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“Artesanía de la palabra”

Presentado por: Juan David Guerra Trillos


Dirigido a: Lic. Nibaldo Castro Charris
Asignatura: Ética
Universidad de la Costa
06/03/2022

Artesanía, proveniente del latín artis-manus, que significa: el arte con las manos. Por su
parte, la escritura, es un arte, arte porque aunque todos tengamos la posibilidad de
realizarlo como un cuadro en un lienzo o tocar un instrumento, toca aprender a
manipularlo, estructurarlo, transformarlo y expresarlo con aquello proveniente del
impulso del corazón y la luz del ingenio, estos dos funcionando como los principales
motores de combustión interna para producir la expresión de pensamientos mediante la
redacción de textos, viéndose la mano embaucada al rumbo de la redacción de escritos
de cierta complejidad. Pero, esto es más transcendental que tomar una hoja y pluma y
sentarse a escribir de lo que salga oportunamente (aunque, tampoco hay que dejar la
idea atrás, es oportuno tenerla presente siempre para poder redactar una obra). Es un
arte complejo, toca mirar otros artistas y sus composiciones para poder entender cada
punto de belleza sutil que se impregna dentro de la obra, palabras laicas, generando
estado de limerencia, no hacia las personas, sino a la obra, atrayéndote cada vez más a
la narrativa del autor y lo que este texto compone.
Y es aquí cuando te das cuenta que es un proceso el cual toca tratarlo como un
aprendizaje de una nueva técnica; y es que lo expertos dicen que para realizar el
aprendizaje de un gesto toca realizarlo mil veces para perfeccionarlo, y otras mil veces
para apoderarse de ello (y si, puede que sea una hipérbole, pero funciona como
metáfora en este caso), es ahí cuando el artista con sus manos realiza mil veces un trazo,
transformándolo no en un simple trazo, sino trazos estructurados y diferenciados de los
demás (cada quien es capaz de trazar de distintas maneras una obra, en este caso, un
texto).
En ese punto es cuando te das cuenta que has leído ciertos tipos de obras como “cien
años de soledad” de Gabriel García Márquez, “Rayuela” de Julio Cortázar, o “en busca
del tiempo perdido” de Marcel Proust (quizás obras de otros autores, lo cual es
benéfico para usted como lector); Tu cerebro se ha llenado de literatura y de palabras,
fundamental para llenarte de conocimientos pasivamente, el descubrir palabras y
expandir tu vocabulario. En ese espacio es el punto perfecto para comenzar a redactar,
dejando fluir la conexión entre mente, corazón y mano para dar hincapié en tu obra, da
igual en que espacio de la obra empieces (presente, pasado, futuro; inicio, nudo,
desenlace), lo importante es la manera en que lo abordas y como lo desarrollas, un texto
carente de iniciativa no atraerá a demás lectores y compresores del arte debido a lo
soporífera que es la obra, toca incentivar al lector a leer la obra, generar la intriga del
saber “¿qué pasará después?”, manipular estos escenarios a favor para que el lector se
regocije al tener contacto con nuestro arte; es allí, en ese momento, cuando te conviertes
en un artesano de la palabra.

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