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Felipe Rodolfo Arella

Juan Federico Sosa

AGROINDUSTRIA
COOPERATIVA
Situación actual y perspectivas

E Editorial Letra Asociativa


Biblioteca Letra Asociativa

Serie Pantalla / 7 - Economía

Primera Edición Digital


Diciembre 2010
ISBN 978-987-26483-3-6
CDD 305.42
978-987-26483-0-5

Primera Edición Gráfica

©1988 Edilorial Felro / ISBN: 950-9877-00-X

Queda hecho el depósito que dispone la ley 11.723.

Compuesto e impreso en la Argentina.

Dibujo de Tapa: Istvan

Contacto: info@graficavolpina.com.ar -------- 011 4613-9415


INDICE

Nota acerca de la Segunda Edición 5

Prólogo de la Primera Edición:

“La industria cooperativa, un modelo de

acumulación viable”, por Antonio Ello Brailovsky 6

Introducción y síntesis 9

Capítulo I: La industria en el sector cooperativo 13

Capítulo II: Planes de desarrollo en países no industrializados 22

Capítulo III: Aspectos generales de la industrialización argentina 36

Capítulo IV: El por qué de una industria cooperativa 43

Capítulo V: Industria de la leche, del algodón, la carne y de los granos 51

1. SanCor y la industria láctea 51

2. Agroindustria de FACA 61

3. UCAL: industrialización del algodón 69

4. La industria de la Asociación 75

5. Manufactura de la carne en UNCOGA 92

Capítulo VI: Incidencia social de la industria 94

Capítulo VII: Panorama y características de la economía

mundial en nuestros días 98


ANEXO I: Cooperativas agropecuarias con actividad industrial

(selección) 112

• Unión Agrícola de Avellaneda 112

• Cooperativa de Productores de Río Colorado 114

• Cooperativa Agrícola Ltda. de Oberá 115

• Sociedad Cooperativa Agropecuaria Ltda. de Wheelwright 116

• Cooperativa Agropecuaria Río Santa Cruz Ltda. 117

• Liga Agrícola Ganadera de Junín 117

• Cooperativa Agrícola Ganadera Ltda. de Salto 119

• Sociedad Cooperativa de Tamberos de la Zona de

Rosario Ltda. (COTAR) 122

• Cooperativa Agraria de Río Atuel Ltda. 122

• COVIDOR 124

• Cooperativa de Comercialización y Transformación de

Colonia Juliá y Echarren Ltda. 125

• Cooperativa La Primera Avícola, Agrícola y de Consumo Ltda. 126

• Cooperativa Tambera de Paraná Ltda. (COTAPA) 127

Bibliografía 131
Nota acerca de la Segunda Edición

Han pasado dos décadas desde la fecha en que se realizó la primera edición de
este libro. En este lapso han ocurrido numerosos acontecimientos en nuestro país y
en el mundo, tanto de carácter económico como político, por lo que la reedición de
“Agroindustria Cooperativa” requiere el acompañamiento de breves notas que acla-
ren algunas situaciones actuales.
Aquí señalaré algunos hechos generales como, por ejemplo, que algunas co-
operativas primarias y federaciones ya no existen, por lo general como consecuen-
cia de malas administraciones, resultado de falta de capacitación actualizada de sus
directivos y funcionarios que no supieron prever situaciones derivadas de cambios
macroeconómicos y políticos. Pero no debemos dejar de lado que para las empresas
la falta de una política de Estado destinada a los sectores agropecuarios, industrial y
exportador, continúa siendo la causa de incertidumbres y de un permanente volver a
empezar en cada una de esas actividades económicas.
La idea fuerza que se sostenía en el trabajo original, acerca de la importancia
de la agroindustria argentina y del protagonismo que le podría caber al sector coope-
rativo por estar constituido por empresas de capital netamente argentino y con pro-
ductores y trabajadores argentinos, la seguimos manteniendo y vemos que la agroin-
dustria cooperativa puede tener nuevas realizaciones.
Al final de cada capítulo, cuando lo consideré necesario, introduje algunos
comentarios para actualizar situaciones que se produjeron en estas dos décadas. Esas
notas están editadas con una tipografía diferente para desprenderlas del texto original.

Felipe Rodolfo Arella
PRÓLOGO

La Industria Cooperativa,
un Modelo de Acumulación Viable

Este libro es algo más que un excelente estudio sobre un tema para el cual no
existe bibliografía, ni estadísticas, ni estudios previos. También es una propuesta.
Esta propuesta se inserta en un país cuya economía está detenida, donde el sector
público carece de fondos para la inversión, donde las empresas privadas reinvierten
en el exterior y donde el capital extranjero busca, antes que nada, la seguridad de una
veloz repatriación de beneficios. Precisamente en el momento en que parece difícil
que alguien quiera invertir en la Argentina, Arella y Sosa nos muestran un sector en
crecimiento dinámico.
Las cooperativas agrarias proyectan, producen, ponen en marcha nuevas fá-
bricas, exportan. Como no figuran en los censos discriminadas como tales, muchos
economistas han pasado por alto su importancia y su evolución reciente, de las cuales
hay algunas conclusiones que vale la pena sacar.
La principal de ellas se refiere a la existencia de incentivos diferentes para la
inversión productiva dentro del país en los diferentes tipos de empresas. Los análisis
tradicionales sobre el ciclo económico habían tendido a subestimar este aspecto. Se
sabía que hay épocas en las que las empresas producen e invierten más que en otras
y se llamó a las primeras fases expansivas y a las segundas fases recesivas de ese ciclo
económico. Pero las empresas eran analizadas como un todo, es decir, como un pro-
medio en el cual los movimientos contrapuestos no llegaban a visualizarse.
En el momento en que dejamos de creer en los promedios y comenzamos a
analizar casos concretos, nos encontramos con que la industria cooperativa tiene un
comportamiento diferente del que tiene el resto de las empresas, aún en medio de
una crisis calificada como la peor de nuestra historia. De los datos de este libro pode-
mos inferir que las empresas cooperativas parecen tener más respuestas ante la crisis

Agroindustria cooperativa │ 6
que otras formas de sociedades.
Esta hipótesis se vincula con un modelo de desarrollo que aparece como tras-
fondo a lo largo de este libro. Las conclusiones de Arel1a y Sosa sugieren asignar
un rol de mayor peso a las cooperativas de producción en el contexto de la política
económica. Antes habían sido marginales, con respecto a la evolución general de la
economía. Pero actualmente no es posible desconocer su carácter expansivo en una
sociedad estancada.
Cada orientación de política económica (o quizás cada etapa histórica) asig-
na roles distintos a los diferentes tipos de empresas. El sector agroexportador fue
dominante hasta el comienzo del peronismo. Perón basó su modelo de desarrollo
en las industrias pequeñas y medianas urbanas y en las grandes empresas públicas.
Los modelos de Frondizi y de Onganía apuntaron a buscar la radicación de grandes
industrias multinacionales. El último gobierno de facto asignó el rol principal a los
proveedores de servicios financieros o informáticos antes que a los productores de
bienes físicos.
En cada uno de estos casos, la decisión consciente, o la propia evolución de
los hechos, fueron definiendo un eje central, en torno del cual se articulaba el con-
junto de la evolución económica. Ese eje no solamente era el más dinámico, sino que
además imprimía su sesgo particular al conjunto. La lectura de este libro nos lleva a
preguntamos en qué medida las cooperativas de producción podrán cumplir un rol
de esa índole en la Argentina durante su fase de salida en esta crisis.
Esta pregunta podía haber sido calificada de utópica unos diez años atrás, cuan-
do los mecanismos de acumulación del capital parecían más aceitados que en la actu-
alidad. Se afirmará que hoy la evolución económica requiere empresas individuales
pequeñas y medianas. Pero, ¿por qué no pensar en asociaciones cooperativas de pe-
queños productores, agrarios e industriales? Por otra parte, ¿estamos tan seguros de
que ya no hay lugar para las empresas productoras pequeñas y medianas en nuestra
economía? ¿Estamos tan seguros de que la industria debe ser necesariamente urbana
y debe necesariamente concentrarse en las grandes ciudades? ¿O quizás estas certezas
formen parte de un modelo ideológico que afirma la inevitabilidad de los monopolios?

Agroindustria cooperativa │ 7
En 1895, Juan B. Justo explicaba en La Vanguardia, cifras en mano, de qué
manera los obreros panaderos podían asociarse y realizar la producción cooperativa,
con muy escasas inversiones que estaban efectivamente a su alcance. Se organizaron
cooperativas de consumo, pero las de producción parecían demasiado lejos del alcan-
ce de los sectores populares. Casi un siglo más tarde, cuando la crisis ha obligado a
revisar todas las certezas, las cooperativas de producción aparecen como una alter-
nativa para encontrar un modelo de acumulación del capital que sea viable.

Antonio Elio Brailovsky

Agroindustria cooperativa │ 8
Introducción y Síntesis

El trabajo se inicia con una visión sintética del desarrollo histórico de la in-
dustria cooperativa. De esa manera nos introduce en el tema y a la vez presenta una
modalidad en la cual las cooperativas pueden desenvolver sus actividades.
En el capítulo II se hace una exposición sobre los planes de desarrollo abordados
por países no industrializados. Se encara el problema del neocolonialismo y los alertas
lanzados por organismos internacionales, la Iglesia Católica y diversos gobiernos.
Estos son temas que nos tocan parcialmente de cerca porque la Argentina sufre
una crisis de identidad en materia industrial: no se puede decir que sea plenamente
un país industrial y tampoco se puede afirmar plenamente que no posea una indus-
tria más o menos desarrollada.
Los problemas más serios que tienen los países en vías de desarrollo son los
relativos a la tecnología y al financiamiento. Pero también se encuentran dificultades
en lo que se refiere a la infraestructura (falta de rutas pavimentadas, energía sufi-
ciente, etc.), capacitación técnica y mercado. Es natural que existan problemas de
infraestructura en países jóvenes, donde muchas cosas están por hacerse; y es histó-
ricamente lógico que encuentren dificultades en el mercado externo, donde naciones
viejas como son las europeas tienen desde hace mucho tiempo sus intereses y relacio-
nes. Por ejemplo: desplazar en Estados Unidos a los vinos franceses, que allí son una
tradición, es muy difícil para los bodegueros argentinos.
No obstante los riesgos que se corren en los países en vías de desarrollo, y tam-
bién en la Argentina, por las razones apuntadas, este trabajo destaca el margen posi-
tivo de la industria. Los países meramente agrarios no pueden competir en paridad
de condiciones con los industrializados. La industria es de suyo revolucionaria y abre
el horizonte productivo y comercial, así como el desarrollo urbano y la aceleración de
la movilidad social del pueblo. De tal manera que los beneficios que la misma puede
brindar son valiosos, siempre que los proyectos se elaboren en base a estudios serios,
con las técnicas más confiables, con diagnósticos precisos y eficiencia empresaria.

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Se explican luego las características económicas de nuestro país, especialmen-
te su condición agro-exportadora; y el manejo político que se hizo de los recursos del
campo a fin de favorecer a determinados intereses. De esa manera se advierte que los
grandes productores rurales desalentaron a la industria nacional, aún aquella desti-
nada a elaborar la materia prima que brindaba generosamente el campo en la pampa
húmeda.
La constitución de cooperativas agrarias, primarias y de segundo grado, modi-
ficó al campo argentino y contribuyó al trabajo solidario, así como a la promoción del
pequeño y mediano productor. De esa manera el cooperativismo sentaba las bases
para eliminar la intermediación innecesaria. Sin embargo, especialmente por falta de
capital, las cooperativas aún no han desarrollado todo su potencial en la materializa-
ción de programas agro industriales, aunque se encuentran en el momento oportu-
no para analizar su rol como factor dinamizador de la industria nacional encarando
proyectos concretos, modernos y ajustados a la realidad de los mercados nacional y
del exterior.
El trabajo expone posteriormente (Capítulo IV) un panorama actual de la in-
dustria del sector cooperativo agropecuario. Es un inventario. Sin lugar a dudas es
conveniente conocer globalmente lo que se hizo en esta materia, porque de esa mane-
ra se pueden formular diagnósticos aproximados sobre la realidad, sus limitaciones y
posibilidades. En este orden de cosas la obra señala la cantidad de cooperativas que
tienen industrias en las siguientes materias: alimentos balanceados, molinos arroce-
ros, productos lácteos, panificación, vinos, productos enlatados, molinos yerbateros
y de té, procesamiento de legumbres, molinos harineros, avícolas, desmote de algo-
dón, hilanderías, aceites vegetales, frigoríficos y fábrica de torniquetes.
Se subrayan, además, las posibilidades comerciales que tiene la producción
industrial cooperativa. En efecto, los productos pueden colocarse en gran medida en
ese mercado propio que forman en el país las cooperativas, estableciendo un circuito
entre aquellas entidades que producen y las que están organizadas por consumidores.
Los autores del trabajo tuvieron en cuenta la incidencia social de la industria,
particularmente como factor interesante para corregir las deformaciones de carácter

Agroindustria cooperativa │ 10
demográfico. Se analiza el fenómeno del éxodo rural y las motivaciones que tuvieron
los habitantes del campo para dejar la tierra y pequeños poblados y dirigirse a los
grandes centros urbanos en busca de mejores horizontes para vivir, o de un tipo de
trabajo adecuado a sus conocimientos técnicos y profesionales o, en el peor de los
casos para desempeñarse como manos de obra de baja calificación.
Se afirma en esta obra que la elaboración de parte de la materia prima en el
mismo lugar donde se cosecha, para abastecer el mercado regional es un factor pri-
mordial para evitar el éxodo rural y la constante pérdida de recursos humanos y mano
de obra en el campo. Especialmente la juventud del medio agrícola, generalmente hi-
jos de productores, podrá permanecer junto a la familia y aplicar su conocimiento en
alguna industria cooperativa local.
El capítulo VI ofrece un informe acerca de la economía mundial de nuestros
días, con sus problemas derivados de la súper producción de materias primas agrí-
colas y energéticas, los bajos precios que se están pagando por esos productos y que
influyen directamente en nuestra economía nacional. Aquí también se aborda el tema
de buscar nuevos mercados para los productos tradicionales de exportación y la ne-
cesidad de encarar con seriedad y firmeza una integración económica regional para
afrontar la crisis económica mundial.
El sector cooperativo agropecuario, por sus relaciones comerciales estableci-
das con otros países está en condiciones de representar un papel de suma impor-
tancia en la apertura y consolidación de mercados vinculándose con organizaciones
cooperativas de consumidores existentes en numerosas naciones.
Por último, en el ANEXO I, el trabajo expone algunos ejemplos de industrias
cooperativas, que en este momento están marcando el camino a seguir. Son los casos
de las fábricas de aceites vegetales, de alimentos balanceados y frigoríficos; las nume-
rosas plantas de productos lácteos; la industria del algodón con sus plantas desmo-
tadoras, hilanderías y algodón hidrófilo; la industria conservera; la producción de vi-
nos, etcétera. En el ANEXO II se exponen algunos cuadros referidos a la producción,
comercialización y participación argentina en el comercio mundial de los principales
productos agropecuarios (cereales, oleaginosos, textiles, carnes, leche) y la estructu-

Agroindustria cooperativa │ 11
ra porcentual de las exportaciones totales de la Argentina. La atenta observación de
los datos suministrados permitirá al lector interesado sacar sus propias conclusiones
acerca de la actividad del sector, su evolución y perspectivas. También se presentan
dos series estadísticas sobre la participación del cooperativismo en la exportación de
granos y de frutas.1*
En síntesis, lo que busca este ensayo es ubicarnos, saber lo que se ha hecho,
lo que se puede hacer y los riesgos que se corren. Las cooperativas agrarias tarde o
temprano tendrán que analizar el rol que les cabe cumplir en la industria del país, las
posibilidades económicas y los beneficios para los asociados que se derivan de la mis-
ma y, aún, el peso político que pueden adquirir a través de la actividad industrial. Si
un país se dedica exclusivamente a la producción agropecuaria se debilita económi-
camente. Esa producción agropecuaria es fundamental en este mundo, pero el poder
político y financiero está más cerca de la industria, del comercio y de sus dueños. Por
eso adquiere relevancia la conjunción, en los programas agroindustriales, de ambos
sectores productivos, un asunto que nuestras cooperativas agrarias pueden concretar
de una manera positiva.
Remontada la dificultad de encontrar datos estadísticos, catálogos de produc-
tos, personal empleado y energía consumida, entre otros ítems, para apreciar ade-
cuadamente la participación real del cooperativismo en la industria argentina, los
autores entregan esta obra con la doble finalidad de dar a conocer la realidad y po-
tencialidades del sector agropecuario cooperativo y, también, de alentar a otros in-
vestigadores a sumar sus esfuerzos al desarrollo de un tema que hasta el presente no
había sido sistemáticamente abordado.

1 *
En la presente edición fue suprimido el Anexo II por considerar que los datos volcados en los cua-
dros están totalmente alejados del interés del lector del año 2010. Las cifras de esos cuadros pueden encon-
trarse en los Números Estadísticos de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.

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CAPITULO I

La Industria en el Sector Cooperativo

Antecedentes modernos

Las primeras expresiones industriales del sector, como la cooperativa de Te-


jedores de Fenwick, Escocia (1761), y la cooperativa de Ebanistas creada por Buchez
en París (1832), son para nosotros artesanías y como tal pueden calificarse de pre-
industria. No obstante, son muestras suficientes para relacionarlas con las aspiracio-
nes obreras de la época y dentro del contexto de la revolución industrial.
Dos discípulos de Saint-Simon, el mencionado Philippe Buchez (1796-1865) y
el líder social Louis Blanc (1812-1882), figuran como teóricos y fundadores de las co-
operativas de producción en Francia y en este campo son pioneros. Esas cooperativas
de producción tuvieron y tienen una relación directa con la industria. Buchez logró
fundar, además de su efímera cooperativa de Ebanistas, la Asociación de Joyeros en
Dorado (1834), que subsistió con relativo éxito hasta 1873. Su prédica la desarrolló
en distintos medios y especialmente en el periódico “L’Europeen” que él mismo fun-
dó en 1832.
Con acción intensa Louis Blanc amplió el horizonte, pasando del mundo de los
artesanos a propuestas de una gran industria. Se dirige a la masa obrera asegurándo-
le que el medio es la asociación, el núcleo concreto del taller social, la consecuencia
inmediata el derecho al trabajo y el resultado final el bienestar de todos. Resume su
pensamiento en “L’Organisation du travail” y establece las bases de la cooperación
obrera. En 1848 funda en París la primera asociación obrera de producción (Taller
social), destinada a la confección de uniformes para la Guardia Nacional. Luego su
idea se politiza y se estatiza, desapareciendo el Taller social para dar .lugar al Taller
nacional y tergiversando el pensamiento original de Louis Blanc.
Pero en la cooperación moderna el movimiento tiene un punto de partida, la
Rochdale Society of the Equitables Pionners (1844); y se constituyó pensando seria-

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mente en la industria. En efecto, una de las proposiciones aprobadas por unanimi-
dad en 1854 y publicada como tal en el “Almanaque” de la Sociedad, se formuló de
la siguiente manera: “Iniciar la fabricación de los artículos que la Sociedad estimare
conveniente para proporcionar trabajo a los miembros que estuvieran desocupados o
sujetos a repetidas reducciones de su salario”.
El programa industrial de los Pionners empezó a concretarse antes, en 1850,
con la cooperativa denominada “Sociedad del Molino Harinero del Distrito de Ro-
chdale”; y luego, ya en 1854, con la “Sociedad Cooperativa Manufacturera de Ro-
chdale”, la cual logró instalar dos hilanderías y dio comienzos a la industria textil
cooperativa en Inglaterra.
Esta inserción del cooperativismo en el seno de la llamada Revolución Indus-
trial, cuando aún dominaba el capitalismo manchesteriano, tiene un profundo senti-
do humano y social. Para los pioneros no se trataba sólo de fabricar y de ganar, sino
de fabricar para que no haya desocupados y para mejorar las condiciones de vida. Es
decir, no se conformaba con el hecho de estar ocupado e integrar el número de asa-
lariados, sino que aspiraba a la justicia social y a ser dueño de su propio destino. El
hombre cooperativo no se concibe como objeto, esclavo, mercancía o cifra tabulada
por un estado o por una empresa.
Con los principios de la cooperación moderna se puede rescatar en el campo
industrial la justicia para los obreros, es decir, para los agentes directos de la mano
de obra. Aquella proposición de los pioneros anunciada más arriba, que contempla-
ba el problema de la desocupación, tiene una actualidad inequívoca, tanto en países
industrializados como en los que están en vías de desarrollo. La situación europea no
es tan seria como después de las grandes guerras; sin embargo el porcentaje de los
desocupados se considera grave en los países de la Comunidad Económica Europea.
En otros países subsiste la emigración por razones laborales y un mercado negro (nar-
cotráfico, prostitución, contrabando, etc.) generado en parte por la falta de empleo.
El Molino Harinero y la Manufacturera textil de Rochdale son exponentes de
una industria alimentada por la materia prima del agro. Además existen numerosos
ejemplos de cooperativas de industria láctea, anteriores y posteriores a Rochdale,

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como la Quesería cooperativa de South Trenton, de Nueva York (1810); la Primera
Quesería Cooperativa de Noruega (1856); y la primera industria mantequera de Las
Charantes (1875). Estos ejemplos demuestran que el movimiento cooperativo tiene
posición tomada sobre la industria desde su origen.
Aún la primera ley cooperativa que existió en el mundo, The Industrial and
Provident Societies Act de Inglaterrra, concibió un cooperativismo con instituciones
dedicadas a la industria a nivel del conocido industrialismo inglés del siglo pasado y
a tono con la revolución industrial. Esta primera ley de cooperativas, promulgada en
1852, fue fundamental para las primeras. Industrias cooperativas inglesas, y, con la
enmienda de la ley en 1862, tuvo mejor futuro al promoverse la constitución de las
distintas Wholesales Societies.
Aquí tomamos a la industria en un sentido amplio, incluyendo artesanía e in-
dustria propiamente dicha; la industria derivada de la materia prima del agro y la
industria sofisticada; la industria como trabajo de los mismos socios y la industria
de cooperativas que apelan a obreros asalariados. En cualquier forma la industria
cooperativa es importante para la sociedad y tiene un futuro ya pronosticado por los
expertos.

Formas cooperativas de la industria

Es corriente apelar a una clasificación corporativa de las cooperativas, es decir,


a una tipificación de la actividad y de la misma institución según los diversos sectores
de la economía. Así tenemos cooperativas de vivienda, de consumo, agrarias o telefó-
nicas, etcétera.
Sin embargo, es posible y en nuestro caso conveniente adoptar un criterio dis-
tinto basado en el concepto de que la cooperativa es una asociación de personas. En
este sentido es necesario analizar la relación del asociado con la cooperativa y la rela-
ción de la cooperativa con los que trabajan en ella. En este sentido podemos afirmar
que la relación del socio con la entidad puede ofrecer dos categorías:

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● Simple adhesión: cuando existe relación del socio con la entidad en razón de
que adhiere a la misma. La relación o la participación del socio queda substancial-
mente definida por la adhesión, excluyendo el trabajo personal.

● Adhesión y trabajo: cuando además de la simple adhesión, el socio asume


un grado más profundo y vinculante al trabajar en la cooperativa como socio
(no como asalariado) y co-dueño de la misma.

La formalización de la simple adhesión puede estar acompañada de acciones


complementarias, como cuotas sociales o determinados aportes para capitalizar a la
cooperativa; pero en los casos de adhesión y trabajo, además de tales aportes, el socio
en persona aporta trabajo como operario, técnico o empleado de oficina.
El análisis de estas categorías fundadas en el criterio de la asociación de perso-
nas nos lleva a dos formas determinadas de la industria cooperativa, originadas en la
relación del socio con la entidad y de éste con alguna industria. Son ellas: cooperati-
vas industriales de suyo y cooperativas con industria agregada a la actividad que las
califica.
Aquí podemos responder a S. Dandapani cuando preguntaba: “si una coope-
rativa de consumo o una organización de cooperativas de consumo establece una
fábrica e invierte el capital necesario, pero contrata la labor requerida, ¿se la puede
denominan cooperativa industrial?”.
Opinamos que no es una cooperativa industrial a secas” es decir, no es una
cooperativa industrial de suyo o esencialmente industrial. Sin embargo, tenemos que
decir que es una cooperativa de consumo con industria. La calificación “de consumo”
indica lo esencial y lo que implica de suyo; y la expresión “con industria” señala lo que
se agregó.

Agroindustria cooperativa │ 16
Cuadro comparativo de las dos formas

Tipo de Forma industrial /


Categoría Beneficiarios
Cooperativa Relación Trabajo

Asociado productor
Asociado
1. Agrarias
consumidor
2. Consumo Con Industria y
A. Socio de simple Asociado propietario
3. Vivienda asalariados
adhesión Asociado
4. Electricidad no asociados
consumidor
5. Telefónicas
Asociado
consumidor

1. De Servicios:
Docentes
Gastronómicos
Médicos, etc. Recíprocamente
B. Socio de adhesión
co-dueños y Asociado trabajador
y trabajo
2. De Industria: asalariados
Gráfica
Textil
Láctea, etc.

Elaboración propia

Preferimos aquí hablar de cooperativas de trabajo directamente industrial.


Preferimos esta denominación, aunque no invalidamos otras. Los franceses y los in-
gleses las conocieron como “cooperativas obreras de producción” y “sociedades pro-
ductivas”, respectivamente. Antoine Antoni las denomina simplemente “cooperativas
de trabajo” -como en nuestro país-, pero en ese caso queda pendiente la distinción
entre cooperativas de trabajo y cooperativas industriales, porque existen entidades
de servicio que evidentemente son de trabajo, pero no son industriales.
Si se considera que los medios de producción son de propiedad de los socios o
si se establece una propiedad común de los mismos, por supuesto en el marco insti-
tucional, siempre en estas cooperativas la propiedad (capital, infraestructura, bienes
de capital, etc.) estará estrechamente ligada al socio. Pero además la gestión adminis-
trativa, el trabajo técnico y en general todo el quehacer industrial, está en manos de

Agroindustria cooperativa │ 17
los socios. Salvo excepciones, temporarias, no existe el asalariado. Todos los socios
trabajan; o, si se quiere, todos los que trabajan son socios. Y finalmente el beneficio
derivado de la producción es equitativamente, según el trabajo realizado, para los
socios. Esta clase de cooperativas revela un alto grado de cooperación y consecuencia
con el socio, es decir, con el hombre.
En el caso de cooperativas con industria, como las agrarias, su objetivo fun-
damental no se constituye ni se estructura para desarrollar con los socios y para los
socios, en una relación directa, la actividad industrial. Es decir, no es una cooperati-
va de trabajo industrial propiamente dicha o esencialmente dedicada a la industria,
sino una cooperativa agropecuaria o una cooperativa de consumo que complementan
su objeto social con determinada industria. No podemos llamarlas lisa y llanamente
cooperativas industriales, pero sí cooperativas con industria. El dueño de la industria
o de la planta industrial es la cooperativa, primaria o de segundo grado; el trabajo
industrial no lo realizan los socios, sino un personal asalariado. Entre las coo-
perativas con industrias se destacan las agropecuarias, las de consumo, las de vivien-
da y las de provisión.

Industria de cooperativas agropecuarias

Este tipo de sociedades cooperativas tiene un rol preponderante y reconocido


en todo el mundo respecto al desarrollo de programas agro-industriales. Dos factores
posibilitaron el crecimiento de esta industria: la formación de capitales genuinos y
de significación y la materia prima acopiada directamente. Y, aparte, la necesidad de
alimentos cada vez con mayor valor agregado que tienen los pueblos. En cambio las
cooperativas de trabajo industrial han padecido escasez de capitales y una materia
prima dependiente de intermediarios.
Juan Farrán Nadal señala el crecimiento europeo de la industria cooperativa:
“En la Comunidad Económica Europea, a medida que las sociedades cooperativas
han tomado más importancia, interviniendo en la industrialización y distribución de
los productos agrarios, ha aumentado su participación en el mercado. Esta es muy

Agroindustria cooperativa │ 18
elevada, con un 7,3% de la población dedicada a la agricultura”.
Es conocido el grado de organización, integración y desarrollo de las coopera-
tivas agropecuarias en nuestro país -1.404 cooperativas primarias y 11 federaciones
adheridas a CONINAGRO-, las cuales han logrado una base sólida para desarrollar la
industria. El futuro en industria alimenticia, textil, del cuero, de alimentos balancea-
dos, fertilizantes, etc., es promisorio y de un pronóstico evidente.
En nuestro país la industria láctea cooperativa ha logrado un nivel muy impor-
tante. “En el mercado lácteo -dice Juan Carlos Basañes-, las empresas cooperativas,
en forma integrada, son el principal factor. Una firma cooperativa (SANCOR) es la
principal empresa del mercado”. Figuran, además, la industria oleaginosa, vitiviníco-
la, frutihortícola y textil, con distinto nivel y porcentaje en el mercado.
Hace unos 15 años decía Mario Yuri Izquierdo: “Y llegamos a la tercera etapa:
la de la industrialización y transformación de las materias primas que producen el
agricultor o el ganadero. Es el proceso que hoy está en marcha y que ha alcanzado en
sus primeros pasos el mismo éxito que ha jalonado los anteriores, ofreciendo para el
futuro perspectivas insospechadas. Las fábricas cooperativas, distribuidas a lo largo
del país y en aumento constante, señalan la mayoría de edad de este movimiento en
el agrarismo argentino”. A Yuri Izquierdo se lo puede calificar de optimista exagerado
si comparamos sus afirmaciones con la realidad del momento, sin embargo, su pro-
nóstico tiene un fundamento.
Justamente estos conceptos nos ponen en el tema de nuestra obra. El rol del
cooperativismo agrario en la industria nacional, cuya importancia y significado ya no
se pueden soslayar.

Notas

Las cifras que sobre el sector cooperativo agrario brinda la Confederación de


Cooperativas Agropecuarias (CONINAGRO) en su página web a noviembre de
2010 son las siguientes:

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EL COOPERATIVISMO EN NUMEROS

120.000 productores empresarios asociados a cooperativas agropecuarias

300.000 trabajadores permanentes y transitorios en esas unidades agrarias

40.000 puestos de trabajo que están en forma directa en las cooperativas


agropecuarias de primer y segundo grado.

20.000 puestos de trabajo adicionales que dependen de estas cooperativas


en forma indirecta por la tercerización de los servicios de transporte y
distribución

Más de 500.000 personas dependen directamente del complejo agrario


cooperativo que se expande desde las pequeñas comunidades en que
actúan directamente, hasta las góndolas de los supermercados y los
puertos

Las cooperativas agropecuarias facturan más de $ 7.500.000.000 por año

Sus exportaciones superan los $ 3.000.000.000 anuales

Contribuyen con el 6% del Producto Bruto Interno (PBI)

Representan el 9% del total de la industria agroalimentaria

Participan en el 5,6% del total de las exportaciones primarias y


agroindustriales

Comercializan aproximadamente el 22% de la producción del campo, entre


las cuales corresponde mencionar especialmente a granos 20,5%, arroz,
20%, algodón 14%, lana 7,5%, yerba 25%, té 45%, lácteos 26%, miel 20%,
vacunos 7%, vino 13%, mosto 17%, tomate 20%, pimiento 20%, tabaco 45%.

Agroindustria cooperativa │ 20
CONINAGRO tiene adheridas a 9 federaciones: Asociación de Cooperativas Ar-
gentinas (ACA) – Federación de Cooperativas Vitivinícolas Argentinas (FECOVI-
TA) - Federación de Cooperativas. Agropecuarias (UNCOGA) - Unión de Coope-
rativas. Agrícolas Algodoneras (UCAL) - Federación de Cooperativas de Corrien-
tes - Federación de Cooperativas Arroceras Argentinas (FECOAR) - Federación
Entrerriana de Cooperativas y Asociación de Cooperativas Hortícolas y Frutícolas
Argentinas (ACOHOFAR).

Actúan en el país 1.092 cooperativas agropecuarias, según datos de la página


web a noviembre de 2010 del Instituto Nacional de Asociativisdmo y Econbomía
Social (INAES).

Agroindustria cooperativa │ 21
CAPITULO II

Planes de Desarrollo en
Países no Industrializados

Panorama general

El mundo se ha dividido en países industrializados y en países proveedores de


materia prima. A los primeros se los conoce como “desarrollados” y a los segundos
como “subdesarrollados”. Una clasificación actual hace referencia a los países del nor-
te, para señalar a los primeros y los países del sur para hablar de los no desarrollados.
Los países desarrollados están transitando una etapa superior a la de la indus-
trialización, razón por la cual se dice que se hallan en un estadio post-industrial, en el
cual más importante que fabricar bienes de uso y consumo, es crear la tecnología de
avanzada para que otros países realicen la tarea industrial.
Esta clasificación aparentemente economicista de las naciones tiene suma im-
portancia para un análisis de carácter social. En los países desarrollados la población
tiene una gran movilidad social, acompañada de grandes posibilidades de desarrollo
personal, alto nivel de vida, condiciones óptimas de salubridad, acceso a la educación
en sus distintos niveles y ámbito propicio para la investigación científica y técnica.
Como contrapartida, las poblaciones de los países subdesarrollados carecen
de oportunidades sociales y económicas, su bajo nivel de vida incide en su estado de
salud física y mental, y el hambre y la desnutrición se hallan presentes las más de las
veces.
Lógicamente los países en vías de desarrollo aspiran al progreso, es decir a la
industria, porque no se concibe un desarrollo pleno a través de la mera producción
primaria, que dentro del sistema económico mundial guarda una dependencia (¿ne-
cesaria?, ¿injusta?) con respecto a la industria. Esta desigualdad tiene una explica-
ción histórica. En efecto, antes de la revolución industrial, sólo existía la producción
de los mineros, agricultores en el campo y la producción de los artesanos en las ciu-

Agroindustria cooperativa │ 22
dades que transformaban la materia prima obtenida por aquellos.
Con el descubrimiento de la máquina vino la mencionada revolución indus-
trial, su insurrección en occidente y la apertura de nuevas posibilidades productivas.
Las naciones que en ese momento, fines del siglo XVIII y siglo XIX, tomaron la de-
lantera en este renglón tan importante de la industria, son los que en este momento
tienen el más alto standard de vida, alta tecnología industrial, desarrollo social, dieta
suficiente y hasta mayor poder político.
Actualmente los pueblos han dejado la pasividad y se lanzan al progreso. Por
esa razón en todos los países se formulan proyectos industriales, aún aquellos que a
comienzos de este siglo se dedicaban a una vida pastoril y estaban inmersos en una
economía de subsistencia. Tienen el propósito de progresar para ubicarse entre los
pueblos desarrollados, logrando así un ingreso per capita de más de 3.000 dólares
anuales.
Se observa, sin embargo, que en los países en vías de desarrollo los proyec-
tos industriales no han entrado totalmente en ejecución, generalmente por falta de
asistencia financiera; y los que entraron tuvieron muchas veces serias dificultades
para continuar creciendo, malogrando tiempo y esfuerzos: y aquellos que alcanzaron
cierto desarrollo industrial y tecnológico no siempre han dado los frutos que se es-
peraban. Es decir, la industrialización de un país en vías de desarrollo es mucho más
difícil de lo que se pensaba. Se han dado ejemplos positivos, pero a costa de inver-
siones fuertes y una afortunada seguridad en la colocación de la producción. Algunos
gobiernos fracasaron porque sus planes de desarrollo no contemplaron todos los fac-
tores y circunstancias de carácter internacional.
Entonces nos podríamos interrogar: ¿cómo lograron la industrialización y el
desarrollo aquellos países que hoy están a la cabeza? Por lo general se trata de países
que cumplieron el proceso de industrialización durante un largo período de tiempo,
tuvieron colonias para extraer la materia prima colocando en ellas sus manufacturas
y gozaron, en determinados espacios de tiempo, de una relativa continuidad política y
económica. Y además, no padecieron la dependencia económica, y a veces política, que
hoy sufren los países en vías de desarrollo. En el caso de Inglaterra –el más clásico– la

Agroindustria cooperativa │ 23
materia prima la tomaba de sus ricas y múltiples colonias; el financiamiento no im-
plicaba dependencia alguna, porque al producirse la revolución industrial sus bancos
eran fuertes; y tampoco requería la tecnología de otros países a costos muy elevados,
por la simple razón de que los ingleses eran los principales creadores de la tecnología
industrial y porque entonces no se cobraba lo que se cobra ahora por este rubro.
Otra circunstancia favorable fue que la oligarquía y alta burguesía tenía una
fuerte acumulación de capital dentro del país que fueron transfiriendo paulatina-
mente a los novedosos emprendimientos industriales.
Como contrapartida a esa situación, las oligarquías y burguesías de los países
subdesarrollados, la mayoría de ellos ex-colonias de naciones europeas, continuó ex-
trayendo sus riquezas del país de origen para realizar inversiones en las ex metrópo-
lis. Por esa causa los países subdesarrollados que lograron su independencia política,
quedaban atados económicamente a sus antiguos administradores o se establecieron
nuevos vínculos de dependencia con otras potencias extranjeras. Ese cambio de co-
llar les llevó, muchas veces, a sufrir dolorosas guerras civiles para dirimir a qué ban-
do ligarían sus intereses.
El mundo moderno está estructurado de tal manera que el rico continúa dic-
tando las normas a los pobres. Lo mismo ocurre entre las naciones. Es decir, los
precios de los minerales, de la producción pesquera y forestal, y de toda la produc-
ción agropecuaria, de las naciones en vías de desarrollo, los establecen las grandes
potencias industriales. Es así como el precio del cobre no lo impone Chile y tampoco
Bolivia el del estaño. Y Argentina no ha logrado imponer el precio del lino ni del gira-
sol siendo la principal productora del mundo; lo mismo ocurre con otras naciones y
otros productos.
Por otra parte, y por una lógica que no se puede revertir, los países pobres de-
ben solicitar créditos a las naciones ricas para desarrollar sus proyectos industriales
e incorporar bienes de capital; esos créditos por lo general se conceden –es un buen
negocio– con una alta tasa de interés. Si las grandes organizaciones bancarias no tu-
vieran oportunidad de conceder estos préstamos, que según ellos los dan “para ayu-
dar” y con el propósito de aparecer como padrinos del progreso y del apoyo financie-

Agroindustria cooperativa │ 24
ro, morirían muy pronto y de muerte natural. Los créditos programados en un nivel
promocional son desde luego positivos, pero entrañan cierta dependencia, y cuando
los cálculos no fueron realistas, resultan desastrosos y reafirman esa dependencia.
Precisamente, el neo-colonialismo es de tipo económico y se ejerce a través
de precios, tasas financieras y aún las diversas formas del boicot y la calificación de
la mercadería. Este fenómeno de la dependencia económica, registrado por econo-
mistas y sociólogos, por diversos gobiernos, por la UNTACD, la OIT y la FAO, y en
documentos de la Iglesia Católica, como la Populorum Progressio de S.S. Paulo VI,
sujeta a las naciones en vías de desarrollo como estados dependientes de las nacio-
nes industriales. No se trata de una interdependencia equitativa y en condiciones de
igualdad dentro de la estructura económica, sino que se trata de la misma relación
que existe entre el rico y el pobre, el poderoso y el débil.
Las naciones subdesarrolladas no son totalmente independientes ni siquiera
cuando ofrecen la materia prima, su producción, porque los precios se establecen en
Londres, Liverpool, Amsterdam, Bruselas, Nueva York o Chicago. Desde allí los tuto-
res del mundo controlan toda la producción.

La programación industrial

Para formular con realismo proyectos industriales, en naciones que aún se


encuentran en vías de desarrollo, es necesario tener en cuenta diversos factores y
circunstancias, pautar de acuerdo a su importancia y a las consecuencias futuras,
especialmente en su relación con el mercado consumidor y el mantenimiento de la
rentabilidad. La improvisación en esta materia en el mundo competitivo y sin tregua
de la industria y el comercio, es un grueso error de fatales consecuencias económicas
y sociales.
Las instituciones cooperativas que se deciden a encarar proyectos industriales
no pueden desconocer las pautas fundamentales que deben sintetizarse después del
análisis y en todo el proceso de elaboración. En lo que respecta a los fundamentos de
las ciencias económicas, así como en los de las técnicas de la actividad productiva, la

Agroindustria cooperativa │ 25
dirección de empresa, ingeniería industrial y la organización de ventas, las entidades
cooperativas en general no han sobresalido. Corren a la zaga con respecto a las socie-
dades anónimas calificadas como empresas líderes y sólo en pocos casos se ubican en
posiciones de avanzada.
No pocas veces llevados por el entusiasmo, el deseo de brindar trabajo y lo-
grar el progreso de una comunidad, algunos han instalado una planta industrial sin
los estudios técnicos correspondientes, fracasando luego en sus propósitos. Mientras
muchas instituciones cooperativas mantienen en la práctica la concepción de que se
puede seguir con máquinas obsoletas, como quien sigue tirando, los que están en la
avanzada de la producción industrial y de la empresa moderna, saben que aquella
concepción es antieconómica, que la producción no puede entrar en el mercado con
buenas condiciones de competición y que siempre termina en el deterioro financiero
y en situaciones críticas muy difíciles de corregir.
Si nos detenemos en un caso, que no pertenece al sector cooperativo, como es
aquel monumental frigorífico de Chacabuco, provincia de Buenos Aires, que se esta-
bleció en una zona no ganadera, y que hoy es un inmueble desmantelado y muerto,
llegamos a la conclusión de que existió una idea noble pero sin fundamento empresa-
rial y técnico.
En los proyectos industriales no pueden omitirse nunca los estudios completos
acerca de las siguientes materias:

a) Ubicación e infraestructura básica;


b) Mercado interno y externo para colocar la producción;
c) Tecnología industrial y determinación de la capacidad instalada, según
las posibilidades de inversión y la demanda del mercado;
d) Recursos propios, financiamiento y capacidad de pago del préstamo.

La importancia de estos cuatro puntos es evidente, sin embargo conviene pun-


tualizar brevemente algunos aspectos de los mismos:

Agroindustria cooperativa │ 26
1. Ubicación e infraestructura básica
El lugar elegido no es un punto abstracto, sino que tiene relación con las vías
para el acopio de la materia prima y para la distribución en el mercado de consumo
de la producción. En este punto se encuentra una de las polémicas que nunca termina
de definirse, entre los que quieren establecer la industria en el mismo lugar de pro-
ducción de la materia prima y los que prefieren radicarla cerca de los grandes centros
de consumo. ¿Para qué la elaboración en áreas rurales si luego se tiene que vender en
los grandes centros urbanos?, se preguntan unos; y los otros responden: ¿Para qué
transportar nuestra cosecha a las plantas industriales del Gran Buenos Aires, si des-
pués el producto elaborado vuelve a nosotros, encareciéndose con el flete? –que de
ida y de vuelta paga la familia agraria– y perjudicando al hombre del interior, tanto
como productor porque se le paga poco y luego como consumidor porque se le cobra
mucho. De todas maneras, las dos posibilidades deben entrar en los cálculos, a fin de
determinar en cada caso cuál implica menos gastos y mayor rentabilidad.
La infraestructura básica responde a todas las exigencias que plantea la indus-
tria para su desarrollo y rendimiento normal, como es el suelo y los recursos natu-
rales, energía eléctrica, agua potable, caminos pavimentados y aptos para el paso de
camiones cargados, trenes y puertos a mano, sistemas de comunicación y aún medios
para capacitar al personal, así como bancos, centros de atención médica, seguridad,
vivienda y recreación.
Este renglón básico de la infraestructura no puede considerarse omitiendo el
análisis de su marco de referencia y el contexto económico, sobre todo la política in-
dustrial del país y la programación para la región por parte de las autoridades oficia-
les. Si el plan de gobierno establece serias restricciones a la industria del tabaco, con
gravámenes y negación del crédito, porque ya existen demasiadas plantas elaborado-
ras o porque desea preservar la salud de la población, no puede ser ventajoso instalar
una nueva fábrica de cigarrillos. En el caso inverso; si el gobierno estimula la pesca
en el sur, la costa patagónica tiene que ser la preferida para establecer una colonia
pesquera y la industrialización de la producción.

Agroindustria cooperativa │ 27
2. Mercado interno o externo para la producción
Los estudios del mercado constituyen uno de tos pilares de la planificación. La
producción apunta al consumo y no a otra cosa. El mercado es el blanco de la pro-
ducción: si hay mercado es lógica la producción, de lo contrario no tiene sentido. Las
preguntas que surgen en tales estudios son obvias, pero esenciales: ¿existe un merca-
do para ese producto?, ¿quiénes y cuántos son los consumidores potenciales”, ¿qué
dificultades encuentran otros fabricantes?, ¿cómo se realiza la competencia”, ¿qué
puede suceder si se mejora la calidad”, ¿cuáles pueden ser las posibilidades reales y
futuras del mercado interno y hacia dónde se inclinan las necesidades o el gusto de la
población?, ¿cuál es la relación de producción y consumo en el país?, ¿es un producto
exportable?, ¿está promocionado oficialmente?, ¿hay un mercado externo seguro?
Actualmente existen técnicas definidas para el estudio de mercado, que se ba-
san en la observación de su comportamiento, en estadísticas relativas a la evolución
y encuestas sobre consumidores en base a muestras representativas y técnicamente
elaboradas, así como a las políticas sobre consumo y poder adquisitivo de los consu-
midores.
Los resultados de tales estudios no permiten que la industria se lance a produ-
cir a ciegas, sin conocer la posible respuesta de los consumidores. El mercado es cam-
biante y tiene sus fluctuaciones, a veces predecibles y otras veces no, lo cual también
es necesario conocer. En algunas ocasiones es aconsejable intensificar la producción
y otras veces conviene trabajar a media rienda. Un rendimiento superior al 80% de la
capacidad instalada se considera alto. En diversas coyunturas económicas de nuestro
país las fábricas tuvieron que trabajar a menos del 50% de su capacidad instalada por
acumulación de stock, es decir por falta de ventas. Además, en determinadas circuns-
tancias relacionadas con el cambio de la moneda conviene exportar y otras veces no
es aconsejable. No hace mucho tiempo era rentable exportar pollos eviscerados a los
países árabes; hoy, como consecuencia del valor del dólar, esa posibilidad no existe.
La incursión por los mercados internacionales deberá realizarse cuando se ten-
ga una firme convicción de atender al cliente extranjero en forma permanente ofre-
ciéndole la cantidad y calidad del producto previamente pactada. Pero en este rubro

Agroindustria cooperativa │ 28
la voluntad y corrección de los fabricantes se pueden ver obstaculizadas por políticas
económicas nacionales variables. Fundamentalmente esta última situación es la que
ha hecho que los exportadores se vean obligados a cancelar las ventas pactadas o a no
continuar vendiendo al extranjero para no sufrir pérdidas irreparables al cambiarse
abruptamente la política económica del país. Con ello se logra generar el descrei-
miento entre los compradores potenciales del exterior.

3. Tecnología industrial adecuada y determinación de la capaci-


dad instalada
Uno de los problemas más serios, en los planes industriales de los países en
vías de desarrollo, es el de la tecnología industrial. Todos tienen ahora conciencia
de que la tecnología industrial es decisiva. Los argentinos experimentamos en estos
momentos graves pérdidas económicas como consecuencia de la falta de una alta
tecnología en algunos sectores de la industria o simplemente por la adopción y man-
tenimiento de máquinas obsoletas, así como de procesos ya superados. Por ejemplo,
el desmote de algodón con las viejas y convencionales desmotadoras LUMMUS de-
teriora la fibra, a veces hasta en un grado, lo que origina pérdidas importantes de
dinero.
Los métodos antiguos y un parque industrial obsoleto tienen las siguientes
consecuencias negativas:

● Escaso rendimiento cuantitativo (volumen de producción), a pesar del


esfuerzo realizado y del número de personas que trabajan (operarios + horas).

● Baja calidad, limpieza y terminación o envasado, afectando a veces la


presentación del producto.

● Ocupación de un elevado número de obreros con la consiguiente


erogación de dinero en el pago de los mismos y las respectivas cargas
sociales.

Agroindustria cooperativa │ 29
● Menos posibilidades de participar en un mercado cada vez más com-
petitivo.

Los pueblos en vías de desarrollo tienen grandes dificultades en materia de tec-


nología, que es el fruto de la ciencia y de largas experiencias y que, por lo tanto no se
puede adquirir en poco tiempo y tampoco improvisar. Por eso necesitan importarla,
pagando gruesas sumas de dinero por la concesión.
Las industrias que posee el sector cooperativo, por lo general no se destacan
por una alta tecnología. Este punto es serio y conviene insistir. Si las cooperativas
agropecuarias piensan instalar sus industrias –que es una necesidad por muchas ra-
zones–, deben inclinarse por la adopción de las tecnologías más avanzadas. Es cierto
que son caras y que el financiamiento tiene altas tasas de interés, pero en términos
económicos y con vistas al futuro es conveniente hacer el esfuerzo.

4. Recursos propios y financiamiento


La proporción entre capital invertido y la empresa o industria que se ha elegido
debe ser armónica, es decir, suficiente para poner todo en movimiento y producción;
y en condiciones tales que la rentabilidad permita pagar el crédito o cubrir la inver-
sión en el tiempo previsto.
El análisis comienza en este punto con los recursos propios de la empresa, que
deben ser considerados con total realismo y objetividad. Luego, entran en el análisis
los recursos externos, a través de créditos razonables, juntamente con la evaluación
de la capacidad de pago y los gastos fijos.
Este punto es delicado. En más de un caso el financiamiento, estipulado de
acuerdo al valor del dólar, se ha convertido en una tragedia. Otras veces se pudo
controlar el deterioro financiero de una empresa, pero extrayendo recursos de otros
rubros o sacrificando el patrimonio físico. Era una manera de cumplir con el ente
financiero, pero en el fondo importaba graves consecuencias para la empresa. La pro-
gramación industrial, además de los cuatro puntos fundamentales señalados prece-

Agroindustria cooperativa │ 30
dentemente, debe tener en cuenta otros aspectos importantes, como el montaje y
la ingeniería de planta, el control de calidad, la idoneidad del personal técnico, la
organización del trabajo determinando roles y funciones, el control del rendimiento,
el mantenimiento y todo lo que hace a la marcha de una planta industrial.
En nuestro país los proyectos industriales se encuentran bajo el control de la
Secretaría de Industria; y también, en razón del crédito que se solicita en estos casos,
por el Banco Nacional de Desarrollo. Tales organismos estatales tienen establecido
los modelos de proyectos y la forma en que deben presentarse. Por otra parte, la
instalación de industrias depende de la jurisdicción provincial con su respectivo régi-
men de promoción y control.

El margen positivo de la industria

En general se puede decir que la industrialización de un país es positiva. Los


países en vías de desarrollo tienen una artesanía muy activa, pero con grandes limi-
taciones en producción y venta, por lo que aspiran a dar el gran salto y establecer
verdaderas industrias, especialmente aquellas propias de una economía de escala,
capaz de cubrir ampliamente la demanda interna y externa.
Si los proyectos se elaboran en base a serios y cuidadosos estudios, con las
técnicas más confiables y con el dictamen de verdaderos expertos, no se corren ries-
gos económicos. Sin embargo, a veces no es conveniente instalar, en un determina-
do país, ciertas y determinadas industrias; y aún aquellas que podrían ser, en otras
condiciones, pueden resultar también inconvenientes. A veces es necesario especular
sobre la oportunidad de un negocio. Esto quiere decir que la perfección técnica de
una fábrica no basta, si al mismo tiempo no se asegura la materia prima y la llegada
al mercado en el tiempo y la calidad pactados.
Por lo tanto no se puede establecer cualquier industria sino aquellas que con-
vienen en determinado lugar por todas las razones ya apuntadas. Las cooperativas
que están pensando establecer alguna industria, tienen que estudiar previamente
cuál es la más conveniente, allí donde tiene su radio de acción. Todo es fruto del es-

Agroindustria cooperativa │ 31
tudio. La improvisación a esta altura de la civilización y del desarrollo económico y
técnico es un suicidio.

Actualidad

La industria frigorífica en general y particularmente la que está en manos


de las cooperativas, tiene que sobrellevar las consecuencias de la despreocu-
pación por parte del gobierno nacional para mantener una política estable en
cuanto a la producción ganadera en sus distintos rubros.
En el país había, según el cuadernillo Técnico Nº 6 de noviembre de 2008
del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA), 16 frigoríficos
cooperativos, de los cuales 12 eran “autogestionados” (formados en cooperativa
a partir del quebranto de la empresa propietaria) y 14 “no autogestionados” (em-
presas que nacieron como cooperativas). Algunos de los problemas del sector
son reflejados en el artículo realizado por Rubén Karlén y Antonio Menapace que
se publica en la página web de CONINAGRO que se transcribe a continuación:

CRONICA DE UNA LIQUIDACIÓN ANUNCIADA


La extraordinaria liquidación de vientres, que según ha reconocido
SENASA, se ubica en el orden de 1.400.000 cabezas menos, repercutirá
en una caída importante de la producción de terneros.
Según datos de la ONCCA, el índice de reposición de hembras del año
2008, registró una reducción de más de 2.000.000 de cabezas con res-
pecto al año 2005.

Agroindustria cooperativa │ 32
Cuadro 1. Faena de hembras
Déficit de
Destete de Disponibilidad Reposición
Años Faena Reposición
terneras para reposición Técnica (*)

2005 6.702.592 3.090.707 3.909.293 4.407.333 - 690.707

2006 6.728.920 3.294.674 3.705.326 4.494.911 - 894.674

2007 6.804.126 4.372.222 2.627.778 4.443.889 - 1.972.222**

2008 6.305.369 4.178.551 2.126.818 4.163.095 - 2.036.277

Fuente: CRA
NotaS: * 20% de reposición del plantel de madres.
** Entore 24 meses. (Ternera de 2007 pare en 2009)

Cuadro 2. Pérdida en la producción de terneros


Pérdida de
Madres Terneras Terneros Total Destete
Ternero

22.036.667 6.702.592 6.502.869 13.205.461 60% -,-

22.474.553 6.728.920 6.625.295 13.354.215 59% 148.754

22.219.445 6.804.126 6.718.984 13.523.110 61% 168.895

20.815.475 6.305.369 6.264.260 12.569.628 60% - 953.481

18.843.253 4.889.246 4.899.246 9.798.491 52% - 2.771.137

Fuente: CRA

Los cuadros precedentes muestran una cruda realidad. Se estima que


el destete del año 2010 se ubicará en los 11.000.000 de terneros, de-
ducida la mortandad normal, permitirá una faena de aproximadamente
10.000.000 de cabezas.
En este sentido, cabe señalar que la faena de los últimos años se ubi-

Agroindustria cooperativa │ 33
ca en los 14.000.000 de cabezas, previéndose para el 2010 una caída
de más de 2.000.000 de hembras para reposición, lo que acelerará aún
más la caída del stock para el futuro.
Una liquidación extraordinaria de vientres con destino a faena, una
disminución notable de preñez, la intensa sequía reinante en gran parte
del territorio, los continuos desaciertos de las políticas implementadas
en los últimos años como ser: Control de precios que nunca lograron
su objetivo, imposición de peso mínimo de faena, control y restricciones
de exportaciones, intervenciones en los precios del mercado interno,
compensación a Feed Lots, etc., lo que sumado a la faena prematura
de terneros y terneras son un cóctel mortal para esta drástica caída del
stock ganadero.
Estimamos que a corto plazo caerá sustancialmente la oferta de ga-
nado terminado para faena, al extremo tal que el consumo interno se
reducirá hasta 45 kgs./ per-capita (20 kgs. menos que los actuales) y
el consumidor por lo tanto deberá abonar valores muy cercanos a los
precios internacionales; con la posibilidad cierta de que en un tiempo
no muy lejano, tendremos la necesidad de importar carne vacuna para
abastecer la demanda interna y externa “en el país de las vacas”. Por lo
tanto para quebrar la curva decreciente del stock ganadero, será nece-
saria no menos de una década de “Vacas Gordas”.
Se hace necesario implementar acciones urgentes tendientes a frenar
la liquidación de la ganadería como ser:
1. Devolver al productor la confianza y rentabilidad necesarias.
2. Planes de fomento para las zonas de cría, dotándolas de la infraes-
tructura necesaria (energía eléctrica, caminos, etc., sin costo), proveer
de agua y alimentación a las zonas castigadas por la sequía y visitar a
los productores, puerta a puerta, para conocer sus necesidades más
urgentes.

Agroindustria cooperativa │ 34
3. Prohibir la faena indiscriminada de vientres, vacas, vaquillonas y
terneras; y subsidiar a los criadores, no a los Feed Lots.
4. Liberar el precio de la hacienda en pie que hoy se vende a los mis-
mos valores que hace 3 o 4 años y en el caso de terneros Holando Ar-
gentino, que hoy se colocan a los mismos precios del año 2002.
5. Avanzar en forma urgente sobre la venta con desposte, para aba-
ratar algunos cortes en los barrios de menores
ingresos económicos.
6. Promocionar la venta de cortes de 1º calidad en el mercado externo,
para subsidiar los precios del consumo interno.

Rubén Héctor Karlen


CONINAGRO SANTA FE

Agroindustria cooperativa │ 35
CAPITULO III

Aspectos Generales de la
Industrialización Argentina

Época pastoril y artesanal

La evolución económica sufrida por nuestro país debemos rastrearla en los


comienzos de la implantación del poder español en América y en lo que hoy es la
Argentina. Si bien por la índole del presente trabajo no corresponde hacer historia
de la misma, no podemos dejar de señalar algunas de sus etapas y características
fundamentales, para incluir, luego, una apretada reseña del desarrollo industrial del
cooperativismo agropecuario.
Desde que se inició la colonización de las regiones que conformarían el an-
tiguo Virreinato del Río de la Plata, las poblaciones que en él se establecieron eran
abastecidas por una corriente comercial proveniente de España y que bajaba desde el
istmo de Panamá por el Pacífico, pasaba el Alto Perú y concluía en Buenos Aires. Este
proceso posteriormente se revierte al habilitarse el puerto de esta ciudad al comercio
monopólico español.
En las zonas de Cuyo, Tucumán, Paraguay, Córdoba, Litoral, hicieron su apa-
rición pequeñas economías regionales donde se producían algunas manufacturas,
generalmente para el abastecimiento, y que a veces se intercambiaban con productos
de otras regiones, procurando especialmente llegar hasta el Alto Perú para la obten-
ción de metálico. Pero no existía un importante y recíproco flujo de bienes de cambio,
mano de obra o capitales.
Un hecho insólito se produce el 2 de septiembre de 1587: ese día zarpa del
puerto de Buenos Aires un barco cargado con productos elaborados en Tucumán con
destino al Brasil. Ese acontecimiento es el que dio origen a la celebración del Día de
la Industria en nuestro país a mediados del presente siglo.
Posteriormente, la apertura del puerto de Buenos Aires al comercio directo

Agroindustria cooperativa │ 36
con España marca una etapa fundamental en nuestra historia económica, ya que tie-
ne diversas consecuencias políticas y económicas. Otro factor que provoca un fuerte
impacto en la tradicional estructura económica es el desarrollo de la ganadería en el
litoral. La suma de estos dos hechos da como resultado los conflictos permanentes
entre el litoral y el interior al establecerse en la ciudad puerto una clase con gran po-
der económico y político, basado en la explotación de la ganadería y en la comercia-
lización de los productos importados primero de España y luego de Inglaterra, ya en
la etapa independiente.
Nuestros ingresos se originaban en la exportación de lanas, cueros y carnes,
esta última a partir de la aparición del frigorífico y de los barcos a vapor, complemen-
tándose posteriormente con las exportaciones de cereales una vez asentadas las fami-
lias de inmigrantes que llegaban al país, aunque no todas pudieron encontrar tierras
para colonizar debido a los inmensos latifundios dedicados a la explotación extensiva
de la ganadería. El ferrocarril fue, también, un factor decisivo en la fundación de pue-
blos y en el auge de la agricultura.
Aunque lo prevaleciente de esa época que llega hasta la primera década de este
siglo haya sido la actividad agroexportadora, se fueron instalando diversas industrias
en aquellas ciudades donde se encontraba mano de obra capacitada entre los núcleos
de inmigrantes. La evolución de la actividad manufacturera encontró numerosas tra-
bas por la falta de protección ante la importación de productos europeos, que ingre-
saban con bajos aranceles. El sector industrial fue creciendo sin orden al no poder
sustituir las importaciones, dando como resultado la falta de complementación de las
empresas y dependiendo permanentemente de la importación de insumos, produc-
tos semielaborados y maquinarias.

La iniciación industrial

La incipiente industria argentina fue motivo, terciando el siglo pasado, de una


acalorada defensa en la Cámara de Diputados de la Nación. La misma tuvo lugar en
agosto de 1876 y la llevó adelante el doctor Carlos Pellegrini en ocasión de discutirse

Agroindustria cooperativa │ 37
el proyecto de reforma arancelaria enviado por el Poder Ejecutivo Nacional. En esa
oportunidad fue secundado por otros esclarecidos parlamentarios como lo fueron
Miguel Cané, Vicente Fidel López, Eduardo Madero y Santiago Alcorta, todos los cua-
les sostuvieron la idea de brindar protección a la industria nacional, que ya por en-
tonces contaba con establecimientos dedicados a la fundición de metales, graserías,
saladeros, fábricas de fideos, jabón, velas, cerveza, licores, carruajes, alambre tejido,
bolsas, ladrillos refractarios, calzados, harinas, dulces, caños de plomo y otras manu-
facturas.
Como lo señala Dorfman, a fines del siglo XIX se habían instalado las siguien-
tes grandes firmas industriales, muchas de las cuales aún perduran: Azucarera Ar-
gentina (1882), Cervecería Palermo (1897), Cervecería Río Segundo (1893),Compa-
ñía Azucarera Tucumana (1895), Refinería Argentina (1887), Compañía de Gas de
La Plata (1886), “La Argentina”, fábrica de papel (1888), “La Primitiva”, fábrica de
bolsas (1889), Bagley y Cía. (1898), Compañía General de Fósforos (1888), Fábrica
Argentina de Alpargatas (1885), Compañía Sansinena de carnes congeladas (1891).
Iniciado nuestro siglo van apareciendo nuevas empresas dedicadas, como las
señaladas anteriormente, al abastecimiento de artículos de consumo directo (alimen-
tos, vestidos, cueros, papel, etc.). Es también la época de la expansión de los frigorí-
ficas, de los ferrocarriles, de las compañías de electricidad, la industria de la madera
y el tanino, las procesadoras de leche, las industrias textiles, metalúrgicas y de la
construcción.
Los estudiosos de la evolución industrial argentina están de acuerdo, por lo
general, en señalar dos grandes períodos de ese proceso: anterior a 1930 y posterior
a 1930. La primera etapa es dividida, asimismo, en anterior y posterior a la Primera
Guerra Mundial (1914-1918), ya que ese conflicto bélico hizo que la industria argen-
tina tomase un gran incremento, el que se perdió posteriormente al reconstruirse las
economías europeas. Ese impulso recién volvió a retomarse luego de la gran crisis
de los años treinta. Una característica que diferencia esos dos períodos, según Díaz
Alejandro, antes de 1930 el crecimiento de la industria siguió pasivamente la expan-
sión de las exportaciones y de la economía pero luego de ese año su desarrollo global

Agroindustria cooperativa │ 38
ha dependido de la habilidad de la industria sustitutiva de importaciones para ex-
pandirse, aunque tal dependencia no fue siempre inevitable. A partir de 1952 puede
señalarse, también, un nuevo período de estancamiento que perduró hasta fines del
decenio.
Así como en el siglo pasado se había entablado la lucha entre el litoral y el inte-
rior por razones de carácter económico y político, desde que comienza a fortalecerse
el sector industrial se inicia la competencia por el poder entre éste y el sector agroex-
portdor, la cual ha perjudicado nuestro crecimiento nacional distorsionando nuestra
vida política y social ante una falta de complementación de los intereses de ambos.
En el gráfico Nº 1 puede apreciarse que hasta 1959 prácticamente los únicos
ingresos por exportaciones correspondían a las actividades primarias y la evolución
que fueron teniendo la ganadería y la agricultura en las ventas al exterior. También
puede observarse el notable aumento de productos manufacturados exportados du-
rante la Segunda Guerra Mundial. que coincide con un aumento en las exportaciones
de carnes.
En los gráficos Nº 2 Y Nº 3 se destaca la aparición dentro del sector manu-
facturero de nuevas industrias cuyos productos son exportados, así como también
la composición de las ventas al exterior entre 1975 y 1977, donde se va ampliando el
campo de las industrias de origen agropecuario.
Todo ello indica que la Argentina progresó notablemente en su desarrollo in-
dustrial ––el que se ve en el gráfico Nº 4–; y si bien el mismo se produjo principal-
mente en el área de las manufacturas en los últimos tiempos fue encarado su equipa-
miento en industrias de base. Este sostenido progreso, que deseamos sea retornado
en el futuro para que nuestro país alcance la jerarquía de nación desarrollada, puede
y debe ser aprovechado para su equipamiento por parte de las cooperativas que estén
en condiciones de encarar la transformación de las materias primas de sus asociados,
ya sea en bienes intermedios para otras industrias, ya en bienes finales para el consu-
mo interno o para la exportación.

Agroindustria cooperativa │ 39
Las cooperativas y su participación en la industria

Luego de este brevísimo panorama del proceso industrial de la Argentina, pro-


cederemos a señalar la participación que el movimiento cooperativo agrario ha teni-
do en el mismo.
Las cooperativas agrarias aparecen en nuestro país a fines de 1890 con el ob-
jeto de solucionar diversos problemas que por entonces tenían los chacareros. Si nos
ubicamos en esa época y también a principios de este siglo, veremos que la pobla-
ción rural estaba compuesta por una gran masa de labriegos que trabajaban, los más,
como arrendatarios o como peones y unos pocos como colonos, pequeños propieta-
rios de sus explotaciones. Ello daba lugar a una serie de abusos en los precios y con-
diciones del arriendo y del jornal del peón de campo, a más de sufrir todos juntos las
consecuencias de los bajos precios que pagaban los acopiadores por la producción y
los altos costos de los comestibles e implementos de la chacra que debían pagar a los
almaceneros de ramos generales. Ello provoca la fundación de cooperativas agrarias,
el Grito de Alcorta y la posterior agrupación de las cooperativas primarias en federa-
ciones, procurando fortalecer su quehacer económico, social y cultural.
La primera actividad industrial llevada a cabo por una cooperativa agraria la
encontramos en el sector lechero debido a la rápida descomposición del producto.
En 1909 se organiza la Cooperativa de Cremerías Ltda. “Unión La Nueva”, en la lo-
calidad santafesina de Humboldt, dedicada a la elaboración de la leche, la que llegó a
contar con cinco establecimientos de cremerías.
También en Santa Fe se funda en 1918 la Sociedad Cooperativa de Lecherías de
Zavalla Ltda. El ejemplo es seguido por los productores de Carhué, provincia de Bue-
nos Aires, los que crean una cooperativa para manufacturar la leche de los tambos
asociados, llegando a exportar manteca de excelente calidad a Inglaterra.
En el rubro desmote de algodón comienza a funcionar, en 1926, la desmota-
dora de la Cooperativa Agrícola de Sáenz Peña Ltda., fundada el 11 de junio de 1925,
con lo cual los productores algodoneros pudieron procesar durante el primer año de
funcionamiento 5.015.639 kilogramos de algodón en bruto. Poco tiempo después esa

Agroindustria cooperativa │ 40
cooperativa monta su fábrica de aceite de algodón con el objeto de valorizar las semi-
llas provenientes del desmote; y más tarde instala una fábrica de jabón.
Otras cooperativas tamberas ubicadas en la zona de San Carlos ya tenían sus
fábricas procesadoras de leche por 1928; y en 1930 deciden fundar una entidad de
segundo grado, la Unión de Mantequerías de San Carlos Centro que cuenta con su
propia fábrica. Años más tarde se funda otra federación de cooperativas tamberas,
SANCOR, la que desde 1936 comienza la producción de manteca y otros derivados,
ganando con su calidad el mercado interno e internacional.
La Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA), comienza, en 1948, a desa-
rrollar su plan de industrialización de la materia prima que producen los socios de las
entidades primarias, y el 6 de abril de 1953 se inaugura la primera planta de aceites
vegetales de ACA en la localidad de Tres Arroyos, la que producía aceite de lino, con-
tando con el apoyo de 19 cooperativas de la zona. Posteriormente esa entidad de se-
gundo grado pone en funcionamiento sus fábricas de aceite de Villa Constitución, Río
Tercero y Hernando, en las que son procesadas semillas de soja, maní, lino y girasol.
Más reciente es la instalación para producir alimentos balanceados en San Nicolás
y en La Francia (1985). ACA inauguró también una planta procesadora de tomates y
un frigorífico en Viedma, asociada en esta ocasión con El Hogar Obrero y tres de sus
cooperativas adheridas ubicadas en las cercanías.
También otras organizaciones de grado superior vienen desarrollando activi-
dades industriales, como la Federación Argentina de Cooperativas Agrarias (FACA),
la Fraternidad Agraria, la Unión de Cooperativas Agrícolas Ganaderas (UCAL), la
Federación de Cooperativas Arroceras Argentinas, etcétera.
Además, numerosas cooperativas primarias procesan las materias primas pro-
ducidas por sus socios, pudiéndose mencionar la fabricación de vinos, harinas, seca-
do y molienda de yerba, y té, dulces de frutas, conservas y otros derivados de origen
agropecuario.
El movimiento cooperativo ha ido acompañando el proceso económico expe-
rimentado por el país, demostrando su pujanza y deseo de progreso, no limitándose
a la mera comercialización de las materias primas sino valorizando la producción

Agroindustria cooperativa │ 41
de pequeños y medianos productores asociados. Las manufacturas cooperativas de
origen agrario son exportadas a diversos países, como ocurre, por ejemplo, con los
productos de SANCOR, los aceites y subproductos de las fábricas de ACA y FACA, el
aceite de tung de las cooperativas misioneras, la fibra y el hilado de UCAL, entre otros
muchos productos y derivados industriales.

Agroindustria cooperativa │ 42
CAPITULO IV

El por qué de una


Industria Cooperativa

Según los datos suministrados parla Secretaría de Acción Cooperativa el país


contaba, en 1986, con un total de 4.347 cooperativas de diversos tipos. De esa ci-
fra, 1.256 sociedades estaban vinculadas a la producción agropecuaria y comprendía
a los siguientes rubros de actividad: Algodoneras: 37; Cerealeras: 508; Ganaderas:
67; Granjeras: 28; Hortícolas: 34; Pesqueras: 8; Tamberas: 417; Vinitrutfcolas: 125 y
Yerbateras y Tabacaleras: 32.
Habiéndose efectuado un relevamiento entre las cooperativas afiliadas a la
Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA), Federación Argentina de Cooperati-
vas Agrarias (FACA), Unión de Cooperativas Agrícolas Algodoneras (UCAL), Frater-
nidad Agraria, SANCOR Cooperativas Unidas y la Federación de Cooperativas Arro-
ceras, hemos podido conocer que 115 cooperativas primarias de carácter agropecua-
rio poseen una sección industrial donde procesan la materia prima producida por
sus asociados. Los datos parciales por rubro son los siguientes: Fábrica de alimentos
balanceados, 13; Molinos arroceros, 9; Productos lácteos, 18; Panificación, 1; Vinos,
7; Productos enlatados, 4; Molinos yerbateros y de té, 3; Procesadora de legumbres,
1; Procesadora de frutas, 2; Molinos harineros, 5; Desmote de algodón, 41; Fábricas
de aceites vegetales, 6; Frigoríficos, 7 (incluye UNCOGA, Federación de Cooperativas
Agropecuarias y a la Cooperativa Martín Fierro y al FRIDEVI); Producción de torni-
quetes, 1.
Por su parte la Asociación de Cooperativas Argentinas posee dos fábricas de
alimentos balanceados, una procesadora de tomates, que explota conjuntamente con
dos cooperativas primarias afiliadas a ella y con la Cooperativa El Hogar Obrero, y
cuatro fábricas de aceites vegetales. Estas últimas son administradas en forma con-
junta por ACA y sus cooperativas asociadas según la zona de influencia de cada esta-
blecimiento, lo que hace elevar la participación de las cooperativas en la producción

Agroindustria cooperativa │ 43
aceitera a 104 entidades.
Otro tanto ocurre con la Fraternidad Agraria, cuya fábrica de aceite de lino es
explotada en participación con cinco de sus asociadas.
Asimismo FACA posee una planta industrializadora de aceites vegetales, que-
dando esta actividad de la industria aceitera cooperativa conformada de la siguiente
manera: 6 fábricas y la participación en su explotación de 112 cooperativas de prime-
ro y segundo grado. Por lo tanto, llegan a 227 las cooperativas que directa e indirec-
tamente son parte del proceso manufacturero de la producción agropecuaria, ello si
contar a SANCOR y sus asociadas que tienen una característica muy especial.

Beneficios de la industria cooperativa

La industrialización de la materia prima realizada por la misma cooperativa


aporta un sinnúmero de ventajas a la zona en que se instale la fábrica, según se se-
ñala en el capítulo “Incidencia social de la industria”. La manufactura de las materias
primas renovables no requieren de una sofisticada tecnología y la industria nacional
puede proveer los equipos que se necesiten para tales efectos.
Algo muy importante que puede llegar a generarse es la circulación de los pro-
ductos y subproductos dentro del circuito cooperativo, tanto agrario como urbano,
abasteciéndose la industria cooperativa de otra industria cooperativa colocando su
producción intermedia o final en otras cooperativas de provisión o de consumo.
Podemos señalar un caso: una fábrica de aceites vegetales procesa semillas,
por ejemplo, maíz, y obtiene un producto: aceite y un subproducto: el pellets. El acei-
te como producto acabado puede ser vendido a granel o fraccionado para el consumo.
En el primer caso una cooperativa de provisión o de consumo puede fraccionarlo
para su venta a otra cooperativa de consumo o al público, indistintamente.
Mientras tanto, el pellets es derivado a otra fábrica cooperativa que elabora
alimentos balanceados, la cual a su vez recibe de otras cooperativas las restantes ma-
terias primas: sorgo, maíz, harinas de pescado, huesos molidos y demás subproduc-
tos agropecuarios y productos minerales y químicos. Con ellos elabora el alimento

Agroindustria cooperativa │ 44
balanceado que se venderá a cooperativas avícolas, tamberas o ganaderas, las cuales
pueden vender a cooperativas de consumo sus productos: aves, huevos, leche; que-
sos, dulces, cremas, carnes, etcétera.
Como se muestra en el gráfico Nº 5, la combinación de los diversos factores
económicos, como la de sus diversas etapas, puede ser realizada sin salir del movi-
miento cooperativo. Esta situación favorable se da privilegiadamente en nuestro país
como presencia de una gran gama de actividades econ6micas cumplidas por el sector
cooperativo.
Para poner en movimiento este sistema donde la integración cooperativa se
haría realidad, solamente es necesario contar con la decisión de los dirigentes coope-
rativistas. Los excedentes que se pudieran generar en cada paso, hace volver atrás ese
beneficio, acabando, como retorno, en el propio productor primario.
El desarrollo de una industria cooperativa a partir de las entidades rurales,
que son quienes actúan como receptoras de la materia prima renovable presenta,
además de las ventajas señaladas para el orden local y el mercado interno, otra fun-
ción importante: encarar la exportación de productos manufacturados de proceden-
cia cooperativa, con lo cual se logrará para el país una gran ventaja y, sobre todo, al
continuar participando el productor en el proceso industrial y exportador, verá reva-
lorizado su trabajo.
La geografía política y económica del mundo ha cambiado notablemente en las
últimas décadas. Formalmente las potencias europeas que tenían colonias en África,
Asia y América, carecen ahora de ellas, con lo cual han surgido nuevos países inde-
pendientes que procuran tener su propia identidad como naciones.
Muchos de ellos se hallan ocupados en transformar sus economías al servicio
de otras naciones en economías nacionales y con un cierto grado de desarrollo. Sur-
ge de esa manera nuevos mercados potenciales que requieren ser abastecidos con la
mayor diversidad de productos de consumo directo, de manufacturas intermedias y
de bienes de capital. En países de un mayor nivel educativo y con recursos naturales
se bosquejan planes de industrialización o se establecen nuevas reglas de juego para
el comercio de sus materias primas.

Agroindustria cooperativa │ 45
El haber estado sometidos a poderes políticos, económicos y culturales extran-
jeros dificulta el crecimiento de los nuevos países independientes, máxime cuando
por un lado las antiguas metrópolis continúan ejerciendo cierta tutela sobre ellos.
Esta situación se agrava si luego de la independencia política y económica se presen-
tan épocas de crisis como consecuencia de una reacción en los países centrales ante
el nuevo orden económico generado al producirse la separación de las colonias.
Otro elemento que debe tenerse en cuenta es el distanciamiento cultural y
científico que existe entre los países desarrollados y los subdesarrollados, que son,
precisamente, las ex-colonias. La falta de universidades propias que posean institu-
tos de investigación en ciencias puras y aplicadas de elevado nivel y la carencia de
industrias que utilicen los aportes que puedan brindar los investigadores nacionales,
contribuyen a mantener el distanciamiento al que hacíamos referencia.
Se ha dado tan sólo un caso de acción económica por parte de países subdesa-
rrollados de influir fuertemente en la economía mundial. Es el caso de la Organización
de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) cuando en 1973 impuso un precio cuatro
veces superior al que se venía pagando por el petróleo que producían sus miembros.
En ese momento la incidencia del alto precio del combustible en las economías de
todas las naciones industrializadas fue tremendo, ya que del uso del petróleo de bajo
precio dependía el mantenimiento de todo su potencial productivo.
Mientras las naciones desarrolladas no se hicieron esperar para buscar prime-
ro el ahorro del consumo y luego las fuentes alternativas de energía, los países ex-
portadores de petróleo que recibían enormes ganancias con sus ventas, no supieron
utilizarlas adecuadamente y con proyección hacia el futuro. Muchos miembros de
la OPEP realizaron enormes inversiones procurando instalar grandes fábricas para
crear puestos de trabajo en muy poco tiempo, pero descuidan la preparación cultural,
educativa y científica de sus respectivos pueblos y esa falta de previsión los pone hoy
en día dependientes de una tecnología que se desarrolla sin pausa, más bien acelera-
damente en las naciones industrializadas en las que existen grandes nucleamientos
de investigación.
El gran flujo de dinero a esos países, los transformó en fuertes inversores en

Agroindustria cooperativa │ 46
todas las plazas financieras del mundo. La abundancia de dólares baratos ofrecidos
por los grandes bancos llevó a muchos países subdesarrollados a contraer emprés-
titos procurando impulsar las economías nacionales. Pero las inversiones realizadas
no dieron los frutos esperados y se encuentran hoy con abultadas deudas externas
que les resulta sumamente difícil pagar.
Estamos a principios de 1986 y el esplendor de los países exportadores de pe-
tróleo ha concluido como consecuencia de que las naciones industriales utilizan otras
fuentes de energía, o han encontrado y explotado nuevos yacimientos en sus propios
territorios, como el caso de Gran Bretaña y China, además de haber desarrollado toda
una tecnología electrónica que consume escasa energía. El precio del petróleo, que
hace trece años subió de un día para el otro, está bajando ahora todos los días y se
vende a poco más de 14 dólares el barril, sin haber llegado al piso mínimo, al parecer,
por la lucha desesperada que están librando entre sí los países exportadores para
mantener sus mercados.
Las fuerzas económicas del mundo se reacomodarán para afrontar esta nueva
circunstancia económica en la que también se ven afectados los países que, cuando el
petróleo estaba caro justificaba realizar importantes inversiones para explotar y ex-
traer el petróleo de zonas difíciles como el mar del Norte. Las transformaciones que
se avecinan tendrán que ser rápidamente analizadas en nuestro país para reaccionar
velozmente y no dejar pasar nuevamente alguna oportunidad que se pueda presentar
para participar como actores y no como espectadores de ese nuevo orden económico.
Es por eso que cabe hacerse una simple pregunta: ¿deben los productores ar-
gentinos seguir vendiendo sus cereales, carnes, oleaginosos, y forrajes, como asimis-
mo los productos de sus huertas y granjas a países de gran desarrollo industrial, para
que éstos los transformen en alimentos o deben decidirse a encarar la industrializa-
ción de sus materias primas para ofrecer productos listos para el consumo en cual-
quier parte del mundo?
La respuesta valiente, visionaria y propia de hombres que deseen servir a la
patria y a sus conciudadanos es una sola: se debe encarar la manufactura de nuestra
propia producción agrícola, ganadera, forestal e ictícola para abastecer los diversos

Agroindustria cooperativa │ 47
mercados con artículos que lleven valor agregado argentino.

Asombroso panorama

El procesamiento de la materia prima dentro del país permite obtener y utili-


zar una amplia gama de productos que pueden abastecer las necesidades de las más
diversas industrias. Tenemos el caso del alcohol etílico que es obtenido por la fer-
mentación de granos, tubérculos o melazas de azúcar de caña o de otros azúcares, que
actualmente se lo está empleando en varias provincias y en países extranjeros, como
combustible para automóviles mezclado con nafta. Pero a partir de ese alcohol la in-
dustria también obtiene otros productos, como el ácido acético, ésteres y aldehídos
(acetaldehido) y sustancias plásticas como el acetato de celulosa. Por transformación
del alcohol etílico se fabrican compuestos químicos como el butadieno, que sirve de
base para elaborar caucho sintético, según lo señala Ventura Morera en su obra Agri-
cultura e Industria, quien en otra parte resalta la importancia que tiene la agricultura
para abastecer a la industria según las cifras aportadas por técnicos de la industria
automotriz norteamericana, quienes estimaron que “para la manufactura de un mi-
llón de automóviles se requerían los productos procedentes de la cosecha de 230.000
hectáreas de algodón (para tapicerías, forros de frenos y cristales irrompibles); 4.500
hectáreas de maíz (para elaborar alcohol butílico y otros solventes, almidón y sustitu-
tos del caucho); 7.000 hectáreas de lino (para pinturas y otros usos); 5.000 hectáreas
de caña de azúcar (para anticongelantes, líquidos para frenos y elásticos); 4.000 hec-
táreas de soja (para plásticos sustitutos de metales, pinturas, barnices y esmaltes).
Indudablemente, la instalación de una sección industrial en las cooperativas
agropecuarias requerirá de un previo estudio de factibilidad económica, técnica y so-
cial, para no tener, por improvisación, la angustia del fracaso. Pero lo más importan-
te es la decisión de los dirigentes cooperativistas de emprender la tarea. Las coope-
rativas agrarias que ya tienen montadas sus fábricas están demostrando su pujanza
y su constante afán de progreso. Una cooperativa avícola lanzó al mercado un nuevo
producto: huevos líquidos congelados, destinados para la industria fideera y

Agroindustria cooperativa │ 48
repostera); otra, a su vez, incorporó tecnología extranjera para hacer harina con las
plumas de las aves que faena en su frigorífico para utilizarla en la preparación de ali-
mentos balanceados por el gran valor proteico que tiene esa harina. El alimento ba-
lanceado elaborado por esa cooperativa es distribuido entre los asociados integrados
en la producción avícola.
Un ejemplo de lo que podrían hacer las cooperativas en el orden regional se
puede encontrar en dos establecimientos industriales ubicados en la zona del IDEVI
(Corporación del Valle Inferior del Río Negro) y que son propiedad de la Asociación
de Cooperativas Argentinas, El Hogar Obrero, Cooperativa Agraria de Stroeder, Coo-
perativa Hortifrutícola “20 A”, de Viedma y Cooperativa Agrícola Ganadera e Indus-
trial de Patagones y Viedma. Una de las plantas es la Procesadora de Río Negro, que
elabora tomates al natural y conservas, y la otra es FRIDEVI, un frigorífico que faena
bovinos y ovinos provenientes de los asociados a las cooperativas de la comarca.
La actividad de esas dos industrias cooperativas concurrió a satisfacer una ver-
dadera necesidad de los productores regionales. En el caso de la tomatera porque
los productores no tenían dónde colocar su producción, ya que si bien en el plan de
colonización del valle inferior del río Negro se había previsto la construcción de la
procesadora, la misma comenzó a funcionar deficientemente y mal pagando a los
productores, problema éste que se solucionó cuando se hizo cargo de la planta en
primer lugar la Asociación de Cooperativas Argentinas, perfeccionándose con la in-
corporación de las otras entidades mencionadas, menos la Agropecuaria de Stroeder,
en este caso, dado su carácter principalmente ganadero.
El frigorífico también contribuyó a solucionar un problema a los productores
ganaderos de la zona porque encontraron en el establecimiento cooperativo la segu-
ridad de colocación de su producción y de cobrar el precio pactado para la venta.

Nuevos emprendimientos industriales de las cooperativas

El cooperativismo es una fuerza económico-social sumamente activa ya que en


cada una de las entidades que lo integran se produce una rica dinámica social y eco-

Agroindustria cooperativa │ 49
nómica. Es por eso que la presencia de dirigentes inteligentes, audaces y visionarios
puede impulsar nuevas realizaciones en cada una de las cooperativas o en un conjun-
to de ellas. En estos días (enero de 1986) dos nuevos emprendimientos industriales
surgen del movimiento cooperativo a pesar de la falta de reactivación económica ge-
neralizada que está sufriendo el país.
Uno de ellos es la construcción y explotación de un frigorífico fundado por una
nueva entidad: Frigorífico Cabildo, Cooperativa Limitada del que participan 158 pro-
ductores.
El otro es la participación pionera y sumamente activa del cooperativismo de
la región de Tres Arroyos junto con las autoridades municipales y otras empresas de
la comarca, para construir y explotar una fábrica de fertilizantes. Este proyecto es
ambicioso en sí, habida cuenta dos situaciones: la necesidad cada vez más imperiosa
de fertilizar los campos, y la práctica inexistencia de otras fábricas en el país, excep-
tuando Petrosur. Pero el proyecto, por haberse encarado para satisfacer los requeri-
mientos de los productores zonales, puede correr el riesgo de ser antieconómico.
Sobre ese tema el Premio Nóbel de la Paz, Norman Borlaug, alertó a sus inspi-
radores acerca de la necesidad de pensar en una planta que produzca por lo menos
2.000 toneladas diarias en vez de las 200 programadas por los entusiastas vecinos
cooperativistas de Tres Arroyos. Acerca de este problema conviene recordar lo que
expresáramos en el capítulo I, apartado segundo de esta obra.

Agroindustria cooperativa │ 50
CAPITULO V

Industria de la Leche, del Algodón,


la Carne y de los Granos

Debido a sus particularidades y a la importancia que ha adquirido el coopera-


tivismo agrario en la industrialización de estos productos, señalaremos su desarrollo
y las características del mismo. En este capítulo nos limitamos a la industria de SAN-
COR, UCAL, FACA y ACA, cuatro federaciones de distinta magnitud y con trayectoria
propia.

1. SanCor y la industria láctea

La producción de lácteos y su comercialización registran un desarrollo pon-


derable en el país. En algunos productos, como quesos, dulce de leche y caseína, ha
logrado un espacio a nivel internacional; asimismo, el volumen procesado permite
considerar a nuestro país entre los grandes productores del mundo.
Por su parte el mercado, constituido en última instancia por los consumidores
nacionales o extranjeros, perfila la magnitud de la demanda y la necesidad que tie-
nen los mortales de la leche y sus derivados. Es un mercado antiquísimo, pero hoy,
por nuevas exigencias del consumidor y gracias al desarrollo tecnológico, ofrece una
extraordinaria variedad de productos con líneas tipificadas, gustos y condiciones die-
téticas determinadas y ya conocidas por el público.
En el mercado nacional de lácteos –producción y comercialización–, la empre-
sa cooperativa tiene un puesto relevante. Efectivamente, en todo el país se consumen
productos SANCOR y nadie discute su excelente calidad y el prestigio de su sello. Nos
toca, por lo tanto, analizar la industria láctea de la entidad de segundo grado denomi-
nada SANCOR Cooperativas Unidas Ltda., fundada por auténticos productores de la
cuenca lechera santafesino-cordobesa, y, naturalmente, con capital nacional genuino
y un enorme esfuerzo de trabajo y solidaridad. No es una multinacional, como se

Agroindustria cooperativa │ 51
dice, a veces, por ignorancia acerca de su origen. No tiene asiento en las grandes ciu-
dades de las naciones más industrial izadas del norte, sino en Sunchales, un modesto
y laborioso pueblo del interior santafesino; y no fue concebida por los cerebros de las
grandes urbes, sino por los productores del campo.
Conviene citar nuevamente el texto de Juan Carlos Basañes, gerente de la Con-
federación Intercooperativa Agropecuaria (CONINAGRO): “En el mercado lácteo,
las empresas cooperativas, en forma integrada, son el principal factor. Una firma
cooperativa (SANCOR) es la principal empresa del mercado”. Hoy SANCOR confor-
ma un mundo cooperativo sustentado sobre el principio de integración económica y
socialmente distinta a la concentración económica de los monopolios.
Su actividad principal, efectivamente, es “la elaboración y comercialización de
productos lácteos”. Sin embargo, y no sólo por la producción no láctea que también
ofrece, el esquema empresario y la relación con las entidades asociadas son amplios,
desarrollándose programas básicos precisamente para asegurar en óptimas condi-
ciones la producción de materia prima y por ende la específica producción industrial.
El criterio empresario es totalizante, es decir, tiene en cuenta a todos los factores que
en forma directa o indirecta tienen que ver con la industria lechera y en el contexto
agrario y nacional. De esa manera el objeto de SANCOR no se circunscribe a la planta
industrial, sino que asiste y correlaciona diversas áreas, lógicamente según la ley y de
acuerdo con sus asociados.

Los objetivos principales

Las empresas modernas enfrentan dos desafíos: la crítica del consumidor y la


competencia de otras empresas. Son las reglas del juego y todos las aceptan. En el
caso de SANCOR la crítica del consumidor ha sido altamente favorable y en general
se reconoce la excelente calidad de sus productos. Pero en la competencia con otras
empresas se requiere, además de la calidad, un buen nivel de precios y además la pe-
netración en el mercado. Los dos aspectos fueron siempre analizados por SANCOR,
pero el de la competencia resultó, desde el principio, una dura batalla. En su momen-

Agroindustria cooperativa │ 52
to desplazó empresas extranjeras y también acusó la acción de los competidores y los
riesgos de la situación general de un país frustrado.
La estrategia, concebida para mantener y acrecentar el espacio obtenido en
el mercado lácteo, se encuentra formulada en el llamado “SAN-5”, especie de plan
empresarial e instrumento concreto de acción. En él se establecen dos objetivos prin-
cipales:

a) Liderazgo en costos
b) Productividad a través de personas

Ninguno de estos dos objetivos es desconocido y con frecuencia en las empresas in-
dustriales se habla de productividad y de la necesidad de bajar costos. Pero SANCOR
no sólo busca bajar costos, sino que habla de un liderazgo en esta materia. Es un de-
safío muy difícil, pero alcanzarlo en el tiempo que corresponda puede constituir un
éxito decisivo en materia de competencia. La productividad “a través de personas” se
relaciona con el recurso humano, lo cual significa selección, capacitación y ubicación
del personal en el lugar de su rendimiento óptimo, así como incentivos y coordina-
ción del esfuerzo en un clima humano y solidario.
Sobre el “SAN-5”, instrumentado para conquistar tales objetivos, y correlacio-
nar una estructura dinámica, se dice en la Memoria de la entidad correspondiente al
ejercicio 1985/86:

“El plan estratégico aparece, por lo tanto, como un instrumento


fundamental de ordenamiento y coordinación de toda la acción
de la Cooperativa y ha sido concebido para crear una mentalidad
de largo plazo compatible con los problemas de corto y mediano
plazo, mentalidad que representa una garantía para el esfuerzo de
las cooperativas asociadas”.

El “SAN-5” es concreto. Por eso se dice en la mencionada Memoria que “la

Agroindustria cooperativa │ 53
definición de los temas tácticos para las distintas áreas dio a éstas los indicadores
precisos para su actuación y desarrollo”. Esto significa, además, que el “SAN-5” de-
termina áreas de acción y también de responsabilidades. En términos muy generales
podemos decir que la producción primaria es competencia de las asociadas y sus
productores; y que la producción propiamente industrial es asunto de SANCOR Coo-
perativas Unidas Ltda. Para una mejor comprensión analizaremos las distintas áeas
relacionadas con la producción y su correlación con miras al progreso del conjunto.

“SAN-5”

a) Área primaria
La industria supone materia prima. Si una empresa industrial pretende resul-
tados óptimos, no puede descuidar la calidad de la materia prima y el acopio fluido de
la misma. Ese es el enfoque de SANCOR. Por otra parte, y en virtud de la integración
cooperativa, la materia prima para la industria de SANCOR es provista por sus coo-
perativas asociadas.
Obviamente la materia prima es la leche, pero ésta supone, a su vez, la vaca,
por lo que se amplía la temática primaria. La producción primaria tiene sus reque-
rimientos, a los cuales dan respuesta las cooperativas asociadas con la asistencia de
SANCOR. Podemos resumir cuatro respuestas perfectamente delineadas e imple-
mentadas:

1. Servicios: que se brindan a los productores, con participación activa


de las asociadas. Podemos señalar tres: el de los Grupos de Asesora-
miento Integral Cooperativo (G.A.I.CO); el de los Servicios de Exten-
sión Cooperativa (SEC); y el de la distribución de insumos de insemi-
nación artificial, en este caso, por razones de especialidad, a cargo de
la cooperativa de Inseminación Artificial de Venado Tuerto (CIAVT).

2. Técnicas: que se fomentan sobre prácticas de inseminación artificial,

Agroindustria cooperativa │ 54
control lechero, ordeñe sin terneros y control de equipos. Las técnicas
tienden a mejorar la extracción de leche, a racionalizar el ordeñe, a
la higiene estricta y al mantenimiento de pezoneras mecánicas y de
modernos equipos tamberos.

3. Transportes: sobre todo para mejorar el sistema de recolección de


materia prima y su conservación. Se incrementó el uso de tanques
cisternas, pero además se coordinó los tiempos de entrega y recep-
ción.

4. Capacitación: en esta área primaria es necesario mencionar a la Escue-


la Móvil de Tamberos, cuyos programas y cursos dictados tienen por
objeto mejorar los recursos humanos afectados a las tareas de tambo;
y también la participación en la Comisión Mixta Piloto (Rafaela), con
el fin de informarse sobre los futuros centros regionales de análisis, su
infraestructura prevista, instrumental y “modus operandi”.

La actividad a nivel primario se apoya con el programa televisivo y radial “Co-


operando con el país” y el periódico “La Voz del Tambo”. Pero además SANCOR, en
convenio con la OEA, recibió grupos de becarios provenientes de países latinoame-
ricanos, quienes participaron en los cursos dictados sobre “Tecnología de la leche” y
“Tecnología de la Producción”.
En esta área primaria se podría hablar, además, de trabajos realizados en co-
laboración con el INTA, Universidades y organismos oficiales, mediante convenios,
para capacitación y actualización técnica. Un ejemplo pueden ser las tareas en zona
piloto y de gran concentración de tambos, para el relevamiento de mastitis o enfer-
medad de la glándula mamaria de las lecheras, así como sobre el tratamiento y con-
trol de la misma.

Agroindustria cooperativa │ 55
b) Área industrial
El rol específico de SANCOR Cooperativas Unidas Ltda. se encuentra en la ela-
boración de productos lácteos y su comercialización en los mercados interno y exter-
no. Estamos, por lo tanto, en el Área de Producción Industrial. Aquí también tiene
vigencia el “SAN-5”, particularmente con la puesta en funciones del sector Métodos
y Tiempos, instalado y programado para coordinar la producción primaria con la es-
tructura industrial; y la puesta en marcha en Sunchales de una nueva línea de secado.
Con estos dos adelantos técnicos se pudieron reducir costos operativos y diagramar
racionalmente el movimiento.
SANCOR posee, al término del ejercicio 1985/86, nada menos que 140 plantas
industriales, radicadas estratégicamente en ciudades de Santa Fe, Córdoba y Buenos
Aires. Estas ciudades son: Sunchales, San Justo, Santa Fe (capital), San Guillermo,
Rosario, Centeno, Suardi, Ceres, Moisés Ville, Esperanza y Gálvez en la provincia
de Santa Fe; Brinkmann, Devoto, Córdoba (capital), Morteros y Coronel Moldes en
la provincia de Córdoba; Coronel Charlone, Alberdi, Chivilcoy y Hurlingham en la
provincia de Buenos Aires; y Capital Federal.
La producción de SANCOR comprende:
• Deshidratados: leche en polvo entera, leche en polvo descremada y
suero de queso en polvo.
• Quesos: un espectro variado de reconocida fama y algunos tipos con
premios internacionales. El depósito de maduración en Gálvez es el mejor muestra-
rio de esta riqueza.
• Dulce de leche: común y pastelero de superior factura.
• Manteca: en unidades para exportaci6n, de consumo familiar y en pe-
queñas fracciones unipersonales.
• Leches: pasteurizadas, esterilizada U.A.T., esterilizada saborizada, flui-
da y reemplazante de leche.
• Crema: pasteurizada.
• Yoghurt: Línea Yoplait; yoghurt bebible Yop.
• Caseína y caseinato de sodio.

Agroindustria cooperativa │ 56
• Flanes y Postres; Mayonesa; Salsa Golf; Jugos.

Por tratarse de productos alimenticios, SANCOR ha establecido un severo con-


trol de calidad tanto de la materia prima como de los productos terminados. En esta
tarea estuvieron siempre los distintos Centros de Análisis de Materia Prima, así como
los servicios de planta destinados al tratamiento de aguas y efluentes industriales.
No hace mucho, y con el fin de tecnificar el control de calidad, fueron incorporados
y destinados al análisis de la composición de la materia prima y de productos lácteos
un equipo Milko Scan 104 A/B Y un Fossomatic 215.

c) Área tecnológica
La evolución de la tecnología en todos los campos ha generado verdaderos de-
safíos y compromisos de modernización, de los cuales no puede escapar ninguna em-
presa que quiera competir en paridad de condiciones y triunfar en el mercado. Sobre
este fenómeno hay plena conciencia en SANCOR y por eso la conformación de
una Área Tecnológica orientada y puesta en actividad al finalizar el ejercicio 1985/86.
Sobre el particular, y para conocer cómo se la orientó y pautó, transcribimos
un largo texto de la Memoria:

• Desarrollo y adaptación de nuevas tecnologías para la elaboración de


nuestros productos y su incorporación a la estructura industrial de la
Cooperativa, y nuevos productos lácteos y alimenticios en general, a
través de investigación aplicada interna o en coordinación con institu-
tos de investigación especializados.
• Análisis de utilización de estructuras de terceros y desarrollo de tec-
nologías y proyectos que pueden ser ejecutados por nuestras Coopera-
tivas Asociadas, para la elaboración de productos alimenticios.
• Mejoramiento de nuestros métodos y tecnologías, su diseño, su imple-
mentación y evaluación de los resultados.
• Coordinación en el desarrollo de proyectos de transferencia de tec-

Agroindustria cooperativa │ 57
nologías a terceras empresas de otros países, y su ejecución.
• Adaptación, investigación y desarrollo de nuevas tecnologías para
el mejoramiento de la productividad de las explotaciones lecheras de
nuestros asociados, así como también sus condiciones de manejo y la
extracción y conservación de la leche.
• Coordinación con las restantes Áreas de nuestra Cooperativa para im-
plementar los avances tecnológicos
que permitan el logro de los objetivos de nuestra planificación estratég-
ica”.

La importancia de la ciencia y la tecnología es ahora comprensible para el


hombre de ciudad y de campo. “Scientia est potentia”, dijo Francis Bacon; y desde
entonces el hombre europeo y luego el de otros continentes fueron tomando concien-
cia y ahora el concepto se ha universalizado. Por lo tanto el futuro previsible –como
lo ha señalado Terragno en “Argentina Siglo XXI”–, está en la ciencia y la tecnología.
Desde luego en los lácteos y en todos los productos alimenticios. Todo esto entra en
el tema de la tecnología alimenticia, la cual ya se ha programado en los correspondi-
entes planes de estudios de algunas universidades. En esta categoría se podrá calific-
ar la producción argentina de alimentos y convalidar su entrada en los mercados más
exigentes. La tecnología se extiende desde las pasturas y las vacas hasta los productos
lácteos más sofisticados. Nada puede dejarse afuera.

Otras Áreas

En SANCOR existen otras áreas importantes, vinculadas naturalmente a su


industria, como son el Área administrativa y el Área de relaciones. Se completa con
ellas el cuadro empresario y se establece la relación entre producción y comercializa-
ción.

a) Área Administrativa: En una estructura orgánica todo se correlaciona.

Agroindustria cooperativa │ 58
Antes enunciamos uno de los objetivos principales, el de “la productividad a través de
personas”, lo cual tiene que ver con el conjunto y con el rendimiento de cada uno. La
importancia de este tema, como el del transporte y del servicio financiero, se pueden
ver en este texto de la Memoria:

“Correspondiendo a los objetivos enunciados por


el “SAN-5” de liderazgo en costos y productividad a
través de personas, los servicios administrativos, de
transporte y financieros fueron objeto de permanente
análisis en procura de ser sometidos a una vigorosa ra-
cionalización y desarrollo, acorde a las necesidades de
la Cooperativa”.

Aún más importante es lo que se dice a continuación:


“Durante el ejercicio se produjo un sostenido avance en
el perfeccionamiento de sistemas administrativos, in-
formativos y de control, con preferente aplicación de
los métodos computarizados, lográndose la descentral-
ización de tareas a Plantas, consolidación de herrami-
entas de planeamiento operativo y la instrumentación
de programas indispensables para la optimización de
las tareas de compras y suministros con miras a lograr
las mejores condiciones del mercado abastecedor y la
disminución del índice de rotación de existencias de al-
macenes”. (Memoria 1985/86).

b) Área de Relaciones: El mundo de relaciones de SANCOR es muy
amplio y se extiende, en primer lugar, a los componentes federativos, es decir, a todas
las 314 cooperativas asociadas y entre ellas una federación -UNCOGA-, con asiento
en Rafaela. Este es, si se quiere, un mundo interno.
Por razones ya apuntadas debemos sumar a la Cooperativa de In-

Agroindustria cooperativa │ 59
seminación Artificial de Venado Tuerto (CIAVT). Pero el mundo cooperativo tiene,
además, otra dimensión y por eso SANCOR se encuentra adherida a CONINAGRO,
al cooperativismo argentino y aún al cooperativismo mundial.

Por otra parte, SANCOR mantiene relaciones de tipo institucional


con entidades dedicadas de alguna manera a la lechería, participan-
do, por ejemplo, en el Centro de Industria Lechera, en la Comisión
de Concertación de Política Lechera y aún en otros organismos na-
cionales y provinciales’ que tienen que ver con la legislación, flexibi-
lización de precios, exportaciones y financiamiento, así como apoyo
a productores en situación de emergencia o desastre.

Y, finalmente, las relaciones lógicas con organismos estatales, ban-


cos, SANCOR Seguros, firmas proveedoras y la inmensa cartera de
clientes nacionales y extranjeros.

Comercialización

La red de comercialización interna se asienta en las sucursales de venta, ubi-


cadas en Buenos Aires, Rosario, Córdoba, Mar del Plata, Resistencia, Santa Fe,
Tucumán, Bahía Blanca, Posadas, Mendoza, , Morón, La Plata y Quilmes; además
tiene delegaciones en Río Cuarto y Olavarría. Las oficinas de exportación se encuen-
tran en Buenos Aires.
Toda esta red de comercialización, en los mercados interno y externo, responde
a la Administración Central, con sede en Sunchales, provincia de Santa Fe.
El comercio exterior de SANCOR se amplió y hoy llega a 21 naciones de conti-
nentes distintos. Son ellas: Chile, Brasil, Perú, Méjico, Venezuela, Colombia, Estados
Unidos, Canadá, Italia, Suiza, Inglaterra, Rusia, España, Marruecos, Japón, Holanda,
Francia, Bélgica, Noruega, Alemania y Finlandia.
En 1986 abrió una sucursal en San Pablo, Brasil con la finalidad de abastecer
directamente al mercado brasileño.

Agroindustria cooperativa │ 60
Esta empresa cooperativa, que en su ámbito cuenta actualmente con unos
9.870 tambos, 7.355 empleados y que alcanzó a procesar más de 47 millones anuales
de grasa butirométrica, tiene en la exportación un futuro de primera línea. El mer-
cado interno tiene sus límites naturales, pero el mercado externo, particularmente en
África y Asia, tiene que crecer en la medida que haya comunicación, cambio racional
de la moneda y un mayor poder adquisitivo de aquellos pueblos.

2. Agroindustria de FACA

A través de documentos anuales -Memoria y Balance- podemos conocer la ac-


tividad industrial de la Federación Argentina de Cooperativas Agrarias Coop. Ltda.
(FACA), entidad de segundo grado fundada en 1947 y que hoy cuenta con 319 asocia-
ciones de primer grado, más una veintena en trámite de afiliación y que ya pueden es-
tar incorporadas. También pudimos conocer parcialmente su industria en una visita
a la Fábrica Oleaginosa “Esteban Piacenza”.
La potencia económica de FACA, con una operatoria en 1986 que ha logrado
superar los 446.000.000 de australes, nos hace suponer una capacidad ponderable
para la implantación y desarrollo de programas de tipo agro-industrial, particular-
mente en oleaginosas y alimenticias. FACA tiene sus plantas industriales y se puede
pensar que en el futuro se instalarán otras. Esta es una prognosis desde afuera, porque
en realidad no conocemos planes y objetivos en esta materia.
La industria desarrollada por las entidades primarias adheridas, y que por
razón del principio de integración y la relación existente se engloban con el mundo
de FACA, ofrece una serie de productos calificados como fibra y semilla de algodón,
aceites vegetales, tomates al natural, puré de tomates, extracto de tomates, tomates
triturados, durazno al natural, arvejas al natural, sidra, dulces de batata y de mem-
brillo, y, sobre todo, excelentes vinos. Se trata de una producción que se coloca a
través de DIPA o se exporta por los canales ordinarios de FACA.

Agroindustria cooperativa │ 61
Como en SANCOR, existe en FACA convicción sobre rendimiento y dismi-
nución de costos a través de la adopción de tecnologías y de la eficiencia personal,
como se advierte en este texto de la Memoria correspondiente al 38ª ejercicio de la
entidad:

“Nuestra fábrica ya tiene hoy características de mod-


ernidad y eficiencia adecuadas. Pero la agroindustria y
la oleaginosa en particular se desenvuelven con condi-
ciones tecnológicas y comerciales cada vez más comple-
jas que definen un mercado. de competencia, en el que
sólo se puede participar con una activa preocupación
por la optimización de costos en base a la actualiza-
ción, desarrollo e investigación de tecnologías que res-
peten el grado de adelanto que el mundo ha alcanzado
en estos temas. A tal fin, los avances realizados deben
ser necesariamente la base para la búsqueda de nue-
vas realizaciones y en este sentido nuestros objetivos
deben ser lograr una mejor instrumentación y control
de planta, con el re equipamiento imprescindible en los
extractores por solvente, y (en todo equipamiento), que
en general permiten un mejor manejo y costos más re-
ducidos”.

FACA cuenta con 4 plantas industriales. Como es obvio, la materia prima la re-
cibe de los productores de las cooperativas asociadas. Este hecho es parte del sistema
de integración, pues permite a los productores a través de sus cooperativas, colocar
sus productos con seguridad y a buen precio.

La Fábrica Oleaginosa “Esteban Piacenza”

Nos ocuparemos primero de la Fábrica que visitamos y que consideramos de

Agroindustria cooperativa │ 62
real envergadura. Pero más adelante daremos referencias sobre las otras plantas, il-
ustrando con un cuadro la producción anual de las mismas.

Descripción

La Fábrica “Esteban Piacenza” se encuentra ubicada en Villa Madero, provin-


cia de Buenos Aires y a pocos kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires. Es una planta
industrial, que tiene como característica esencial ser multigrain, o sea que tiene la
aptitud de procesar distintos tipos de granos, ya sean girasol, lino, maní o soja. Las
ventajas técnicas en materia de mezcla y sobre todo la posibilidad de una provisión
de materia prima constante durante todo el año son evidentes.
La ubicación geográfica de las industrias hace que no todas las plantas tengan
esta característica, porque aquellas que están, por ejemplo, en la zona de Santa Fe
fueron exclusivamente preparadas para la molienda de soja: y las que están recosta-
das sobre el Paraná y sobre la provincia de Entre Ríos se dedican exclusivamente a la
molienda del lino.
La planta de FACA está ubicada en una zona de alta densidad demográfica a la
que converge, por distintos medios de transporte, casi toda la producción del país. En
este sentido guarda similitud con la afluencia de transportes y de productos al Mer-
cado Central ubicado en Tapiales. Cuenta con un sistema de recepción de semilla de
tipo automático, con volquete hidráulico, que toma al camión, 10 levanta, descarga
sobre las tolvas, y, a partir de ese momento todo el proceso de transporte, alma-
cenamiento, preparación de la semilla y el envío de la misma a la planta, es mecani-
zado y automático, con una capacidad de almacenamiento de granos del orden de las
40 a 45 mil toneladas.
En la primera etapa, podemos decir, produce aceite crudo y pellets que luego
se utiliza como ingrediente básico de alimentos balanceados para animales. Además,
cuenta con una refinería, que transforma el aceite crudo en aceite comestible. Una
parte del aceite se refina y cuentan con una capacidad diaria de refinación de 100
toneladas. Se integra el circuito industrial con una planta de fraccionado, que dis-

Agroindustria cooperativa │ 63
tribuye la producción entre las cooperativas asociadas y otras entidades afines, de
acuerdo a las pautas y cupos concertados.
La planta de fraccionamiento actualmente supera la expectativa que ofrece el
mercado interno, por lo tanto se trabaja a pleno. Tiene una capacidad de envase de
1.200 latas de 5 litros por hora; o 5.000 botellas por hora.
Las fábricas cooperativas de aceite tienen un mercado propio dentro del ter-
ritorio nacional, constituido por el conjunto de cooperativas primarias asociadas que
tienen secciones de consumo de alimentos y bienes finales a las que concurren las
familias de los productores. Prácticamente no se trabajó con el resto del mercado
interno por la gran competencia que existe por parte de otras empresas aceiteras.
FACA, como empresa agropecuaria y exportadora orientó principalmente la
producción de esta fábrica, casi exclusivamente para los mercados del exterior, con-
tribuyendo así a que la Argentina sea el primer exportador de aceite crudo de girasol
del mundo.
La capacidad de producci6n de la planta “Esteban Piacenza” es de 1.100 tone-
ladas diarias de semillas como máximo, procesando soja y girasol.
En lo que se refiere a almacenamiento de productos, pueden almacenar 12.000
toneladas de aceite, de distintos tipos, en 6 tanques. Uno de ellos de 5 millones de
kilos de capacidad; y cuenta aproximadamente con instalaciones para 17.000 tonela-
das de almacenamiento de pellets.
Los técnicos afectados al control de calidad están equipados con moderno in-
strumental para realizar pruebas y ensayos sobre materia prima, grado de finado y
pureza de los aceites, así como atender todas las exigencias bromatológicas, lo que
asegura una calidad constante de sus productos.
El personal empleado llega a 140 personas.

Otras plantas industriales

En las tres restantes FACA procesa maní, semilla de algodón y soja, materia
prima que aportan algunas cooperativas asociadas. Son plantas destinadas a reci-

Agroindustria cooperativa │ 64
bir la producción local y a brindar trabajo en ciudades del interior. Dan respuesta a
necesidades de los productores y de las familias rurales.
Se examinan aquí las características de estas plantas y se dan cifras relativas
a producción. La industria de FACA tiene un futuro importante en el ámbito de la
Pampa húmeda como dentro de las llamadas “economías regionales”, lo cual ya se
advierte en estas plantas.

a) Planta seleccionadora de maní y legumbres “Julio B. Oroño”

Esta planta, conocida como “Seleccionadora”, cambió su relación contractual al ini-


ciarse la campaña 1985/86. Como consecuencia de un común acuerdo con las Coop-
erativas primarias de la zona, la Planta quedó exclusivamente en manos de FACA y
por lo tanto pasó a cerrar su ejercicio anual en la misma fecha que ésta.
La producción de maní registra algunas variaciones y naturalmente afecta a su
industria. Se puede decir en materia de áreas de siembra y de rendimiento que las
campañas 1985/86 y 1986/87 han sido favorables, sin embargo, por el descenso de
precios internacionales, el productor no pudo ganar lo que se esperaba y la industria
tuvo que amoldarse a tales circunstancias.
Las relaciones de producción de maní con el comercio y la industria se puntu-
alizan con las cifras del siguiente cuadro:

COMPARATIVO DE OPERACIONES “JULIO B. OROÑO”

Total Mercado
Toneladas Industria
Cosecha toneladas interno
Exportadas (toneladas)
acopiadas (toneladas)

1982/83 9.591 5.700 450 3.200


1983/84 10.697 6.400 150 4.300
1984/85 10.203 5.503 959 3.941
1985/86 8.218 2.658 470 3.237
Fuente: Memoria y Balance FACA 39º Ejercicio.

Agroindustria cooperativa │ 65
b) Fábrica Oleaginosa “Ireneo Barrios”

Esta planta procesa semilla de algodón. La materia prima procede exclusiva-


mente de la producción nacional. Y este es un tema que merece consideración, pues
el acopio de materia prima no guarda regularidad, y, como ocurrió en la campaña
1985/86, es totalmente insuficiente y con incidencia negativa en los precios finales de
la industria.
La campaña récord 1977/78, con sus 715.670 toneladas de algodón en bruto,
ha quedado atrás. Las dos últimas campañas examinadas registran una sensible re-
ducción de la producción; y la última (1985/86) sólo alcanza las 350.000 toneladas
de algodón en bruto.
Si nos concretamos a la campaña 1985/86, la Fábrica “Ireneo Barrios” proce-
só 10.416 toneladas de semilla de algodón. Las cooperativas de FACA, de la zona de
influencia del empobrecido sudoeste chaqueño aportaron el 41,18%, es decir, 4.290
toneladas; y el resto, 6.126 toneladas (58,82%), fue adquirido por la Fábrica a otras
cooperativas de la región y a desmotadores particulares.
Pero este volumen de materia prima sólo alcanzó para 8 meses de actividad
industrial, quedando la planta, por lo tanto, inactiva durante 4 meses. Este problema
no es de fácil solución. Creemos, sin embargo, que una acción posible es que las coo-
perativas de primer grado transfieran a los productores asociados nuevas tecnologías
productivas que permitan duplicar y triplicar el rendimiento de algodón por hectárea
y que se fortalezca la fidelidad de las cooperativas con FACA.

c) Planta “Dalmacio Velez”

Finalmente debemos mencionar a esta planta, ubicada en la provincia de Cór-


doba, y dedicada al procesamiento de la soja. También en este caso, en la campaña
1984/85, la provisión de materia prima fue un tema crítico. Fuera de los habituales
días feriados, la fábrica estuvo inactiva 35 días por falta de materia prima. Este pro-
blema no puede solucionarse desde la Planta “Dalmacio Velez”; y posiblemente sea

Agroindustria cooperativa │ 66
un componente más de la situación del agro argentino y las dificultades que encuen-
tran los que quieren trabajar. No obstante, en 1a campaña 1985/86, se pudo lograr un
abastecimiento satisfactorio, aumentar el ritmo y revertir la situación.
En la elaboración no hubo problemas técnicos –dice la Memoria–, y la “calidad
lograda en aceites (crudo y refinado), como en subproductos, permitió la colocación
de los mismos sin inconvenientes de ninguna naturaleza, tanto en el mercado interno
como en la exportación”.
Pero el espíritu de trabajo y crecimiento de FACA se puso de manifiesto con la
construcción de un gasoducto para la planta, obra que se completó con las reformas
de caldera y secadora, adaptándolas al consumo de gas.

RENDIMIENTO PLANTA “DALMACIO VÉLEZ”

Diferencia
Diferencia
Producto (soja) 1985 1985 absoluta
relativa 85/86
85/86
Semilla
100.498 Tn 92.088 Tn 8.410 Tn 8,4%
procesada

Aceite crudo 17.289 Tn 15.955 Tn 1.334 Tn 7,7 %

Aceite refinado -,- 1.117 Tn 1.117 Tn 100,0%

Subproductos 82.070 Tn 75.426 Tn 6.644 Tn 8,1 %


Fuente: Memoria y Balance FACA 39º Ejercicio.

Cooperativas afiliadas a FACA con actividad industrial

El mundo de FACA está integrado por las cooperativas primarias adheridas, muchas
de las cuales tienen sus propias industrias. Es justo, por lo tanto, ofrecer un listado
de las mismas.

1. Cooperativa Agraria de Producción y Consumo de Allen Ltda.


2. Cooperativa Agrícola “Presidente Avellaneda” Ltda.

Agroindustria cooperativa │ 67
3. Cooperativa Agrícola, Frutícola y de Consumo “La Colmena” Ltda.
4. Cooperativa Frutícola y de Consumo “Sayhueque” Ltda.
5. “La Caroyense” Cooperativa Vitivinícola de Córdoba y La Ríoja Ltda.
6. Cooperativa Frutícola Asociación de Cipolletti “FADEC” Ltda.
7. Cooperativa Frutícola y de Consumo “La Colonia” Ltda.
8. Cooperativa Agraria de Producción y Consumo “Agricultores Unidos:’ Ltda. .
9. Cooperativa “La Regional” Agropecuaria y Tambera Ltda.
10. Cooperativa Vitivinícola, Industrias Anexas y Producción “Cipolletti” Ltda.
11. Sociedad Cooperativa Ltda. de Agricultores de Coronda.
12. Cooperativa Frutihortícola, Industrial de La Rioja Ltda. (COFILAR)
13. Cooperativa Agrícola Eldorado Sociedad Cooperativa Ltda.
14. Cooperativa Agropecuaria y de Servicios Públicos “El Surco” Ltda.
15. Cooperativa Agrícola “Río Tapenagá” Algodonera Ltda.
16. Cooperativa Agropecuaria y Provisión de Servicios de Electrificación Rural “La
Federación” Ltda.
17. Cooperativa Agrícola “Toba” Algodonera Ltda.
18. Cooperativa Frutícola de Producción y Consumo “La Ribera” Ltda.
19. Cooperativa Agropecuaria Hermoso Campo Ltda.
20. Cooperativa Agropecuaria La Invernada “IMPAS” Ltda.
21. Cooperativa Vitivinícola, Frutícola, Hortícola y de Consumo “Los Andes” Ltda.
22. Sociedad Cooperativa de Producción Alimenticia “Mainque” Ltda.
23. Cooperativa Agrícola Industrial “Río Diamante” Ltda. de San Rafael
24. Cooperativa Vitivinifrutícola “25 de Mayo” de Santa Rosa Ltda.
25. Cooperativa Agropecuaria Villa Ocampo Ltda.
26. Cooperativa Agropecuaria “Unidad Agraria” Ltda.
27. Cooperativa Mixta Unida Agropecuaria y de Consumo Ltda.
28. Cooperativa Agraria “La Rinconada” Ltda.
29. Cooperativa Agrícola “La Defensa” Ltda.
30. Cooperativa de Producción y Consumo “La Flor de Durazno” Ltda.
31. “La Reginense” Coop. Vitivinícola Frutícola y Hortícola de Colonia Regina Ltda.

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32. Cooperativa Agrícola y de Consumo “Mojón 1106” Ltda. de Villa Regina
33. Cooperativa de Producción y Consumo “Las Bardas” Ltda.

3. UCAL (Unión de Cooperativas Agrícolas Algodoneras Limitada): La


industrialización del algodón

Sin lugar a dudas, el algodón es la principal fibra natural de la industria textil.


Perdió importancia en la década de 1960/70 con la invasión de las fibras sintéticas,
pero se estima ahora que por los altos precios del petróleo volverá a gravitar en el
mercado. Si además disminuyen sensiblemente las reservas de petróleo y entra en
crisis la industria petroquímica, el algodón puede ser nuevamente el “oro blanco” y
aumentar la demanda. La lana tiene su importancia, pero no registra la masividad del
algodón.

Producción de algodón en el país

La producción de algodón en el país se inició a comienzos del siglo, gracias


a pioneros y colonos. Antes el algodón cultivado por los indios diaguitas –el gossi-
pium barbadense–, y el cultivo reducido de “encomenderos” y hombres de la época
colonial, no tuvo mayor significación y quedó como parte de una economía de sub-
sistencia. Con los pioneros modernos la producción del algodón fue creciendo de una
manera progresiva hasta llegar a cierto tope, con altibajos en el volumen, que algunos
interpretan como fenómeno cíclico propio del mercado, además de las condiciones
climáticas o de una determinada política algodonera.
Terminada la primera etapa de la colonización del Chaco, entre la primera y
segunda guerra mundial, los productores intensificaron el cultivo del algodón. Tam-
bién en otras provincias como Formosa, norte de Santa Fe, Santiago del Estero y
Corrientes; y en menor escala Catamarca, La Rioja y norte de Córdoba.

Agroindustria cooperativa │ 69
Era la época en que la promoción del cultivo del algodón se hacía con el lema
del “oro blanco”, como una alternativa distinta pero tan valiosa como el petróleo, al
cual habían calificado de “oro negro”.
En la campaña algodonera 1920/21 la producción alcanzó las 29.195 tonela-
das. Los volúmenes fueron creciendo y así en 1944 se llega a cierta madurez con un
volumen de 370.000 toneladas de algodón en bruto. Es el año en que se realiza una
extraordinaria Fiesta Nacional del Algodón y el gobierno nacional promulga el De-
creto Ley N° 24.046, tal vez el primer instrumento orgánico de legislación algodone-
ra.
Posteriormente el crecimiento fue más lento, alcanzándose cifras superiores a
las 535.000 toneladas en la década de 1950/60. Hubo también retrocesos, como en
la crisis de 1965, en que se vuelve a volúmenes apenas superiores a los de 1940.
Según estadísticas oficiales, la campaña 1977/78 produjo 715.670 toneladas de
algodón en bruto, que desmotadas dieron unas 220.000 toneladas de fibra de diver-
sos grados. Fue el record de producción del país, aunque, por razón del cambio mo-
netario, no tuvo buenos precios para los productores.
Con las 370.000 toneladas de 1944 la Argentina se ubicó en el décimo lugar en-
tre las naciones productoras del mundo. Actualmente, aún con la producción record
de 1977/78, ni siquiera figura en las estadísticas de las naciones productoras. Ello
significa que numerosas naciones incrementaron la producción, mientras nosotros
quedamos estancados y en la maraña de sucesivas crisis del mercado algodonero, de
la asistencia financiera, del cambio de divisas o de fenómenos meteorológicos.
La participación del sector cooperativo ha sido muy importante. En algunas
campañas ha logrado dominar y controlar hasta un 60% de la producción nacional.
En la aludida campaña 1977/78, el sector cooperativo manejó el 52,7%, mientras que
las otras empresas particulares comercializaron un 47,3%. Es justo afirmar, no obs-
tante los problemas y una historia adversa, que UCAL, Unión de Cooperativas Agrí-
colas Algodoneras, tuvo mucho que ver en la comercialización e industria del algo-
dón.
También es justo decir que numerosas cooperativas primarias realizan las eta-

Agroindustria cooperativa │ 70
pas previas de la industria algodonera, como son el desmote y deslintado, con todo lo
cual el sector colabora y participa en el esfuerzo nacional.
En las dos últimas campañas examinadas la producción de algodón registró
una sensible disminución. La última, sobre todo, bajó a una cifra muy pobre. Las ci-
fras de la última campaña dadas por UCAL confirman lo que hemos afirmado:

“En la campaña 1985/86 se sembraron en todo el país


353.300 hectáreas con algodón, lo que significó una re-
ducción del 23,7% en relación a la anterior. En el Chaco
la siembra alcanzó a 221.350 Has.: un 23,1% inferior a
la de la campaña 1984/85”. (Memoria de UCAL - Ejer-
cicio 53°).

Desmote y deslintado

El desmote es un proceso industrial básico, mediante el cual se separa la fibra


de la semilla, además de apartar los restos de cápsulas secas y de la basura. En tér-
minos generales la fibra extraída representa un 32% del algodón en bruto, la semilla
está en un 60% y el resto es prácticamente basura.
El desmote se completa con el deslintado, es decir con el proceso que extrae
el linter, una pelusa que recubre a la semilla y que tiene aplicación en el relleno de
algunos muebles tapizados y en cierta colchonería.
En el año 1944 había en el país unas 143 plantas desmotadoras. Al promediar
la década 1950/60, considerada como de cierto esplendor, el número se había incre-
mentado hasta llegar a unas 180 plantas. Luego el algodón entró en crisis, reducién-
dose en consecuencia el número de desmotadoras. En 1980 estaban en funciona-
miento poco más de 100 plantas desmotadoras: 11 oficiales, 37 del sector cooperativo
y 58 de empresas particulares.
La euforia de antes por el algodón y la instalación de plantas desmotadoras ya
pasó. Ahora se busca tecnología, reducción de costos y eficiencia. Las famosas LUM-
MUS que se habían instalado en otro tiempo hoy son chatarra. Por eso no creemos

Agroindustria cooperativa │ 71
que se multipliquen las desmotadoras, pero estamos convencidos que puede incre-
mentarse la producción de fibra. El desmote entraría en estas dos pautas generales:

a) Plantas de alta tecnología y mayor rendimiento que suplanten a


las viejas desmotadoras, que evidentemente deterioraban la calidad
de la fibra y su rendimiento por hora era bajo. Con un proceso mo-
derno de desmote se puede mejorar hasta un grado la calidad con
respecto al desmote de las viejas desmotadoras convencionales, lo
cual significa mucho dinero.

b) Centralización del desmote, para reducir gastos a través de una


administración orgánica. Esto significa que las cooperativas y los
acopiadores con escasas perspectivas, por su ubicación y el número
de socios o clientes, concentrarían la producción de bruto en alguna
superusina desmotadora.

La participación de las cooperativas en las tareas de desmote ha sido también


muy importante, puesto que registraban, hasta 1980, un 36% de las plantas exis-
tentes. Además fueron las empresas que instalaron más desmotadoras de avanzada
tecnología y alto rendimiento, como las que instaló UCAL en Barranqueras y Sáenz
Peña, las cuales, por circunstancias muy agudas, pasaron a otras manos. Cooperativa
Unión Agrícola de Avellaneda (Santa Fe), sobre los cuales se da cuenta más adelante;
Cooperativa “Toba” de General San Martín; Cooperativa Unión y Trabajo de Quitili-
pi; Cooperativa “El Progreso” de Sáenz Peña, entre otras instalaron equipos “Conti-
nental” de renovada tecnología, todo lo cual representa una apreciable inversión en
este aspecto fundamental de la industria algodonera.

Hilados y aceites de algodón

Nunca las cooperativas pensaron quedarse con el desmote. Desde el principio

Agroindustria cooperativa │ 72
intentaron seguir con los procesos de industrialización, primero estableciendo plan-
tas aceiteras y más tarde hilanderías.
La semilla de algodón destinada a la industria no siempre fue aprovechada. A
veces se la utilizó hasta para rellenar los caminos de pueblos chaqueños. Por eso los
agricultores intentaron elaborar aceites. Entre las que inauguraron las cooperativas
figura aquella de la Cooperativa Ministro Le Breton, en río Arazá, que hoy está en vías
de reactivarse. Y también debemos mencionar la fábrica de aceites de la Cooperativa
Sáenz Peña Ltda., que aún, hasta 1980, seguía en actividad. Asimismo UCAL tuvo en
su tiempo (1957/67) una fábrica de aceites en Resistencia, la “San Fernando”, que ya
no existe. En los últimos años se habló de la necesidad de aprovechar la semilla y con
ese fin se han realizado estudios y reuniones en el ámbito de UCAL y FACA, así como
entre las cooperativas independientes.
Sin duda, es más importante la elaboración de hilados. La falta de capitales y
del apoyo financiero necesario no permitió a las cooperativas de las provincias pro-
ductoras de algodón encarar la instalación de plantas hilanderas. Tampoco es signifi-
cativo lo que en este rubro pudo hacer la empresa privada del Chaco. Las estadísticas
registran un porcentaje del 91% de la industria hilandera radicada en Buenos Aires
y el Gran Buenos Aires, lo cual indica claramente que el margen local, en la zona de
producción, es muy escaso.
Las hilanderías más importantes del sector cooperativo son las de UCAL, Unión
de Cooperativas Agrícolas Algodoneras Ltda., entidad que adquirió en 1961 aquellas
que pertenecían al grupo DINIE, y que, convencionalmente hablando, poseían una
capacidad global de 28.000 husos y una producción anual de 3.800.000 kilogramos
de hilados; la radicada en Barranqueras con 19.200 husos y 2.700.000 kilogramos de
producción; y la de Santiago del Estero con 8.800 husos y 1.100.000 kilogramos de
hilados, naturalmente de distintos grados.
UCAL fue realizando una renovación parcial de equipos industriales, sin lograr
las metas que se había propuesto en 1972. En general la aspiración era pasar del hila-
do cardado al peinado y ofrecer al mercado títulos de mayor calidad. Pudo inaugurar
en la Planta de Santiago del Estero una sala completa de “continuas”, pero la planta

Agroindustria cooperativa │ 73
principal, la de Barranqueras, en el Chaco, seguía trabajando con equipos obsoletos.
Por fin en 1979, gracias a las intensas gestiones de la nueva administración
de UCAL y al apoyo del gobierno del Chaco, se inició la renovación total del parque
de máquinas de la Hilandería de Barranqueras, operativo que ese año concretó la
compra de las máquinas y se dispuso encarar la modernización y el montaje con un
criterio real y que tiene que ver con todos los aspectos relacionados con la materia.
Además UCAL ya había instalado en Barranqueras una planta de algodón plegado,
cuya producción, en gran parte, se comercializó a través de la Federación Argentina
de Cooperativas Farmacéuticas (FECOFAR). El resto salió con la marca de “UCAL” y
se colocó en el mercado local, el NEA, y aún en Buenos Aires. La producción común
y súper se inició con 30.000 kilogramos mensuales y luego ascendió hasta 60.000,
reinando, por un tiempo, cierta satisfacción.
Desgraciadamente, UCAL padeció un proceso adverso para su vida institucio-
nal, para su patrimonio y para su actividad industrial. Los factores de tal proceso
son complejos y quien los analice deberá estudiar la incidencia de la política econó-
mica del país, del valor del cambio ante precios internacionales y la falta de créditos
oportunos; también inversiones equivocadas por parte de UCAL, pérdidas por el uso
de maquinaria obsoleta, sobredimensionamiento de personal o resistencias a una
acción conjunta que no convence y, finalmente, a factores climáticos y a graves inun-
daciones.
El resultado del proceso fue el achicamiento de UCAL. Hoy, en materia indus-
trial, sólo está en actividad la nueva Hilandería de Barranqueras (Chaco) y el Molino
Harinero de Yrigoyen (Santa Fe). La Planta de Algodón Hidrófilo se paralizó el 15 de
noviembre de 1986.
La modernización de la Planta de Hilados de Barranqueras tuvo un resultado
positivo. Y en el último ejercicio económico de la entidad cerrado el 31/3/87, se pudo
decir:
“La producción de Hilados tuvo un incremento del 24%
respecto a la del año anterior, alcanzándose el volu-
men más importante en el período bajo comparación

Agroindustria cooperativa │ 74
y a partir de la incorporación de la nueva hilandería de
Barranqueras’’. (Memoria).

PRODUCCIÓN TEXTIL DE UCAL

Algodón
Hilados en Variación con Variación con
Ejercicio hidrófilo en
toneladas el año anterior el año anterior
Tn.

1983/84 2.259 - 2% 668 + 20%

1984/85 2.359 + 4% 769 + 15%

1985/86 2.260 - 4% 587 - 24&

1986/87 2.811 + 24% 200 - 60%


Fuente: Memoria UCAL Ejercicio 53º.
Nota: La producción de algodón hidrófilo quedó suspendida a partir del 15/11/86.

4. La industria de la Asociación

Desde temprano se habló de industria en la Asociación de Cooperativas Ar-


gentinas (ACA). La inauguración de una fábrica de aceites vegetales en 1952, en Villa
Constitución (Santa Fe), con el nombre de Ramón Elorriaga, tuvo la virtud de afian-
zar la idea y desarrollar entre las afiliadas un clima propicio para la agroindustria. Por
eso al año siguiente y dentro del contexto del Segundo Plan Quinquenal del gobierno
peronista, empezó a circular entre las afiliadas el Plan Industrial de la Asociación.
El líder de está iniciativa, don Celestino Sienrra (h), dijo sobre el particular en
una reunión de cooperativistas realizada en la ciudad de Pergamino el 26 de febrero
de 1953:
“El plan de industrialización elaborado por la Asocia-
ción de Cooperativas Argentinas, y que ahora se somete
a la consideración de los consejos de administración de
las cooperativas afiliadas, comprende

Agroindustria cooperativa │ 75
la instalación de fábricas para transformar las semillas
de lino, girasol y maní; molinos para obtener harina
de trigo y de maíz, ingenios para la fabricación de azú-
car; usinas pasteurizadoras de leche para el consumo
y obtención de subproductos; tratamiento de los cue-
ros obtenidos en las explotaciones agrarias mediante el
pikelado y curtiembre de los mismos; y desde luego, la
instalación de cámaras frías para la mejor defensa y co-
locación de la producción granjera y la construcción de
depósitos y altos silos en los puntos de concentración
de la producción”.

Para don Celestino Sienrra (h) el tema era trascendente y personalmente lo


asumía como un objetivo capaz de liberar a la misma familia agraria. Efectivamente,
le asignaba a la industria cooperativa agraria una indiscutida prioridad:

“Lo trascendente del plan, después de la reestructura-


ción de la tierra, radica en el hecho que considero de
extraordinaria importancia, de industrializar masiva-
mente la producción primaria del país”.

Y, sobre este fundamento de la liberación económica de la familia agraria, por


cierto de carácter intrínseco y en virtud del fenómeno económico, propio y positivo,
de la industria, hablaba con pasión sobre:

“La valorización de la producción mediante la indus-


trialización de la misma hecha en forma cooperativa”.

Hubo entusiasmo y se inició la gestión de implementar, con el concurso de las


afiliadas, el mencionado Plan Industrial de ACA. La historia es rica en esfuerzos y

Agroindustria cooperativa │ 76
también en frustraciones. Naturalmente es una historia condicionada por la situa-
ción política y económica del país en las últimas décadas. Se instalaron fábricas y se
hicieron diversas inversiones positivas. Sin embargo, aún hoy la Asociación de Coo-
perativas Argentinas no ha logrado una industria con el nivel de las expectativas y
aspiraciones de sus dirigentes. El futuro de la Asociación de Cooperativas Argentinas,
en materia industrial, está en la producción alimenticia, de nivel internacional y con
alta tecnología y presentación de los productos.
Para interpretar la realidad de ACA y comprender su nivel industrial, es necesa-
rio ampliar el panorama y mirar la totalidad de los proyectos realizados, industriales
o no, según puede inferirse de la Memoria y Balance de la institución. La proyección
entonces, y en consecuencia la magnitud de su gestión empresaria, debe evaluarse
ante todo a través de las inversiones concretadas. Las mismas sólo muy parcialmente
tienen que ver con la industria. Podemos decir, en un esquema simple, que las inver-
siones se efectuaron en tres áreas importantes: agraria, portuaria e industrial.

a) Complejo de tecnología agraria: Programa desarrollado, hasta ahora,
en dos capítulos relevantes: el criadero de Semillas “Cabildo” (variedades de trigo) y
el criadero de Semillas Híbridas Pergamino.

b) Instalaciones portuarias: Integradas por obras de almacenamiento


e infraestructura para exportación de granos y demás productos agropecuarios de
Puerto San Lorenzo, Puerto Quequén y Puerto Dock Sud. Además, existen proyectos
para Puerto Ing. White y Puerto Rosales.

c) Complejo industrial: Concebido y estructurado con diversas alternati-


vas, algunas de ellas asumidas por una razón pragmática. Se trata de tres fábricas re-
gionales con capital propio y de las cooperativas afiliadas de la zona de producción; tres
fábricas operadas en combinación con otras sociedades productoras; una fábrica de
alimentos balanceados propia, y, en convenio con una sociedad anónima, importante
entrega de materia prima de las asociadas para elaboración de oleaginosas a façón.

Agroindustria cooperativa │ 77
De esta manera se circunscribe el tema y aparece el sector industrial de ACA
en su verdadera dimensión. Por otra parte, se puede reflexionar sobre la correlación
existente entre las tres áreas mencionadas. Aún más, en el cuadro aparecen la tec-
nología agraria y las instalaciones portuarias como básicas y fundamentales para el
desarrollo del cooperativismo agrario; y se entiende que el desarrollo de programas
industriales de magnitud pueden ser obras del futuro, que suponen las anteriores por
razón de la materia prima y la infraestructura para el comercio exterior.

Examen industrial de ACA

El análisis de la Memoria y Balance general, correspondiente al 63º ejercicio econó-


mico-social (1986/87), detecta un tono de insatisfacción. Es índice de realismo. El
triunfalismo publicitario de algunos directivos de empresas suele anunciar la quiebra
de las mismas. Aquí el tono de insatisfacción es todo lo contrario: indica capacidad y
poder para cuando llegue el momento. Leamos un párrafo:

“Se presentaron dificultades de variada índole, con dis-


tinta repercusión según la ubicación geográfica y la tó-
nica operativa de cada establecimiento”.

Las dificultades mencionadas no provienen de los productores de materia pri-


ma –a quienes ACA defiende–, sino de limitaciones del mercado interno, de la de-
presión precio-moneda y aún de trabas del comercio exterior. Se suma la reducción
técnica de la capacidad instalada de las plantas regionales como consecuencia de una
lógica obsolescencia. La referencia de falta de girasol, con incidencia negativa en la
fábrica de Tres Arroyos, es prácticamente un accidente, porque más grave es la falta
de capacidad de las llamadas plantas regionales –escasa dimensión y cierta obsoles-
cencia–, que obliga al trabajo a façón mediante convenio con la firma Santa Clara
S.A. Efectivamente, ACA no podía procesar toda la materia prima y de esa manera
corría el riesgo de defraudar a las afiliadas de la zona y a los socios productores.
Aquella falta de capacidad, juntamente con las penurias de un mercado adverso, son

Agroindustria cooperativa │ 78
las principales dificultades.
Las medidas tomadas por la Asociación de Cooperativas Argentinas son coyun-
turales y destinadas a brindar la mejor solución del momento. Hay conciencia, como
se ve en la Memoria, sobre soluciones pasajeras ya implementadas y las soluciones
definitivas que se pueden dar en el futuro. Por ejemplo, cerrar una fábrica o parar el
sector molienda porque no son rentables, revela un problema de la misma fábrica. En
el caso de las plantas regionales el hecho es conocido y la solución pasajera ha sido
dada de acuerdo a las circunstancias. La solución no está en un factor del mercado
y tampoco en el estado, sino en la Asociación, la cual potencialmente, en el futuro,
tiene recursos propios para resolver la situación.
Al tratar de la explotación de un Molino Harinero, instalado en General Ramí-
rez, provincia de Entre Ríos, se alude claramente a los planes futuros y desde luego a
las inversiones de modernas plantas industriales:

“Este emprendimiento se desarrolló con bastante nor-


malidad, permitiéndonos acceder nuevamente a la in-
dustrialización del trigo, acumulando experiencia en
una actividad que sigue estando en los planes futuros
de la entidad”.

En cambio las dificultades propias de un mercado adverso tienen otra natu-


raleza y escapan al dominio de la Asociación. La crisis económica del país repercute
en los mercados y no permite el desarrollo normal de los negocios. Los productores
argentinos, agropecuarios o industriales, conocen las distorsiones, las trabas buro-
cráticas, la depresión de los precios internacionales, la pérdida de valor de nuestra
moneda, las limitaciones del mercado interno, etc., y cada empresa, individualmente,
nada puede hacer. Se espera que el conjunto de empresas, más la conducción política
y económica del gobierno, logren ordenar y dinamizar el mercado.
Las importantes inversiones efectuadas por ACA en puertos y programas de
tecnología agraria, ya mencionadas, no permitieron realizar otro tanto en materia in-

Agroindustria cooperativa │ 79
dustrial, por lo menos en el volumen que se espera o para encarar una primera etapa.
El programa industrial en gran escala está en el futuro de la Asociación y allí tiene un
campo casi infinito.

Estadística industrial

Anotamos el perfil y los problemas principales y luego los rendimientos de cada


planta correspondientes al 63º ejercicio (1986-87), utilizando la Memoria y Balance
de la institución.

1. Fábricas regionales de aceite


Son conocidas con ese nombre tres fábricas instaladas en determina-
das zonas de producción y ordinariamente compartidas con las coope-
rativas primarias del lugar. Son ellas:

a) Fábrica de Tres Arroyos


Integrada por 23 cooperativas (66%) y la Asociación (34%).
Paralizada desde el 30/4/87. Se estudia su continuidad.
Producción:

Girasol Aceite Pellets

59.777 Tn 25.702 Tn 27.511 Tn

b) Fábrica de Villa Constitución


Integrada por 53 cooperativas (57,71 %); por la Fábrica de Río Tercero
(8%); y por la Asociación (34,29%).
Paralizada desde marzo/87 en la elaboración primaria; y continúa con
la refinería y envasado de aceites.
Producción:

Agroindustria cooperativa │ 80
Soja y Girasol Aceite Pellets

24.767 Tn 4.764 Tn 18.980 Tn

c) Fábrica Río Tercero y Hernando


Integrada por 22 cooperativas (60,13%) y la Asociación (39,87%).
Situación normal.
Producción:

Soja – Maní –
Aceite Pellets
Girasol

93.459 Tn 16.840 Tn 73.798 Tn

2. Fábrica de alimentos balanceados


Instalada en San Nicolás. Opera con la fábrica radicada en La Francia
de la Cooperativa de Devoto.
Mercado competitivo.
Situación normal a pesar del momentáneo resultado negativo.
Se vendieron en el ejercicio 117.545 toneladas, repartidas según la si-
guiente composición: avícola 56,37%; vacuna 33,27%; porcina 8,57%;
y otras líneas 1,79%.

3. Procesadora Río Negro SA


Integrada por la Asociación, “El Hogar Obrero”, la Cooperativa Hortí-
frutícola 20 A Ltda. y la Cooperativa Agrícola Ganadera e Industrial de
Patagones y Viedma Ltda.
Comercialización difícil: mercado retraído, stock con costo financiero
y desvalorización del producto.
Producción:

Agroindustria cooperativa │ 81
Latas de Tambores
Tomates Latas de puré
tomates extracto de
“A” y “B” de tomates
enteros tomates

13.846 Tn 3.633.936 3.145.896 4.291

4. FRIDEVI SA
Integrada por la Asociación, “El Hogar Obrero”, cooperativas de Pata-
gones, Stroeder y 20 A de Viedma.
Objeto: faena y distribución de carnes.
Comercialización normal.
Producción: En el ejercicio se faenaron 19.137 vacunos 14.417 lanares,
obteniéndose un total de 3.441.115 kilogramos, los que fueron comer-
cializados a través de “El Hogar Obrero” y en la zona.

5. Molino Harinero Ramírez


Integrado por la Asociación, la Cooperativa Agrícola Unión Regional
Ltda., Cooperativa La Ganadera Ltda. ambas de Rámírez, y la Coope-
rativa Agrícola Regional Ltda. de Crespo con un 25% de participación
por cada entidad.
Actividad normal.
Producción: en los meses de actividad que lleva la sociedad, en re-
lación con el ejercicio considerado, se elaboraron 7.563 toneladas de
trigo, de las que se obtuvieron 5.524 toneladas de harina y 2.221 tone-
ladas de subproductos.

6. Elaboración a façon con Santa Clara S.A.


Producción: 225.000 toneladas de porotos de soja.

La actividad industrial de ACA, finalmente, tiene relación con las cooperativas


afiliadas, como se advierte en lo expuesto. Responde al principio de integración del

Agroindustria cooperativa │ 82
cooperativismo y es la forma práctica de la ayuda mutua en el plano económico. Pero,
además, es necesario señalar que numerosas cooperativas primarias de este mundo
de la Asociación tienen sus propias industrias, como elaboración de vinos, desmote
del algodón, etc. En el contexto de la Argentina proyectada al siglo XXI, con avanza-
da tecnología, seguramente tendrá un rol importante la Asociación de Cooperativas
Argentinas.

5. Manufactura de la carne en UNCOGA

“UNCOGA” Federación de Cooperativas Agropecuarias Coop. Ltda. fue funda-


da en 1963 con la denominación de Unión de Cooperativas Ganaderas Ltda. (UNCO-
GA). Es la primera entidad de segundo grado de carácter estrictamente ganadero y
su principal actividad, por la época de su fundación, fue la exportación de ganado en
pie principalmente con destino a Chile y Perú y a algunos países europeos. Se vendían
novillo y vaquillonas para reproducción provenientes de sus cooperativas asociadas.
Diez años después la entidad, ya consolidada, orienta su rumbo hacia la con-
creción de un ambicioso proyecto: tener su propia industria frigorífica con el objeto
de industrializar la carne de vaca de tambo con ciclo cumplido. Para cumplir con
esa propuesta se realizan estudios junto con San-Cor C.U.L. las que concluyen con
una opinión favorable. En el transcurso de 1973 se adquiere la planta industrial del
Frigorífico CIPA S.A. ubicado en la ciudad de Rafaela y que se hallaba inactivo como
consecuencia de un concurso de acreedores. Las instalaciones tenían 8.500 metros
cuadrados cubiertos que satisfacían los requerimientos del proyecto.
Un factor decisivo fue que San-Cor CUL, asociada a “UNCOGA”, puso a dis-
posición del frigorífico su red de distribución comercial elemento fundamental para
todo proyecto productivo. Como consecuencia de la nueva actividad, se elabora un
nuevo estatuto social y la empresa comienza a actuar con su actual denominación:
“UNCOGA” Federación de Cooperativas Agropecuarias Cooperativa Limitada.

Agroindustria cooperativa │ 83
En 1974 se inició la actividad del frigorífico debiéndoselo adecuar a las condi-
ciones higiénico-sanitarias requeridas por la legislación vigente. La producción del
frigorífico estaba orientada a la industria del chacinado, de los cuales en 1974 se pro-
ducían 80 toneladas mensuales, siendo su producción actual de 800 toneladas men-
suales.
El constante y seguro crecimiento de la entidad fue requiriendo ampliaciones
en la antigua planta, la que actualmente tiene 13.272 metros cuadrados en tres nive-
les de edificación. En 1987 adquirieron otra planta industrial en Crucellas, Santa Fe,
donde se pueden elaborar hasta 200 toneladas mensuales de chacinados.
UNCOGA ofrece al mercado una amplia variedad de productos: jamones, bon-
diolas, mortadelas, salchichas, salames de distintas variedades y el abastecimiento
de carne en medias reses de vacunos y cerdos, prevaleciendo en un 90 por ciento la
carne vacuna.
La presencia de San-Cor en su carácter de asociada de UNCOGA le asegura al
frigorífico un abastecimiento semanal de 700 cabezas de ganado vacuno y porcino
procedentes de las cooperativas adheridas a la entidad tambera, la que a su vez es la
comercializadora de toda la producción de chacinados de UNCOGA. Esta asociación
entre cooperativas de segundo grado refleja con claridad y con toda su fuerza las in-
mensas posibilidades que tiene la integración cooperativa especialmente si se enca-
ran actividades transformadoras de la materia prima producidas por los asociados de
las entidades primarias.
La principal zona de venta de medias reses está en el NO argentino, con base
en la ciudad de Salta, hacia donde se canalizan 800 medias reses mensuales. Actual-
mente se está explorando el mercado boliviano con la idea de exportar medias reses.
Dentro de sus planes de inversión está en marcha la renovación de equipos
para ampliar la variedad de productos, mejorar los rendimientos y elevar aún más la
calidad. Posee una flota de cinco camiones frigoríficos para transportar su produc-
ción de carne fresca.
Integran UNCOGA 23 cooperativas radicadas en las provincias de Santa Fe, Córdoba
y Santiago del Estero y su personal llega a las 450 personas en todos sus niveles.

Agroindustria cooperativa │ 84
Esta cooperativa logró el “Trofeo Internacional a la Calidad” otorgado por la
Editorial Ofice de España editora de la Revista Mercado Mundial como consecuen-
cia de las evaluaciones realizadas por el comité organizador de dicho Premio donde
se analizan la calidad, imagen y portación de servicios de los productos en base a
informaciones recibidas de las cámaras de comercio, asociaciones de comerciantes
y organismos internacionales. También UNCOGA integró un grupo de cuatro indus-
trias argentinas galardonadas en la XI Edición Internacional realizada en Panamá en
1986.

Actualidad

San-Cor CUL ha dejado de ser una federación de cooperativas tamberas al


transformarse en una cooperativa de primer grado con el fin de poder asociarse
a otras empresas lácteas internacionales.
El sector de producción lechera, luego de la crisis económica que des-
estabilizó al gobierno del Presidente Fernando De la Rúa en 2001 y produjo su
caída, sufrió la contracción del consumo de las clases populares empobrecidas y
la política de intervención en los precios de la leche de los gobiernos posteriores
(Eduardo Duhalde, Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner) que tenían
por finalidad restablecer el consumo popular. Esa medida, prolongada en el tiem-
po, más otras circunstancias que afectaron al sector agropecuario en su conjunto
dañó la estructura productiva lechera como se relata en la nota que sigue:

Agroindustria cooperativa │ 85
ACTUALIDAD DE LAS COOPERATIVAS LECHERAS
(Oscar BERGESE - Hugo BIDART )

Las cooperativas lecheras o de tamberos han sufrido en las úl-


timas décadas el cierre continuo y persistente de sus tambos, y como
se sabe, tambo que cierra no vuelve a abrirse. Esto llevó a que fueran
perdiendo a lo largo de los años el número de sus socios hasta límites
donde algunas no podían armar sus consejos directivos, de esa manera
muchas fueron fusionándose para poder subsistir. La mayoría de estas
cooperativas de 1er. grado pasaron de la etapa de cremerías, que pro-
ducían crema, caseína y suero (aprovechado para la cría y engorde de
cerdos) a hacer únicamente las funciones de intermediación y transpor-
te de leche a cooperativas de 2do grado u a otras fábricas, disminuyen-
do notablemente su lugar en la cadena de creación de valor.
Transformándose poco a poco en proveedoras de insumos para el
agro, elementos de limpieza para el tambo, semillas, agroquímicos, fer-
tilizantes, productos veterinarios, gasoil, aceites, balanceados y granos
(algunas con importantes plantas de acopio) también algunas cuentan
con proveeduría de alimentos y ropas. Se convirtieron en prestadoras
de servicios con importantes equipos de labranza, fumigación, henifica-
ción, siembra y con modernos equipos de picado y embolsado de silo.
Esto llevó a convertirlas en una importante fuente de empleo, papel a
resaltar en poblaciones pequeñas.
Fue de destacar el rol de los técnicos (ingenieros agrónomos y
veterinarios) en el asesoramiento y capacitación de los socios y sus
empleados.
Todas estas cooperativas fueron cubriendo importantes necesi-
dades dentro de su comunidad, siempre ofreciendo un marco de refe-

Agroindustria cooperativa │ 86
rencia o regulatorio para actividades desarrolladas por empresas parti-
culares. Es muy importante el constante apoyo realizado a instituciones
y organismos de bien público de los pueblos.
La continua pérdida de asociados llevó a muchas cooperativas
a abrir sus puertas a terceros para lograr escala en sus actividades.
Algunas, las menos, intentan o intentaron industrializar leche, con todo
el esfuerzo que significa ser una pyme en nuestro país y con el incon-
veniente de competir con una industria quesera marginal, así como su
comercio informal.
Fueron así las cooperativas creciendo comercialmente con una
cuenta corriente de los asociados cuyos saldos se cancelaban men-
sualmente con los ingresos por leche, que no registraba salvo situacio-
nes especiales (2001-2002) problema alguno, pero hoy ya se visualiza la
aparición de saldos deudores, agravados estos en las zonas de mayor
sequía por el aumento del consumo de concentrados para la hacienda.
Todo esto se agravará seguramente el día que comience a llover y los
productores demanden semillas, gasoil, fertilizantes, herbicidas. ¿Que
posibilidad de financiamiento habrá para todas estas necesidades?
Así llegamos a junio de 2009, con dos años (2007-2008) y casi
seis meses de este año, donde el clima no tuvo piedad para la actividad,
comenzó en el otoño de 2007 con lluvias extraordinarias en buena parte
de la cuenca lechera santafesina que significaron en algunas zonas la
pérdida del 90 al 100 % de las alfalfas (que aún no se pudieron recu-
perar ni en cantidad ni en calidad), luego las 70 heladas, y después la
sequía que parece nunca acabar. Hoy estamos de rodillas mirando al
cielo y esperando algún subsidio que nos alivie la desesperante situa-
ción financiera a los tamberos que persistimos en la actividad con un
precio del litro de leche por debajo de los costos de producción.
Este panorama desolador y la falta de respuestas de nuestros

Agroindustria cooperativa │ 87
gobernantes hacen que los tamberos se refugien en sus cooperativas y
es ahí donde dirigentes y técnicos debemos dar todo de sí para ESCU-
CHARLOS y brindar el acompañamiento a nuestros socios, generando
respuestas y posibles soluciones a sus problemas, ayudando a encon-
trar el mejor camino a seguir. Que el cansancio, la desazón, la desespe-
ranza y la angustia de sentirse ignorado y menospreciado por quienes
debieran estar a nuestro lado, no nos dejen caer los brazos y sigamos
dentro del movimiento cooperativo. Allí sabemos donde va a jugar su
importante papel la cooperativa de tamberos de 1er. Grado (“la de mi
pueblo…”, como dicen).
Dr. Oscar Federico Bergese
Cooperativa de Humberto Primo
Lugar: Centro de la Pcia.Santa Fe
Página Web CONINAGRO CAR SANTA FE - INFO nº 34.09
SANTA FE, 22 de Junio de 2009

La Federación Argentina de Cooperativas Agrarias (FACA) cesó sus


operaciones a partir de 1999.

CONVOCATORIA DE ACREEDORES PARA LA FEDERACION AR-


GENTINA DE COOPERATIVAS AGRARIAS

Una cooperativa en problemas

Tras 52 años de comercializar granos, semillas y abonos, FACA no


puede afrontar deudas por $ 38 millones La mayor parte de sus acre-
edores son pequeñas cooperativas agrícolas de Córdoba y Santa Fe

Agroindustria cooperativa │ 88
Rosario. Corresponsal

Con una deuda de 38 millones de pesos con 167 cooperativas


agrícolas de Santa Fe y Córdoba, la tradicional Federación Argentina
de Cooperativas Agrarias (FACA) se presentó ayer en convocatoria de
acreedores ante la jueza Delia Giles.FACA es una cooperativa de segun-
do grado formada por un conjunto de cooperativas cerealeras especia-
lizadas en el acopio de granos y distribución de insumos como semillas,
agroquímicos y abonos.En la lista de acreedores también se encuentra
una empresa de los Perez Companc: PASA Petroquímica Petrolera S.A.,
que posee una acreencia de un millón doscientos mil pesos, originada
en la venta de fertilizantes.

El pedido de convocatoria ante el Juzgado Civil y Comercial N 11


fue resuelto el jueves por el consejo directivo de la entidad. El lunes una
asamblea de las cooperativas que integran FACA tendrá que confirmar
la decisión.FACA viene con problemas financieros desde hace dos dé-
cadas, y más de una vez logró el auxilio de la banca oficial para salir de
trances límite. Achicó su pasivo con la venta de activos, como la sede
porteña de la avenida Juan B. Justo. Pero el ahogo financiero se compli-
có cada vez más, hasta llegar a un estado crítico que desembocó en el
pedido de la convocatoria.

Desde distintas cooperativas de las provincias de Santa Fe, Cór-


doba, Buenos Aires, La Pampa y Entre Ríos, ya se han alzado voces
para no acordar lo dispuesto por el consejo directivo: se estima que
veinte de las noventa cooperativas adheridas a FACA insistirán en pedir
la quiebra. Esta tesitura es mantenida especialmente por aquellas que
tienen acreencias importantes por haberle vendido granos a FACA. Y
especulan, entre otras cuestiones, con la posibilidad de recuperar parte
de la deuda con el producto de la venta de los bienes que posee FACA,
entre los que se encuentra un terreno a orillas del río Paraná en Rosario,

Agroindustria cooperativa │ 89
donde hasta hace poco funcionaba un puerto.

En esta década, FACA concentró su actividad exportadora en esa


terminal portuaria, localizada en el Puerto Norte de Rosario. Ahí desar-
rollaba el corazón de su actividad, con un elevador de 40 mil toneladas.
Finalmente debió retirarse del lugar debido a la normativa urbanística
de la ciudad, que puso límites a la actividad portuaria en esta zona. El
terreno sobre el río es uno de los bienes más preciados que tiene FACA,
y algunos dirigentes de cooperativas acreedoras estiman que la única
forma en que podrán obtenerse recursos es si se pide la quiebra, y con-
secuentemente, se vende ese predio.

FACA nació en 1947 como brazo comercial de la Federación


Agraria Argentina, operando en el acopio y comercialización de gra-
nos y como corredor de bolsa. Si bien las relaciones entre FACA y FAA
no tuvieron vinculaciones ejecutivas y funcionales, la participación en-
trecruzada de dirigentes de campo fue una constante, aportando su
infraestructura para la actividad gremial. Uno de los principales fue
Humberto Volando, el líder agrario que ocupa una banca en la Cámara
de Diputados desde 1995, por el Frepaso. Volando fue candidato a go-
bernador de Córdoba en las últimas elecciones, cuando el Frepaso se
presentó separado del radicalismo facilitando el triunfo del justicialista
José Manuel de la Sota.

La crisis de FACA se nota en números. Más allá de la deuda de 38 millo-


nes de pesos, vale apuntar que inició su actividad con el apoyo de 300
entidades. Ahora, en el marco de este pedido de convocatoria, se redu-
jo a noventa. Y tiene sesenta empleados que corren el riesgo de perder
su trabajo si FACA va a la quiebra. Esa gente espera que hoy la jueza
Giles dé vía libre a la convocatoria.

Fuente: Diario Clarín, edición del 23 de noviembre de 1999.


Aclaración: El valor del peso nacional respecto al dólar estaba fijado en la paridad 1 a
1. Consecuentemente la deuda de FACA equivalía a 38 millones de dólares.

Agroindustria cooperativa │ 90
Unión de Cooperativas Agrícolas Algodoneras Ltda. (UCAL)

Luego de remontar una dura crisis a mediados de la década de 1980, UCAL


presentaba, en 2006, diversas actividades industriales:
* Una hilandera de algodón, instalada en la localidad de Barranqueras, pro-
vincia del Chaco, la cual dispone de maquinaria de tecnología reconocida. Posee
un tipo de producción de 1.100 toneladas de Convencional Cardado y 2.500 to-
neladas de Open End Cardado, con una amplia gama de máquinas para retorcer
hilados, con una capacidad de producción de 3.600 toneladas de hilados al año,
arrojando como resultado productos cien por ciento de algodón.
* Un molino harinero de trigo ubicado en Irigoyen, provincia de Santa Fe.
Produce 1.000 toneladas de harina de trigo Tipo 000, en envases de 50, 25, 10 y
5 kilogramos. Su capacidad de molienda es de 20.000 toneladas de trigo, con un
almacenaje de materia prima de 5.000 toneladas. Dispone de transporte propio,
con servicio de entrega puerta a puerta.
*
Una desmotadora de algodón en Villa Ángela, Chaco, cuyas instalaciones
brindan el servicio de desmote de algodón en bruto a productores semilleros de
UCAL, a terceros y a Cooperativas que lo demanden por falta de capacidad pro-
pia, con una producción de 8 fardos por hora, compuesta de 4 cuerpos LUMMUS
de 88 sierras cada uno.
Fuente: Página web de UCAL, 9 de noviembre de 2006

Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA)

Esta organización es una de las pocas que mantuvo niveles de estabilidad


y crecimiento en sus operaciones debido a la buena gestión de sus directores y
estructura gerencial que produjeron una reconversión empresaria de gran susten-
tabilidad. Se desprendieron de fábricas obsoletas no redituables y apuntaron a es-
tablecer y consolidar alianzas estratégicas para la producción y comercialización.

Agroindustria cooperativa │ 91
Datos procedentes de su última memoria (junio de 2010) nos muestran el
siguiente panorama:
Sumándose a su principal actividad que es la exportación de granos a tra-
vés de sus propias instalaciones portuarias, se destaca vitalidad del sector de
ventas de agroquímicos e insumos que en este último ejercicio arrojó las siguien-
tes cifras: fertilizantes u$s19 millones de dólares, mientras que la de agroquími-
cos fue de U$s 65 millones las de semillas a u$s104 millones.
Un área que si bien es relativamente pequeña por facturación pero viene
creciendo sostenidamente es la de productos veterinarios (pasó de u$s2,4 M en
2005/06 a 5,7 en 2009/10). En tanto, la nutrición animal, aportó u$s 21,3 millones
al total.
Acerca de la industria destinada a nutrición animal, cabe señalar que ACA
opto por salirse del mercado de commodities para desarrollar la producción de
alimentos con una gran carga de valor científico agregado.
En su asamblea ACA presentó sus nuevos proyectos de crecimiento para el
corto plazo entre los que se destaca la constitución de una trader en China -país
con el cual ya está haciendo negocios de exportación directa- en sociedad con
una cooperativa japonesa.
También planea construir una planta de bioetanol a partir de maíz, con la
participación de las mismas cooperativas, con capacidad para procesar unas
150.000 t del cereal. En principio podría instalarse en el centro de Córdoba.
Otro proyecto relevante es la instalación de un criadero de cerdos en San
Luis, con un plantel de 5.200 madres, en un campo de 3.600 hectáreas.

UNCOGA

Una Nueva Sociedad de Carnes y Chacinados


Con el objetivo de incrementar la participación en el mercado de chacinados y
de carnes consumo, además de incorporar la venta de carnes a los mercados
externos, en el año 1998 se resolvió la constitución de una nueva sociedad: SO-

Agroindustria cooperativa │ 92
DECAR S.A.

A partir de un pedido de los productores asociados a SanCor para que la em-


presa aumente su participación en los mercados de carnes, se comenzó a ela-
borar este proyecto de asociación.
Se logró un acuerdo con SanCor Coop. Unidas Ltda. para participar en partes
iguales en el nuevo emprendimiento con un aporte del 50 % por parte de cada
socio.

Los objetivos de la nueva sociedad son la producción primaria y/o compra de


ganado, la industrialización y/o comercialización de carnes en general y sus
subproductos, actuando tanto en el mercado interno como en el externo, y asi-
mismo como exportadora e importadora, ya sea directamente y/o como consig-
nataria y/o integrando otras sociedades.
La figura jurídica elegida fue la de Sociedad Anónima (S.A.), ya que está previs-
to en el futuro la apertura del capital a terceros.

UNCOGA traspasó toda sus instalaciones industriales a esta sociedad, mante-


niendo la estructura de compra de hacienda, brindando este servicio en forma
integral al nuevo emprendimiento.

SODECAR  Sociedad Anónima

La filosofía empresaria basada en el desarrollo de productos, mercados, cali-


dad de procesos, actualización tecnológica y cuidado del medio ambiente, se
materializa en la oferta de productos y servicios de una óptima relación calidad
precio, llegando a casi todos los rincones del país y recientemente incursionando
con los chacinados en la República del Paraguay.

Agroindustria cooperativa │ 93
CAPITULO VI

Incidencia Social de la Industria

En todas las naciones del mundo se ha registrado un fenómeno social que se


conoce con el nombre de éxodo rural. Los campesinos abandonan sus tierras y se
dirigen a las grandes ciudades, donde se radican con la esperanza de lograr un me-
jor nivel de vida o la forma de realizarse en un oficio o profesión. El porcentaje de
campesinos que dejan sus tierras varía de una nación a otra; sin embargo siempre es
un hecho significativo y sobre todo universal. Los campesinos que dejaron el campo
en Egipto, para radicarse en El Cairo o Alejandría, son más de un millón. En Bue-
nos Aires tenemos campesinos procedentes de Santiago del Estero, Formosa, Cha-
co, Corrientes, Entre Ríos, estimándose cifras que hablan de una migración interna
extraordinaria. Se calcula que del Chaco salieron 120.000 personas en la década de
1960, la mayoría de los cuales eran campesinos.
La consecuencia más grave de este fenómeno es el deterioro demográfico, con
sus consecuencias económicas los trastornos que provocan a la sociedad. Un campo
así despoblado representa en su historia una grave pérdida de recursos humanos, la
falta de braceros en el lugar y a vveces hasta la desolación a nivel de pueblo. En la Ar-
gentina el éxodo rural es un fenómeno conocido, pero no ha sido analizado en su tota-
lidad, con todas sus vertientes y menos en las consecuencias demográficas, culturales
y económicas. Se habla del éxodo rural, de la monstruosa concentración de gente en
Buenos Aires y el Gran Buenos Aires, de la suerte de los provincianos, paraguayos
y bolivianos en las villas de emergencia y de los problemas de vivienda que se han
creado. Pero aún existe confusión, datos incompletos, ausencia de una política más
coherente y sobre todo las motivaciones para frenar esa negativa movilidad social.

Los motivos del éxodo

En lo que respecta a nuestro país, los motivos del desplazamiento de poblado-


res del campo no son siempre los mismos. En términos generales se puede afirmar

Agroindustria cooperativa │ 94
que son los dos siguientes:

a) La subsistencia: los campesinos que no encuentran en su tierra los


medios para nivelar y superar su economía de subsistencia y me-
nos para lograr algún progreso, por lo que se dirigen como pueden
a las grandes ciudades con la esperanza de lograr algo mejor. Son
familias o grupos caracterizados como de economía de subsisten-
cia y aún en condiciones de miseria. Por lo general proceden de las
regiones del NEA y NOA; y no pocos se incorporan a una villa de
emergencia, creando así otro problema social.
Muchos mejoran su condición económica cuando encuentran al-
gún
empleo estable, o trabajan por su cuenta en algún oficio, con lo que
logran hacer su vivienda y vivir dignamente con su familia.
Otras veces viven en una situación límite y nunca tienen nada, lo
cual es más frecuente entre quienes son dominados por la ignoran-
cia, la falta de especialización en algún trabajo, la ebriedad y las
enfermedades.

b) La profesionalidad: de hijos de agricultores económicamente más


fuertes, que se capacitaron en los centros de estudios de las grandes
ciudades, incluso a nivel universitario y en profesiones técnicas que
no tienen aplicación en el campo sino en la industria.
No padecen una economía de subsistencia y por lo general proce-
den de ciudades y poblaciones del medio rural que conocemos con el
nombre de Pampa Húmeda y que comprende especialmente las pro-
vincias de Buenos Aires, Santa Fe Entre Ríos y Córdoba. También pue-
de agregarse a los que dejan Mendoza, Río Negro, Chaco.

Si en las ciudades del medio rural se establecieran plantas industriales para

Agroindustria cooperativa │ 95
procesar la producción agropecuaria local, esa juventud técnicamente capacitada no
tendría necesidad de emigrar para realizarse profesionalmente. Los ingenieros de
planta, electrónicos, electromecánicos, técnicos en computadoras, operarios califica-
dos en el manejo y mantenimiento de equipos, máquinas complejas, motores, etc.,
podrían trabajar en esa industria local. Este tema es de capital importancia por todo
lo que implica bajo el punto de vista económico y social.
Los programas agro-industriales tienen las siguientes ventajas:

* Aprovecha mejor la materia prima y estimula al productor de la zona,


el que se siente más seguro al vender su producción.
* Fortalece a la economía local con el valor agregado.
* Brinda trabajo a los técnicos y profesionales del medio, evitando el éxo-
do de los mismos.
* Aprovecha la mano de obra local, de obreros y peones, que así no tie-
nen necesidad de emigrar.
* Integra mejor a la familia, porque sus miembros no tienen necesidad
de alejarse y dispersarse buscando trabajo.
* Establece el equilibrio demográfico del país, que actualmente se halla
distorsionado.
* Permite la creación o ampliación del mercado local de consumo, así
como la activación del transporte y diversas expresiones de la vida social,
educativa y cultural.

La bondad de los programas agroindustriales ha sido reconocida en general,


no sólo por su valor económico, sino por ser un factor regulador de los procesos de-
mográficos. Por ejemplo un estado como el de Israel, de concepción moderna, man-
tiene cierto equilibrio entre las ciudades y el campo. Por lo menos 250 kibutz tienen
sus plantas industriales, de manera que es erróneo pensar que tales unidades son
pastoriles.
Ahora bien, en el campo argentino tenemos unos 650 mil productores agro-

Agroindustria cooperativa │ 96
pecuarios, de los cuales cerca de 493.000 se encuentran asociados a una de las 1.451
cooperativas agropecuarias. No pocas de esas cooperativas pueden encarar algún
proyecto industrial, porque tienen solvencia económica para hacerlo o posibilidades
de acceder a un crédito. El mismo desarrollo futuro de las cooperativas, en un mundo
cada vez más tecnificado, estará estrechamente ligado a lo que hizo o no hizo en este
campo de la industria.
Se trata lógicamente de que nuestras cooperativas más fuertes encaren los pro-
yectos industriales de la producción primaria local. No hay que pensar en una indus-
tria cara y monstruosa como la metalurgia pesada, y tampoco tiene exigencias de una
tecnología altamente sofisticada. La inversión es accesible, con la planificación seria,
el trabajo inteligente y el esfuerzo de todos los asociados.
La cooperativa, por la vinculación que tiene con el medio y las raíces que guar-
da con la gente del campo, es un baluarte para contener el éxodo rural y acompañar
al país en los proyectos para llevar al interior algunas industrias. Sería interesante
realizar encuestas entre los jóvenes de extracción agropecuaria, que cursan estudios
secundarios, para conocer cómo encaran ellos este problema. Lo que más interesa es
saber si consideran a los programas agroindustriales, si les interesa capacitarse en
profesiones técnicas, si en ese caso optarían por quedarse en el medio rural y aplicar
allí sus conocimientos técnicos, o si por el contrario ya tienen decidido emigrar a los
grandes centros urbanos e industriales; si juzgan positiva la relación familiar y otros
asuntos económicos y sociales relacionados con el ámbito local o regional.

Agroindustria cooperativa │ 97
CAPITULO VII

Panorama y Características de la
Economía Mundial en Nuestros Días

Hasta la finalización de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) la economía


de los países independientes se desenvolvía de acuerdo con sus posibilidades inter-
nas, aunque influenciados, en distintos grados, por la presencia de otras naciones
que apetecían ampliar sus mercados para colocar en un primer momento sus manu-
facturas, y luego sus bienes de capital excedentes, ya sea en forma de radicación de
empresas en otros países o con el otorgamiento de empréstitos.
Por su parte los principales países europeos que habían alcanzado un notable
desarrollo industrial, lo mismo que Japón en el Oriente, poseían colonias que les per-
mitían morigerar las crisis propias de la economía industrial. Las relaciones comer-
ciales entre países se hacía a través de convenios bilaterales, arreglando los propios
interesados sus modalidades comerciales.
Luego de la Segunda Guerra Mundial comienza un proceso independentista en
la mayoría de las colonias que poseían los protagonistas de la contienda y, además, se
afirma el protagonismo de los Estados Unidos de Norteamérica influenciando decidi-
damente en la economía mundial. Esa influencia no tiene tan sólo carácter económi-
co sino que, por el contrario, su presencia responde a objetivos políticos resultantes
de ser la nación que contribuyó a concluir la guerra y quedar con toda su estructura
productiva intacta, de asumir una definida postura frente al expansionismo soviético,
de asegurarse un frente de naciones aliadas que alcanzaran cierto nivel de desarrollo
para su propia seguridad interna, y tener la satisfacción (factor subjetivo) de poder
regir los destinos de una gran parte del mundo como resultado de su crecimiento au-
tónomo.
Los Estados Unidos, que hasta la Segunda Guerra Mundial se habían mante-
nido ocupados en su propio crecimiento interno, influenciando escasamente en el
comercio mundial, área en la que sí se notaba una presencia activa de Inglaterra,

Agroindustria cooperativa │ 98
tuvo tan sólo un momento de expansión territorial luego de su guerra con España
de la cual salió victorioso, anexando los territorios de su enemigo en el Caribe y en
el Pacífico. Pero es luego de la Segunda Guerra Mundial cuando la influencia de los
norteamericanos se hace visible y animosamente, por las razones expuestas anterior-
mente. Por eso es que se habla de un nuevo orden económico en el mundo, orden
que puede esquematizarse de la siguiente manera: países desarrollados de economía
capitalista, países desarrollados de economía planificada o socialista, y países sub-
desarrollados. Estos últimos sin claras definiciones, muchas veces, sobre el sistema
político que pudiesen adoptar.
A raíz de la crisis económica provocada por la Segunda Guerra Mundial, y para
ordenar la economía de las naciones, se realizaron distintos acuerdos entre los esta-
dos. El principal, el de Bretton Woods, que da nacimiento al Fondo Monetario In-
ternacional (FMI) , el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF) y el
Acuerdo General de Aranceles Aduaneros y Comercio (GATI). Todas esas institucio-
nes establecieron un sistema de interrelación entre los países adherentes que borró
definitivamente aquella práctica económica basada en las propias necesidades y
apetencias de cada uno de los estados independientes.
Por otra parte algunos países comenzaron a reorganizar sus propios mercados,
como Inglaterra creando el Commonwealth (con sus ex colonia y posesiones); Fran-
cia, con la Unión Francesa (similar a la inglesa); Bélgica, Luxemburgo y los Países
Bajos organizaron su Unión Aduanera (Benelux); la Unión del Carbón y el Acero.
celebrada entre Francia, Alemania, Italia y el Benclux, y, por último, el más notable
de todos esos acuerdos: el Mercado Común Europeo.
Ante el auge de la formación de uniones económicas organizadas por otras
naciones en distintas regiones del mundo, como el COMECOM (Unión Económica
de los Países Socialistas de Europa), la Unión Panafricana, y otros más, los países
latinoamericanos comenzaron a formar sus propios bloques económicos, entre los
que podemos mencionar a la Comunidad del Caribe (CARICOM); al Mercado Co-
mún Centroamericano (MCC), a la Asociación Latinoamericana de Libre Comer-
cio (ALALC) que se transformó, luego de veinte años de existencia en la Asociación

Agroindustria cooperativa │ 99
Latinoamericana de Integración (ALADI); el Servicio Económico Latinoamericano
(SELA), el tratado de Cooperación Amazónica, la Cuenca del Plata. y el Pacto Andino.
Como puede verse, la economía mundial se encuentra sumamente estructura-
da y amalgamada mediante numerosos tratados orientados a evitar desajustes crí-
ticos en las economías nacionales que pudiesen perjudicar al resto de los países. Se
concluyó así con la práctica de los convenios bilaterales ya que los actos de comercio
debían regirse por las cláusulas de los convenios de los organismos internacionales.
Otro factor de suma influencia es la presencia de dos bloques políticos que
sustentan divergentes ideologías económicas, liderados cada uno de ellos por los Es-
tados Unidos y la Unión Soviética, lo que trae como consecuencia dificultades y so-
metimiento de las economías nacionales a la supervisión directa o indirecta de esas
dos megalópolis.
Los grupos que sustenta la economía capitalista muchas veces disputan entre
sí porciones importantes del mercado mundial procurando resolver los problemas
del bloque, causando perjuicios a otras naciones. Tal los casos del Mercado Común
Europeo con sus subsidios a la exportación de los productos alimenticios que ex-
porta, y de la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) que, como
señaláramos anteriormente, provocó una seria crisis a todo el mundo en 1973 cuando
cuadruplicó el precio del petróleo que producían sus miembros.
Ante este panorama de la economía mundial que se encuentra en la actualidad
sufriendo permanentes y decisivas influencias por parte de los aportes que cotidia-
namente realizan el conocimiento científico y tecnológico las naciones desarrolladas,
la penetración de la Argentina en los negocios internacionales y su permanencia, así
como el diseño de su política económica interna requiere de un fino análisis y de una
firme decisión política.
Ni uno ni otro elemento pueden proyectarse sin una interesada participación
de las fuerzas económicas privadas de la nación. No es útil la ley si no hay quien la
cumpla o quien la necesite. Por eso los planes de crecimiento impulsados desde el
gobierno suelen caer en rotundos fracasos porque no existe vocación o interés entre
los particulares para acompañar esos proyectos. El crecimiento de las naciones se

Agroindustria cooperativa │ 100


logra por dos caminos: el de la economía de mercado, en el cual los particulares son
los impulsores del aumento de riquezas, o la socialista, en la cual el Estado es el que
motoriza a través de la planificación total. En el primer caso el riesgo empresario
concluye en la quiebra del que equivocó el camino; en el segundo, el incumplimiento
del plan se sanciona con la autoridad del Estado, si es que no logra disimularse en la
trama burocrática que la sustenta.
Las dificultades que tienen los particulares en la Argentina es la existencia de
un sistema económico organizado con elementos propios del liberalismo y con moda-
lidades que corresponden a la economía planificada. No es el argentino el único caso,
pero en nuestro país esa dualidad, no siempre bien armonizada, ha causado muchos
problemas porque contribuyó a generar una conducta propia del sistema corporativo
en el cual cada sector se preocupa de crecer a expensas de los demás sectores de la
economía. De esa manera todos son liberales en sus manifestaciones, pero son cor-
porativistas en sus acciones empresarias.
El cooperativismo agropecuario que por filosofía está alejado de cualquiera de
esos sistemas, tiene la oportunidad de ser, dentro de sus reales posibilidades econó-
micas y sociales, un factor dinamizador de la economía. La antigua tradición de me-
sura y progreso asentada en largas décadas de trabajo constante, de consecuencia y
de generación de ahorro genuino representado en importantes inversiones de activo
fijo, le ha dado al cooperativismo agrario fortaleza y posibilidades de proyección.
Es necesario tener en cuenta que los mercados ya existen. Tanto los internacio-
nales cuanto el nacional. También se debe estar sobre aviso acerca de las dificultades
y trabajos que esos mercados presentan. Para afrontar un nuevo negocio hay que
conocer la necesidad de los posibles consumidores hacia los cuales estará dirigido el
aprovisionamiento que se les pueda realizar. Detectando necesidades y sin forzar la
voluntad de los consumidores, modalidad propia del cooperativismo, se puede cubrir
un segmento económico sin violentar los negocios de otras empresas ni los intereses
políticos de las naciones que se arrogan la tutoría del mundo.
Uno de esos segmentos está dado por el movimiento cooperativo desarrollado
en casi todos los países. El abastecimiento de productos alimenticios manufacturados

Agroindustria cooperativa │ 101


a organizaciones cooperativas de América Latina, África, Asia y de la misma Europa,
es posible sin mayor esfuerzo ya que existen lazos estrechos entre nuestros cooperati-
vistas y los extranjeros a través de su participación activa en los foros internacionales
del movimiento.
Nuestro movimiento cooperativo agrario exhibe con verdadera satisfacción y
orgullo los vínculos económicos que ACA y FACA vienen manteniendo con la Fede-
ración Japonesa de Cooperativas Agrarias ZEN-NOH, desde hace casi dos décadas. A
través de sucesivos convenios las dos federaciones argentinas exportan sorgo y otros
granos a la central japonesa que los transforma en alimentos balanceados que dis-
tribuye entre sus asociados. Esa experiencia puede ser puesta al servicio de una más
diversificada actividad exportadora de alimentos elaborados a otras cooperativas o
federaciones.
La tecnología moderna ha sido incorporada por las cooperativas argentinas
tanto para los procesos industriales como para las tareas de acopio y manipuleo de
granos, la administración y las comunicaciones. Esa actitud progresista las puede
predisponer a realizar otros esfuerzos de desarrollo en el campo de la industria, con
lo que cumplirían con el rol de dinamizadoras de las comunidades en las que actúan,
como ya señaláramos en otra parte.

El mercado más cercano

A pesar de las dificultades económicas que están afrontando todos los países
americanos, el comercio exterior argentino debe mirar ese inmenso mercado por dos
razones:

a) es el más cercano, lo que permite un transporte de mercadería con


bajos fletes, existen vías de comunicación fácilmente transitables,
salvo unas pocas semanas de invierno en que se corta el vínculo con
Chile;

b) tiene un gran número potencial de consumidores (380 millones) con


una proyección para el año 2000 de 600 millones de habitantes.

Agroindustria cooperativa │ 102


La integración económica paulatina pero firme permitid alentar, en años veni-
deros, la realización de los proyectos ya elaborados de unir por medio de canales las
tres grandes cuencas fluviales de Sudamérica: Orinoco, Amazonas y Paraná-Plata,
para permitir el transporte de mercaderías en barcazas. Ese incremento de población
explosiva en los próximos catorce años, tiene que ser debidamente valorado por las
fuerzas económicas argentinas de las cuales el cooperativismo agrario es uno de los
principales protagonistas.
La producción agropecuaria de la Argentina ha ido incrementándose en los
últimos diez años en forma notable aunque se nota una disminución en las últimas
campañas. Pero esa producción encuentra dificultades en ser colocada a precios que
le reporten a los productores un beneficio que les aliente en el esfuerzo que están
realizando. Acrecentar las ventas de granos y alimentos elaborados listos para el con-
sumo dentro de los países latinoamericanos es el medio mas seguro para colocar una
producción que encuentra fuertes competidores en la Comunidad Económica Euro-
pea y los Estados Unidos por los subsidios que otorgan a la producción y los créditos
que conceden a sus compradores. La Argentina no está en condiciones de subsidiar
ni de otorgar facilidades de pago a sus clientes, pero sí puede hacer una gran parte de
esas ventas mediante la práctica del trueque de alimentos por insumos (minerales,
petróleo. maquinarias, etc.). La cercanía hará bajar el precio final del producto y la
calidad que el país está en condiciones de ofrecer pueden ser argumentos valederos
para aumentar las ventas a los países de América.
Otro mercado cercano es el africano. Las naciones de ese continente que tienen
dificultades en la producción de alimentos están necesitadas de un abastecimiento
seguro y continuo que no se interrumpa por presiones de ideologías políticas son,
sin lugar a dudas, otro mercado en el cual se debe incursionar con alimentos manu-
facturados, instalación de cadenas de frigoríficas, construcción de caminos, venta de
medios de transporte terrestre como camiones frigoríficos o fluvial como barcazas, y
muchos otros productos de la industria manufacturera que complemente la venta de
alimentos pre-elaborados o ya listos para ser consumidos.

Agroindustria cooperativa │ 103


El cooperativismo agropecuario

Dentro del espectro económico y social del país el sector cooperativo agrope-
cuario es, sin dudas y sin exaltación, el que en mejores condiciones se encuentra para
generar desde sí mismo una transformación económica del país.
Sus ventajas radican en dos aspectos: que sus integrantes se hallan compro-
metidos con el país porque son argentinos con fuertes raíces en la nación, tanto eco-
nómicas como psicológicas, y que la capitalización de las entidades cooperativas se
ha hecho con el ahorro genuino de sus asociados que no pensaron en desviar sus
ganancias al extranjero, sino que fueron incrementando, año tras año, el patrimonio
de sus cooperativas realizando una permanente adecuación de sus implementos de
producción incorporando la tecnología más adelantada a la que estaban en condicio-
nes de acceder.
La ampliación de la frontera agraria, el incremento de la producción, la capa-
citación a través de núcleos de productores cooperativistas, tanto en lechería como
en agricultura y ganadería, la incorporación de ingenieros agrónomos y veterinarios
a las entidades cooperativas, están cambiando aceleradamente las modalidades de
producci6n de los antiguos chacareros argentinos.
Con esa plasticidad humana del productor y la presencia de un capital genui-
namente nacional que confluyen en las cooperativas agropecuarias, puede incremen-
tarse la industrialización de la materia prima para exportar comida lista para usar a
numerosos mercados. Los productores necesitan recuperar la inversión que realizan
en cada campaña agrícola, en la explotación de sus tambos, en la producción de frutas
o de carnes. En las condiciones actuales, en que las retenciones a las exportaciones
junto con los impuestos le quitan al productor la mayor parte del precio del producto,
no es posible pensar orientado a que realice el esfuerzo adicional de industrializar su
propia producción. Es necesario que el productor reciba la totalidad del precio del
producto que sale de su establecimiento porque él solo dinamizará la economía del
sector invirtiendo en su campo o en las cooperativas.
Pensar en desarrollar la agroindustria sin la participación activa de los produc-

Agroindustria cooperativa │ 104


tores es volver a incurrir en las antiguas formas de economía extractiva que se viene
practicando desde siempre con los productos del agro. No se le quita solamente al
productor el precio de sus productos, sino que se le quita a la tierra sus nutrientes que
no pueden ser restituidos porque el chacarero carece de dinero para comprar fertili-
zantes, por más que éstos les sean ofrecidos, como se hace actualmente, en canje por
trigo. Tampoco el tambero ni el viñatero, ni el ganadero ni el fruticultor se sienten
estimulados actualmente para mejorar sus explotaciones o a diversificar las mismas
porque está seguro de no recuperar ni a largo plazo las inversiones que debe realizar.
Las últimas medidas económicas tomadas por el gobierno disminuyendo en
unos casos y aboliendo en otros las retenciones que se practicaban a los productos
del agro exportados, permitirá que los productores puedan mejorar su situación y
los motivará para que en el futuro puedan hacer inversiones en bienes de capital y
en proyectos de industrialización agraria cooperativa para vender su producción con
mayor calidad y valor agregado.
Los economistas saben que la exportación de materia prima no requiere una
infraestructura socioeconómica refinada: para exportar granos no se requiere hoy
día, ni la presencia de la industria de la bolsa de yute. Un largo tubo desde la chacra
hasta el barco (representado en camiones, vagones ferroviarios y elevadores) es lo
que se necesita para exportar granos. La exportación de pan, budines, fideos o harina,
exigen la transformación de los granos en los molinos, el aditamento de levaduras,
dulces, azúcar, sal, leche, huevos, maquinarias para amasar, hornos, combustibles,
papel y cajas para embalar las unidades, pallets, y muchas personas ocupadas en cada
una de las operaciones.
En un país que está perdiendo cada día más la fe en sí mismo porque ni se
esfuerza en recuperar los mercados de la carne dejando que los frigoríficos trabajen
tan sólo para el mercado interno, parece una prédica en el desierto la propuesta de
acrecentar y extender la industria cooperativa de los productores agropecuarios. Pero
es conveniente recordar que el oro fácil que atesora el gobierno con las exportaciones
de granos no traerá la felicidad al pueblo porque para el desarrollo de una economía
y de una sociedad se requiere no un recurso sino muchos.

Agroindustria cooperativa │ 105


Actualidad

Además de los organismos señalados en el texto original, en los últimos


veinte años se organizaron los siguientes:

La Comunidad Andina de Naciones CAN surge al influjo del modelo de
integración europeo. Encuentra su origen en el Pacto de Bogotá (Pacto Andino)
de 1969, siendo sus Estados Miembros: Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú (Chile es
Estado Asociado si bien, fue Miembro pleno hasta 1976). (Venezuela fue Miembro
pleno hasta 2006). También son Asociados: Argentina, Brasil, Paraguay y Uru-
guay. Méjico y Panamá son observadores. La CAN tiene una superficie de casi 4
millones de km2, 6 millones de habitantes y un PBI de 340.000 millones de dóla-
res. Desde 1983 la CAN afirma el principio de aplicabilidad directa de las normas
comunitarias y el carácter supranacional tras la entrada en vigor del Tratado de
creación del Tribunal Andino. El Tribunal, entre otras funciones, controla la lega-
lidad de las normas comunitarias, mediante la acción de nulidad; interpreta las
normas que conforman el Ordenamiento Jurídico de la Comunidad Andina, para
asegurar la aplicación uniforme de éstas en el territorio de los Países Miembros y
dirime las controversias.

El Mercado Común del Sur MERCOSUR tiene su origen en el Tratado de
Asunción del 26 de marzo de 1991, siendo sus Estados Partes Argentina, Brasil,
Paraguay, Uruguay. Son Estados Asociados de MERCOSUR Chile, Bolivia, Ecua-
dor, Colombia, Perú, Venezuela, (Observador Méjico). El MERCOSUR tiene una
extensión territorial de más de 12 millones km2 con 242 millones de habitantes
y un PBI de 1.7 billones de dólares. El MERCOSUR es de carácter interguberna-
mental, de naturaleza cooperativa ya que no ha delegado en instituciones cen-
trales ninguna de sus competencias soberanas, debiendo lograrse el acuerdo
de todos los representantes de los Estados Partes para adoptar una disposición
normativa en los órganos del sistema, dispositivos que en su mayor parte deben

Agroindustria cooperativa │ 106


ser internalizados en el derecho de los Estados Partes.

Sus objetivos son:
• La libre circulación de bienes, servicios y factores productivos en-
tre los países;
• El establecimiento de un arancel externo común y la adopción de
una política comercial común;
• La coordinación de políticas macroeconómicas y sectoriales entre
los Estados partes;
• La armonización de las legislaciones para lograr el fortalecimiento
del proceso de integración.

La Unión de Naciones Suramericana UNASUR constituida por acuerdo


el 23 de mayo de 2008, encuentra sus antecedentes en las propuestas brasile-
ñas de Itamar Franco (ALCSA 1993-respuesta a ALCA), Henrique Cardoso (Unión
Sudamericana 2000), en las Cumbres Presidenciales de Cusco (2004-CSN), Bra-
silia (2005), Cochabamba (2006), Isla Margarita-Venezuela (2007-UNASUR de-
signación), Brasilia (2008-acta fundacional de UNASUR). UNASUR se halla con-
formada por los 4 países de MERCOSUR, 4 de la CAN, Chile, Venezuela, Guyana
(antigua colonia Británica) y Surinam (antigua colonia holandesa). Cuenta con
una población de 361 millones de personas, 17 millones km2, 27 % de las aguas
dulces del planeta, petróleo para más de 100 años, PBI 2.8 billones de dólares. Es
la región que más alimentos produce en el mundo.

Fuentes:

Zlata Drnas de Clément: PROCESOS DE INTEGRACIÓN LATINOAMERICANOS Y SU RE-

LACIÓN CON OTROS PROCESOS REGIONALES (Página web de la Academia Nacional

de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba).

Wikipedia, la Enciclopedia Libre.

Agroindustria cooperativa │ 107


La Unión Europea (UE) es una comunidad política de Derecho constituida
en régimen de organización internacional sui generis, nacida para propiciar y aco-
ger la integración y gobernanza en común de los pueblos y de los Estados de Eu-
ropa. Está compuesta por veintisiete Estados europeos, y su Unión fue establecida
con la entrada en vigor el Tratado de la Unión Europea (TUE), el 1 de noviembre de
1993. Si en un principio la supraestructura “Unión Europea” aunaba y se fundaba
sobre las tres Comunidades Europeas preexistentes (CECA, Euratom y CEE/CE)
bajo el complejo sistema conocido como “los tres pilares” (el comunitario CE-CE-
CA-Euratom más la PESC más la cooperación judicial y policial), con la entrada en
vigor, el 1 de diciembre de 2009, del Tratado de Lisboa, la Unión Europea sucedió
por completo a las CC.EE. (con ciertas particularidades en el caso de Euratom,
que en algunos aspectos pervive) y asumió con ello su personalidad jurídica única
como sujeto de Derecho internacional.

La Unión Europea ha desarrollado un sistema jurídico y político, el comuni-


tario europeo, único en el mundo que se rige por mecanismos y procedimientos
de funcionamiento interno complejo, que se han extendido y evolucionado a lo
largo de su historia hasta conformar, en la actualidad, un sistema híbrido de go-
bierno transnacional (el único existente) difícilmente homologable que combina
elementos próximos a la cooperación multilateral, si bien fuertemente estructura-
da e institucionalizada, con otros de vocación netamente supranacional, regidos
ambos por una dinámica de integración regional muy acentuada.

Todo esto desemboca en una peculiarísima comunidad de Derecho, cuya


naturaleza jurídica y política es muy discutida, si bien sus elementos fundaciona-
les y su evolución histórica, todavía abierta, apuntan, hoy por hoy, a una especial
forma de moderna confederación o gobernanza supranacional, acusadamente
institucionalizada y con una inspiración histórico-política de vocación federal (en
el sentido de un federalismo internacional nuevo, no de un Estado federal clásico)
que se detecta con cierta claridad en ámbitos como la ciudadanía europea, los
principios de primacía y efecto directo que le son aplicables a su ordenamiento
jurídico en relación con los ordenamientos nacionales, el sistema jurisdiccional o

Agroindustria cooperativa │ 108


la unión monetaria (el sistema del euro).

La Unión Europea, y antes las Comunidades, promueve la integración con-


tinental por medio de políticas comunes que abarcan distintos ámbitos de ac-
tuación, en su origen esencialmente económicos y progresivamente extendidos
a ámbitos indudablemente políticos. Para alcanzar sus objetivos comunes, los
Estados de la Unión atribuyen a esta determinadas competencias, ejerciendo
una soberanía en común o compartida que se despliega a través de los cauces
comunitarios.

La Unión Europea se rige por un sistema interno en régimen de democracia


representativa.[5] Sus instituciones son siete: el Parlamento Europeo, el Consejo
Europeo, el Consejo, la Comisión Europea, el Tribunal de Justicia de la Unión
Europea, el Tribunal de Cuentas y el Banco Central Europeo. El Consejo Euro-
peo ejerce funciones de orientación política general y de representación exterior,
y nombra a los jefes de las altas instituciones constitucionales; el Parlamento
Europeo y el Consejo ejercen la potestad legislativa; la Comisión o Colegio de
Comisarios aplica el Derecho de la Unión, supervisa su cumplimiento y ejecuta
sus políticas, y a ella corresponde en exclusiva la iniciativa legislativa ante las
Cámaras; el Tribunal de Justicia ejerce las labores jurisdiccionales supremas en
el sistema jurídico comunitario; el Tribunal de Cuentas supervisa y controla el
buen funcionamiento y adecuada administración de las finanzas y de los fondos
comunitarios; y el Banco Central Europeo dirige y aplica la política monetaria
única de la zona euro. La Unión cuenta también con otros órganos, instancias y
organismo de función y atribuciones diversas: así, el Comité Económico y Social,
el Comité de las Regiones, el Defensor del Pueblo Europeo, el Alto Representante
de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, etc. El territorio de la
Unión comprende el de todos sus Estados.

Fuente: Wikipedia, la Enciclopedia Libre.

Agroindustria cooperativa │ 109


ALCA. Se creó en la ciudad de Miami en diciembre de 1994. En su versión
original contemplaba la gradual reducción de las barreras arancelarias y a la
inversión en 34 países de la región (todos menos Cuba) y los países independien-
tes. Con el paso del tiempo, el cambio de regímenes en América del Sur complicó
las negociaciones y en la Cumbre Extraordinaria de las Américas celebrada en
Monterrey, México, se acordó implementar una versión menos ambiciosa para el
1 de enero de 2005 y que la presidencia del proceso se compartiera entre los
Estados Unidos y Brasil.

A principios del año 2004, varias ciudades competían por obtener la sede,
entre ellas Miami, Atlanta, Colorado Springs, Chicago y Houston en los Estados
Unidos; Puebla y Cancún en México; Puerto España (Trinidad y Tobago), San
Juan en Puerto Rico y la ciudad de Panamá.

La integración al mercado latinoamericano por parte de América del Norte


supone una población de 800 millones de personas y un Producto Interno Bruto
(PIB) combinado de US$ 21.000 miles de millones anuales.

Aquellos que apoyan el ALCA dicen que es un tratado que quiere impulsar
el comercio entre las regiones reduciendo los aranceles, pero no se puede decir
que en un primer momento tenga consecuencias traumáticas pero sí que es un
paso hacia el desarrollo a través de las transacciones comerciales que impulsa-
rán la especialización, la competitividad, la desaparición de monopolios, la mejo-
ra del nivel de bienestar de la población y un desarrollo de las infraestructuras.

Esta organización internacional ha recibido numerosas críticas, algunas de


las cuales son:

Según el especialista Roy Arias, a pesar de que las negociaciones han sido
conducidas en secreto, pues no ha habido participación de la sociedad civil en la
formulación de las reglas y normas que contienen el acuerdo, se están discutiendo
aspectos similares a los tratados de libre comercio que se negocian bilateralmen-
te. Entre otros temas, se está discutiendo acerca de la reducción de las barreras

Agroindustria cooperativa │ 110


arancelarias y el acceso a mercados, bienes y servicios de intercambio comercial,
inversión extranjera, privatización de bienes y servicios públicos, agricultura, de-
rechos de propiedad intelectual, subsidios y medidas antidumping, libre compe-
tencia y resolución de diferendos.

Otra critica es la realizada por el ex-presidente uruguayo, el Dr. Tabaré Váz-


quez, quien intentó demostrar en la Cumbre llevada a cabo en la ciudad de Mar
del Plata (Argentina) que Uruguay podía funcionar como Polo Logístico del ALCA.
Dicha propuesta, sin embargo, no fue aceptada.

Uno de los principales críticos del ALCA ha sido el presidente venezolano


Hugo Chávez quién lo ha calificado como un tratado de adhesión y una herra-
mienta más del imperialismo para la explotación de Latinoamérica. Como contra-
propuesta a este modelo Chávez ha fomentado la Alternativa Bolivariana para la
América (ALBA).

Por su parte, Luiz Inácio Lula da Silva presidente del Brasil y Néstor Kirch-
ner expresidente de Argentina, dicen que no se oponen al tratado, pero deman-
dan que éste sea libre de verdad, y lo condicionan principalmente a la eliminación
por parte de los Estados Unidos de los subsidios a la agricultura,[3] a la provisión
de un acceso efectivo a los mercados y a que se contemplen las necesidades y
las sensibilidades de todos los socios.

Uno de los temas más polémicos del tratado propuesto por los Estados
Unidos es el relacionado con los derechos de propiedad intelectual y patentes.
Los críticos afirman que si las medidas propuestas por el ALCA se aplicaran,
se impediría la investigación científica en Latinoamérica ocasionando aún más
desigualdad y dependencia tecnológica respecto a países desarrollados. En lo
relacionado con el tema de las patentes, analistas latinoamericanos han acusado
a los Estados Unidos de querer patentar todo, desde invenciones, descubrimien-
tos, mitología indígena hasta seres vivos.

Fuente: Wikipedia, la Enciclopedia Libre.

Agroindustria cooperativa │ 111


Anexo I
En esta sección se dan a conocer algunos ejemplos de

cooperativas agrarias con actividad industrial.

Unión Agrícola de Avellaneda

Esta cooperativa fue fundada el 21 de septiembre de 1919 en la localidad de


Avellaneda, al norte de la provincia de Santa Fe.
Su actividad industrial se inicia en 1948 cuando el consejo de administración
de la entidad resuelve instalar una desmotadora de algodón que podía procesar 80
toneladas diarias del producto que entregaban los asociados de la cooperativa.
En este rubro actualmente la Unión Agrícola posee una super usina desmota-
dora marca Continental de tres cuerpos que permite quitarle a la semilla de algodón
el lintex (pelusa de fibra que queda adherida a ella luego del desmote) con lo que se
logra obtener una cantidad adicional de algodón. La desmotadora tiene una capaci-
dad de producción de 240 toneladas de algodón por día.
Otra actividad industrial está basada en la avicultura integrada. A través de
este sistema que comprende la producción de alimentos balanceados y su entrega
junto con los pollitos BB a los productores asociados (alrededor de 60 granjas), el
faenamiento y venta de los pollos. Se procesan en el frigorífico de la cooperativa un
promedio de 6.000 pollos diarios, y entre el 50 y el 60 por ciento de esa producción se
comercializa en la zona cercana a la entidad, pero también se los vende a distribuido-
res de Corrientes, Formosa, Misiones, Tucumán y Córdoba. También la cooperativa
entrega a los productores los medicamentos necesarios para la buena salud de los
pollos.
La procesadora de aves tiene cámaras de frío con capacidad para 200 tone-
ladas, lo que le permite a la cooperativa mantener el precio de la producción en el
mercado, evitando así los altibajos del mismo.
La Unión Agrícola de Avellaneda produce, también, harina de carne provenien-
te de los desechos de pollos (cabeza, patas, vísceras y hasta las plumas). Esa harina

Agroindustria cooperativa │ 112


se la utiliza luego en la fabricación de alimentos balanceados. De la industrialización
de los desechos también se obtiene grasa, y los consejeros de la Unión Agrícola de
Avellaneda están estudiando la posibilidad de vendería a las fábricas de jabón, dentí-
fricos, cosméticos, desodorantes y otros productos.
La cooperativa tiene un molino harinero en el que se procesa el maíz que pro-
ducen sus asociados. Con parte de esa harina se elabora el alimento balanceado para
aves y el resto se vende en los supermercados de las cooperativas para consumo hu-
mano y en otras provincias.
Durante el ejercicio 1986-1987 la operatoria industrial de la Agrícola de Avella-
neda fue la siguiente:
Aves: 3.856.523 kilogramos.
Alimentos balanceados: 17.121.260 kilogramos discriminados de la siguiente
manera: Parrilleros: 11.511.610 kilogramos; Postura y Reproductores: 3.744.980 ki-
logramos; Bovinos: 1.426.610 kilogramos y Porcinos: 438.060 kilogramos; Harina
completa de aves: 225.789 kilogramos. Esta harina se obtiene a partir de los subpro-
ductos aviares aplicando un proceso tecnológico de recupero y contiene un elevado
tenor proteico del 70 por ciento. El destino de esta harina es la planta de alimentos
balanceados de la entidad.
Aceite de pollo: 58.011 kilogramos, que se comercializa tal cual se extrae con
destino a la industria de cosméticos.
Desmote de algodón: 10.637.402 kilogramos provenientes de los asociados y
1.000.000 de kilogramos provenientes de compras a productores no asociados y aco-
piadores.

Actualidad

La Asamblea de la Unión Agrícola de Avellaneda celebrada en agosto


de 2010 aprobó iniciar gestiones para la compra del frigorífico Vicentín Faenas
S.R.L. de Villa Ocampo.
La adquisición incluye el frigorífico, 312 hectáreas, hacerse cargo de 138

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empleados, 14 equipos térmicos, 3 camiones transporte de hacienda, capacidad
de faenamiento par 300 vacunos o 250 cerdos por día, con lo que de esta manera
la Unión Agrícola de Avellaneda ingresaría la mercado de las carnes. La com-
pra sería del 74,1% de las acciones, porque un 22,5% de dichas acciones están
embargadas por Jorge Vicentín y Mónica Bernardis que mantienen un conflicto
judicial con al empresa, para lo cual se invertirían alrededor de 5,5 millones de
dólares.
Asimismo, La Unión Agrícola de Avellaneda Cooperativa Ltda. avanza en la
organización de esquemas para incursionar en otros sectores productivos como
por ejemplo, la actividad porcina, la horticultura y la apícola.

Fuente: http://www.radioamanecer.com.ar

Cooperativa de Productores de Río Colorado

Fue fundada el 26 de marzo de 1933. Actualmente la constituyen 77asociados


productores de frutas (manzanas: 5.188.615 kilogramos; peras: 785.491 kilogramos;
uva: 62.107.263 kilogramos) y hortalizas.
Posee una planta elaboradora y fraccionadora de vinos con una vasija de, cua-
tro millones y medio de litros. Precisamente la industrialización de la uva fue el mo-
tivo principal de la iniciación de la institución. Hoy se elaboran dos millones de litros
de vino por zafra.
Su principal actividad en la actualidad es la clasificación, empaque y comercial-
ización de frutas, para lo cual cuenta con cámaras frigoríficas con una capacidad de
almacenaje de cinco millones de kilogramos, un aserradero que produce los distintos
envases para las frutas y una red de distribución que incluye a las ciudades de Bahía
Blanca, Necochea, Mar del Plata, Comodoro Rivadavia, Buenos Aires y Rosario.
Esta cooperativa también exporta manzanas y peras. La Cooperativa vendió al
exterior, en 1986, el 19% de la cosecha recibida de frutas de pepitas y destinó el 12,5%

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de las manzanas y peras a la industria. Vale destacar que su exportación la canaliza
a través de la Asociación de Cooperativas Argentinas, organización a la que está aso-
ciada.
Con la Cooperativa Obrera de Bahía Blanca mantiene, desde hace años, una
importante relación comercial ya que esta entidad de consumidores distribuye el 11%
de lo comercializado en el mercado interno.
En 1986 recibieron en su bodega 611.460 kilogramos de uva de los asocia-
dos, cifra considerada como la más baja en toda la historia de la Cooperativa. Para
mantener su nivel de producción y la demanda de sus vinos tuvieron que recurrir al
aprovisionamiento de terceros a los que se les adquirieron 507.530 kilogramos de
uva y 137.450 litros de vino elaborado, con 10 cual pudo llegar a una oferta total de
957.976litros.

Cooperativa Agrícola Limitada de Oberá (CALO)

Fue el 17 de noviembre de 1929 cuando 29 colonos misioneros firman el acta


de fundación de esta cooperativa.
Posee una fábrica de aceite de tung y un secadero de yerba mate y té. La com-
ercialización del aceite de tung se realiza en el mercado interno entre un 5 y 10 por
ciento y el resto de la producción de la cooperativa se exporta a la URSS, Japón, Po-
lonia y al tanque internacional de Rotterdam, al que concurren todos los productores
del mundo para cumular el stock y luego venderlo a pequeños compradores, princi-
palmente europeos.
Su producción actual de aceite de tung alcanza los 5 millones de litro. La yerba
se comercializa en su totalidad en el mercado interno pero el té que produce la coop-
erativa se vende fundamentalmente en el mercado externo. Posee tres fábricas que le
permiten elaborar más de tres millones de kilogramos por temporada.
La Cooperativa llegó a tener 16 sucursales ubicadas en el interior misionero,
pero debido a las difíciles circunstancias económicas y a la necesidad de evitar pérdi-

Agroindustria cooperativa │ 115


das, en el ejercicio 1986/87 se procedió a cerrar tres de ellas porque sus operaciones
arrojaban quebranto.
Dentro de su operatoria comercial hay que resaltar las exportaciones de yerba
mate canchada que realizó durante varios períodos al Uruguay, las que en la actuali-
dad se encuentran suspendidas como consecuencia de la escasez del producto y los
altos precios que dificultan las ventas a otros países.

Actualidad

Promueve el desarrollo regional y la industrialización de zonas apartadas


del país, además favorece la radicación de la mano de obra, que puede ocuparse
tanto en las labores del campo como en las instalaciones y fábricas establecidas
en las respectivas localidades para conservar y elaborar los productos de los
asociados.
Productos: Yerba Mate : procedente de plantaciones en Misiones, Corrien-
tes (norte), Paraguay y Brasil. Uso final de la Yerba Mate industrializada: como
infusión, a granel o en saquitos; mate (bombilla), refrescos gasificados; el mate
frío o sea, el tereré.
Té: té de semillas; té clonal (planta de la india y de la, china, hallada en for-
ma silvestre, se diferencian en que el de la china alcanza una altura de solamente
un metro o un metro y medio), mientras que el de la india llega alcanzar de seis a
siete metros de altura.

Fuente: Página web de la CALO, noviembre de 2010.

Sociedad Cooperativa Agropecuaria Limitada de Wheelwright

En 1983 inauguró su planta panificadora con la que produce 400 kilogramos


de pan diarios además de facturas, postres, pizzas, alfajores y otros productos.

Agroindustria cooperativa │ 116


El equipo está constituido por una amasadora con batea de acero inoxidable
que prepara 200 kilogramos de masa en 10 minutos. La masa obtenida pasa luego
a través de una línea coordinada de amasadora-cortadora-estiradora. Esta máquina
puede producir optativamente diferentes tipos de pan: piezas grandes de 700 gramos
cada una hasta 15.000 panecillos por hora de 15 gramos por unidad. Se procede luego
al cocido de la masa en un horno de cierre hermético en el que se controlan automá-
ticamente la temperatura, la humedad y el tiempo de cocción.
Al instalar esta planta la cooperativa se propuso abastecer a sus asociados y a
la comunidad con mercaderías de calidad e higiénicas. Es una de las tantas formas en
que el accionar de este tipo de organizaciones se convierte en un servicio que disfru-
tan los terceros no asociados.

Cooperativa Agropecuaria Río Santa Cruz Ltda.

En 1967 concluye la construcción de dos pequeñas cámaras de frío y una planta


de faenamiento anexa. Su producción era de 1.000 toneladas anuales de ovinos fae-
nados.
Tras varias ampliaciones su capacidad de faena puede llegar en la actualidad
a 1.000 ovinos por turno de ocho horas. Posee dos bodegas de almacenamiento con
capacidad para 700 y 300 toneladas cada una.
Abastece el 80 por ciento del mercado local de Santa Cruz y envía carne tipo
exportación a la ciudad de Buenos Aires. Exporta alrededor de 2.000 toneladas por
año al Mercado Común Europeo de cordero liviano, cortes y manufacturas.

Liga Agrícola Ganadera de Junín

Fundada el 4 de diciembre de 1904 es una de las más antiguas cooperativas del


país. Es otro ejemplo de una cooperativa multiactiva que se transforma en un fuente

Agroindustria cooperativa │ 117


de trabajo de importancia en esa ciudad bonaerense.
Su usina láctea inicia su actividad en 1956 y de inmediato reporta importantes
beneficios a los tambos de la zona que entregaban su producción. Su presencia hace
que muchos productores comiencen a implementar nuevos tambos con lo cual Junín
se transforma en una región lechera cuando tradicionalmente no lo era.
En sus inicios la planta comienza a trabajar con 20.000 litros de leche y en la
actualidad procesa 125.000 litros diarios. De esa cantidad el 80 por ciento se la desti-
na a la fabricación de quesos y el resto a yoghurt, dulce de leche, crema, manteca, etc.
El 20 por ciento de su producción se destina a la exportación, actividad que
comienzan a desarrollar en 1981. El principal país comprador es Estados Unidos y le
siguen Canadá, Suiza, Perú, México, Alemania y Grecia.
La usina láctea es abastecida por un total de 165 tambos de la zona de Junín y
en ella trabajan 160 personas.

Actualidad

En la memoria correspondiente al 104º ejercicio económico de la coope-


rativa se señala que: Otro rubro de la actividad que desarrolla la Liga de Junín
experimentó un crecimiento considerable. Nos referimos a la elaboración y distri-
bución de Alimentos Balanceados, que durante el período 2008/2009 tuvo como
principales protagonistas a las diferentes categorías de bovinos de carne y le-
che. En el análisis correspondiente que se expresa claramente en la memoria, se
consigna que este hecho altamente positivo se debe, fundamentalmente, a los si-
guientes factores: “la calidad elevada de la mercadería, la prontitud de la entrega,
el asesoramiento preciso y la maximización de la productividad al menor costo”.
El presidente de la Liga Agrícola de Junín, Miguel Ángel Guruceaga, co-
mentó en un reportaje que le hiciera Cadena 3.com en julio de 2010, que uno de
los emprendimientos más importantes realizado en los últimos años por la coo-
perativa fue la puesta en marcha de la fábrica de alimentos balanceados, cuya
producción es colocada en Junín y la zona con la marca Liganar.

Agroindustria cooperativa │ 118


Cooperativa Agrícola Mixta de Monte Carlo Ltda.

Esta cooperativa misionera fue fundada el 24 de julio de 1930. Sus organiza-


dores eran pequeños productores plantadores de yerba mate que poseían, muchos de
ellos, pequeños secadero s de yerba.
Para concurrir en forma conjunta al mercado decidieron que la primera activi-
dad de la cooperativa sería la construcción de un secadero con capacidad para aten-
der la entrega de yerba mate de todos los asociados.
Luego de esa primera instalación de secado se construyen otras dos en locali-
dades vecinas, lo que permitió incrementar la producción de 770.508 kilogramos a
1.627.638 kilogramos en 1937.
Posteriormente se construye un molino que presenta la yerba mate en sus di-
versas variedades. Su producción supera los 5.000.000 de kilogramos.

Actualidad

La Cooperativa de Monte Carlo en los últimos veinte años ha introducido


en el mercado una amplia variedad de yerbas y de té para satisfacer los diversos
gustos de los consumidores como publicitan en su página web, noviembre de
2010:
Aguantadora Tradicional
Trae en su contenido toda la experiencia a través de décadas de supera-
ción en la calidad. Su mezcla equilibrada de componentes de Yerba Mate resul-
tante de la molienda y 18 meses de estacionamiento para su maduración natural,
la hacen de sabor intenso y agradable. Energizante y vigorosa. La mejor compa-
ñera en el día a día.
Aguantadora Suave
Es la opción para los que gustan de un sabor suave y equilibrado, la distin-
gue su mezcla de yerba mate de Monte con yerba mate de Campo, con 18 meses
de estacionamiento de maduración natural.

Agroindustria cooperativa │ 119


Aguantadora despalada
Destaca su intensidad la ausencia de palos en su contenido, esto la hace
especialmente nutritiva, energizante y vigorosa. Se estaciona en depósitos es-
pecialmente preparados durante 18 meses, logrando así la maduración natural
deseada. La mejor compañera para gente de trabajo con intenso desgaste de
energía, la elegida por lo hombres del campo argentino.
Aguantadora Especial
Yerba mate Premium, elaborada artesanalmente por la Cooperativa. Some-
tida a 24 meses de estacionamiento natural, con maduración celosamente con-
trolada; despierta en su paladar, luego de su largo aletargo, con sabor suave pero
a la vez intenso con emociones gustativas que perdura durante las cebadas. Es
la nostalgia y la tradición resumida en un solo sentido. Su presentación en caja
de ½ kg., o en bolsitas de Lienzo de 1 kg . que vendrían a representar como anti-
guamente se fraccionaba y comercializaba la Yerba mate.
Aguantadora con Hierbas
A nuestra yerba mate Aguantadora tradicional adicionamos, pensando en
los que gustan de esta opción, un 10% de hierbas serranas de calidad seleccio-
nada por expertos. Poleo, Menta y Peperina le dan su nota fresca a esta infusión
caliente tan apreciada.
Aguantadora Semidulce
Para los que gustan del mate dulce. Es una infusión dietética, elaborada
con nuestra yerba mate tradicional, a la cual quitamos los palitos e inyectamos en
ellos bajo presión y humedad los compuestos Acesulfame K y Aspartamo; luego,
una vez secos los palitos se vuelven a agregar al resto de la composición natural.
Con esto logramos la secreción dosificada lenta del edulcorante, asegurando lar-
gas mateadas sin que se pierda el particular sabor dulce de esta excelente yerba
mate.
Aguantadora Mate frío
Una de las costumbres o tradiciones del litoral Argentino, el mate frío, cono-
cido también como tereré, se toma como el mate tradicional pero con agua fría, al

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agua se puede agregar alguna hierba natural como la menta por ejemplo o jugo
de frutas, se recomienda tomar bien helado para aplacar los calores intensos del
Verano. La particularidad de la composición de esta yerba es que el picado o
molienda de sus hojas es grueso y la ausencia de polvo.
Mate Cocido - Ensobrados
La calidad seleccionada de hojas picadas finas en una cantidad de 3 gra-
mos componen el saquito, obteniéndose una infusión con aroma y sabor único a
yerba mate, aquel que conoce nuestra tierra, nuestros paisajes, notará su esen-
cia. Sus cualidades se pueden percibir al momento de sentirse complacidos lue-
go de los primeros sorbos. Se puede tomar caliente o frío como refresco.
Té - en saquitos
El blend de Earl Grey y Darjeeling realizado por nuestros expertos profe-
sionales logran una infusión única por su sabor. Ambas especies son originarias
de la India y reconocidas por su calidad y apreciado sabor, el Darjeeling tiene un
aroma delicado, suave y sedoso en el paladar, con tintes dulzones. El Earl Grey se
distingue por su particular sensación concedida por el aceite de bergamota que
denota en un acento cítrico. Invitamos a todos aquellos que no lo probaron aun a
experimentar una nueva sensación en sabor, dentro de las opciones del mercado
del te negro.
Kits
La Cooperativa facilita a los consumidores de mate la posibilidad de tomar-
lo en cualquier lugar y momento poniendo a la venta dos kits:
Packs de Yerba, mate y bombilla Aguantadora: Compuesto por una bombi-
lla, un mate y ½ Kg. yerba mate Aguantadora tradicional.
Pack de 2 paquetes de Yerba Mate Aguantadora x ½ kg. más mate arte-
sanal de calabaza más bombilla de acero inoxidable y 1 termo Aguantadora im-
portado de primera calidad: El equipo completo para complacerse con los mates
que siempre ha querido disfrutar.

Agroindustria cooperativa │ 121


Cooperativa Agrícola Ganadera Ltda. de Salto

Entre 1950 Y 1951 se construyó el molino harinero para procesar el maíz que
los socios de la cooperativa producen en la zona. La capacidad de producción de ese
antiguo molino era de 25 toneladas diarias de grano.
Actualmente se procesan diariamente 65 toneladas de granos de maíz, obte-
niéndose distintos productos: harina de maíz, mazamorra blanca y colorada, sémola
y pororó. También la entidad fracciona arroz, que recibe de otra cooperativa y ha
lanzado al mercado polenta pre-cocida.
Su producción se vende en todo el país y se piensa en la posibilidad de exportar
a Chile, Brasil y a países del África.
La dotación del molino es de 65 personas que trabajan en tres turnos de ocho
horas diarias.

Sociedad Cooperativa de Tamberos de la Zona de Rosario Ltda. (COTAR)

Su organización data del 30 de enero de 1935. Ubicada en una zona eminen-


temente tambera, la preocupación de sus asociados fue la industrialización de sus
producciones. En 1942 adquirió un establecimiento ubicado en Roldán, que luego
de remodelarlo y adecuarlo a las nuevas necesidades, comenzó a funcionar en 1943,
procesando 20.000 litros diarios de leche.
Tres años después se le incorpora la Sociedad Cooperativa de Lechería de Za-
valla Ltda. que era la primera cooperativa de tamberos del país. Más tarde cuentan
con otra planta en Monte Flores y años después se van sumando otras ubicadas en
Monje, Totoras, Díaz, Villa Eloísa, Leones, Bella Italia, en la zona de Rafaela. En la
ciudad de Rosario tiene la usina pasteurizadora que recibe diariamente 250.000 li-
tros de leche. A esta usina se le anexó en 1972 una planta deshidratadora de leche.
En su conjunto COTAR procesa diariamente 400.000 litros de leche, de los
cuales se obtienen quesos, leche en polvo y fluida, yogur, manteca y crema.

Agroindustria cooperativa │ 122


En 1986 la entidad exportó 21 toneladas de quesos al Brasil y logró ganar dos
nuevos mercados para sus productos en el país: Mar del Plata y Córdoba que se su-
man al tradicional de Rosario y su zona de influencia y al de Buenos Aires al que
últimamente abastecen también con leche fluida por medio de sus propias unidades
frigoríficas. Otras plazas recientemente incorporadas son Río Gallegos y Ushuaia.
La tendencia del mercado por el consumo de yogurt, impulsó a la empresa a
elaborar nuevas variantes de ese producto: yogurt en envases de un litro, común con
sabor a vainilla y con frutillas naturales que es único en el país. También producen
yogurt dietético y bebible en dos variantes: entero, con sabor a frutilla y descremado,
con sabor vainilla, ambos en envases de un litro.
La línea de flanes también fue adaptada al gusto del consumidor y actualmente
están produciendo flan entero con huevo, flan descremado con huevo y un postre sa-
bor a chocolate. Esos productos se suman a los tradicionales elaborados por la coope-
rativa: leche fluida, leche en polvo, dulce de leche y quesos de pasta blanda, semidura
y dura.
COTAR cuenta con un departamento de Desarrollo de Nuevos Productos que
se ocupa de la investigación, formulación, desarrollo y puesta a punto de la tecnología
para producir, a partir de la leche, alimentos de calidad que satisfagan los requeri-
mientos del mercado.
Actualmente están estudiando dos líneas de postres: una con base láctea y con
los sabores tradicionales y la otra con base de gelatina. Esta entidad se dedica a la
cría de cerdos con el objeto de aprovechar el suero de sus usinas, habiéndose utiliza-
do en el ejercicio 1986/87 13.895.500 litros de suero de leche para el engorde de sus
cerdos, además de 731.360 kilogramos de alimentos balanceados.

Actualidad

Esta Cooperativa ha cesado sus actividades.

Agroindustria cooperativa │ 123


Cooperativa Agraria de Río Atuel Ltda.

Está ubicada en las cercanías de General Alvear, provincia de Mendoza. Or-


ganizada por productores viñateros para tener su propia bodega, esta cooperativa
abastece al mercado con distintas calidades y tipos de vinos: comunes, reservas, finos
(tanto blancos, rosados y tintos carpa abocados y secos). En los últimos años incor-
poró a su actividad la producción de vinagre.
La cooperativa tiene una capacidad de producción anual de vinos de 13.000.000
de litros y la capacidad de almacenaje llega a los 17.000.000, mientras que el volu-
men de uva molida en la última campaña fue de 10.200.000 kilogramos.
Las cifras correspondientes a los distintos tipos de vinos fueron, este año, las
siguientes: comunes de mesa: 6.500.000 de litros; reserva: 1.000.000 de litros; fino:
250.000 litros y moscato 100.000 litros.

COVIDOR

Esta entidad, ubicada en el N.O. de la provincia de Córdoba, nuclea a alrededor


de sesenta productores que se dedican especialmente al cultivo del olivo y de pimientos.
La capacidad de la fábrica permite alcanzar una producción máxima de
500.000 litros. de aceite de oliva, para lo cual se requiere alrededor de 2.000.000 de
kilogramos de aceitunas.
La capacidad máxima de la planta conservera, les permite procesar hasta
1.000.000 de kilogramos de pimientos. En esa fábrica se pueden procesar otros tipos
de legumbres; se está estudiando, actualmente, la elaboración de espárragos.
El personal empleado en esas industrias fluctúa según el tipo de producto que
se elabore. Así en el caso de los pimientos se pueden requerir a más de 230 personas,
mientras que para la producción de aceite de oliva tan sólo se necesita entre 10 y 15
operarios.
La cooperativa exporta aceite de oliva a granel especialmente al Brasil.

Agroindustria cooperativa │ 124


COVIDOR desempeña un papel sumamente importante en la comarca en que
actúa ya que su actividad brinda trabajo a numerosos obreros y contribuye a mejorar
la situación de los productores.

Cooperativa de Comercialización y Transformación de Colonia Juliá


y Echarren Ltda.

En el transcurso de sus catorce años de vida esta entidad ubicada en Río Colo-
rado, provincia de Río Negro, ha ido ganando un merecido lugar en el selecto grupo
de cooperativas agroindustriales.
Actualmente tiene 250 asociados productores de frutas y hace cuatro años pu-
sieron en funcionamiento una planta de jugos concentrados obteniendo un producto
cuya calidad está de acuerdo con las exigencias del mercado.
En el ejercicio 1985/86 fueron procesados 13.925.330 kilogramos de peras y
manzanas obteniéndose 5.517 tambores de jugo concentrado con un total de 331.020
galones.
La producción fue vendida en el mercado interno y también fueron exportados
253.080 galones a los Estados Unidos.
Los directivos de la Cooperativa son conscientes de que como toda industria
la de jugos exige constantes inversiones para modernizar su funcionamiento. Por esa
razón está en sus planes aumentar la capacidad de molienda y prensado para alcan-
zar entre 250.000 y 300.000 kilogramos diarios de frutas. Otra mejora será la com-
pra de un pre-concentrador y recuperador de aroma con una capacidad de 15.000
litros/hora y la construcción de una cámara frigorífica para el almacenamiento del
jugo procesado para garantizar aún más la calidad del jugo exportado, especialmente
el color. En la actualidad la Cooperativa arrienda una cámara frigorífica a una firma
de la localidad.

Agroindustria cooperativa │ 125


Cooperativa La Primera Avícola, Agrícola y de Consumo Ltda.

Ubicada en la ciudad de Santa Fe, esta cooperativa fue fundada en 1942 y tie-
ne actualmente 45 asociados integrados en la producción de huevos, cuyo promedio
ronda los 150,000 cajones anuales que contiene, cada uno, 30 docenas de huevos,
La comercialización de huevos frescos se realiza a través de distribuidores que
operan en Resistencia, Corrientes, Posadas y Córdoba, mientras que la entidad ven-
de directamente en la ciudad de Santa Fe y en Formosa, ciudad en la que hace pocos
años abrió una sucursal.
Una actividad peculiar e importante es la industrialización del huevo fresco
del que se obtienen huevo en polvo, albúmina y yema en polvo. Esta modalidad se ha
consolidado de tal manera que se la considera como el eslabón más importante de la
cadena comercial de la cooperativa.
La reciente incorporación de una cámara de spray le permitió prescindir del
secado del huevo que venían realizando con terceros, logrando de esa manera una
planta integral de procesamiento del huevo industrializado, reafirmándose como es-
tablecimiento primero y modelo en ese tipo de plantas compactas en el país.
La Primera también tiene una planta de incubación destinada a la producción
de pollitas BB. Esa instalaci6n la tienen arrendada como consecuencia de las circuns-
tancias econ6micas desfavorables que no contribuyen a que la cooperativa realice su
explotación directa, para aprovisionar a sus asociados de pollitas BB.
Para suministrar a sus asociados el alimento balanceado que necesitan para
alimentar sus planteles. la cooperativa tiene una planta de alimentos balanceados
que produce alrededor de las 12.300 toneladas anuales.

Actualidad

Según información publicada en la página web la Secretaría de Agricul-


tura, Ganadería, Pesca y Alimentación, en 1999, se destinaron a industria 460
millones de huevos, el 8% de la producción nacional de huevo fresco. Es una

Agroindustria cooperativa │ 126


industria intermedia cuyo producto se destina a la elaboración de mayonesas,
helados, flanes, postres, fideos, productos de la panificación, bebidas y reposte-
ría. Aproximadamente más del 80 % del huevo destinado a industria se emplea
en la elaboración de mayonesas. El huevo industrializado puede ser entero, yema
o albúmina y presentarse en forma líquida o en polvo. Puede adicionársele sal o
azúcar. El producto industrial tiene ventajas con respecto al fresco por la facili-
dad de manipuleo, la posibilidad de utilizar las yemas y albúminas por separado
y principalmente por la mejor calidad sanitaria, en especial para la fabricación
de mayonesas y helados. El proceso de elaboración garantiza la obtención de
productos libres de Salmonellas. El huevo líquido se comercializa en baldes de
20 kg provistos de bolsas plásticas estériles, en sachets de 1kg, en contenedores
de 1000 kg y a granel en camiones cisterna sanitarios. El huevo en polvo se vende
en bolsas de papel kraft de 10 y 25 kg provistas internamente de bolsas plásticas
estériles.
A la misma fecha había en el país ocho empresas importantes que elaboran
huevo industrializado. La actividad presenta una alta concentración. Las cuatro
primeras firmas procesaron en 1999 cerca del 80 % del total. Las principales
son :Albayda S.A., Rhodius Argentina .R.L., Tecnovo S.A., Cooperativa La Primera
Ltda., Axovo S.A., Sancor, Avícola Las Acacias S.R.L.. Las plantas industriales se
localizan en las principales provincias productoras de materias primas: Buenos
Aires, Entre Ríos, Santa Fe y San Luis.

Cooperativa Tambera de Paraná Ltda. (Cotapa)

El 12 de julio de 1964 fue fundada esta entidad cuyas actividades se iniciaron


recién el 1º de junio de 1968. Desde entonces fue consolidando su prestigio prime-
ro en Entre Ríos y luego en otras provincias como consecuencia de su perseverante
labor, en el rubro de productos lácteos. La metódica y constante ampliación de sus
instalaciones y el incremento en la recepción de leche y la elaboración diversificada

Agroindustria cooperativa │ 127


de productos así lo demuestran.
La memoria del ejercicio económico cerrado el 31 de julio de 1987 revela que
durante ese período fueron recibidos 48.619.546 kilos de leche, cifra máxima en toda
la historia de la cooperativa, y sus asociados suman 2.584 personas.
Los productos elaborados son: leche fluida pasteurizada, dulce de leche, diver-
sos tipos de quesos, leche en polvo, yogur bebible, pasta mozzarella y leche conden-
sada con la cual se podrá producir dulce de leche.
La cooperativa tiene además de su planta central, otras ubicadas en distintas
localidades entrerrianas destinadas a recibir la leche de los tambos donde reciben un
proceso de conservación o de industrialización: plantas enfriadoras en Paso Castro,
Lucas González, La Colmena y Aranguren y planta de quesos en Crespo.
Posee también dos criaderos de cerdos, uno en Crespo y otro en Aranguren, en
los que se trabaja con un alto rendimiento de producción (terminación de capones de
115 kilos en 6 meses con un rendimiento del 83%) y tecnología genética. La memoria
de la entidad destaca “la utilidad que prestan estos criaderos al poder canalizarse a
través de ellos el suero derivado de la fabricación de quesos”. .
Otra de sus actividades es la que se cumple en el establecimiento de crianza
artificial de terneros en “Las Huacheras”, organizado desde hace años.
Un departamento técnico trabaja permanentemente en la formación de grupos
de productores, en la tarea de extensión y en el control lechero que actualmente pres-
ta a 38 tambos que suman un total de 1.900 vacas.
La producción de Cotapa es vendida en casi todo el territorio nacional y se ex-
porta a Bolivia, Paraguay y Brasil.

Actualidad

La Cooperativa Tambera Paraná (Cotapa), no podría fusionar con el Estado


porque sus activos están a nombre de un fideicomiso con lo cual, se inhabilitaría la
concreción de la nueva empresa, tal como lo autorizó la Legislatura. En este sen-
tido, el escribano Mayor de gobierno, Francisco Gastaldi, comenzó a desarrollar

Agroindustria cooperativa │ 128


una cláusula suspensiva mediante la cual se establecerá, que la nueva sociedad
se hará efectiva una vez que Cotapa haga su aporte en bienes. Si ese paso no se
dio, la sociedad no tendrá validez y sobrevendrá el proceso de quiebra.
El Estado capitalizó sus acreencias con la empresa, transformándolas en
acciones y quedándose así con el control. No obstante, la cooperativa debía apor-
tar bienes y maquinarias, claves para el funcionamiento. Pero esa integración no
podría darse porque los bienes de la empresa están a nombre de un fideicomiso
debido a que en 2006, ante el riesgo seguro de la quiebra, la empresa transfirió
sus activos.
Según consigna Análisis Digital, el gobierno comenzó a trabajar contrar-
reloj para llegar a tiempo y presentar ante la Justicia el estatuto por el que se da
forma a la nueva sociedad que conformó el Estado provincial con la láctea coo-
perativa, una firma que había ingresado en un proceso de quiebra y puesto en
zozobra a sus 130 empleados.
La administración estatal, decidió ingresar al negocio cuando supo que la
quiebra de la firma era inexorable. El martes 20 de enero de 2009, el goberna-
dor Sergio Urribarri hizo pública la decisión de incorporar al Estado como socio
mayoritario. Así quedó ratificado a través del Decreto Nº 26 /09, que estableció la
posibilidad de que la cooperativa pueda pagar el 100 por ciento de las deudas
impositivas con el Estado mediante una capitalización que permita un control ofi-
cial del 51 por ciento del paquete accionario.
La medida del Poder Ejecutivo luego fue refrendada por la Legislatura a
través de la Ley Nº 9.967, sancionada en junio último, que puso como condición
que el Estado provincial tenga una representación accionaria a que suponga,
“por lo menos” el 51 por ciento del capital social, “y que sean suficientes para
prevalecer en las asambleas ordinarias y extraordinarias, y se asegure la mayoría
en la conformación del directorio”.
Al capitalizar las deudas que Cotapa mantenía con el fisco, el Estado pro-
vincial tendría una participación accionaria tal que le aseguraría el control total
de la nueva empresa.

Agroindustria cooperativa │ 129


A su vez, la actual cooperativa aportaría bienes de uso por un valor de 15
millones de pesos, y “la exclusividad del uso de la marca comercial”. El mayor
aporte estaría constituido por inmuebles. Asimismo, la Municipalidad de Paraná,
participaría con una mínima parte del paquete accionario, al capitalizar deudas
impositivas.
La participación estatal en Cotapa buscó, así, evitar la caída de una empre-
sa emblemática en el sector lácteo. De ese modo, el Ejecutivo procuró poner un
freno en la causa judicial que tramita la quiebra de Cotapa en el Juzgado Civil y
Comercial Nº 3, iniciada en 2006. En este sentido, la titular del Juzgado, Valentina
Rodríguez Amable, autorizó aquel acuerdo propuesto en julio de 2009, a la vez
que otorgó un plazo de 120 días hábiles para concretar la transformación de las
deudas fiscales en capital de la nueva empresa con mayoría estatal.
El trámite que restaba era la presentación en la Justicia del estatuto de
conformación de la nueva sociedad.
“El Estado se comprometió a transformar acreencias impositivas en accio-
nes; y Cotapa debía aportar bienes inmuebles y maquinarias. Pero cuando la Es-
cribanía se pone a analizar el borrador del estatuto, se encuentran que los bienes
de Cotapa están a nombre de un fideicomiso, desde el año 2006, a nombre de un
señor Weisheim”.

Fuente: elentreríos.com del 26 de noviembre de 2010.

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Cooperativa Agrícola Limitada de Oberá
Sociedad Cooperativa Agropecuaria Ltda. de Weelwright
Cooperativa Agropecuaria Río Santa Cruz Ltda.
Liga Agrícola Ganadera de Junín Ltda.
Cooperativa Agrícola Mixta de Monte Carlo Ltda.
Cooperativa Agrícola Ganadera Ltda. de Salto
Sociedad Cooperativa de Tamberos de la Zona de Rosario Ltda. (COTAR)
COVIDOR
Cooperativa La Primera Avícola, Agrícola y de Consumo Ltda.
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finalizada durante el mes de diciembre de 2010
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