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Introducción
La Organización Mundial de la Salud (2001), señala que la discapacidad forma parte de la
condición humana: casi todas las personas sufrirán algún tipo de discapacidad transitoria o
permanente en algún momento de su vida, y las que lleguen a la senilidad experimentarán
dificultades crecientes de funcionamiento. La discapacidad es compleja, y las intervenciones para
superar las desventajas asociadas a ella son múltiples, sistémicas y varían según el context. En
todo el mundo, las personas con discapacidad tienen peores resultados sanitarios, peores resultados
académicos, una menor participación económica y unas tasas de pobreza más altas que las personas
sin discapacidad. En parte, ello es consecuencia de los obstáculos que entorpecen el acceso de las
personas con discapacidad a servicios que muchos de nosotros consideramos obvios, en particular
la salud, la educación, el empleo, el transporte, o la información. Esas dificultades se exacerban
en las comunidades menos favorecidas.
Para la Clasificación Internacional del Funcionamiento, de la Discapacidad y de la Salud
(2001). La discapacidad se refiere a las deficiencias, limitaciones y restricciones a las que se
enfrenta una persona que tiene una enfermedad ocular al interactuar con su entorno físico, social
o actitudinal, la discapacidad abarca las deficiencias, las dificultades que una persona puede tener
para llevar a cabo actividades como el autocuidado y los problemas que experimenta para
participar en situaciones de la vida cotidiana, como ir a la escuela o al trabajo
La Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (CDPD), aprobada por
las Naciones Unidas en 2006, pretende “promover, proteger y asegurar el goce pleno y en
condiciones de igualdad de todos los derechos humanos y libertades fundamentales por todas las
personas con discapacidad, y promover el respeto de su dignidad inherente”. La CDPD se hace
eco de un cambio importante en la comprensión de la discapacidad y en las respuestas mundiales
a este problema. La Clasificación Internacional del Funcionamiento, de la Discapacidad y de la
Salud (CIF), define la discapacidad como un término genérico que engloba deficiencias,
limitaciones de actividad y restricciones para la participación. La discapacidad denota los aspectos
negativos de la interacción entre personas con un problema de salud (como parálisis cerebral,
síndrome de Down o depresión) y factores personales y ambientales (como actitudes negativas,
transporte y edificios públicos inaccesibles, y falta de apoyo social).
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Aunque muchos países han empezado a adoptar medidas para mejorar la vida de las personas
con discapacidad, es mucho lo que queda por hacer. Las pruebas presentadas en este Informe
señalan que muchos de los obstáculos a que se enfrentan las personas con discapacidad son
evitables, y que pueden superarse las desventajas asociadas a la discapacidad. La Unión Europea
ha ratificado la Convención de Naciones Unidas sobre los derechos de las personas con
discapacidad, resultando por primera vez parte contratante de un tratado internacional de derechos
humanos. La Convención reconoce un amplio catálogo de derechos y libertades de los que son
titulares las personas con discapacidad, en ella se establecen los principios que han de regir su
aplicación y se especifican las obligaciones de quienes sean parte de la misma. Constituye el
instrumento jurídico internacional más importante de cuantos se han adoptado en materia de
discapacidad. Se trata de un instrumento muy novedoso.
La discapacidad visual ocurre cuando una enfermedad ocular afecta el sistema visual y una o
más de sus funciones, y tiene graves consecuencias para el individuo a lo largo de su vida. Sin
embargo, muchas de estas consecuencias pueden mitigarse mediante el acceso oportuno a una
atención y rehabilitación oftalmológica de calidad. En todo el mundo, por lo menos 2.200 millones
de personas padecen deficiencia visual o ceguera, y de ellas, al menos 1.000 millones tienen una
deficiencia visual que podría haberse evitado o que aún no se ha tratado. (OMS 2020)
La discapacidad visual afecta, en mayor o menor medida, al transcurrir habitual de la vida de la
persona que la padece. Quien estaba acostumbrado a resolver las diversas exigencias de la vida de
un modo aprendido a lo largo de los años, descubre que sus estrategias habituales han dejado de
ser eficaces total o parcialmente.
Que es la discapacidad
En la Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad (2006), reconoce que la
discapacidad es un concepto que evoluciona y que resulta de la interacción entre las personas con
deficiencias y las barreras debidas a la actitud y al entorno que evitan su participación plena y
efectiva en la sociedad, en igualdad de condiciones con las demás, Así en su artículo 1, menciona
lo siguiente:
Las personas con discapacidad incluyen a aquellas que tengan deficiencias físicas, mentales,
intelectuales o sensoriales a largo plazo que, al interactuar con diversas barreras, puedan impedir
su participación plena y efectiva en la sociedad, en igualdad de condiciones con las demás.
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Discapacidad, según definición de la Real Academia Española (2001), es la cualidad de


discapacitado y este se define como una persona que padece una disminución física, sensorial
o psíquica que la incapacita total o parcialmente para el trabajo o para otras tareas ordinarias
de la vida.

Los precedentes de discapacidad pueden encontrarse en la Clasificación Internacional de


Deficiencias, Discapacidades y Minusvalías, CIDDM, 1.980, de la Organización Mundial de la
Salud (OMS), que define la discapacidad “como una restricción del funcionamiento de una
actividad, ocasionada por una deficiencia, en la forma o dentro del ámbito considerado normal
para el ser humano”.
En 2001, la OMS revisa la Clasificación Internacional de Deficiencias, Discapacidades y
Minusvalías, CIDDM, que pasa a denominarse Clasificación Internacional del Funcionamiento, la
Discapacidad y la Salud (CIF), define la discapacidad como un término genérico que abarca
deficiencias, limitaciones de la actividad y restricciones a la participación. Se entiende por
discapacidad la interacción entre las personas que padecen alguna enfermedad (por ejemplo,
parálisis cerebral, síndrome de Down y depresión) y factores personales y ambientales (por
ejemplo, actitudes negativas, transporte y edificios públicos inaccesibles y un apoyo social
limitado).

Según cifras de la OMS del 16 de Enero de 2018, Se calcula:


-Más de mil millones de personas, o sea, un 15% de la población mundial, padece alguna forma
de discapacidad.
-Entre 110 millones y 190 millones de adultos tienen dificultades considerables para funcionar.
-Las tasas de discapacidad están aumentando a causa del envejecimiento de la población y el
aumento de las enfermedades crónicas, entre otras causas.
-Las personas con discapacidad tienen menos acceso a los servicios de asistencia sanitaria y, por
lo tanto, necesidades insatisfechas a este respecto.
Es decir, un 15% de la población mundial, están aquejadas por la discapacidad en alguna forma.
Tienen dificultades importantes para funcionar entre 110 millones (2,2%) y 190 millones (3,8%)
personas mayores de 15 años. Eso no es todo, pues las tasas de discapacidad están aumentando
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debido en parte al envejecimiento de la población y al aumento de la prevalencia de enfermedades


crónicas.

Según la Encuesta Mundial de Salud, cerca de 785 millones de personas (15,6%) de 15 años y
más viven con una discapacidad, mientras que el proyecto sobre la Carga Mundial de Morbilidad
estima una cifra próxima a los 975 millones (19,4%). La Encuesta Mundial de Salud señala que,
del total estimado de personas con discapacidad, 110 millones (2,2%) tienen dificultades muy
significativas de funcionamiento, mientras que la Carga Mundial de Morbilidad cifra en 190
millones (3,8%) las personas con una “discapacidad grave” (el equivalente a la discapacidad
asociada a afecciones tales como la tetraplejía, depresión grave o ceguera). Solo la Carga Mundial
de Morbilidad mide las discapacidades infantiles (0-14 años), con una estimación de 95 millones
de niños (5,1%), 13 millones de los cuales (0,7%) tienen “discapacidad grave”
En los países de la Unión Europea. En diciembre de 2014 hay más de 80 millones de personas
con discapacidad en Europa, y en España alrededor de 2,5 millones con discapacidad reconocida.
La discapacidad es muy diversa. Si bien algunos problemas de salud vinculados con la
discapacidad acarrean mala salud y grandes necesidades de asistencia sanitaria, eso no sucede con
otros. Sea como fuere, todas las personas con discapacidad tienen las mismas necesidades de salud
que la población en general y, en consecuencia, necesitan tener acceso a los servicios corrientes
de asistencia sanitaria. En el artículo 25 de la Convención sobre los derechos de las personas con
discapacidad se reconoce:
Los Estados Partes reconocen que las personas con discapacidad tienen derecho a gozar del
más alto nivel posible de salud sin discriminación por motivos de discapacidad. Los Estados
Partes adoptarán las medidas pertinentes para asegurar el acceso de las personas con
discapacidad a servicios de salud que tengan en cuenta las cuestiones de género, incluida la
rehabilitación relacionada con la salud. En particular, los Estados Partes:
a) Proporcionarán a las personas con discapacidad programas y atención de la salud
gratuitos o a precios asequibles de la misma variedad y calidad que a las demás personas,
incluso en el ámbito de la salud sexual y reproductiva, y programas de salud pública
dirigidos a la población;
b) Proporcionarán los servicios de salud que necesiten las personas con discapacidad
específicamente como consecuencia de su discapacidad, incluidas la pronta detección e
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intervención, cuando proceda, y servicios destinados a prevenir y reducir al máximo la


aparición de nuevas discapacidades, incluidos los niños y las niñas y las personas mayores;
c) Proporcionarán esos servicios lo más cerca posible de las comunidades de las personas
con discapacidad, incluso en las zonas rurales;
d) Exigirán a los profesionales de la salud que presten a las personas con discapacidad
atención de la misma calidad que a las demás personas sobre la base de un consentimiento
libre e informado, entre otras formas mediante la sensibilización respecto de los derechos
humanos, la dignidad, la autonomía y las necesidades de las personas con discapacidad a
través de la capacitación y la promulgación de normas éticas para la atención de la salud
en los ámbitos público y privado;
e) Prohibirán la discriminación contra las personas con discapacidad en la prestación de
seguros de salud y de vida cuando éstos estén permitidos en la legislación nacional, y
velarán por que esos seguros se presten de manera justa y razonable;
f) Impedirán que se nieguen, de manera discriminatoria, servicios de salud o de atención de
la salud o alimentos sólidos o líquidos por motivos de discapacidad.

El primer documento que hace referencia a la discapacidad es la resolución del Consejo de 21


de Enero de 1974, relativa a un programa de acción social. En dicho documento, al abordar el
empleo en la Comunidad, se alude a la necesidad de “iniciar la realización de un programa para la
reintegración profesional y social de los minusválidos, en ese mismo año el Consejo mediante
Resolución de 27 de Junio elabora el primer programa de acción comunitaria para la readaptación
profesional de los minusválidos. En este programa se estableció la necesidad de mejorar “las
posibilidades de readaptación profesional en todos sus aspectos: orientación, formación,
colocación y asistencia, durante el periodo de adaptación al empleo” con el objetivo de ayudar a
las personas con algún tipo de minusvalía a “llevar una vida normal, independiente y plenamente
integrada en la sociedad.

Sin embargo, esta primera Resolución y las inmediatas actuaciones que le sucedieron abordaban
el tema de la discapacidad de una manera más bien indirecta, centrándose fundamentalmente en
aspectos técnicos. En 1981, tras la proclamación por la Asamblea General de Naciones Unidas del
Año Internacional de las personas con discapacidad, el Parlamento Europeo aprueba la
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“Resolución sobre integración económica, social y profesional de los minusválidos en la


Comunidad” en la que solicitaba a la Comisión, al Consejo y a los Estados Miembros que
adoptaran las medidas necesarias para lograr una mayor integración de las personas con
discapacidad.

Sin embargo, esta primera Resolución y las inmediatas actuaciones que le sucedieron abordaban
el tema de la discapacidad de una manera más bien indirecta, centrándose fundamentalmente en
aspectos técnicos. En 1981, tras la proclamación por la Asamblea General de Naciones Unidas del
Año Internacional de las personas con discapacidad, el Parlamento Europeo aprueba la Resolución
sobre integración económica, social y profesional de los minusválidos en la Comunidad en la que
solicitaba a la Comisión, al Consejo y a los Estados Miembros que adoptaran las medidas
necesarias para lograr una mayor integración de las personas con discapacidad. Concretamente, se
instaba a la Comisión a presentar propuestas sobre una directiva que estableciese los modelos y
criterios de derechos y obligaciones de que fueren titulares estas personas en los Estados
Miembros. Se trata, por tanto, del primer planteamiento de adopción de una directiva centrada
exclusivamente en las personas con discapacidad. De esta misma resolución hay que destacar
también el hecho de que por primera vez se reconozca el nexo entre discapacidad y pobreza o que
se reconozca, asimismo, la importancia de la educación de las personas con discapacidad.

Meses después, a través de la Comunicación sobre las líneas directrices de la acción comunitaria
para la inserción social de los minusválidos, la Comisión instaba a que se suprimieran “los
obstáculos que tienen a los minusválidos apartados de la vida de su comunidad, no solamente
previendo medidas específicas de compensación o de readaptación, sino igualmente teniendo en
cuenta las necesidades de los minusválidos, cualquiera que sea la naturaleza de su minusvalía, en
la programación y la organización de las estructuras sociales que influyen en su marco de vida, de
aprendizaje y de trabajo.

En esta misma línea, mediante la resolución de 21 de Diciembre de 1981 sobre la integración


social de los minusválidos, el Consejo y los Representantes de los Gobiernos de los Estados
miembros, reunidos en el seno del Consejo, invitaban a los Estados miembros a “proseguir e
intensificar sus acciones para promover la integración económica y social de los minusválidos.
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En 1986, el Consejo adopta la recomendación de 24 de Julio de 1986 sobre empleo de los


minusválidos en la Comunidad. Aunque la recomendación carecía de cualquier efecto vinculante
y se centraba sólo en el empleo, hay que destacar que en el mismo se incluyen cambios llamativos.
A través de ella, se invitaba a los Estados miembros a adoptar las medidas que fueren necesarias
para garantizar el trato equitativo de los minusválidos en materia de empleo y formación
profesional. Al mismo tiempo, se intentaba, por primera vez, determinar el contenido del término
“minusválido” indicándose que “el término minusválido comprende a todas aquellas personas
seriamente incapacitadas por motivos físicos, mentales o psicológicos”
Posteriormente se adoptaron diversas resoluciones, centradas ya en aspectos más concretos
como la Resolución del Parlamento Europeo de 16 de Septiembre de 1987 sobre el transporte de
minusválidos y ancianos o la Resolución del Parlamento Europeo de Junio de 1988 sobre lenguajes
gestuales para sordos

La década de los 80 se cerraría con un importante acontecimiento en relación a la protección de


las personas con discapacidad, la aprobación por los Jefes de Estado o de Gobierno de la Carta
Comunitaria de los Derechos Sociales Fundamentales de los Trabajadores de 9 de Diciembre de
1989 ya que en su punto 26 se pone de manifiesto la importancia de reconocer las necesidades
específicas que puedan tener las personas como consecuencia de una discapacidad: “todo
minusválido, cualquiera que sea el origen y la naturaleza de su minusvalía, debe beneficiarse de
medidas adicionales concretas encaminadas a favorecer su integración profesional y social. Estas
medidas de mejora deben referirse, en particular, según las capacidades de los interesados, a la
formación profesional, la ergonomía, la accesibilidad, la movilidad, los medios de transporte y la
vivienda”.

La actividad desarrollada por la Unión Europea y sus instituciones en materia de discapacidad


a lo largo de la década de los 90 estará muy influenciada por la actividad desarrollada a nivel
internacional y concretamente en el seno de Naciones Unidas. En 1990, se pone en marcha la
primera iniciativa comunitaria HORIZON, que intenta fomentar la adopción de medidas de mejora
para el acceso al mercado de trabajo de las personas con discapacidad y de otros grupos
desfavorecidos.
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Más adelante, ya en 1992 destaca la Resolución sobre los derechos de los deficientes mentales
aprobada por el Parlamento Europeo el 16 de septiembre apremiando a la toma de medidas en
cuatro ámbitos diferentes: los derechos civiles, la formación, la educación, el trabajo y la seguridad
social y la asistencia y la vivienda. En 1993, tras finalizar el programa Helios iniciado en 1998, se
pone en marcha el programa Helios II. Este tercer programa, desarrollado entre 1993 y 1996,
intensificaba las actividades ya iniciadas en los programas anteriores. Cabe destacar que en él se
incluía la participación de las Organizaciones no Gubernamentales, lo que da lugar a la creación
de un órgano consultivo de la Comisión, el Foro Europeo de la Discapacidad.
En 1995, se aprueba la Resolución de 14 de Diciembre sobre los Derechos Humanos de los
minusválidos, lo que supondrá la consolidación de lo hasta entonces acontecido. De este
Resolución cabe destacar tres puntos diferentes. En primer lugar, se reconoce que las
discriminaciones en razón de discapacidad de una persona constituyen una violación de derechos
humanos. En segundo lugar, se reconoce la existencia de no sólo discriminación directa hacia las
personas discapacitadas sino también de discriminación indirecta. En último lugar, y
probablemente más importante, se solicita a la Comisión y los Estados miembros que en la próxima
revisión del tratado se incluya una “cláusula antidiscriminación por razón de discapacidad”. A
partir de 1996, será cuando se sucedan los cambios más significativos en el tratamiento de la Unión
Europea respecto a la discapacidad.

La Comisión, a través de su Comunicación de 30 de Julio de 1996 sobre la igualdad de


oportunidades de las personas con minusvalía, propone un nuevo modelo “que implica la igualdad
efectiva en el ejercicio de los derechos por parte de las personas con discapacidad. Esto supone un
cambio en el enfoque ya que, a partir de ese momento, las acciones de la Unión Europea destinadas
a la protección de las personas con discapacidad tendrían como punto de partida el principio de
igualdad de oportunidades y se basarían en el respeto de los Derechos Humanos de estas personas.

Para la Comisión la igualdad de oportunidades en el contexto de la discapacidad requería la


toma de una serie de medidas por parte de los poderes públicos como poner fin a las barreras que
impiden a las personas con discapacidad el acceso a ámbitos como el transporte, los servicios
públicos o las comunicaciones, intentar terminar con las actitudes sociales negativas y obviamente
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requería también educar y formar a las propias personas con discapacidad para que puedan
desarrollar al máximo sus capacidades. La Comisión responsabilizaba a los Estados miembros para
la toma de la mayoría de estas acciones, pero además entendía que desde la Unión Europea se
debía fomentar el dialogo y favorecer la integración en el ámbito laboral o la sociedad de la
información. El refrendo por el resto de las instituciones de la acción iniciada por la Comisión, no
se hizo esperar mucho. El 20 de Diciembre del mismo año el Consejo y los Representantes de los
Gobiernos de los Estados miembros se comprometieron a desarrollar las políticas globales sobre
discapacidad bajo el respeto de la igualdad de oportunidades y la no discriminación.
En 1997, con la reforma introducida por el tratado de Ámsterdam18 del artículo 13 del Tratado
Constitutivo de la Comunidad Europea se introduce, por primera vez, en un texto convencional,
una referencia expresa a la discriminación por discapacidad. A lo largo de 1998 y 1999 el Consejo
elaboró una Recomendación “sobre la creación de una tarjeta de estacionamiento uniforme para
los diferentes Estados miembros y una Resolución “relativa a la igualdad de oportunidades de las
personas con discapacidad en el empleo.
En la siguiente década, la Comisión inicia el año 2000 presentando la Comunicación “hacia una
Europa sin barreras para las personas con discapacidad”. En este último año el Consejo adopta
también dos importantes instrumentos la Directiva 2000/78, relativa al establecimiento de marco
general para la igualdad de trato en el empleo y la ocupación21 y el programa de acción europeo
para luchar contra la discriminación (2001-2006).
El 7 de Diciembre de 2000 los Presidentes del Parlamento Europeo, el Consejo y la Comisión
firmaron y proclamaron en Niza la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea, en la
cual se hace referencia expresa a la discapacidad en dos artículos: artículo 21 y artículo 26.
Artículo 21 No discriminación 1. Se prohíbe toda discriminación, y en particular la ejercida por
razón de sexo, raza, color, orígenes étnicos o sociales, características genéticas, lengua, religión
o convicciones, opiniones políticas o de cualquier otro tipo, pertenencia a una minoría nacional,
patrimonio, nacimiento, discapacidad, edad u orientación sexual.
2. Se prohíbe toda discriminación por razón de nacionalidad en el Ámbito de aplicación del
Tratado constitutivo de la Comunidad Europea y del Tratado de la Unión Europea y sin perjuicio
de las disposiciones particulares de dichos Tratados.
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Artículo 26 Integración de las personas discapacitadas La Unión reconoce y respeta el derecho


de las personas discapacitadas a beneficiarse de medidas que garanticen su autonomía, su
integración social y profesional y su participación en la vida de la comunidad.

En el 2001 el Consejo proclama el 2003 como “Año Europeo de las personas con discapacidad.
A lo largo del Año Europeo se realizaron numerosas actividades tanto por las instituciones de la
Unión Europea como por los Estados miembros. No obstante, no se consiguió uno de los objetivos
más importantes, la adopción de una Directiva específica sobre los derechos de las personas con
discapacidad en los ámbitos de competencia de la Unión Europea.
En los últimos años sí se ha conseguido avanzar en materia legislativa en algunos ámbitos
específicos. En el año 2006 el Parlamento Europeo y Consejo aprobaron el Reglamento 1107/2006
“sobre los derechos de las personas con discapacidad o movilidad reducida en el transporte aéreo,
que constituye el primer texto de carácter vinculante centrado exclusivamente en la protección de
los derechos de las personas con discapacidad. Sin embargo, uno de los acontecimientos más
llamativos en materia legislativa sobre discapacidad, fue la firma en 2007 de la Convención de
Naciones Unidas sobre los derechos de las personas con Discapacidad vinculante para la Unión
Europea desde 23 de Diciembre de 2010.
Además de las actuaciones normativas que ya se han mencionado, en el seno de la Unión
Europea se han ido desarrollando programas e iniciativas más concretas, con el objetivo, siempre,
de intentar mejorar la situación de las personas con discapacidad. Entre los programas europeos
dirigidos a las personas con discapacidad cabe destacar la Estrategia sobre discapacidad 2010-
2020 y el Plan de acción europeo sobre igualdad de oportunidades para las personas con
discapacidad
El 15 de noviembre de 2010 la Comisión presentó al Parlamento Europeo, al Consejo
Económico y Social Europeo y al Comité de las Regiones la comunicación “Estrategia Europea
sobre discapacidad 2010-2020: un compromiso renovado para una Europa sin barreras. A través
de esta estrategia la Comisión pretende reforzar “la participación de las personas con discapacidad
en la sociedad y la economía” y con ello mejorar “el ejercicio de sus derechos”. Esta estrategia
intenta llevar a cabo una “aplicación efectiva” de la Convención de las Naciones Unidas sobre los
derechos de las personas con discapacidad. Se encuentra enmarcado en la Estrategia Europa 2020
y se basa en las disposiciones tanto de la Carta Europea de los Derechos Fundamentales como en
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las disposiciones del Tratado de Lisboa. Previo a su elaboración, la Comisión identificó “ocho
ámbitos de actuación conjunta entre la Unión Europea y los Estados miembros”. El
establecimiento de estos ámbitos de actuación es el resultado del análisis de los resultados
obtenidos con el Plan de acción europeo sobre la discapacidad (2003-2010) así como de las
consultas que se hicieron a los diferentes Estados miembros.
a) Accesibilidad: “Por accesibilidad se entiende el acceso de las personas con discapacidad”. Las
personas con discapacidad deben tener acceso al entorno físico, al transporte, a las tecnologías y
los sistemas de la información y las comunicaciones, y a otras instalaciones y servicios en las
mismas condiciones que en el resto de la población. Para ello la Comisión propone “utilizar
instrumentos legislativos y de otro tipo, como la normalización, para optimizar la accesibilidad al
entorno construido, al transporte…en consonancia con las iniciativas emblemáticas de la “Agencia
Digital” y “la Unión por la innovación” Asimismo, se indicó que la Comisión procederá a estudiar
los beneficios de adoptar medidas legislativas que aseguren el acceso de las personas con
discapacidad a los productos y servicios e incluso la toma de medidas que intensifiquen el recurso
a la contratación pública. La Comisión estima que la accesibilidad es condición previa a la
participación en la sociedad y en la economía.
b) Participación: Según la Comisión existen múltiples obstáculos que impiden que las personas
con discapacidad ejerzan plenamente sus derechos fundamentales, en especial sus derechos como
ciudadanos de la Unión. Para ello estima que la estrategia 2010-2020 deberá contribuir a: Superar
los obstáculos a la movilidad de las personas con discapacidad en calidad de personas,
consumidores, estudiantes o actores económicos y políticos. Garantizar la calidad de la asistencia
hospitalaria y el alojamiento en residencia especializadas, gracias a la financiación de los Fondos
Estructurales Garantizar la accesibilidad de organizaciones, estructuras y servicios, incluidos en
los campos del deporte y la cultura.
c) Igualdad: Según informes de la Comisión la mitad de los europeos consideran que la
discriminación por discapacidad está muy extendida en la Unión Europea. La Comisión conforme
a los arts. 1, 21 y 26 de la Carta de Derechos Fundamentales y de los arts. 10y 19 del Tratado de
Funcionamiento de la Unión Europea “promoverá la igualdad de trato de las personas con
discapacidad”. Por un lado, utilizará para ello la legislación vigente intentando así proteger a las
personas con discapacidad de la discriminación y, al mismo tiempo, se aplicarán políticas de acción
destinadas a la lucha contra la discriminación y el fomento de la igualdad de oportunidades.
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d) Empleo: Según la Comisión la acción europea “debe permitir aumentar el número de


trabajadores con discapacidad en el mercado laboral tradicional” Se deberá posibilitar que muchas
personas con discapacidad tengan ingresos por actividades laborales. Para ello la actuación de la
Unión Europea apoyará y complementará los esfuerzos nacionales destinados a; “analizar la
situación de las personas con discapacidad en el mercado laboral; luchar para evitar que las
personas con discapacidad caigan en la trampa o entren en la cultura de las prestaciones por
discapacidad, que les disuaden de entrar en el mercado laboral; contribuir a su integración en el
mercado laboral a través del Fondo Social Europeo (FSE); desarrollar políticas activas del
mercado; mejorar la accesibilidad de los lugares de trabajo; desarrollar servicios de colocación
profesional, estructuras de apoyo y formación en el lugar de trabajo; promover el uso del
Reglamento general de exención por categorías, que permite conceder ayudas estatales sin
notificación previa a la Comisión”
e) Educación y formación: Los estudiantes con discapacidad deben poder beneficiarse de un
sistema educativo que se adapte a sus necesidades. La actuación de la Unión Europea: “respaldará
mediante el marco estratégico para la cooperación europea en educación y formación los
esfuerzos nacionales encaminados, en primer lugar, a suprimir las barreras jurídicas y
organizativas que se presentan a las personas con discapacidad en los sistemas generales de
educación y de aprendizaje permanente; en segundo lugar, a apoyar oportunamente una
educación inclusiva, un aprendizaje personalizado y una identificación temprana de necesidades
especiales; y, por último, a facilitar una formación y un apoyo adecuados a los profesionales que
trabajan a todos los niveles educativos e informar sobre tasas y resultados de participación”.
f) Protección social: Las personas con discapacidad suelen sufrir desigualdades en los niveles de
ingresos y pobreza, muchas veces consecuencia de una participación inferior en la educación y en
el mercado laboral. Por ello deben poder beneficiarse de los sistemas de protección social, de
ayudas a la discapacidad, de planes de vivienda… “La Comisión prestará atención a estos asuntos
a través de la Plataforma europea contra la pobreza”, lo que incluye la evaluación y control de
los sistemas de protección social.
g) Sanidad: Las personas con discapacidad deben poder tener acceso a los servicios y centros
sanitarios en igualdad de condiciones, incluidos los centros de salud mental. Para garantizar el
principio de igualdad de acceso los centros y servicios deberán estar adecuados a sus necesidades
específicas. Para ello la actuación de la Unión Europea: “apoyará las medidas nacionales cuyo
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objeto sea proporcionar unos servicios y unas instalaciones sanitarias accesibles y no


discriminatorias; fomentar la sensibilización hacia las discapacidades en las escuelas de medicina
y en los planes de estudios de los profesionales de la salud; ofrecer unos servicios adecuados de
rehabilitación; promover la asistencia sanitaria psíquica y el desarrollo de servicios de
intervención temprana y de evaluación de necesidades”.
h) Acción exterior: Según la Comisión la Unión Europea se compromete a promover los derechos
de las personas con discapacidad en el ámbito internacional. En concreto en las ampliaciones de
la Unión Europea, en las políticas de vecindad y en los programas de desarrollo. Para la “puesta
en práctica” la estrategia se basa en el compromiso conjunto de las instituciones de la Unión
Europea y de sus Estados Miembros. Entre ellas destacan:
- Concienciación de la sociedad en relación a la discapacidad y promoción de los derechos de las
personas con discapacidad. - Desarrollo de las posibilidades de financiación europea.
-Mejorar la recopilación y el tratamiento de los datos estadísticos.
-Garantizar el seguimiento de la aplicación de la Convención de las Naciones Unidad en los
Estados miembros y en las propias instituciones de la Unión Europea.
La Unión Europea ha ratificado la Convención de Naciones Unidas sobre los derechos de las
personas con discapacidad, resultando por primera vez parte contratante de un tratado internacional
de derechos humanos. La Convención reconoce un amplio catálogo de derechos y libertades de
los que son titulares las personas con discapacidad, en ella se establecen los principios que han de
regir su aplicación y se especifican las obligaciones de quienes sean parte de la misma. Constituye
el instrumento jurídico internacional más importante de cuantos se han adoptado en materia de
discapacidad. Se trata de un instrumento muy novedoso, detallado e incluso vanguardista que
supone el marco ideal sobre el que regular la protección de los derechos de las personas con
discapacidad a nivel internacional. En el ámbito comunitario, la celebración de la Convención
representa el compromiso más importante y ambicioso de cuantos ha desarrollado la Unión
Europea en materia de discapacidad. No obstante, la Unión Europea deberá intensificar sus
esfuerzos para dar cumplimiento real y efectivo a las obligaciones que impone la Convención.
La Organización Mundial de La Salud (OMS) pretendió desarrollar una metodología de
clasificación adecuada a su empleo en poblaciones diversificadas de discapacitados y mayores.
Creada y aprobada en 2001, la International Classification of Functioning, Disability and Health
(CIF), permitió hablar un lenguaje común que eliminase las imprecisiones y confusiones fruto de
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la no uniformidad existente hasta la actualidad. Traducida al castellano como Clasificación


Internacional del Funcionamiento, de la Discapacidad y de la Salud.
Discapacidad visual.
Para la Clasificación Internacional del Funcionamiento, de la Discapacidad y de la Salud(2001)
la discapacidad se refiere a las deficiencias, limitaciones y restricciones a las que se enfrenta una
persona que tiene una enfermedad ocular al interactuar con su entorno físico, social o actitudinal.
En la CIF, la discapacidad abarca las deficiencias, las dificultades que una persona puede tener
para llevar a cabo actividades como el autocuidado y los problemas que experimenta para
participar en situaciones de la vida cotidiana, como ir a la escuela o al trabajo. Según la CIF, la
discapacidad experimentada está determinada no solo por la enfermedad ocular, sino también por
el entorno físico, social y actitudinal en el que vive la persona, así como por la posibilidad de
acceder a una atención oftalmológica de calidad, a ayudas técnicas (como las gafas) y a servicios
de rehabilitación. Una persona que tiene una enfermedad ocular, padece deficiencia visual o
ceguera y se enfrenta a obstáculos ambientales, como no tener acceso a servicios de atención
oftalmológica y ayudas técnicas, probablemente experimentará limitaciones mucho mayores en el
funcionamiento diario y, por lo tanto, un mayor grado de discapacidad.

Para La Organización Nacional de Ciegos Españoles (ONCE), la discapacidad visual es la


consideración a partir de la disminución total o parcial de la vista. Se mide a través de diversos
parámetros, como la capacidad lectora de cerca y de lejos, el campo visual o la agudeza visual. En
este sentido, cuando se habla en general de ceguera o deficiencia visual se está haciendo referencia
a condiciones caracterizadas por una limitación total o muy seria de la función visual en uno o
varios de esos parámetros medidos. Es decir, se trata de personas que, o bien no ven absolutamente
nada, o bien, en el mejor de los casos, incluso llevando gafas o utilizando otras ayudas ópticas, ven
mucho menos de lo normal y realizando un gran esfuerzo de enfoque. Esta pérdida grave de
funcionalidad de la visión se va a manifestar, por un lado, en limitaciones muy severas de la
persona para llevar a cabo de forma autónoma sus desplazamientos, las actividades de vida diaria,
o el acceso a la información. Por otro, en restricciones para el acceso y la participación de la
persona en sus diferentes entornos vitales: educación, trabajo, ocio, etc., y que adoptan la forma,
no sólo de barreras físicas y arquitectónicas, sino también sociales y actitudinales.
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La deficiencia visual ocurre cuando una enfermedad ocular afecta el sistema visual y una o más
de sus funciones. Según la Clasificación Internacional del Funcionamiento, de la Discapacidad y
de la Salud (CIF), una “deficiencia” es un término general utilizado para describir un problema en
las funciones o estructuras corporales de una persona debido a una condición de salud. Esta
definición es compatible con la Clasificación Internacional de Enfermedades, undécima revisión
(CIE-11). Por lo tanto, una deficiencia visual ocurre cuando una enfermedad ocular afecta el
sistema visual y una o más de sus funciones. Los adultos con discapacidad visual suelen tener tasas
más bajas de participación y productividad en la fuerza de trabajo y tasas más altas de depresión y
ansiedad que la población general.
La deficiencia visual puede afectar a la agudeza visual, al campo visual o a ambos. La
disminución de visión o la reducción del campo podrán tener diversa intensidad, y, si llega a
determinados umbrales, se podrá hablar de baja visión y de ceguera legal.
En el siguiente apartado se hará un breve repaso a la Clasificación Internacional del
Funcionamiento, de la Discapacidad y de la Salud (CIF) aplicada a la discapacidad visual. Esta
primera parte de la CIF se subdivide, a su vez, en:
- Funciones y estructuras corporales. Corresponde a las funciones fisiológicas de los sistemas
corporales y a las partes anatómicas o estructurales del cuerpo. La pérdida o anormalidad de una
estructura corporal o de una función fisiológica se correspondería con una deficiencia.
-Actividad y participación. Entendiendo por actividad el desempeño/realización de una tarea o
acción por parte de un individuo, y por participación el acto de involucrarse en una situación vital.
Las actividades podrían verse limitadas por efecto de la deficiencia, originando dificultades para
el desempeño/realización, y la participación, por su parte, restringida en cuanto a que la deficiencia
puede originar problemas para que el individuo se involucre en situaciones vitales.
Siguiendo los conceptos anteriores se puede mostrar el impacto de la aparición de la pérdida de
visión en una persona.
La presencia de una deficiencia visual en la vida de una persona puede tener diversas causas,
que se pueden clasificar en:
- Congénitas (genéticas o gestacionales, degenerativas o no, de aparición temprana o tardía) y
perinatales, incluyendo las de aparición en los primeros meses de vida.
-Adquiridas, destacando entre estas: traumáticas (accidentes de origen mecánico, químico...),
ligadas a enfermedades metabólicas (diabetes...).
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-Relacionadas directamente con otras enfermedades (esclerosis múltiple...),


-Relacionadas indirectamente con determinadas enfermedades (VIH, ...),
-Originadas por tumores o por las intervenciones médicas subsecuentes,
-Causadas por hábitos nocivos (intoxicaciones etílicas...), o causadas por procesos degenerativos
ligados al envejecimiento.
La Organización Mundial de la Salud, en su clasificación internacional de enfermedades (CIE-9-
MC), distingue entre:
Baja visión:
-Deterioro visual moderado, corresponde a agudezas visuales medidas usando la mejor corrección
óptica posible (matización válida para todos los valores optométricos que se indiquen en adelante)
entre 20/70 (escala de Snellen) y 20/160 (0,12 en la escala de Wecker).
-Deterioro visual grave, entre 20/200 (0,10) y 20/400 (0,06), o un campo visual de 20 grados o
menos. El CIE-9 indica que en 20/200 se establece el límite superior de la ceguera legal en Estados
Unidos.
Ceguera:
-Deterioro visual profundo, entre 20/500 (0,04) y 20/1000 (0,02), o 10 grados o menos.
-Deterioro visual casi total, menos de 20/100 (0,02), o 5 grados o menos, y deterioro visual total,
que corresponde a la falta de percepción de luz.

Otro criterio utilizado es una clasificación de 4 niveles de deterioro visual:


-Ceguera: Carencia de visión o sólo percepción de luz. Imposibilidad de realizar tareas visuales.
- Discapacidad visual profunda: Dificultad para realizar tareas visuales gruesas. Imposibilidad de
hacer tareas que requieren visión de detalle
- Discapacidad visual severa: Posibilidad de realizar tareas visuales con inexactitudes, requiriendo
adecuación de tiempo, ayudas y modificaciones.
-Discapacidad visual moderada: Posibilidad de realizar tareas visuales con el empleo de ayudas
especiales e iluminación adecuada similares a las que realizan las personas de visión normal.

Causas de Discapacidad Visual


Para la OMS existen diversos fenómenos que dan origen a la discapacidad visual, siendo los
principales aquellos relacionados con la edad de las personas, ya que es de conocimiento general
17

la disminución de la capacidad visual con el correr de los años. También la discapacidad visual
puede ser originada a través de problemas de salud como diabetes y aquellas que son heredadas
genéticamente.
Las principales causas que originan la discapacidad visual son:
- Cataratas (opacidad del cristalino que impide el paso de la luz).
- Errores de refracción (miopía, hipermetropía o astigmatismo) no corregidos.
- Glaucoma (grupo de enfermedades en las que se produce un daño del nervio óptico).
- Degeneración macular relacionada con la edad (enfermedad que produce una pérdida del campo
de visión central).
- Opacidades cornéales (enfermedades oculares que producen cicatrices de la córnea)
- retinopatía diabética (afección de la retina relacionada con la diabetes)
- tracoma y afecciones oculares infantiles tales como cataratas
- retinopatía de los prematuros (afección de la retina observada en los niños.
La población más vulnerable sería:
- A medida que aumentan la población mundial y la proporción de ancianos, aumenta
también el número de personas en riesgo de sufrir discapacidad visual relacionada con
la edad, incluso en los países en desarrollo.
- La ceguera infantil sigue siendo un problema importante en todo el mundo. Se
calcula que 1,4 millones de menores de 15 años son ciegos durante muchos años. Por otra parte,
más de 12 millones de niños de 5 a 15 años sufren discapacidad visual por errores de refracción
(miopía, hipermetropía o astigmatismo) no corregidos, trastornos que se pueden diagnosticar y
corregir fácilmente con el uso de lentes.
En España tomaremos como referencia los requisitos para ser miembro de la Organización
Nacional de Ciegos Españoles (2006), principal prestadora de servicios para personas con déficit
visual.
El Real Decreto 358/1991, de 15 de marzo, por el que se reordena la Organización Nacional de
Ciegos Españoles (ONCE), configura a dicha Entidad como una Corporación de Derecho Público
de carácter social, con personalidad jurídica propia y plena capacidad de obrar y de
autoorganización, cuyos fines sociales se dirigen a la consecución de la autonomía personal y plena
integración de las personas ciegas y con deficiencia visual grave, mediante la prestación de
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servicios sociales, que ejerce en todo el territorio español funciones delegadas de las
administraciones públicas, bajo el protectorado del Estado
Los criterios para pertenecer a esta institución están recogidos en los estatutos de la
Organización Nacional de Ciegos Españoles, publicados en el Boletín Oficial del Estado del 2 de
agosto de 2006, orden de 27 de julio de 2006 del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales:
Podrán libremente afiliarse a la ONCE todos los ciudadanos españoles que así lo soliciten y
que, previo examen por un oftalmólogo autorizado por la ONCE, acrediten que cumplen en ambos
ojos y con un pronóstico fehaciente de no mejoría visual, al menos, una de las siguientes
condiciones:
a) Agudeza visual igual o inferior a 0,1 (1/10 de la escala de Wecker) obtenida con la mejor
corrección óptica posible.
b) Campo visual disminuido a 10 grados o menos

En el año 2019, la OMS con el Informe mundial sobre la visión actualizó los datos demográficos
sobre discapacidad visual a nivel mundial, clasificándola por tipo y zonas, mostrado en la Tabla 1.
En el mundo hay aproximadamente por lo menos 2.200 millones de personas padecen deficiencia
visual, y de ellas, por lo menos 1.000 millones tienen una deficiencia visual.se estima que 11,9
millones de personas en todo el mundo tienen una deficiencia visual moderada o grave o ceguera
que podría haberse evitado, a causa del glaucoma, la retinopatía diabética y el tracoma, de los 196
millones de personas estimados a nivel mundial que presentan degeneración macular senil 10,4
millones (5,3%) tienen una deficiencia moderada o grave de la visión de lejos o ceguera debido a
formas más graves de la enfermedad. De manera similar, se estima que 64 millones de personas
en todo el mundo padecen glaucoma (30), de las cuales solamente 6,9 millones (10,9%) tienen una
deficiencia moderada o grave de la visión de lejos o ceguera como resultado de formas más graves
de la enfermedad.
En cuanto a niños, hay 19 millones de niños con discapacidad visual, de los cuales 12 millones
la sufren debido a errores de refracción, fácilmente diagnosticables y corregibles. Hay 1,5 millones
de niños ciegos en el mundo, siendo las principales causas son la opacificación corneal por
xeroftalmía y el sarampión. Otros niños nacen ciegos o llegan a serlo por prematuridad,
desnutrición o causas infecciosas. Son causas de ceguera irreversibles, el 50% de ellas evitables,
y afectan a los países menos desarrollados.
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Tabla 2. Estimaciones globales de discapacidad visual, por regiones de la OMS 2012


África América Europa Europa Sudeste Oeste
del Este asiático Pacífico
Población 672.238 852.551 502.823 877.886 1 1.590.832 1.717.536
N y % de 6.782 2.419 4.026 2.732 11.587 9.312
personas (1,01%) (0,28%) (0,80%) (0,31%) (0,72%) (0,54%)
ciegas
N y % de 19.996 13.116 12.444 12.789 33.496 32.481
personas con (2,97%) (1,54%) (2,47%) (1,46%) (2,11%) (1,89 %)
baja visión
N total y % 26.778 15.535 16.469 15.521 45.083 41.793
personas con (3,98%) (1,82%) (3,27%) (1,77%) (2,83%) (2,43% )
discapacidad
visual
Tabla 1 Elaboración Propia

En España, según la Encuesta de Discapacidad, Autonomía personal y situaciones de


Dependencia de 2008, realizada por el Instituto Nacional de Estadística, existen 3.847. 900 de
personas con algún tipo de discapacidad. A continuación, en la figura 1, se puede apreciar cómo
se determina el grado de discapacidad visual en España.

Figura 1.Fuente https://asociaciondoce.com/2015/10/29/grados-de-discapacidad-visual-en-


espana-en-un-grafico/
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En la figura 1, se puede interpretar que para conocer cuál es el grado de discapacidad tienes
que saber cuál es la agudeza visual y la funcionalidad que se tiene, en la columna de la izquierda
podrás ver el grado de agudeza visual que tienes (visión). En la columna del medio puedes leer la
funcionalidad, es decir, las cosas que puedes hacer según el resto visual que tengas y en la columna
de la derecha podrás saber si corresponde a una ceguera legal, ceguera total, etc.

Aproximadamente un 90% de la carga mundial de discapacidad visual se concentra en los países


de ingresos bajo, alrededor de un 65% de las personas con discapacidad visual son mayores de 50
años, si bien este grupo de edad apenas representa un 20% de la población mundial. Con una
población anciana en aumento en muchos países, más personas estarán en riesgo de sufrir
discapacidad visual por enfermedades oculares crónicas y envejecimiento. Se estima que el
número de niños con discapacidad visual asciende a 19 millones, de los cuales12 millones la
padecen debido a errores de refracción, fácilmente diagnosticables y corregibles. Unos 1,4
millones de menores de 15 años sufren ceguera irreversible y necesitan intervenciones de
rehabilitación visual para su pleno desarrollo psicológico y personal.
En términos generales, las tasas mundiales de discapacidad visual han disminuido desde
comienzos de los años noventa. Ello pese al envejecimiento de la población en el mundo entero.
Esa disminución se debe principalmente a la reducción del número de casos de discapacidad visual
por enfermedades infecciosas, mediante:
- El desarrollo socioeconómico en general;
- Una actuación concertada de salud pública;
- Un aumento de los servicios de atención oftalmológica disponibles.
Según la OMS, los factores de riesgo asociados a causas de discapacidad visual y ceguera en el
Mundo serían la edad, el género y la condición socioeconómica. En la población española se está
produciendo un envejecimiento, y por lo tanto, según muestran los análisis estadísticos europeos
se puede estimar que: Existe un 0,31% de personas con ceguera en la población, y un 1,46% de
personas con baja visión.
- El 65% de la población con discapacidad visual es mayor de 50 años.
- Más del 60% de las personas con discapacidad visual son mujeres.
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En el Informe mundial sobre la visión del año 2019, menciona lo siguiente: La distribución
mundial de las principales causas de discapacidad visual es como sigue:
-Errores de refracción (miopía, hipermetropía o astigmatismo) no corregidos: 43%.Los errores de
refracción son problemas de visión que se producen cuando la forma del ojo no le permite enfocar
bien. La causa podría ser la longitud del globo ocular (largo o más corto), cambios en la forma de
la córnea o el envejecimiento del cristalino.
-Cataratas no operadas: 33%. La catarata es la opacidad parcial o total del cristalino. La opacidad
provoca que la luz se disperse dentro del ojo y no se pueda enfocar en la retina, creando imágenes
difusas. Es la causa más común de ceguera tratable con cirugía.
-Glaucoma: 2%. El glaucoma es una enfermedad de los ojos que se caracteriza generalmente por
el aumento patológico de la presión intraocular, por falta de drenaje del humor acuoso y tiene como
condición final común una neuropatía óptica que se caracteriza por la pérdida progresiva de las
fibras nerviosas del nervio óptico y cambios.

Los términos de baja visión y deficiencia visual son equivalentes. También lo es el termino
discapacidad visual, siempre que se tenga presente la diferencia entre deficiencia, con su referencia
al órgano afectado, y discapacidad, que alude a la funcionalidad. Un diagnóstico precoz de la
deficiencia visual podrá facilitar el tratamiento y evitar la ceguera o la baja visión. Hay que
destacar, por tanto, la importancia de los primeros meses de vida para el desarrollo normal de la
visión. Sería necesario analizar la anatomía y función visual de todos los bebés para su mejor
desarrollo integral. Pediatras, oftalmólogos y educadores han de tomar conciencia de la
importancia del diagnóstico temprano de una deficiencia visual. En la evaluación de la visión de
una persona hay que tener en cuenta algunas consideraciones: grado de visión, momento de
aparición de la deficiencia visual y evolución de la misma.
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