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- EL ASPECTO VERBAL
5 Jakobson, R.: op. cit. pág. 318, reconoce como aspectos en el verbo
ruso, además del perfectivo e imperfectivo, el determinado,
indeterminado, iterativo, incoativo, ... etc.
6 Aktionsart equivale conceptualmente en español al llamado modo de
acción. Véase Roca Pons, J: (1958): Estudios sobre perífrasis verbales
del español, Revista de Filología Española, anejo LXVII, pp. 24-56.
7 Los trabajos en este sentido son muy numerosos. Citaremos entre otros
los estudios de Whorf, B.L. (1936): “Los aspectos preciso y
segmentativo de los verbos de la lengua hopi”, en Lenguaje,
Pensamiento y Realidad, Barral, ed. Barcelona, 1970, pp. 67-72;
Schogt, H.G. (1964): “L'aspect verbal du français et l'élimination du
passé simple”, en Word, 1, 1964, pp. 1-17; Buysens, E.: “L'aspect en
general et en anglais”, en Linguistique Antverpiensia, II, 1968, pp. 63-
70; Rallides, Ch. (1971): The tense aspect systems of the spanish verb,
Ed. Mouton, The Hague, Paris; Larrochette, J. (1978): “La notion
d'aspect:le point de vue d'un africaniste”, en La notion d'aspect, Actes du
Colloque organisé par l'Université de Metz, 1980, pp. 31-40;
Keninston, H.: (1953): “Verbal aspect in spanish”, en Hispania
California, XXXVI, pp. 163-176.
8 Las condiciones que debe cumplir una oposición para que pueda ser
reconocida como categorial son enumeradas por Stang, Ch. (1966):
Vergleichende Grammatik der baltischen Sprachen, Oslo, pág. 400, y
son las siguientes: 1.- Los rasgos semánticos que se comparan tienen
que aparecer por lo menos en dos variantes opositivas; 2.- La oposición
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Montserrat Veyrat Rigat
Para que pudiéramos hablar de oposición aspectual,
además de la condición esencial de que haya dos miembros
enfrentados por un determinado rasgo, el funcionamiento
de esta categoría no debería depender de otras categorías, o
lo que es lo mismo, no puede haber ambigüedad aspectual:
un miembro de la oposición debe ser perfectivo y el otro
imperfectivo9. Por ello es conveniente observar las
oposiciones de las formas verbales concretas y decidir si
éstas no contienen más de un rasgo distintivo, por ejemplo
que no expresen además operativamente una oposición
temporal, es decir del momento en que se sitúa la acción10.
Según Slawomirski, si una oposición contiene dos o
más rasgos distintivos, se debe pensar que corresponde a
otra categoría jerárquicamente superior que abarque las
funciones potenciales de las categorías de menor grado y
que reduzca el número de rasgos diferenciadores. Así por
ejemplo, en la oposición entre canto /he cantado, no
deberíamos hablar de oposición aspectual ni tampoco
temporal, porque se trata de una oposición en la que uno de
los miembros (canto) es presente e imperfectivo, mientras
que el otro es pasado y perfectivo; por lo tanto son dos los
rasgos que los oponen. Lo adecuado sería hablar de una
categoría más general, como podría ser la anterioridad, que
abarque a ambas.
La noción de aspecto en eslavo es clara y precisa con
respecto a la noción de tiempo: indica el punto de vista
desde el que se enfoca la acción expresada por el verbo,
mientras que la noción de tiempo señala el momento
temporal en que se sitúa la acción. Lo importante para
nosotros es que en las lenguas eslavas existen parejas de
with this label. The map is not the land it represents"; También Klum,A.
(1961): Verbe et Adverbe. Étude sur le système verbal indicatif et sur le
système de certains adverbes de temps à la lumière des relations verbo-
adverbiales dans la prose du français contemporain, Acta Univ. Upsal.,
Studia Romanica, I, Stockholm, pág. III, nos dice:"Ce qui est évident,
c'est qu'on est forcé de se prononcer avec la plus grande prudence en cette
matière, parce qu'il faut opérer en grande partie sur le terrain glissant du
domaine sémantique".
18 Para un estudio bastante actualizado del sistema verbal del griego
antiguo, véase por ejemplo Dietrich, W, op. cit. pp. 233 y ss.
19 Véase Holt, J. op. cit. pág. 4 quien observa que "s'il faut distinguer
entre temps d'étendue et temps achevés, on ne reste plus dans la notion
de temps, mais on est passé dans une autre notion. (...) Cette notion
n'apparait que d'une façon sporadique. Ainsi un scholiaste se sert du
terme achevé (...) pour exprimer le trait essentiel de l'aoriste".
16
El aspecto verbal
convierten la distinción griega entre tiempos extensivos y
complexivos en tempora infecta y tempora perfecta20; pero
esta división llevada a cabo por VARRO21 no es aceptada
por los gramáticos latinos posteriores que se basarán en la
noción lógica del tiempo, es decir, en las nociones de
presente, pasado y futuro, tratando de situar las diferentes
formas en ese esquema. De ahí que Escalígero en su De
causis linguae Latinae distinga entre tiempos absolutos y
tiempos relativos, es decir tiempos medidos desde un punto
del presente y tiempos medidos desde otro tiempo.
Según Holt, esta concepción oscurece la oposición
esencial latina entre el tema de presente y el tema de per-
fecto, de naturaleza aspectual (perfectivo-imperfectivo)22,
convirtiéndola en una oposición temporal.
Esta plena dedicación al estudio de los tiempos y su
posición en el sistema verbal, tiene sin embargo algún
resultado interesante: tras la atenta observación del aoristo
griego, que para los teóricos antiguos era un tiempo
exclusivamente del pasado, para los gramáticos latinos
dejará de serlo debido a que puede también indicar el
presente y el futuro, sobre todo fuera del Indicativo; de ahí
que el aoristo se considere menos como un «tiempo» que
en otra época.
Un vistazo rápido a la historia de la Lingüística nos
enseña que a partir de los gramáticos latinos, la
preocupación por el lenguaje en general y por el sistema
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El aspecto verbal
ha llevado a confundir las nociones lingüísticas con las
nociones lógicas o los conceptos psicológicos generales: J.
Holt aclara que las formas lingüísticas no se relacionan
individualmente con nociones lógicas respectivas, sino que
se relacionan entre sí dentro del sistema lingüístico y sólo
como conjunto del sistema de nociones lingüísticas
corresponderán a un sistema de nociones lógicas.
La propuesta de este autor para un estudio provechoso
del tema es en primer lugar estudiar las formas aspectuales
en las lenguas sucesivamente. Pero para definir una forma
aspectual en una lengua determinada no es suficiente
estudiar el conjunto de sus usos, sino que: "il faudra établir
le système d'aspects dans son ensemble et montrer
comment ils dépendent l'un de l'autre. Ce n'est qu'aprés une
telle recherche qu'on pourra passer à une définition de la
notion exprimée par la catégorie. Et même ceci est un peut
hasardé, parce que la notion de la catégorie d'aspect est elle-
même dans la dépendance des notions des autres catégories
verbales, et celles-ci des notions des autres catégories
existant dans une langue donnée".
Georges Mounin35 por su parte enumera tres
posibilidades de estudiar la categoría del aspecto: 1.-
Limitándose a las lenguas eslavas, lo cual significa
considerar el aspecto exclusivamente con respecto al
término o no término inicial o final de la acción. 2.-
Considerándolo como una categoría general, como la del
tiempo y el modo: esta posición justificaría el estudio de
todas las maneras posibles de considerar la acción, siendo
por lo tanto entendido el aspecto como una categoría
pluridimensional que concierne a la acción verbal como tal.
3.- Considerando el aspecto como una categoría limitada en
cada lengua particular. Esta tercera posibilidad es la
aplicación concreta de la segunda: hoy podemos decir que
en eslavo el aspecto concierne a los términos de la acción
(perfectivo o imperfectivo), mientras que en las lenguas
románicas, según determinados autores, el aspecto se refiere
a las diversas maneras de considerar la acción: atendiendo a
su extensión, ofreciendo una visión parcial o globalizadora
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Montserrat Veyrat Rigat
de la acción, en relación al grado de realización de la acción,
considerando la acción entre dos puntos36 ... etc.
36 Vid. Dietrich, W, op. cit. pág. 201 y ss. donde se aplican las teorías de
Coseriu sobre las categorías de tiempo y aspecto a varias lenguas
románicas como el español, portugués, catalán, italiano ...etc.
37 Vid. G. Mounin, "Problèmes terminologiques...", pág. 319 y ss.
22
El aspecto verbal
por ello eran consideradas aspectuales, sin embargo los
gramáticos alemanes creyeron que era mejor reservar el
término aspecto para la oposición perfectivo-imperfectivo y
nombrar con el término de Aktionsarten a todas esas
maneras de considerar la acción.
Dado el carácter rigurosamente gramatical del aspecto
eslavo, la intención de la mayoría de los lingüistas desde ese
momento en relación a este tema ha sido la de proporcionar
una definición de la noción de aspecto que la distinga de la
manera más estricta de la noción de modo de acción
(Aktionsart, ordre du procés)38.
Revisaremos ahora algunas opiniones de diferentes
autores en relación al intento de establecer una línea
divisoria entre ambos conceptos.
J. Holt39 piensa que la noción de aspecto es la
indicación del término o del no-término de un proceso, y
siguiendo la teoría de Hjelmslev sobre la categoría del caso,
quien divide en tres zonas el aire semántico de una categoría
(positiva, negativa y neutra) desestimando el binarismo
jakobsiano, aplica esto a los temas de perfecto, presente y
aoristo del griego antiguo, afirmando que designan
respectivamente el «alejamiento», el «acercamiento» y el
«reposo» en relación al término y los denomina aspecto
devolutivo (indicación del proceso con término), aspecto
evolutivo (indicación del proceso sin término), y aspecto
neutro (indicación de un proceso sin consideración del
término o del no-término), respectivamente.
Estos tres aspectos conforman lo que Holt llama aspecto
flexional, que se combina con los morfemas de tiempo de
tal manera que una cierta forma indica siempre a la vez el
aspecto y el tiempo; mientras que en el aspecto derivativo la
diferencia de aspecto viene dada por los temas diferentes de
los verbos, y por lo tanto el tiempo y el aspecto están
separados el uno del otro.
Por nuestra parte, insistimos en que para poder hablar de
oposición aspectual (es más, de cualquier oposición) es
preciso que un miembro sea opuesto al otro sin que haya
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Montserrat Veyrat Rigat
ambigüedades, o lo que es lo mismo, cada miembro debe
comprender un solo rasgo distintivo.
También la teoría expuesta por E. Alarcos Llorach40
sigue la división establecida por Holt. Con el objeto de
explicar la relación entre las formas simples y compuestas
del verbo español, Emilio Alarcos aplica la concepción
holtiana del aspecto y lo divide en dos subcategorías
llamadas aspecto flexional y aspecto sintagmático. Según
este autor, la marca que distingue las formas simples de las
compuestas no es el tiempo sino el aspecto, pues mientras
que el tiempo es una categoría que presenta rección
homonexual y heteronexual, el aspecto sólo la presenta de
tipo homonexual, es decir que el tiempo puede estar
dirigido por otro verbo o palabra de otra frase, pero el
aspecto no. Y por lo tanto la consecutio temporum puede
decidir el empleo de un tiempo determinado pero no si éste
debe ser simple o compuesto; esto depende, según Alarcos,
de la intención del hablante41.
Con el deseo de distinguir entre el aspecto y el modo de
acción, observa que se habla por una parte de verbos
imperfectivos (saber, escribir...), perfectivos (nacer
afirmar...), reiterativos (picotear, hojear...) momentáneos
(saltar, disparar...), etc. y por otra parte de tiempos
imperfectivos (canto, cantaré...), y perfectivos (ha
cantado...). Sin embargo en el primer caso se trataría de
valores semánticos, léxicos, pues no existen en español
parejas de verbos perfectivos y no perfectivos opuestos
entre sí como existen en las lenguas eslavas, sino que todos
los verbos pueden adquirir uno u otro aspecto, ya que el
sistema verbal español posee formas verbales de un tipo y
de otro.
Por esta razón Alarcos cree conveniente dividir por un
lado la categoría del aspecto en flexional y sintagmático y
por otro denominar aspectos derivativos y radicales a
aquellos que, fuera ya del aspecto propiamente dicho, son
28
El aspecto verbal
Koschmieder, Porzig... etc., supone ya un motivo suficiente,
no para establecer una distinción semántica entre ambas
nociones, sino para distinguir entre oposición puramente
aspectual y función aspectual en relación con otras
categorías como Aktionsart y tiempo.
Su punto de partida es la naturaleza opcional de la
elección aspectual, lo que él llama la pura oposición
aspectual, para posteriormente proceder a la distribución de
aspectos, es decir de pares mínimos de funciones
aspectuales, especialmente en relación a la Aktionsart y al
tiempo. Estos pares mínimos son: puntual-durativo, télico-
atélico y estativo-no estativo.
Estrictamente hablando, la libertad de elección
presupone que la situación a la que se refiere es concebida
como objetivamente a) durativa, b) atélica y c) no estativa;
por ejemplo: situaciones puntuales no pueden expresarse
mediante construcciones marcadas como verdaderamente
imperfectivas pues la combinación de verbos puntuales con
la imperfectividad expresa invariablemente repetición, y la
diferencia entre perfectividad e imperfectividad combinada
con verbos que por sí mismos refieren a situaciones
puntuales no es una “pura oposición aspectual” puesto
que tales combinaciones se refieren a situaciones
“objetivas” diferentes o a diferentes fases de la misma
situación, sino una oposición de funciones aspectuales en
relación a la Aktionsart.
Por otra parte, la caracterización de la pura oposición
aspectual —que sustenta el efecto 'holístico', unificador, del
perfectivo y la consideración del imperfectivo como la
estructura interna de la situación referida— vale también
para las funciones aspectuales en relación a otras categorías
asociadas al verbo, pero con la condición de que tanto el
tiempo como la Aktionsart sean categorías
independientes47.
Sin embargo el establecimiento de la Aktionsart como
categoría independiente es bastante compleja pues se refiere
tanto a la oposición temporal durativo-puntual como a las
de procedimiento: dinámica-estativa, télica-atélica,
47 Según Bache, op. cit. pág. 67, esta postura justificaría la consideración
del aspecto como básicamente 'subjetivo' que puede tener varias
determinadas funciones 'objetivas'.
29
Montserrat Veyrat Rigat
semelfactiva-iterativa... etc. que no deben considerarse
según este autor como nociones mensurables físicamente,
sino como clasificaciones psicológicas de situaciones
basadas en una concepción intuitiva.
Es esencial para la propuesta de Bache el hecho de que
muchos verbos, durativos o puntuales, son compatibles con
la perfectividad y la imperfectividad, pero sólo las
situaciones durativas permiten tanto descripciones
perfectivas como imperfectivas: las situaciones
estrictamente puntuales deben ser referidas mediante
construcciones perfectivas y por lo tanto la posibilidad de
describir situaciones durativas (he lived in Moskow for
three years) tanto perfectiva como imperfectivamente en las
lenguas que contienen la categoría aspectual es una
evidencia grande a favor de la separación del aspecto y de la
Aktionsart en el metalenguaje.
Termina Bache proponiendo la siguiente caracterización:
"Aktionsart concerns the procedural characteristics (i.e. the
'phrasal structure', 'time extension' and 'manner of
development') ascribed to any given situation referred to by
a verb phrase whereas aspect reflects the situational focus
with which a situation is represented. Sometimes the
speaker/writer has a 'subjective choice' between two ways of
representing the situation (in cases of pure aspectual
opposition), sometimes he MUST choose one or the other
way of representation (in cases where the aspects function
in different ways in relation to tense and Aktionsart).
Algo de cierto hay en la propuesta de Bache, pero
seguimos teniéndonoslas que ver con categorías que
parecen depender unas de otras, sin que se observe una
propuesta de gradación entre ellas que posibilite en cada
caso la distinción o el rápido reconocimiento de cada una.
Como ya hemos dicho, en español el sistema verbal es
fundamentalmente temporal y toda forma de la conjugación
tiene un valor temporal. Sin embargo también es obvio que
algunas formas de la conjugación no son prioritariamente
temporales. ¿Quién podría asegurar que la construcción se
puso a cantar tiene un valor temporal prioritario de
pasado absoluto? Desde nuestro punto de vista esta
construcción tiene prioritariamente un valor aspectual, de
fase inceptiva , entendiendo el aspecto como una categoría
30
El aspecto verbal
no deíctica que se refiere a una modificación de la acción en
sí misma (el momento de enfocar la acción) obtenida por
medios morfosintácticos. Tal parece que en la elección entre
una forma como cantó y se puso a cantar, por ejemplo, el
factor determinante es el factor temporalidad en el primer
caso y el factoraspectualidad, en el segundo, donde la
temporalidad no es factor predominante dado que el
hablante ha seleccionado una forma nominal para expresar
su intención de habla, dotándola posteriormente de una
temporalidad por medio de un verbo auxiliar.
No nos parece pues que la categoría del tiempo y del
aspecto deban ser consideradas en español como categorías
independientes, como apuntábamos anteriormente, sino más
bien como complementarias.
Guillermo Rojo48 considera que el aspecto es una
noción procedente de las lenguas eslavas, traducción del
término ruso vid, siendo aplicada la distinción acción
terminada-acción en desarrollo (perfectiva-imperfectiva) a
las lenguas clásicas desde Curtius, y posteriormente a las
lenguas romances.
Segidamente propone una distinción tripartita semejante
a la que da título al presente apartado: aspecto es para este
autor "la categoría que se refiere al tiempo interno de la
acción verbal, es decir, considerada en sí misma, sin relación
con otras acciones o con el tiempo externo a ella, y
conseguido morfológicamente" (pág. 21).
La modalidad de acción es entendida por G.Rojo como
"una serie de matizaciones, exteriores a la acción en sí, pero
que la afectan de algún modo: la obligatoriedad, la
posibilidad, por ejemplo, conseguidas también mediante
procedimientos morfológicos" (pág. 21)
Y por último llama carácter semántico al "expresado
por el lexema verbal, esto es, no logrado mediante recursos
flexionales".
La única diferencia pues entre el aspecto y la modalidad
de acción estriba en que el primero se refiere a la acción en
sí misma, mientras que la segunda, refiriéndose también a la
acción en sí misma, sin embargo se relaciona con el proceso
verbal de modo indirecto, a través de una modificación
48 Rojo, G.: Perífrasis verbales en el gallego actual, Verba, 2, Universidad
de Santiago de Compostela, pág. 18 y ss.
31
Montserrat Veyrat Rigat
exterior a él, de lo que se deduce que tanto uno como la otra
deben ser tratados al mismo nivel en las lenguas romances
y en él han de considerarse tanto lo perfectivo y lo
imperfectivo como lo incoativo, terminativo, obligativo, etc.
Desde nuestro punto de vista, esta distinción resulta
sumamente útil, y además coincidimos con G. Rojo cuando
propone tratar al mismo nivel las modalidades de acción y
el aspecto. De esta manera podría justificarse la inclusión en
nuestro trabajo de aquellas perífrasis verbales que obtienen
su significado en el habla por medios morfológicos y que
por no estar totalmente generalizado su uso49, no
corresponden a una expresión aspectual dominante como la
visión o la fase 50, pero que evidentemente se refieren a la
acción en sí misma y suponen una matización exterior que
la afecta de algún modo: nos referimos concretamente a
construcciones del tipo fue a + infinitivo, acertó a +
infinitivo, con un valor de habla de «fortuito» o
«inesperado» para la primera y de «repentino» o
«insospechado» para la segunda51, como se puede
comprobar en los siguiente ejemplos:
33
Montserrat Veyrat Rigat
De todos modos, la terminología empleada por G. Rojo
nos parece justificada en su trabajo, especialmente el
llamado carácter semántico, que es aplicado únicamente a
aquél expresado por el lexema verbal, quedando claramente
distinguido del aspecto y de la modalidad de acción a causa
de la índole semántica del primero frente al carácter
morfológico de los dos últimos.
Otros autores, entre los que destacamos a E.
Buyssens53, comprenden que el problema se crea a partir
del hecho de que en eslavo el término aspecto designa a la
vez al significante y al significado, pues todo verbo eslavo
puede conjugarse en los dos aspectos cuando su
significado lo permite, mientras que en las lenguas
romances no ocurre así.
Buyssens propone para el francés una terminología
diferente para los aspectos sustituyendo el término
perfectivo por total y el imperfectivo por médial,
considerando que constituyen una categoría gramatical y
que por lo tanto forma parte del sistema gramatical. Por otra
parte estima necesario delimitar estrictamente todo aquello
que es aspecto de lo que es procedimiento léxico para
distinguir matices (Aktionsarten). Rechaza para ello el
criterio de la subjetividad-objetividad, basándose en que
realmente todo en la lengua es subjetivo puesto que es
imposible presentar los hechos tal como son: "le langage
exprime toujours notre façon de voir les faits: on peut
même mentir sans contrevenir aux règles du langage" (pág.
65).
Su propuesta parte de la observación —de base lógica—
de que los conceptos pertenecen a una misma clase cuando
se excluyen mutuamente, por ejemplo: un objeto rojo no
puede ser al mismo tiempo azul, amarillo o blanco; por
consiguiente el rojo, el azul, el amarillo y el blanco
pertenecen a la clase del color. Este principio es aplicado al
aspecto, reconociendo que es imposible enfocar
simultáneamente la totalidad de un hecho y su principio, su
fin o un momento entre su principio y su fin, por lo que
acepta como pertenecientes a la clase 'aspecto' el total y el
36
El aspecto verbal
2º.- Los autores que tratan el tema tienden a separar el
léxico de la gramática, considerando aspectual sólo aquello
que tiene realización morfológica o sintáctica y modo de
acción (Aktionsart, ordre du procès) aquello que tiene
realización léxica.
3º.- Otra dificultad evidente es la relación del aspecto
con el resto de las categorías del verbo: el tiempo, el modo y
la voz principalmente55. Desde el estructuralismo sabemos
que en un sistema todo se relaciona entre sí formando
nudos de relaciones complejas. No existe una categoría que
no sea solidaria con las que le rodean. Y esto es cierto sobre
todo con respecto a las nociones morfo-sintáctico-
semánticas como la del aspecto, lo que conduce
inevitablemente a una explosión de distinciones
terminológicas más o menos sutiles, e incluso a que
muchos autores prefieran prescindir de una noción tan
sobrecargada de connotaciones como está la del aspecto.
4º.- No obstante, se podría prescindir del término, pero
nunca de la noción, que se fundamenta, en español al
menos, en una distinción que, bajo marcas formantes
externas variables, se impone a pesar de todo. Esta
distinción es la del tiempo, donde podemos reconocer dos
dimensiones: la temporalidad externa, que sitúa el proceso
en relación a un punto de la línea cronológica o en relación
a otros procesos, estados o acciones; y la temporalidad
ligada al proceso mismo, el tiempo interno que necesita
todo proceso, por breve que sea, para su desarrollo interno.
5º.- Así pues, desde el plano conceptual, en principio
consideraremos el aspecto como una categoría gramatical
que se distingue de las demás que contiene el verbo porque
se refiere a la consideración por parte del sujeto de la acción
en sí misma frente a la temporalidad, que marca el momento
de la línea cronológica del tiempo en que el sujeto sitúa esa
misma acción, frente a la voz, que sitúa al sujeto en relación
al proceso como acción realizada o sufrida y en fin, frente al
60 Con esto no queremos decir que haya prioridad de uno de los dos
componentes (ontogenético o lingüístico) sobre el otro, sino que más
bien ambos se dan simultáneamente.
61 A esto se refiere precisamente el Principio de Relatividad lingüística
por el que se establece que cada lengua articula los datos del referente de
una cierta manera de cara a las necesidades de la cultura a la que sirve de
expresión. Véase Whorf, B.L. (1956) Lenguaje, pensamiento y
realidad,, Barcelona, Barral, eds, 1970.
62 A. López García: Fundamentos de Lingüística..., pág. 88: "Lo propio
del enfrentamiento de dos elementos o conjuntos de elementos en las
lenguas naturales es que por el hecho de darse, uno describe
—descriptor— al otro —descriptum— y al hacerlo lo limita creando una
frontera entre ellos" (...) "Una vez definidos (los elementos) l o
importante no son los elementos en sí, sino la oposición que contraen,
es decir la frontera que los diferencia" (pág. 89). Más adelante aplicamos
este planteamiento para establecer la gradación de los verbos auxiliares.
(Vid. nuestro apartado II.9).
63 A. López García: "La interpretación metalingüística...", pág. 152.
64 Guillermo Rojo por ejemplo nos hablaba de tiempo interno de la
acción, otros autores prefieren hablar de aspecto subjetivo.
40
El aspecto verbal
Éste es el principal objetivo del autor, explícito por otra
parte en dicho trabajo, de lo cual se deriva un tratamiento
menos pormenorizado de una de las realizaciones del
aspecto que en español tiene más frecuencia: las perífrasis
verbales —que por otro lado no se sitúan dentro del
paradigma del verbo español que se propone en dicho
estudio—, en favor de las formas que fundamentan
morfológicamente el aspecto en español: las formas
compuestas de la conjugación, que son las que expresan un
límite señalado, una delimitación (frente a las formas
simples que no lo señalan).
Éste es el principal valor de la categoría aspecto, por el
que se mide una forma verbal frente a otra, esto es, el valor
de realce que actúa como fondo descriptor del resto de las
formas de la conjugación en el sistema del aspecto.
Sin embargo, también las formas simples delimitan el
proceso de la enunciación, solo que lo hacen atendiendo
prioritariamente a la coherencia del sujeto con el predicado,
a la coincidencia entre ambos, o lo que es lo mismo, en
palabras del autor, a la coherencia temporal. Por eso,
ontogenéticamente, el primer tiempo que aparece en la
adquisición del lenguaje es el presente, y por eso también,
en español no es necesaria la morfologización del sujeto en
la conjugación65.
De esta manera, las formas simples son consideradas
tiempos y las formas compuestas aspectos, o mejor dicho,
en el sistema del tiempo nos encontramos con formas
simples que son tiempos y a la vez aspectoides no
delimitados (así como modoides: Indicativo y modos:
Subjuntivo e Imperativo) y en el sistema del aspecto
tenemos formas compuestas que son aspectos a la vez que
tiempoides (así como modoides: Indicativo y modos:
Subjuntivo e Imperativo: "a hablar!").
¿Dónde quedan nuestras perífrasis? No podemos
quejarnos pues el autor las sitúa dentro del sistema del
43
Montserrat Veyrat Rigat
44
El aspecto verbal
la no conveniencia mutua, que procuraremos indagar más
adelante.
La tercera de las cuestiones tiene una respuesta más
compleja puesto que se ve implicado el proceso de
auxiliación, que tiene su funcionamiento particular y que
será detenidamente analizado en el capítulo de la Perífrasis
verbal y el Verbo auxiliar, al que remitimos al lector.
Queda no obstante una apreciación más. Aceptamos con
el mismo buen grado, según hemos visto "acertar a decir"
que "acertar en elegir", mas no le damos el mismo valor. La
primera es una perífrasis aspectual mientras que la segunda
es una construcción léxica.
La razón de esta adscripción tiene que ver con los
criterios de determinación y delimitación perifrástica, por lo
que nos salimos igualmente del objetivo que nos habíamos
propuesto para el presente apartado. No obstante en el
capítulo II.5.A encontrará el lector una revisión de dichos
criterios.
¿Qué nos queda, pues, como modo de acción frente al
aspecto? Sencillamente el carácter lexemático de la primera
frente al carácter gramatical del segundo. Para nosotros,
modo de acción (Aktionsart, ordre du procès) es lo que
Guillermo Rojo llama carácter semántico del verbo, que no
tiene una realización gramatical (morfo-sintáctica) en el
sistema de la lengua y que viene a corresponder a lo que en
la lingüística eslava se entendía como "otros" aspectos, pues
en dichas lenguas, el aspecto (vid) venía representado por la
oposición de parejas de verbos, que se oponían
formalmente, mientras que además existían verbos que
significaban momentaneidad, duración, iteración,
complexividad... etc., y es lo que se tradujo por
Aktionsarten.
Aktionsart (modo de acción, ordre du procès) es pues la
interpretación que los gramáticos alemanes dieron a
aquellas modalidades o valores semánticos que tienen los
verbos eslavos por su propio lexema y que en ocasiones
coinciden, reductivamente hablando, con los valores
aspectuales de las oposiciones eslavas que suponen la
consideración de la acción como perfectiva, esto es con su
resultado, o bien imperfectiva, esto es atendiendo a su
duración y no a su resultado.
45
Montserrat Veyrat Rigat
De lo que se sigue que el verdadero aspecto es aquel
enfrentamiento entre formas delimitadas/no delimitadas (no
respecto a un origen, lo que llevaría a formas temporales en
español, sino delimitadas en cuanto al sujeto empírico de la
enunciación y del enunciado), fundamentadas
morfológicamente en español mediante la oposición de las
formas compuestas y las formas simples; y el modo de
acción es el carácter semántico de las raíces verbales.
¿Qué expresan las perífrasis verbales? Evidentemente,
puesto que de construcciones gramaticales se trata, nuestra
postura es que expresan aspecto, en su realce de la actitud
aspectual. Ahora bien, no por ello debemos ignorar la
traslación que ha sufrido el parámetro desde el que se mide
la aspectualidad. Actualmente las formas compuestas del
paradigma del verbo español delimitan el proceso desde la
temporalidad, es decir que su índice referencial es temporal;
de ahí que A. López no pueda evitar el referirse a la forma
habré hecho como un ante-futuro, tal y como A. Bello
señaló en su Gramática67, y de ahí también que la
consideración de las formas compuestas en la conciencia
del hablante sea la de formas temporales.
De todas formas, es sintomático que en el cuadro de la
propuesta de paradigma del verbo español que propone A.
López al que hemos aludido anteriormente, aparezcan las
formas simples y las compuestas, e incluso una eventual
perífrasis como ¡a hablar! para el modo imperativo del
tiempoide presente, pero ni una sola perífrasis verbal, ni
siquiera ir a +infinitivo que ya se considera expresión de
futuro como sustitución del sintético hablará. Y digo que
es sintomático porque él mismo nos advierte del hecho de
que su objetivo ha sido la fundamentación morfológica del
tiempo, modo y aspecto, lo cual consigue con su habitual
maestría, y ese es a nuestro entender el motivo de la
ausencia de las perífrasis verbales en el cuadro mencionado.