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Al respecto, afirma que los referidos ciudadanos como arrendatarios,

abandonaron el singularizado inmueble sin justificación alguna,

habiendo ocasionado además, daños materiales comprendidos – según


su dicho – por el desmantelamiento de ventanas, puertas, cielo rasos,

lámparas fluorescentes, ductos de aire acondicionado con sus rejillas


difusoras, protecciones de rejas, puertas y vidrieras, lavaplatos,

sanitarios, cajera de electricidad, sistema de alarma y detección de


incendio, aires acondicionados y tanque de agua; incumpliéndose así

con las disposiciones contractuales convenidas, especialmente las


contenidas en las cláusulas segunda, cuarta, quinta, séptima, décima

cuarta y décima quinta del contrato de arrendamiento fundamento de


la presente acción, por lo que se aperturó en contra de los

demandados un procedimiento administrativo por ante la Consultoría


Jurídica de la Intendencia de Seguridad del Municipio Maracaibo del

Estado Zulia, y conforme al cual se efectuó una inspección y se levantó


un informe sobre el estado en que se encontraba el bien arrendado.

En consecuencia, demandó el pago de los daños causados y de los


equipos y materiales desmantelados del inmueble arrendado más la

cancelación de la deuda por consumo del servicio público de agua


conforme al corte de cuenta de fecha 1 de octubre de 2004 emanada

de la oficina de Hidrolago, que arrojó como saldo deudor el monto de


UN MILLÓN DOSCIENTOS DIECINUEVE MIL OCHOCIENTOS TREINTA Y

CUATRO BOLÍVARES (Bs.1.219.834). Al respecto, manifiesta que los


daños de los materiales y equipos fueron calculados según el valor de
éstos en el mercado, montos que sumados con la deuda por consumo

de agua antes mencionada, concluyó con una exigencia total por tales
conceptos de DIECIOCHO MILLONES QUINIENTOS DOCE MIL

NOVECIENTOS TREINTA Y SIETE BOLÍVARES CON SESENTA CÉNTIMOS


(Bs.18.512.937,60).

Por último, se promovieron varias fotografías con la finalidad de


determinar las condiciones en que se encontraba el inmueble

arrendado, y con relación a lo cual debe advertir este Sentenciador,


que la doctrina ha sido reiterada en plantear como requisitos

indispensables para garantizar la autenticidad de este medio


probatorio, que la parte promovente por lo menos, mencione los datos

necesarios para comprobar la veracidad de las fotografías, tales como


las condiciones de lugar, fecha y hora de las mismas, quién tomó la

fotografía o nombre del fotógrafo, cámara utilizada, etc., pero muy


especialmente, se exige la consignación del negativo de las mismas,

todo ello en aras del cumplimiento con la garantía constitucional del


derecho a la defensa y la aplicación del principio de control de la

prueba, que permitiría a la parte contraria el uso efectivo de su derecho


procesal a contradecir los hechos o convenir en ellos (artículo

397 del Código de Procedimiento Civil), máxime cuando el artículo


502 del Código de Procedimiento Civil, establece la posibilidad del uso

de fotografías como medio de prueba, pero autorizadas por el Juez de


la causa; en consecuencia, con base a tales consideraciones, este
operador de jus

Conclusiones
Con la finalidad de realizar el pronunciamiento definitivo en la presente
causa, se hace imperativo esbozar ciertos lineamientos para
inteligenciar con precisión metodológica la decisión a ser proferida en
esta instancia, y al respecto, resulta oportuna inicialmente la cita de los
artículos 33 del Decreto con Rango y Fuerza de Ley de Arrendamientos
Inmobiliarios y 1.167 del Código Civil, en el siguiente sentido:
Artículo 33 del Decreto con Rango y Fuerza de Ley de Arrendamientos
Inmobiliarios: “Las demandas por desalojo, cumplimiento o resolución
de un contrato de arrendamiento, reintegro de sobrealquileres,
reintegro de depósito en garantía, ejecución de garantías, prórroga
legal, preferencia ofertiva, retracto legal arrendaticio y cualquier otra
acción derivada de una relación arrendaticia sobre inmuebles urbanos
y suburbanos, se sustanciarán y sentenciarán conforme a las
disposiciones contenidas en el presente Decreto-Ley y al
procedimiento breve previsto en el Libro IV, Título XII del Código del
Procedimiento Civil, independientemente de su cuantía.
Artículo 1.167 del Código Civil: En el contrato bilateral, si una de las
partes no ejecuta su obligación, la otra puede a su elección reclamar
judicialmente la ejecución del contrato o la resolución del mismo, con
los daños y perjuicios en ambos casos si hubiere lugar a ello.
La doctrina ha sido amplia y conteste en determinar que la acción
resolutoria es la facultad que tiene una de las partes en un contrato
bilateral, de pedir la terminación del mismo y en consecuencia ser
liberada de su obligación, si la otra parte no cumple a su vez con la
suya, fundamentándola en el equilibrio patrimonial de las partes, que
debe restablecerse entre las mismas y que quedaría roto si una de las
partes tuviese que cumplir su obligación sin habérsele a ella cumplido
a su vez.
En tal sentido, el autor E.M.L., en su obra “CURSO DE OBLIGACIONES.
DERECHO CIVIL III”, Caracas-Venezuela, págs. 516-518, manifiesta que
la doctrina ha señalado como efectos principales de la singularizada
acción resolutoria, los siguientes:
Establecido lo anterior, tomando base en las consideraciones
explanadas en el punto previo de este fallo mediante las cuales se

concluyó que la presente acción tiene como fundamento el


incumplimiento por parte de los demandados arrendatarios del

singularizado contrato, especialmente respecto a la obligación de


devolver el bien en las mismas condiciones en que fue entregado, así

como también, la prohibición de realizar modificaciones sin


consentimiento del arrendador y, el abandono de dicho inmueble, y

que según expresa la parte actora en su demanda, dicho


incumplimiento se circunscribe específicamente en las cláusulas

segunda, cuarta, quinta, séptima, décima cuarta y décima quinta del


contrato in comento.

Al respecto, se tiene principalmente el alegato de dicha parte actora


relativo al abandono del inmueble arrendado por parte de los
arrendatarios, actuación que se encuadraba en el contenido de la
cláusula décima cuarta del contrato sub litis, denominada “Cláusula de
Abandono”, la cual este Juzgador Superior se permite transcribir a
continuación:
En caso que LOS ARRENDATARIOS, abandonaren el inmueble arrendado,
sin haber notificado a LA ARRENDADORA, en este caso y habiendo tenido
noticias LA ARRENDADORA de estas circunstancias, esta podrá y así lo
autorizan LOS ARRENDATARIOS, practicar inspección judicial o una
inspección privada ejecutada por LA ARRENDADORA, y con la presencia de
dos (02) testigos que declaren sobre el abandono del inmueble y haberse
constatado el mismo, LA ARRENDADORA, podrá proceder al cambio de
cerraduras de puertas y ejercer cualquier acto de disposición sobre el
inmueble, toda vez que el abandono se compruebe, se entenderá como una
resolución de este contrato, por voluntad unilateral de LOS
ARRENDATARIOS, resolución que se verificará de pleno derecho sin
necesidad de pronunciamiento judicial y sin perjuicio del derecho que le
asiste a LA ARRENDADORA de demandar los cánones de arrendamiento
vencidos, que hayan quedado a deber LOS ARRENDATARIOS, de exigir el
pago de la Cláusula Penal, referida en este contrato y de cualquier otro
concepto que se obligan a pagar LOS ARRENDATARIOS según las
especificaciones de este contrato de acuerdo al artículo 1.616 del Código
Civil. PARÁGRAFO PRIMERA (sic): Se entenderá como abandono del
inmueble a los efectos de este contrato los siguientes hechos de LOS
ARRENDATARIOS: a) La falta de mobiliario, menaje, propiedad de LOS
ARRENDATARIOS. b) La no presencia física de LOS ARRENDATARIOS ó de
sus Empleados, en el inmueble por un período de Quince (15) días. c) Por el
estado en que se encuentre el inmueble, especialmente la falta de limpieza y el
estado de abandono que se observe. d) Cualquier otra circunstancia o hecho
que haga presumir la voluntad de LOS ARRENDATARIOS, de no continuar
con el arrendamiento del inmueble

Ahora bien, con relación al contenido de la cláusula séptima se aprecia


que concuerda con la norma legal establecida en los

artículos 1.594 y 1.595 del Código Civil, referida a la obligación del


arrendatario de devolver la cosa tal como la recibió, lo cual es tomado
como fundamento por la parte actora para alegar las consecuencias del
abandono del inmueble arrendado y exigir la indemnización por daños

y perjuicios ocasionados, y en efecto, frente a esta obligación,


el Código Civil establece en su artículo 1.597, la responsabilidad del

arrendatario en caso del deterioro que sufriere la cosa arrendada, que


en concatenación con lo preceptuado por los artículos 1.273 y 1.274

eiusdem, se le otorga el derecho al arrendador de exigir la


indemnización de daños y perjuicios, y en este sentido, el Sentenciador
se permite transcribir a continuación dicho articulado:

Al respecto, constata este suscrito jurisdiccional que el abandono del


inmueble por parte de los arrendatarios se produjo aproximadamente

para el mes de octubre del año 2003, sin embargo, hay que recordar
que los daños exigibles serán los de consecuencia inmediata y directa

de la falta de cumplimiento de la obligación (artículo 1.275 del Código


Civil), lo cual, si el bien fue abandonado, las consecuencias inmediatas

de esto, como se dijo están determinadas por el deterioro y


desmantelamiento de los accesorios del bien arrendado, que a su vez

establecen la contravención de la obligación referida a la entrega del


mismo en las condiciones recibidas, entrega que debería efectuarse

conforme a los términos del contrato en fecha 31 de diciembre de


2003.

Recordó que el Código Civil establece un proceso denominado


«procedimiento de abandono». Este indica que «cuando no se tiene
conocimiento de la ubicación de una persona, se desconoce si está viva o
fallecida, y no dejó apoderado. Para regularizar la situación de este inmueble
se declara el abandono»,

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