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UNIVERSIDAD DE ORIENTE

NÚCLEO DE ANZOÁTEGUI
COMPRENSIÓN Y EXPRESIÓN LINGÜÍSTICA
Prof. Belkis González V.
Axel Capriles
https://elestimulo.com/la-autoestima-en-crisis/
5 de septiembre de 2017 10:40 am

LA AUTOESTIMA EN CRISIS

La autoestima del venezolano ha sido minada. En medio de una crisis económica y social que se
ha vuelto una condición crónica, interminable, golpeados por la inseguridad, la inflación, la
escasez y otros sorprendentes males de los que nos creíamos liberados, muy pocos son los
venezolanos que andan con la el orgullo en alto.

La autoestima personal no ocurre en el vacío. Tiene raíces en los grupos de referencia, en el


sentido de pertenencia e identidad colectiva. Cuando gana un equipo de futbol o de beisbol, el
hincha o seguidor entusiasta y apasionado del equipo participa vicarialmente de ese triunfo. Y así
como la euforia o el pesar acompañan a la victoria o a la caída de un equipo de deporte, el fracaso
de un país es un hecho con el que inevitablemente tienen que lidiar sus habitantes. El proceso no
es fácil. El latinobarómetro ya no muestra indicadores sobre el orgullo nacional, pero durante
muchos años Venezuela fue, de todos los países latinoamericanos, el país con el mayor
porcentaje de personas orgullosas de su nacionalidad. La expresión era por demás recurrente: “el
orgullo de ser venezolano”.

Ello no significa que el tema de la autoestima nacional estuviera exento de complejidades. Como
casi todos los países de nuestra región, los venezolanos sufrimos de lo que muchos psicólogos
sociales han llamado el síndrome del fatalismo latinoamericano, un conjunto de disposiciones
muy frecuentes caracterizadas por una imagen peyorativa y denigratoria de nosotros mismos. Así
como elogiamos nuestra naturaleza, sobre todo la abundancia natural, tradicionalmente hemos
desacreditado a los habitantes de estas regiones equinocciales.

Ello no quita que, hombro a hombro, junto a la imagen negativa, los políticos hayan siempre
lisonjeado al pueblo y entre nosotros haya perdurado una exaltación del gentilicio, un per sistente
pundonor por ser los descendientes de Simón Bolívar y de los libertadores de América. En
muchos sentidos, la sociedad rentista, paternalista y clientelar, la política populista que tanto daño
le ha causado al país, fue el producto del sentimiento enraizado de que sólo por ser los herederos
de ese pasado glorioso teníamos derecho al reparto de la torta petrolera.

En el siglo XX, Venezuela fue un paradigma de modernidad en América Latina. No sólo nos
enorgullecíamos de nuestras autopistas y grandes industrias básicas, sino que descollábamos en
educación y salubridad pública y deslumbrábamos como sociedad abierta, la más avanzada y
prometedora democracia de la región. Pero los venezolanos nos hemos visto obligados a
enfrentarnos al fracaso. ¿Cómo sentirnos orgullosos por tener la mayor tasa de homicidios del
mundo, la más alta inflación del planeta? ¿Cómo alabar a un pueblo que escogió libremente a sus
gobernantes?

Tal vez sea el momento de reconstruirla a partir de una consciencia colectiva que haga de las
virtudes cívicas un valor común.

@axelcapriles]]>
Psicólogo. Diplomado en Psicología Analítica. Doctor en Ciencias Económicas y miembro de la Asociación Internacional de
Psicología Analítica. Autor de El complejo del dinero, La picardía del venezolano o el Triunfo de Tío Conejo y Las Fantasías de Juan
Bimba, entre otras publicaciones.

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