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RESUMEN:

1. Ambiental: Las medidas de mitigación han de ser consideradas, especialmente, a la luz


de los principios preventivo y precautorio; por lo mismo, la obligación de monitoreo
ambiental no puede calificarse como una medida de mitigación. Si el recurso de protección
se ejerció en relación a un aumento de los contaminantes que el proyecto generará, procede
adoptar medidas de cautela que permitan dar una adecuada protección a los administrados,
incluyendo la suspensión de la calificación ambiental. .......................................................... 3
2. Decaimiento: De conformidad a lo previsto en el inc. 2º del art. 40 de la Ley Nº
19.880, si el procedimiento administrativo se dilata por más de seis meses y se halla
materialmente paralizado por un término largamente superior al indicado, corresponde
declarar la imposibilidad material de continuar dicho proceso. ............................................. 7
3. Contraloría: Si la Contraloría instruye a un Municipio para que adopte medidas
conducentes a obtener el reintegro de un pago de indeminización que no procedía, no puede
calificarse su proceder de irracional, caprichoso o antojadizo, toda vez que, en su proceder,
ha primado el interés público. Adicionalmente, al dirigirse a la Municipalidad, el
funcionario que debe restituir dichos recursos, carece de legitimidad activa para recurrir de
protección, sin perjuicio que pueda solicitar al órgano contralor la condonación de las
sumas. ................................................................................................................................... 13
4. Isapres: Constituye una actuación arbitraria e ilegal poner término unilateral a la
prestación de servicios de salud domiciliarios cuando técnicamente le asiste al paciente el
derecho para exigir que se mantenga a su respecto la hospitalización domiciliaria, en los
términos y por el prestador que la venía otorgando, al concurrir los supuestos establecidos
en las disposiciones pertinentes. La Isapre es responsable responsable y encargada de
designar y supervisar a un prestador idóneo, en términos integrales, con el objeto de
cumplir con la labor de servicio público que por mandato constitucional le corresponde
ejecutar. ................................................................................................................................ 17

Manual de Derecho Administrativo. Tomo I Conceptos y Principios:


https://www.derediciones.com/collections/manuales/products/derecho-administrativo-tomo-
i-conceptos-y-principios

Manual de Derecho Administrativo. Tomo II Acto Administrativo:


https://www.derediciones.com/products/derecho-administrativo-tomo-ii-acto-administrativo
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1. Ambiental: Las medidas de mitigación han de ser consideradas,


especialmente, a la luz de los principios preventivo y precautorio; por lo
mismo, la obligación de monitoreo ambiental no puede calificarse como una
medida de mitigación. Si el recurso de protección se ejerció en relación a un
aumento de los contaminantes que el proyecto generará, procede adoptar
medidas de cautela que permitan dar una adecuada protección a los
administrados, incluyendo la suspensión de la calificación ambiental.

0. Fecha: 03 de mayo de 2021


1. Materia: Derecho Ambiental
2. Palabras clave: Principio precautorio; principio preventivo; calificación
ambiental; medidas de mitigación; monitoreo ambiental.
3. Caso: Psicultura Curarrehue en Lago Villarrica
4. Recurrente: Comunidad Indígena “Reserva indígena Manuel Huiquirir”
Loft Quelhue
5. Recurrido: Comisión de Evaluación Ambiental de la Región de La
Araucanía
6. Recurso: Protección
7. Sala: Tercera
8. Redacción: Abogado Integrante señor Lagos
9. Rol: 94.952-2020
10. Integración: Ministros (a) Sr. Sergio Muñoz G., Sra. María Eugenia
Sandoval G., Sr. Jorge Zepeda A. (s) y los Abogados
Integrantes Sr. Jorge Lagos G. y Sr. Pedro Pierry A.
11. Votación: Unánime
12. Resuelve: Se revoca la sentencia apelada y, en su lugar, se declara que
se acoge el recurso de protección deducido por los actores, ya
individualizados, para el sólo efecto de adoptar como medida
de cautela la de suspensión de aplicación de la Resolución
Exenta N°35 de 25 de noviembre de 2019, mientras no se
resuelva la reclamación en la fase administrativa y, sin
perjuicio, de lo que se resuelva por el Tribunal Ambiental
competente.
13. Considerandos 7º a 11º: Las medidas de mitigación han de ser consideradas,
relevantes: especialmente, a la luz de los principios preventivo y
precautorio; por lo mismo, la obligación de monitoreo
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ambiental no puede calificarse como una medida de


mitigación. Si el recurso de protección se ejerció en relación
a un aumento de los contaminantes que el proyecto generará,
procede adoptar de medidas de cautela que permitan dar una
adecuada protección a los administrados, incluyendo la
suspensión de la calificación ambiental.

Hechos: Que en estos autos el abogado don Alex Heraldo Llancafilo Martínez en
representación de 65 vecinos de la cuenca del Lago Villarrica que individualiza y los
integrantes de la comunidad indígena “Reserva indígena Manuel Huiquirir” Loft Quelhue,
deducen recurso de protección en contra de la Comisión de Evaluación Ambiental de la
Región de La Araucanía, por haber dictado la Resolución Exenta N° 35 de 25 de noviembre
de 2019 que calificó favorablemente el proyecto “Modificación Psicultura Curarrehue,
Aumento de Biomasa”, cuyo titular es la Empresa Exportadora Los Fiordos Ltda.; acto que
según acusan, es ilegal y arbitrario, y conculca las garantías establecidas en el artículo 19
N° 2, 8 y 26 de la Constitución Política de la República, por lo que solicitan dejar sin efecto
la resolución impugnada o se adopten las medidas necesarias para restablecer el imperio del
derecho y asegurar la protección de los recurrentes.
Por sentencia de veintinueve de julio de dos mil veinte, la Corte de Apelaciones de Temuco
rechazó el recurso, por estimar que las cuestiones contenciosa administrativas de naturaleza
ambiental, exigen un procedimiento de lato conocimiento para su resolución, que escapa a
la naturaleza cautelar y de emergencia del recurso de protección, puesto que requiere
conocer y evaluar aspectos técnicos y legales que se encuentran entregados a la autoridad
administrativa y su control jurisdiccional a los tribunales ambientales.
En contra de dicha resolución se alzaron los recurrentes a través del respectivo recurso de
apelación.

Las medidas de mitigación han de ser consideradas, especialmente, a la luz de los


principios preventivo y precautorio; por lo mismo, la obligación de monitoreo
ambiental no puede calificarse como una medida de mitigación. Si el recurso de
protección se ejerció en relación a un aumento de los contaminantes que el proyecto
generará, procede adoptar de medidas de cautela que permitan dar una adecuada
protección a los administrados, incluyendo la suspensión de la calificación ambiental.
SÉPTIMO: Que, como ha quedado establecido en autos, la presente acción fue ejercida por
habitantes de la cuenca del Lago Villarrica quienes señalan que la Resolución de
Calificación N° 35, vulnera a su juicio la declaración de zona saturada, puesto que el
proyecto que se aprueba generaría un aporte adicional de fósforo disuelto, pasando a ser un
contaminante de la cuenca cualquiera sea el porcentaje de aumento de los contaminantes.
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OCTAVO: Que, la cuestión relativa a la contaminación de las aguas que plantean los
recurrentes debe analizarse en el contexto cautelar de esta acción de protección y, velando
porque los derechos de los recurrentes, que en este caso corresponde a una de las garantías
que se invocan como conculcadas y que corresponde al derecho a vivir en un medio
ambiente libre de contaminación no sean amenazados, perturbados o amagados en virtud de
dicha decisión.
NOVENO: Que, como ha quedado también asentado, el proyecto “Modificación
Piscicultura Curarrehue, Aumento de Biomasa” implica de acuerdo a la Resolución
recurrida un aumento en la producción de Fósforo Disuelto en 0,01 mg/L. En este contexto,
la defensa de los recurridos ha sido que el aporte de esta sustancia no será significativo y
que se estableció como condición el monitoreo a los 75 metros aguas abajo de la descarga,
comprometiéndose la empresa titular del proyecto a realizar informes semestrales el primer
año de aprobado el proyecto y anuales durante tres años sucesivos.
DÉCIMO: Que analizando los informes adjuntos al proceso y, teniendo especialmente
presente, que se trata de un proyecto en una zona saturada de Fósforo Disuelto - D.S. N°
43, de 19 de octubre de 2017-, las medidas de mitigación han de ser consideradas
especialmente a la luz de los principios preventivo y precautorio, tanto para anticiparse a un
escenario adverso y contemplar, desde luego, los cursos de acción que se implementarán,
que no es más que tener contemplada una planificación efectiva ante ciertos eventos
negativos, como por el hecho de brindar cautela previa para evitar la afectación posterior,
en todo lo cual, ciertamente, es relevante el establecimiento de distintos sistemas de
monitoreo para evidenciar la posible concreción del riesgo que se pretende evitar, pero
indudablemente este monitoreo no es una medida de mitigación en sí misma, deben
contemplarse las que corresponda para superar la contingencia que se originará si se
concreta el riesgo previsto y remediar sus efectos, por lo que la constatación de que se
sobrepasa alguno de los parámetros que establece la zona permite concluir que la cuenca
del Lago Villarrica se encuentra en condiciones de susceptibilidad de ser afectada por el
proyecto en cuestión.
UNDÉCIMO: Que, de lo anteriormente concluido queda claro que la defensa de los
recurridos se basa en el cumplimiento de una serie de medidas entre ellas de monitoreo, la
que a juicio de esta Corte no son suficientes, pues en el contexto de esta acción cautelar se
debe actuar incluso ante la amenaza a un derecho, y tal como lo exponen los autores
Marcelo Planiol y Jorge Ripert, “para prevenir los daños, la ley y los reglamentos
prescriben o prohíben determinados actos. Dado que se reputa que esos cuerpos legales
son conocidos por todos, su inobservancia constituye culpa”, a lo cual agregan, “pero, la
observancia de ellos no dispensa tampoco del deber de conformarse a la obligación
general de previsión. El que se ha amoldado a los reglamentos también será responsable si
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causa un perjuicio que pudo y debió prever” (Tratado Práctico de Derecho Civil Francés,
Tomo VI, página 720).
DUODÉCIMO: Que, en este contexto, el cumplimiento normativo alegado y la existencia
de un cuestionamiento judicial pendiente, respecto de la legalidad de la Resolución Exenta
N°35, tampoco justifican la no adopción de medidas de cautela que permitan dar una
adecuada protección a los administrados.
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2. Decaimiento: De conformidad a lo previsto en el inc. 2º del art. 40 de la Ley


Nº 19.880, si el procedimiento administrativo se dilata por más de seis meses
y se halla materialmente paralizado por un término largamente superior al
indicado, corresponde declarar la imposibilidad material de continuar dicho
proceso.

0. Fecha: 03 de mayo de 2021


1. Materia: Decaimiento del Procedimiento Administrativo
2. Palabras clave: Procedimiento Administrativo; Decaimiento; plazo, dilación
excesiva e injustificada; Imposibilidad material de continuar
el procedimiento; Ley Nº 19.880, art. 40, inc. 2º.
3. Caso: Batierra con Tesorero Provincial de Maipú
4. Recurrente: Humberto Baltierra Campos
5. Recurrido: Tesorero Provincial de Maipú
6. Recurso: Protección
7. Sala: Tercera
8. Redacción: Ministra señora Vivanco y de la prevención, sus autores.
9. Rol: 127.415-2020
10. Integración: Ministros (a) Sr. Sergio Muñoz G., Sra. Ángela Vivanco M.,
Sr. Rodrigo Biel M. (s), Sr. Juan Shertzer D. (s) y el
Abogado Integrante Sr. Pedro Pierry A.
11. Votación: Unánime, aunque se previene que, si bien el Ministro
Suplente señor Shertzer y el Abogado Integrante señor Pierry
concurren a la revocación del fallo en alzada, no comparten
los fundamentos contenidos en los razonamientos cuarto a
noveno de la sentencia.
12. Resuelve: Se revoca la sentencia apelada y, en su lugar, se acoge el
recurso de protección deducido, sólo en cuanto se ha
verificado, respecto del expediente administrativo Rol N°
10.000- 2011, seguido ante la Tesorería Provincial de Maipú
en contra del actor, la causal de terminación del
procedimiento prevista en el artículo 40 inciso segundo de la
Ley 19.880, consistente en la imposibilidad material de
continuar el proceso.
13. Considerandos 8º: Se producirá decaimiento del procedimiento
relevantes: administrativo, entre otras causas, cuando exista una
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imposibilidad material para continuar el procedimiento y que


la causa sobreviniente sea el cumplimiento del plazo legal,
produciendo que toda actuación posterior de la
Administración devenga en ineficaz por ilegalidad.
9º: De conformidad a lo previsto en el inc. 2º del art. 40 de la
Ley Nº 19.880, si el procedimiento administrativo se dilata
por más de seis meses y se halla materialmente paralizado
por un término largamente superior al indicado, corresponde
declarar la imposibilidad material de continuar dicho
proceso.

Hechos: Que, en la especie, don Humberto Baltierra Campos dedujo acción de cautela de
derechos constitucionales en contra del Tesorero Provincial de Maipú, fundado en que,
como consta en el expediente administrativo Rol N° 10.000-2011, tramitado ante el
recurrido, el 8 de abril de 2011 su parte fue requerida de pago respecto de las obligaciones
tributarias que son materia de dicho proceso, ocasión en la que, además, se trabó embargo
sobre dos vehículos motorizados.
Refiere que, por hallarse paralizado el citado expediente administrativo desde el 17 de junio
de 2015, su parte solicitó al recurrido, con fecha 29 de julio de 2019, que declarase la
prescripción o caducidad de las acciones de cobro, al tenor de lo prevenido en el artículo
201 del Código Tributario, petición que, sin embargo, fue denegada por resolución de 16 de
diciembre de 2019.
A continuación, indica que en el historial de las gestiones del expediente administrativo
consta que el cierre de la etapa administrativa del proceso se habría producido el 23 de
marzo de 2012, que el 21 de enero de 2013 siguiente se habría dictado una resolución por la
que se ordenó remitir los antecedentes al Juzgado Civil competente y que el 28 de marzo de
2013 se habría verificado la notificación del inicio de la etapa judicial del procedimiento,
actuaciones todas que, no obstante, no se llevaron a la práctica, a lo que adiciona que
posteriormente el citado proceso se extravió en la referida repartición pública. En cuanto a
las gestiones efectivamente concretadas, consigna que, además del requerimiento de pago y
del embargo realizado el 8 de abril de 2011, con posterioridad sólo consta una resolución de
17 de junio de 2015 que ordena ampliar el embargo, misma que, sin embargo, no ha sido
cumplida.
Asevera que los antecedentes no han sido derivados al juzgado civil competente y afirma
que la inactividad del recurrido en la prosecución del cobro se traduce en la pérdida de
eficacia del procedimiento, a la vez que constituye un proceder ilegal y arbitrario que
vulnera la garantía del N° 24 del artículo 19 de la Constitución Política de la República y
termina solicitando que se ordene al recurrido dictar, conforme a lo establecido en el
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artículo 14 de la Ley N° 19.880, una resolución que declare terminado el procedimiento


administrativo en comento, por desaparición de su objeto, en aplicación de la prescripción
establecida en los artículos 200 y 201 del Código Tributario, con costas.

Se producirá decaimiento del procedimiento administrativo, entre otras causas,


cuando exista una imposibilidad material para continuar el procedimiento y que la
causa sobreviniente sea el cumplimiento del plazo legal, produciendo que toda
actuación posterior de la Administración devenga en ineficaz por ilegalidad.
OCTAVO: Que, así las cosas, si bien el decaimiento de los actos de la Administración se
produce en el contexto del demérito o pérdida de eficacia primero por desaparición
sobreviniente de los presupuestos de hecho que ocasionan la imposibilidad de producir sus
efectos, en que la substancia o contenido del acto pierde su eficacia, y, en segundo lugar,
producto de su falta de legitimidad por antijuricidad del acto también con posterioridad a su
dictación, por alteración del ordenamiento jurídico sobre cuya base se dictó y que
determina que, en el nuevo escenario, el acto sea ilegal o, a lo menos ilegítimo. Así, el
profesor Enrique Sayagués Laso caracteriza los motivos del decaimiento en: a) Por la
desaparición de un presupuesto de hecho indispensable para la validez de un acto; b) Por la
derogación del precepto legal en que se funda el acto, cuando dicha regla es indispensable
para su vigencia, y c) Por modificación del régimen legal, en términos tales que constituya
un impedimento para el mantenimiento del acto, por lo que define esta causal como “la
pérdida de eficacia que experimenta un acto administrativo por circunstancias
supervinientes que hacen desaparecer un presupuesto de hecho o de derecho,
indispensable para su existencia” (“Tratado de Derecho Administrativo”, Editorial
Talleres Bianchi-Altuna, Montevideo, 1953, páginas 518 y 519, citado por Hugo A. Olguín
Juárez en “Extinción de los Actos Administrativos”, Universidad de Chile, páginas 268 y
269).
Vinculado a lo anterior, nuestro legislador hizo referencia a que el procedimiento puede
terminar tanto por “la desaparición sobreviniente del objeto del procedimiento” (art. 14)
como por la “imposibilidad material de continuarlo por causas sobrevinientes” (art. 40),
conceptos que están más bien referidos a circunstancias de hecho, como el fallecimiento del
solicitante de un derecho personalísimo o la destrucción del bien respecto del cual se
solicita el pronunciamiento favorable de la Administración, pero que nada impide darle
aplicación en relación a presupuestos de derecho, pues, en tal caso, la Administración
tampoco podrá actuar materialmente.
Ante la claridad del precepto del artículo 27, que “el procedimiento no podrá exceder de 6
meses” de duración en su sustanciación, contado desde su iniciación y hasta la decisión
final, como lo indicado por el Ejecutivo en su Mensaje, en orden a que el proyecto tiende,
precisamente, a solucionar los problemas derivados de considerar que a la Administración
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no le afectan los plazos y que su incumplimiento únicamente genera responsabilidades


administrativas, entre otros aspectos, se ha de concluir que existe una imposibilidad
material para continuar el procedimiento y que la causa sobreviniente es el cumplimiento
del plazo, razonable contexto en el que todo el actuar posterior de la Administración
deviene en ineficaz por ilegalidad. Teniendo presente que dentro de los presupuestos de la
institución en análisis no se encuentra descartado que el antecedente de la ilegalidad esté
previsto al momento de dictarse el acto, corresponde darle aplicación, en este caso, en torno
al procedimiento sustanciado. De resolver en sentido contrario, la ley no habría solucionado
una situación que expresamente contempló entre sus objetivos.

De conformidad a lo previsto en el inc. 2º del art. 40 de la Ley Nº 19.880, si el


procedimiento administrativo se dilata por más de seis meses y se halla materialmente
paralizado por un término largamente superior al indicado, corresponde declarar la
imposibilidad material de continuar dicho proceso. NOVENO: Que, en consecuencia, al
haberse extendido el procedimiento de que se trata en autos por más de seis meses y
hallándose materialmente paralizado por un término largamente superior al indicado,
corresponde declarar, de conformidad a lo previsto en el artículo 40 inciso segundo de la
Ley 19.880, la imposibilidad material de continuar dicho proceso.

Prevención Ministro Suplente señor Shertzer y el Abogado Integrante señor Pierry:


No cualquier dilación en la tramitación del procedimiento administrativo conlleva su
decaimiento, sino que sólo la amerita aquella que es excesiva e injustificada. Dicho
plazo debe considerarse en referencia a los plazos que el derecho administrativo
contempla para situaciones que puedan asimilarse, como los dos años que se establece
para la invalidación.
B.- Como resulta evidente, y, además, así ha sido declarado por esta Corte, para que un
procedimiento administrativo pueda ser calificado de racional y justo, la resolución que le
pone término debe ser oportuna, conclusión en la que adquieren especial relevancia los
principios de eficacia y eficiencia administrativa, consagrados en diversas disposiciones de
la Ley Orgánica Constitucional de Bases Generales de la Administración del Estado (y que
encuentran su correlato en el Estatuto Administrativo).
En efecto, el inciso 2° de su artículo 3 dispone que: “La Administración del Estado deberá
observar los principios de responsabilidad, eficiencia, eficacia, coordinación, impulsión de
oficio del procedimiento, impugnabilidad de los actos administrativos, control, probidad,
transparencia y publicidad administrativas y participación ciudadana en la gestión
pública, y garantizará la debida autonomía de los grupos intermedios de la sociedad para
cumplir sus propios fines específicos, respetando el derecho de las personas para realizar
cualquier actividad económica en conformidad con la Constitución Política y las leyes”.
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Por su parte, el inciso 1° del artículo 5 previene que: “Las autoridades y funcionarios
deberán velar por la eficiente e idónea administración de los medios públicos y por el
debido cumplimiento de la función pública”.
En tanto, el artículo 11 de la misma ley regula el llamado control jerárquico, y relaciona la
eficiencia y eficacia con la oportunidad en que se realiza la actuación administrativa. En
efecto, dispone que “Las autoridades y jefaturas, dentro del ámbito de su competencia y en
los niveles que corresponda, ejercerán un control jerárquico permanente del
funcionamiento de los organismos y de la actuación del personal de su dependencia.
Este control se extenderá tanto a la eficiencia y eficacia en el cumplimiento de los fines y
objetivos establecidos, como a la legalidad y oportunidad de las actuaciones”.
A continuación, el inciso 2° del artículo 52 señala que el principio de probidad
administrativa, consagrado actualmente en el artículo 8 de la Carta Fundamental, “consiste
en observar una conducta funcionaria intachable y un desempeño honesto y leal de la
función o cargo, con preeminencia del interés general sobre el particular”, mientras que el
artículo 53 vincula los principios de eficiencia y eficacia con la probidad administrativa. En
efecto, define la expresión “interés general” señalando que “exige el empleo de medios
idóneos de diagnóstico, decisión y control, para concretar, dentro del orden jurídico, una
gestión eficiente y eficaz. Se expresa en el recto y correcto ejercicio del poder público por
parte de las autoridades administrativas; en lo razonable e imparcial de sus decisiones; en
la rectitud de ejecución de las normas, planes, programas y acciones; en la integridad
ética y profesional de la administración de los recursos públicos que se gestionan; en la
expedición en el cumplimiento de sus funciones legales, y en el acceso ciudadano a la
información administrativa, en conformidad a la ley”.
Finalmente, el Nº 8 del artículo 62 indica que el principio de probidad administrativa es
infringido al “Contravenir los deberes de eficiencia, eficacia y legalidad que rigen el
desempeño de los cargos públicos, con grave entorpecimiento del servicio o del ejercicio
de los derechos ciudadanos ante la Administración”.
C.- La exposición de la normativa orgánica constitucional referida resulta trascendente,
pues a partir de ella la jurisprudencia ha decantado la institución del “decaimiento del
procedimiento administrativo”, que trae aparejada su extinción y pérdida de eficacia, y que
ha sido aplicada al constatar el transcurso de un tiempo excesivo por parte de la
Administración para la dictación de una resolución de término.
En tal sentido cabe consignar que la prolongación del juicio ejecutivo tributario, al menos
en una de sus fases, durante un período que a todas luces puede importar una contravención
al derecho del contribuyente moroso de ser juzgado dentro de un plazo razonable como
garantía del debido proceso, resulta inaceptable.
Desde esa perspectiva es necesario señalar que la razonabilidad en el trámite, como también
la conclusión de las diversas etapas de que se compone el procedimiento, con miras a la
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obtención de la decisión de término y su posterior ejecución, constituye, sin duda, un


presupuesto insustituible del debido proceso, en aras de obtener no sólo una justa, sino que
también una pronta resolución del conflicto, precaviendo que las autoridades competentes
incurran en dilaciones injustificadas durante el desarrollo del proceso, pues, de lo contrario,
es palmaria la afectación de la situación jurídica de las personas involucradas en él, al
transgredir el derecho fundamental al plazo razonable.
D.- Así, en la búsqueda de un criterio rector para dar por establecido el decaimiento del
procedimiento administrativo por el transcurso del tiempo, esta Corte ha considerado como
referencia los plazos que el derecho administrativo contempla para situaciones que puedan
asimilarse.
De acuerdo con lo dispuesto en el inciso 1° del artículo 53 de la Ley Nº 19.880, el plazo
que tiene la Administración para invalidar sus actos administrativos es de dos años. De ello
se sigue que resulta válido sostener que si la Administración deja transcurrir, de forma
injustificada, un lapso superior entre el inicio y término del procedimiento, se produce el
decaimiento del procedimiento administrativo y la consecuente extinción del acto
administrativo pertinente, perdiendo por lo tanto su eficacia, pues tal demora en la decisión
afecta el contenido jurídico del procedimiento administrativo transformándolo abiertamente
en ilegítimo y lesivo para los intereses del afectado, quien, al estar sujeto a un
procedimiento excesivamente extenso, ve afectado su derecho a la seguridad jurídica.
En este sentido conviene puntualizar que no cualquier dilación en la tramitación del
procedimiento administrativo conlleva su decaimiento, sino que sólo la amerita aquella que
es excesiva e injustificada.
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3. Contraloría: Si la Contraloría instruye a un Municipio para que adopte


medidas conducentes a obtener el reintegro de un pago de indeminización
que no procedía, no puede calificarse su proceder de irracional, caprichoso o
antojadizo, toda vez que, en su proceder, ha primado el interés público.
Adicionalmente, al dirigirse a la Municipalidad, el funcionario que debe
restituir dichos recursos, carece de legitimidad activa para recurrir de
protección, sin perjuicio que pueda solicitar al órgano contralor la
condonación de las sumas.

0. Fecha: 03 de mayo de 2021


1. Materia: Contraloría General de la República
2. Palabras clave: Contraloría General de la República; instrucción;
Municipalidad; reitegro de fondos públicos; legitimidad
activa.
3. Caso: Directora Escuela Inés Sylvester de Artozón de Talca
4. Recurrente: Verónica Elzabeth Mera Monasterio
5. Recurrido: Municipalidad de Talca y la Contraloría Regional del Maule
6. Recurso: Protección
7. Sala: Tercera
8. Redacción: Ministra señora Vivanco.
9. Rol: 94.900-2020
10. Integración: Ministros (a) Sr. Sergio Muñoz G., Sra. María Eugenia
Sandoval G., Sra. Ángela Vivanco M. y los Abogados
Integrantes Sr. Álvaro Quintanilla P. y Sr. Jorge Lagos G.
11. Votación: Unánime
12. Resuelve: Se revoca la sentencia apelada y se declara que se rechaza el
recurso de protección deducido.
13. Considerandos 9º a 11º: Si la Contraloría instruye a un Municipio para que
relevantes: adopte medidas conducentes a obtener el reintegro de un
pago de indeminización que no procedía, no puede calificarse
su proceder de irracional, caprichoso o antojadizo, toda vez
que, en su proceder, ha primado el interés público.
Adicionalmente, al dirigirse a la Municipalidad, el
funcionario que debe restituir dichos recursos, carece de
legitimidad activa para recurrir de protección, sin perjuicio
que pueda solicitar al órgano contralor la condonación de las
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sumas.

Hechos: Que doña Verónica Elizabeth Mera Monasterio ha deducido recurso de protección
en contra de la Municipalidad de Talca y la Contraloría Regional del Maule, por la
dictación – la primera – del Oficio Ordinario N°575 de fecha 12 de marzo de 2020, por
medio del cual se le comunica que debe reintegrar la indemnización percibida por término
de la relación laboral conforme al artículo 34 B del D.F.L. N°1/95 del Ministerio de
Educación, por la suma de $23.674.024, obligación de reintegro que le asiste conforme a lo
dispuesto en el Oficio N° 531 de fecha 27 de enero de 2020 – el segundo acto recurrido –
emanado del órgano contralor.
Expone que se desempeñaba como directora de la Escuela Inés Sylvester de Artozón de
Talca desde el 5 de noviembre del año 2012 y que mediante Decreto Alcaldicio N°7.335 de
fecha 14 de noviembre de 2017 se puso término a su relación laboral a contar del 5 de
noviembre del mismo año, ordenándose el pago de $23.674.024.
Expresa la recurrente que, con fecha 17 de marzo de 2020, fue notificada del Oficio
Ordinario N°575 de la Municipalidad mediante el cual se ordena el reintegro referido
conforme a lo instruido por la Contraloría Regional del Maule, fijando como plazo el 30 de
abril de 2020 para dar cumplimiento a dicha obligación. Agrega, que desde que se le pagó
la indemnización a la fecha de solicitud de reintegro han transcurrido dos años y cuatro
meses, lo que revela la desproporción e irracionalidad de la medida la que además atenta
contra la legítima certeza de propiedad sobre el dinero recibido.
Sostiene que lo instruido por la Contraloría Regional del Maule, tal como lo ha reconocido
el municipio recurrido, implica una errada ponderación de los antecedentes, ya que se puso
término a la relación laboral a contar del 5 de noviembre de 2017 ordenándose el pago de la
indemnización cuyo reintegro se reclama, posteriormente, se le notificó que ganó el
concurso directivo para la misma escuela en que se desempeñó como Directora
nombrándola en dicho cargo a contar del 2 de enero de 2018 por un período de cinco años,
por lo que estuvo 57 días desprovista de remuneraciones, cotizaciones previsionales y de
salud.
Arguye que siempre actuó de buena fe y ante un error del municipio no puede afectarse un
derecho adquirido, puesto que tal monto ya ingresó a su patrimonio.
Termina solicitando que se deje sin efecto el Oficio N°531 de la Contraloría Regional del
Maule como también el Oficio Ordinario N°575 de la Municipalidad de Talca, por ser este
último una consecuencia directa del primero; en subsidio, pide que se adopten las medidas
que se estimen necesarias para el restablecimiento del imperio del derecho, con costas.
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Si la Contraloría instruye a un Municipio para que adopte medidas conducentes a


obtener el reintegro de un pago de indeminización que no procedía, no puede
calificarse su proceder de irracional, caprichoso o antojadizo, toda vez que, en su
proceder, ha primado el interés público. Adicionalmente, al dirigirse a la
Municipalidad, el funcionario que debe restituir dichos recursos, carece de
legitimidad activa para recurrir de protección, sin perjuicio que pueda solicitar al
órgano contralor la condonación de las sumas. NOVENO: Que, de lo expuesto, puede
concluirse, para los efectos de resolver el recurso de protección en examen, que el
pronunciamiento de la Contraloría General de la República no puede ser tildada de ilegal,
puesto que el ente contralor se ha limitado a dar estricto y cabal cumplimiento a las
atribuciones y deberes que tanto la Constitución como el legislador le han impuesto. En
efecto, el Oficio N° 531 de 27 de enero de 2020 objeto del presente recurso emanado la
Contraloría Regional del Maule se dirigió al Alcalde la Municipalidad de Talca en éste se
determinó que respecto de la actora entre otros no se verifican los supuestos del artículo 34
B de la Ley N° 19.070, puesto que volvieron a concursar en los respectivos certámenes
resultando ganadores, por lo que sólo se podía disponer el pago de la indemnización
únicamente en el evento que hubiera perdido, sin que dicha conclusión se vea alterada por
el hecho que los cargos concursados hayan sido provistos después de finalizado sus
periodos de nombramientos.
En un segundo orden de consideraciones, instruye al Municipio para que adopte las
medidas conducentes a obtener el reintegro de las sumas correspondientes, además de
disponer un procedimiento disciplinario a fin de establecer eventuales responsabilidades
administrativas comprometidas en el pago descrito.
A su turno, tampoco existe antecedente alguno que permita calificar su proceder de
irracional, caprichoso o antojadizo, es decir, de arbitrario, toda vez que en su proceder ha
primado el interés público y el uso y aprovechamiento de los recursos financieros puestos a
disposición del municipio pesquisado.
DÉCIMO: Que, así las cosas, es claro que el Oficio Nº 531 contra el cual se recurre, no se
dirige a la actora, sino que a la Municipalidad de Talca a la cual efectúa diversas
instrucciones, toda vez que ésta es la institución auditada.
En otros términos, habiendo descartado un actuar arbitrio e ilegal del órgano contralor,
además el presente recurso no puede prosperar, toda vez que la recurrente carece de
legitimación activa para interponer este recurso en contra del oficio dirigido a la
Municipalidad de Talca por la Contraloría General de la República, Regional del Maule.
Ello sin perjuicio, que al amparo del artículo 67 de la Ley Nº 10.336, pueda solicitar al
órgano contralor la condonación de las sumas que el Informe recurrido ordena sean
restituidas o, en su caso, la concesión de plazo para el pago.
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UNDÉCIMO: Que, por su parte la Municipalidad de Talca no ha incurrido en ilegalidad o


arbitrariedad alguna, puesto que únicamente se limitó a notificar a la actora sobre la
necesidad jurídica de restitución de los fondos, al tenor de lo instruido por la Contraloría
Regional del Maule.
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4. Isapres: Constituye una actuación arbitraria e ilegal poner término


unilateral a la prestación de servicios de salud domiciliarios cuando
técnicamente le asiste al paciente el derecho para exigir que se mantenga a su
respecto la hospitalización domiciliaria, en los términos y por el prestador
que la venía otorgando, al concurrir los supuestos establecidos en las
disposiciones pertinentes. La Isapre es responsable responsable y encargada
de designar y supervisar a un prestador idóneo, en términos integrales, con el
objeto de cumplir con la labor de servicio público que por mandato
constitucional le corresponde ejecutar.

0. Fecha: 03 de mayo de 2021


1. Materia: Isapres
2. Palabras clave: Derecho a la vida; Derecho de igualdad ante la ley; Derecho
a la salud; Isapre; hospitalización domiciliaria
3. Caso: Hospitalización domiciliaria de niño
4. Recurrente: Aníbal Bruno Arias Seguel y Carla Ivonne Velásquez
Sagredo, ambos en favor de su hijo.
5. Recurrido: Isapre Banmedica S.A. y Servicios Clínicos Médicos
Domiciliarios San Juan de Dios Ltda.
6. Recurso: Protección
7. Sala: Tercera
8. Redacción: Abogado Integrante señor Pierry.
9. Rol: 117.174-2020
10. Integración: Ministros (a) Sr. Sergio Muñoz G., Sra. María Eugenia
Sandoval G., Sra. Adelita Ravanales A. y los Abogados
Integrantes Sr. Álvaro Quintanilla P. y Sr. Pedro Pierry A.
11. Votación: Unánime
12. Resuelve: Se revoca la sentencia apelada y, en su lugar, se declara que
se acoge el recurso de protección deducido, disponiéndose
que la recurrida Servicios Clínicos Médicos Domiciliarios
San Juan de Dios Ltda. deberá reanudar la prestación de
servicios de hospitalización domiciliaria, respecto del menor
en favor de quien se recurre, debiendo designar – para estos
efectos- la familia del paciente a un interlocutor distinto de
Aníbal Arias Seguel, padre de aquél, a efectos de la
intermediación cotidiana en el otorgamiento de las
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prestaciones de salud, asimismo, la Isapre recurrida deberá


otorgar la cobertura respecto del referido prestador
correspondiente a la atención domiciliaria referida hasta que
sus médicos tratantes determinen que la hospitalización
domiciliaria no es necesaria.
13. Considerandos 10º: La Isapre es la responsable responsable y encargada de
relevantes: designar y supervisar a un prestador idóneo, en términos
integrales, con el objeto de cumplir con la labor de servicio
público que por mandato constitucional le corresponde
ejecutar.
11º a 13º: Constituye una actuación arbitraria e ilegal poner
término unilateral a la prestación de servicios de salud
domiciliarios y la conducta omisiva de la Isapre, cuando
técnicamente le asiste al paciente el derecho para exigir que
se mantenga a su respecto la hospitalización domiciliaria, en
los términos y por el prestador que la venía otorgando, al
concurrir los supuestos establecidos en las disposiciones
pertinentes.

Hechos: Que en estos autos, se ha ejercido esta acción cautelar por la parte recurrente en
razón del acto de las recurridas, que califica como ilegal y arbitrario, consistente en poner
término unilateral al contrato de prestación de servicios de hospitalización domiciliaria
brindados en favor de su hijo menor de edad.
Refiere que a causa de la situación sanitaria de pandemia, se acordó con el prestador
médico de los servicios referidos, aislar el domicilio donde reside el menor, lo más posible,
de probables contagios. Se implementó un sistema de rotación de personal, dos técnicos
residirían en el domicilio familiar y una tercera acudiría cada dos días, metodología de
trabajo que no funcionó producto de restricciones impuestas por la empresa y por
problemas de convivencia en el domicilio, por lo que se le pidió al prestador que
implementara un protocolo de cuidados y limpieza para el nuevo escenario de pandemia
donde el personal técnico regresara a su domicilio al terminar su turno, cuestión no
cumplida por la recurrida, quien, además, finalmente dispuso, sin fundamento alguno, el
término al contrato de prestación de servicios de hospitalización domiciliaria, el retiro del
equipamiento y personal médico que atienden al niño referido.

La Isapre es la responsable responsable y encargada de designar y supervisar a un


prestador idóneo, en términos integrales, con el objeto de cumplir con la labor de
servicio público que por mandato constitucional le corresponde ejecutar. DÉCIMO:
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Que, es imprescindible señalar que la conducta de la Isapre recurrida deviene en


reprochable puesto que, ante una situación como la descrita, no debió desligarse del asunto
arguyendo que corresponde a un conflicto entre prestador y afiliado, toda vez que es ella la
responsable y encargada de designar y supervisar a un prestador idóneo, en términos
integrales, con el objeto de cumplir con la labor de servicio público que por mandato
constitucional le corresponde ejecutar, encontrándose compelida a involucrarse activamente
en brindar soluciones a los pacientes.

Constituye una actuación arbitraria e ilegal poner término unilateral a la prestación


de servicios de salud domiciliarios y la conducta omisiva de la Isapre, cuando
técnicamente le asiste al paciente el derecho para exigir que se mantenga a su respecto
la hospitalización domiciliaria, en los términos y por el prestador que la venía
otorgando, al concurrir los supuestos establecidos en las disposiciones pertinentes.
UNDÉCIMO: Que en los términos que han sido expuestos, no se advierte razón que
justifique y legitime la determinación de poner término unilateral a la prestación de
servicios de salud domiciliarios, así como tampoco la conducta omisiva de la Isapre
recurrida quien, sobre la base de febles razones se desentendió del conflicto, cuando lo que
le correspondía hacer era proponer canales de entendimiento y comunicación en beneficio
del paciente. Ninguna de estas conductas resultan aceptables desde la perspectiva de la
garantía constitucional de la igualdad, sin perjuicio que además ellas producen una
afectación del derecho a la protección a la salud que le asiste al menor.
DUODÉCIMO: Que, por lo tanto, es posible concluir que las recurridas han incurrido en
una actuación arbitraria e ilegal pues se encuentra acreditado en autos que técnicamente le
asiste al paciente el derecho para exigir que se mantenga a su respecto la hospitalización
domiciliaria, en los términos y por el prestador que la venía otorgando, al concurrir los
supuestos establecidos en las disposiciones pertinentes.
DÉCIMO TERCERO: Que, en consecuencia, con su actuar las recurridas afectaron la
garantía constitucional del recurrente contemplada en el artículo 19 N°1, 2 y 24 de la
Constitución Política, razón por la cual corresponde que se acoja el recurso deducido en los
términos que se indicarán en lo resolutivo del fallo.

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