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En palabras Llanes

El famoso regreso presencial

Al parecer toda la sociedad colimense ya estamos listos para regresar a las actividades
«cotidianas», a nuestra vida de antes, como he escuchado que le dicen al regreso luego de esta
pandemia que nos ha metido a casa no sólo a la población de Colima; sino la del todo el mundo. Ya
los veo como peces en el agua, felices y felicianos. No es necesario tener un doctorado y cursar
ene diplomados para darnos cuenta de la situación actual de la pandemia. Basta con dar un
pequeño recorrido a pie o en vehículo particular, para observar que, pareciera que para la
población la pandemia ya fue, ya la dejamos de lado, ya domamos la famosa curva de contagios y
estamos del otro lado; se empieza a sentir, dijera Juan Gabriel, un ambiente diferente en la calle
lleno de fiestas, jolgorios, bares y restaurantes repletos «¿cerraron verdaderamente alguna vez?»,
reuniones por aquí y por allá, casi como si no hubiéramos atravesado por un hecho sin
precedentes que quedará en el registro y para la historia.
Veo ya a las personas sin el uso del cubrebocas y quienes lo usan «que son los menos», lo
hacen de manera incorrecta; ya lo traen como de hamaca para la papada, o ya lo usan como
diadema en el cabello, o, simplemente, cubren la boca y la nariz no y lo peor es que, si llevan hijos
menores o ya mayores de edad, pero sobre todo menores, a ellos no les ponen cubrebocas como
si fueran inmunes y no les pasara nada.
Sin embargo, si recurrimos al gobierno es en vano «como siempre que recurrimos a él»;
porque el gobierno estatal tiene el semáforo dizque en verde «de ahí que la población se haya
volcado a las calles a veces sin necesidad de estar fuera de casa», pero si vemos el semáforo del
gobierno federal indica que está en amarillo «el amarillo que debe darnos la señal de precaución,
de ir frenando nuestra loca carrera para no flavilabar y tratar de ganarle la batalla a la incómoda
luz intermitente ámbar». Entiendo que ya estamos cansados de estar metidos en nuestra casa,
pero es que la pandemia todavía no ha pasado, no, todavía no podemos cantar victoria…
Por otro lado, en las instituciones, nos hablan del regreso presencial y de que falta poco
para ello, repito, entiendo que ya todos estamos hartos de la tecnología, de las clases y sesiones
vía plataforma meet o zoom, video chat Telmex o salas de reunión vía Facebook, las que sea, y
queremos vernos en vivo y a todo color lo que yo, en mi poco entendimiento, veo que no será
como se percibe en el grueso de la población que creen que el regreso será como antes, estar
todos tomando una clase, en las aulas, con el profesor ahí, así, como antes de esta terrible
pandemia y no, les tengo flash news, noticias frescas y recién cocinadas y me explico un poco.
De entrada, el regreso será gradual «poco a poco y no todos en bola como antaño»;
segundo, se le dará prioridad «en lo que las autoridades se deciden por el color de nuestro
semáforo epidemiológico», pero se le dará PRIORIDAD, así, con mayúsculas, a las clases que sean
prácticas y de esas clases que sean prácticas y que verdaderamente requieran estar de manera
presencial en los centros de educación, sólo irán, dependiendo del número de alumnos, burbujas
de nueve personas por sesión; o sea que si el salón tiene cuarenta, cincuenta, sesenta alumnos, la
partición de clases «teniendo en cuenta que sólo se aceptarán grupos de nueve, máximo quince
personas por grupo, también dependiendo el tamaño del salón para que nos dé chance de la
Susana Distancia», la fragmentación del grupo será casi casi impensable; tercero, de preferencia
«y yo particularmente me inclinaría por esta opción» las sesiones que no sean prácticas deberán
seguir en línea.
Si vamos a tomar las clases prácticas presenciales en nuestro centro educativo, la
instrucción es: uso obligatorio del cubrebocas durante toda tu presencia en la clase «lo que hará
incómodo el hecho y les sugiero que se lleven unos dos o tres cubrebocas porque ya los quiero ver
con el calor y el sudor, en un salón con ventilador, con las ventanas abiertas tomando clases nueve
o quince personas a eso de las once, doce la tarde en el calor colimeño que nos acompaña
siempre, aquello se moja, se pega a la nariz y hace prácticamente imposible que uno pueda
respirar, por eso mi sugerencia de llevar más de un cubrebocas en la mochila », el uso del gel
antibacterial deberá ser también obligatorio su uso dentro de las instalaciones y aquí hay de dos
sopas «que la institución o escuela proporcione gel en cada salón para uso colectivo o que cada
quien lleve su gel para uso personal, y como vivimos en México yo sugiero que cada quién lleve su
gel para uso personal, porque eso de que cada institución ponga gel en todos los salones para uso
colectivo podrá ser que lo hagan al inicio, como siempre sucede en casos similares y después…
esos frascos puede que se vacíen y queden así para siempre jamás»…
Por otro lado, pero en esta misma tónica: profesorado y alumnado en o con alguna
condición médica, amén de que su clase sea de las llamadas prácticas «no van a regresar a
presencial, con condición médica me refiero a enfermedades crónicas como: asma, diabetes,
hipertensión y otras».
En tanto, estamos de vacaciones, dando un rol por la ciudad ayer sábado me di cuenta
que, como sociedad, nos vale lo que las autoridades sanitarias en el estado, en el país y en el
mundo recomiendan, veo por otro lado que las instituciones hacen lo suyo, ponen de su parte, he
asistido a dos eventos presenciales y a la entrada nos piden el uso del cubrebocas, nos toman la
temperatura, nos hacen pisar el tapete desinfectante «ya he dicho en otras ocasiones que es
incorrecto el uso de la palabra sanitizante, preferible mejor tapete satanizante», ese mismo tapete
seco que se ve a la entrada de casi todos los lugares en Colima, y nos aplican gel antibacterial en la
mano para distribuirlo en ambas, sin embargo, me he dado cuenta que al entrar al recinto, teatro,
centro, poliforum, foro, auditorio lo que sea, la gente lo primero que hace es saludarse de mano,
quitarse el cubrebocas y darse un fuerte abrazo… y todavía los escucho diciendo que seguimos en
semáforo amarillo.
El regreso a la presencialidad no se ve tan afable como mucha gente cree, hay que seguir
al cuidado de muchas cosas, evitar otras tantas y cuidarnos nosotros para no llevar la enfermedad
a casa, repito, mucha gente estamos de vacaciones y con esto que he podido observar,
seguramente, muy seguramente los casos de contagios subirán, como está sucediendo en
Tecomán y Manzanillo que se encuentran casi al cincuenta por ciento de ocupación hospitalaria
por casos de Covid, o gente que, con el cuadro de vacunación completa, han fallecido porque, al
parecer, hemos bajado la guardia y es justo lo que está buscando este virus, encontrarnos con la
guardia baja para atacar de nuevo.
La pandemia, el Covid-19 realmente vino para quedarse y nuestra vida no será igual, no lo
será.

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