Está en la página 1de 2

1.

En sus primeros trabajos, Kierkegaard dice que hay dos tipos de vida, que llama
estético y ético. Más tarde, cuando Kierkegaard ha madurado su teoría, son tres
los estadios fundamentales en el camino de la vida: las esferas de existencia que
marcan un itinerario individual: el estético, el ético y el religioso. Al estético, sin
embargo, le da un significado diferente del que usualmente le damos, quiere decir
lo inmediato y sensual que es el punto inicial de vida de todo hombre. Una vida
basada en el plano estético lleva sólo a la desesperación. Porque según la opinión
de Kierkegaard, el hombre lleva en sí algo más que no será satisfecho por una vida
sensual. Este algo más es lo eterno.

El hombre está hecho de partes diversas y opuestas. Él es una síntesis de cuerpo y


espíritu, de temporal y eterno, de finito e infinito, de necesidad y libertad.  analizó
la desesperación que ahoga al «yo» que quiere ser él mismo, sin presencia de Dios.
Para el danés, para alcanzar esa conciencia del «yo» infinito, el ser humano trataba
de separarse del Absoluto, de ese Dios que todo lo fundamenta. Se trataría, por lo
tanto, de una especie de rebelión ante la deidad. Esto entronca con la idea del
superhombre que, más tarde, plantearía Nietzsche. Sin embargo, mientras que
para el alemán era imprescindible «matar a Dios» para que el hombre se libere,
Kierkegaard opinaba lo contrario. Ese «superhombre», por usar terminología
nietzscheana, es el que se postra ante Dios, no quien lo rechaza.

2. A pesar de sus ataques a la Iglesia, los expertos afirman que toda la filosofía
de Soren Kierkegaard estaba basada en la fe. La influencia de su padre le llevó a
pensar que esa fe era la que iba a salvar al ser humano de la desesperación.
Kierkegaard, al contrario que Marx o Feuerbach, opinaba que el hombre se
relaciona con si mismo mediante el espíritu, por la fe personal entendida desde el
ámbito religioso.

Salto de fe, en su uso más utilizado es el acto de creer o aceptar algo intangible o
improbable o sin evidencia empírica. Se trata de un acto asociado con la creencia
religiosa, ya que muchas religiones consideran la fe una parte esencial de la
piedad. La Fe sobre la que hablaba Kierkegaard iba mucho más allá de lo racional.
Además, la auténtica fe era, para el autor, equivalente a tener dudas. De esta
forma, llegó a la conclusión de que había que dudar de la existencia de Dios para
tener verdadera fe en su existencia. La explicación a esta aparente contradicción es
que Kierkegaard entendida esa duda como la parte racional del ser humano. Esa
parte racional empuja al hombre a no creer, pero solo la fe que se ha enfrentado a
la duda tiene validez real. Entonces la paradoja de la fe es esta: que el individuo
individual es más alto que el universal, que el individuo individual determina su
relación con el universal a través de su relación con Dios, no su relación con Dios a
través de su relación con el universal a menos que así sea cómo es, la fe no tiene
lugar en la existencia; y la fe es entonces una tentación.

3. Kierkegaard rechaza la “eternización” que el hegelianismo introduce en la filosofía,


porque ese pensamietno abstracto y sub specie aeterni deja fuera de la existencia,
esto es, el modo mismo de ser del hombre, de todo hombre, incluso del propio
pensador abstracto. El hombre es algo concreto, temporal, en devenir, situado en
ese modo de ser que llamamos existencia le es esencial el movimiento, que el
pensar sub specie aeterni anula. Kierkegaard, desde supuestos religiosos, toca la
realidad humana en su núcleo rigurosamente individual y personal, sin restituirla
por una abstracción como el hombre en general. 

También podría gustarte