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GENERALIDADES
El valor del agua para el bienestar humano es universal e incalculable. La
dotación de este recurso indispensable para la vida y el desarrollo, depende,
básicamente, de los sistemas naturales para la producción y regulación de los
flujos de agua y de la distribución espacial y temporal de la precipitación. El
acceso al agua potable y al saneamiento es un derecho humano básico,
reconocido por la Organización de las Naciones Unidas. Los Objetivos de
Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas y el plan 2030 establece
claramente, a través de su objetivo 6, la importancia de este recurso para la
productividad, los ecosistemas y la calidad de vida de los seres humanos. El
agua transversaliza todos los objetivos de desarrollo, es elemento fundamental
en la reducción de la pobreza, la producción de alimentos, para el desarrollo de
infraestructura de múltiplos usos, interviene en la calidad de vida y su gestion
adecuada en las cuencas repercute directamente en la sostenibilidad de las
zonas marino costeras y océanos.
La Región Centroamericana es conocida por la abundancia de Recursos
Hídricos, pero también es conocida como una de las regiones del mundo más
afectadas por el cambio y la variabilidad climática. Aunque la disponibilidad
general de agua se considera que ha permanecido relativamente constante, la
disponibilidad per cápita ha disminuido conforme la población y la actividad
económica se ha extendido. Al mismo tiempo, la exponencial contaminación ha
degradado la calidad del agua superficial y subterránea y ha reducido
efectivamente el suministro de agua para consumo humano en muchas
comunidades, en un ambiente de limitaciones económicas para la reutilización
del recurso o desarrollar nuevas obras de infraestructura hidraulica.
A pesar de que todos los países comparten al menos alguna cuenca con sus
vecinos, en términos generales, con pocas excepciones, no existe un
aprovechamiento conjunto y consensuado de las aguas. El agua es un
elemento integrador, pero la gestión del recurso hídrico es compleja e implica,
al menos, integrar el sistema natural y el humano. A través del uso del agua se
dan las interrelaciones económicas, ecológicas y sociopolíticas, algunas de las
cuales son competitivas o contrapuestas.
Desde hace varias décadas, la Región Centroamericana ha venido
experimentando modificaciones en su clima que afectan los patrones normales
de lluvia, su distribución espacial y temporal, duración e intensidad, así como
los ciclos y características de eventos extremos.
Tanto el aumento, como la disminución en la cantidad de lluvia en ciertas
áreas, afectan la disponibilidad y calidad del agua superficial y subterránea
necesaria para el consumo humano. Esto, aunado al aumento de población y
por lo tanto de la demanda de agua para todas las actividades productivas,
aumenta la presión sobre el sector hídrico.
RECOMENDACIONES
Los resultados del Foro del Clima deben llegar particularmente al sector
Agua Potable y Saneamiento, para lo cual hay que mejorar la
convocatoria a las instituciones involucradas de cada uno de los países.
Para ello se debe realizar una labor de información y convencimiento
que permita a las empresas encontrar la utilidad de este pronóstico y lo
incluya en sus programas de planificación y de Gestión del Riesgo.
Realizar un mapeo para identificar todas las instituciones públicas y
privadas, regionales o locales, que prestan el servicio en cada país.
Utilizar una estrategia basada en estudios de costo/beneficio, donde se
muestre que el beneficio de contar con esta perspectiva para enfrentar,
disminuir o mitigar los impactos que el déficit o el superávit de lluvia
puedan causar, es mayor que el costo de no planificar las actividades
necesarias que permitan hacer frente a dichos impactos, con el
consecuente corte del servicio, destrucción de infraestructura,
disminución en la facturación, etc., para mejorar la convocatoria.
Desarrollar en la Región una política de seguridad hídrica que incluya el
establecimiento de los servicios climáticos y mejore la gobernanza. Este
último concepto implica el desarrollo sostenible de los recursos hídricos,
mediante el diseño de políticas públicas y la movilización de recursos
sociales. (Para ser efectiva, la gobernanza debe ser transparente,
abierta, medible, participativa, comunicativa, sostenible, coherente,
equitativa, eficiente y ética.)
Establecer un rango de sistemas políticos, sociales, económicos y
administrativos para desarrollar y manejar los recursos hídricos y el
suministro de agua en los diferentes niveles de la sociedad, para mejorar
la mala gestión del agua que algunos participantes mencionaron.
Mejorar y apoyar los esfuerzos por proteger las cuencas, superficiales y
subterráneas, particularmente las binacionales o transfronterizas.
Elaborar políticas públicas de uso adecuado del agua, superficial y
subterránea, en zonas fronterizas.
Promover el desarrollo de infraestructura binacional o transfronteriza
para el servicio de agua potable y el saneamiento, transformado el agua
en un catalizador buena vecindad, paz y democracia entre los países.
Utilizar los servicios climáticos como una plataforma para trabajar
binacionalmente.
Transversalizar los servicios climáticos más allá de lo que los países
hacen en la actualidad.
Desarrollar políticas que permitan compensar la protección de servicios
ambientales.
Impulsar programas educativos e informativos que difundan los procesos
para la protección y el manejo integrado del recurso hídrico.
Revisar las actividades que como resultado de su producción deterioran,
por contaminación, la calidad de los cuerpos de agua superficial y
subterránea.
Manejar adecuadamente los conflictos que se presentan entre diferentes
usos y usuarios.
Minimizar la limitación al desarrollo generada por el uso del recurso.
Mejorar la escasa o nula inversión necesaria para actualizar la
infraestructura.
Mejorar la articulación Institucional.
Diseñar estrategias que aborden la falta de pago de los servicios ligados
al agua.
Elaborar y mejorar las políticas actuales relacionadas con la planificación
y manejo integrado del agua, que resultan poco claras, débiles o
inexistentes.
Actualizar el marco legal ya que en la mayoría de los países resulta
disfuncional, obsoleto y en ocasiones contradictorio.