LIBERANDO AMERICA
En la América morena cantan esta advocación,
Madre Redentora, consuelo del corazón.
Chiquinquirá, Guadalupe, Coromoto y Asunción
con Lujan, el Carmen, Pilar y Presentación.
Cantarás también ayudarás, tu voz vendrá;
cantarás también ayudarás, tu voz vendrá:
Liberarás.
Escucha esta melodía (María de la Merced),
que tus hijos te dedican (María de la Merced),
desde México a Argentina (María de la Merced),
de Colombia a Venezuela (María de la Merced),
desde Chile hasta el Brasil (María de la Merced),
De Ecuador a Panamá (María de la Merced),
Guatemala hasta el Perú (María de la Merced),
de Italia a la vieja España. (María)Bis.
Y las aves sonorosas cantan en tu derredor,
coronas de estrella del más bello resplandor.
Águilas y Corredores con el Cóndor y el Quetzal,
con el Arrendajo, el Hornero y el Turpial.
Es la Orquídea con el Ceibo, la Cantuta y el Clavel,
Rosas y Copíhues forman tu bello docel.
ACTO PENITENCIAL
F. Leiva
Señor, Señor, Señor ten piedad (2)
Cristo, Cristo, Cristo ten piedad (2)
Señor, Señor, Señor ten piedad (2)
GLORIA EN EL CIELO, AL
DIOS ETERNO
Gloria en el cielo, al Dios eterno y en la tierra a
los hombres paz (2)
Te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te
damos gracias, te damos gloria, Dios poderoso,
Rey celestial, Padre de bondad.
Jesucristo, tu único Hijo, Señor, Cordero de Dios,
Hijo del Padre, quita los pecados, oye nuestro
ruego, Ten piedad.
A la derecha, Tú estás sentado, eres el Santo, eres
Señor, recibe gloria por Jesucristo, con el Espíritu
y el Padre celestial.
GÓZATE EN EL SEÑOR
W. Menacho
Gózate, alégrate en el señor (2)
Proclama mi alma la grandeza del señor, se alegra
mi espíritu en dios mi salvador, porque ha mirado
la humildad de su sierva.
Desde ahora me felicitaran todas las
generaciones, porque el poderoso, ha obrado en
mi, santo es su nombre.
El hace proezas con su brazo dispersa a los
soberbios de corazón, derriba del trono, a los
poderosos.
Enaltece a los humildes, a los hambrientos colma
de bienes, y a los ricos, los despide vacíos.
Auxilia a Israel su siervo, Acordándose, de la
misericordia, Como lo había prometido a nuestros
padres, a favor de Abraham y su descendencia por
siempre, por siempre.
NO SOLO EL VINO Y EL PAN
No sólo el vino y el pan, te venimos a ofrecer,
queremos darte algo más: Te entregamos nuestro
ser.
Como lo hizo María que tu mensaje escuchó, y
dijo un sí generoso para aceptar tu misión.
Hoy quedan sobre este altar nuestras vidas, oh
Señor. Haz que sepamos luchar para conservar tu
amor.
FAMILIA MERCEDARIA
Fr. Nacho Blasco, O. de M.
Hoy venimos, Madre, a recordar que somos tus
hijos, a quienes enseñaste a andar, que el camino
es llano si es camino en libertad, María, ven.
María de la Merced, guía nuestro caminar.
Hoy venimos Madre a celebrar que hace mucho
tiempo que somos familia ya, una gran familia,
dispuesta a liberar a todo aquel, a todo aquel, que
oprimido pueda estar.
Juntos podremos seguir dibujando sonrisas,
juntos, una vez más, Juntos podremos seguir
apostando por la libertad que Dios nos da, que
Dios nos da para luego entregarla al cautivo y
conducirle al abrigo que tu abrazo, María, le da.
El mismo abrazo que sentimos tus hijos en esta
gran familia. Familia Mercedaria.
Hoy venimos, Madre, a demostrar que no hay
distancias cuando es grande la amistad, que
aunque diferentes, late un mismo corazón. María,
tú. María, tú, llénalo de amor.
Hoy venimos, Madre, a festejar que como a
Nolasco, de Merced nos llenarás para ir por el
mundo derramando caridad. María, tú. María, tú,
enséñanos a amar.

MADRE DE LA MERCED
Virgen de la Merced, compañera de los pobres,
(2)
esperanza de una tierra que busca y grita
liberación (2).

Tú bien sabes, madre nuestra, que este pueblo

está sufriendo, y no quedan ganas de resistir. Y
unos pocos poderosos son los dueños del dinero,
de nuestras tierras y del país.

Tú bien sabes, madre nuestra que miramos para

el cielo buscando allí nuestra redención. Hoy
creemos que en la tierra, vas enfrente de tu
pueblo que busca y grita liberación.

Tú bien sabes, madre nuestra, que este pueblo

está herido por la injusticia, por la ambición. Te
elevamos la plegaria que podamos ver un día al
mundo libre de la opresión