.
Los nematodos se consideran gusanos circulares simples con simetría bilateral, son translúcidos y en
general alongados, con extremos redondeados o terminados en punta. Su cuerpo lo cubre una cutícula lisa
con estrías o anulaciones externas. Pueden ser de vida libre, parásitos o depredadores. Muchas de las
especies parásitas ocasionan importantes enfermedades en plantas, animales y humanos. Otras especies son
benéficas ya que atacan a insectos plaga, la mayoría esterilizan o debilitan a su huésped; muy pocos causan
la muerte del insecto. Estas especies suelen ser difíciles de producir debido a su alto costo o ciclo de vida
complejo y poseen un rango específico de hospederos, otras poseen una modesta virulencia.
Los nematodos entomopatógenos se encuentran agrupados en los nemata. Existen dos clases, Adenophorea
y Secernentea. En la primera clase se encuentra el orden Mermitida, parásitos de insectos. Por otro lado,
los Secernentea muestran mayor diversidad, incluyendo los órdenes Rhabditida, Diplogasterida, Ascaridida
y Tylenchida.

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