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RESUMEN:
Hechos: Que en estos autos el abogado don Alex Heraldo Llancafilo Martínez en
representación de 65 vecinos de la cuenca del Lago Villarrica que individualiza y los
integrantes de la comunidad indígena “Reserva indígena Manuel Huiquirir” Loft Quelhue,
deducen recurso de protección en contra de la Comisión de Evaluación Ambiental de la
Región de La Araucanía, por haber dictado la Resolución Exenta N° 35 de 25 de noviembre
de 2019 que calificó favorablemente el proyecto “Modificación Psicultura Curarrehue,
Aumento de Biomasa”, cuyo titular es la Empresa Exportadora Los Fiordos Ltda.; acto que
según acusan, es ilegal y arbitrario, y conculca las garantías establecidas en el artículo 19
N° 2, 8 y 26 de la Constitución Política de la República, por lo que solicitan dejar sin efecto
la resolución impugnada o se adopten las medidas necesarias para restablecer el imperio del
derecho y asegurar la protección de los recurrentes.
Por sentencia de veintinueve de julio de dos mil veinte, la Corte de Apelaciones de Temuco
rechazó el recurso, por estimar que las cuestiones contenciosa administrativas de naturaleza
ambiental, exigen un procedimiento de lato conocimiento para su resolución, que escapa a
la naturaleza cautelar y de emergencia del recurso de protección, puesto que requiere
conocer y evaluar aspectos técnicos y legales que se encuentran entregados a la autoridad
administrativa y su control jurisdiccional a los tribunales ambientales.
En contra de dicha resolución se alzaron los recurrentes a través del respectivo recurso de
apelación.
OCTAVO: Que, la cuestión relativa a la contaminación de las aguas que plantean los
recurrentes debe analizarse en el contexto cautelar de esta acción de protección y, velando
porque los derechos de los recurrentes, que en este caso corresponde a una de las garantías
que se invocan como conculcadas y que corresponde al derecho a vivir en un medio
ambiente libre de contaminación no sean amenazados, perturbados o amagados en virtud de
dicha decisión.
NOVENO: Que, como ha quedado también asentado, el proyecto “Modificación
Piscicultura Curarrehue, Aumento de Biomasa” implica de acuerdo a la Resolución
recurrida un aumento en la producción de Fósforo Disuelto en 0,01 mg/L. En este contexto,
la defensa de los recurridos ha sido que el aporte de esta sustancia no será significativo y
que se estableció como condición el monitoreo a los 75 metros aguas abajo de la descarga,
comprometiéndose la empresa titular del proyecto a realizar informes semestrales el primer
año de aprobado el proyecto y anuales durante tres años sucesivos.
DÉCIMO: Que analizando los informes adjuntos al proceso y, teniendo especialmente
presente, que se trata de un proyecto en una zona saturada de Fósforo Disuelto - D.S. N°
43, de 19 de octubre de 2017-, las medidas de mitigación han de ser consideradas
especialmente a la luz de los principios preventivo y precautorio, tanto para anticiparse a un
escenario adverso y contemplar, desde luego, los cursos de acción que se implementarán,
que no es más que tener contemplada una planificación efectiva ante ciertos eventos
negativos, como por el hecho de brindar cautela previa para evitar la afectación posterior,
en todo lo cual, ciertamente, es relevante el establecimiento de distintos sistemas de
monitoreo para evidenciar la posible concreción del riesgo que se pretende evitar, pero
indudablemente este monitoreo no es una medida de mitigación en sí misma, deben
contemplarse las que corresponda para superar la contingencia que se originará si se
concreta el riesgo previsto y remediar sus efectos, por lo que la constatación de que se
sobrepasa alguno de los parámetros que establece la zona permite concluir que la cuenca
del Lago Villarrica se encuentra en condiciones de susceptibilidad de ser afectada por el
proyecto en cuestión.
UNDÉCIMO: Que, de lo anteriormente concluido queda claro que la defensa de los
recurridos se basa en el cumplimiento de una serie de medidas entre ellas de monitoreo, la
que a juicio de esta Corte no son suficientes, pues en el contexto de esta acción cautelar se
debe actuar incluso ante la amenaza a un derecho, y tal como lo exponen los autores
Marcelo Planiol y Jorge Ripert, “para prevenir los daños, la ley y los reglamentos
prescriben o prohíben determinados actos. Dado que se reputa que esos cuerpos legales
son conocidos por todos, su inobservancia constituye culpa”, a lo cual agregan, “pero, la
observancia de ellos no dispensa tampoco del deber de conformarse a la obligación
general de previsión. El que se ha amoldado a los reglamentos también será responsable si
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causa un perjuicio que pudo y debió prever” (Tratado Práctico de Derecho Civil Francés,
Tomo VI, página 720).
DUODÉCIMO: Que, en este contexto, el cumplimiento normativo alegado y la existencia
de un cuestionamiento judicial pendiente, respecto de la legalidad de la Resolución Exenta
N°35, tampoco justifican la no adopción de medidas de cautela que permitan dar una
adecuada protección a los administrados.
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Hechos: Que, en la especie, don Humberto Baltierra Campos dedujo acción de cautela de
derechos constitucionales en contra del Tesorero Provincial de Maipú, fundado en que,
como consta en el expediente administrativo Rol N° 10.000-2011, tramitado ante el
recurrido, el 8 de abril de 2011 su parte fue requerida de pago respecto de las obligaciones
tributarias que son materia de dicho proceso, ocasión en la que, además, se trabó embargo
sobre dos vehículos motorizados.
Refiere que, por hallarse paralizado el citado expediente administrativo desde el 17 de junio
de 2015, su parte solicitó al recurrido, con fecha 29 de julio de 2019, que declarase la
prescripción o caducidad de las acciones de cobro, al tenor de lo prevenido en el artículo
201 del Código Tributario, petición que, sin embargo, fue denegada por resolución de 16 de
diciembre de 2019.
A continuación, indica que en el historial de las gestiones del expediente administrativo
consta que el cierre de la etapa administrativa del proceso se habría producido el 23 de
marzo de 2012, que el 21 de enero de 2013 siguiente se habría dictado una resolución por la
que se ordenó remitir los antecedentes al Juzgado Civil competente y que el 28 de marzo de
2013 se habría verificado la notificación del inicio de la etapa judicial del procedimiento,
actuaciones todas que, no obstante, no se llevaron a la práctica, a lo que adiciona que
posteriormente el citado proceso se extravió en la referida repartición pública. En cuanto a
las gestiones efectivamente concretadas, consigna que, además del requerimiento de pago y
del embargo realizado el 8 de abril de 2011, con posterioridad sólo consta una resolución de
17 de junio de 2015 que ordena ampliar el embargo, misma que, sin embargo, no ha sido
cumplida.
Asevera que los antecedentes no han sido derivados al juzgado civil competente y afirma
que la inactividad del recurrido en la prosecución del cobro se traduce en la pérdida de
eficacia del procedimiento, a la vez que constituye un proceder ilegal y arbitrario que
vulnera la garantía del N° 24 del artículo 19 de la Constitución Política de la República y
termina solicitando que se ordene al recurrido dictar, conforme a lo establecido en el
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Por su parte, el inciso 1° del artículo 5 previene que: “Las autoridades y funcionarios
deberán velar por la eficiente e idónea administración de los medios públicos y por el
debido cumplimiento de la función pública”.
En tanto, el artículo 11 de la misma ley regula el llamado control jerárquico, y relaciona la
eficiencia y eficacia con la oportunidad en que se realiza la actuación administrativa. En
efecto, dispone que “Las autoridades y jefaturas, dentro del ámbito de su competencia y en
los niveles que corresponda, ejercerán un control jerárquico permanente del
funcionamiento de los organismos y de la actuación del personal de su dependencia.
Este control se extenderá tanto a la eficiencia y eficacia en el cumplimiento de los fines y
objetivos establecidos, como a la legalidad y oportunidad de las actuaciones”.
A continuación, el inciso 2° del artículo 52 señala que el principio de probidad
administrativa, consagrado actualmente en el artículo 8 de la Carta Fundamental, “consiste
en observar una conducta funcionaria intachable y un desempeño honesto y leal de la
función o cargo, con preeminencia del interés general sobre el particular”, mientras que el
artículo 53 vincula los principios de eficiencia y eficacia con la probidad administrativa. En
efecto, define la expresión “interés general” señalando que “exige el empleo de medios
idóneos de diagnóstico, decisión y control, para concretar, dentro del orden jurídico, una
gestión eficiente y eficaz. Se expresa en el recto y correcto ejercicio del poder público por
parte de las autoridades administrativas; en lo razonable e imparcial de sus decisiones; en
la rectitud de ejecución de las normas, planes, programas y acciones; en la integridad
ética y profesional de la administración de los recursos públicos que se gestionan; en la
expedición en el cumplimiento de sus funciones legales, y en el acceso ciudadano a la
información administrativa, en conformidad a la ley”.
Finalmente, el Nº 8 del artículo 62 indica que el principio de probidad administrativa es
infringido al “Contravenir los deberes de eficiencia, eficacia y legalidad que rigen el
desempeño de los cargos públicos, con grave entorpecimiento del servicio o del ejercicio
de los derechos ciudadanos ante la Administración”.
C.- La exposición de la normativa orgánica constitucional referida resulta trascendente,
pues a partir de ella la jurisprudencia ha decantado la institución del “decaimiento del
procedimiento administrativo”, que trae aparejada su extinción y pérdida de eficacia, y que
ha sido aplicada al constatar el transcurso de un tiempo excesivo por parte de la
Administración para la dictación de una resolución de término.
En tal sentido cabe consignar que la prolongación del juicio ejecutivo tributario, al menos
en una de sus fases, durante un período que a todas luces puede importar una contravención
al derecho del contribuyente moroso de ser juzgado dentro de un plazo razonable como
garantía del debido proceso, resulta inaceptable.
Desde esa perspectiva es necesario señalar que la razonabilidad en el trámite, como también
la conclusión de las diversas etapas de que se compone el procedimiento, con miras a la
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sumas.
Hechos: Que doña Verónica Elizabeth Mera Monasterio ha deducido recurso de protección
en contra de la Municipalidad de Talca y la Contraloría Regional del Maule, por la
dictación – la primera – del Oficio Ordinario N°575 de fecha 12 de marzo de 2020, por
medio del cual se le comunica que debe reintegrar la indemnización percibida por término
de la relación laboral conforme al artículo 34 B del D.F.L. N°1/95 del Ministerio de
Educación, por la suma de $23.674.024, obligación de reintegro que le asiste conforme a lo
dispuesto en el Oficio N° 531 de fecha 27 de enero de 2020 – el segundo acto recurrido –
emanado del órgano contralor.
Expone que se desempeñaba como directora de la Escuela Inés Sylvester de Artozón de
Talca desde el 5 de noviembre del año 2012 y que mediante Decreto Alcaldicio N°7.335 de
fecha 14 de noviembre de 2017 se puso término a su relación laboral a contar del 5 de
noviembre del mismo año, ordenándose el pago de $23.674.024.
Expresa la recurrente que, con fecha 17 de marzo de 2020, fue notificada del Oficio
Ordinario N°575 de la Municipalidad mediante el cual se ordena el reintegro referido
conforme a lo instruido por la Contraloría Regional del Maule, fijando como plazo el 30 de
abril de 2020 para dar cumplimiento a dicha obligación. Agrega, que desde que se le pagó
la indemnización a la fecha de solicitud de reintegro han transcurrido dos años y cuatro
meses, lo que revela la desproporción e irracionalidad de la medida la que además atenta
contra la legítima certeza de propiedad sobre el dinero recibido.
Sostiene que lo instruido por la Contraloría Regional del Maule, tal como lo ha reconocido
el municipio recurrido, implica una errada ponderación de los antecedentes, ya que se puso
término a la relación laboral a contar del 5 de noviembre de 2017 ordenándose el pago de la
indemnización cuyo reintegro se reclama, posteriormente, se le notificó que ganó el
concurso directivo para la misma escuela en que se desempeñó como Directora
nombrándola en dicho cargo a contar del 2 de enero de 2018 por un período de cinco años,
por lo que estuvo 57 días desprovista de remuneraciones, cotizaciones previsionales y de
salud.
Arguye que siempre actuó de buena fe y ante un error del municipio no puede afectarse un
derecho adquirido, puesto que tal monto ya ingresó a su patrimonio.
Termina solicitando que se deje sin efecto el Oficio N°531 de la Contraloría Regional del
Maule como también el Oficio Ordinario N°575 de la Municipalidad de Talca, por ser este
último una consecuencia directa del primero; en subsidio, pide que se adopten las medidas
que se estimen necesarias para el restablecimiento del imperio del derecho, con costas.
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Hechos: Que en estos autos, se ha ejercido esta acción cautelar por la parte recurrente en
razón del acto de las recurridas, que califica como ilegal y arbitrario, consistente en poner
término unilateral al contrato de prestación de servicios de hospitalización domiciliaria
brindados en favor de su hijo menor de edad.
Refiere que a causa de la situación sanitaria de pandemia, se acordó con el prestador
médico de los servicios referidos, aislar el domicilio donde reside el menor, lo más posible,
de probables contagios. Se implementó un sistema de rotación de personal, dos técnicos
residirían en el domicilio familiar y una tercera acudiría cada dos días, metodología de
trabajo que no funcionó producto de restricciones impuestas por la empresa y por
problemas de convivencia en el domicilio, por lo que se le pidió al prestador que
implementara un protocolo de cuidados y limpieza para el nuevo escenario de pandemia
donde el personal técnico regresara a su domicilio al terminar su turno, cuestión no
cumplida por la recurrida, quien, además, finalmente dispuso, sin fundamento alguno, el
término al contrato de prestación de servicios de hospitalización domiciliaria, el retiro del
equipamiento y personal médico que atienden al niño referido.