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Dr. C. Clara de los Ángeles Guzmán Góngora, Prof.

Titular

Dr. C. Belisario Cedeño García, Prof. Titular.


Dewey- Tres primeras letras del autor-Primera del Título
Apellidos, Nombres del Autor 1

/ Nombres y Apellidos Autor 1, Nombres y Apellidos Autor 2 y Nombres y Apellidos


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1. Apellidos, Nombres del Autor 2
2. Apellidos, Nombres del Autor 3
3.

Autor-Editor: Apellidos, Nombres del Autor 1


Digitalizador: Dr. C. Raúl G. Torricella Morales (torri@reduniv.edu.cu)

Apellidos, Nombres del Autor 1, 2012


Editorial Universitaria del Ministerio de Educación Superior, 2012

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TABLA DE CONTENIDO

INTRODUCCIÓN 1

CARACTERIZACIÓN EPISTEMOLÓGICA DE LA FORMACIÓN

SOCIOHUMANISTA DEL INGENIERO AGRÓNOMO 5

1.1 Tendencias históricas en la formación sociohumanista del

ingeniero agrónomo en Cuba 5

1.2 Caracterización gnoseológica de la formación sociohumanista

del ingeniero agrónomo 11

1.2.1 Formación, formación integral y formación 11

sociohumanista

1.2.2 Las configuraciones de la formación sociohumanista 20

1. 2.3 Sistematización ético - axiológica de la formación del 30

profesional

1.3 Caracterización de la situación actual 32

Conclusiones 35

Notas 36
DEDICATORIA

A la memoria de mi madre que siempre me guió con su ejemplo y

mantuvo latente la aspiración de que alcanzara este resultado.

A mis hijos para que constituya un referente en su formación profesional.

A mi esposo por su ayuda incondicional en el camino andado y por andar.


Introducción

La dimensión sociohumanista es objeto de atención de maestros y pensadores en todos

los tiempos. En el presente siglo resulta peculiar la concepción dinámica del proceso

educativo, a través de la formación de ciudadanos verdaderamente humanos para sí y

para la sociedad y al cambio de orientación dirigido a la búsqueda de nuevos nexos y

relaciones, a mayores niveles de flexibilidad en los enfoques y a una ampliación en los

índices de integración. Responde a la finalidad de cumplir las exigencias que dimanan del

proceso de formación de las generaciones presentes y futuras.

La educación cubana, como parte de los subsistemas de la sociedad actual, asume este

reto como prioridad. Se alcanzan índices superiores de calidad en el proceso formativo y

diversas experiencias contribuyen al enriquecimiento del pensamiento pedagógico

cubano. Para su carácter continuo y dinámico se precisa de reformulación, adecuación o

profundización. Una de esas problemáticas es la formación del hombre nuevo. Para

lograrla se parte de la Constitución de la República de Cuba (1976), según la cual es

objetivo de la sociedad cubana la formación comunista de las nuevas generaciones y su

preparación para la vida social. En el logro de tal propósito es medular el tratamiento de la

formación sociohumana, con nuevos enfoques, que posibiliten la comprensión de su

esencia, estructura, significación e implementación.

La universidad cubana asume la formación integral con la pretensión de forjar valores

plenos en los profesionales, potenciar cualidades de alto significado humano, desarrollar

su independencia y prepararlos para asumir su educación durante toda la vida. Para eso

la formación debe rebasar los límites de lo instructivo al centrar su atención fundamental

en el hombre, en el desarrollo de la personalidad, y por tanto en los aspectos

significativos, conscientes, de compromiso social, como prioridad principal (Horruitiner, P.

2006).
La formación integral resulta ser la esencia de la formación profesional que expresa la

relación entre cultura, educación, desarrollo y aprendizaje. Al decir de Suárez, C. y

colectivo (2006:266) el desarrollo es premisa que posibilita la formación integral de los

estudiantes como proceso y resultado de todo el sistema de influencias educativas,

consecuencia de la relación entre lo instructivo, lo educativo y lo desarrollador, en el que

el aprendizaje constituye un mecanismo de la educación, síntesis de los elementos

esenciales de la cultura.

En el estudio de la formación integral, resultan claves: la relación que se establece entre

la dinámica de los procesos sociales externos y los internos y la que se expresa en el

sujeto entre espacio, tiempo y distancia formativas. Estas revelan los niveles de

conciencia del sujeto acerca del ritmo de su formación en un período dado, el lugar que

ocupa, lo que aporta, comparte y aprende de las relaciones interpersonales socio-

educativas que expresan su valoración en relación con los otros.

Constituye una necesidad formar un profesional competente, con preparación científica

aparejada al componente sociohumanista. Ello requiere potenciar una educación

desarrolladora cuyo fin y esencia toma en cuenta los principios básicos del humanismo.

Distingue a la formación sociohumanista, la acción reflexiva como eje de integración de

sus configuraciones, donde se construyen significados y sentidos, lo que unido a los

nexos entre lo cognitivo y lo afectivo, promueve un proceso personalizado, crítico y

consciente, que permite a los estudiantes asumir la responsabilidad social, la capacidad

de aplicar y proyectar los conocimientos adquiridos de manera rigurosa y ética en su

profesión, en las situaciones de la vida cotidiana, en su contribución a la realización

personal y de beneficio social; un profesional capaz de mantener una permanente

interrogación sobre su aprendizaje (Suárez, C. y colectivo, 2006:270).

Es creciente el interés por la problemática en estudio, corroborado en las investigaciones

que la desarrollan. Sin embargo, se precisa continuar su tratamiento y concreción en el

proceso formativo, pues se hacen evidentes en su visión actual, signos de eclecticismo,


falta de coherencia y sistematicidad, diversidad en los modos de concebirla y aplicarla, así

como un tratamiento en ocasiones reducido al plano instructivo, despreciando las

potencialidades de lo educativo y lo desarrollador.

En el plano internacional se destacan los criterios de Muñoz, J., Herrera, D. y Bierman, E.

(1986) los cuales hacen aportes a los elementos de la formación sociohumanista que se

deben potenciar en los estudiantes. Marcovich, J, (1998), plantea el rediseño del papel de

las humanidades en esta formación. Krotz, E. (1994), refiere problemas con las Ciencias

Sociales y aboga por una transmisión más integrada desde la perspectiva de los

fenómenos socioculturales. Por otra parte, el estudio de las dimensiones de dicha

formación es recurrente en las obras de Flores, R. (2002) y Galdona, J. (2006).

En el orden teórico-didáctico se consideran aportaciones al objeto y al campo de la

investigación los estudios de los cubanos Alarcón, R. y Sánchez, R. (2000); Ramos, G.

(1995, 2005); Guadarrama, P. (2001); Viciedo, C. (2002); Pérez, E. (2002); Valdés, M. y

Castañeda, E. (2002); Arana, M., Batista, N. y Ramos, A. (1995, 2000, 2003, 2004);

Fabelo, J. (1995, 2004); Rodríguez, Z. (1989); Fuentes. H. (1998, 2002); Horruitiner, P.

(2006); Suárez, C. (2000, 2002, 2003, 2005, 2006). Todos aportan a los fundamentos

epistemológicos del proceso, refrendan insuficiencias y potencialidades y plantean la

premisa de acometer investigaciones científicas dirigidas a la formación sociohumanista.

Estas visiones, aunque loables en el tránsito hacia mayores niveles de cientificidad en su

tratamiento, no abordan los componentes estructurales de la misma desde los

fundamentos filosófico-pedagógicos.

La autora considera pertinente un enfoque estructural de la formación sociohumanista

desde su núcleo: una determinada concepción del hombre, en virtud de la diversidad de

criterios al respecto; así como examinar el lugar y papel de lo axiológico dentro de la

formación objeto de análisis, a pesar de la creciente estimación de los valores ético –

profesionales, como tendencia en la Educación Superior.


Con independencia de los avances experimentados en las universidades en materia de

trabajo formativo, especialmente en la formación de ingenieros, existen algunas

inconsistencias y potencialidades de carácter general que también se expresan en el

contexto educativo de la Carrera de Agronomía del Centro Universitario de Las Tunas,

develadas en el diagnóstico preliminar realizado mediante un taller de intercambio con

profesores.

La selección de esta carrera obedece a su presencia en el centro durante más de tres

décadas, su tránsito por todas las generaciones de Planes de Estudio y la experiencia

acumulada en la práctica docente. Mediante la observación participante se sistematizan

vivencias y resultados de la investigación en materia de valores ético – profesionales por

más de dos lustros. Se cumple además con los reclamos de la sociedad, la nueva

universidad y los agroecosistemas, los que apuntan hacia la situación indicativa de

limitaciones que precisan su indagación. Se destacan por su significación:

 Las insuficiencias en la organización, efectividad y aplicación del enfoque integral para

la labor educativa y político ideológica y en la cohesión entre las dimensiones que confor-

man la formación integral.

 La tradición de privilegiar los aspectos tecnológicos por encima de los sociohumanistas,

debido a la inexistencia de un diseño de formación para el ingeniero agrónomo y que el

plan D implica un retroceso al desatender algunos aspectos consolidados en el plan C.

 La limitada socialización de investigaciones sobre la materia para este profesional y la

escasa aplicación del Código de Ética existente.

 Los estudiantes ingresan a la educación superior con limitaciones en lo cognitivo (cono-

cimientos que conforman su cultura general, aspectos esenciales de la historia, la expre-

sión oral y escrita, el desarrollo de habilidades para el estudio y pocos hábitos de lectura)

y en el comportamiento (limitaciones para relacionarse y convivir de manera adecuada).


 Se constata una concepción estratégica de la carrera con un trabajo metodológico sis-

tematizado, unido a las cualidades morales y de compromiso revolucionario de profesores

y alumnos.

Desde esta situación se devela la existencia de una contradicción externa entre el

proceso de formación integral que se desarrolla en la Carrera de Agronomía del Centro

Universitario de Las Tunas y el resultado que expresa inconsistencias en el logro de los

objetivos formativos, reveladores de la situación indicativa del problema científico.

Su pertinencia se vincula con la actual reforma de la Educación Superior, que contribuye

al perfeccionamiento y desarrollo del proceso formativo en la Carrera de Agronomía,

acotado al contexto universitario de Las Tunas, lo que debe lograrse a partir de considerar

que la formación del estudiante representa, en esencia, el resultado de un proceso de

socialización del sujeto en la educación, en la cual deviene ser social y de las carencias

que reporta el análisis causal, asociadas con la aprehensión de la cultura general e

incongruencias en el sistema de normas y valores socialmente aceptados.

La presente propuesta se sustenta en lo estratégico del proyecto social cubano en la

actual coyuntura y sus relaciones, esencias y regularidades. A partir de lo cual, se

determinan los componentes y estructuras formativas de la estrategia integral para la

sistematización ético-axiológica de la formación profesional, sobre la base de la lógica

esencial de la profesión. Tributa a la formación integral en la medida que contribuye a

determinar los núcleos integradores de la formación sociohumanista desde y para la

universidad.
CAPÍTULO I. CARACTERIZACIÓN EPISTEMOLÓGICA DE LA FORMACIÓN

SOCIOHUMANISTA DEL INGENIERO AGRÓNOMO

La concepción de hombre que defiende el modelo de universidad actual reconoce la

individualidad como rasgo esencial del ser humano y con ello su capacidad de desarrollo

y enriquecimiento espiritual. Constituye aspiración suprema la formación de un sistema de

valores ético-axiológicos que den respuesta a las exigencias socioprofesionales, facilitado

por un aprendizaje desarrollador y significativo.

El análisis de las tendencias de la formación sociohumanista del ingeniero agrónomo en

sus etapas se realiza sobre la base de indicadores como síntesis de su manifestación.

Desde el punto de vista gnoseológico se caracteriza la formación sociohumanista como

componente de la formación integral, a partir de una determinada concepción del hombre.

Se presenta el proceso de formación de valores y su contribución al proceso estudiado.

Por último se corrobora el problema científico detectado mediante diagnóstico realizado.

1.1. Tendencias históricas en la formación sociohumanista del ingeniero agróno-

mo en Cuba

La Agronomía es la rama de la ingeniería que emplea los conocimientos científico-

técnicos para enfrentar desde el punto de vista tecnológico la producción en los

agroecosistemas, que propicien la satisfacción de las necesidades que el hombre

demanda para su existencia. Es una disciplina tecnológica, en virtud de la cual se

convierte en una ciencia aplicada (Cedeño, B., 2000). Su enseñanza en Cuba inicia a

principios del siglo XX, con un desarrollo ascendente hasta nuestros días.

La Carrera de Agronomía en el Centro Universitario de Las Tunas ha transitado por todas

los Planes de Estudio. Comienza a impartirse en la provincia a partir del curso 1974-1975

con el inicio en Las Tunas de la Unidad Docente adjunta a la Filial Universitaria de

Holguín adscripta a la Universidad de Oriente. En el curso 1987-1988 se inicia el Curso

Regular Diurno y los procesos de institucionalización de las estructuras de la carrera para


su fortalecimiento y despegue. Su misión social es gestionar los procesos de producción

agropecuaria y contribuir al desarrollo económico del territorio con la potenciación de las

cualidades científicas, tecnológicas y sociohumanistas.

El proceso de formación sociohumanista es, en esencia, educativo y se desarrolla acorde

con los valores derivados de ella, como peculiaridad de la educación cubana en todos sus

niveles. El análisis de sus tendencias en el ingeniero agrónomo se realiza sobre la base

de indicadores, que permiten derivar etapas, regularidades y tendencias.

Los indicadores se sintetizan en: el vínculo de la universidad con la sociedad, el

paradigma de desarrollo, las transformaciones vinculadas con la problemática investigada

en las distintas generaciones de Planes de Estudio, la concreción del principio de

vinculación del estudio con el trabajo y la vida y las aportaciones de los talleres de trabajo

político-ideológico.

Lo mejor de la creación, las tradiciones y experiencias pedagógicas cubanas distingue la

educación desde las etapas iníciales de la Revolución, como continuidad y ruptura de una

axiología, una pedagogía y una ética, que tiene entre sus rasgos principales el

perfeccionamiento de la integración del enfoque científico con el humanista universal y

nacional (Miranda, O., 2000:154).

Las transformaciones revolucionarias a partir de 1959 crearon un clima favorable para el

desarrollo de un hombre portador de valores humanos vinculados con la propia naturaleza

de la Revolución. En torno a estos valores básicos se ha mantenido la cohesión e

integración de la mayoría al proyecto social humanista fundado y en construcción. La

premisa de partida fue la Campaña de Alfabetización.

Los estudios superiores materializan este ideal a través de las etapas que se proponen

para el estudio en la Carrera de Agronomía:

1. Etapa (1962-1975): Establecimiento de las bases de la formación sociohumanista del

ingeniero agrónomo en un contexto revolucionario.


2. Etapa (1976-1989): Inicio de la institucionalización de la formación sociohumanista en

este profesional.

3. Etapa (1990-1998): Conceptualización, perfeccionamiento y aplicación en la práctica de

la formación humanista para el desarrollo cultural integral del ingeniero agrónomo.

4. Etapa (1999 - hasta la actualidad): Dirección consciente de la formación

sociohumanista del futuro egresado de esta carrera.

Establecimiento de las bases de la formación sociohumanista del ingeniero

agrónomo en un contexto revolucionario (1962-1975)

La Reforma Universitaria de 1962 propició la integración de la universidad a la sociedad

con el objetivo de transformar los programas y planes de estudio de las carreras y lograr

profesionales capaces de construir la nueva sociedad para garantizar su progreso

(Cervantes, J., 2006). Esta Reforma marca el inicio de la transformación de lo

sociohumanista en los planes de estudio, porque propicia el desarrollo armónico de los

estudiantes en sus valores intelectuales, morales, cívicos, estéticos y corporales. Se

incluyen nuevas asignaturas para enfrentar el desarrollo en la agricultura derivado de la

aplicación de la Reforma Agraria.

Se prioriza la formación de contenidos científico-técnicos y el fortalecimiento ideológico de

los jóvenes que les permitiera erigirse como constructores de la nueva sociedad. Estas

transformaciones evidencian las siguientes regularidades:

- La variable social se significa en virtud del paradigma de desarrollo económico que se

asume, para garantizar el progreso.

- El Proceso continuo y abierto al perfeccionamiento y transformación de la Educación Su -

perior, en consonancia con la propia dinámica de la sociedad.

- La aparición de gérmenes estructurales para la formación de valores como la Comisión

de Integración Universitaria y de Extensión Universitaria, como expresión de la integra-

ción de la universidad al pueblo.


- El proceso docente se destaca por su capacidad para formar conocimientos científico-

técnicos y fortalecer la ideología.

- La inclusión de nuevas asignaturas en los planes de estudio para enfrentar el desarrollo

sociotecnológico en la agricultura.

- Se introduce el principio martiano y marxista de vinculación del estudio con el trabajo,

imprimiéndole una dimensión social, aunque con carácter no profesional.

En resumen, la tendencia de la etapa es el tratamiento de los aspectos sociohumanos de

forma tradicional, caracterizados por un enfoque enciclopedista, fragmentado y

espontáneo.

Inicio de la institucionalización de la formación sociohumanista en este profesional

(1976-1989)

La celebración del Primer Congreso del Partido Comunista de Cuba marca el inicio de un

nuevo período en el desarrollo de la sociedad cubana y particularmente para la Educación

Superior. Se definen en la Tesis sobre Política Educacional (1975) los logros más

significativos de la Revolución en el proceso docente educativo.

La creación del Ministerio de Educación Superior en 1976 y la Red de Centros de

Educación Superior Agropecuarios potencia su desarrollo y perfeccionamiento continuo, a

partir de la estructuración de los Planes A que incluyeron asignaturas para reforzar la

formación tecnológica de los futuros profesionales (Cruz, S. 1999). Los Planes de Estudio

B se caracterizaron por posturas ideopolíticas rectoradas por valores vinculados con la

actividad científica. Ello contribuyó a una mayor vinculación con el perfil profesional y un

incremento del tiempo dedicado a las asignaturas que tributan a los modos de actuación.

En ambos Planes de Estudio se incluyeron asignaturas como Economía Política,

Economía Agropecuaria y Filosofía Marxista destinadas a modelar una actitud

consecuente ante la profesión y la sociedad. Se estructuraron temas sobre los procesos


sociohumanos, socioeconómicos y culturales, pero con una insuficiente contextualización

a la especialidad y su nexo con la vida.

Las asignaturas del ejercicio de la profesión abordaban las contenidos sociohumanos de

manera fragmentada y espontánea, debido a la carencia de un trabajo metodológico

dirigido al desarrollo de relaciones interdisciplinarias entre las Ciencias Sociales,

Naturales y Técnicas. Se reflejaba una falta de cultura acerca de la historia de la

profesión.

Se aumentan las horas dedicadas a la formación básica y a la materialización del principio

estudio-trabajo, a través de las prácticas de familiarización y de producción, lo que revela

una mayor vinculación con el perfil profesional, aún cuando forme un profesional

dicotómico respecto a este principio.

Las principales regularidades manifiestas en la etapa se pueden resumir en:

- El inicio de la intencionalización de la formación sociohumanista.

- La estructuración interna de las carreras en especialidades, un alto nivel de centraliza-

ción, mayor compromiso con el proyecto socioeconómico vigente y el reforzamiento de

la formación tecnológica de los profesionales.

- La concreción de los principios de vinculación con el trabajo y con la vida contribuye a la

formación sociohumanista, al desarrollo de posturas ideopolíticas rectoradas por valo-

res, cuyo resultado fue la realización del proceso de profundización de la conciencia re -

volucionaria.

- La incorporación de nuevas concepciones acerca de la enseñanza activa y el desarrollo

de la actividad investigativa, limitadas por la utilización de métodos productivos.

- La formación integral de los estudiantes se perfecciona con la inclusión del idioma ex-

tranjero, la Educación Física, el ciclo de Ciencias Sociales y la Preparación Militar.


- A los contenidos técnicos se incorporan elementos socioeconómicos como respuesta al

paradigma de desarrollo humano que integra la dimensión social y la económica (Cer-

vantes, J., 2006).

- El enfoque espontáneo y fragmentado de los contenidos, evidencia limitaciones en el

trabajo metodológico para la integración.

Se manifiesta como tendencia de la etapa el completamiento selectivo de los contenidos

de las ciencias sociales y las humanidades, que intencionan la orientación de la formación

sociohumanista, institucionalizado por la concepción del currículo, aunque con una fuerte

presencia conductista y un fraccionamiento de los contenidos.

Conceptualización, perfeccionamiento y aplicación en la práctica de la formación

sociohumanista para el desarrollo cultural integral del ingeniero agrónomo (1989-

1998)

El Plan de Estudio C, de perfil amplio, brinda una respuesta a las exigencias profesionales

en correspondencia con las demandas del desarrollo socioeconómico vigente, junto a la

inclusión del paradigma de desarrollo sostenible (Cervantes, J., 2006).

Este modelo general de formación se inicia en el año 1990, dirigido a elevar la calidad del

sistema, con una visión integral y dialéctica de los principios valorados en las etapas

anteriores. Permite preparar al egresado al potenciar sus capacidades para el desarrollo

eficiente en los agroecosistemas, sobre la base de resolver problemas propios de su

quehacer, a partir de los modos de actuación. Se inician investigaciones pedagógicas

relativas a la formación sociohumanista de los ingenieros cubanos.

Las nuevas condiciones en el orden económico, político y social que impone el derrumbe

del campo socialista, el incremento de la agresividad en todos los órdenes por parte del

gobierno de Estados Unidos y el inicio del Período Especial demandan la necesidad de un

debate en las universidades. A partir de 1995 se profundiza el enfoque integral de la labor

educativa y político-ideológica. En este contexto se realiza el V Pleno del Comité Central


del Partido, que hace un llamado a la aceleración y el perfeccionamiento de la labor

educativa y político-ideológica.

Se instituye la celebración, con carácter anual, del Taller Nacional sobre Trabajo Político

Ideológico en las Universidades, que deviene en indicador en esta etapa y en la siguiente.

En ellos se fueron conformando los principios para hacer más sólido el trabajo político-

ideológico y educativo con los estudiantes, cuya concreción se alcanza a través de los

proyectos educativos que amplían su protagonismo, autorregulación, autodeterminación y

toma de decisiones.

Como resultado se concluye que existen insuficiencias en el enfoque social humanista

que requiere el profesional. Se expresa la necesidad de un proyecto de formación de los

valores consustancial al estudiante. Se proyecta un tratamiento social humanista en los

contenidos de las asignaturas y disciplinas.

La implementación del plan C modificado introduce la asignatura Problemas Sociales de

la Ciencia y la Tecnología en la disciplina Marxismo-Leninismo. Esto repercute

favorablemente en la formación sociohumanista del ingeniero agrónomo, sin embargo, su

contribución se reduce en ocasiones a la contribución que ciencia y tecnología realizan a

la formación del profesional.

Esto ideas permite asumir como regularidades de la etapa a las siguientes:

- El paradigma de desarrollo sostenible constituye la base de la formación del profesional

de las Ciencias Agrícolas.

- La existencia de un modelo de formación profesional, a partir de los problemas y modos

de actuación y la sistematización de la enseñanza para el logro de sus objetivos.

- Se da prioridad a los aspectos educativos-afectivos en estrecha relación con los cogniti-

vos, a un mayor nivel de integración del estudio con el trabajo, a partir de una visión in -

tegral y dialéctica.
- Se perfecciona la contribución cultural integral, sustentada en nuevos conceptos y mo-

dos de implementación, así como el rediseño de la labor educativa y político-ideológica.

- Se reevalúa el enfoque integral que incluye la formación sociohumanista a partir de los

conocimientos y valores de las asignaturas.

- No se alcanzan los niveles adecuados de secuenciación en el tratamiento de los conte-

nidos sociofilosóficos al interior de las asignaturas de la disciplina Marxismo-Leninismo.

- Las asignaturas y disciplinas que tienen una incidencia más directa en los perfiles profe -

sionales manifiestan enfoques fragmentados del contenido sociohumanista.

- Los valores que se declaran en los programas presentan problemas con la implementa -

ción, porque la práctica educativa no es sistémica ni sistemática.

La tendencia de la etapa es el redimensionamiento del enfoque integral de la formación

sociohumanista para un desarrollo cultural que se concibe como elemento contentivo en

el Plan de Estudio, desde un principio de desarrollo sostenible, manifestándose en la

interdisciplinariedad, aunque su tratamiento no es sistémico y se realiza de forma

fragmentada.

Dirección consciente de la formación sociohumanista del ingeniero agrónomo (1999

- hasta la actualidad)

En el III Taller de Trabajo Político-ideológico efectuado en 1998 se plantea explícitamente

la necesidad de la dirección consciente de la formación sociohumanista y en valores. Se

analizan las insuficiencias en este proceso y se busca una formación más humanista y

educativa en los estudiantes.

El saldo principal de la celebración de los talleres desarrollados (1999, 2000 y 2001) se

relaciona con un reforzamiento del trabajo ideológico, el incremento de las capacidades

en los estudiantes para defender la Revolución en el campo de las ideas y se enfatiza en

la formación cultural integral del estudiante, expresada en un desarrollo político ideológico

elevado y una cultura social humanista. Se analiza la necesidad de una mayor


interdisciplinariedad e integración transversal entre las Ciencias Sociales, Naturales y

Técnicas.

El desarrollo de tareas de impacto se convierte en prioridad y contribuyen a resolver

problemas económico-sociales, al propio tiempo aportan habilidades y valores

profesionales. Otras prioridades que se establecen es el papel de la extensión en la

formación sociohumanista y la gestión socializadora de la comunidad universitaria con la

participación de los estudiantes. El vínculo estudio-trabajo se refuerza como idea rectora,

encaminada a garantizar los modos de actuación y competencias que requieren el manejo

de los agroecosistemas en su integración con la sociedad. Se trabaja por la eliminación

de las insuficiencias en cuanto a la planeación de los objetivos educativos en relación con

los instructivos.

Se elabora por vez primera un Código de Ética y una Estrategia de Formación

Sociohumanista para los ingenieros agrónomos en formación (Morales, Y., 2006), lo cual

es loable; sin embargo, el código se reduce a un conjunto de deberes y derechos que no

abarca la totalidad de sus funciones. La estrategia ofrece una visión limitada, aunque

reconoce el papel de las asignaturas y los valores, solo lo declara sin precisar el cómo

instrumentarlo y sobredimensiona el papel de lo sociopolítico en la formación

sociohumanista.

Se evidencian como regularidades de esta etapa:

- La falta profundidad en la enseñanza de la Historia de Cuba, de la FEU y de la Universi-

dad.

- La necesidad del complementar la formación sociohumanista de los profesores.

- Existe un mayor reforzamiento del trabajo político-ideológico, cuya plataforma cultural y

sociohumanista es resultante del fortalecimiento de la relación ciencia-ideología.


- Desde la formación integral se privilegia la adquisición de competencias profesionales

de su desempeño científico, técnico, social y cultural, un alto compromiso social y la

práctica de la incondicionalidad.

- Un enfoque de la ciencia y la tecnología más humanista y un fundamento más científico

y tecnológico en la comprensión del hombre y su vida espiritual.

- El continuo rediseño de los aspectos medulares de la misión que le corresponde a la

Universidad del siglo XXI, como base de la formación sociohumanista: la integración con

la sociedad, la contribución al desarrollo sostenible del país, el mantenimiento de las

ideas rectoras de unidad entre lo educativo y lo instructivo y él vinculo del estudio con el

trabajo y con la vida.

La tendencia de la etapa es el tratamiento de lo sociohumanista desde un enfoque

intencional, transdisciplinar y proyectado a la integralidad.

La tendencia humanista requiere reconceptualizar la idea de la profesionalidad del

ingeniero agrónomo, con un enfoque ético-axiológico de carácter sistémico e integrador,

que supere las concepciones positivistas y tecnocráticas y contribuya a la formación de

profesionales altamente calificados, competentes y comprometidos con los destinos de la

patria socialista.

El análisis del comportamiento tendencial a partir de los indicadores, evidencia en cada

una de las etapas un mejor comportamiento. La formación del ingeniero agrónomo y su

concreción al Centro Universitario de Las Tunas incrementa los niveles de calidad y

pertinencia del proceso formativo en la Educación Superior (Anexo I). Subsisten

inconsistencias en el orden teórico y praxiológico que demuestran la necesidad de

perfeccionar el proceso de formación sociohumanista.

1.2. Caracterización gnoseológica de la formación sociohumanista del ingeniero

agrónomo

1.2.1. Formación, formación integral y formación sociohumanista


El carácter científico, tecnológico y humanista matizan hoy la formación de profesionales

en la Universidad Cubana, en cuya dinámica se manifiesta la formación integral. Un

análisis del término formación considera los criterios de autores como Álvarez de Zayas,

C. (1999); Zabalza, M. (2000); López, J. (2002); Baxter, E. (2002); Bravo, C. (2002);

Horruitiner, P. (2006) y Fonseca, J. (2006), a partir de los cuales la autora generaliza sus

ideas. Asume una definición propia: proceso para el desarrollo de la personalidad,

vinculado a las exigencias del contexto. Revela en la formación del ser humano

cualidades trascendentes: su visión procesal e integradora, sistemática, consciente,

inacabada y dinámica, cuya naturaleza esencial y dirección responde a los imperativos de

las condiciones sociales.

La formación en su sentido integral, es enfocada desde diferentes puntos de vista,

aunque su uso más general es como proceso permanente que se lleva a efecto en la

universidad con el propósito de preparar integralmente al estudiante. Tiene tres

dimensiones esenciales: instructiva, desarrolladora y educativa y la relación entre cultura,

educación, desarrollo y aprendizaje; de lo que resulta la transmisión y apropiación de

conocimientos, habilidades y valores que aseguran un desempeño profesional exitoso, a

partir de la formación de competencias.

Se asume la concepción de que la formación integral del profesional es un proceso

consciente, intencional, de capacidades y competencias en las futuras profesiones, que

requiere del aprovechamiento de diversos espacios formativos como fuente de

potenciación del desarrollo de los estudiantes, a partir de la aprehensión de herramientas

esenciales para la producción del conocimiento de la profesión, basado en el desarrollo

de habilidades para el ejercicio profesional y sobre todo, con un fuerte contenido ético-

axiológico como respuesta a las demandas del desarrollo científico y social (Suárez, C. y

colectivo 2005). De este modo, el proceso de formación es un proceso de relaciones en el

orden epistemológico, psicológico y sociológico del que broten sus potencialidades y

fundamentos.
La condición de proceso configurado por aspectos internos y externos que se sustenta en

la ley de la doble formación, la comprensión de la relación dialéctica entre cultura,

educación, desarrollo y aprendizaje ya expresada, así como la determinación histórico-

social de los procesos psicológicos, son fundamentos extraídos del enfoque histórico

cultural de S. L. Vigotsky. La reflexión en la acción y sobre la acción reflexiva con un

enfoque ético-axiológico se constituyen en otros presupuestos, que apuntan hacia la

flexibilidad del currículo como síntesis de las relaciones desarrolladoras que tienen lugar

entre los sujetos que intervienen en el mismo.

La formación consciente y planificada de la personalidad del estudiante universitario, con

la participación de todos los sujetos en su espacio educativo, se convierte en prioridad de

la Educación Superior, para ello se introduce el enfoque integral para la labor educativa

en las universidades, que tiene como base el desarrollo de valores en los estudiantes y su

transformación para alcanzar niveles cualitativamente superiores en su desempeño

profesional integral (Horruitiner, P., 2006:25).

Se coincide con Arana, M. (2003) y Horruitiner, P. (2006) en que el desempeño

profesional integral significa la consolidación de capacidades para enfrentar los retos

actuales, con una preparación científico-técnica, una amplia formación humanística, la

asunción de elevados valores éticos, morales y sociales que se traduzcan en respuestas

de compromiso social, con una proyección vivencial y laboral que combine las

competencias laborales. Se manifiestan en su comportamiento social sustentadas en el

dominio de los futuros modos de actuación con las cualidades personales.

El comportamiento social vinculado a la formación integral del profesional origina el

comportamiento socioprofesional, que se define como la conducta consciente en el

estudiante para comprender e interpretar sus acciones con un sentido ético orientado a su

actuación, la apropiación de aprendizajes significativos para el ejercicio de su profesión y


para su vida social. En el centro de sus análisis se manifiestan los conflictos y las

soluciones entre el ser y el deber ser, donde la responsabilidad ocupa un lugar rector.

La Educación Superior requiere del perfeccionamiento continuo del modelo de formación

profesional. Para ello define su misión encaminada a la preservación, desarrollo y

promoción de la formación integral y como parte de ella, lo sociohumanista, a través de

los procesos sustantivos que tienen lugar en estas instituciones, en estrecho vínculo con

la sociedad y la cultura de la humanidad en su dimensión más abarcadora expresados en

los objetivos formativos.1

Al abordar el concepto de dimensión se consideran los criterios de Álvarez, C. (2000),

Horruitiner, P. (2006:17-18) y Fuentes, H. (1998, 2004) que permiten generalizar como

aspectos distintivos: el modo que un proceso puede ser estudiado y analizado desde

diferentes posiciones y enfoques, la perspectiva de un determinado proceso en

circunstancias especiales, la caracterización parcial de los procesos atendiendo a sus

rasgos fundamentales para el sujeto que lo analiza y que pretende connotar. Coinciden

esencialmente con los criterios que se asumen en la investigación.

La formación sociohumanista tiene una larga tradición y contemporaneidad según Valdés,

M. y Castañeda, E. (2002), en tanto se promueven desde el ámbito estratégico acciones,

modelos y programas encaminados al mejoramiento humano. El proyecto social

humanista de la Revolución Cubana tiene como prioridad asegurar gradualmente las

condiciones que viabilicen tal propósito, de ahí que desde la educación se deberá

propiciar y promover aprendizajes básicos para la vida entendido como aprender a vivir y

a convivir mejor, con lo que se contribuye a la formación sociohumanista.

El proceso de formación en su dimensión sociohumanista implica considerar las raíces

teórico-etimológicas de los conceptos sociedad y humanismo, los que dan cuerpo teórico

a la referida dimensión, y a su vez hacen su interpretación polisémica. En el sentido

semántico el término sociedad es entendido como reunión mayor o menor de personas,


familias, pueblos o naciones, agrupación de individuos con el fin de cumplir mediante la

interacción mutua todos o algunos propósitos de la vida. También se le atribuye tal

calificativo a los diversos estados de la evolución del género humano o al orden social

existente.

Desde la concepción filosófica historicista, la sociedad es la forma material que se

desprende de la naturaleza, como forma social del movimiento de la materia que tiene su

expresión en la actividad humana debido a la cual se engendran complejas relaciones

sociales adheridas y resultantes de las leyes que rigen su desarrollo. Al referirse al

particular C. Marx (1973:532) enfatiza que cualquiera que sea su forma ella “es el

producto de la acción recíproca de los hombres”.

La utilización de esta lógica permite apreciar al término humanista como la persona

instruida y educada en las humanidades y se vincula con otros conceptos como son

humanidad (conjunto de seres humanos, naturaleza humana), humanizar (hacer humano),

humano (relativo al hombre o propio de él), humanístico (perteneciente o relativo al

humanismo o las humanidades) y humanismo (cultivo y conocimiento de las letras

humanas. Doctrina que tiende a resolver los problemas culturales, económicos, sociales,

políticos, éticos, jurídicos, que tiene planteado el hombre. Doctrina del Renacimiento).

En el universo del pensamiento filosófico, científico y social la cuestión de la compresión

del componente humanístico ha estado presente en el devenir histórico. Asumir y

esclarecer el humanismo en sus más altos y nobles ideales se constituye en una

necesidad cada vez más apremiante en el mundo de hoy y en especial hacia el mañana

(Hart, A., 2001;VII).

Los orígenes del humanismo se remontan a la cultura grecolatina, según Guadarrama, P.

(2001:14) y se asocia a una manera nueva de ser y de vivir del ciudadano ( civis) con

dignidad de hombre. El componente humanista ha estado presente desde que la filosofía


se constituye en actividad intelectual específica. 2 Su contenido concreto ha cambiado
3
cualitativamente en las distintas etapas del desarrollo social.

Sus manifestaciones están asociadas en su historia con el momento en que el hombre

comenzó a tomar conciencia de su especial circunstancialidad en el mundo. Se iniciaron

consideraciones ontológicas como ser cualitativamente diferente en el plano laboral,

moral, político, estético, lo cual pasa a formar parte del acervo humanista del pensamiento

universal, a partir, más que todo, del reconocimiento de la autenticidad del ser,

específicamente en el plano ético y axiológico en su sentido más amplio, en tanto el

hombre mismo fuese considerado valor y fin supremo de todo criterio y actividad humana.

El humanismo se desarrolla fundamentalmente en Italia, aunque rápidamente ganó

espacios en el resto de Europa. Dante Alighieri (1265-1321) fue el primero en situar a la

antigüedad en el centro de la vida cultural y Franchesco Petrarca (1304-1374) es

conocido como el padre del humanismo, por el significado que le atribuía, al considerarlo

como amor a los semejantes y la adquisición de una verdadera humanidad y una cultura

mediante el estudio de las lenguas y las letras de los clásicos. A Giovanni Picodella

Mirándola (1463-1494) se le concede la primacía en la utilización del término humanista

para referirse al nuevo movimiento.

Las ideas básicas de la forma superior de humanismo se recogen en las obras de C. Marx

y F. Engels, donde se enfatiza en el desarrollo integral del hombre nuevo, asociado a la

clase revolucionaria y a las relaciones sociales que se derivan de su existencia. Contiene

el patrimonio social de la esencia humana al sustentar la igualdad real de los hombres

sobre la base de las relaciones sociales que emanan especialmente del trabajo y está

ligado con el resto de las relaciones humanas. Proponen la liquidación de la propiedad

privada y con ella de la enajenación del hombre. Este nuevo tipo de humanismo tiene

carácter científico, clasista y real.4


Los cambios actuales obligan a enfocar el asunto desde una perspectiva diferente y

considerar la riqueza y vigencia en Cuba de las elaboraciones de Félix Varela Morales

(1788-1853), José de la Luz y Caballero (1800-1862), José Martí (1853-1895), Enrique

José Varona (1849-1933), Manuel Valdés Rodríguez (1848-1914) y Alfredo Aguayo

(1866-1948) entre otros. La interpretación y puesta en práctica de las ideas del

humanismo socialista por diversos proyectos, revelan un enriquecimiento de esta

concepción que permite enfrentar la profunda crisis del humanismo existente, que exige

una revitalización de tal concepción con la finalidad de resolver las complejidades de la

vida en el presente, sobre la base de lo mejor de la esencia humanista de la sociedad,

cuyo resultado deberá ser la salvación de la humanidad.

Diversos autores en la actualidad intentan acercarse a la esencia del humanismo desde

sus fundamentos filosóficos: García, V. (1994), Arana, M.; Batista, N. y Ramos, A. (1995).

A pesar de articular orientaciones teórico-filosóficas divergentes, asumen ideas comunes

al reconocer al hombre como ser social mediado por las condiciones sociales y las

potencialidades para la autodeterminación y autorregulación de su actividad y

comportamiento y al papel de la conciencia.

Guadarrama, P. (2001) considera que el humanismo se caracteriza en lo fundamental por

propuestas que sitúan al hombre como valor principal en todo lo existente. Subordina el

papel de la actividad a proporcionarle mejores condiciones de vida material y espiritual.

El humanismo para este autor es reflexión y praxis dirigida a engrandecer la actividad

humana, como condición factible de dominación de sus condiciones de vida y elevación

de su cultura, contribución al mejoramiento del lugar y papel del hombre en el mundo y

sus relaciones con la naturaleza, consigo mismo y con la sociedad. Se traduce en su

disposición a incluir o fundamentar proyectos de realización de mayores grados de

libertad, perfeccionar lo ético-axiológico, potenciar sus capacidades frente a lo


desconocido, que es contrario a la enajenación y sobre el cual las condiciones de vida

dejan su impronta.

Por el nivel de precisión que revela, se toma la anterior definición, toda vez que se aviene

a la finalidad de la investigación.

En el contexto latinoamericano adquiere una especial connotación la identificación del

humanismo con las tradiciones sociales y los valores presentes en ella (Hart, A., 2001),

Esta aseveración le posibilita enfocar la categoría sociohumanismo, a partir de la

estrecha relación que resulta de los nexos cada vez más recurrentes entre ambos

términos y argumenta la necesidad de orientar conscientemente la formación integral de

la individualidad y la personalidad. Pérez E. (2002) refiere que la relación indisoluble

individuo - sociedad expresa la dialéctica de la existencia del individuo en el contexto

social, espacio - temporal y su desarrollo integral en conexión con lo social.

Desde la óptica de la formación, no siempre ha existido consenso en cuanto a este

particular. Se utilizan indistintamente lo humanístico y lo sociohumanista como conceptos

idénticos para designar la contribución al proceso formativo, que por su naturaleza deben

realizar las ciencias que estudian al hombre.

Asumir una definición de formación sociohumanista obliga a tomar en consideración

autores como: Muñoz, J., Herrera, D., y Bierman E. (1986); Ibáñez, J. (1994); García, V.

(1994); Arana, M. y colectivo de autores (1995, 2003); Ramos, G. (1998, 2005); Valdés,

M. y colectivo de autores (2000, 2002 y 2003); Guadarrama, P. (2001); Villaseñor, M.

(2004), Alarcón, R. y Sánchez, R. (2000) y Horruitiner, P. (2006), que permiten generalizar

algunas invariantes inherentes a la naturaleza esencial de esta dimensión y que se

reiteran de uno u otro modo en varios de estos autores como son: el valor de la vida

humana, el papel del hombre como centro y transformador de la realidad, la

responsabilidad y respeto a sí mismo y al entorno social, la sujeción a las circunstancias


de vida, la capacidad de realización socialmente desarrollada y la actitud de compromiso

ante la vida.

De estos autores pueden extraerse otras ideas que deben ser valoradas por su relación

con la formación de los profesionales: la esencia fundamentalmente humana de la

profesionalidad, el carácter sistémico, multidisciplinario y transdisciplinario de la formación

sociohumanista, la identidad y diversidad de la formación sobre una base humanista que

se manifiesta en los modos de actuación resultantes de las posibilidades y competencias

profesionales, pero sobre todo, el reconocimiento de los valores como pilar fundamental

de la formación de esta naturaleza.

La valoración de las ideas anteriores permitió a la autora concluir que la formación

sociohumanista es una práctica social, sustentada en fundamentos filosóficos, dirigida a

transformar la actividad humana a partir de la estimación del valor de la vida y del hombre

como sujeto principal del desarrollo social y sus relaciones con la naturaleza, el resto de

los hombres y la sociedad. Se implica en la transformación de la realidad con una

orientación ético-axiológica positiva respecto a sí mismo, la sociedad, la historia, su

profesión y la continuidad existencial de su especie, que le permite asumir un compromiso

ante la vida, sobre la base de su propia capacidad de realización, sus posibilidades y

competencias, así como las circunstancias naturales y culturales en que vive y participa.

Comprendida como práctica social se refiere a la condición esencial del ser de la realidad

social, en virtud de la cual los individuos y grupos sociales dotan de sentido su realidad, a

la irrevocable capacidad del hombre de producirse a sí mismo desde su interacción con

los demás, así como a la capacidad de asumir al ser humano en su complejidad al

apreciar su carácter consciente, afectos, emociones, actitudes y racionalidad.

La connotación de la actividad humana dentro de la propuesta conceptual reconoce la

estimación del trabajo y su mediación en la relación hombre - naturaleza, el lugar que

ocupa en el devenir humano al ser base del proceso ininterrumpido de humanización de la


naturaleza por el hombre, cuyo decursar está marcado por los momentos de satisfacción,

creación, objetivación y desobjetivación, sintetizados en las dimensiones de la actividad

humana como forma existencial de la realidad social: la práctica, la cognoscitiva, la

valorativa y la comunicativa.

El ser humano es constitutivamente social y al mismo tiempo se configura en una

identidad individual original. Ello permite comprender al hombre como un ser activo, que

transforma sus condiciones de existencia bajo la determinación y el condicionamiento de

las relaciones sociales, portador de una naturaleza social. Se suma su capacidad para

resolver problemas existenciales como respuesta al medio social en que se desenvuelve

a través de la asimilación en términos de valores humanos. El hombre es un todo

complejo conformado por dimensiones. Sin la potenciación de ellas su desarrollo integral

resultaría imposible. En este esfuerzo deberán intervenir todas las estructuras sociales de

su entorno.

En el análisis de lo humano y sus dimensiones se materializa el principio de la identidad y

la diversidad, en tanto, el hombre aparece como unidad social superior. La determinación

de las mismas dependerá del referente con que se enfoque la actividad que desempeña.

Sí es diversa, entonces se puede dimensionar al hombre desde diferentes ópticas,

asociadas con la naturaleza de la actividad, de sus relaciones y del reflejo de ella en la

vida social.

En la historia del pensamiento filosófico, social y especialmente en el educativo, ha

existido preocupación por los aspectos imprescindibles de la naturaleza humana como

complejidad. En la concreción y desarrollo de dichas dimensiones condicionantes de la

integralidad, desempeña un papel fundamental la educación como actividad estructurada

cuyo objetivo final es la búsqueda de la realización del ser humano, en función de lo cual

se potencia su instrumental pedagógico y didáctico, conscientes de que es en las

relaciones sociales y en su dinámica donde se expresa y realiza la verdadera esencia del


individuo, a la vez que se erige en fundamento de una concepción sociohumanista,

componente básico en la formación integral.

Existen criterios divergentes al dimensionar al hombre. 5 Autores como Kant, I. (1790);

Villagran, J. (1998); Ramos, G. (1998, 2005); Viciedo, C.; Flores, R. (2002); Galdona, J.

(2006) entre otros, reconocen la existencia de diversas dimensiones resultantes de la

condición social del hombre que la sostiene e integra. Varios de ellos vinculan aspectos

internos al hombre con esferas específicas de la realidad externa. La mayoría considera a

la educación una vía para potenciar sus propuestas y significan su importancia para

establecer estrategias didácticas que las potencien en el sentido individual y colectivo.

Algunos abordan las dimensiones del proceso de formación humana como derivadas de

las esferas de la realidad, mientras otros las enfocan como funciones o direcciones del

proceso educativo.

Lo expuesto ilustra el carácter relativo y cambiante respecto a la comprensión -

realización de lo humano y los procesos de formación general e integral. Similar a esta

lógica de pensamiento Valdés, M. y Castañeda, E. (2002) reconocen tres dimensiones en

la formación sociohumanista que se deben expresar a través de los diferentes elementos

del proceso formativo:

- Nexo interdisciplinar y transdisciplinar en la concepción de los planes y programas de

estudio en calidad de vía.

- Humanización y democratización del proceso formativo.

- Inclusión de una determinada concepción del hombre, desarrollado como individualidad

en su medio social.

Las dos primeras dimensiones apuntan hacia el modo de realizar el proceso formativo. La

última se asocia con el núcleo estructural interno de dicha formación, lo que anula el

carácter espontáneo que se le atribuye al enfoque humanista en la educación. Su

reconocimiento favorece la intención de la presente investigación de dimensionarla desde


una concepción del hombre, por lo que es utilizada como uno de los presupuestos de

partida.

El análisis estructural de la formación sociohumanista cuyo centro es el hombre como ser

social, se sustenta en referentes teóricos-filosóficos entre los que se destacan la esencia

de la concepción materialista de la historia, la práctica como forma esencial de existencia

de la realidad, la teoría de la actividad humana, la dialéctica del todo y la parte, de lo

singular y lo general y de lo material y lo espiritual.

Con ayuda de los mismos se explican los aspectos constitutivos de la sociedad y el

hombre, el origen, sentido y trascendencia del ser humano, los procesos que determinan

y caracterizan la actividad humana y su conjugación para cada esfera de la sociedad en

que se desenvuelve, los métodos mediante los cuales el hombre puede comprenderse y

explicarse a sí mismo e interpretar la realidad en forma científica (Muñoz J. y otros, 1986).

La concepción holístico-configuracional contribuye a cimentar la propuesta a partir de la

determinación de dimensiones y configuraciones de los objetos y procesos en estudio, de

ahí que desde su perspectiva, las mencionadas dimensiones de otro orden de generalidad

puedan ser estimadas como configuraciones de un proceso único y complejo.

De las anteriores aseveraciones teóricas se origina la propuesta que se asume, según la

cual forman parte de la formación sociohumanista los siguientes componentes en calidad

de configuraciones: Antropológico-social, Ideopolítico y Ético-axiológico. Entre las razones

que avalan la determinación de las mismas se pueden citar:

- El lugar donde se modela el tipo de formación: la estimación de un núcleo al interior de

la formación sociohumanista radicado en una concepción del hombre.

- Su carácter de proceso sistémico, pluridimensional e integrado que contribuye a la for -

mación y desarrollo de la personalidad.

- Las potencialidades que ofrecen para realizar generalizaciones acerca de la actividad

humana y de la actividad formativa.


- Lo ético-axiológico está presente en todas las configuraciones. Vertebra, jerarquiza y

sintetiza un grupo de valores derivados de las relaciones esenciales que tienen lugar al

interior de los mismos.

- Da cuenta del lugar de los valores y de su contribución a la formación sociohumanista,

especialmente, los ético-profesionales.

1.2.2. Las configuraciones de la Formación Sociohumanista

Lo Antropológico-social: configuración de la formación sociohumanista

Lo antropológico emerge del estudio del hombre como ser socializado. El ser humano es

esencialmente relacional, su proceso de humanización - realización nunca es individual y

aislado, depende de los procesos que tienen lugar en los grupos humanos que pertenece

y de las situaciones que vive con los demás (Galdona, J., 2006). Cada persona es

simultáneamente individualidad única, originalidad irrepetible y al propio tiempo parte de

una sociedad.

La socialización se produce en una sociedad históricamente constituida, su estudio debe

relacionarse con la estructura socioclasista sin perder de vista la relación individuo - grupo

- sociedad, así como el modelo de hombre que se persigue, en función del desarrollo

individual y colectivo. Desde lo social, supone estimarla como proceso de interiorización

de la experiencia social. La relación que emerge en la actividad práctica social

transformadora del hombre revela el grado de desarrollo alcanzado por lo “humano” en

una sociedad determinada. De este modo el ser humano es también esencialmente

cultural.

La tendencia a integrar las relaciones sociales y la cultura, resuelve la contraposición

entre el sujeto en la cultura, en sus relaciones sociales y el objeto o producto. Las

relaciones sociales se transforman dialécticamente en objetos de subjetividad humana

(Suárez, C. y del Toro, M., 2004). Desde esta condición, el ser humano se autocomprende
como identidad, pertenencia y actuación, a través de las estructuras culturales. Así, la

contradicción entre el mantenimiento y las transformaciones de la cultura material y

espiritual se sintetizan en la socialización, base del desarrollo humano, concebidos a partir

de una actuación consciente desde la cultura, dominando sus instrumentos y utilizándolos

para transformar el mundo.

La cultura proporciona un ambiente de bienestar humano, especialmente en el sentido

espiritual y moral, ya que la principal riqueza humana es el hombre mismo en su devenir

natural. Desde la perspectiva martiana: “el hombre es el mismo en todas partes, y

aparece y crece de la misma manera, y hace y piensa las mismas cosas, sin más

diferencia que la de la tierra en que vive, porque el hombre que nace en tierra de árboles

y de flores piensa más en la hermosura y el adorno, y tiene más cosas que decir, que el

que nace en una tierra fría, donde ve el cielo oscuro y su cueva en la roca [...]”

A pesar de los disímiles enfoques y perspectivas en el acercamiento conceptual a la

cultura, se identifica como válido para la finalidad de esta investigación la definición de

Núñez, J. (1999:35), como proceso de asimilación, producción, difusión y asentamiento de

ideas y valores en los que se funda la sociedad; es el conjunto de representaciones

colectivas, usos del lenguaje, difusión de tradiciones y estilos de pensamiento que

articulan en la conciencia social, es el ámbito en que producen y reproducen formas de

vida.

La cultura posee atributos que reflejan lo universal de la condición humana, al respecto se

estiman los criterios de Candau, J. (2002); López, L. (2004) y Suárez, E. (2005) que

reconocen la facultad de la memoria, la historia, el patrimonio, las tradiciones, la creación

artística y el sistema de valores como elementos dinámicos e integrados, resultantes de

los procesos de socialización.6


La cultura a la que pertenece y manifiesta el hombre concreto, real y universal, considera

cualidades socioculturales que lo caracterizan, en su relacionalidad como la identidad, la

pertinencia y la actuación.

La identidad cultural es la condición del ser humano que caracteriza la manera común de

vivir en el tiempo y en el espacio, un quehacer concreto del hombre en el proceso de

creación y recreación, objetivación y subjetivación, producción y reproducción de la

cultura y la sociedad misma (Rojas, G., 2000). Es síntesis de múltiples determinaciones

de la identidad en la diferencia o diversidad que se comporta a nivel universal concreto

situado.7 Su formación está mediada por el establecimiento de relaciones que se

explicitan como relaciones dialógicas mantenidas con los demás y que le sirven de base.

De esta manera las condiciones histórico-concretas de cada época y su expresión a

escala territorial imprimen un sello distintivo al desarrollo del ser humano, capaz de asumir

los retos de su tiempo y prepararse para los desafíos, sobre la base de la observancia de

el conocimiento a sí mismo y del otro en el proceso de sus interrelaciones, que posibilita

reconocer las cualidades que son significativas en el otro, buscar la identidad y respetar la

diversidad. Estas relaciones tienen en la integración un principio esencial.

Lo Ideopolítico como configuración de la Formación Sociohumanista.

Lo ideológico deviene de la articulación de la actividad práctica humana y específicamente

de la actividad político-revolucionaria, como modo específico de la producción social y las

formas ideales que la viabilizan, a la vez son condicionantes de su existencia. Es

necesario distinguir entre idealidad e ideología, ya que no toda figura ideal es ideología

aunque toda ideología constituye una forma de idealidad.

Lo ideológico se hace peculiar en la medida que se conecta con los ideales sociales, solo

existe allí donde se ponen en juego, se fundamentan, se combaten, se producen, circulan

y consumen. Es por tanto, en la producción y reproducción del ideal social, de la imagen

de la realidad, en cuyo espacio las contradicciones existentes se presentan como


superadas que resulta posible la realización de su finalidad: unificar y organizar a aquellos

grupos y clases sociales en torno a una tarea común.

Zardoya, R. (1996) aborda desde dos ángulos la visión de la ideología. En el primero

identifica a la ideología con los ideales sociales, como génesis social, realización histórica,

confrontación y lucha de ideales. El segundo alude a la realidad expresada en ideales,

contrastada para bien o para mal con los ideales. De manera que ideal e ideología son

dos modos de aprehender una misma realidad pero de manera diferente, en el ideal la

realidad es fijada estáticamente, como producto o resultado, mientras que en la ideología

es fijada dinámicamente, como movimiento o proceso.

La ideología no se puede circunscribir a una esfera independiente de la conciencia social,

ni tampoco constituye una forma específica de producción espiritual, es una

determinación sustancial de todos los modos de producción espiritual existentes, un factor

determinante de todas las formas de actividad humana, de las instituciones sociales y las

modalidades de cultura, un medio poderoso de la producción social que se presenta como

sistema de ideas.

El entorno actual y su dinámica favorecen el redimensionamiento de las concepciones

acerca de la ideología y sus nexos con la política. Se aprecia un incremento del grado de

maduración de la conciencia colectiva mediante nuevas relaciones que se establecen en

la lucha de clases, en los nuevos movimientos sociales y en las organizaciones políticas,

lo que aporta sobre la base de la unidad de los sujetos elementos a la ideología como

construcción colectiva. La ideología política, como sistema de ideas es asimilada por los

sujetos sociales y defendida a partir de sus intereses de clase y su identidad con ellos, es

un elemento de influencia y acción para la realización de cambios y transformaciones en

cualquier esfera social, de ahí su significación en el plano ideal y material.

La ideología del marxismo-leninismo aporta las bases científicas para interpretar la

historia, la realidad de los fenómenos de la vida social y sus principales tendencias desde
una posición determinista que revela las causas de los procesos. Su carácter abierto,

creador y crítico ante todo lo que debe ser superado se torna inminente en la tarea de

humanizar las condiciones de existencia del hombre.

El pensamiento martiano deviene en punto de partida para la formación ideopolítica de las

generaciones de revolucionarios cubanos. La articulación de su pensamiento y el

Marxismo-Leninismo se constituyen en sus pilares, donde el humanismo y la relación

entre ética y política le sirven de sustento y están en la base del proceso formativo

(Miranda, O., 1996).

El joven que se aspira formar emerge del proceso histórico cubano asociado al fenómeno

de la Revolución, lo que le confiere virtudes y requerimientos ético-axiológicos que se han

enriquecido y profundizado en cada momento histórico. En este proceso el contenido y la

significación de los valores para el sujeto obedecen a varios factores, aunque la ubicación

social de los sujetos posee un carácter determinante.

Los valores de signo positivo (Viciedo, C., 2000) se estiman por su contribución al

progreso y casi siempre forman parte de la ideología que se asume. Se constituyen en el

ámbito de las relaciones sociales y la actividad, operan en forma de normas y exigencias

para la vida y la actividad de diferentes grupos sociales, manifiestan los intereses rectores

de la ideología para un contexto8 y se reflejan en las actitudes de las personas. Ello define

la orientación ideológica, política y ético-humanista del carácter socialista de la

personalidad del joven cubano en formación y es base para la conformación de su

sistema de valores (Chacón, N., 2000).

Expresión de este contexto es la Batalla de Ideas, como nueva manifestación de la lucha

ideológica, que exige redimensionamiento continuo del proceso formativo y su respuesta

a las demandas del momento. Por lo antes expuesto la formación del ingeniero agrónomo

rebasa los requerimientos técnicos para atender hacia un contexto más amplio, que los
incluya vinculado al tipo de sociedad y al mundo en que se desenvuelve,

comprometiéndose con él e interiorizando su responsabilidad en la dinámica social.

Lo Ético-axiológico como configuración de la formación sociohumanista.

La comprensión conceptual de los valores desde el ámbito filosófico revela una dimensión

ética y axiológica (López, L., 2004). La asunción de la integración de ambas categorías

para denominar a la tercera configuración tiene en su base la significación que adquiere al

ser empleado en la esfera de los valores como referencia al origen, estructura y desarrollo

de los mismos, su clasificación y la normatividad que los refrenda.

Es necesario destacar la estimación del valor como categoría central, su lugar y papel en

la actividad humana, su reflejo en la conciencia como reguladores de relaciones y

comportamiento social. Desde lo ético se contribuye a la elaboración y asimilación de las

normas y patrones de conducta que regulan las relaciones sociales, inculcando en los

hombres un sistema de valores humanos universales determinantes para el desarrollo de

su actividad; mientras que desde lo axiológico se deberá atender la capacidad para

confeccionar y/o perfeccionar ese sistema de valores genuinamente humanos y percibir,

concientizar, apreciar, aplicar y crear tales valores en su actividad (objetivo).

Adicionalmente, se deberá concientizar y enjuiciar (subjetivo) la significación humana de

los fenómenos y procesos objeto de interacción, es decir, la capacidad de valoración

(Ramos, G., 2005).

Lo axiológico tiene como finalidad el análisis de la realidad social a partir del papel

creciente de los valores desde el punto de vista práctico y dinamiza la relación hombre -

mundo. De ahí que los problemas relativos a la naturaleza de los valores humanos, las

condicionantes de su surgimiento, su fuente, se conviertan en elementos contentivos de la

axiología como ciencia y en núcleo de este componente (Fabelo, J. y Chávez, J., 2003) 9.

El valor y la valoración intervienen como dos partes de un mismo proceso. El valor es un

hecho real del cual parte la valoración, pueden ser tanto objetos naturales como
artificiales que se convierten en tales de manera necesaria o casual, cuya resultante es la

valoración como una de las formas de reflejar la realidad por el hombre, de comprenderla

en virtud de sus intereses y necesidades.

Cada forma de la conciencia social y cada modo de comportamiento humano genera un

tipo especifico de valor (López, L., 2004). A su vez, los valores son componentes

estructurales de la conciencia moral, poseen un marcado sentido motivacional,

prescriptivo y afectivo por lo que existen en estrecha vinculación con los sentimientos del

hombre y forman parte imprescindible de su concepción del mundo expresados en una

ética.

Según Galdona, J. (2006), la ética debe ser entendida como praxis de humanizarse -

realizarse con otros en la historia, como respuesta a la dinámica intrínseca del ser

humano de buscar la realización - felicidad - plenitud. En este empeño el hombre

configura sus “referentes éticos” que aluden al proceso en el cual la persona va

progresivamente construyendo certezas acerca de lo éticamente “bueno” y “lo malo” que

van más allá de la voluntad o sensibilidad propias.

La conversión de cada ser humano hacia los valores, su concientización de que lo

fundamental son las virtudes que pueda alcanzar en sí mismo y su disposición para

vivirlos en la práctica, dan sentido a la ética como ciencia y como componente de lo ético-

axiológico10, donde la moral constituye el valor esencial de toda la sociedad expresada en

forma de sistema de principios, valores, normas, cualidades e ideales morales. 11

Al ser la moral una forma de la conciencia social origina en el hombre motivaciones

decisivas que permiten orientar su conducta hacia objetivos concretos. Su particularidad

específica está dada en que refleja los vínculos del ser social, sus relaciones con las

demás personas y la actitud del individuo hacia su entorno natural y social. En ella se

denotan los contenidos normativos, las conductas estandarizadas y especialmente la


posición activa de cada sujeto, su individualidad y las formas que utiliza en la regulación

del comportamiento (Chacón, N., 2000:12).

Abordar desde una perspectiva filosófica integral la categoría valor obliga a estimar la

definición de Fabelo, J. (1996 y 2003:50-53), quien considera posible tres planos de

análisis en el tratamiento de la misma12.

Parte en primera instancia del reconocimiento de una dimensión objetiva, una diversidad

de sistemas subjetivos y un sistema socialmente instituido. Por su carácter de generalidad

la definición puede ser aplicada a cualquier esfera de la actividad humana, a la vez que

sus concatenaciones interdimensionales no se suceden como relación de causalidad

unidireccional, por el contrario, en todas las dimensiones los valores interactúan entre sí.

El análisis interpretativo del concepto permite generalizar algunas ideas:

- Los valores humanos se manifiestan en el plano individual y social a partir de las dife -

rencias entre los reales u objetivos y la interpretación subjetiva de los mismos. Están

signados por los intereses sociales.

- Cada resultado de la actividad humana posee una significación social de acuerdo con la

función que realiza en la sociedad y en la dinámica de su desarrollo.

- Los valores subjetivos son expresión de la forma en que los valores objetivos actúan

como objetos de las necesidades e intereses humanos, a través de la relación del hom-

bre con el mundo y son traducidos por el sujeto al lenguaje de lo ideal, de lo pensado en

su conciencia.

- Los valores objetivos son objetos de valor y los valores subjetivos son criterios acerca

de esos valores objetivos que sirven para orientar a los sujetos en la realidad natural y

social.

- El sistema de valores instituidos u oficiales sirve de base a la organización y funciona-

miento de la sociedad, al representar los intereses de la clase dominante en un momen-

to dado.
- El valor es la realidad humanizada con significación positiva de la propia realidad social

como una relación de significación entre distintos procesos y acontecimientos de la so-

ciedad en su conjunto, de cada objeto, fenómeno, suceso, tendencia, conducta, ideas o

concepción. Cada resultado de la actividad humana desempeña una determinada fun-

ción en la sociedad, favorece u obstaculiza el desarrollo progresivo de esta y adquiere

una u otra significación social; en tal sentido es un valor o un antivalor.

- Se constituyen en resortes sociales deseados o buscados que permiten distinguir lo

principal de lo secundario, lo bueno de lo malo, lo correcto de lo incorrecto. Son creen -

cias y convicciones viables para decidir y autodeterminarse de modo activo al intervenir

como reguladores del comportamiento humano.

- Son horizontes de significado que dan sentido a las acciones, son históricos, cambian

de una época a otra, le es inherente transformación en correspondencia con las condi-

ciones concretas, lo cual obliga a velar por su afianzamiento en el proceso de formación

(López. L., 2004).

- Su jerarquía está determinada por la cultura que los porta y por la medida en que influ -

yen en el avance del progreso social.

El proceso de formación de valores es por su naturaleza objetivo, complejo, sistémico,

abierto y gradual. Su carácter de sistema complejo es fruto de la interacción entre sus

componentes intelectual, motivacional y práctico, de los nexos de estos con diversos

factores de la realidad cuyas esencias complejas son generadoras de contradicciones.

Batista, T. y Rodríguez, C. (2001:21) reconocen que la formación de valores tiene su

punto culminante en el modo de actuación personal de cada individuo y su máxima

expresión es la concepción del mundo que adquiere, la cual culmina y se manifiesta en la

jerarquización y orientación que alcanzan esos valores, es el sentido de su vida.

En el proceso de formación es importante la labor educativa. Esta debe ser asumida por

todos los docentes desde el contenido de cada una de las disciplinas como parte esencial
del sistema de influencias que recibe el joven en su vida universitaria. El proceso docente

educativo de las carreras universitarias es un espacio insustituible para la formación de

valores en los estudiantes desde la profesión, por su contribución a la definición de una

concepción integral del ejercicio de la profesión y por ser el espacio en el que se procesa

el proyecto social (Suárez, C. y del Toro, M. 2002:1), hecho que los convierte en idea

rectora y en estrategia principal de dicho proceso, contenidos en las estrategias

educativas de las carreras y concretados en los proyectos educativos.

Los valores profesionales se tornan pilares fundamentales a través de los cuales se

puede llegar a humanizar e intencionar lo social de la profesión en el proceso de su

formación y consolidación. Ellos se encuentran en la base de la formación

sociohumanista, hacen posible la modelación intencionada y consciente del ejercicio

profesional en el proceso formativo y en toda la vida universitaria para el desarrollo de los

modos de actuación profesionales.

Los referentes teóricos que sirven de sustento a la problemática en estudio en el plano

sociológico, psicológico y pedagógico son los siguientes:

En el orden sociológico se considera la elaboración de Domínguez, M. (1996), en cuanto

al reconocimiento de las tendencias en el desarrollo de los valores, su

redimensionamiento a razón del deterioro visible que experimentan, motivados por

circunstancias económicas, políticas y sociales globales, la conformación de la escala de

valores personales, grupales, colectivos y sociales y la importancia de profundizar en las

regularidades de dicha formación.

Los referentes psicológicos que sirven de sustento parten del enfoque histórico-cultural

desarrollado por L. S. Vigotsky, al que se integran las ideas del humanismo y del enfoque

personológico. Su continuidad por autores tales como González, F. (1996), Febles, M.

(1999), Ojalvo, V. (1999), González, V. (2001), Suárez, C. (2002-2005), Bermúdez, R.

(2004), Paz, I. (2005), Más, P. (2008) constituye un aporte al marco teórico y


metodológico para la comprensión, diagnóstico y dirección del proceso de formación de lo

sociohumanista a través de los valores profesionales en los estudiantes, que potencie lo

sociocultural, lo sociopolítico y lo normativo-valorativo en su personalidad como proceso

de relación de este con la sociedad a través de la profesión.

Desde este enfoque se significa la situación social del desarrollo resultante del

dimensionamiento de lo histórico y lo cultural, de la relación entre lo externo y lo interno y

su contribución a las funciones psíquicas superiores, la comunicación y la actividad

conjunta; así como el significado y el sentido como categorías esenciales de la

subjetividad humana. En la estructura general de la personalidad se ubica a los valores en

la regulación predominantemente inductora, como aquello que despierta, regula y dirige el

comportamiento de la personalidad y su orientación. De ello resulta un crecimiento en los

niveles de compromiso con la acción social, a partir del carácter activo del sujeto y su

papel en los procesos de cambio, en virtud de la apropiación de instrumentos histórico-

sociales que le han permitido su regulación y autorregulación.

El enfoque pedagógico de la formación sociohumanista en general y en particular de la

formación de valores en la Educación Superior Cubana se basa en la concepción

marxista-leninista y martiana, de donde se extraen las leyes, principios y objetivos que

sirven de sustento al encargo social de educar a las nuevas generaciones y que signan a

este como un reto para la pedagogía en el presente. Contribuyen además en calidad de

referentes las premisas del modelo pedagógico que se propone.

La formación sociohumanista se integra a la pertinencia como uno de los aspectos claves

de la actual reforma en la Educación Superior, por su carácter relevante hoy y por ser un

problema de todos los tiempos (Valdés, M., 2005). Desde el ámbito de la práctica

pedagógica, su formación y el trabajo con los valores como parte intrínseca a ella, cobran

relevancia para el contexto universitario, particularmente en las carreras de ingeniería.

Para lograrlo se deben tener en cuenta los siguientes aspectos:


- La extensión del contexto de formación sociohumanista a toda la vida universitaria a tra-

vés de sus procesos sustantivos13. Según Pérez, E. (2002), la potenciación de la forma-

ción sociohumanista tiene lugar en el proceso docente educativo en toda su extensión.

Aquí es importante la educación del profesional en valores, lo que corrobora Horruitiner,

P. (2006), al considerar la labor educativa a través de las diferentes asignaturas del Plan

de Estudio y en la actividad extradocente, donde la formación de convicciones a partir

de la determinación de un sistema de valores dirigidos a asegurar su pleno desempeño

como profesional en la sociedad, ocupa un lugar central y ha de lograrse a través de

todo el proceso formativo con la actuación del sujeto.

- Se sustenta en la relación individuo - profesión - sociedad, a través de la actividad aca-

démica, laboral e investigativa del estudiante.

- La formación sociohumanista supera la despersonalización de los agentes que intervie-

nen en el proceso formativo. Esta razón hace necesario comenzar por la humanización

del proceso formativo, en el que estudiantes y profesores se consideren en formación

recíproca y continua, que potencie un crecimiento individual y mejor preparación en el

ámbito de las relaciones sociales.

- Contribuye a la formación de la ideología, la cultura, la moral y las orientaciones de vida

y trabajo. Debe desarrollar la capacidad de reflexión e indagación, cultivar la razón y la

sensibilidad, potenciar capacidades para percibir y transformar la realidad y crear valo-

res. Unido a ello, el logro de competencias para valorar y actuar con el respeto al hom -

bre y su obra, su hábitat y cultura de manera consciente.

- Se debe profundizar en el vínculo individuo - actividad (profesión) - sociedad, núcleo

central de la formación del profesional y la salida social de los conocimientos, habilida-

des y valores en idea rectora del proceso educativo (Arana, M. y Armenteros, M., 1995).

Así como el vínculo universidad - sociedad, enfocado desde la perspectiva de atender

las demandas de la sociedad, materializadas en el encargo realizado a la profesión y a

la universidad.
- La teoría del desarrollo humano sustentable integra los aspectos del desarrollo social al

considerar lo humano una de las dimensiones básicas de la sustentabilidad, que adquie -

re mayor significado en virtud de la creación de una cultura que permita interpretar el pa-

radigma vigente y lograr un desarrollo.

- Se debe considerar el papel que desempeñan la ciencia y la tecnología y sus aportacio-

nes a la formación sociohumanista del ingeniero agrónomo.

Diversos son los autores que refieren esta cuestión y los grados de maduración de sus

concepciones: Arana, M. y Armenteros, M. (1995); Arana, M. y Batista, N. (1999); Arana,

M.; Batista, N. y Ramos, A. (2003). Consideran que la relación entre los contenidos

sociohumanistas y científico-tecnológicos en la formación de los profesionales tienen su

fundamento en los estudios de Ciencia, Tecnología y Sociedad. La cultura profesional

resultante propicia un proceso continuo de adquisición de conocimientos teóricos y

prácticos y de formación de valores en relación con la práctica tecnocientífica.

Se reconoce en la presente investigación que la ciencia y la tecnología viabilizan la

formación sociohumanista, sobre todo, por su contribución a la profesión en las

ingenierías, enfocadas como fenómenos sociales. Sin embargo, ellas en si misma, no

contienen la totalidad social que la identifica.

Al respecto Núñez, J. (1999:27), refiere que el enfoque social de la ciencia apunta a sus

diferentes interrelaciones e interpenetraciones con las restantes formas de actividad, pero

no borra sus diferencias respecto a ellas; tiene que ser educada en los profesionales con

el mismo énfasis con que se aprenden y enseñan otros saberes y habilidades. Estos

rasgos se le pueden atribuir también a la tecnología.

La formación sociohumanista es un elemento fuerte para superar la dicotomía entre lo

tecnológico y lo humano en las ciencias. Es fundamento para el diseño y la práctica

curricular, por ello deberá atenderse al nexo interdisciplinar y transdisciplinar en la

concepción de los planes y programas de estudio.


Las dinámicas sociales en el ámbito político, económico, científico, ético-axiológico y

cultural, solicitan mecanismos de control que vinculen la creación humana con el

desarrollo de diversas disciplinas. Este proceso es definido como transdisciplinariedad y

se refiere al nivel de integración transversal entre las diferentes disciplinas científicas, el

acercamiento paulatino, ascendente al movimiento integrador del saber científico. 14

- La formación sociohumanista es parte del desarrollo de la personalidad y se constituye

en parte intrínseca de la formación de valores (Arana, M.; Batista, N.; Ramos, A., 2003).

Una enseñanza orientada sólo a desarrollar el nivel de conocimientos científico-

tecnológicos, las habilidades, la inteligencia y el desarrollo cognoscitivo, no implica la

formación plena del individuo y una actitud de compromiso social en las diversas facetas

de su vida (Pérez, E., 2002:7-8). Por ello, para la escuela como institución social, educar

en valores es una prioridad.

El proceso de formación de valores requiere de un enfoque sistémico y dinámico que

implica incorporar a la personalidad del ingeniero agrónomo un sistema de valores desde

una concepción integradora, coherente y orgánica con los procesos sustantivos

desarrollados en la Educación Superior. Implica, dada su propia complejidad, la atención

de aquellos aspectos esenciales vinculados a la actividad curricular e integrar a esa labor

un enfoque sistémico de las acciones extradocentes (Horruitiner, P., 2006).

- Un análisis de las configuraciones de la formación sociohumanista, desde un enfoque

psicológico, sociológico y pedagógico, considera que el trabajo educativo es una activi-

dad ideológica que tiene en cuenta lo político vinculado a lo ético-axiológico, lo jurídico y

lo estético y penetra todo el proceso formativo. Vertebra la relación entre los componen -

tes académicos, laborales e investigativos y el proceso de formación de valores en los

estudiantes (Chacón, N. 2000).

La práctica educativa en las universidades cubanas demuestra el rol del trabajo político-

ideológico para el cumplimiento de la formación continua del profesional revolucionario.


Ello ha motivado la conformación de una serie de concepciones que consolidan el trabajo

educativo y político-ideológico que tiene como base el enfoque integral como instrumento

para alcanzar sus propósitos.15

Un tratamiento social humanista sobre bases científicas, que supere la dicotomía entre lo

humanístico y las ciencias naturales, técnicas y agropecuarias, solo es posible, a partir de

la observancia de estos aspectos, apoyado en las potencialidades de lo curricular y en la

búsqueda de formas novedosas para concebir y sistematizar lo sociohumanista.

1.2.3. Sistematización ético-axiológica de la formación del profesional

La comprensión teórica y metodológica de la sistematización se realiza desde diversos

puntos de vista. En el sentido semántico sistematizar se refiere a sistema. La categoría

sistema se encuentra en la base de la sistematización y en el sentido filosófico, alude a

una multitud de elementos en relación recíproca que conforman una determinada

integridad. Constituyen un conjunto de partes que conforman un todo, como modo de

organización o método.

Desde el punto de vista pedagógico, se consideran algunos conceptos fruto del esfuerzo

integrado de instituciones como ALBOAN, Hegoa y el Instituto de Derechos Humanos de

la Universidad de Deusto en España (2006), dedicadas al estudio y enriquecimiento de la

problemática, así como de autores cubanos Fuentes, H. (1998); Ramos, G. (1998);

Álvarez, C. (1999); Jiménez, M. (2003) y Aranda, B. (2005), que establecen regularidades

devenidas de la pedagogía cubana, que han posibilitado la selección de ideas básicas a

partir de las cuales se elabora la definición que asume esta investigación.

La sistematización es un proceso permanente, acumulativo, intencionado y participativo

de creación de nuevos conocimientos teóricos y prácticos, cimentado en los aprendizajes

alcanzados, que parten de una experiencia, de su ordenamiento y reconstrucción crítica,

en virtud de la cual se descubre y explica la lógica del proceso vivido, los factores que

intervienen, la manifestación de sus interrelaciones y las causas de sus nexos. Como


respuesta a los procesos de cambio y transformación, potencia el desarrollo de

capacidades y competencias, contribuye a la solución de insuficiencias y a la satisfacción

de necesidades.

Se identifican características comunes a todo ejercicio de sistematización: parte de una

experiencia práctica, a la vez que proceso es un resultado abierto a las aportaciones y al

desarrollo. Como propuesta dinámica y participativa permite compartir, confrontar y

discutir sobre la base de relaciones de comunicación. Permite establecer un orden lógico

de hechos, conocimientos y experiencias. Contribuye a la recuperación de la historia, la

experiencia y el mantenimiento de la memoria. Posibilita la objetivación de la experiencia

y aprendizajes y saberes desde la realidad. Por último, permite transmitir y compartir esa

experiencia.

En el plano ético-axiológico se revelan un conjunto de ideas que se erigen en fundamento

de la investigación: la personalidad debe ser reconocida como un sistema complejo,

integrado por diversos procesos, estructuras y funciones resultantes de la actividad

humana y de la interacción con el medio natural y social en que el individuo se desarrolla

y le deja su impronta (González, V., 1998:52).

Dada la capacidad de trascendencia que poseen los elementos ético-axiológicos en la

conciencia, se erigen en guías de valor y códigos éticos. Aparece la intencionalidad de

articular con coherencia los comportamientos válidos para un grupo de personas y la

sociedad.

Lo ético-axiológico se forma de las influencias histórico-culturales contextuales, sobre la

base de la experiencia de los individuos, en medio de contradicciones entre lo individual y

lo social, lo individual y lo particular, lo ideal y lo material, lo nuevo y lo viejo. A la

formación de valores le es inherente una lógica propia, que sistematiza las relaciones y

aportaciones humanas resultado de su actividad en forma de valores.


La determinación de tales valores se vincula con las aspiraciones sociales expresadas

como garantía de la excelencia universitaria. Si bien los valores de la educación tienen su

base en los valores sociales, no todos se constituyen en valores pedagógicos, sino que

requiere de seleccionar aquellos que contribuyan al perfeccionamiento del hombre y a su

formación.

El proceso de formación ético-axiológico del profesional responde al principio de la

sistematización expuesto por Tomaschewsky, K. (1966), que da cuenta del carácter

sistémico de la labor docente educativa, destaca la educación como fundamento para

forjar la disciplina y el comportamiento social, puntualiza en el ejemplo del profesor y en la

utilización de nuevas vías para perfeccionar el proceso (Jiménez, M. 2003:26).

Lo ético-axiológico no debe abordarse de modo fragmentario, coyuntural o fuera de

contexto de formación. De este modo se evita fraccionar, disgregar, atomizar el desarrollo

personal que es total y en forma sistémica (Torroella, G., 1998), a partir de la creación de

una base común que posibilite cultivar cualquier virtud en el ser humano y dé apertura a

los valores positivos. Ello exige de esfuerzos por las instituciones educacionales para

sistematizar las influencias educativas que respondan al encargo social de la formación

de un modelo de hombre.

Se reconoce la necesidad de tributar a un sistema de valores, resultado de su

jerarquización desde la significación social, cuyos componentes se complementan al

interactuar entre sí. Ello requiere del esfuerzo de la comunidad universitaria, de la

generalización de las mejores experiencias, la persuasión en el trabajo educativo y

político-ideológico para fortalecer la socialización encaminada a su formación y el logro de

mayor participación de los estudiantes que imprimen un sello a la dinámica universitaria.

1.3. Caracterización de la situación actual

La necesidad de superar los modos tradicionales de concebir la teoría y la práctica exige

armonizar la relación sociedad - profesión y la dicotomía entre lo humanístico y lo


tecnológico que se constata en los planes de estudio, en el proceso formativo y en la

práctica profesional. De esta manera se contrarrestan los efectos nocivos del cientificismo

y el tecnologicismo.

Todas las disciplinas y asignaturas no han asimilado la prioridad y potencialidades desde

la propia ciencia o materia que se enseña en la formación sociohumanista, de lo que se

desprende la necesidad de fomentar el trabajo científico-metodológico de los colectivos

pedagógicos y la implementación de experiencias novedosas.

A pesar de la prioridad otorgada al enfoque integral para la labor educativa y político-

ideológica, es necesario sistematizar el trabajo para la cohesión entre sus dimensiones.

Es pertinente examinar el lugar y papel de lo ético-axiológico dentro de la formación

sociohumanista, al estimar los nexos y relaciones entre ambos en el proceso formativo,

así como la superación de algunos problemas asociados a la comunicación, información,

liderazgo, ejemplaridad, protagonismo de los sujetos que participan en el proceso. Lo

anterior refrenda la necesidad de investigaciones en esta problemática.

Asumir el encargo de la eliminar las contradicciones e insuficiencias que se dan en esta

dimensión del proceso formativo, requiere concretarla a un contexto espacio-temporal con

la finalidad de develar relaciones, esencias, regularidades y modelarla para el ingeniero

agrónomo. Ello propicia armonizar componentes y estructuras formativas en una

estrategia integral.

El estado de la formación sociohumanista del ingeniero agrónomo en el Centro

Universitario de Las Tunas, resulta de la aplicación de instrumentos para el diagnóstico y

de la experiencia acumulada por la autora en su condición de investigadora y docente

durante ocho cursos consecutivos en la carrera.

Los resultados de los instrumentos aplicados a estudiantes de todos los años de la

carrera y de diversas técnicas practicadas con especialistas, arrojan insuficiencias en

dicho proceso, manifiestas en:


- Un comportamiento social inadecuado por incongruencias en el sistema de normas y

componentes fundamentales de los valores socialmente aceptados.

- Limitaciones con la aprehensión y práctica de las diversas manifestaciones que confor-

man la cultura general.

Estas resultan de una deficiente formación en las estructuras precedentes y de

limitaciones que subyacen en la Educación Superior, lo que repercute desfavorablemente

en la formación integral del profesional y en el logro de la excelencia universitaria.

Se muestran además otras carencias relacionadas con la apropiación de los elementos

transcendentales de la formación sociohumanista, evidentes en el comportamiento

preprofesional como: limitaciones en el conocimiento de la cultura de su profesión, de la

historia universal, nacional y local; los sustentos teóricos para una cultura ecológica y

problemas en la expresión oral y escrita.

Aportan al diagnóstico la utilización de métodos empíricos; sobre todo, técnicas grupales

que permiten revelar el estadio del problema y promover mayores niveles de

sensibilización en pos de su solución. Se emplean encuestas (Anexo III y IV) y la

caracterización inicial realizada a los estudiantes de primer año, así como la valoración de

sus resultados (Anexo V y VI) y de la consulta a especialistas (Anexo VII).

Los estudiantes del primer año de la carrera se caracterizan por un predominio del sexo

masculino (61, 5%), de procedencia campesina (82%), con regulares condiciones de vida

(74%). Se muestran dispuestos a trabajar donde se les necesite (82%), aunque grupo

pequeño desea hacerlo en sectores cuya remuneración incluya las dos monedas vigentes

u otras prerrogativas (18%). Sienten afición por el deporte y la cultura (85%), y sus gustos

culturales están encaminados básicamente hacia la televisión (98%).

Desde el punto de vista de la cultura política muestran un dominio aceptable (89%)

referente a los símbolos patrios. El (78%) conoce las leyes que recrudecen el bloqueo.
Muestran limitaciones (68%) en el conocimiento de algunas figuras dirigentes del proceso

revolucionario cubano en su historia.

Los resultados obtenidos en la aplicación de la encuesta a estudiantes de 2do a 4to año,

referente a la problemática de los valores (Anexo VI) permiten aseverar la factibilidad del

desarrollo de un trabajo tendiente a la formación de estos, en virtud de potencialidades

que poseen entre las que se destacan los conocimientos de esta problemática (83,7%) y

dominan las insuficiencias en el trabajo de las organizaciones políticas, estudiantil e

institucional, así como de las organizaciones foráneas (90,8%).

Se destaca además un dominio de las insuficiencias desde el punto de vista personal,

relacionado con la exigencia a sí mismo (31%), la autocrítica (35%) y la consolidación de

fuertes convicciones (14%), aún cuando no reconocen el papel que les corresponde para

transformar los problemas de esta naturaleza.

El taller de intercambio con profesores de la carrera (Anexo II) y la consulta a

especialistas (Anexo VII), aportan a la situación indicativa del problema dificultades

como: la inexistencia de un diseño para la formación sociohumanista de este profesional,

así como limitaciones en la conceptualización, enfoque estructural y tratamiento que

provoca espontaneidad en las acciones para su instrumentación.

Ello evidencia la necesidad de dirigir el trabajo metodológico de los colectivos

pedagógicos hacia esta dimensión, que favorezca la superación y contribuya a eliminar

las carencias y perfeccione las concepciones deformadas al respecto, y desarrolle las

potencialidades de las asignaturas y disciplinas para este fin, además del incremento del

compromiso de las disciplinas del ejercicio de la profesión, en especial la disciplina

principal integradora.

Se constata la necesidad de modelar la formación sociohumanista en la búsqueda de

formas novedosas que tome en consideración sus configuraciones y dimensiones, así

como el enriquecimiento del Código de Ética vigente para este profesional.


Conclusiones

1. Con el triunfo de la Revolución Cubana y su política en el perfeccionamiento de la Edu -

cación Superior se aprecian cuatro etapas vinculadas al proceso de formación de inge-

niero agrónomo, las que muestran una tendencia a la consolidación en la formación in-

tegral del egresado de la carrera. Esto se debe esencialmente al enfoque institucional

y consciente de la formación sociohumanista.

2. Desde el punto de vista gnoseológico se dimensiona lo sociohumanista a partir de su

núcleo: una determinada concepción del hombre como componente de la formación in-

tegral. Se significa la contribución de valores al objeto de estudio y las categorías bási -

cas inherentes a él, con énfasis, en el desempeño profesional, el comportamiento so-

cioprofesional, la formación sociohumanista y sus dimensiones y la sistematización.

3. El análisis teórico con relación al sociohumanismo manifiesta un proceso asociado a la

formación del hombre, dimensionado desde lo antropológico-social, lo ideopolítico y lo

ético-axiológico. En ese proceso la sistematización ético-axiológica es la vía que ins-

trumenta y perfecciona la formación de esta naturaleza.


4. La caracterización de la situación de la formación sociohumanista en el Centro Univer-

sitario de Las Tunas evidencia insuficiencias que revelan la validez del problema que

se investiga.

Notas
1 - El objetivo es la categoría rectora del proceso de formación e imagen anticipada del
objeto ya transformado. Ofrece una visión previa de las cualidades esenciales del
profesional en correspondencia con las exigencias de la sociedad (Horruitiner, P. 2006).
Se expresa en lenguaje didáctico como: conocimientos, habilidades y valores
generalizados, al referir el cambio de comportamiento que se produce en el estudiante. Se
identifica con la esencia activa del proceso formativo en los planos instructivos y
educativos, cuya dialéctica viabiliza el cumplimiento de una de las ideas rectoras de la
Educación Superior al posibilitar educar desde la instrucción.
Los objetivos formativos implica una simbiosis entre los objetivos instructivos, educativos
y desarrolladores; supone además, atender los problemas de aprendizaje de los
estudiantes con un montaje coherente y contextualizado que permita establecer el vínculo
de la escuela con la vida, lograr una interacción grupal que cambie las concepciones
tradicionales, dé un mayor protagonismo a los estudiantes potenciando la formación
integral que se pretende lograr. Lo que se pretende es educar desde la instrucción,
revelando justamente las potencialidades del contenido y evitando que se asuma una
operación de suma de los diferentes objetivos.
2 - Imagen del hombre y modelos de conducta y de vida en la antigüedad: A partir del
referente ético los griegos nos trasmitieron una imagen del hombre que piensa y crea y
los romanos una imagen del hombre que crea en los dominios de la historia, el derecho y
el orden. Ambas imágenes son coincidentes en cuanto al fundamento ético - político que
orienta hacia el bien común el pensamiento y las acciones de los mejores hombres. Así
mismo, existe comunidad en lo relativo a la necesidad de relación de la imagen del
hombre y la conducta de la vida con el dominio trascendente de lo divino.
Corrientes del pensamiento filosófico como el estoicismo y el epicureísmo florecidos para
esta época en la antigua Grecia y Roma, al abordar la problemática tendieron a buscar
una solución a los problemas existenciales a partir de encontrar modelos de conducta y
de vida para los individuos que les permitieran escapar de los males del mundo con base
en la ética como cúspide de todas las investigaciones filosóficas.
3 - Del humanismo feudal al utópico: Desde fines del siglo XIII y hasta el siglo XIV la crisis
en el seno de la iglesia y las contradicciones entre esta y los reyes se agudizaron, lo cual
favorece la decadencia de la escolástica, unido al nacimiento en el seno de la sociedad
feudal de la clase cuya misión histórica consistía en revolucionar el orden social existente:
la burguesía, propulsora de una nueva forma de humanismo: el burgués que sirve de
fundamento a las ideas y realizaciones de esta clase, que es contraria por su naturaleza a
las prácticas de la escolástica.
Reaparecen y se difunden concepciones artísticas, científicas, éticas y filosóficas
provenientes de la antigüedad y olvidadas durante siglos por la represión y la ignorancia
imperante. Ello da paso a una visión del mundo sustentada en el individualismo
característico de la ideología burguesa del humanismo del siglo XV y XVI que perneó y
trasformó todas las esferas de la cultura.
Empero, el humanismo burgués no significó un simple retorno al humanismo antiguo sino
que desarrollaron ideas ya manejadas en la antigüedad en correspondencia con las
exigencias del hombre nuevo. (Galindo. C. e Isac S. 2000.138)
Los ideólogos burgueses de los siglos XVII y XVIII dieron continuidad al desarrollo del
pensamiento humanista de la época del Renacimiento principalmente los ilustrados
franceses del siglo XVIII, quienes tendieron al análisis del hombre y la sociedad desde
una perspectiva histórica que aunque limitada en el sentido de que no concebía al hombre
como producto de las relaciones sociales, establecieron como las mismas, modifican su
propiedad esencial, la razón en el devenir histórico entre los que se pueden citar.
Montesquie, Voltaire, Diderot, Lamettrie y Holbach.
Otra expresión ulterior del desarrollo del humanismo burgués es apreciable en la
elaboración de la Filosofía Clásica Alemana: E. Kant, G. W. Hegel y L. Feuerbach. A
pesar de lo diverso de sus posiciones sus principales contribuciones se asocian a la
defensa de una nueva concepción del hombre de la que se deriva el concepto de práctica
como finalidad de la vida humana y de la actividad teórica, al carácter de proceso conexo
y dialéctico del mundo de la naturaleza de la historia y del espíritu, así como la ubicación
según las consideraciones de materialismo antropológico feuerbachiano del hombre en el
centro de toda reflexión filosófica como resultado de toda la naturaleza pero en un sentido
esencialmente abstracto.
Adicionalmente se gestan otras tendencias del pensamiento que se deben estimar por las
aportaciones realizadas a la concepción humanística en estudio, como es el caso del
utópico cuyos principales exponentes en el del siglo XIX; Saint Simon, Charles Fourier y
Robert Owen defendieron los ideales de igualdad, libertad y fraternidad propios de la
burguesía de la época, aunque no fueron capaces de apreciar el papel de las clases
sociales en la concreción de estos ideales en la vida real. (Galindo, C. e Isac S.,
2000:141)
Esta concepción humanista tiene una larga herencia en el pensamiento filosófico y
sociológico. La motivación de la educación ha variado con las circunstancias históricas de
la época y la sociedad en particular; pero, tal parece que hubiera una cierta constante
reconocida por muchos pedagogos desde Juan Amos Commenios (1592 - 1670), hasta
hoy; que consiste en esperar de niños y jóvenes la formación de los hombres, como parte
de un proceso de humanización, que se va produciendo progresivamente y no
necesariamente de manera continua, hasta propiciarles la “mayoría de edad” y con ella
niveles superiores de autonomía y racionalidad.
Como parte de esta idea, se ha ido desarrollando un determinado concepto de formación
humana; que en cierta medida se ha compartido por grandes pensadores de diferentes
épocas y contextos históricos, que nos sorprenden por la profundidad y por la vigencia de
muchas de sus ideas al respecto, entre los que podemos mencionar al propio J. A.
Commenios, Juan Jacobo Rousseau (1712 - 1778) y demás Ilustradores franceses y
alemanes (XVIII), Federico Hegel (1770 - 1831), Carlos Marx (1818 - 1883) y nuestros
grandes maestros latinoamericanos: vale citar en el caso cubano, a: Félix Varela Morales
(1788 - 1853), José de la Luz y Caballero (1800 - 1862), José Martí (1853 - 1895), Enrique
José Varona (1849 - 1933), Manuel Valdés Rodríguez (1848 - 1914), Alfredo Aguayo
(1866 - 1948), entre otros. Todos ellos, como pensadores capaces de penetrar en lo
esencial, al captar determinados elementos de lo universal de este proceso, reconocieron
que el hombre se forma y humaniza no de una forma mecánica y determinista a partir de
un moldeamiento exterior sino como parte del enriquecimiento que se produce desde el
interior mismo del sujeto, en su interacción dialéctica con el medio, como un despliegue
libre y expresivo de la propia espiritualidad que se va forjando desde el interior en el
cultivo de la razón y la sensibilidad, en contacto con la vida material de la sociedad, que
de una u otra forma refleja, y con la cultura propia y universal
4 - Humanismo socialista: Entre las particularidades de este nuevo tipo de humanismo se
señala: su carácter científico, que tiene su basamento en la concepción materialista de
la historia al observar a la sociedad y la historia como espacios y procesos de formación
de condiciones objetivas para la realización creativo - liberadora de la esencia del hombre.
Si bien Marx y Engels no legaron un concepto elaborado, en obras tales como El
manifiesto comunista, La sagrada familia y La ideología alemana aparecen los supuestos
de base a las futuras concreciones que realizaría el pensamiento marxista subsiguiente.
El carácter clasista que pone al descubierto que el ser humano siempre une lo clasista y
lo social en un contenido político como expresión de un contexto histórico dado, por
último, se señala su carácter real, en tanto abre al hombre el mundo pleno de la actividad
humana real que le rodea y muestra la prospectiva de ese mundo.
5 - Se pueden considerar los de Kant, I. (1790), quien se cuestiona las dimensiones
epistemológica, ética y teológica atribuidas a él como sujeto y advierte que estas tres se
combinan en una sola: el hombre, por lo que ve en su condición social la inquietud
trascendental que ofrece por si misma sentido a la existencia dada la imposibilidad de vivir
solo.
El mexicano Villagran, J. (1998) le atribuyen al hombre las dimensiones físicas, biológicas,
psicológicas y de la cultura o del espíritu.
Viciedo, C. (2002), toma en consideración los criterios de Lares (1999), según el cual, una
educación se considera integral cuando incluye lo cognitivo, lo valorativo y lo social y a
partir de este presupuesto estima que las diversas dimensiones que hacen pleno a un ser
humano, su determinación y pertenencia, dependerá del contexto en que se desarrolle el
proceso educativo. Refiere como dimensiones: la ética, la intelectual, la política y otras
que se consideren en dependencia de los referentes desde donde se realice el análisis.
Por su parte Flores, R. (2002), refiriéndose a la calidad de la educación evalúa la
necesidad de desarrollar las dimensiones cognitivas, moral, socioproductiva y de
convivencia ciudadana y democrática como elementos esenciales de un proceso que
contribuye a la realización del ser humano en el sentido colectivo e individual.
Galdona, J. (2006) prefiere el desarrollo de las dimensiones espirituales, éticas, afectivas,
cognoscitivas y relacional como aspecto a tomar en consideración en el proceso formativo
de manera integral.
Algunos autores abordan las dimensiones del proceso de formación humana, como
derivados de las esferas de la realidad, así consideran lo económico, lo político, lo
estético, lo moral, entre otras. Otros no las entienden como dimensiones sino como
funciones (Ramos, G.1998, 2005) o como direcciones del proceso educativo (Viciedo, C.
2000).
6 - La memoria como actividad compleja y según los conflictos relacionales que refleje en
lo individual o lo social conserva, trasmite, olvida, abandona, expulsa, embellece o
sublima el pasado. La facultad de la memoria es uno de ellos y su universalidad se hace
visible en el sentido de que es inherente a todos los hombres, deviene del propio proceso
de socialización y juega un importante papel en la transmisión a las generaciones
subsiguientes lo adquirido - saberes, maneras de hacer las cosas, creencias, tradiciones
A través de la memoria se interiorizan los fenómenos psíquicos y de la conciencia, así
como los del comportamiento humano en su paso inexorable por el tiempo. Aunque se
vive en el presente, se deberá estimar el pasado como simiente y como referente. (Nota
Otro elemento que apunta hacia este carácter es la historia, que como la memoria
constituye representaciones del pasado, pero con la peculiaridad de la exactitud de dicha
representación, tiene como finalidad aclarar lo mejor posible el pasado, revelar sus formas
sobre la base de la preocupación por poner un orden que puede legitimar. La historia se
apoya en las aportaciones de hechos y datos que le ofrece la memoria, pero puede poner
distancia respecto al pasado; en ella entran los valores, las tradiciones, los ejemplos, las
lecciones y los paradigmas
El patrimonio en el que se manifiesta la memoria, es producto del trabajo electivo con
ciertas huellas del pasado o herencias en los órdenes material, ideal, cultural o natural
que con el transcurso del tiempo son seleccionados como objetos patrimoniales.
Las tradiciones y las costumbres como herencia sociocultural que se trasmite de
generación en generación y que se mantienen a lo largo de mucho tiempo, también
refrendan la cualidad generalizadora de la cultura, entendidos como fenómenos vivos que
resulta necesario atemperar a las realidades concretas.
Las tradiciones son una variedad de las costumbres, que se diferencian de aquellas por
su particular estabilidad y por los esfuerzos de los hombres, dirigidos a conservar las
formas de conducta heredados de los pueblos y de las generaciones anteriores. Es
característico en ellas una actitud cuidadosa hacia los distintos modos de vida
constituidos con anterioridad y hacia la herencia cultural del pasado,
La cultura no puede comprenderse en su universalidad como un simple concepto
asociado y resultante de la memoria, de la historia, del patrimonio, de las costumbres y las
tradiciones, sino que también comprende la creación artística en una sociedad
determinada, las artes en su sentido más general y el sistema de valores.
Desde lo antropológico el nacimiento de la historia se asocia con el despertar de la
conciencia del yo. La historia puede ser un factor cualificado en la formación de la
conciencia de la identidad personal y colectiva.
7 - La identidad incluye las determinaciones históricas y geográficas, individuales y
colectivas, materiales y espirituales científicas y tecnológicas, teóricas y prácticas.
Constituye así mismo una síntesis de múltiples determinaciones y contextos que tiene
carácter concreto y relativo. Su veracidad depende de que ella es identidad solo en la
diferencia, en la diversidad y la diferencia siempre supone la identidad; sino existiera la
diferencia no habría referencia para hacer lo idéntico.
Si el término “idéntico” nos remite a la semejanza, más que a la diferencia, a lo común
más que a lo extraño, a lo homogéneo más que a lo diverso, entonces, desde una
perspectiva limitada, puede parecer que la alusión al concepto de Identidad, en cualquier
nivel que se le trate, apuntaría a lo semejante, común, homogéneo, de una persona,
cultura, etc. y este es el tratamiento algo simplista que, a veces, recibe.
Sin embargo, en cualquiera de sus variados ejes o dimensiones de análisis, el fenómeno
de la Identidad nos plantea la conformación de procesos que se caracterizan por la
síntesis de elementos que provienen de un estado constitutivo de diversidad y hasta de
posible contradicción.
8 - Los intereses rectores de la ideología se manifiestan en la defensa del trabajo libre de
explotación, de la propiedad socialista, en el reconocimiento de su coexistencia con otras
formas de propiedad como necesidad de un momento histórico con el consiguiente saldo
negativo en el orden económico, moral y espiritual, de lo que se deriva como
impostergable deber salvar las conquistas sociales más significativas y la lucha contra la
ideología del imperialismo, neoliberalismo y la globalización de la economía de mercado
en el contexto actual.
9 - Autores como José R. Fabelo y Justo Chávez (2003) reconocen a la axiología como la
ciencia de los valores, su naturaleza y su fuente. Reconocen la existencia de gran
diversidad de interpretaciones generadas por las posturas que asumen los pensadores al
explicar la naturaleza misma del valor.
Se le atribuye al filósofo francés P. Lapie la introducción del término axiología en su obra
Lógica de la Voluntad en 1902, y con posterioridad para 1908 aparece ampliamente
utilizado en la obra Compendio de Axiología de Eduar von Hartmann, así como en otras
contribuciones en el tratamiento de la temática de los subjetivistas sistemáticos en
axiología y otros pensadores. El elemento común que unifica a la diversidad de
pensamiento y que da vida al saber axiológico en sus inicios es la tendencia al
irracionalismo y la contraposición entre ciencia y valor (Chávez, 2003).
10. La atribución de la denominación ético – axiológico para esta configuración pretende
remarcar e intencionar las contribuciones de cada una de estas partes a la formación y
desarrollo del ser humano, lo que les confiere personalidad propia, a la vez que la
dinámica existente entre ambos hacen que confluyan sobre todo a partir de la estimación
del valor como categoría central, su lugar y papel en la actividad humana, su reflejo en la
conciencia como reguladores de relaciones y comportamiento social.
Así desde lo ético se contribuye a la elaboración y asimilación de las normas y patrones
de conducta que regulan las relaciones sociales, inculcando en los hombres un sistema
de valores humanos universales determinantes para el desarrollo de su actividad;
mientras que desde lo axiológico se deberá atender la capacidad para confeccionar y /o
perfeccionar ese sistema de valores genuinamente humanos y percibir, concientizar,
apreciar y aplicar tales valores a su actividad.
11 - La ética como ciencia acerca del origen, estructura, esencia y regularidades del
desarrollo histórico de la moral ha estado dedicada al análisis científico de los procesos,
relaciones y comportamientos de los hombres en la sociedad, así como también a
investigar y a valorar teóricamente el sistema de principios, valores, normas, cualidades e
ideales morales. La moral constituye el valor esencial de toda la sociedad.
12 - Concepto de valor en tres planos de análisis según Fabelo, J. R.: En el primero, es
necesario entender a los valores como parte constitutiva de la propia realidad social,
como una relación de significación entre los distintos procesos o acontecimientos de la
vida social y las necesidades e intereses de la sociedad en su conjunto, o sea, cada
resultado de la actividad humana desempeña una determinada función en la sociedad,
favorece u obstaculiza el desarrollo progresivo de ésta y adquiere una u otra significación
social. Este sistema objetivo de valores es dinámico, cambiante, dependiente de
condiciones histórico concretas y se estructura de manera jerárquica.
El segundo plano del análisis se refiere a la forma en que esa significación social, que
constituye el valor objetivo, es reflejada en la conciencia individual o colectiva; como re-
sultado de un proceso de valoración en cada sujeto social aparece su propio sistema
subjetivo de valores, que puede poseer mayor o menor nivel de correspondencia con el
sistema objetivo de valores, en dependencia del nivel de coincidencia de los intereses
particulares del sujeto con los intereses generales de la sociedad, y además en depen-
dencia de las influencias educativas y culturales que ese sujeto recibe y de las normas y
principios que prevalecen en la sociedad en que vive. Estos valores subjetivos o valores
de la conciencia cumplen la función de reguladores internos de la actividad humana.
El tercer plano de análisis se refiere a que la sociedad siempre debe organizarse y fun -
cionar en correspondencia con un sistema de valores instituidos y reconocidos
oficialmente. Este sistema puede ser resultado de la generalización de una de las escalas
subjetivas existentes en la sociedad o de la combinación de varias de ellas, y por tanto,
pueden tener un mayor o menor grado de correspondencia con el sistema objetivo de
valores. De ese sistema institucionalizado emanan la ideología oficial, la política interna y
externa, las normas jurídicas, el derecho, la educación formal, entre otros.
13 - Procesos sustantivos son aquellos que en su integración aseguran el cumplimiento
de la misión de la Educación Superior en la época actual. Se refiere a los procesos de
formación profesional, investigación científica y extensión universitaria que
indisolublemente ligados entre sí posibilitan preservar, desarrollar y promover la cultura
con un alto grado de integralidad. (Horruitiner, P. 2006: 6 - 8)
14 - La transdisciplinariedad refiere el nivel de integración transversal entre las diferentes
disciplinas científicas, el acercamiento paulatino, ascendente al movimiento integrador del
saber científico. Concierne como lo indica el prefijo “trans”, a lo que simultáneamente es
entre las disciplinas, a través de las disciplinas y más allá de toda disciplina. Su finalidad
es la comprensión del mundo presente, uno de cuyos imperativos es la unidad del
conocimiento (Nicolesco, 1999).
Lo transdisciplinar o transversal está asociado al conjunto de competencias referidas
fundamentalmente a actitudes, conocimientos, habilidades profesionales generales y
valores que se mueven entre el saber, saber hacer y saber ser, son históricamente
condicionados y determinados. Ello posibilita sentar las pautas para constituir una
cooperación real integrada entre disciplinas sobre la base de relaciones de esencia y de
cambio en las mentalidades. (Valdés y Castañeda, 2003.).
Este nivel integrador del conocimiento, desde el enfoque de la complejidad, se resuelve a
través del concepto de transdisciplinariedad, más allá de la colaboración ínter o
multidisciplinaria, y que implica la reconstrucción del conocimiento sobre el Problema
social; el cuál es reenfocado ahora desde la multiperspectiva holística de las diferentes
disciplinas implicadas, y con una visión de conjunto. (D´Angelo, O., 2005)
15 - El concepto de integralidad según Alarcón y Sánchez (2000:46) significa un
desarrollo político ideológico elevado y una cultura social humanista que le sirva de base
a ese desarrollo político ideológico (...). También se requiere de competencia profesional,
de una capacidad adquirida para defender la revolución en el campo de las ideas y en la
disposición a cumplir cualquier tarea que plantea la Revolución, la patria y la universidad.
De la conjugación armónica de los elementos mencionados emerge el contenido de este
concepto en estrecha unidad a los valores que estamos urgidos de sembrar y que hacen
de ese profesional un revolucionario; resultante de lo cual, se convierte en estrategia
maestra como sistema que incluye todas las proyecciones del trabajo de la universidad,
que potencia un mayor desarrollo de la ideología desde y para la universidad con una
orientación ético axiológica aportadora de los valores deseados en ese profesional según
su modelo de formación y la aspiración de la sociedad.
16 - Entre los resortes ético - axiológicos necesarios para la convivencia y para hacer
valedera la cultura del vínculo sobre la base de la unidad y la armonía en las relaciones
sociales se encuentran: el desarrollo de una disciplina efectiva y consciente, aprender a
actuar frente a las personas como expresión de crecimiento moral, encontrar respuestas
convincentes que expliquen el valor y el sentido de la vida humana, conversar y
convencer de manera culta, clara, sencilla, eludiendo toda retórica así como, estimar el
principio de correspondencia entre lo que se hace y lo que se dice.
La cultura de la conducta por su parte se convierte en el núcleo que resume el proceso
gradual de conformación de las normas, los principios, ideales, cualidades y valores como
reflejo de las condiciones socioeconómicas y culturales en que transcurre la vida del
sujeto en toda su complejidad, es mediada por la educación a través de la cual se deberá
cultivar la sensibilidad, la apropiación de los valores humanos y el desenvolvimiento de su
espiritualidad. Se reconocen como elementos inherentes a ella, el conjunto de las formas
de proceder de los seres humanos expresión de su cultura externa e interna, las reglas de
convivencia, la espiritualidad sustentada en el virtuosismo humano, el buen gusto
cimentado en los valores estéticos y la cultura del lenguaje. Media en la relación entre la
cultura del vínculo y de la identidad
La atribución del calificativo: cultura de la identidad a los saberes que cimientan la
identidad pudiera parecer una tautología, sin embargo se asume para significar a aquellos
cuya sistematización contribuye a la formación del sentimiento y la autoconciencia, de
pertenencia e identidad nacional sobre la base de las tradiciones y los valores históricos -
sociales y culturales del país. De ella se derivan los valores autóctonos entre los que se
destacan el amor a la patria, la lucha por la independencia, la justicia social, la verdad, la
dignidad, la honestidad, la bondad, la solidaridad entre otros, los que por su naturaleza se
entremezclan, se enriquecen y sirven de sustento a los valores ideopolíticos.
17 - La asimilación de la más valiosa herencia cultural de la humanidad, su aprehensión
como patrimonio individual en el orden espiritual y moral, su interiorización, los nuevos
valores que van surgiendo resultantes de los cambios y reajustes en las relaciones
morales conforman la cultura moral que resume en sí misma la eticidad y los valores del
hombre, deja su impronta sobre el desarrollo en todos los órdenes (político, ideológico,
cultural y social), da fe del nivel de plenitud o formalidad de las relaciones sociales, a la
vez que se constituyen en las aportaciones esenciales que se realizan para y desde esta
configuración a la concepción del hombre en materia ético - axiológico.
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ANEXO I. ANÁLISIS TENDENCIAL DE LA FORMACIÓN SOCIOHUMANISTA EN LA
CARRERA

ETAPAS

I II III IV
1.1.- INDI Establecim
Inicio de la Conceptualiza Dirección
CAD iento de las
Institucionali ción, Consciente
ORE bases Análisis
zación perfeccionami
S (1999- Tendencial
(1962– ento y
(1976–1989) Actualidad)
1975) aplicación
(1990–1998)

Perfeccionamie
1.- Vínculo
nto
de la
universidad 1 2 2 3 Fortalecimiento
con la internacionaliza
sociedad ción

2.- El
Desarrollo
paradigma 1 2 3 3
sostenible
de desarrollo

3.- Las
transformaci Interdisciplinari
ones edad
vinculadas al
en camino
tema en las 1 1 2 3
hacia la
distintas
generacione transdisciplinari
s de planes edad
de estudio.

4.- La
concreción
de los
principios de Se convierten
vinculación 1 2 2 3 en ideas
del estudio, rectoras
con el
trabajo y con
la vida.

5.- Las 0 0 1 3 Reconceptualiz


aportaciones ación de la
de los
talleres de
Trabajo integralidad
Político
Ideológico.

Redimensiona
Completamie
miento del
nto selectivo
enfoque
de los Escala:
integral de la
contenidos de 0: No hay
Tratamient formación
las ciencias manifestacione
o de los sociohumanist
sociales y las s.
aspectos a para un
humanidades,
sociohuma desarrollo
que Tratamiento de
nos de cultural que se
intencionan la lo 1: Hay un
forma concibe como
orientación de sociohumanista despertar.
tradicional, elemento
la formación desde un Aparecen
caracteriza contentivo en
sociohumanist enfoque primeros
Tendencia dos por un todo el Plan de
a, consciente, indicios de
de la Etapa enfoque Estudio desde
institucionaliz transdisciplinar cambio.
enciclopedi un principio de
ado por la y proyectado a
sta, desarrollo
concepción la integralidad.
fragmentad sostenible,
del currículo, 2: Hay un
oy manifestándos
aunque con incremento. Se
espontáne e en la
una fuerte dirige hacia un
o. interdisciplinari
presencia desarrollo.
edad, aunque
conductista y
su tratamiento
con un gran
no es sistémico
fraccionamien 3: Se fortalece.
y se realiza de
to de los
forma
contenidos.
fragmentada.
ANEXO II: TALLER DE INTERCAMBIO CON PROFESORES DE LA CARRERA DE
AGRONOMÍA
Objetivo:: Identificar las insuficiencias y potencialidades que presenta el proceso de
formación sociohumanista del profesional de la Carrera de Agronomía, tomando
como unidad de análisis los valores ético profesionales a nivel de todos los años.
Para determinar los problemas en la formación sociohumanista en cada año, se respondió
a la siguiente pregunta:
¿Cuáles son los problemas en la formación sociohumanista en cada año, a partir de las
carencias en los estudiantes, en el quehacer de las diferentes asignaturas y en su
contribución al logro de los objetivos educativos traducidos en valores?
Para ello se presentaron los objetivos educativos.
OBJETIVO GENERAL EDUCATIVO
Asumir una actitud dialéctico materialista, con amor por la naturaleza y la profesión y con
sólidos principios éticos, estéticos, morales, humanistas, de solidaridad, honestidad y
responsabilidad, propios de un profesional que tiene entre sus deberes producir alimentos
en cantidad y calidad con el mínimo daño al medio ambiente y transmitir sus
conocimientos y experiencias a las generaciones que le suceden, acorde con los
principios socialistas, internacionalistas y Martianos que rigen en nuestra sociedad.
Objetivos Educativos de los años
PRIMER AÑO
- Adquirir una adecuada concepción científica del mundo y desarrollar un pensamiento
dialéctico que le permita el razonamiento, desarrollo y consolidación de forma integra-
da de los conocimientos básicos fundamentales en la lógica del pensamiento.
- Consolidar un sistema de valores éticos y estéticos acorde con nuestra moral socialista
y su esfera de actuación como profesional de la rama agropecuaria que permita de-
mostrar creatividad e independencia, capacidad de trabajo y amor a la naturaleza y a
su profesión, honradez, responsabilidad y disciplina.
- Conocer las personalidades que se han destacado en la práctica agronómica en Cuba
y en el mundo, así como sus obras, desarrollando así su función humanista.
SEGUNDO AÑO
- Incrementar sus conocimientos sobre una adecuada concepción científica del mundo,
desarrollándose un pensamiento dialéctico; un sistema de valores éticos y estéticos,
mejorando el resultado cualitativo y cuantitativo del proceso docente, así como su for-
mación humanística.
- Continuar la consolidación del sistema de valores éticos y estéticos, demostrar alta exi-
gencia, capacidad para el trabajo en grupo, honradez, respeto a la vida y a la naturale-
za, responsabilidad y disciplina, capacidad de acceso a la información, alcanzando ni-
veles cualitativamente superiores en la satisfacción de las necesidades espirituales,
culturales y deportivas de los estudiantes, así como hábitos de estudio en renovación
constante.
- Adquirir un sistema de conocimientos hábitos y habilidades para elevar constantemen -
te su preparación política ideológica que se identifique con las tradiciones revoluciona-
rias de nuestro pueblo, reconociendo su papel en el desarrollo de la sociedad aten-
diendo a su perfil agropecuario.
- Incrementar su cultura integral mediante el conocimiento de la naturaleza, la profesión
y lo universal a través de las asignaturas y las actividades docentes y extradocentes
en los componentes académico, laboral e investigativos que se manifiesten en su futu-
ra labor como dirigente de la producción.
TERCER AÑO
- Adquirir un sistema de conocimientos, habilidades y valores propios de la profesión,
que les permita integrar de manera independiente y creadora los principales métodos
en los campos de acción de la esfera agropecuaria a partir la solución de problemas, el
trabajo en equipos, la comunicación oral y escrita, la introducción de las nuevas
técnicas y tecnologías para lograr rendimientos sostenibles así como, el hábito de
participación en actividades deportivas, culturales y de extensión hacia la comunidad.
- Consolidar un sistema de valores éticos y estéticos, que permitan mostrar normas de
conductas acordes con los principios de nuestra sociedad basado en el respeto a las
personas, comportarse de manera adecuada ante diferentes situaciones o sucesos,
saber ayudar y compartir. Respetar la vida y la naturaleza.
CUARTO AÑO
- Demostrar una amplia cultura política e histórica sobre la significación de la revolución
cubana y sus tradiciones, aplicando en la práctica el pensamiento dialéctico-
materialista relacionado con los métodos de trabajo de la profesión.
- Demostrar responsabilidad económica, científico-técnica política y de respeto a la
conservación del medio ambiente, en la solución de los problemas a que se enfrenta,
traduciéndose en una conducta de valores que lo signifique en los colectivos laborales
con que se relaciona, así como por su cultura profesional y sensibilidad por las
manifestaciones de la cultura universal.
QUINTO AÑO
- Mostrar un desarrollo del pensamiento lógico en cuanto a diferentes situaciones que se
presentan en la agricultura, a través de una sólida preparación sociohumanista y cien-
tífico-técnica multilateral, que le permita, dentro de las esferas de actuación de su pro-
fesión, integrar armónicamente todos los conocimientos recibidos durante la carrera a
favor de la concreción del paradigma de desarrollo sostenible.
- Mostrar normas de conductas acordes con los principios de nuestra sociedad, así
como un sistema de valores éticos y estéticos basados en el respeto, el amor a la pa -
tria, el amor a la naturaleza, saber respetar las normas de trabajo en grupo, las técni-
cas de dirección, saber ayudar, cooperar y compartir.
Problemas en la formación sociohumanista de este profesional
- Insuficiencias en la organización y efectividad en los resultados de la aplicación del en-
foque integral del trabajo educativo y político-ideológico y en la cohesión entre las di-
mensiones de la formación integral, especialmente, en la sociohumanista.
- La tradición de privilegiar los aspectos tecnológicos por encima de los sociohumanos.
- Limitaciones vinculadas con la conceptualización, enfoque estructural y tratamiento de
la formación sociohumanista en este profesional.
- No existe un diseño de formación sociohumanista para el agrónomo.
- El plan D no toma en consideración algunos aspectos de la formación sociohumanistas
consolidados en el plan C.
- Es limitada la socialización de investigaciones en la materia para este profesional, y es-
trecho y carente de socialización el Código de Ética existente.
- Limitaciones adquiridas en los niveles educacionales precedentes, tanto en lo cognos-
citivo (con: el conocimiento de diversos elementos que conforman su cultura general,
los aspectos esenciales de la historia, la expresión oral y escrita, las habilidades para
el estudio y hábitos de lectura) como en el comportamiento (limitaciones para relacio-
narse y convivir de manera adecuada).
ANEXO III. ENCUESTA A LOS ESTUDIANTES DE PRIMER AÑO DEL CURSO
REGULAR DIURNO
Objetivo: Comprobar a través de los criterios de los estudiantes de 1er año las
potencialidades y limitaciones en materia de formación cultural.
Lea detenidamente las siguientes preguntas y conteste según sus criterios y
conocimientos. Con esta encuesta pretendemos conocer elementos importantes del
trabajo docente educativo y su honestidad nos será muy útil para desarrollar nuestra
labor.
I-Datos generales:
a) Nombres y apellidos: __________________________________
b) Carrera: _____________________________
c) Edad: ______ años. Sexo: M_____ F_______
d) Vive en el Municipio: ______________ Provincia: _________
e) Urbano: _______ Rural: ___________
f) Su procedencia: Hijo de obrero__ Campesino__ Profesional __Otros-----. ¿Cuál?
II- Sobre el ingreso a la Educación Superior:
a) Si es varón: ¿Pasó el Servicio Militar? Si__ No__. En caso afirmativo:
b) Diferido___ (Un año). Dos o más___ ¿En qué Unidad?________________
c) Ingresó a la Universidad por la vía:
d) Preuniversitario ___
e) Curso de Nivelación de Técnico Medio ___
f) Orden 18 ___
g) Decreto Ley 91 ___
h) Otra vía ___ ¿Cuál? _______________________________.
III- ¿Cuando se gradúe dónde quisiera ir a trabajar? (Marque con una X):
a) Donde sea más necesario para su provincia ___
b) En la docencia ___
c) En un centro de investigación ___
d) En el turismo ___
e) En una unidad de base de la producción y/o los servicios ___
f) En las FAR ___
g) Otros: ¿Cuál? _____________________________________.
IV- Le gusta o ha practicado:
a) Deportes: Si__ No__ Cuáles: ________________
b) Música: Si__ No__ Cuáles: ________________
c) Teatro: Si __ No __Cuáles: ________________
d) Danza: Si__ No __Cuáles: ________________
e) Otras manifestaciones. ¿Cuáles?: ___________, __________, ________.
f) Si no lo ha hecho, cuáles manifestaciones culturales o deportivas le gustaría practicar:
V- En su tiempo libre le gusta:
a) Leer: Si______ No _______
b) Ir al Cine: Si______ No _______
c) Ver la Televisión: Si______ No _______. Que programas prefieres:
_____________________________.
d) Otras opciones en que ocupa ese tiempo:
__________________________________________________.
VI- Es militante de la UJC: Si__ No__ Si no lo es, ¿le gustaría serlo? Si__
a) No __ ¿Por qué? __________________________________________
b) Ha ocupado cargos en:
UJC: ¿Cuáles?: ________________________________________
FEEM: ¿Cuáles?:_______________________________________
FEU: ¿Cuáles?:________________________________________
VII- Conteste lo que realmente conozca; ello nos permitirá realizar un mejor trabajo
a) Diga el nombre del:
- Ministro de Educación Superior
- Primer Secretario del PCC en tu Provincia
- Primer Secretario del PCC de tu Municipio
- Presidente del Poder Popular de tu Provincia
- Presidente del Poder Popular de tu Municipio
- Rector del Centro Universitario
- Primer Secretario de la UJC Nacional
- Presidente Nacional de la FEU
- Ministro Relaciones Exteriores de Cuba
- Ministro de Turismo de Cuba
- Ministro de Cultura de Cuba
- Decano de tu Facultad
b) Diga cuántas Provincias tiene la República de Cuba: ____ y cuántos Municipios:
______
c) Diga cuántos Km2 tiene la República de Cuba: _________ y cuántos habitantes:
_____________.
d) Diga la tasa de mortalidad infantil por cada mil nacidos vivos que alcanza Cuba actual-
mente_____%.
e) Diga 4 elementos que aparecen en el Escudo de la República de Cuba:
_____________________________________________________________________
_________.
f) ¿Cuál es el Árbol Nacional? ___________________
g) ¿Cuál es la Flor Nacional? ___________________
h) Nombre y apellidos de “El Cucalambé” ________________________.
i) Mencione dos Leyes Norteamericanas que recrudecen el bloqueo contra Cuba:
_____________________________________________________________________
__________.
Estamos muy agradecidos por el tiempo que nos ha dedicado y por las opiniones que nos
ha brindado para nuestra labor de educador. Gracias.
ANEXO IV. ENCUESTA APLICADA A ESTUDIANTES DE SEGUNDO A CUARTO AÑO
Objetivo: Explorar los criterios que poseen los estudiantes de la Carrera de
Agronomía acerca de los valores y la manifestación de estos en su actuación.
Un grupo de especialistas de nuestra provincia está realizando un estudio acerca de los
valores humanos. Es de nuestro interés conocer sus criterios sobre este tema. No es
necesario que de su nombre. Por su colaboración. Muchas gracias.
I- ¿Usted se ha acercado a un profesor cuando se te ha presentado algún problema
personal? (marque una sola respuesta).
1. ____Siempre.
2. ____ Algunas veces.
3. ____ Nunca.
En caso de responder la 1 ó la 2, mencione de cuál asignatura: _______________
Mencione una cualidad que le motivó a acercarse a ese profesor: ______________
II-¿Está usted al tanto de la problemática de los valores humanos? Si_____ No _____.
Mencione cinco valores que usted considera están presentes en su colectivo:
________________________________________________________________________
_____________________
III- A continuación le mencionamos cuatro fuentes de formación de los valores humanos.
Otórguele puntuación (del 1 al 4) según considere el papel que éstas juegan.
Familia______
Experiencia personal______
Escuela______
Organizaciones Políticas y de Masas _______
IV-¿Qué opinión le merece el trabajo que realizan las organizaciones políticas y sociales
con los jóvenes? (marque una sola respuesta en cada caso).
Muy bueno _____ Bueno _____ Regular_____ Malo_____ No se ______
1- PCC
2- UJC
3- CDR
4- FMC
5- FEU
a) De las organizaciones presentes en su centro de estudio valore en orden numérico (del
1 al 3) su incidencia en la formación de valores en los estudiantes.
PCC____ FEU____ UJC____.
b) Diga si ha encontrado conflictos entre sus valores personales y los de las
organizaciones a las que pertenece. Si______ No_____ De responder afirmativamente
¿cómo sugiere resolverlos?
______________________________________________________________
______________________________________________________________
V- ¿Cómo inciden los valores para la toma de decisiones?
Siempre____ Algunas veces____ Nunca___
VI- Ante un joven universitario se pueden dar las siguientes aspiraciones vinculadas con
el trabajo (laboriosidad). Usted en su lugar ¿cuáles escogería?
a) No trabajar con el Estado______
b) Hacer negocios______
c) Trabajar por cuenta propia_____
d) Ejercer su profesión con el Estado_____
e) Alternar su profesión con otras variantes______
f) No trabajar y depender de sus padres_______
g) No trabajar y depender de las remesas de divisas______
VII- ¿Qué causas considera usted han originado que algunos estudiantes universitarios
abandonen sus estudios para trabajar por cuenta propia? (puede marcar más de una
respuesta).
a) El interés económico_____
b) Piensan en el presente solamente_____
c) Pérdida de confianza en sí mismos____
d) Las necesidades personales_____
e) Los trabajadores por cuenta propia tienen mayores ventajas que los
profesionales_____
VIII- De las siguientes cualidades político-morales que debe poseer un joven universitario,
¿cuáles considera están presentes en la mayoría de sus compañeros de grupo? (marca sí
o no en cada caso).
a) Ser útil a la sociedad________ b) Ser revolucionario________ c) Tener fuerza de
voluntad_____
d) Exigencia hacia sí mismo_____ e) Interés profesional_____ f) Ser buen
estudiante______
g) Autocrítico ______ h) Fuertes convicciones_____ i) Honesto_____ j) Superación
personal______
k) Exigencia hacia los otros____ l) Ser alegres_____
IX- ¿Cómo califica las relaciones entre los estudiantes de su Centro? (marca una sola
respuesta).
Buenas ____ Regulares_____ Malas____
X- ¿Cómo considera se manifiestan las siguientes vías de trabajo político-ideológico en el
Centro?
Suficiente____ Poco suficiente_____ Insuficiente_____
Discusión de materiales y discursos.
Conmemoración de fechas históricas.
Talleres y seminarios de temas políticos e ideológicos.
Las actividades docentes cotidianas.
Matutinos.
Actos, mítines y desfiles.
Turismo histórico, acampadas, caminatas.
Propaganda y actualización de murales.
a) ¿Cómo valora la calidad de estas actividades en su Centro de estudios?
Buena ____ Regular ____ Mala____
XI- Escriba a continuación 10 deseos suyos. Es muy importante que sea sincero.
Yo deseo:
Yo deseo:
Yo deseo:
Yo deseo:
Yo deseo:
Yo deseo:
Yo deseo:
Yo deseo:
Yo deseo:
Yo deseo:
A continuación le presentamos un conjunto de frases incompletas. Debe completarlas con
sus opiniones más sinceras.
El respeto por la propiedad social significa ____________________________.
Al ayudar y compartir con mis compañeros de estudio siento ______________.
Las relaciones sexuales prematrimoniales _____________________________.
ANEXO V: ANÁLISIS DE LOS RESULTADOS DE LA ENCUESTA APLICADA A LOS
ESTUDIANTES DE PRIMER AÑO
Objetivo: Determinar indicadores cuantitativos acerca de la formación cultural y
caracterización general de estos estudiantes.
- Total de encuestados:18
- Poseen una edad promedio de 17,5 años.
- Predomina el sexo masculino, pues el 61,5% corresponden a este sexo.
- Su procedencia es fundamentalmente campesina, destacándose que el 82 % viven en
los municipios Majibacoa y Menéndez (todos en la zona rural).
- Su nivel de vida manifiesta que las condiciones materiales de hábitat son regulares o
malas en el 74 % y el 66 %.
- La fuente de ingreso a la Educación Superior es fundamentalmente de técnicos me-
dios (48 %), siendo a su vez el 16 % de preuniversitario, 24 % orden 18 y el 12 % De -
creto Ley 91.
- Referente a la pregunta relacionada con los intereses de trabajo una vez graduado, el
32 % manifiesta que donde lo necesite la provincia; 4 % en la docencia; 12 % en cen -
tros de investigación; 30 % en el turismo; 18 % en unidades de base de la producción
y/o los servicios y 4 % en las FAR.
- Les gusta y practican alguna manifestación artística o deportiva al 85 % de los estu -
diantes caracterizados.
- Al 43 % de los estudiantes les gusta leer, al 59 % le gusta el cine y al 98 % le gusta ver
la televisión, especialmente programas musicales, humorísticos y películas.
- El 65 % de los estudiantes son militantes de la UJC; del 35 % restante la mayoría aspi-
ra serlo.
- Relacionado con la cultura general se destaca que sólo el 32 % conocen sobre los
principales dirigentes estudiantiles, juveniles y partidistas a todas las instancias. De
igual forma el 44 % conoce algunos de los elementos presentes en el escudo de la Re -
pública de Cuba, el 89 % conoce el árbol nacional, el 91 % el ave nacional y el 89 % la
flor nacional.
- El 78 % de los caracterizados manifiestan dominio sobre las leyes norteamericanas que
recrudecen el bloque contra Cuba.
ANEXO VI. ANÁLISIS DE LOS RESULTADOS DE LA ENCUESTA REALIZADA A LOS
ESTUDIANTES DE SEGUNDO A CUARTO AÑO
Objetivo. Valorar los principales resultados cuantitativos y cualitativos relativos a
los valores y su manifestación la actuación de los estudiantes.
- El 72,1 % de los estudiantes reconoce que subsisten dificultades en la relación
alumno-profesor que se constituyen en barrera para el desarrollo de una adecuada co-
municación y convivencia.
- El 83,7 % de los estudiantes poseen conocimientos esenciales acerca de la problemá-
tica de los valores.
- Los estudiantes no ven en todos sus profesores al ejemplo a imitar como referente
conductual, lo que motiva que en muchos casos no acudan a ellos en busca de ayuda
para la solución de sus problemas (59,5 %).
- En el Centro Universitario Las Tunas existen dificultades con el trabajo que realizan las
organizaciones políticas y de masas con los jóvenes, así como las interacciones entre
ellas, por cuanto el 90,8 % marca elementos que implican dificultades.
- En cuanto al papel de las organizaciones en la formación de valores se reconoce que
la Unión de Jóvenes Comunistas y la Federación Estudiantil Universitaria (83 %) tienen
mayor incidencia en la materialización de esta tarea. El Partido del Centro y de la Fa-
cultad no han logrado colocarse en la vanguardia, por lo que lo ubican después de es-
tas dos organizaciones (82,1 %). Evalúan de casi nulo el desempeño de la Federación
de Mujeres Cubanas y los Comités de Defensa de la Revolución en el logro de este fin
(93 %).
- Al analizar los ideales de los jóvenes vinculados con el trabajo se pudo constatar que
de forma general manifiestan como aspiración ejercer su profesión (94 %), pero el 81
% de la muestra escogida, junto a esta respuesta también reconocen la posibilidad de
alternar su profesión con otras variantes
- Las necesidades personales (40 %), los intereses económicos (38 %) y la pérdida de
confianza en sí mismos (22 %), son algunas de las causales reconocidas para que los
estudiantes abandonen sus estudios.
- Entre las cualidades político-morales consideradas deficientes se destacan: la exi-
gencia a sí mismo (31 %), hacia los otros (20 %), el espíritu autocrítico (35 %) y el no
considerarse portadores de fuertes convicciones (14 %).
- El 25,9 % de los estudiantes no tienen un fuerte interés por su superación personal.
- Cualificando las relaciones interestudiantes se evidencia que dentro de esta carrera las
relaciones son generalmente buenas, pues el 86,2 % así lo considera.
Al valorar las vías para la realización del trabajo político-ideológico en el centro el 53,2 %
reconoce que aunque se hace un esfuerzo en este aspecto todavía no es suficiente, pues
la calidad de las actividades que se convocan con ese fin no ha logrado la excelencia que
se aspira.
ANEXO VII. ANÁLISIS DE LOS RESULTADOS DE LA CONSULTA A ESPECIALISTAS
Objetivo: Exponer a partir de los criterios consensuados entre especialistas los
problemas que limitan la formación sociohumanista
- Poseen conocimientos esenciales acerca de la problemática de los valores, favorecido
por la inclusión de la temática en los programas de la disciplina Marxismo - Leninismo
(83,7 %), sin embargo, se revela la necesidad de extender su tratamiento a otras disci -
plinas, pues existe un marcado interés (87 %) por la profundización en otros aspectos
de la misma por parte de los estudiantes.
- Subsisten dificultades en la relación alumno - profesor que se constituyen en barrera
para el desarrollo de una adecuada comunicación y convivencia (66 %).
- Subsisten insuficiencias en el proceso docente - educativo que se manifiestan en una
inadecuada derivación de los objetivos (89 %).
- Deficiencias en la correlación entre el nivel teórico y en muchos casos abstracto de la
docencia y lo concreto de la producción (87,5 %).
- Se le confiere tradicionalmente mayor prioridad a los objetivos instructivos respecto a
los educativos (98,7 %).
- Existen dificultades con el trabajo que realizan las organizaciones políticas y de masas
con los jóvenes en el Centro Universitario Las Tunas, así como las interacciones entre
ellas (82 %).
- Insuficiencias en el conocimiento de las obras cumbres de la cultura de la humanidad
(80 %), de la historia de la localidad (77,4 %), y de los aspectos esenciales de la histo-
ria de su profesión (98,1 %).
- Carecen de una cultura ecológica para accionar en la práctica aunque poseen algunos
conocimientos teóricos, el 85 % de los profesores.
- Presentan limitaciones en cuanto a la expresión oral y escrita en particular (91,3 %), y
con la comunicación social en general (87,9 %), condicionado en parte por la forma-
ción precedente.
- Poseen limitaciones en cuanto a la apreciación estética del mundo y del arte (94 %).
El 82 % de los profesores manifiestan que aún existen insuficiencias en la integración de
todos los factores para la materialización de los proyectos educativos en función del
desarrollo integral de la personalidad de los educandos, debiéndose profundizar en
materia de valores relacionados con la profesión.

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