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Apellido y Nombre: Valia Maria Lujan

N° de Registro: 900844

1)
El ciclo del lanar tuvo un auge entre 1850-1890 en la región pampeana. Se destacaba la
cría de ovinos para la producción de lana. De una estancia colonial (rudimentario) se
pasa a una estancia ovina (establecimientos más chicos). Hay un desarrollo en las
fuerzas productivas: hay más inversión en maquinaria y alambrados importados.
Aumenta la mano de obra (pastores) “Puesteros” que trabajan en familia y se encargan
de la seguridad y de supervisar el alimento. La mano de obra era inmigrante (vascos e
irlandeses) que conocían los cuidados necesarios y las técnicas. No eran asalariados sino
aparceros. La ganancia dependía de él. No pagaba canon fijo y entregaba un porcentaje
de acuerdo a la producción, la que luego él vendía.
La estancia mixta (1890 aprox) se destacaba por su gran dinamismo ya que se
alternaban entre las actividades agrícolas y la cría del ganado. Este cambio lo marcaba
la demanda exterior. Las tierras pampeanas sirven para ambos (excepto Santa Fe que es
para agricultura solo). Al mismo tiempo se introduce ganado europeo (mejor calidad),
esta introducción requería un cambio en las pasturas. El ovino se traslada al sur y se
alfalfa la tierra para el ganado. Esto se conseguía contratando mano de obra (muy
onerosa) y dividiendo los lotes de 2000 hectáreas en 200. Estas tierras eran trabajadas
por los arrendatarios que por lo general era una familia de inmigrantes tanto para la
agricultura y para la ganadería. Los arrendatarios eran pequeños capitalistas que no
vendían su fuerza de trabajo. Pagaban un canon. Sus contratos eran trianuales y al
finalizar el periodo debían dejar la tierra alfalfada, los mismos eran orales y muchas
veces “sin término” lo cual generaba inceridumbre. La relación con el estanciero era
desigual. El estanciero podía ser criador, éste se encargaba del engorde del ganado, y/o
invernadero se encargaba de comprarles a los primeros para luego venderlo a los
frigoríficos y por ultimo comercializar el ganado. Los criadores tenían mayor
vulnerabilidad al tener altas inversiones en capital fijo como planteles de cría y
reproductores y dependían vitalmente de las compras de los invernadores. Los
invernadores eran dueños de las mejores tierras pampeanas que permitían un uso para la
ganadería y agricultura, tenían menos inversiones fijas lo que les permitía ser mas
flexibles en momentos de crisis. Si bien se generaban tensiones entre ambos, también
hay que aclarar que los estancieros podían ser ambos.
El actor social que más sufría las variaciones del mercado eran los pequeños y medianos
arrendatarios y aparceros. El Estado creó mecanismos de créditos que hicieron
accesibles a los productores al mismo.
Los aumentos de los precios de las carnes habían favorecido a la ganadería por sobre los
cultivos. La carne chilled desplaza definitivamente a la carne congelada como principal
producto ganadero de exportación entre 1919-1924.
Con la estancia mixta hay un aumento de la productividad a través de una mejor y mas
eficiente asignación de recursos dentro de la empresa agropecuaria.
La consolidación de la estancia mixta no fue tan agradable para los pequeños y
medianos chacareros agricultores. Estos eran la “variable de ajuste” ya que los
desplazamientos entre actividades y la variación de los mercados implicaban
desplazamientos periódicos de los arrendatarios, lo que suponía un sistema de tenencia
de la tierra precario.
La ley de arrendamiento en 1921pretendia atacar el mal de la inestabilidad de los
agricultores en dos frentes: la duración de los contratos y la protección de los más
pequeños. La ley de arrendamiento de 1932 establecía un plazo mínimo de
arrendamiento de 5 años y la obligación de que los contratos sean escritos para evitar
arbitrariedades. Sin embargo, ninguna de las leyes tuvo éxito en la práctica.
2)
Bajo el análisis de Rocchi la industria se desarrolló con artículos de consumo y su
crecimiento se vio favorecido por la protección arancelaria y un aumento en la demanda
agregada. Los resultados del crecimiento industrial se empezaron a ver reflejados recién
en la década de 1890. Durante ese período surgieron una serie de fábricas dedicadas a
producir alimentos, bebidas, artículos de ferretería, vestidos, etcétera. A comienzos del
siglo XX, la industria siguió creciendo gracias a un nuevo aumento de la demanda. De
todos modos, la industria manufacturera encontró ciertos límites para su expansión en
las dimensiones del mercado que demandaba sus productos. La producción de la
industria protegida por las tarifas aduaneras tenía como principal objetivo el mercado
interno. Las producciones regionales protegidas (azúcar y vino) no contaban con las
ventajas comparativas que eran requeridas para su exportación. La actividad molinera se
vio también limitada ya que los mercados externos importaban el cereal no elaborado,
reservando la molienda en sus países. La carne, por el contrario, tenía ventajas
superiores al exportar artículos procesados.
Varios factores se combinaron para que el modelo agroexportador avanzase: Las
economías europeas estaban atravesando un proceso de industrialización por lo que
demandaban alimentos y materias primas para sus fábricas. A su vez, cada país se
especializaba en los puntos que los hacían diferenciarse de los demás logrando ventajas
comparativas. La internacionalización comercial trajo consigo la internacionalización de
los factores de producción móviles: tierra, capital y mano de obra. A pesar de exportar
alimentos y materia prima, Argentina contaba con escasez de capitales y de mano de
obra. Por el contrario, el país contaba con un factor de producción abundante que a su
vez era el motor del crecimiento económico: la tierra fértil. Con la Constitución
Nacional de 1853 el Estado sentó bases jurídicas: la propiedad privada (art.17), la
nacionalización de la aduana, el Código Civil y Comercial Nacional, la renegociación
de la deuda (que provocó el flujo de capitales) etcétera.
La inmigración (en gran medida españoles e italianos) era el principal factor del
crecimiento demográfico. Para que ésta se pueda llevar a cabo el Estado incentivaba y
promocionaba la llegada de extranjeros convirtiéndose Argentina, en el 2° lugar que
más inmigrantes recibía. Los factores de atracción se basaban en una movilidad social
ascendente y altos salarios. Algunos inmigrantes, una vez llegados se instalaban
definitivamente en las zonas rurales o urbanas. Otros no, más conocimos como
“migración golondrina”.
La urbanización se trató de un suceso paralelo al del crecimiento exportador. Las
ciudades cada vez demandaban más bienes y servicios gracias a su aumento
exponencial. La actividad constructora movilizaba capital y mano de obra,
convirtiéndose en una actividad fundamental de este período. Con la concesión de
créditos el acceso a productos se volvió más accesible ayudando no solo a pequeños
comercios, sino que a grandes tiendas también. Las empresas comerciales tomaron las
riendas tanto las ceremonias de casamiento como de entierros. Esto llevó a la creación
de empresas que se encargaban de arreglar los detalles de las ceremonias. Es por esto
que se puede afirmar que Rocchi tenía una mirada más optimista que Korol en cuanto a
la industria gracias a una economía agroexportadora creciente.
Cuando Rocchi habla de “crisis en la balanza de pagos” habla de que ingresan divisas.
Aumenta el consumo de importaciones y cae la exportación lo que genera un déficit en
la balanza de pagos.
Bajo el análisis de Korol, la estructura industrial fue muy heterogénea. Se incluyen los
frigoríficos (carne para exportar), los molinos harineros (mercado interno) e industrias
como la cerveza, panaderías y mueblerías. El crecimiento se daba mayormente en el
litoral y Bs. As. Las industrias mas destacadas fueron “Alpargatas” e “Islart”. Las
industrias alimentarias eran las principales y la rama textil estaba muy rezagada.
La producción industrial en este periodo es difícil encuadrarla como “moderna”. El
crecimiento industrial era limitado por las fluctuaciones en el valor y volumen de las
exportaciones, la variación en la demanda internacional y las condiciones climáticas. A
su vez la Argentina carecía de yacimientos minerales accesibles (de carbón y hierro) por
lo que debían importarlos.
Las industrias que se inclinaban al mercado interno se encontraban en gran desventaja
contra las grandes industrias de la región pampeana ya sea por su mercado local
limitado o porque no podían acceder fácilmente a un crédito/beneficios.
Para ambos autores, las políticas del Estado fueron existentes, pero no de manera
intencional. Las políticas de propiedad de la tierra, la moneda, la educación y las
migraciones impulsaron el mercado de bienes y factores indirectamente. Las políticas
arancelarias y crediticias ayudaron al sector industrial interno. En sí, no existió una
política industrial global. No se planteaba una política de créditos a largo plazo, ni se
plantearon objetivos de ampliación de los mercados para aquellos productos cuyo
destino era el mercado interno.

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