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AGROINDUSTRIA
COOPERATIVA
Situación actual y perspectivas
Introducción y síntesis 9
2. Agroindustria de FACA 61
4. La industria de la Asociación 75
(selección) 112
• COVIDOR 124
Bibliografía 131
Nota acerca de la Segunda Edición
Han pasado dos décadas desde la fecha en que se realizó la primera edición de
este libro. En este lapso han ocurrido numerosos acontecimientos en nuestro país y
en el mundo, tanto de carácter económico como político, por lo que la reedición de
“Agroindustria Cooperativa” requiere el acompañamiento de breves notas que acla-
ren algunas situaciones actuales.
Aquí señalaré algunos hechos generales como, por ejemplo, que algunas co-
operativas primarias y federaciones ya no existen, por lo general como consecuen-
cia de malas administraciones, resultado de falta de capacitación actualizada de sus
directivos y funcionarios que no supieron prever situaciones derivadas de cambios
macroeconómicos y políticos. Pero no debemos dejar de lado que para las empresas
la falta de una política de Estado destinada a los sectores agropecuarios, industrial y
exportador, continúa siendo la causa de incertidumbres y de un permanente volver a
empezar en cada una de esas actividades económicas.
La idea fuerza que se sostenía en el trabajo original, acerca de la importancia
de la agroindustria argentina y del protagonismo que le podría caber al sector coope-
rativo por estar constituido por empresas de capital netamente argentino y con pro-
ductores y trabajadores argentinos, la seguimos manteniendo y vemos que la agroin-
dustria cooperativa puede tener nuevas realizaciones.
Al final de cada capítulo, cuando lo consideré necesario, introduje algunos
comentarios para actualizar situaciones que se produjeron en estas dos décadas. Esas
notas están editadas con una tipografía diferente para desprenderlas del texto original.
Felipe Rodolfo Arella
PRÓLOGO
La Industria Cooperativa,
un Modelo de Acumulación Viable
Este libro es algo más que un excelente estudio sobre un tema para el cual no
existe bibliografía, ni estadísticas, ni estudios previos. También es una propuesta.
Esta propuesta se inserta en un país cuya economía está detenida, donde el sector
público carece de fondos para la inversión, donde las empresas privadas reinvierten
en el exterior y donde el capital extranjero busca, antes que nada, la seguridad de una
veloz repatriación de beneficios. Precisamente en el momento en que parece difícil
que alguien quiera invertir en la Argentina, Arella y Sosa nos muestran un sector en
crecimiento dinámico.
Las cooperativas agrarias proyectan, producen, ponen en marcha nuevas fá-
bricas, exportan. Como no figuran en los censos discriminadas como tales, muchos
economistas han pasado por alto su importancia y su evolución reciente, de las cuales
hay algunas conclusiones que vale la pena sacar.
La principal de ellas se refiere a la existencia de incentivos diferentes para la
inversión productiva dentro del país en los diferentes tipos de empresas. Los análisis
tradicionales sobre el ciclo económico habían tendido a subestimar este aspecto. Se
sabía que hay épocas en las que las empresas producen e invierten más que en otras
y se llamó a las primeras fases expansivas y a las segundas fases recesivas de ese ciclo
económico. Pero las empresas eran analizadas como un todo, es decir, como un pro-
medio en el cual los movimientos contrapuestos no llegaban a visualizarse.
En el momento en que dejamos de creer en los promedios y comenzamos a
analizar casos concretos, nos encontramos con que la industria cooperativa tiene un
comportamiento diferente del que tiene el resto de las empresas, aún en medio de
una crisis calificada como la peor de nuestra historia. De los datos de este libro pode-
mos inferir que las empresas cooperativas parecen tener más respuestas ante la crisis
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que otras formas de sociedades.
Esta hipótesis se vincula con un modelo de desarrollo que aparece como tras-
fondo a lo largo de este libro. Las conclusiones de Arel1a y Sosa sugieren asignar
un rol de mayor peso a las cooperativas de producción en el contexto de la política
económica. Antes habían sido marginales, con respecto a la evolución general de la
economía. Pero actualmente no es posible desconocer su carácter expansivo en una
sociedad estancada.
Cada orientación de política económica (o quizás cada etapa histórica) asig-
na roles distintos a los diferentes tipos de empresas. El sector agroexportador fue
dominante hasta el comienzo del peronismo. Perón basó su modelo de desarrollo
en las industrias pequeñas y medianas urbanas y en las grandes empresas públicas.
Los modelos de Frondizi y de Onganía apuntaron a buscar la radicación de grandes
industrias multinacionales. El último gobierno de facto asignó el rol principal a los
proveedores de servicios financieros o informáticos antes que a los productores de
bienes físicos.
En cada uno de estos casos, la decisión consciente, o la propia evolución de
los hechos, fueron definiendo un eje central, en torno del cual se articulaba el con-
junto de la evolución económica. Ese eje no solamente era el más dinámico, sino que
además imprimía su sesgo particular al conjunto. La lectura de este libro nos lleva a
preguntamos en qué medida las cooperativas de producción podrán cumplir un rol
de esa índole en la Argentina durante su fase de salida en esta crisis.
Esta pregunta podía haber sido calificada de utópica unos diez años atrás, cuan-
do los mecanismos de acumulación del capital parecían más aceitados que en la actu-
alidad. Se afirmará que hoy la evolución económica requiere empresas individuales
pequeñas y medianas. Pero, ¿por qué no pensar en asociaciones cooperativas de pe-
queños productores, agrarios e industriales? Por otra parte, ¿estamos tan seguros de
que ya no hay lugar para las empresas productoras pequeñas y medianas en nuestra
economía? ¿Estamos tan seguros de que la industria debe ser necesariamente urbana
y debe necesariamente concentrarse en las grandes ciudades? ¿O quizás estas certezas
formen parte de un modelo ideológico que afirma la inevitabilidad de los monopolios?
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En 1895, Juan B. Justo explicaba en La Vanguardia, cifras en mano, de qué
manera los obreros panaderos podían asociarse y realizar la producción cooperativa,
con muy escasas inversiones que estaban efectivamente a su alcance. Se organizaron
cooperativas de consumo, pero las de producción parecían demasiado lejos del alcan-
ce de los sectores populares. Casi un siglo más tarde, cuando la crisis ha obligado a
revisar todas las certezas, las cooperativas de producción aparecen como una alter-
nativa para encontrar un modelo de acumulación del capital que sea viable.
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Introducción y Síntesis
El trabajo se inicia con una visión sintética del desarrollo histórico de la in-
dustria cooperativa. De esa manera nos introduce en el tema y a la vez presenta una
modalidad en la cual las cooperativas pueden desenvolver sus actividades.
En el capítulo II se hace una exposición sobre los planes de desarrollo abordados
por países no industrializados. Se encara el problema del neocolonialismo y los alertas
lanzados por organismos internacionales, la Iglesia Católica y diversos gobiernos.
Estos son temas que nos tocan parcialmente de cerca porque la Argentina sufre
una crisis de identidad en materia industrial: no se puede decir que sea plenamente
un país industrial y tampoco se puede afirmar plenamente que no posea una indus-
tria más o menos desarrollada.
Los problemas más serios que tienen los países en vías de desarrollo son los
relativos a la tecnología y al financiamiento. Pero también se encuentran dificultades
en lo que se refiere a la infraestructura (falta de rutas pavimentadas, energía sufi-
ciente, etc.), capacitación técnica y mercado. Es natural que existan problemas de
infraestructura en países jóvenes, donde muchas cosas están por hacerse; y es histó-
ricamente lógico que encuentren dificultades en el mercado externo, donde naciones
viejas como son las europeas tienen desde hace mucho tiempo sus intereses y relacio-
nes. Por ejemplo: desplazar en Estados Unidos a los vinos franceses, que allí son una
tradición, es muy difícil para los bodegueros argentinos.
No obstante los riesgos que se corren en los países en vías de desarrollo, y tam-
bién en la Argentina, por las razones apuntadas, este trabajo destaca el margen posi-
tivo de la industria. Los países meramente agrarios no pueden competir en paridad
de condiciones con los industrializados. La industria es de suyo revolucionaria y abre
el horizonte productivo y comercial, así como el desarrollo urbano y la aceleración de
la movilidad social del pueblo. De tal manera que los beneficios que la misma puede
brindar son valiosos, siempre que los proyectos se elaboren en base a estudios serios,
con las técnicas más confiables, con diagnósticos precisos y eficiencia empresaria.
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Se explican luego las características económicas de nuestro país, especialmen-
te su condición agro-exportadora; y el manejo político que se hizo de los recursos del
campo a fin de favorecer a determinados intereses. De esa manera se advierte que los
grandes productores rurales desalentaron a la industria nacional, aún aquella desti-
nada a elaborar la materia prima que brindaba generosamente el campo en la pampa
húmeda.
La constitución de cooperativas agrarias, primarias y de segundo grado, modi-
ficó al campo argentino y contribuyó al trabajo solidario, así como a la promoción del
pequeño y mediano productor. De esa manera el cooperativismo sentaba las bases
para eliminar la intermediación innecesaria. Sin embargo, especialmente por falta de
capital, las cooperativas aún no han desarrollado todo su potencial en la materializa-
ción de programas agro industriales, aunque se encuentran en el momento oportu-
no para analizar su rol como factor dinamizador de la industria nacional encarando
proyectos concretos, modernos y ajustados a la realidad de los mercados nacional y
del exterior.
El trabajo expone posteriormente (Capítulo IV) un panorama actual de la in-
dustria del sector cooperativo agropecuario. Es un inventario. Sin lugar a dudas es
conveniente conocer globalmente lo que se hizo en esta materia, porque de esa mane-
ra se pueden formular diagnósticos aproximados sobre la realidad, sus limitaciones y
posibilidades. En este orden de cosas la obra señala la cantidad de cooperativas que
tienen industrias en las siguientes materias: alimentos balanceados, molinos arroce-
ros, productos lácteos, panificación, vinos, productos enlatados, molinos yerbateros
y de té, procesamiento de legumbres, molinos harineros, avícolas, desmote de algo-
dón, hilanderías, aceites vegetales, frigoríficos y fábrica de torniquetes.
Se subrayan, además, las posibilidades comerciales que tiene la producción
industrial cooperativa. En efecto, los productos pueden colocarse en gran medida en
ese mercado propio que forman en el país las cooperativas, estableciendo un circuito
entre aquellas entidades que producen y las que están organizadas por consumidores.
Los autores del trabajo tuvieron en cuenta la incidencia social de la industria,
particularmente como factor interesante para corregir las deformaciones de carácter
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demográfico. Se analiza el fenómeno del éxodo rural y las motivaciones que tuvieron
los habitantes del campo para dejar la tierra y pequeños poblados y dirigirse a los
grandes centros urbanos en busca de mejores horizontes para vivir, o de un tipo de
trabajo adecuado a sus conocimientos técnicos y profesionales o, en el peor de los
casos para desempeñarse como manos de obra de baja calificación.
Se afirma en esta obra que la elaboración de parte de la materia prima en el
mismo lugar donde se cosecha, para abastecer el mercado regional es un factor pri-
mordial para evitar el éxodo rural y la constante pérdida de recursos humanos y mano
de obra en el campo. Especialmente la juventud del medio agrícola, generalmente hi-
jos de productores, podrá permanecer junto a la familia y aplicar su conocimiento en
alguna industria cooperativa local.
El capítulo VI ofrece un informe acerca de la economía mundial de nuestros
días, con sus problemas derivados de la súper producción de materias primas agrí-
colas y energéticas, los bajos precios que se están pagando por esos productos y que
influyen directamente en nuestra economía nacional. Aquí también se aborda el tema
de buscar nuevos mercados para los productos tradicionales de exportación y la ne-
cesidad de encarar con seriedad y firmeza una integración económica regional para
afrontar la crisis económica mundial.
El sector cooperativo agropecuario, por sus relaciones comerciales estableci-
das con otros países está en condiciones de representar un papel de suma impor-
tancia en la apertura y consolidación de mercados vinculándose con organizaciones
cooperativas de consumidores existentes en numerosas naciones.
Por último, en el ANEXO I, el trabajo expone algunos ejemplos de industrias
cooperativas, que en este momento están marcando el camino a seguir. Son los casos
de las fábricas de aceites vegetales, de alimentos balanceados y frigoríficos; las nume-
rosas plantas de productos lácteos; la industria del algodón con sus plantas desmo-
tadoras, hilanderías y algodón hidrófilo; la industria conservera; la producción de vi-
nos, etcétera. En el ANEXO II se exponen algunos cuadros referidos a la producción,
comercialización y participación argentina en el comercio mundial de los principales
productos agropecuarios (cereales, oleaginosos, textiles, carnes, leche) y la estructu-
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ra porcentual de las exportaciones totales de la Argentina. La atenta observación de
los datos suministrados permitirá al lector interesado sacar sus propias conclusiones
acerca de la actividad del sector, su evolución y perspectivas. También se presentan
dos series estadísticas sobre la participación del cooperativismo en la exportación de
granos y de frutas.1*
En síntesis, lo que busca este ensayo es ubicarnos, saber lo que se ha hecho,
lo que se puede hacer y los riesgos que se corren. Las cooperativas agrarias tarde o
temprano tendrán que analizar el rol que les cabe cumplir en la industria del país, las
posibilidades económicas y los beneficios para los asociados que se derivan de la mis-
ma y, aún, el peso político que pueden adquirir a través de la actividad industrial. Si
un país se dedica exclusivamente a la producción agropecuaria se debilita económi-
camente. Esa producción agropecuaria es fundamental en este mundo, pero el poder
político y financiero está más cerca de la industria, del comercio y de sus dueños. Por
eso adquiere relevancia la conjunción, en los programas agroindustriales, de ambos
sectores productivos, un asunto que nuestras cooperativas agrarias pueden concretar
de una manera positiva.
Remontada la dificultad de encontrar datos estadísticos, catálogos de produc-
tos, personal empleado y energía consumida, entre otros ítems, para apreciar ade-
cuadamente la participación real del cooperativismo en la industria argentina, los
autores entregan esta obra con la doble finalidad de dar a conocer la realidad y po-
tencialidades del sector agropecuario cooperativo y, también, de alentar a otros in-
vestigadores a sumar sus esfuerzos al desarrollo de un tema que hasta el presente no
había sido sistemáticamente abordado.
1 *
En la presente edición fue suprimido el Anexo II por considerar que los datos volcados en los cua-
dros están totalmente alejados del interés del lector del año 2010. Las cifras de esos cuadros pueden encon-
trarse en los Números Estadísticos de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.
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CAPITULO I
Antecedentes modernos
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mente en la industria. En efecto, una de las proposiciones aprobadas por unanimi-
dad en 1854 y publicada como tal en el “Almanaque” de la Sociedad, se formuló de
la siguiente manera: “Iniciar la fabricación de los artículos que la Sociedad estimare
conveniente para proporcionar trabajo a los miembros que estuvieran desocupados o
sujetos a repetidas reducciones de su salario”.
El programa industrial de los Pionners empezó a concretarse antes, en 1850,
con la cooperativa denominada “Sociedad del Molino Harinero del Distrito de Ro-
chdale”; y luego, ya en 1854, con la “Sociedad Cooperativa Manufacturera de Ro-
chdale”, la cual logró instalar dos hilanderías y dio comienzos a la industria textil
cooperativa en Inglaterra.
Esta inserción del cooperativismo en el seno de la llamada Revolución Indus-
trial, cuando aún dominaba el capitalismo manchesteriano, tiene un profundo senti-
do humano y social. Para los pioneros no se trataba sólo de fabricar y de ganar, sino
de fabricar para que no haya desocupados y para mejorar las condiciones de vida. Es
decir, no se conformaba con el hecho de estar ocupado e integrar el número de asa-
lariados, sino que aspiraba a la justicia social y a ser dueño de su propio destino. El
hombre cooperativo no se concibe como objeto, esclavo, mercancía o cifra tabulada
por un estado o por una empresa.
Con los principios de la cooperación moderna se puede rescatar en el campo
industrial la justicia para los obreros, es decir, para los agentes directos de la mano
de obra. Aquella proposición de los pioneros anunciada más arriba, que contempla-
ba el problema de la desocupación, tiene una actualidad inequívoca, tanto en países
industrializados como en los que están en vías de desarrollo. La situación europea no
es tan seria como después de las grandes guerras; sin embargo el porcentaje de los
desocupados se considera grave en los países de la Comunidad Económica Europea.
En otros países subsiste la emigración por razones laborales y un mercado negro (nar-
cotráfico, prostitución, contrabando, etc.) generado en parte por la falta de empleo.
El Molino Harinero y la Manufacturera textil de Rochdale son exponentes de
una industria alimentada por la materia prima del agro. Además existen numerosos
ejemplos de cooperativas de industria láctea, anteriores y posteriores a Rochdale,
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como la Quesería cooperativa de South Trenton, de Nueva York (1810); la Primera
Quesería Cooperativa de Noruega (1856); y la primera industria mantequera de Las
Charantes (1875). Estos ejemplos demuestran que el movimiento cooperativo tiene
posición tomada sobre la industria desde su origen.
Aún la primera ley cooperativa que existió en el mundo, The Industrial and
Provident Societies Act de Inglaterrra, concibió un cooperativismo con instituciones
dedicadas a la industria a nivel del conocido industrialismo inglés del siglo pasado y
a tono con la revolución industrial. Esta primera ley de cooperativas, promulgada en
1852, fue fundamental para las primeras. Industrias cooperativas inglesas, y, con la
enmienda de la ley en 1862, tuvo mejor futuro al promoverse la constitución de las
distintas Wholesales Societies.
Aquí tomamos a la industria en un sentido amplio, incluyendo artesanía e in-
dustria propiamente dicha; la industria derivada de la materia prima del agro y la
industria sofisticada; la industria como trabajo de los mismos socios y la industria
de cooperativas que apelan a obreros asalariados. En cualquier forma la industria
cooperativa es importante para la sociedad y tiene un futuro ya pronosticado por los
expertos.
Formas cooperativas de la industria
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● Simple adhesión: cuando existe relación del socio con la entidad en razón de
que adhiere a la misma. La relación o la participación del socio queda substancial-
mente definida por la adhesión, excluyendo el trabajo personal.
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Cuadro comparativo de las dos formas
Asociado productor
Asociado
1. Agrarias
consumidor
2. Consumo Con Industria y
A. Socio de simple Asociado propietario
3. Vivienda asalariados
adhesión Asociado
4. Electricidad no asociados
consumidor
5. Telefónicas
Asociado
consumidor
1. De Servicios:
Docentes
Gastronómicos
Médicos, etc. Recíprocamente
B. Socio de adhesión
co-dueños y Asociado trabajador
y trabajo
2. De Industria: asalariados
Gráfica
Textil
Láctea, etc.
Elaboración propia
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los socios. Salvo excepciones, temporarias, no existe el asalariado. Todos los socios
trabajan; o, si se quiere, todos los que trabajan son socios. Y finalmente el beneficio
derivado de la producción es equitativamente, según el trabajo realizado, para los
socios. Esta clase de cooperativas revela un alto grado de cooperación y consecuencia
con el socio, es decir, con el hombre.
En el caso de cooperativas con industria, como las agrarias, su objetivo fun-
damental no se constituye ni se estructura para desarrollar con los socios y para los
socios, en una relación directa, la actividad industrial. Es decir, no es una cooperati-
va de trabajo industrial propiamente dicha o esencialmente dedicada a la industria,
sino una cooperativa agropecuaria o una cooperativa de consumo que complementan
su objeto social con determinada industria. No podemos llamarlas lisa y llanamente
cooperativas industriales, pero sí cooperativas con industria. El dueño de la industria
o de la planta industrial es la cooperativa, primaria o de segundo grado; el trabajo
industrial no lo realizan los socios, sino un personal asalariado. Entre las coo-
perativas con industrias se destacan las agropecuarias, las de consumo, las de vivien-
da y las de provisión.
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elevada, con un 7,3% de la población dedicada a la agricultura”.
Es conocido el grado de organización, integración y desarrollo de las coopera-
tivas agropecuarias en nuestro país -1.404 cooperativas primarias y 11 federaciones
adheridas a CONINAGRO-, las cuales han logrado una base sólida para desarrollar la
industria. El futuro en industria alimenticia, textil, del cuero, de alimentos balancea-
dos, fertilizantes, etc., es promisorio y de un pronóstico evidente.
En nuestro país la industria láctea cooperativa ha logrado un nivel muy impor-
tante. “En el mercado lácteo -dice Juan Carlos Basañes-, las empresas cooperativas,
en forma integrada, son el principal factor. Una firma cooperativa (SANCOR) es la
principal empresa del mercado”. Figuran, además, la industria oleaginosa, vitiviníco-
la, frutihortícola y textil, con distinto nivel y porcentaje en el mercado.
Hace unos 15 años decía Mario Yuri Izquierdo: “Y llegamos a la tercera etapa:
la de la industrialización y transformación de las materias primas que producen el
agricultor o el ganadero. Es el proceso que hoy está en marcha y que ha alcanzado en
sus primeros pasos el mismo éxito que ha jalonado los anteriores, ofreciendo para el
futuro perspectivas insospechadas. Las fábricas cooperativas, distribuidas a lo largo
del país y en aumento constante, señalan la mayoría de edad de este movimiento en
el agrarismo argentino”. A Yuri Izquierdo se lo puede calificar de optimista exagerado
si comparamos sus afirmaciones con la realidad del momento, sin embargo, su pro-
nóstico tiene un fundamento.
Justamente estos conceptos nos ponen en el tema de nuestra obra. El rol del
cooperativismo agrario en la industria nacional, cuya importancia y significado ya no
se pueden soslayar.
Notas
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EL COOPERATIVISMO EN NUMEROS
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CONINAGRO tiene adheridas a 9 federaciones: Asociación de Cooperativas Ar-
gentinas (ACA) – Federación de Cooperativas Vitivinícolas Argentinas (FECOVI-
TA) - Federación de Cooperativas. Agropecuarias (UNCOGA) - Unión de Coope-
rativas. Agrícolas Algodoneras (UCAL) - Federación de Cooperativas de Corrien-
tes - Federación de Cooperativas Arroceras Argentinas (FECOAR) - Federación
Entrerriana de Cooperativas y Asociación de Cooperativas Hortícolas y Frutícolas
Argentinas (ACOHOFAR).
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CAPITULO II
Planes de Desarrollo en
Países no Industrializados
Panorama general
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dades que transformaban la materia prima obtenida por aquellos.
Con el descubrimiento de la máquina vino la mencionada revolución indus-
trial, su insurrección en occidente y la apertura de nuevas posibilidades productivas.
Las naciones que en ese momento, fines del siglo XVIII y siglo XIX, tomaron la de-
lantera en este renglón tan importante de la industria, son los que en este momento
tienen el más alto standard de vida, alta tecnología industrial, desarrollo social, dieta
suficiente y hasta mayor poder político.
Actualmente los pueblos han dejado la pasividad y se lanzan al progreso. Por
esa razón en todos los países se formulan proyectos industriales, aún aquellos que a
comienzos de este siglo se dedicaban a una vida pastoril y estaban inmersos en una
economía de subsistencia. Tienen el propósito de progresar para ubicarse entre los
pueblos desarrollados, logrando así un ingreso per capita de más de 3.000 dólares
anuales.
Se observa, sin embargo, que en los países en vías de desarrollo los proyec-
tos industriales no han entrado totalmente en ejecución, generalmente por falta de
asistencia financiera; y los que entraron tuvieron muchas veces serias dificultades
para continuar creciendo, malogrando tiempo y esfuerzos: y aquellos que alcanzaron
cierto desarrollo industrial y tecnológico no siempre han dado los frutos que se es-
peraban. Es decir, la industrialización de un país en vías de desarrollo es mucho más
difícil de lo que se pensaba. Se han dado ejemplos positivos, pero a costa de inver-
siones fuertes y una afortunada seguridad en la colocación de la producción. Algunos
gobiernos fracasaron porque sus planes de desarrollo no contemplaron todos los fac-
tores y circunstancias de carácter internacional.
Entonces nos podríamos interrogar: ¿cómo lograron la industrialización y el
desarrollo aquellos países que hoy están a la cabeza? Por lo general se trata de países
que cumplieron el proceso de industrialización durante un largo período de tiempo,
tuvieron colonias para extraer la materia prima colocando en ellas sus manufacturas
y gozaron, en determinados espacios de tiempo, de una relativa continuidad política y
económica. Y además, no padecieron la dependencia económica, y a veces política, que
hoy sufren los países en vías de desarrollo. En el caso de Inglaterra –el más clásico– la
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materia prima la tomaba de sus ricas y múltiples colonias; el financiamiento no im-
plicaba dependencia alguna, porque al producirse la revolución industrial sus bancos
eran fuertes; y tampoco requería la tecnología de otros países a costos muy elevados,
por la simple razón de que los ingleses eran los principales creadores de la tecnología
industrial y porque entonces no se cobraba lo que se cobra ahora por este rubro.
Otra circunstancia favorable fue que la oligarquía y alta burguesía tenía una
fuerte acumulación de capital dentro del país que fueron transfiriendo paulatina-
mente a los novedosos emprendimientos industriales.
Como contrapartida a esa situación, las oligarquías y burguesías de los países
subdesarrollados, la mayoría de ellos ex-colonias de naciones europeas, continuó ex-
trayendo sus riquezas del país de origen para realizar inversiones en las ex metrópo-
lis. Por esa causa los países subdesarrollados que lograron su independencia política,
quedaban atados económicamente a sus antiguos administradores o se establecieron
nuevos vínculos de dependencia con otras potencias extranjeras. Ese cambio de co-
llar les llevó, muchas veces, a sufrir dolorosas guerras civiles para dirimir a qué ban-
do ligarían sus intereses.
El mundo moderno está estructurado de tal manera que el rico continúa dic-
tando las normas a los pobres. Lo mismo ocurre entre las naciones. Es decir, los
precios de los minerales, de la producción pesquera y forestal, y de toda la produc-
ción agropecuaria, de las naciones en vías de desarrollo, los establecen las grandes
potencias industriales. Es así como el precio del cobre no lo impone Chile y tampoco
Bolivia el del estaño. Y Argentina no ha logrado imponer el precio del lino ni del gira-
sol siendo la principal productora del mundo; lo mismo ocurre con otras naciones y
otros productos.
Por otra parte, y por una lógica que no se puede revertir, los países pobres de-
ben solicitar créditos a las naciones ricas para desarrollar sus proyectos industriales
e incorporar bienes de capital; esos créditos por lo general se conceden –es un buen
negocio– con una alta tasa de interés. Si las grandes organizaciones bancarias no tu-
vieran oportunidad de conceder estos préstamos, que según ellos los dan “para ayu-
dar” y con el propósito de aparecer como padrinos del progreso y del apoyo financie-
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ro, morirían muy pronto y de muerte natural. Los créditos programados en un nivel
promocional son desde luego positivos, pero entrañan cierta dependencia, y cuando
los cálculos no fueron realistas, resultan desastrosos y reafirman esa dependencia.
Precisamente, el neo-colonialismo es de tipo económico y se ejerce a través
de precios, tasas financieras y aún las diversas formas del boicot y la calificación de
la mercadería. Este fenómeno de la dependencia económica, registrado por econo-
mistas y sociólogos, por diversos gobiernos, por la UNTACD, la OIT y la FAO, y en
documentos de la Iglesia Católica, como la Populorum Progressio de S.S. Paulo VI,
sujeta a las naciones en vías de desarrollo como estados dependientes de las nacio-
nes industriales. No se trata de una interdependencia equitativa y en condiciones de
igualdad dentro de la estructura económica, sino que se trata de la misma relación
que existe entre el rico y el pobre, el poderoso y el débil.
Las naciones subdesarrolladas no son totalmente independientes ni siquiera
cuando ofrecen la materia prima, su producción, porque los precios se establecen en
Londres, Liverpool, Amsterdam, Bruselas, Nueva York o Chicago. Desde allí los tuto-
res del mundo controlan toda la producción.
La programación industrial
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dirección de empresa, ingeniería industrial y la organización de ventas, las entidades
cooperativas en general no han sobresalido. Corren a la zaga con respecto a las socie-
dades anónimas calificadas como empresas líderes y sólo en pocos casos se ubican en
posiciones de avanzada.
No pocas veces llevados por el entusiasmo, el deseo de brindar trabajo y lo-
grar el progreso de una comunidad, algunos han instalado una planta industrial sin
los estudios técnicos correspondientes, fracasando luego en sus propósitos. Mientras
muchas instituciones cooperativas mantienen en la práctica la concepción de que se
puede seguir con máquinas obsoletas, como quien sigue tirando, los que están en la
avanzada de la producción industrial y de la empresa moderna, saben que aquella
concepción es antieconómica, que la producción no puede entrar en el mercado con
buenas condiciones de competición y que siempre termina en el deterioro financiero
y en situaciones críticas muy difíciles de corregir.
Si nos detenemos en un caso, que no pertenece al sector cooperativo, como es
aquel monumental frigorífico de Chacabuco, provincia de Buenos Aires, que se esta-
bleció en una zona no ganadera, y que hoy es un inmueble desmantelado y muerto,
llegamos a la conclusión de que existió una idea noble pero sin fundamento empresa-
rial y técnico.
En los proyectos industriales no pueden omitirse nunca los estudios completos
acerca de las siguientes materias:
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1. Ubicación e infraestructura básica
El lugar elegido no es un punto abstracto, sino que tiene relación con las vías
para el acopio de la materia prima y para la distribución en el mercado de consumo
de la producción. En este punto se encuentra una de las polémicas que nunca termina
de definirse, entre los que quieren establecer la industria en el mismo lugar de pro-
ducción de la materia prima y los que prefieren radicarla cerca de los grandes centros
de consumo. ¿Para qué la elaboración en áreas rurales si luego se tiene que vender en
los grandes centros urbanos?, se preguntan unos; y los otros responden: ¿Para qué
transportar nuestra cosecha a las plantas industriales del Gran Buenos Aires, si des-
pués el producto elaborado vuelve a nosotros, encareciéndose con el flete? –que de
ida y de vuelta paga la familia agraria– y perjudicando al hombre del interior, tanto
como productor porque se le paga poco y luego como consumidor porque se le cobra
mucho. De todas maneras, las dos posibilidades deben entrar en los cálculos, a fin de
determinar en cada caso cuál implica menos gastos y mayor rentabilidad.
La infraestructura básica responde a todas las exigencias que plantea la indus-
tria para su desarrollo y rendimiento normal, como es el suelo y los recursos natu-
rales, energía eléctrica, agua potable, caminos pavimentados y aptos para el paso de
camiones cargados, trenes y puertos a mano, sistemas de comunicación y aún medios
para capacitar al personal, así como bancos, centros de atención médica, seguridad,
vivienda y recreación.
Este renglón básico de la infraestructura no puede considerarse omitiendo el
análisis de su marco de referencia y el contexto económico, sobre todo la política in-
dustrial del país y la programación para la región por parte de las autoridades oficia-
les. Si el plan de gobierno establece serias restricciones a la industria del tabaco, con
gravámenes y negación del crédito, porque ya existen demasiadas plantas elaborado-
ras o porque desea preservar la salud de la población, no puede ser ventajoso instalar
una nueva fábrica de cigarrillos. En el caso inverso; si el gobierno estimula la pesca
en el sur, la costa patagónica tiene que ser la preferida para establecer una colonia
pesquera y la industrialización de la producción.
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2. Mercado interno o externo para la producción
Los estudios del mercado constituyen uno de tos pilares de la planificación. La
producción apunta al consumo y no a otra cosa. El mercado es el blanco de la pro-
ducción: si hay mercado es lógica la producción, de lo contrario no tiene sentido. Las
preguntas que surgen en tales estudios son obvias, pero esenciales: ¿existe un merca-
do para ese producto?, ¿quiénes y cuántos son los consumidores potenciales”, ¿qué
dificultades encuentran otros fabricantes?, ¿cómo se realiza la competencia”, ¿qué
puede suceder si se mejora la calidad”, ¿cuáles pueden ser las posibilidades reales y
futuras del mercado interno y hacia dónde se inclinan las necesidades o el gusto de la
población?, ¿cuál es la relación de producción y consumo en el país?, ¿es un producto
exportable?, ¿está promocionado oficialmente?, ¿hay un mercado externo seguro?
Actualmente existen técnicas definidas para el estudio de mercado, que se ba-
san en la observación de su comportamiento, en estadísticas relativas a la evolución
y encuestas sobre consumidores en base a muestras representativas y técnicamente
elaboradas, así como a las políticas sobre consumo y poder adquisitivo de los consu-
midores.
Los resultados de tales estudios no permiten que la industria se lance a produ-
cir a ciegas, sin conocer la posible respuesta de los consumidores. El mercado es cam-
biante y tiene sus fluctuaciones, a veces predecibles y otras veces no, lo cual también
es necesario conocer. En algunas ocasiones es aconsejable intensificar la producción
y otras veces conviene trabajar a media rienda. Un rendimiento superior al 80% de la
capacidad instalada se considera alto. En diversas coyunturas económicas de nuestro
país las fábricas tuvieron que trabajar a menos del 50% de su capacidad instalada por
acumulación de stock, es decir por falta de ventas. Además, en determinadas circuns-
tancias relacionadas con el cambio de la moneda conviene exportar y otras veces no
es aconsejable. No hace mucho tiempo era rentable exportar pollos eviscerados a los
países árabes; hoy, como consecuencia del valor del dólar, esa posibilidad no existe.
La incursión por los mercados internacionales deberá realizarse cuando se ten-
ga una firme convicción de atender al cliente extranjero en forma permanente ofre-
ciéndole la cantidad y calidad del producto previamente pactada. Pero en este rubro
Agroindustria cooperativa │ 28
la voluntad y corrección de los fabricantes se pueden ver obstaculizadas por políticas
económicas nacionales variables. Fundamentalmente esta última situación es la que
ha hecho que los exportadores se vean obligados a cancelar las ventas pactadas o a no
continuar vendiendo al extranjero para no sufrir pérdidas irreparables al cambiarse
abruptamente la política económica del país. Con ello se logra generar el descrei-
miento entre los compradores potenciales del exterior.
Agroindustria cooperativa │ 29
● Menos posibilidades de participar en un mercado cada vez más com-
petitivo.
Agroindustria cooperativa │ 30
dentemente, debe tener en cuenta otros aspectos importantes, como el montaje y
la ingeniería de planta, el control de calidad, la idoneidad del personal técnico, la
organización del trabajo determinando roles y funciones, el control del rendimiento,
el mantenimiento y todo lo que hace a la marcha de una planta industrial.
En nuestro país los proyectos industriales se encuentran bajo el control de la
Secretaría de Industria; y también, en razón del crédito que se solicita en estos casos,
por el Banco Nacional de Desarrollo. Tales organismos estatales tienen establecido
los modelos de proyectos y la forma en que deben presentarse. Por otra parte, la
instalación de industrias depende de la jurisdicción provincial con su respectivo régi-
men de promoción y control.
El margen positivo de la industria
Agroindustria cooperativa │ 31
tudio. La improvisación a esta altura de la civilización y del desarrollo económico y
técnico es un suicidio.
Actualidad
Agroindustria cooperativa │ 32
Cuadro 1. Faena de hembras
Déficit de
Destete de Disponibilidad Reposición
Años Faena Reposición
terneras para reposición Técnica (*)
Fuente: CRA
NotaS: * 20% de reposición del plantel de madres.
** Entore 24 meses. (Ternera de 2007 pare en 2009)
Fuente: CRA
Agroindustria cooperativa │ 33
ca en los 14.000.000 de cabezas, previéndose para el 2010 una caída
de más de 2.000.000 de hembras para reposición, lo que acelerará aún
más la caída del stock para el futuro.
Una liquidación extraordinaria de vientres con destino a faena, una
disminución notable de preñez, la intensa sequía reinante en gran parte
del territorio, los continuos desaciertos de las políticas implementadas
en los últimos años como ser: Control de precios que nunca lograron
su objetivo, imposición de peso mínimo de faena, control y restricciones
de exportaciones, intervenciones en los precios del mercado interno,
compensación a Feed Lots, etc., lo que sumado a la faena prematura
de terneros y terneras son un cóctel mortal para esta drástica caída del
stock ganadero.
Estimamos que a corto plazo caerá sustancialmente la oferta de ga-
nado terminado para faena, al extremo tal que el consumo interno se
reducirá hasta 45 kgs./ per-capita (20 kgs. menos que los actuales) y
el consumidor por lo tanto deberá abonar valores muy cercanos a los
precios internacionales; con la posibilidad cierta de que en un tiempo
no muy lejano, tendremos la necesidad de importar carne vacuna para
abastecer la demanda interna y externa “en el país de las vacas”. Por lo
tanto para quebrar la curva decreciente del stock ganadero, será nece-
saria no menos de una década de “Vacas Gordas”.
Se hace necesario implementar acciones urgentes tendientes a frenar
la liquidación de la ganadería como ser:
1. Devolver al productor la confianza y rentabilidad necesarias.
2. Planes de fomento para las zonas de cría, dotándolas de la infraes-
tructura necesaria (energía eléctrica, caminos, etc., sin costo), proveer
de agua y alimentación a las zonas castigadas por la sequía y visitar a
los productores, puerta a puerta, para conocer sus necesidades más
urgentes.
Agroindustria cooperativa │ 34
3. Prohibir la faena indiscriminada de vientres, vacas, vaquillonas y
terneras; y subsidiar a los criadores, no a los Feed Lots.
4. Liberar el precio de la hacienda en pie que hoy se vende a los mis-
mos valores que hace 3 o 4 años y en el caso de terneros Holando Ar-
gentino, que hoy se colocan a los mismos precios del año 2002.
5. Avanzar en forma urgente sobre la venta con desposte, para aba-
ratar algunos cortes en los barrios de menores
ingresos económicos.
6. Promocionar la venta de cortes de 1º calidad en el mercado externo,
para subsidiar los precios del consumo interno.
Agroindustria cooperativa │ 35
CAPITULO III
Aspectos Generales de la
Industrialización Argentina
Agroindustria cooperativa │ 36
con España marca una etapa fundamental en nuestra historia económica, ya que tie-
ne diversas consecuencias políticas y económicas. Otro factor que provoca un fuerte
impacto en la tradicional estructura económica es el desarrollo de la ganadería en el
litoral. La suma de estos dos hechos da como resultado los conflictos permanentes
entre el litoral y el interior al establecerse en la ciudad puerto una clase con gran po-
der económico y político, basado en la explotación de la ganadería y en la comercia-
lización de los productos importados primero de España y luego de Inglaterra, ya en
la etapa independiente.
Nuestros ingresos se originaban en la exportación de lanas, cueros y carnes,
esta última a partir de la aparición del frigorífico y de los barcos a vapor, complemen-
tándose posteriormente con las exportaciones de cereales una vez asentadas las fami-
lias de inmigrantes que llegaban al país, aunque no todas pudieron encontrar tierras
para colonizar debido a los inmensos latifundios dedicados a la explotación extensiva
de la ganadería. El ferrocarril fue, también, un factor decisivo en la fundación de pue-
blos y en el auge de la agricultura.
Aunque lo prevaleciente de esa época que llega hasta la primera década de este
siglo haya sido la actividad agroexportadora, se fueron instalando diversas industrias
en aquellas ciudades donde se encontraba mano de obra capacitada entre los núcleos
de inmigrantes. La evolución de la actividad manufacturera encontró numerosas tra-
bas por la falta de protección ante la importación de productos europeos, que ingre-
saban con bajos aranceles. El sector industrial fue creciendo sin orden al no poder
sustituir las importaciones, dando como resultado la falta de complementación de las
empresas y dependiendo permanentemente de la importación de insumos, produc-
tos semielaborados y maquinarias.
La iniciación industrial
Agroindustria cooperativa │ 37
el proyecto de reforma arancelaria enviado por el Poder Ejecutivo Nacional. En esa
oportunidad fue secundado por otros esclarecidos parlamentarios como lo fueron
Miguel Cané, Vicente Fidel López, Eduardo Madero y Santiago Alcorta, todos los cua-
les sostuvieron la idea de brindar protección a la industria nacional, que ya por en-
tonces contaba con establecimientos dedicados a la fundición de metales, graserías,
saladeros, fábricas de fideos, jabón, velas, cerveza, licores, carruajes, alambre tejido,
bolsas, ladrillos refractarios, calzados, harinas, dulces, caños de plomo y otras manu-
facturas.
Como lo señala Dorfman, a fines del siglo XIX se habían instalado las siguien-
tes grandes firmas industriales, muchas de las cuales aún perduran: Azucarera Ar-
gentina (1882), Cervecería Palermo (1897), Cervecería Río Segundo (1893),Compa-
ñía Azucarera Tucumana (1895), Refinería Argentina (1887), Compañía de Gas de
La Plata (1886), “La Argentina”, fábrica de papel (1888), “La Primitiva”, fábrica de
bolsas (1889), Bagley y Cía. (1898), Compañía General de Fósforos (1888), Fábrica
Argentina de Alpargatas (1885), Compañía Sansinena de carnes congeladas (1891).
Iniciado nuestro siglo van apareciendo nuevas empresas dedicadas, como las
señaladas anteriormente, al abastecimiento de artículos de consumo directo (alimen-
tos, vestidos, cueros, papel, etc.). Es también la época de la expansión de los frigorí-
ficas, de los ferrocarriles, de las compañías de electricidad, la industria de la madera
y el tanino, las procesadoras de leche, las industrias textiles, metalúrgicas y de la
construcción.
Los estudiosos de la evolución industrial argentina están de acuerdo, por lo
general, en señalar dos grandes períodos de ese proceso: anterior a 1930 y posterior
a 1930. La primera etapa es dividida, asimismo, en anterior y posterior a la Primera
Guerra Mundial (1914-1918), ya que ese conflicto bélico hizo que la industria argen-
tina tomase un gran incremento, el que se perdió posteriormente al reconstruirse las
economías europeas. Ese impulso recién volvió a retomarse luego de la gran crisis
de los años treinta. Una característica que diferencia esos dos períodos, según Díaz
Alejandro, antes de 1930 el crecimiento de la industria siguió pasivamente la expan-
sión de las exportaciones y de la economía pero luego de ese año su desarrollo global
Agroindustria cooperativa │ 38
ha dependido de la habilidad de la industria sustitutiva de importaciones para ex-
pandirse, aunque tal dependencia no fue siempre inevitable. A partir de 1952 puede
señalarse, también, un nuevo período de estancamiento que perduró hasta fines del
decenio.
Así como en el siglo pasado se había entablado la lucha entre el litoral y el inte-
rior por razones de carácter económico y político, desde que comienza a fortalecerse
el sector industrial se inicia la competencia por el poder entre éste y el sector agroex-
portdor, la cual ha perjudicado nuestro crecimiento nacional distorsionando nuestra
vida política y social ante una falta de complementación de los intereses de ambos.
En el gráfico Nº 1 puede apreciarse que hasta 1959 prácticamente los únicos
ingresos por exportaciones correspondían a las actividades primarias y la evolución
que fueron teniendo la ganadería y la agricultura en las ventas al exterior. También
puede observarse el notable aumento de productos manufacturados exportados du-
rante la Segunda Guerra Mundial. que coincide con un aumento en las exportaciones
de carnes.
En los gráficos Nº 2 Y Nº 3 se destaca la aparición dentro del sector manu-
facturero de nuevas industrias cuyos productos son exportados, así como también
la composición de las ventas al exterior entre 1975 y 1977, donde se va ampliando el
campo de las industrias de origen agropecuario.
Todo ello indica que la Argentina progresó notablemente en su desarrollo in-
dustrial ––el que se ve en el gráfico Nº 4–; y si bien el mismo se produjo principal-
mente en el área de las manufacturas en los últimos tiempos fue encarado su equipa-
miento en industrias de base. Este sostenido progreso, que deseamos sea retornado
en el futuro para que nuestro país alcance la jerarquía de nación desarrollada, puede
y debe ser aprovechado para su equipamiento por parte de las cooperativas que estén
en condiciones de encarar la transformación de las materias primas de sus asociados,
ya sea en bienes intermedios para otras industrias, ya en bienes finales para el consu-
mo interno o para la exportación.
Agroindustria cooperativa │ 39
Las cooperativas y su participación en la industria
Agroindustria cooperativa │ 40
cooperativa monta su fábrica de aceite de algodón con el objeto de valorizar las semi-
llas provenientes del desmote; y más tarde instala una fábrica de jabón.
Otras cooperativas tamberas ubicadas en la zona de San Carlos ya tenían sus
fábricas procesadoras de leche por 1928; y en 1930 deciden fundar una entidad de
segundo grado, la Unión de Mantequerías de San Carlos Centro que cuenta con su
propia fábrica. Años más tarde se funda otra federación de cooperativas tamberas,
SANCOR, la que desde 1936 comienza la producción de manteca y otros derivados,
ganando con su calidad el mercado interno e internacional.
La Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA), comienza, en 1948, a desa-
rrollar su plan de industrialización de la materia prima que producen los socios de las
entidades primarias, y el 6 de abril de 1953 se inaugura la primera planta de aceites
vegetales de ACA en la localidad de Tres Arroyos, la que producía aceite de lino, con-
tando con el apoyo de 19 cooperativas de la zona. Posteriormente esa entidad de se-
gundo grado pone en funcionamiento sus fábricas de aceite de Villa Constitución, Río
Tercero y Hernando, en las que son procesadas semillas de soja, maní, lino y girasol.
Más reciente es la instalación para producir alimentos balanceados en San Nicolás
y en La Francia (1985). ACA inauguró también una planta procesadora de tomates y
un frigorífico en Viedma, asociada en esta ocasión con El Hogar Obrero y tres de sus
cooperativas adheridas ubicadas en las cercanías.
También otras organizaciones de grado superior vienen desarrollando activi-
dades industriales, como la Federación Argentina de Cooperativas Agrarias (FACA),
la Fraternidad Agraria, la Unión de Cooperativas Agrícolas Ganaderas (UCAL), la
Federación de Cooperativas Arroceras Argentinas, etcétera.
Además, numerosas cooperativas primarias procesan las materias primas pro-
ducidas por sus socios, pudiéndose mencionar la fabricación de vinos, harinas, seca-
do y molienda de yerba, y té, dulces de frutas, conservas y otros derivados de origen
agropecuario.
El movimiento cooperativo ha ido acompañando el proceso económico expe-
rimentado por el país, demostrando su pujanza y deseo de progreso, no limitándose
a la mera comercialización de las materias primas sino valorizando la producción
Agroindustria cooperativa │ 41
de pequeños y medianos productores asociados. Las manufacturas cooperativas de
origen agrario son exportadas a diversos países, como ocurre, por ejemplo, con los
productos de SANCOR, los aceites y subproductos de las fábricas de ACA y FACA, el
aceite de tung de las cooperativas misioneras, la fibra y el hilado de UCAL, entre otros
muchos productos y derivados industriales.
Agroindustria cooperativa │ 42
CAPITULO IV
Agroindustria cooperativa │ 43
aceitera a 104 entidades.
Otro tanto ocurre con la Fraternidad Agraria, cuya fábrica de aceite de lino es
explotada en participación con cinco de sus asociadas.
Asimismo FACA posee una planta industrializadora de aceites vegetales, que-
dando esta actividad de la industria aceitera cooperativa conformada de la siguiente
manera: 6 fábricas y la participación en su explotación de 112 cooperativas de prime-
ro y segundo grado. Por lo tanto, llegan a 227 las cooperativas que directa e indirec-
tamente son parte del proceso manufacturero de la producción agropecuaria, ello si
contar a SANCOR y sus asociadas que tienen una característica muy especial.
Agroindustria cooperativa │ 44
balanceado que se venderá a cooperativas avícolas, tamberas o ganaderas, las cuales
pueden vender a cooperativas de consumo sus productos: aves, huevos, leche; que-
sos, dulces, cremas, carnes, etcétera.
Como se muestra en el gráfico Nº 5, la combinación de los diversos factores
económicos, como la de sus diversas etapas, puede ser realizada sin salir del movi-
miento cooperativo. Esta situación favorable se da privilegiadamente en nuestro país
como presencia de una gran gama de actividades econ6micas cumplidas por el sector
cooperativo.
Para poner en movimiento este sistema donde la integración cooperativa se
haría realidad, solamente es necesario contar con la decisión de los dirigentes coope-
rativistas. Los excedentes que se pudieran generar en cada paso, hace volver atrás ese
beneficio, acabando, como retorno, en el propio productor primario.
El desarrollo de una industria cooperativa a partir de las entidades rurales,
que son quienes actúan como receptoras de la materia prima renovable presenta,
además de las ventajas señaladas para el orden local y el mercado interno, otra fun-
ción importante: encarar la exportación de productos manufacturados de proceden-
cia cooperativa, con lo cual se logrará para el país una gran ventaja y, sobre todo, al
continuar participando el productor en el proceso industrial y exportador, verá reva-
lorizado su trabajo.
La geografía política y económica del mundo ha cambiado notablemente en las
últimas décadas. Formalmente las potencias europeas que tenían colonias en África,
Asia y América, carecen ahora de ellas, con lo cual han surgido nuevos países inde-
pendientes que procuran tener su propia identidad como naciones.
Muchos de ellos se hallan ocupados en transformar sus economías al servicio
de otras naciones en economías nacionales y con un cierto grado de desarrollo. Sur-
ge de esa manera nuevos mercados potenciales que requieren ser abastecidos con la
mayor diversidad de productos de consumo directo, de manufacturas intermedias y
de bienes de capital. En países de un mayor nivel educativo y con recursos naturales
se bosquejan planes de industrialización o se establecen nuevas reglas de juego para
el comercio de sus materias primas.
Agroindustria cooperativa │ 45
El haber estado sometidos a poderes políticos, económicos y culturales extran-
jeros dificulta el crecimiento de los nuevos países independientes, máxime cuando
por un lado las antiguas metrópolis continúan ejerciendo cierta tutela sobre ellos.
Esta situación se agrava si luego de la independencia política y económica se presen-
tan épocas de crisis como consecuencia de una reacción en los países centrales ante
el nuevo orden económico generado al producirse la separación de las colonias.
Otro elemento que debe tenerse en cuenta es el distanciamiento cultural y
científico que existe entre los países desarrollados y los subdesarrollados, que son,
precisamente, las ex-colonias. La falta de universidades propias que posean institu-
tos de investigación en ciencias puras y aplicadas de elevado nivel y la carencia de
industrias que utilicen los aportes que puedan brindar los investigadores nacionales,
contribuyen a mantener el distanciamiento al que hacíamos referencia.
Se ha dado tan sólo un caso de acción económica por parte de países subdesa-
rrollados de influir fuertemente en la economía mundial. Es el caso de la Organización
de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) cuando en 1973 impuso un precio cuatro
veces superior al que se venía pagando por el petróleo que producían sus miembros.
En ese momento la incidencia del alto precio del combustible en las economías de
todas las naciones industrializadas fue tremendo, ya que del uso del petróleo de bajo
precio dependía el mantenimiento de todo su potencial productivo.
Mientras las naciones desarrolladas no se hicieron esperar para buscar prime-
ro el ahorro del consumo y luego las fuentes alternativas de energía, los países ex-
portadores de petróleo que recibían enormes ganancias con sus ventas, no supieron
utilizarlas adecuadamente y con proyección hacia el futuro. Muchos miembros de
la OPEP realizaron enormes inversiones procurando instalar grandes fábricas para
crear puestos de trabajo en muy poco tiempo, pero descuidan la preparación cultural,
educativa y científica de sus respectivos pueblos y esa falta de previsión los pone hoy
en día dependientes de una tecnología que se desarrolla sin pausa, más bien acelera-
damente en las naciones industrializadas en las que existen grandes nucleamientos
de investigación.
El gran flujo de dinero a esos países, los transformó en fuertes inversores en
Agroindustria cooperativa │ 46
todas las plazas financieras del mundo. La abundancia de dólares baratos ofrecidos
por los grandes bancos llevó a muchos países subdesarrollados a contraer emprés-
titos procurando impulsar las economías nacionales. Pero las inversiones realizadas
no dieron los frutos esperados y se encuentran hoy con abultadas deudas externas
que les resulta sumamente difícil pagar.
Estamos a principios de 1986 y el esplendor de los países exportadores de pe-
tróleo ha concluido como consecuencia de que las naciones industriales utilizan otras
fuentes de energía, o han encontrado y explotado nuevos yacimientos en sus propios
territorios, como el caso de Gran Bretaña y China, además de haber desarrollado toda
una tecnología electrónica que consume escasa energía. El precio del petróleo, que
hace trece años subió de un día para el otro, está bajando ahora todos los días y se
vende a poco más de 14 dólares el barril, sin haber llegado al piso mínimo, al parecer,
por la lucha desesperada que están librando entre sí los países exportadores para
mantener sus mercados.
Las fuerzas económicas del mundo se reacomodarán para afrontar esta nueva
circunstancia económica en la que también se ven afectados los países que, cuando el
petróleo estaba caro justificaba realizar importantes inversiones para explotar y ex-
traer el petróleo de zonas difíciles como el mar del Norte. Las transformaciones que
se avecinan tendrán que ser rápidamente analizadas en nuestro país para reaccionar
velozmente y no dejar pasar nuevamente alguna oportunidad que se pueda presentar
para participar como actores y no como espectadores de ese nuevo orden económico.
Es por eso que cabe hacerse una simple pregunta: ¿deben los productores ar-
gentinos seguir vendiendo sus cereales, carnes, oleaginosos, y forrajes, como asimis-
mo los productos de sus huertas y granjas a países de gran desarrollo industrial, para
que éstos los transformen en alimentos o deben decidirse a encarar la industrializa-
ción de sus materias primas para ofrecer productos listos para el consumo en cual-
quier parte del mundo?
La respuesta valiente, visionaria y propia de hombres que deseen servir a la
patria y a sus conciudadanos es una sola: se debe encarar la manufactura de nuestra
propia producción agrícola, ganadera, forestal e ictícola para abastecer los diversos
Agroindustria cooperativa │ 47
mercados con artículos que lleven valor agregado argentino.
Asombroso panorama
Agroindustria cooperativa │ 48
repostera); otra, a su vez, incorporó tecnología extranjera para hacer harina con las
plumas de las aves que faena en su frigorífico para utilizarla en la preparación de ali-
mentos balanceados por el gran valor proteico que tiene esa harina. El alimento ba-
lanceado elaborado por esa cooperativa es distribuido entre los asociados integrados
en la producción avícola.
Un ejemplo de lo que podrían hacer las cooperativas en el orden regional se
puede encontrar en dos establecimientos industriales ubicados en la zona del IDEVI
(Corporación del Valle Inferior del Río Negro) y que son propiedad de la Asociación
de Cooperativas Argentinas, El Hogar Obrero, Cooperativa Agraria de Stroeder, Coo-
perativa Hortifrutícola “20 A”, de Viedma y Cooperativa Agrícola Ganadera e Indus-
trial de Patagones y Viedma. Una de las plantas es la Procesadora de Río Negro, que
elabora tomates al natural y conservas, y la otra es FRIDEVI, un frigorífico que faena
bovinos y ovinos provenientes de los asociados a las cooperativas de la comarca.
La actividad de esas dos industrias cooperativas concurrió a satisfacer una ver-
dadera necesidad de los productores regionales. En el caso de la tomatera porque
los productores no tenían dónde colocar su producción, ya que si bien en el plan de
colonización del valle inferior del río Negro se había previsto la construcción de la
procesadora, la misma comenzó a funcionar deficientemente y mal pagando a los
productores, problema éste que se solucionó cuando se hizo cargo de la planta en
primer lugar la Asociación de Cooperativas Argentinas, perfeccionándose con la in-
corporación de las otras entidades mencionadas, menos la Agropecuaria de Stroeder,
en este caso, dado su carácter principalmente ganadero.
El frigorífico también contribuyó a solucionar un problema a los productores
ganaderos de la zona porque encontraron en el establecimiento cooperativo la segu-
ridad de colocación de su producción y de cobrar el precio pactado para la venta.
Agroindustria cooperativa │ 49
nómica. Es por eso que la presencia de dirigentes inteligentes, audaces y visionarios
puede impulsar nuevas realizaciones en cada una de las cooperativas o en un conjun-
to de ellas. En estos días (enero de 1986) dos nuevos emprendimientos industriales
surgen del movimiento cooperativo a pesar de la falta de reactivación económica ge-
neralizada que está sufriendo el país.
Uno de ellos es la construcción y explotación de un frigorífico fundado por una
nueva entidad: Frigorífico Cabildo, Cooperativa Limitada del que participan 158 pro-
ductores.
El otro es la participación pionera y sumamente activa del cooperativismo de
la región de Tres Arroyos junto con las autoridades municipales y otras empresas de
la comarca, para construir y explotar una fábrica de fertilizantes. Este proyecto es
ambicioso en sí, habida cuenta dos situaciones: la necesidad cada vez más imperiosa
de fertilizar los campos, y la práctica inexistencia de otras fábricas en el país, excep-
tuando Petrosur. Pero el proyecto, por haberse encarado para satisfacer los requeri-
mientos de los productores zonales, puede correr el riesgo de ser antieconómico.
Sobre ese tema el Premio Nóbel de la Paz, Norman Borlaug, alertó a sus inspi-
radores acerca de la necesidad de pensar en una planta que produzca por lo menos
2.000 toneladas diarias en vez de las 200 programadas por los entusiastas vecinos
cooperativistas de Tres Arroyos. Acerca de este problema conviene recordar lo que
expresáramos en el capítulo I, apartado segundo de esta obra.
Agroindustria cooperativa │ 50
CAPITULO V
Agroindustria cooperativa │ 51
dice, a veces, por ignorancia acerca de su origen. No tiene asiento en las grandes ciu-
dades de las naciones más industrial izadas del norte, sino en Sunchales, un modesto
y laborioso pueblo del interior santafesino; y no fue concebida por los cerebros de las
grandes urbes, sino por los productores del campo.
Conviene citar nuevamente el texto de Juan Carlos Basañes, gerente de la Con-
federación Intercooperativa Agropecuaria (CONINAGRO): “En el mercado lácteo,
las empresas cooperativas, en forma integrada, son el principal factor. Una firma
cooperativa (SANCOR) es la principal empresa del mercado”. Hoy SANCOR confor-
ma un mundo cooperativo sustentado sobre el principio de integración económica y
socialmente distinta a la concentración económica de los monopolios.
Su actividad principal, efectivamente, es “la elaboración y comercialización de
productos lácteos”. Sin embargo, y no sólo por la producción no láctea que también
ofrece, el esquema empresario y la relación con las entidades asociadas son amplios,
desarrollándose programas básicos precisamente para asegurar en óptimas condi-
ciones la producción de materia prima y por ende la específica producción industrial.
El criterio empresario es totalizante, es decir, tiene en cuenta a todos los factores que
en forma directa o indirecta tienen que ver con la industria lechera y en el contexto
agrario y nacional. De esa manera el objeto de SANCOR no se circunscribe a la planta
industrial, sino que asiste y correlaciona diversas áreas, lógicamente según la ley y de
acuerdo con sus asociados.
Agroindustria cooperativa │ 52
to desplazó empresas extranjeras y también acusó la acción de los competidores y los
riesgos de la situación general de un país frustrado.
La estrategia, concebida para mantener y acrecentar el espacio obtenido en
el mercado lácteo, se encuentra formulada en el llamado “SAN-5”, especie de plan
empresarial e instrumento concreto de acción. En él se establecen dos objetivos prin-
cipales:
a) Liderazgo en costos
b) Productividad a través de personas
Ninguno de estos dos objetivos es desconocido y con frecuencia en las empresas in-
dustriales se habla de productividad y de la necesidad de bajar costos. Pero SANCOR
no sólo busca bajar costos, sino que habla de un liderazgo en esta materia. Es un de-
safío muy difícil, pero alcanzarlo en el tiempo que corresponda puede constituir un
éxito decisivo en materia de competencia. La productividad “a través de personas” se
relaciona con el recurso humano, lo cual significa selección, capacitación y ubicación
del personal en el lugar de su rendimiento óptimo, así como incentivos y coordina-
ción del esfuerzo en un clima humano y solidario.
Sobre el “SAN-5”, instrumentado para conquistar tales objetivos, y correlacio-
nar una estructura dinámica, se dice en la Memoria de la entidad correspondiente al
ejercicio 1985/86:
Agroindustria cooperativa │ 53
definición de los temas tácticos para las distintas áreas dio a éstas los indicadores
precisos para su actuación y desarrollo”. Esto significa, además, que el “SAN-5” de-
termina áreas de acción y también de responsabilidades. En términos muy generales
podemos decir que la producción primaria es competencia de las asociadas y sus
productores; y que la producción propiamente industrial es asunto de SANCOR Coo-
perativas Unidas Ltda. Para una mejor comprensión analizaremos las distintas áeas
relacionadas con la producción y su correlación con miras al progreso del conjunto.
“SAN-5”
a) Área primaria
La industria supone materia prima. Si una empresa industrial pretende resul-
tados óptimos, no puede descuidar la calidad de la materia prima y el acopio fluido de
la misma. Ese es el enfoque de SANCOR. Por otra parte, y en virtud de la integración
cooperativa, la materia prima para la industria de SANCOR es provista por sus coo-
perativas asociadas.
Obviamente la materia prima es la leche, pero ésta supone, a su vez, la vaca,
por lo que se amplía la temática primaria. La producción primaria tiene sus reque-
rimientos, a los cuales dan respuesta las cooperativas asociadas con la asistencia de
SANCOR. Podemos resumir cuatro respuestas perfectamente delineadas e imple-
mentadas:
Agroindustria cooperativa │ 54
control lechero, ordeñe sin terneros y control de equipos. Las técnicas
tienden a mejorar la extracción de leche, a racionalizar el ordeñe, a
la higiene estricta y al mantenimiento de pezoneras mecánicas y de
modernos equipos tamberos.
Agroindustria cooperativa │ 55
b) Área industrial
El rol específico de SANCOR Cooperativas Unidas Ltda. se encuentra en la ela-
boración de productos lácteos y su comercialización en los mercados interno y exter-
no. Estamos, por lo tanto, en el Área de Producción Industrial. Aquí también tiene
vigencia el “SAN-5”, particularmente con la puesta en funciones del sector Métodos
y Tiempos, instalado y programado para coordinar la producción primaria con la es-
tructura industrial; y la puesta en marcha en Sunchales de una nueva línea de secado.
Con estos dos adelantos técnicos se pudieron reducir costos operativos y diagramar
racionalmente el movimiento.
SANCOR posee, al término del ejercicio 1985/86, nada menos que 140 plantas
industriales, radicadas estratégicamente en ciudades de Santa Fe, Córdoba y Buenos
Aires. Estas ciudades son: Sunchales, San Justo, Santa Fe (capital), San Guillermo,
Rosario, Centeno, Suardi, Ceres, Moisés Ville, Esperanza y Gálvez en la provincia
de Santa Fe; Brinkmann, Devoto, Córdoba (capital), Morteros y Coronel Moldes en
la provincia de Córdoba; Coronel Charlone, Alberdi, Chivilcoy y Hurlingham en la
provincia de Buenos Aires; y Capital Federal.
La producción de SANCOR comprende:
• Deshidratados: leche en polvo entera, leche en polvo descremada y
suero de queso en polvo.
• Quesos: un espectro variado de reconocida fama y algunos tipos con
premios internacionales. El depósito de maduración en Gálvez es el mejor muestra-
rio de esta riqueza.
• Dulce de leche: común y pastelero de superior factura.
• Manteca: en unidades para exportaci6n, de consumo familiar y en pe-
queñas fracciones unipersonales.
• Leches: pasteurizadas, esterilizada U.A.T., esterilizada saborizada, flui-
da y reemplazante de leche.
• Crema: pasteurizada.
• Yoghurt: Línea Yoplait; yoghurt bebible Yop.
• Caseína y caseinato de sodio.
Agroindustria cooperativa │ 56
• Flanes y Postres; Mayonesa; Salsa Golf; Jugos.
c) Área tecnológica
La evolución de la tecnología en todos los campos ha generado verdaderos de-
safíos y compromisos de modernización, de los cuales no puede escapar ninguna em-
presa que quiera competir en paridad de condiciones y triunfar en el mercado. Sobre
este fenómeno hay plena conciencia en SANCOR y por eso la conformación de
una Área Tecnológica orientada y puesta en actividad al finalizar el ejercicio 1985/86.
Sobre el particular, y para conocer cómo se la orientó y pautó, transcribimos
un largo texto de la Memoria:
Agroindustria cooperativa │ 57
nologías a terceras empresas de otros países, y su ejecución.
• Adaptación, investigación y desarrollo de nuevas tecnologías para
el mejoramiento de la productividad de las explotaciones lecheras de
nuestros asociados, así como también sus condiciones de manejo y la
extracción y conservación de la leche.
• Coordinación con las restantes Áreas de nuestra Cooperativa para im-
plementar los avances tecnológicos
que permitan el logro de los objetivos de nuestra planificación estratég-
ica”.
Otras Áreas
Agroindustria cooperativa │ 58
Antes enunciamos uno de los objetivos principales, el de “la productividad a través de
personas”, lo cual tiene que ver con el conjunto y con el rendimiento de cada uno. La
importancia de este tema, como el del transporte y del servicio financiero, se pueden
ver en este texto de la Memoria:
Agroindustria cooperativa │ 59
seminación Artificial de Venado Tuerto (CIAVT). Pero el mundo cooperativo tiene,
además, otra dimensión y por eso SANCOR se encuentra adherida a CONINAGRO,
al cooperativismo argentino y aún al cooperativismo mundial.
Comercialización
Agroindustria cooperativa │ 60
Esta empresa cooperativa, que en su ámbito cuenta actualmente con unos
9.870 tambos, 7.355 empleados y que alcanzó a procesar más de 47 millones anuales
de grasa butirométrica, tiene en la exportación un futuro de primera línea. El mer-
cado interno tiene sus límites naturales, pero el mercado externo, particularmente en
África y Asia, tiene que crecer en la medida que haya comunicación, cambio racional
de la moneda y un mayor poder adquisitivo de aquellos pueblos.
2. Agroindustria de FACA
Agroindustria cooperativa │ 61
Como en SANCOR, existe en FACA convicción sobre rendimiento y dismi-
nución de costos a través de la adopción de tecnologías y de la eficiencia personal,
como se advierte en este texto de la Memoria correspondiente al 38ª ejercicio de la
entidad:
FACA cuenta con 4 plantas industriales. Como es obvio, la materia prima la re-
cibe de los productores de las cooperativas asociadas. Este hecho es parte del sistema
de integración, pues permite a los productores a través de sus cooperativas, colocar
sus productos con seguridad y a buen precio.
Agroindustria cooperativa │ 62
real envergadura. Pero más adelante daremos referencias sobre las otras plantas, il-
ustrando con un cuadro la producción anual de las mismas.
Descripción
Agroindustria cooperativa │ 63
tribuye la producción entre las cooperativas asociadas y otras entidades afines, de
acuerdo a las pautas y cupos concertados.
La planta de fraccionamiento actualmente supera la expectativa que ofrece el
mercado interno, por lo tanto se trabaja a pleno. Tiene una capacidad de envase de
1.200 latas de 5 litros por hora; o 5.000 botellas por hora.
Las fábricas cooperativas de aceite tienen un mercado propio dentro del ter-
ritorio nacional, constituido por el conjunto de cooperativas primarias asociadas que
tienen secciones de consumo de alimentos y bienes finales a las que concurren las
familias de los productores. Prácticamente no se trabajó con el resto del mercado
interno por la gran competencia que existe por parte de otras empresas aceiteras.
FACA, como empresa agropecuaria y exportadora orientó principalmente la
producción de esta fábrica, casi exclusivamente para los mercados del exterior, con-
tribuyendo así a que la Argentina sea el primer exportador de aceite crudo de girasol
del mundo.
La capacidad de producci6n de la planta “Esteban Piacenza” es de 1.100 tone-
ladas diarias de semillas como máximo, procesando soja y girasol.
En lo que se refiere a almacenamiento de productos, pueden almacenar 12.000
toneladas de aceite, de distintos tipos, en 6 tanques. Uno de ellos de 5 millones de
kilos de capacidad; y cuenta aproximadamente con instalaciones para 17.000 tonela-
das de almacenamiento de pellets.
Los técnicos afectados al control de calidad están equipados con moderno in-
strumental para realizar pruebas y ensayos sobre materia prima, grado de finado y
pureza de los aceites, así como atender todas las exigencias bromatológicas, lo que
asegura una calidad constante de sus productos.
El personal empleado llega a 140 personas.
En las tres restantes FACA procesa maní, semilla de algodón y soja, materia
prima que aportan algunas cooperativas asociadas. Son plantas destinadas a reci-
Agroindustria cooperativa │ 64
bir la producción local y a brindar trabajo en ciudades del interior. Dan respuesta a
necesidades de los productores y de las familias rurales.
Se examinan aquí las características de estas plantas y se dan cifras relativas
a producción. La industria de FACA tiene un futuro importante en el ámbito de la
Pampa húmeda como dentro de las llamadas “economías regionales”, lo cual ya se
advierte en estas plantas.
Total Mercado
Toneladas Industria
Cosecha toneladas interno
Exportadas (toneladas)
acopiadas (toneladas)
Agroindustria cooperativa │ 65
b) Fábrica Oleaginosa “Ireneo Barrios”
Agroindustria cooperativa │ 66
un componente más de la situación del agro argentino y las dificultades que encuen-
tran los que quieren trabajar. No obstante, en 1a campaña 1985/86, se pudo lograr un
abastecimiento satisfactorio, aumentar el ritmo y revertir la situación.
En la elaboración no hubo problemas técnicos –dice la Memoria–, y la “calidad
lograda en aceites (crudo y refinado), como en subproductos, permitió la colocación
de los mismos sin inconvenientes de ninguna naturaleza, tanto en el mercado interno
como en la exportación”.
Pero el espíritu de trabajo y crecimiento de FACA se puso de manifiesto con la
construcción de un gasoducto para la planta, obra que se completó con las reformas
de caldera y secadora, adaptándolas al consumo de gas.
Diferencia
Diferencia
Producto (soja) 1985 1985 absoluta
relativa 85/86
85/86
Semilla
100.498 Tn 92.088 Tn 8.410 Tn 8,4%
procesada
El mundo de FACA está integrado por las cooperativas primarias adheridas, muchas
de las cuales tienen sus propias industrias. Es justo, por lo tanto, ofrecer un listado
de las mismas.
Agroindustria cooperativa │ 67
3. Cooperativa Agrícola, Frutícola y de Consumo “La Colmena” Ltda.
4. Cooperativa Frutícola y de Consumo “Sayhueque” Ltda.
5. “La Caroyense” Cooperativa Vitivinícola de Córdoba y La Ríoja Ltda.
6. Cooperativa Frutícola Asociación de Cipolletti “FADEC” Ltda.
7. Cooperativa Frutícola y de Consumo “La Colonia” Ltda.
8. Cooperativa Agraria de Producción y Consumo “Agricultores Unidos:’ Ltda. .
9. Cooperativa “La Regional” Agropecuaria y Tambera Ltda.
10. Cooperativa Vitivinícola, Industrias Anexas y Producción “Cipolletti” Ltda.
11. Sociedad Cooperativa Ltda. de Agricultores de Coronda.
12. Cooperativa Frutihortícola, Industrial de La Rioja Ltda. (COFILAR)
13. Cooperativa Agrícola Eldorado Sociedad Cooperativa Ltda.
14. Cooperativa Agropecuaria y de Servicios Públicos “El Surco” Ltda.
15. Cooperativa Agrícola “Río Tapenagá” Algodonera Ltda.
16. Cooperativa Agropecuaria y Provisión de Servicios de Electrificación Rural “La
Federación” Ltda.
17. Cooperativa Agrícola “Toba” Algodonera Ltda.
18. Cooperativa Frutícola de Producción y Consumo “La Ribera” Ltda.
19. Cooperativa Agropecuaria Hermoso Campo Ltda.
20. Cooperativa Agropecuaria La Invernada “IMPAS” Ltda.
21. Cooperativa Vitivinícola, Frutícola, Hortícola y de Consumo “Los Andes” Ltda.
22. Sociedad Cooperativa de Producción Alimenticia “Mainque” Ltda.
23. Cooperativa Agrícola Industrial “Río Diamante” Ltda. de San Rafael
24. Cooperativa Vitivinifrutícola “25 de Mayo” de Santa Rosa Ltda.
25. Cooperativa Agropecuaria Villa Ocampo Ltda.
26. Cooperativa Agropecuaria “Unidad Agraria” Ltda.
27. Cooperativa Mixta Unida Agropecuaria y de Consumo Ltda.
28. Cooperativa Agraria “La Rinconada” Ltda.
29. Cooperativa Agrícola “La Defensa” Ltda.
30. Cooperativa de Producción y Consumo “La Flor de Durazno” Ltda.
31. “La Reginense” Coop. Vitivinícola Frutícola y Hortícola de Colonia Regina Ltda.
Agroindustria cooperativa │ 68
32. Cooperativa Agrícola y de Consumo “Mojón 1106” Ltda. de Villa Regina
33. Cooperativa de Producción y Consumo “Las Bardas” Ltda.
Agroindustria cooperativa │ 69
Era la época en que la promoción del cultivo del algodón se hacía con el lema
del “oro blanco”, como una alternativa distinta pero tan valiosa como el petróleo, al
cual habían calificado de “oro negro”.
En la campaña algodonera 1920/21 la producción alcanzó las 29.195 tonela-
das. Los volúmenes fueron creciendo y así en 1944 se llega a cierta madurez con un
volumen de 370.000 toneladas de algodón en bruto. Es el año en que se realiza una
extraordinaria Fiesta Nacional del Algodón y el gobierno nacional promulga el De-
creto Ley N° 24.046, tal vez el primer instrumento orgánico de legislación algodone-
ra.
Posteriormente el crecimiento fue más lento, alcanzándose cifras superiores a
las 535.000 toneladas en la década de 1950/60. Hubo también retrocesos, como en
la crisis de 1965, en que se vuelve a volúmenes apenas superiores a los de 1940.
Según estadísticas oficiales, la campaña 1977/78 produjo 715.670 toneladas de
algodón en bruto, que desmotadas dieron unas 220.000 toneladas de fibra de diver-
sos grados. Fue el record de producción del país, aunque, por razón del cambio mo-
netario, no tuvo buenos precios para los productores.
Con las 370.000 toneladas de 1944 la Argentina se ubicó en el décimo lugar en-
tre las naciones productoras del mundo. Actualmente, aún con la producción record
de 1977/78, ni siquiera figura en las estadísticas de las naciones productoras. Ello
significa que numerosas naciones incrementaron la producción, mientras nosotros
quedamos estancados y en la maraña de sucesivas crisis del mercado algodonero, de
la asistencia financiera, del cambio de divisas o de fenómenos meteorológicos.
La participación del sector cooperativo ha sido muy importante. En algunas
campañas ha logrado dominar y controlar hasta un 60% de la producción nacional.
En la aludida campaña 1977/78, el sector cooperativo manejó el 52,7%, mientras que
las otras empresas particulares comercializaron un 47,3%. Es justo afirmar, no obs-
tante los problemas y una historia adversa, que UCAL, Unión de Cooperativas Agrí-
colas Algodoneras, tuvo mucho que ver en la comercialización e industria del algo-
dón.
También es justo decir que numerosas cooperativas primarias realizan las eta-
Agroindustria cooperativa │ 70
pas previas de la industria algodonera, como son el desmote y deslintado, con todo lo
cual el sector colabora y participa en el esfuerzo nacional.
En las dos últimas campañas examinadas la producción de algodón registró
una sensible disminución. La última, sobre todo, bajó a una cifra muy pobre. Las ci-
fras de la última campaña dadas por UCAL confirman lo que hemos afirmado:
Desmote y deslintado
Agroindustria cooperativa │ 71
que se multipliquen las desmotadoras, pero estamos convencidos que puede incre-
mentarse la producción de fibra. El desmote entraría en estas dos pautas generales:
Agroindustria cooperativa │ 72
intentaron seguir con los procesos de industrialización, primero estableciendo plan-
tas aceiteras y más tarde hilanderías.
La semilla de algodón destinada a la industria no siempre fue aprovechada. A
veces se la utilizó hasta para rellenar los caminos de pueblos chaqueños. Por eso los
agricultores intentaron elaborar aceites. Entre las que inauguraron las cooperativas
figura aquella de la Cooperativa Ministro Le Breton, en río Arazá, que hoy está en vías
de reactivarse. Y también debemos mencionar la fábrica de aceites de la Cooperativa
Sáenz Peña Ltda., que aún, hasta 1980, seguía en actividad. Asimismo UCAL tuvo en
su tiempo (1957/67) una fábrica de aceites en Resistencia, la “San Fernando”, que ya
no existe. En los últimos años se habló de la necesidad de aprovechar la semilla y con
ese fin se han realizado estudios y reuniones en el ámbito de UCAL y FACA, así como
entre las cooperativas independientes.
Sin duda, es más importante la elaboración de hilados. La falta de capitales y
del apoyo financiero necesario no permitió a las cooperativas de las provincias pro-
ductoras de algodón encarar la instalación de plantas hilanderas. Tampoco es signifi-
cativo lo que en este rubro pudo hacer la empresa privada del Chaco. Las estadísticas
registran un porcentaje del 91% de la industria hilandera radicada en Buenos Aires
y el Gran Buenos Aires, lo cual indica claramente que el margen local, en la zona de
producción, es muy escaso.
Las hilanderías más importantes del sector cooperativo son las de UCAL, Unión
de Cooperativas Agrícolas Algodoneras Ltda., entidad que adquirió en 1961 aquellas
que pertenecían al grupo DINIE, y que, convencionalmente hablando, poseían una
capacidad global de 28.000 husos y una producción anual de 3.800.000 kilogramos
de hilados; la radicada en Barranqueras con 19.200 husos y 2.700.000 kilogramos de
producción; y la de Santiago del Estero con 8.800 husos y 1.100.000 kilogramos de
hilados, naturalmente de distintos grados.
UCAL fue realizando una renovación parcial de equipos industriales, sin lograr
las metas que se había propuesto en 1972. En general la aspiración era pasar del hila-
do cardado al peinado y ofrecer al mercado títulos de mayor calidad. Pudo inaugurar
en la Planta de Santiago del Estero una sala completa de “continuas”, pero la planta
Agroindustria cooperativa │ 73
principal, la de Barranqueras, en el Chaco, seguía trabajando con equipos obsoletos.
Por fin en 1979, gracias a las intensas gestiones de la nueva administración
de UCAL y al apoyo del gobierno del Chaco, se inició la renovación total del parque
de máquinas de la Hilandería de Barranqueras, operativo que ese año concretó la
compra de las máquinas y se dispuso encarar la modernización y el montaje con un
criterio real y que tiene que ver con todos los aspectos relacionados con la materia.
Además UCAL ya había instalado en Barranqueras una planta de algodón plegado,
cuya producción, en gran parte, se comercializó a través de la Federación Argentina
de Cooperativas Farmacéuticas (FECOFAR). El resto salió con la marca de “UCAL” y
se colocó en el mercado local, el NEA, y aún en Buenos Aires. La producción común
y súper se inició con 30.000 kilogramos mensuales y luego ascendió hasta 60.000,
reinando, por un tiempo, cierta satisfacción.
Desgraciadamente, UCAL padeció un proceso adverso para su vida institucio-
nal, para su patrimonio y para su actividad industrial. Los factores de tal proceso
son complejos y quien los analice deberá estudiar la incidencia de la política econó-
mica del país, del valor del cambio ante precios internacionales y la falta de créditos
oportunos; también inversiones equivocadas por parte de UCAL, pérdidas por el uso
de maquinaria obsoleta, sobredimensionamiento de personal o resistencias a una
acción conjunta que no convence y, finalmente, a factores climáticos y a graves inun-
daciones.
El resultado del proceso fue el achicamiento de UCAL. Hoy, en materia indus-
trial, sólo está en actividad la nueva Hilandería de Barranqueras (Chaco) y el Molino
Harinero de Yrigoyen (Santa Fe). La Planta de Algodón Hidrófilo se paralizó el 15 de
noviembre de 1986.
La modernización de la Planta de Hilados de Barranqueras tuvo un resultado
positivo. Y en el último ejercicio económico de la entidad cerrado el 31/3/87, se pudo
decir:
“La producción de Hilados tuvo un incremento del 24%
respecto a la del año anterior, alcanzándose el volu-
men más importante en el período bajo comparación
Agroindustria cooperativa │ 74
y a partir de la incorporación de la nueva hilandería de
Barranqueras’’. (Memoria).
Algodón
Hilados en Variación con Variación con
Ejercicio hidrófilo en
toneladas el año anterior el año anterior
Tn.
4. La industria de la Asociación
Agroindustria cooperativa │ 75
la instalación de fábricas para transformar las semillas
de lino, girasol y maní; molinos para obtener harina
de trigo y de maíz, ingenios para la fabricación de azú-
car; usinas pasteurizadoras de leche para el consumo
y obtención de subproductos; tratamiento de los cue-
ros obtenidos en las explotaciones agrarias mediante el
pikelado y curtiembre de los mismos; y desde luego, la
instalación de cámaras frías para la mejor defensa y co-
locación de la producción granjera y la construcción de
depósitos y altos silos en los puntos de concentración
de la producción”.
Agroindustria cooperativa │ 76
también en frustraciones. Naturalmente es una historia condicionada por la situa-
ción política y económica del país en las últimas décadas. Se instalaron fábricas y se
hicieron diversas inversiones positivas. Sin embargo, aún hoy la Asociación de Coo-
perativas Argentinas no ha logrado una industria con el nivel de las expectativas y
aspiraciones de sus dirigentes. El futuro de la Asociación de Cooperativas Argentinas,
en materia industrial, está en la producción alimenticia, de nivel internacional y con
alta tecnología y presentación de los productos.
Para interpretar la realidad de ACA y comprender su nivel industrial, es necesa-
rio ampliar el panorama y mirar la totalidad de los proyectos realizados, industriales
o no, según puede inferirse de la Memoria y Balance de la institución. La proyección
entonces, y en consecuencia la magnitud de su gestión empresaria, debe evaluarse
ante todo a través de las inversiones concretadas. Las mismas sólo muy parcialmente
tienen que ver con la industria. Podemos decir, en un esquema simple, que las inver-
siones se efectuaron en tres áreas importantes: agraria, portuaria e industrial.
a) Complejo de tecnología agraria: Programa desarrollado, hasta ahora,
en dos capítulos relevantes: el criadero de Semillas “Cabildo” (variedades de trigo) y
el criadero de Semillas Híbridas Pergamino.
Agroindustria cooperativa │ 77
De esta manera se circunscribe el tema y aparece el sector industrial de ACA
en su verdadera dimensión. Por otra parte, se puede reflexionar sobre la correlación
existente entre las tres áreas mencionadas. Aún más, en el cuadro aparecen la tec-
nología agraria y las instalaciones portuarias como básicas y fundamentales para el
desarrollo del cooperativismo agrario; y se entiende que el desarrollo de programas
industriales de magnitud pueden ser obras del futuro, que suponen las anteriores por
razón de la materia prima y la infraestructura para el comercio exterior.
Agroindustria cooperativa │ 78
las principales dificultades.
Las medidas tomadas por la Asociación de Cooperativas Argentinas son coyun-
turales y destinadas a brindar la mejor solución del momento. Hay conciencia, como
se ve en la Memoria, sobre soluciones pasajeras ya implementadas y las soluciones
definitivas que se pueden dar en el futuro. Por ejemplo, cerrar una fábrica o parar el
sector molienda porque no son rentables, revela un problema de la misma fábrica. En
el caso de las plantas regionales el hecho es conocido y la solución pasajera ha sido
dada de acuerdo a las circunstancias. La solución no está en un factor del mercado
y tampoco en el estado, sino en la Asociación, la cual potencialmente, en el futuro,
tiene recursos propios para resolver la situación.
Al tratar de la explotación de un Molino Harinero, instalado en General Ramí-
rez, provincia de Entre Ríos, se alude claramente a los planes futuros y desde luego a
las inversiones de modernas plantas industriales:
Agroindustria cooperativa │ 79
dustrial, por lo menos en el volumen que se espera o para encarar una primera etapa.
El programa industrial en gran escala está en el futuro de la Asociación y allí tiene un
campo casi infinito.
Estadística industrial
Agroindustria cooperativa │ 80
Soja y Girasol Aceite Pellets
Soja – Maní –
Aceite Pellets
Girasol
Agroindustria cooperativa │ 81
Latas de Tambores
Tomates Latas de puré
tomates extracto de
“A” y “B” de tomates
enteros tomates
4. FRIDEVI SA
Integrada por la Asociación, “El Hogar Obrero”, cooperativas de Pata-
gones, Stroeder y 20 A de Viedma.
Objeto: faena y distribución de carnes.
Comercialización normal.
Producción: En el ejercicio se faenaron 19.137 vacunos 14.417 lanares,
obteniéndose un total de 3.441.115 kilogramos, los que fueron comer-
cializados a través de “El Hogar Obrero” y en la zona.
Agroindustria cooperativa │ 82
cooperativismo y es la forma práctica de la ayuda mutua en el plano económico. Pero,
además, es necesario señalar que numerosas cooperativas primarias de este mundo
de la Asociación tienen sus propias industrias, como elaboración de vinos, desmote
del algodón, etc. En el contexto de la Argentina proyectada al siglo XXI, con avanza-
da tecnología, seguramente tendrá un rol importante la Asociación de Cooperativas
Argentinas.
Agroindustria cooperativa │ 83
En 1974 se inició la actividad del frigorífico debiéndoselo adecuar a las condi-
ciones higiénico-sanitarias requeridas por la legislación vigente. La producción del
frigorífico estaba orientada a la industria del chacinado, de los cuales en 1974 se pro-
ducían 80 toneladas mensuales, siendo su producción actual de 800 toneladas men-
suales.
El constante y seguro crecimiento de la entidad fue requiriendo ampliaciones
en la antigua planta, la que actualmente tiene 13.272 metros cuadrados en tres nive-
les de edificación. En 1987 adquirieron otra planta industrial en Crucellas, Santa Fe,
donde se pueden elaborar hasta 200 toneladas mensuales de chacinados.
UNCOGA ofrece al mercado una amplia variedad de productos: jamones, bon-
diolas, mortadelas, salchichas, salames de distintas variedades y el abastecimiento
de carne en medias reses de vacunos y cerdos, prevaleciendo en un 90 por ciento la
carne vacuna.
La presencia de San-Cor en su carácter de asociada de UNCOGA le asegura al
frigorífico un abastecimiento semanal de 700 cabezas de ganado vacuno y porcino
procedentes de las cooperativas adheridas a la entidad tambera, la que a su vez es la
comercializadora de toda la producción de chacinados de UNCOGA. Esta asociación
entre cooperativas de segundo grado refleja con claridad y con toda su fuerza las in-
mensas posibilidades que tiene la integración cooperativa especialmente si se enca-
ran actividades transformadoras de la materia prima producidas por los asociados de
las entidades primarias.
La principal zona de venta de medias reses está en el NO argentino, con base
en la ciudad de Salta, hacia donde se canalizan 800 medias reses mensuales. Actual-
mente se está explorando el mercado boliviano con la idea de exportar medias reses.
Dentro de sus planes de inversión está en marcha la renovación de equipos
para ampliar la variedad de productos, mejorar los rendimientos y elevar aún más la
calidad. Posee una flota de cinco camiones frigoríficos para transportar su produc-
ción de carne fresca.
Integran UNCOGA 23 cooperativas radicadas en las provincias de Santa Fe, Córdoba
y Santiago del Estero y su personal llega a las 450 personas en todos sus niveles.
Agroindustria cooperativa │ 84
Esta cooperativa logró el “Trofeo Internacional a la Calidad” otorgado por la
Editorial Ofice de España editora de la Revista Mercado Mundial como consecuen-
cia de las evaluaciones realizadas por el comité organizador de dicho Premio donde
se analizan la calidad, imagen y portación de servicios de los productos en base a
informaciones recibidas de las cámaras de comercio, asociaciones de comerciantes
y organismos internacionales. También UNCOGA integró un grupo de cuatro indus-
trias argentinas galardonadas en la XI Edición Internacional realizada en Panamá en
1986.
Actualidad
Agroindustria cooperativa │ 85
ACTUALIDAD DE LAS COOPERATIVAS LECHERAS
(Oscar BERGESE - Hugo BIDART )
Agroindustria cooperativa │ 86
rencia o regulatorio para actividades desarrolladas por empresas parti-
culares. Es muy importante el constante apoyo realizado a instituciones
y organismos de bien público de los pueblos.
La continua pérdida de asociados llevó a muchas cooperativas
a abrir sus puertas a terceros para lograr escala en sus actividades.
Algunas, las menos, intentan o intentaron industrializar leche, con todo
el esfuerzo que significa ser una pyme en nuestro país y con el incon-
veniente de competir con una industria quesera marginal, así como su
comercio informal.
Fueron así las cooperativas creciendo comercialmente con una
cuenta corriente de los asociados cuyos saldos se cancelaban men-
sualmente con los ingresos por leche, que no registraba salvo situacio-
nes especiales (2001-2002) problema alguno, pero hoy ya se visualiza la
aparición de saldos deudores, agravados estos en las zonas de mayor
sequía por el aumento del consumo de concentrados para la hacienda.
Todo esto se agravará seguramente el día que comience a llover y los
productores demanden semillas, gasoil, fertilizantes, herbicidas. ¿Que
posibilidad de financiamiento habrá para todas estas necesidades?
Así llegamos a junio de 2009, con dos años (2007-2008) y casi
seis meses de este año, donde el clima no tuvo piedad para la actividad,
comenzó en el otoño de 2007 con lluvias extraordinarias en buena parte
de la cuenca lechera santafesina que significaron en algunas zonas la
pérdida del 90 al 100 % de las alfalfas (que aún no se pudieron recu-
perar ni en cantidad ni en calidad), luego las 70 heladas, y después la
sequía que parece nunca acabar. Hoy estamos de rodillas mirando al
cielo y esperando algún subsidio que nos alivie la desesperante situa-
ción financiera a los tamberos que persistimos en la actividad con un
precio del litro de leche por debajo de los costos de producción.
Este panorama desolador y la falta de respuestas de nuestros
Agroindustria cooperativa │ 87
gobernantes hacen que los tamberos se refugien en sus cooperativas y
es ahí donde dirigentes y técnicos debemos dar todo de sí para ESCU-
CHARLOS y brindar el acompañamiento a nuestros socios, generando
respuestas y posibles soluciones a sus problemas, ayudando a encon-
trar el mejor camino a seguir. Que el cansancio, la desazón, la desespe-
ranza y la angustia de sentirse ignorado y menospreciado por quienes
debieran estar a nuestro lado, no nos dejen caer los brazos y sigamos
dentro del movimiento cooperativo. Allí sabemos donde va a jugar su
importante papel la cooperativa de tamberos de 1er. Grado (“la de mi
pueblo…”, como dicen).
Dr. Oscar Federico Bergese
Cooperativa de Humberto Primo
Lugar: Centro de la Pcia.Santa Fe
Página Web CONINAGRO CAR SANTA FE - INFO nº 34.09
SANTA FE, 22 de Junio de 2009
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Rosario. Corresponsal
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donde hasta hace poco funcionaba un puerto.
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Unión de Cooperativas Agrícolas Algodoneras Ltda. (UCAL)
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Datos procedentes de su última memoria (junio de 2010) nos muestran el
siguiente panorama:
Sumándose a su principal actividad que es la exportación de granos a tra-
vés de sus propias instalaciones portuarias, se destaca vitalidad del sector de
ventas de agroquímicos e insumos que en este último ejercicio arrojó las siguien-
tes cifras: fertilizantes u$s19 millones de dólares, mientras que la de agroquími-
cos fue de U$s 65 millones las de semillas a u$s104 millones.
Un área que si bien es relativamente pequeña por facturación pero viene
creciendo sostenidamente es la de productos veterinarios (pasó de u$s2,4 M en
2005/06 a 5,7 en 2009/10). En tanto, la nutrición animal, aportó u$s 21,3 millones
al total.
Acerca de la industria destinada a nutrición animal, cabe señalar que ACA
opto por salirse del mercado de commodities para desarrollar la producción de
alimentos con una gran carga de valor científico agregado.
En su asamblea ACA presentó sus nuevos proyectos de crecimiento para el
corto plazo entre los que se destaca la constitución de una trader en China -país
con el cual ya está haciendo negocios de exportación directa- en sociedad con
una cooperativa japonesa.
También planea construir una planta de bioetanol a partir de maíz, con la
participación de las mismas cooperativas, con capacidad para procesar unas
150.000 t del cereal. En principio podría instalarse en el centro de Córdoba.
Otro proyecto relevante es la instalación de un criadero de cerdos en San
Luis, con un plantel de 5.200 madres, en un campo de 3.600 hectáreas.
UNCOGA
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DECAR S.A.
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CAPITULO VI
Agroindustria cooperativa │ 94
que son los dos siguientes:
Agroindustria cooperativa │ 95
procesar la producción agropecuaria local, esa juventud técnicamente capacitada no
tendría necesidad de emigrar para realizarse profesionalmente. Los ingenieros de
planta, electrónicos, electromecánicos, técnicos en computadoras, operarios califica-
dos en el manejo y mantenimiento de equipos, máquinas complejas, motores, etc.,
podrían trabajar en esa industria local. Este tema es de capital importancia por todo
lo que implica bajo el punto de vista económico y social.
Los programas agro-industriales tienen las siguientes ventajas:
Agroindustria cooperativa │ 96
pecuarios, de los cuales cerca de 493.000 se encuentran asociados a una de las 1.451
cooperativas agropecuarias. No pocas de esas cooperativas pueden encarar algún
proyecto industrial, porque tienen solvencia económica para hacerlo o posibilidades
de acceder a un crédito. El mismo desarrollo futuro de las cooperativas, en un mundo
cada vez más tecnificado, estará estrechamente ligado a lo que hizo o no hizo en este
campo de la industria.
Se trata lógicamente de que nuestras cooperativas más fuertes encaren los pro-
yectos industriales de la producción primaria local. No hay que pensar en una indus-
tria cara y monstruosa como la metalurgia pesada, y tampoco tiene exigencias de una
tecnología altamente sofisticada. La inversión es accesible, con la planificación seria,
el trabajo inteligente y el esfuerzo de todos los asociados.
La cooperativa, por la vinculación que tiene con el medio y las raíces que guar-
da con la gente del campo, es un baluarte para contener el éxodo rural y acompañar
al país en los proyectos para llevar al interior algunas industrias. Sería interesante
realizar encuestas entre los jóvenes de extracción agropecuaria, que cursan estudios
secundarios, para conocer cómo encaran ellos este problema. Lo que más interesa es
saber si consideran a los programas agroindustriales, si les interesa capacitarse en
profesiones técnicas, si en ese caso optarían por quedarse en el medio rural y aplicar
allí sus conocimientos técnicos, o si por el contrario ya tienen decidido emigrar a los
grandes centros urbanos e industriales; si juzgan positiva la relación familiar y otros
asuntos económicos y sociales relacionados con el ámbito local o regional.
Agroindustria cooperativa │ 97
CAPITULO VII
Panorama y Características de la
Economía Mundial en Nuestros Días
Agroindustria cooperativa │ 98
tuvo tan sólo un momento de expansión territorial luego de su guerra con España
de la cual salió victorioso, anexando los territorios de su enemigo en el Caribe y en
el Pacífico. Pero es luego de la Segunda Guerra Mundial cuando la influencia de los
norteamericanos se hace visible y animosamente, por las razones expuestas anterior-
mente. Por eso es que se habla de un nuevo orden económico en el mundo, orden
que puede esquematizarse de la siguiente manera: países desarrollados de economía
capitalista, países desarrollados de economía planificada o socialista, y países sub-
desarrollados. Estos últimos sin claras definiciones, muchas veces, sobre el sistema
político que pudiesen adoptar.
A raíz de la crisis económica provocada por la Segunda Guerra Mundial, y para
ordenar la economía de las naciones, se realizaron distintos acuerdos entre los esta-
dos. El principal, el de Bretton Woods, que da nacimiento al Fondo Monetario In-
ternacional (FMI) , el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF) y el
Acuerdo General de Aranceles Aduaneros y Comercio (GATI). Todas esas institucio-
nes establecieron un sistema de interrelación entre los países adherentes que borró
definitivamente aquella práctica económica basada en las propias necesidades y
apetencias de cada uno de los estados independientes.
Por otra parte algunos países comenzaron a reorganizar sus propios mercados,
como Inglaterra creando el Commonwealth (con sus ex colonia y posesiones); Fran-
cia, con la Unión Francesa (similar a la inglesa); Bélgica, Luxemburgo y los Países
Bajos organizaron su Unión Aduanera (Benelux); la Unión del Carbón y el Acero.
celebrada entre Francia, Alemania, Italia y el Benclux, y, por último, el más notable
de todos esos acuerdos: el Mercado Común Europeo.
Ante el auge de la formación de uniones económicas organizadas por otras
naciones en distintas regiones del mundo, como el COMECOM (Unión Económica
de los Países Socialistas de Europa), la Unión Panafricana, y otros más, los países
latinoamericanos comenzaron a formar sus propios bloques económicos, entre los
que podemos mencionar a la Comunidad del Caribe (CARICOM); al Mercado Co-
mún Centroamericano (MCC), a la Asociación Latinoamericana de Libre Comer-
cio (ALALC) que se transformó, luego de veinte años de existencia en la Asociación
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Latinoamericana de Integración (ALADI); el Servicio Económico Latinoamericano
(SELA), el tratado de Cooperación Amazónica, la Cuenca del Plata. y el Pacto Andino.
Como puede verse, la economía mundial se encuentra sumamente estructura-
da y amalgamada mediante numerosos tratados orientados a evitar desajustes crí-
ticos en las economías nacionales que pudiesen perjudicar al resto de los países. Se
concluyó así con la práctica de los convenios bilaterales ya que los actos de comercio
debían regirse por las cláusulas de los convenios de los organismos internacionales.
Otro factor de suma influencia es la presencia de dos bloques políticos que
sustentan divergentes ideologías económicas, liderados cada uno de ellos por los Es-
tados Unidos y la Unión Soviética, lo que trae como consecuencia dificultades y so-
metimiento de las economías nacionales a la supervisión directa o indirecta de esas
dos megalópolis.
Los grupos que sustenta la economía capitalista muchas veces disputan entre
sí porciones importantes del mercado mundial procurando resolver los problemas
del bloque, causando perjuicios a otras naciones. Tal los casos del Mercado Común
Europeo con sus subsidios a la exportación de los productos alimenticios que ex-
porta, y de la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) que, como
señaláramos anteriormente, provocó una seria crisis a todo el mundo en 1973 cuando
cuadruplicó el precio del petróleo que producían sus miembros.
Ante este panorama de la economía mundial que se encuentra en la actualidad
sufriendo permanentes y decisivas influencias por parte de los aportes que cotidia-
namente realizan el conocimiento científico y tecnológico las naciones desarrolladas,
la penetración de la Argentina en los negocios internacionales y su permanencia, así
como el diseño de su política económica interna requiere de un fino análisis y de una
firme decisión política.
Ni uno ni otro elemento pueden proyectarse sin una interesada participación
de las fuerzas económicas privadas de la nación. No es útil la ley si no hay quien la
cumpla o quien la necesite. Por eso los planes de crecimiento impulsados desde el
gobierno suelen caer en rotundos fracasos porque no existe vocación o interés entre
los particulares para acompañar esos proyectos. El crecimiento de las naciones se
A pesar de las dificultades económicas que están afrontando todos los países
americanos, el comercio exterior argentino debe mirar ese inmenso mercado por dos
razones:
Dentro del espectro económico y social del país el sector cooperativo agrope-
cuario es, sin dudas y sin exaltación, el que en mejores condiciones se encuentra para
generar desde sí mismo una transformación económica del país.
Sus ventajas radican en dos aspectos: que sus integrantes se hallan compro-
metidos con el país porque son argentinos con fuertes raíces en la nación, tanto eco-
nómicas como psicológicas, y que la capitalización de las entidades cooperativas se
ha hecho con el ahorro genuino de sus asociados que no pensaron en desviar sus
ganancias al extranjero, sino que fueron incrementando, año tras año, el patrimonio
de sus cooperativas realizando una permanente adecuación de sus implementos de
producción incorporando la tecnología más adelantada a la que estaban en condicio-
nes de acceder.
La ampliación de la frontera agraria, el incremento de la producción, la capa-
citación a través de núcleos de productores cooperativistas, tanto en lechería como
en agricultura y ganadería, la incorporación de ingenieros agrónomos y veterinarios
a las entidades cooperativas, están cambiando aceleradamente las modalidades de
producci6n de los antiguos chacareros argentinos.
Con esa plasticidad humana del productor y la presencia de un capital genui-
namente nacional que confluyen en las cooperativas agropecuarias, puede incremen-
tarse la industrialización de la materia prima para exportar comida lista para usar a
numerosos mercados. Los productores necesitan recuperar la inversión que realizan
en cada campaña agrícola, en la explotación de sus tambos, en la producción de frutas
o de carnes. En las condiciones actuales, en que las retenciones a las exportaciones
junto con los impuestos le quitan al productor la mayor parte del precio del producto,
no es posible pensar orientado a que realice el esfuerzo adicional de industrializar su
propia producción. Es necesario que el productor reciba la totalidad del precio del
producto que sale de su establecimiento porque él solo dinamizará la economía del
sector invirtiendo en su campo o en las cooperativas.
Pensar en desarrollar la agroindustria sin la participación activa de los produc-
Fuentes:
A principios del año 2004, varias ciudades competían por obtener la sede,
entre ellas Miami, Atlanta, Colorado Springs, Chicago y Houston en los Estados
Unidos; Puebla y Cancún en México; Puerto España (Trinidad y Tobago), San
Juan en Puerto Rico y la ciudad de Panamá.
Aquellos que apoyan el ALCA dicen que es un tratado que quiere impulsar
el comercio entre las regiones reduciendo los aranceles, pero no se puede decir
que en un primer momento tenga consecuencias traumáticas pero sí que es un
paso hacia el desarrollo a través de las transacciones comerciales que impulsa-
rán la especialización, la competitividad, la desaparición de monopolios, la mejo-
ra del nivel de bienestar de la población y un desarrollo de las infraestructuras.
Según el especialista Roy Arias, a pesar de que las negociaciones han sido
conducidas en secreto, pues no ha habido participación de la sociedad civil en la
formulación de las reglas y normas que contienen el acuerdo, se están discutiendo
aspectos similares a los tratados de libre comercio que se negocian bilateralmen-
te. Entre otros temas, se está discutiendo acerca de la reducción de las barreras
Por su parte, Luiz Inácio Lula da Silva presidente del Brasil y Néstor Kirch-
ner expresidente de Argentina, dicen que no se oponen al tratado, pero deman-
dan que éste sea libre de verdad, y lo condicionan principalmente a la eliminación
por parte de los Estados Unidos de los subsidios a la agricultura,[3] a la provisión
de un acceso efectivo a los mercados y a que se contemplen las necesidades y
las sensibilidades de todos los socios.
Uno de los temas más polémicos del tratado propuesto por los Estados
Unidos es el relacionado con los derechos de propiedad intelectual y patentes.
Los críticos afirman que si las medidas propuestas por el ALCA se aplicaran,
se impediría la investigación científica en Latinoamérica ocasionando aún más
desigualdad y dependencia tecnológica respecto a países desarrollados. En lo
relacionado con el tema de las patentes, analistas latinoamericanos han acusado
a los Estados Unidos de querer patentar todo, desde invenciones, descubrimien-
tos, mitología indígena hasta seres vivos.
Actualidad
Fuente: http://www.radioamanecer.com.ar
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Actualidad
Entre 1950 Y 1951 se construyó el molino harinero para procesar el maíz que
los socios de la cooperativa producen en la zona. La capacidad de producción de ese
antiguo molino era de 25 toneladas diarias de grano.
Actualmente se procesan diariamente 65 toneladas de granos de maíz, obte-
niéndose distintos productos: harina de maíz, mazamorra blanca y colorada, sémola
y pororó. También la entidad fracciona arroz, que recibe de otra cooperativa y ha
lanzado al mercado polenta pre-cocida.
Su producción se vende en todo el país y se piensa en la posibilidad de exportar
a Chile, Brasil y a países del África.
La dotación del molino es de 65 personas que trabajan en tres turnos de ocho
horas diarias.
Actualidad
COVIDOR
En el transcurso de sus catorce años de vida esta entidad ubicada en Río Colo-
rado, provincia de Río Negro, ha ido ganando un merecido lugar en el selecto grupo
de cooperativas agroindustriales.
Actualmente tiene 250 asociados productores de frutas y hace cuatro años pu-
sieron en funcionamiento una planta de jugos concentrados obteniendo un producto
cuya calidad está de acuerdo con las exigencias del mercado.
En el ejercicio 1985/86 fueron procesados 13.925.330 kilogramos de peras y
manzanas obteniéndose 5.517 tambores de jugo concentrado con un total de 331.020
galones.
La producción fue vendida en el mercado interno y también fueron exportados
253.080 galones a los Estados Unidos.
Los directivos de la Cooperativa son conscientes de que como toda industria
la de jugos exige constantes inversiones para modernizar su funcionamiento. Por esa
razón está en sus planes aumentar la capacidad de molienda y prensado para alcan-
zar entre 250.000 y 300.000 kilogramos diarios de frutas. Otra mejora será la com-
pra de un pre-concentrador y recuperador de aroma con una capacidad de 15.000
litros/hora y la construcción de una cámara frigorífica para el almacenamiento del
jugo procesado para garantizar aún más la calidad del jugo exportado, especialmente
el color. En la actualidad la Cooperativa arrienda una cámara frigorífica a una firma
de la localidad.
Ubicada en la ciudad de Santa Fe, esta cooperativa fue fundada en 1942 y tie-
ne actualmente 45 asociados integrados en la producción de huevos, cuyo promedio
ronda los 150,000 cajones anuales que contiene, cada uno, 30 docenas de huevos,
La comercialización de huevos frescos se realiza a través de distribuidores que
operan en Resistencia, Corrientes, Posadas y Córdoba, mientras que la entidad ven-
de directamente en la ciudad de Santa Fe y en Formosa, ciudad en la que hace pocos
años abrió una sucursal.
Una actividad peculiar e importante es la industrialización del huevo fresco
del que se obtienen huevo en polvo, albúmina y yema en polvo. Esta modalidad se ha
consolidado de tal manera que se la considera como el eslabón más importante de la
cadena comercial de la cooperativa.
La reciente incorporación de una cámara de spray le permitió prescindir del
secado del huevo que venían realizando con terceros, logrando de esa manera una
planta integral de procesamiento del huevo industrializado, reafirmándose como es-
tablecimiento primero y modelo en ese tipo de plantas compactas en el país.
La Primera también tiene una planta de incubación destinada a la producción
de pollitas BB. Esa instalaci6n la tienen arrendada como consecuencia de las circuns-
tancias econ6micas desfavorables que no contribuyen a que la cooperativa realice su
explotación directa, para aprovisionar a sus asociados de pollitas BB.
Para suministrar a sus asociados el alimento balanceado que necesitan para
alimentar sus planteles. la cooperativa tiene una planta de alimentos balanceados
que produce alrededor de las 12.300 toneladas anuales.
Actualidad
Actualidad
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