El acoso escolar o bullying y el ciberbuying son una realidad para muchos niños y niñas
en el mundo. Según el informe de la Unesco Detrás de los números: poner fin a la violencia y el acoso escolares, casi uno de cada tres estudiantes (32%) ha sido intimidado por sus compañeros de escuela. Los problemas de acoso y violencia en el entorno escolar dificultan el desarrollo de competencias académicas y emocionales de los niños y niñas, por lo que es una prioridad evitar el problema, detectarlo de forma rápida cuando ocurre y frenarlo. En base a lo anterior, es fundamental conocer la diferencia entre bullying y ciberbullying. La palabra bullying se refiere a aquellos casos en los que un alumno o alumna es intimidado o vejado por otros compañeros de forma continuada en el tiempo. El ciberbullying , en cambio , es la utilización de la informática para llevar adelante un daño constante a un niño/a, que pueden ser: burlas, agresiones, insultos, rumores maliciosos referidos a él, etc. El primero se desarrolla físicamente en el entorno escolar, mientras que el segundo se desarrolla en internet. Como consecuencia de lo anterior, en el ciberbullying no existe un contacto directo entre agresor y víctima, de hecho, el agresor suele mantener su identidad escondida para protegerse; en cambio, en los casos de bullying se puede conocer el perfil del acosador. El caso digital puede tener una visibilidad mayor a la del acoso tradicional debido al uso de las redes sociales y alcanzar a muchas más personas, agravando, de esa forma, la situación de la víctima ya que existe una audiencia no deseada y difícil de controlar. Otra característica que los diferencian es el tiempo en el que se genera el daño, en el caso del ciberbullying es mucho más rápido, ya que la masividad de las redes sociales es clave para ello y se considera atemporal, es decir no tiene caducidad; en cambio, el acoso escolar se ejerce durante un tiempo bien definido (semanas o meses) dependiendo de la detección del abuso. En este caso, el acosardor puede inhibirse ante la presencia de un adulto o al ser descubierto mientras que en aquel, presenta una desinhibición total al conservar su anonimato detrás de una pantalla.