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El modo correcto de pensar

Flipenses 4:8 Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo
justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si
algo digno de alabanza, en esto pensad.

¿Cómo influyen los pensamientos en tu vida y en tu realidad?


Ha quedado demostrado que los seres humanos no vemos la realidad como es, sino
como somos.
Nuestros pensamientos son un filtro entre lo que verdaderamente ocurre y lo que
nosotros sentimos.
De esta forma, si una amigo no me coge el teléfono y yo pienso que estará ocupada, me
sentiré bien. En cambio, si pienso que ha visto la llamada y no la ha cogido porque está
enfadada, me sentiré triste y traicionada.
El hecho objetivo ha sido el mismo pero la interpretación y el sentimiento consecuente no.
A menudo distorsionamos nuestros pensamientos por precipitarnos en las conclusiones con
presagios o predicciones, amplificando o minimizando el problema, con la autocrítica o
autoculpa o por sobregeneralización. Esto hace que nos sintamos como pensamos.
Las personas interpretamos la realidad en función de nuestros patrones de
pensamiento.
Estos se van formando desde nuestra infancia según la forma en que nos hablamos a
nosotros mismos.
Es por esto es de vital importancia enseñar a los niños desde pequeños a automotivarse, a
decirse palabras amables, a tener una actitud positiva y a creer en ellos mismos, para así,
ayudarlos a reforzar su autoestima, teniendo como resultado niños más felices y sanos en
todos los sentidos.
El diálogo interno que se produce en nuestra mente nos ayuda a interpretar la realidad y a
tomar decisiones que nos llevan a crear nuestras experiencias en la vida.
las palabras y nuestros pensamientos tienen un gran impacto en nuestro bienestar tanto
físico como emocional. Por eso es necesario reeducar nuestra forma de pensar y de
hablar de pautas positivas. Tenemos que cambiar nuestro diálogo interno y convertirlo en
afirmaciones positivas.

¿Y qué son las afirmaciones positivas? Pues son frases que repetidas de manera
consecutiva quedan grabadas en nuestro subconsciente y cambian nuestra forma de pensar.
Tienen como objetivo sustituir nuestros pensamientos negativos (esos que nos limitan y no
nos dejan avanzar) por otros positivos que nos hagan sentir mejor y ser más optimistas.

Todos nos sentimos desbordados en algún momento, pero tenemos el poder de decidir a qué
pensamientos les damos fuerza y a cuáles no dejamos lugar.

Es en este punto donde las afirmaciones positivas constituyen una gran herramienta para
moldear nuestros pensamientos.

Son las palabras de nuestra mente, y todos pensamientos y las palabras son órdenes.

Estas órdenes invisibles van formando la actitud que tendremos para enfrentar las
situaciones de la vida, dándonos las herramientas necesarias para realizar nuestros sueños.

Isaias 55:8
Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dice
Jehová. 9 Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros
caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.
La mente es algo que Dios nos ha confiado. Hay que cultivar las facultades de la mente. Hay que
usarlas con tanta sabiduría que aumenten en fortaleza. Cada cual debería usar los talentos que se le
han confiado de manera que hagan el mayor bien posible. Se debe educar la mente de tal manera
que aparezcan las mejores energías del alma y se desarrolle cada facultad. No deberíamos
conformarnos con una norma inferior. Deberíamos avanzar de una línea de progreso en la obra
hacia otra. Carta 106, 1901.
La Historia de Gedeon en jueces 6
11 
Y vino el ángel de Jehová, y se sentó debajo de la encina que está en Ofra, la cual era de Joás
abiezerita; y su hijo Gedeón estaba sacudiendo el trigo en el lagar, para esconderlo de los
madianitas. 12 Y el ángel de Jehová se le apareció, y le dijo: Jehová está contigo, varón esforzado y
valiente.
 14 Y mirándole Jehová, le dijo: Ve con esta tu fuerza, y salvarás a Israel de la mano de los
madianitas. ¿No te envío yo? 15 Entonces le respondió: Ah, señor mío, ¿con qué salvaré yo a Israel?
He aquí que mi familia es pobre en Manasés, y yo el menor en la casa de mi padre. 
 23 Pero Jehová le dijo: Paz a ti; no tengas temor, no morirás.
JESUS CONOCE LOS PENSAMINETOS
MATEO 9:4
. 4 Y conociendo Jesús los pensamientos de ellos, dijo: ¿Por qué pensáis mal en vuestros corazones? 

MATEO 15
11 
No lo que entra en la boca contamina al hombre; mas lo que sale de la boca, esto contamina al
hombre. 12 Entonces acercándose sus discípulos, le dijeron: ¿Sabes que los fariseos se ofendieron cuando
oyeron esta palabra? 13 Pero respondiendo él, dijo: Toda planta que no plantó mi Padre celestial, será
desarraigada. 14 Dejadlos; son ciegos guías de ciegos; y si el ciego guiare al ciego, ambos caerán en el
hoyo. 15 Respondiendo Pedro, le dijo: Explícanos esta parábola. 16 Jesús dijo: ¿También vosotros sois aún sin
entendimiento? 17 ¿No entendéis que todo lo que entra en la boca va al vientre, y es echado en la
letrina? 18 Pero lo que sale de la boca, del corazón sale; y esto contamina al hombre. 19 Porque del corazón salen
los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las
blasfemias. 20 Estas cosas son las que contaminan al hombre; pero el comer con las manos sin lavar no
contamina al hombre.

La mente es la mejor posesión que tenemos; pero debe ser adiestrada en la escuela de Cristo, el
mejor y verdadero educador que el mundo ha conocido, mediante el estudio, la reflexión y el
aprendizaje. El obrero cristiano debe crecer. Debe edificar el carácter para que sea útil; debe
adiestrarse a fin de soportar dificultades y ser sabio en la planificación y ejecución de la obra de
Dios. Debe ser un hombre puro mentalmente y en su conversación, alguien que se abstenga de toda
apariencia de mal y que no dé ocasión a la crítica por causa de sus maneras descuidadas. Debe ser
de corazón veraz; en sus labios no se debe hallar engaño. RH, 6 de enero de 1885.

El [Cristo] murió por mí para que yo pudiera ser bendecida y para que su gozo permaneciera en mí.
Por eso mantengo mi mente en este canal; la adiestro; adiestro mi lengua; adiestro mis
pensamientos; adiestro todo lo que hay en mí para poder aferrarme a Jesucristo. Ms 36, 1891.

Cada facultad de la mente. . . demuestra que Dios destinó nuestras facultades a ser ejercitadas, no a
permanecer inactivas. OE 294 (1880).

PROVERVIOS 4:23
 Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida.

La única seguridad para el alma consiste en pensar bien, pues acerca del hombre se nos dice: "Cual
es su pensamiento en su alma, tal es él" (Prov. 23: 7). El poder del dominio propio se acrecienta con
el ejercicio. Lo que al principio parece difícil, se vuelve fácil con la práctica, hasta que los buenos
pensamientos y acciones llegan a ser habituales. Si queremos, podemos apartarnos de todo lo
vulgar y degradante y elevarnos hasta un alto nivel, donde gozaremos del respeto de los hombres y
del amor de Dios. MC 392 (1905).
Vuestro último pensamiento de la noche, y vuestro primer pensamiento de la mañana, debieran
dirigirse a Aquel en quien se centra vuestra esperanza de vida eterna. NEV 118 (1895).
EFESIOS 4: 23-32

23 
y renovaos en el espíritu de vuestra mente, 24 y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la
justicia y santidad de la verdad. 25 Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su
prójimo; porque somos miembros los unos de los otros. 26 Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol
sobre vuestro enojo, 27 ni deis lugar al diablo. 28 El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo
con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece
necesidad. 29 Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la
necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes. 30 Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con
el cual fuisteis sellados para el día de la redención. 31 Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira,
gritería y maledicencia, y toda malicia. 32 Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos,
perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.

El carácter positivo y enérgico, sólido y fuerte que manifestó Cristo, debe desarrollarse en nosotros,
mediante la misma disciplina que él soportó. Y a nosotros se nos ofrece la gracia que recibió él. DTG
53, 54 (1898).

Los pensamientos deben concentrarse en Dios. Debemos dedicar nuestro esfuerzo más enérgico a
dominar las malas tendencias del corazón natural. Nuestros esfuerzos, nuestra abnegación y
perseverancia deben corresponder al valor infinito del objeto que perseguimos. Sólo venciendo como
Cristo venció podremos ganar la corona de vida. MC 361(1905).

Si permite que otros piensen por usted, sus energías se paralizarán y sus habilidades disminuirán.
Hay muchos cuyos intelectos se empequeñecen porque piensan sólo en temas comunes. Debería
luchar con problemas que lo obliguen a pensar y que le exijan el uso de las mejores facultades de su
mente. RH, 16 de abril de 1889.

Se aprende más acerca del verdadero refinamiento del pensamiento y los modales en la escuela del
divino Maestro, que por la observancia de reglas establecidas. Su amor, al llenar el corazón, da al
carácter esos toques de refinamiento que lo asemejan al suyo. Esta educación imparte una dignidad
nacida en el cielo y una noción clara de lo que es correcto. Da una dulzura al carácter y una
suavidad a los modales que jamás podrá igualar el barniz superficial de la sociedad elegante. Ed 241
(1903).

Algunas mentes se parecen más a una tienda de antigüedades que a cualquier otra cosa. Han
recogido y almacenado trozos sueltos de información, pero no saben cómo presentarlos en forma
clara y bien hilvanada. Lo que le da valor a estas ideas es la relación que tienen unas con otras.
Todas las ideas y declaraciones debieran estar unidas tan estrechamente como los eslabones de
una cadena. Cuando un ministro arroja un montón de conceptos ante la gente para que ésta los
recoja y los ponga en orden, sus esfuerzos se han perdido porque hay pocos que harán tal orden. Ev
471 (1886).

Si la mente humana desciende a un nivel bajo, generalmente se debe a que se la deja espaciarse en
hechos comunes, y no se la estimula a fin de que se ejercite para captar verdades nobles y
elevadas, tan duraderas como la eternidad. Algunas sociedades literarias e institutos están
ejerciendo casi universalmente una influencia totalmente contraria a la que pretenden tener, y están
causándole daño a la juventud. No siempre es así; pero siendo que ciertos individuos no santificados
asumen la dirección, y que los mundanos quieren que las cosas se hagan como a ellos les gusta,
sus corazones no están en armonía con Jesucristo. Se encuentran en las filas de los enemigos del
Señor, y no se sienten a gusto con los entretenimientos que podrían fortalecer y confirmar la
espiritualidad de los miembros de la sociedad. Se presentan asuntos de mala calidad, de bajo nivel,
que no elevan ni instruyen sino que sólo entretienen. Ms 41, 1900.

Durante las horas de vigilia la mente está constantemente ocupada. Si piensa en cosas sin
importancia, el intelecto se atrofiará y debilitará. Pueden surgir intermitentemente algunos
pensamientos brillantes; pero la mente no estará adiestrada para la reflexión sostenida y sobria. Hay
temas que requieren seria consideración. . . Al meditar en estos temas de interés eterno, la mente se
fortalece y el carácter se desarrolla. RH, 10 de junio de 1884.

Absténganse de todo mal. Los pecados comunes, por insignificantes que se los considere,
malograrán su concepto de lo moral, y borrarán la impresión del Espíritu de Dios. El carácter de los
pensamientos deja su impronta en el alma, y toda conversación de bajo nivel contamina la mente.
Toda mala obra arruina al que la lleva a cabo. Dios perdona al pecador arrepentido, pero aunque
esté perdonado, su alma estará malograda; la posibilidad que tiene la mente intacta de tener
pensamientos elevados, está destruida en este caso. El alma llevará para siempre las cicatrices. Por
lo tanto, busquemos esa fe que obra por el amor y purifica el corazón, para que podamos
representar el carácter de Cristo ante el mundo. RH, 8 de diciembre de 1891; (FE 195).

No deberíamos ser entremetidos o importunos, sino vivir sosegadamente nuestra religión, con la
vista puesta en la gloria de Dios. . . Entonces brillaremos como luces en el mundo, sin ruido ni
aspaviento. No necesitamos fracasar, porque está con nosotros Uno que es sabio en sus consejos,
excelente en sus obras y poderoso para cumplir sus propósitos. Obra por medio de sus
instrumentos, visibles e invisibles, humanos y divinos. Esta obra es grandiosa, y será llevada
adelante hacia la gloria de Dios, si todos los que se relacionan con ella efectúan sus tareas de
acuerdo con su profesión de fe. La pureza de pensamiento debe estimarse indispensable en la obra
de salvar a otros. El alma debe rodearse de una atmósfera pura y santa, una atmósfera que tienda a
vivificar la vida espiritual de todos los que la respiren. HHD 318 (1896).

No se puede sostener la vida del alma a menos que se la ponga en sujeción a la voluntad de Dios.
Hay que aplicar toda energía para hacer la voluntad divina. Si nuestros pensamientos permanecen
en Dios, serán guiados por el amor y el poder divinos. Por lo tanto, mi querida hija, viva de las
palabras que proceden de los labios de Cristo. Quiera Dios fortalecerla, bendecirla y guiarla. Siga
adelante y crea que si pide algo, lo recibirá. Carta 339, 1905.

Cristo vino para cambiar la corriente de sus [de los hombres] pensamientos y afectos. 1JT 68 (1859).

Extiéndase y elévese el alma para que Dios pueda concedernos respirar la atmósfera celestial.
Podemos mantenernos tan cerca de Dios que en cualquier prueba inesperada nuestros
pensamientos se vuelvan a él tan naturalmente como la flor se vuelve al sol. CC 100 (1892).

Las palabras" "os daré corazón nuevo" (Eze. 36: 26), significan, os daré una mente nueva. Ese
cambio de corazón va siempre acompañado por un claro concepto del deber cristiano, por la
comprensión de la verdad, que nos es proporcionada por la Palabra de Dios. CM 436,437 (ed. PP);
347 (ed. ACES) (1913).
Queremos que la gracia transformadora de Dios tome posesión de nuestra capacidad de pensar.
Podemos pensar el mal, podemos continuar manteniendo nuestras mentes concentradas en cosas
objetables, pero, ¿qué provecho lograremos? Toda nuestra experiencia asume la forma de lo que
contemplamos. Si contemplamos a Jesús, nos transformaremos a su semejanza. El siervo del Dios
viviente tiene en vista un propósito. Los ojos y oídos están santificados, y quien cierre sus ojos y
oídos al mal, se transformará. Ms 17, 1894.

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