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PROCESO DE LA ESCENA

(visto desde la mirada del Coordinador de Psicodrama)

Constituye un desarrollo a la vez teórico e instrumental de las etapas en que puede


dividirse la consideración de un proceso dramático cualquiera. Consta de cinco pasos:

1) Pensamiento en Escenas: consiste en colocarse en "posición imaginaria", una especie


de equivalente psicodramático de la "atención flotante" del psicoanálisis, dejando que
fluyan en la mente del director las imágenes escénicas que provoca el discurso grupal. Es
decir que se favorece la transformación de lo que se oye en sucesivas imágenes que,
incesantemente, acuden a la mente como los sucesivos fotogramas de un filme imaginario.
Así pues, el Pensamiento en Imágenes cobra autonomía y permite la comunicación más
fluida entre los respectivos imaginarios individuales; dicho de otro modo, de inconscientes
a inconsciente. Prepara la dramatización.
2) Escena a Dramatizar: en el ininterrumpido fluir de imágenes que determina el
Pensamiento en Escenas, se produce un corte, en un momento determinado, momento
éste tanto más inconscientemente elegido cuanto más inmerso se encuentra en la posición
de "atención flotante" el encargado de elegir la escena a dramatizar (por ejemplo, aunque
no exclusivamente, el coordinador del grupo). ese corte, ese momento de cierre operativo,
permite detener y asir una de las fluyentes imágenes en que se iba transformando el
discurso grupal o del paciente individual, para detenerse a trabajar con dicha escena.
(Queda claro que "trabajar con esa escena" no implica necesariamente dramatizar, ya que
puede trabajarse de este modo Pensamiento en Imágenes y selección de la Escena a
elaborar en un contexto de psicoterapia exclusivamente verbal).
3) Escena Manifiesta: la escena que se eligió haciendo un corte transversal en el continuo
fluir de escenas provocado por el pensamiento en escenas, pasa a ser dramatizada. Se
puede también, como se dijo más arriba, abordar la Escena Manifiesta como material de
elaboración verbal en un contexto no psicodramático, pero si se elige dramatizar, se
representará la Escena tal como la relató el integrante que hablaba, (Dramatización simple)
o aplicando las distintas variantes técnicas del Psicodrama clásicamente descritas:
dramatización simbólica, construcción, inversión de roles, soliloquios, etc.
En este paso del proceso de la escena, que se corresponde a la fase de la Acción
Psicodramática, lo importante es trabajar la Escena Manifiesta en cuestión que, como
sabemos, oculta lo imaginario pero, a la vez, da cuenta de él, lo manifiesta, lo expresa, por
lo cual deberá ser aprovechado como "revelador" de lo latente que lo subyace, sin que
implique tener que limitarse sólo a ésta.
4) Escena “desde el punto de vista de los integrantes del grupo”: A partir de la escena
manifiesta los integrantes del grupo serán "tocados" por afectos, sensaciones corporales,
miedos, ganas, etc. Lo mismo ocurrirá, en la situación diádica de las terapias individuales;
en uno u otro caso, lo que se experimenta es la "energía" presente el Personaje Imaginario
en el cual se hubiere situado el integrante en cuestión. Esta ubicación en los lugares
imaginarios es inconscientemente determinada, puede ser diferente para cada integrante
del conjunto y viene constituida por el impacto que produce en cada uno la Tensión
Dramática subyacente, actuando sobre cada estructura individual previa.

Metodológicamente, se le pide a cada uno de los presentes durante la Escena Manifiesta


que expresen esos afectos, sensaciones, etc. y que se va armando así, como un mosaico, la
estructura subyacente (por lo menos en "algunos" de sus aspectos, ya que es imposible
abarcar "todo" el Imaginario, ni siguiera la totalidad de la pequeña porción del mismo
presente en el reducido ámbito del pequeño grupo).
5) Escena Imaginaria: constituye el paso final del Proceso de la Escena. Puede definirse
como la contactación y descripción de un "trozo" de Imaginario al que se tuvo acceso a
través de los cuatro pasos anteriores. Esa explicación, necesariamente discursiva y, por lo
tanto abstracta y limitada estará ella misma teñida y deformada por el pasaje a través del
proceso secundario, pero conservará, como toda interpretación psicoterapéutica, un
potencialmente formidable poder operativo en la medida en que apunte a ir "revelando lo
subyacente", explicitando las motivaciones ocultas, a des-reprimir lo reprimido, a contribuir
por fin a hacer consciente lo inconsciente.

C.M. Menegazzo y M. Zuretti:


Diccionario de Psicodrama y Sociodrama

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