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ESPERMATOGENESIS

En los seres humanos, la espermatogénesis dura entre 65 y 75 días.

Comienza con la espermatogonia, que contiene un número diploide (2n) de


cromosomas. Dichas espermatogonias son un tipo de células madre; cuando
realizan la mitosis, algunas de estas permanecen cerca de la membrana basal del
túbulo seminífero en un estado indiferenciado para servir como reservorio de
células en futuras mitosis y subsiguiente producción de espermatozoides. Las
restantes pierden contacto con la membrana basal y se introducen entre las
uniones estrechas de la barrera hematotesticular, sufren cambios en su desarrollo
y así se diferencian en espermatocitos primarios. Éstos, como las
espermatogonias, son diploides (2n); es decir, tienen 46 cromosomas. Poco
después de su formación, cada espermatocito primario replica su ADN y luego
inicia la meiosis. Durante la meiosis I (primera división meiótica), los pares
homólogos de cromosomas se alinean sobre el eje ecuatorial de la célula, y se da
el entrecruzamiento de genes. Luego, el huso meiótico tracciona un cromosoma
(duplicado) de cada par hacia el polo opuesto de la célula en división. Las dos
células formadas en la meiosis I se denominan espermatocitos secundarios. Cada
uno de ellos contiene 23 cromosomas, el número haploide. Cada cromosoma
dentro del espermatocito secundario, sin embargo, está formado por dos
cromátides (dos copias de ADN) aún unidas por el centrómero. Durante la meiosis
II (segunda división meiótica) los cromosomas se alinean en una única fila sobre el
eje ecuatorial de la célula, y las dos cromátides de cada cromosoma se separan
formando Las cuatro células haploides que se llaman espermátides. Cada
espermatocito, entonces, produce cuatro espermátides por medio de dos
divisiones consecutivas (meiosis I y meiosis II). Durante la espermatogénesis,
tiene lugar un proceso único. A medida que las células espermatogénicas
proliferan, no logran completar la separación citoplasmática (citocinesis). Las
células permanecen en contacto por medio de puentes citoplasmáticos durante
todo su desarrollo. También podría tener importancia para la supervivencia de las
células, ya que la mitad de los espermatozoides contiene un cromosoma X y la
otra mitad, un cromosoma Y. El cromosoma X, de mayor tamaño, podría tener
genes necesarios para la espermatogénesis que no tiene el cromosoma Y, de
menor tamaño. La fase final de la espermatogénesis, la espermogénesis, es el
proceso de conversión de espermátides haploides a espermatozoides

Cada espermátide se convierte en un único espermatozoide. Durante este


proceso, las espermátides esféricas se transforman en espermatozoides
alargados y delgados. Un acrosoma se forma por encima del núcleo, que se
condensa y elonga, se desarrolla un flagelo y se multiplican las mitocondrias. Las
células de Sertoli se encargan de degradar el citoplasma excedente, que se
desprende de las células. Finalmente, los espermatozoides son liberados de sus
conexiones con las células de Sertoli, fenómeno conocido como espermiación. Los
espermatozoides pasan luego a la luz del túbulo seminífero. El líquido secretado
por las células de Sertoli propulsa los espermatozoides a lo largo de su camino,
hacia los conductos de los testículos. En este estadio, los espermatozoides aún no
tienen capacidad para desplazarse.
ESPERMATOZOIDES
Cada día, alrededor de 300 millones de espermatozoides completan el proceso de
espermatogénesis.

Un espermatozoide mide alrededor de 60 μm de largo y contiene distintas


estructuras específicamente adaptadas para poder alcanzar y penetrar a un
ovocito secundario.

Las partes principales de un espermatozoide son la cabeza y la cola.

La cabeza es aplanada y piriforme, mide 4-5μm de largo. Contiene un núcleo con


23 cromosomas muy condensados. Cubriendo los dos tercios anteriores del
núcleo se encuentra el acrosoma (ákrons-, extremo; y -sóoma, cuerpo), una
vesícula con forma de capuchón llena de enzimas que ayudan al espermatozoide
a penetrar el ovocito secundario y así lograr la fecundación. Las enzimas que se
encuentran son hialuronidasas y proteasas.

Mientras que la cola del espermatozoide se divide en cuatro partes: cuello, pieza
intermedia, pieza principal y pieza terminal.

El cuello es la región estrecha inmediatamente posterior a la cabeza que contiene


los centriolos; éstos forman los microtúbulos, que van a conformar las porciones
restantes de la cola. La porción media contiene mitocondrias dispuestas en
espiral, encargadas de proveer la energía (ATP) que permite la locomoción del
espermatozoide hacia el sitio de fecundación y el metabolismo celular. La pieza
principal es la porción más larga de la cola y la pieza terminal es la porción final,
donde se estrecha. Una vez producida la eyaculación, la mayor parte de los
espermatozoides no sobreviven más de 48 horas dentro del tracto reproductor
femenino.

• Entorno al momento de la ovulación, el pH vaginal, aumenta hasta


llegar a 7-7’5 puntos, por lo que los espermatozoides depositados
en esta etapa pueden llegar a vivir de 2 a 5 días en su interior.
• Cuando la mujer no está en los días de ovulación, los espermatozoides, al
tener contacto con la vagina un pH por debajo de 6, viven poco tiempo. De
hecho, aunque depende cada caso concreto, la vida del
espermatozoide cuando no está en ovulación, es de unas 24 horas y, como
mucho, 48.
• Si se eyacula fuera de la vagina, generalmente tras masturbarse, los
espermatozoides viven muy poco tiempo, lo que tarde en secarse el líquido
seminal, que suelen ser unos pocos minutos.

CONTROL HORMONAL DE LOS TESTÍCULOS


Al llegar a la pubertad, ciertas células neurosecretoras hipotalámicas incrementan
la secreción de hormona liberadora de gonadotrofinas (GnRH). Esta hormona, a
su vez, estimula las células gonadotróficas en el lóbulo anterior de la hipófisis a
aumentar la secreción de dos gonadotrofinas: la hormona luteinizante (LH) y la
hormona foliculoestimulante (FSH). La LH estimula las células de Leydig,
localizadas entre los túbulos seminíferos, a secretar la hormona testosterona. Esta
hormona esteroidea se sintetiza en los testículos a partir del colesterol y es el
principal andrógeno. Al ser liposoluble, difunde fácilmente fuera de las células de
Leydig hacia el líquido intersticial y luego a la sangre. Por un mecanismo de
retroalimentación negativa, la testosterona inhibe la secreción de LH por parte de
las células gonadotrópicas del lóbulo anterior de la hipófisis y la secreción de
GnRH, por parte de las células neurosecretoras hipotalámicas. En algunas células
diana, como las de los genitales externos y la próstata, la enzima 5 α-reductasa
convierte la testosterona en otro andrógeno llamado dihidrotestosterona (DHT). La
FSH, actuando indirectamente, estimula la espermatogénesis. La FSH y la
testosterona intervienen en forma sinérgica sobre las células de Sertoli, al
estimular la secreción de la proteína ligadora de andrógenos (ABP) hacia la luz de
los túbulos seminíferos y hacia el líquido intersticial, alrededor de las células
espermatogénicas. La ABP se une a la testosterona y mantiene su concentración
elevada. La testosterona estimula los pasos finales de la espermatogénesis,
dentro de los túbulos seminíferos. Una vez que se alcanza el grado de
espermatogénesis requerido para cumplir las funciones reproductivas del hombre,
las células de Sertoli liberan inhibina, una hormona proteica llamada así por su
función inhibitoria sobre la secreción de FSH, por parte de la adenohipófisis. Si la
espermatogénesis se produce muy lentamente, se libera menos inhibina, lo que
permite la secreción de más cantidad de FSH y el consecuente incremento en la
tasa de espermatogénesis. La testosterona y la dihidrotestosterona se unen al
mismo receptor androgénico, que se encuentra en el núcleo de las células diana.

DEBIDO A ESTOS CAMBIOS, LOS ANDRÓGENOS PRODUCEN


DISTINTOS EFECTOS:
• Desarrollo prenatal. Antes del nacimiento, la testosterona estimula el patrón de
desarrollo masculino de los conductos del aparato reproductor y el descenso de
los testículos. La dihidrotestosterona estimula el desarrollo de los genitales
externos y también se convierte en estrógenos (hormonas feminizantes) en el
cerebro, que podrían desempeñar una función en el desarrollo de ciertas regiones
del cerebro de los hombres.

• Desarrollo de los caracteres sexuales masculinos. En la pubertad, la testosterona


y la dihidrotestosterona son responsables del desarrollo y del crecimiento de los
órganos sexuales masculinos y del desarrollo de los caracteres sexuales
secundarios masculinos. Los caracteres sexuales secundarios son los que
diferencian a los hombres de las mujeres, pero no cumplen una función directa en
la reproducción. Éstos incluyen: el crecimiento muscular y esquelético que dan
como resultado una espalda ancha y una cintura angosta; crecimiento de vello
púbico, facial y pectoral y mayor cantidad de vello en otras partes del cuerpo;
engrosamiento de la piel; aumento de la secreción de las glándulas sebáceas y
crecimiento de la laringe, lo que produce el tono grave de la voz.

• Desarrollo de la función sexual. Los andrógenos contribuyen al comportamiento


sexual masculino y la espermatogénesis, como así también a la libido (impulso
sexual), tanto en hombres como en mujeres.
ESPERMATOBIOSCOPIA
es el análisis de la muestra de semen que se realiza para comprobar el número
y estado de los espermatozoides, permitiendo estudiar así la fertilidad
masculina.

TIPOS
Espermatobioscopía directa. Consiste en eyacular dentro de un vaso de
muestras clínicas, a través de la masturbación manual.

Espermatobioscopía indirecta. Se toma la muestra después de que la


pareja tenga relaciones sexuales con un condón especial para realizar
un análisis de semen y mucosidad cervical de la mujer.

EXAMEN MACROSCÓPICO
consiste en analizar las características básicas del semen a simple vista, sin
tener que recurrir al microscopio. Las más importantes son las siguientes:
Volumen
se mide en mililitros (ml). La muestra seminal es normal cuando tiene un
volumen superior a 1,5 ml.
Licuefacción
la muestra de eyaculado se deja licuar unos 20 minutos de forma natural
para poder hacer el estudio, es decir, debe estar totalmente líquido.
Color
el semen tiene un color gris-amarillento. Si la muestra es muy
transparente puede indicar presencia de leucocitos y si es muy opaca se
sospecha una concentración elevada de espermatozoides.
Viscosidad
se examina la presencia de hilos por una viscosidad aumentada y se
rompen para que no interfieran en el estudio. Un semen muy viscoso
puede indicar problemas en la próstata.
pH
el semen tiene un pH entre 7 y 8 normalmente. La variación en el pH
fuera de este rango se asocia con la presencia de una infección.
EXAMEN MICROSCOPICO
En este se analiza

Concentración de espermatozoides
se hace un recuento de espermatozoides. El número de espermatozoides
debe superar los 15 millones por ml o los 39 millones en total por
eyaculado para que la muestra se considere normal.
Motilidad o movilidad espermática
se analiza el porcentaje de espermatozoides móviles de la muestra, así
como el modo en que se mueven: progresivos rápidos, lentos o no
progresivos. Se dice que una muestra seminal es normal cuando más del
40% de sus espermatozoides se mueve y más del 32% lo hace de forma
progresiva.
Vitalidad espermática
hay varias pruebas para ver si existen espermatozoides muertos en el
eyaculado: tinción de eosina, test hipoosmótico, etc. Para que la muestra
de semen sea normal, más del 58% de los espermatozoides deben estar
vivos.
Morfología de espermatozoides
se evalúa la forma que tienen los espermatozoides tiñendo una gota de
semen con hematoxilina-eosina y analizando uno por uno si presentan
alguna anomalía. Al menos el 4% de los espermatozoides debe tener
una forma normal para considerar que la muestra es normal.
Presencia de leucocitos
se hace un conteo de células redondas si éstas aparecen en cantidad
bajo el microscopio. Como máximo, debe haber 1 millón de
leucocitos/ml, pues una cantidad mayor es indicativo de infección.
En caso de presentar alguno de los parámetros alterados y fuera del valor de
referencia, se diagnosticará la muestra de semen con la patología asociada, la
cual puede conllevar a un problema de esterilidad:
Azoospermia
ausencia de espermatozoides
Oligospermia
bajo recuento de espermatozoides
Astenozoospermia
problemas de movilidad de los espermatozoides
Teratozoospermia
espermatozoides con morfología anormal
Necrospermia
gran cantidad de espermatozoides muertos
Hipospermia
bajo volumen seminal
GLÁNDULAS SEXUALES ACCESORIAS DEL
APARATO REPRODUCTOR MASCULINO
• Las glándulas bulbouretrales o glándulas de Cowper
• Son un par de glándulas del tamaño de un guisante. miden entre 3 a 5 mm
de largo y menos de 1cm de diámetro.
Se localizan por debajo de la próstata, a cada lado de la uretra
membranosa, entre los músculos profundos del periné, y sus conductos se
abren en el interior de la uretra esponjosa. Durante la excitación sexual, las
glándulas segregan un líquido alcalino hacia el interior de la uretra, que
protege los espermatozoides neutralizando la acidez de la orina y la uretra.
A su vez, secretan moco que lubrica el extremo del pene y las paredes de
la uretra; así disminuye el número de espermatozoides dañados durante la
eyaculación. Algunos hombres expulsan una o dos gotas de este moco
durante la excitación sexual y la erección. Cabe resaltar que este líquido no
contiene espermatozoides.
OVOGÉNESIS
La formación de los gametos en el ovario se denomina ovogénesis. A
diferencia de la espermatogénesis, que se inicia en la pubertad en los
varones, la ovogénesis comienza, en las mujeres, mucho antes del
nacimiento y ocurre, en esencia, de la misma manera que la
espermatogénesis; se produce la meiosis y las células germinativas
resultantes atraviesan un proceso de maduración. Durante el desarrollo
fetal temprano, células germinativas primordiales (primitivas) migran desde
el saco vitelino hacia los ovarios. Una vez allí, se diferencian en ovogonios.
Los ovogonios son células madre diploides (2n), que se dividen por mitosis
para producir millones de células germinativas. Incluso antes del
nacimiento, la mayor parte de estas células se degeneran por medio de un
proceso conocido como atresia. Algunas, no obstante, se desarrollan hasta
formar células de mayor tamaño, los ovocitos primarios, que entran en la
profase de la meiosis I durante el desarrollo fetal, pero no completan esta
fase hasta después de la pubertad. Durante esta etapa detenida del
desarrollo, cada ovocito primario es rodeado por una capa de células
foliculares, y la estructura entera es el folículo primordial. La corteza ovárica
que rodea los folículos primordiales está compuesta de fibras colágenas y
células estromales similares a fibroblastos. Al momento del nacimiento, en
cada ovario se encuentran aproximadamente 200 000 a 2 000 000 de
ovocitos primarios. De éstos, aproximadamente 40 000 siguen presentes al
alcanzar la pubertad y alrededor de 400 podrán madurar y ser ovulados
durante la vida fértil de la mujer. Los ovocitos primarios restantes sufren el
proceso de atresia. Cada mes, desde la pubertad hasta la menopausia, las
gonadotropinas (FSH y LH), secretadas por el lóbulo anterior de la hipófisis,
estimulan varios folículos primordiales a continuar su desarrollo; sin
embargo, sólo uno suele alcanzar el grado de madurez necesario para ser
ovulado. Unos pocos folículos primordiales comienzan a crecer y se
convierten en folículos primarios. Cada uno de estos consiste en un ovocito
primario que en una etapa posterior de su desarrollo es rodeado por varias
capas de células cuboides y cilíndricas bajas llamadas células de la
granulosa. A medida que el folículo primario crece, forma una capa
glucoproteica definida, la zona pelúcida, entre el ovocito primario y las
células de la granulosa. A su vez, las células estromales alrededor de la
membrana basal comienzan a organizarse formando una capa denominada
teca folicular.
Con la continuación del proceso de maduración, un folículo primario se
transforma en uno secundario. En un folículo secundario, la teca se
diferencia en dos capas celulares; 1) la teca interna, una capa interna muy
vascularizada de células cuboideas secretoras que producen estrógenos, y
2) la teca externa, una capa externa de células estromales y fibras
colágenas. A su vez, las células de la granulosa comienzan a secretar
líquido folicular, que se acumula en una cavidad llamada antro, en el centro
del folículo secundario. Además, la capa más interna de las células
granulosas se une firmemente a la zona pelúcida y pasa a formar la corona
radiada. El folículo secundario, finalmente, se agranda y se convierte en un
folículo maduro (de de Graaf). En el interior de este folículo, el ovocito
primario diploide completa la meiosis I, produciendo dos células haploides
de distinto tamaño, cada una con 23 cromosomas. La célula más pequeña
producida por meiosis I, llamada primer cuerpo polar, es esencialmente un
paquete de material nuclear descartado. La célula de mayor tamaño,
conocida como ovocito secundario, recibe la mayor parte del citoplasma.
Una vez que se forma el ovocito secundario, inicia la meiosis II, pero se
detiene en la metafase. El folículo maduro (de de Graaf) pronto se rompe y
libera su ovocito secundario, proceso conocido como ovulación.
Durante la ovulación, el ovocito secundario es expulsado hacia la cavidad
pelviana junto con el primer cuerpo polar y la corona radiada. Normalmente,
estas células son arrastradas hacia el interior de la trompa uterina. Si no se
produce la fecundación, las células se degeneran. Si los espermatozoides
están presentes en la trompa uterina y uno penetra al ovocito secundario,
entonces se completa la meiosis II. El ovocito secundario se divide en dos
células haploides (n), nuevamente de tamaños desiguales. La célula de
mayor tamaño es el óvulo, célula huevo madura; la de menor tamaño es el
segundo cuerpo polar. El núcleo del espermatozoide se une entonces al
núcleo del óvulo, formando el cigoto diploide (2n). Si el primer cuerpo polar
realiza una división más, produce dos cuerpos polares, entonces, el ovocito
primario finalmente daría origen a tres cuerpos polares haploides (n) y un
único óvulo haploide (n). Así, un ovocito primario origina un solo gameto (un
óvulo).
ÚTERO
El útero (matriz) forma parte del camino que siguen los espermatozoides
depositados en la vagina para alcanzar las trompas uterinas. Es también el sitio de
implantación del óvulo fecundado, de desarrollo para el feto durante el embarazo y
el parto. Durante los ciclos reproductores en los que la implantación no se
produce, el útero es el sitio de origen del flujo menstrual.

ANATOMÍA DEL ÚTERO


Situado entre la vejiga urinaria y el recto, el útero tiene el tamaño y la forma de
una pera invertida. En las mujeres que nunca estuvieron embarazadas mide
alrededor de 7,5 cm de largo, 5 cm de ancho y 2,5 cm de espesor. El útero es más
grande en las mujeres con embarazos recientes y más pequeño (atrófico) cuando
los niveles hormonales son bajos, como ocurre después de la menopausia. Las
subdivisiones anatómicas del útero son: 1) una porción en forma de cúpula, por
encima de las trompas uterinas, llamada fondo (fundus) uterino, 2) una porción
central estrecha, el cuerpo uterino, y 3) una porción inferior angosta, el cuello o
cérvix, que se abre hacia la vagina. Entre el cuerpo del útero y el cuello, se
encuentra el istmo, una región estrecha de alrededor de 1 cm de largo. El interior
del cuerpo uterino constituye la cavidad uterina, y la porción interior del cuello, el
conducto del cuello uterino (canal cervical). El canal cervical se abre hacia la
cavidad uterina por el orificio interno y a la vagina, por el orificio externo.
Normalmente, el cuerpo uterino se proyecta hacia adelante y hacia arriba, por
encima de la vejiga urinaria en una posición llamada anteflexión. El cuello se
proyecta hacia abajo y hacia atrás y se une a la pared anterior de la vagina en un
ángulo casi recto. Varios ligamentos, que son extensiones del peritoneo parietal o
cordones fibromusculares, mantienen al útero en posición. Los dos ligamentos
anchos son pliegues dobles de peritoneo que fijan el útero a cada lado de la
cavidad pelviana. El par de ligamentos rectouterinos (uterosacros), también
extensiones peritoneales, se sitúa a cada lado del recto y conecta el útero con el
sacro. Los ligamentos cardinales (ligamentos cervicales transversos o de
Mackenrodt) se ubican por debajo de las bases de los ligamentos anchos y se
extienden desde la pared pelviana hasta el cuello y la vagina. Los ligamentos
redondos son bandas de tejido conectivo fibroso, ubicados entre las capas de los
ligamentos anchos; se extienden desde un punto en el útero inmediatamente
inferior a las trompas uterinas hasta una porción de los labios mayores, en los
genitales externos. A pesar de que los ligamentos normalmente mantienen el útero
en posición de anteflexión, también permiten al cuerpo uterino la suficiente libertad
de movimiento como para que el útero pueda quedar fuera de su posición normal.
La inclinación posterior del útero se llama retroflexión. Es una variante no
patológica de la posición normal. Con frecuencia, no se encuentran causas para
esta alteración, pero puede aparecer luego de dar a luz.

CAPAS DEL TEJIDO DEL UTERO


Histológicamente, el útero está compuesto por tres capas de tejido: perimetrio,
miometrio y endometrio.

La capa externa o perimetrio (perí-, alrededor; y -métra, útero) es una serosa que
forma parte del peritoneo visceral. El perimetrio está formado por epitelio
pavimentoso simple y tejido conectivo areolar. Lateralmente se convierte en los
ligamentos anchos. Por delante cubre la vejiga urinaria y forma una excavación
superficial, el fondo de saco vesicouterino. Por detrás, cubre el recto y forma un
fondo de saco profundo, el fondo de saco rectouterino o fondo de saco de
Douglas, el punto más inferior de la cavidad pelviana.

La capa media del útero, el miometrio (myós-, músculo), está formado por tres
capas de fibras musculares lisas, más gruesas en el fondo y más delgadas en el
cuello. La capa media, más gruesa, es circular; las capas interna y externa son
longitudinales u oblicuas. Durante el parto, las contracciones coordinadas del
miometrio en respuesta a la oxitocina proveniente de la neurohipófisis ayudan a
expulsar al feto del útero.

La capa interna del útero, el endometrio (éndon-, dentro), se encuentra ricamente


vascularizada y tiene tres componentes: 1) una capa más interna de epitelio
cilíndrico simple (células ciliadas y secretorias) bordea la luz, 2) una capa
subyacente de estroma endometrial, que forma una región de lámina propia muy
gruesa (tejido conectivo areolar), 3) las glándulas endometriales (uterinas)
aparecen como invaginaciones del epitelio luminal y se extienden casi hasta el
miometrio. El endometrio se divide en dos capas. La capa funcional (stratum
functionalis) reviste la cavidad uterina y se desprende durante la menstruación. La
capa más profunda, la capa basal (stratum basalis), es permanente y da origen a
la capa funcional, después de cada menstruación.

Las ramas de la arteria ilíaca interna llamadas arterias uterinas proveen de sangre
al útero. Las arterias uterinas dan origen a las arterias arcuatas, que se disponen
en forma circular en el miometrio. Éstas originan las arterias radiadas que
penetran profundamente en el miometrio. Inmediatamente antes de ingresar al
miometrio, se dividen en dos tipos de arteriolas: las arteriolas rectas, que proveen
a la capa basal de las sustancias necesarias para regenerar la capa funcional, y
las arteriolas espiraladas, que irrigan el estrato funcional y se modifican
marcadamente durante el ciclo menstrual. La sangre que abandona el útero es
drenada por las venas uterinas hacia las venas ilíacas internas. La gran irrigación
que recibe el útero es esencial para permitir el desarrollo de una nueva capa
funcional luego de la menstruación, la implantación de un óvulo fecundado y el
desarrollo de la placenta.
- MOCO CERVICAL:
Las células secretoras de la mucosa del cuello cervical producen una
secreción, el moco cervical, una mezcla de agua, glucoproteínas, lípidos,
enzimas y sales inorgánicas. Durante sus años reproductivos, las mujeres
secretan 20-60 mL de moco cervical por día. El moco cervical es más apto
para los espermatozoides durante el tiempo de ovulación o próximo a éste,
debido a que en ese momento es menos viscoso y más alcalino (pH 8,5).
Durante el resto del ciclo, un moco viscoso forma un tapón cervical que impide
físicamente el paso de los espermatozoides. El moco cervical suplementa las
necesidades energéticas de los espermatozoides y tanto el cérvix como el
moco protegen a los espermatozoides de fagocitos y del ambiente hostil de la
vagina y el útero. El moco cervical también podría cumplir una función en la
capacitación, una serie de cambios funcionales que atraviesan los
espermatozoides en el aparato genital femenino, antes de ser capaces de
fecundar el ovocito secundario. La capacitación hace que la cola del
espermatozoide se agite en forma aún más vigorosa y prepara la membrana
plasmática de éste para fusionarse con la membrana plasmática del ovocito.
• VAGINA
La vagina (vagina = vaina) es un conducto fibromuscular tubular de 10 cm de largo
recubierto por una membrana mucosa, que se extiende desde el exterior del
cuerpo hasta el cuello uterino. Es el receptáculo del pene durante las relaciones
sexuales, el lugar de salida para el flujo menstrual y el canal de parto. Situada
entre la vejiga urinaria y el recto, la vagina se orienta en dirección superior y
posterior, en donde se une con el útero. Un fondo de saco llamado fórnix (arco o
bóveda) o fondo de saco vaginal rodea la unión de la vagina con el cuello uterino.

CAPAS DE LA PARED VAGINAL


La mucosa de la vagina se encuentra en continuidad con la del útero, Desde el
punto de vista histológico está formada por un epitelio (plano pavimentoso)
escamoso estratificado no queratinizado y tejido conectivo laxo, que se dispone
formando pliegues transversales llamados pliegues de la vagina. Las células
dendríticas de la mucosa son células presentadoras de antígeno.
Desafortunadamente, también participan en la transmisión de virus (p. ej., el HIV o
virus del sida) a la mujer durante la relación sexual con un hombre infectado. La
mucosa vaginal contiene grandes reservas de glucógeno, que produce ácidos
orgánicos al descomponerse. El ambiente ácido resultante retarda el crecimiento
microbiano, pero también es nocivo para los espermatozoides. Los componentes
alcalinos del semen, secretados sobre todo por las vesículas seminales, elevan el
pH del fluido en la vagina y así aumentan la viabilidad de los espermatozoides.

La muscular está formada por una capa circular externa y una capa longitudinal
interna de músculo liso que puede elongarse considerablemente para adaptarse al
tamaño del pene durante las relaciones sexuales y al tamaño del bebé durante el
parto.
La adventicia, la capa superficial de la vagina, está formada por tejido conectivo
laxo. Ésta fija la vagina a los órganos adyacentes, como la uretra y la vejiga
urinaria hacia adelante, y al recto y al canal hacia atrás.

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