En estos tiempos en que la vida sufre una agresión inmisericorde levantamos
la voz. Nuestro grito es Chuquisaca Caricuao, por la vida, Carajo. Así nos haceos presentes. Así hemos decidido vivir. Así somos. Somos los de Chuquisaca. Somos los de Caricuao.
Somos los descendientes de quienes lucharon en el pantano de Vargas. Allá
en la Nueva Granada, Nuestras almas estuvieron en Boyacá, Carabobo, Pichincha y Ayacucho. Tenemos piel mestiza de libertadores. Terminada la sangrienta jornada por nuestra independencia nuestras almas fueron a ser sanadas en Chuquisaca. Ahí el pueblo de libertadores se quitó la casa del militar y las armas ensangrentadas. Ahí el ejército libertador se convirtió en un pueblo forestador.
Hombres y mujeres que quitaron vidas y entregaron vidas hacen un acto de
sanación. Y se comprometen con la vida. Chuquisaca, el primer decreto ambientalista del libertador Simón Bolívar nos marca la ruta en la defensa de la vida. De la bio diversidad. Somos Caricuao. Estamos en territorio Toromaima. Y le tomamos el testigo a nuestro Piache, a nuestro Cacique yerbero. Así nos enfrentamos al arrase ecológico que en nombre de la economía, el desarrollo y el progreso destruye los bienes naturales que hacen posible que se pueda vivir en este lugar, nuestro amado Caricuao.
Sabemos que la emboscada comenzó hace tiempo, cuando se urbanizó sin
dialogar con el territorio. Sin preguntar sobre su capacidad de varga. Cuánto soportabas sin empezar a querer sudar a sus nuevos pobladores, cual si se tratara de una fiebre, de un malestar. Aquí hacemos un alto. En este momento comenzamos a corregir algunas conductas. Porque vamos por la preservación el respeto de la vida , de la bio diversidad, como en Chuquisaca. Como que somos los que tomamos el testigo del Indio Caricuao. Por la vida, Carajo. A corregir conductas.
Ahora nombramos todo lo que queremos corregir, lo que nos indigna.. y