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TENERLO A ÉL ES TENERLO TODO

OBSERVACIÓN

Antes de iniciar la reunión se deben pegar 4 hojas alrededor del salón, cada
una con una pregunta, y el resto del espacio en blanco para que la gente pueda
pasar, leer y poner un check (√), en caso que la respuesta sea positiva. Se debe
distribuir a las personas por los 4 puntos para que no estén todos en el mismo, e
irlos rotando. En caso de que la respuesta sea negativa, simplemente no se
debe colocar nada. Una vez terminado el ejercicio, el predicador debe
tomar las hojas para revisar e identificar en cuáles hubo mayor respuesta.

1. Alguna vez he pensado que el dinero me hará feliz.

2. En algún momento he creído que los no cristianos son más felices.

3. He menospreciado el valor de la vida espiritual.

4. He dudado en mi corazón de buscar y seguir a Dios.

VINCULACIÓN

Proyectar el siguiente video hasta el minuto 3:50

https://www.youtube.com/watch?v=XpZZdINeuzg

Pedir a las personas que compartan sus conclusiones sobre el video.

CONCIENTIZACIÓN

El ser verdaderos cristiano es una característica de altísimo valor en cualquier


situación: al momento de conseguir un empleo, ser parte de un equipo de trabajo,
buscar pareja, etc., porque marca la diferencia en un mundo que está cada vez
peor, donde ya no es fácil encontrar personas con principios y valores firmes;
entonces, es allí cuando la forma de vivir de un verdadero hijo de Dios representa
con más potencia luz y sal del mundo. Sin embargo, los cristianos están olvidando
el gran privilegio y bendición que representa el tener a Dios en nuestras vidas, y
están deseando la vida de aquellos que andan sin Dios creyendo que el mundo
puede traer la felicidad y el gozo que solamente podemos encontrar en la
presencia de nuestro creador.

1. ¿Por qué ellos son más prósperos y felices?

Quizá a muchos profesionales cristianos les haya surgido este interrogante al


comparar su vida con la de aquellos que van sin Dios, tal vez lo que vemos en las
redes sociales nos ha hecho creer que todos viven vidas felices y prósperas
menos nosotros, pero la verdad es que nadie es tan feliz como lo muestra en sus
redes sociales, y ni el mucho dinero ni el éxito pueden garantizar la felicidad.

“Presta mucha atención a tu propio trabajo, porque entonces obtendrás la


satisfacción de haber hecho bien tu labor y no tendrás que compararte con nadie.”
(Gálatas 6:4 NTV)

Nos corresponde entonces hacer lo que nos indica el manual de vida, prestar
atención a nuestro trabajo, esforzarnos en hacer bien la labor que nos han
encomendado en cada uno de los roles que desempeñamos; de esta manera
obtendremos la satisfacción que produce el trabajo bien hecho y no sentiremos la
necesidad de compararnos con nadie, porque nuestra única competencia es con
nosotros mismos, es trabajar para ser cada vez más como Cristo, y estando
concentrados en ello aprenderemos a disfrutar mas nuestra vida y desear menos
la de los demás.

2. En el mundo encontraré mi felicidad.

Esta es una idea que muchos hijos de Dios tienen, piensan que en el éxito, el
dinero, la fama o el poder, van a encontrar su felicidad y plenitud, y aunque tener
objetivos y sueños grandes es bueno porque Dios como nuestro padre siempre
quiere lo mejor para nosotros, nuestra confianza y esperanza no puede estar en lo
material, en lo que perece, porque nunca podrá completarnos. Recordemos
entonces lo que nos enseña nuestro manual de vida:

“Los que aman el dinero nunca tendrán suficiente. ¡Qué absurdo es pensar que
las riquezas traen verdadera felicidad!” (Eclesiastés 5:10 NTV)

Salomón, el hombre más sabio que ha existido, nos enseña en este libro que
aquellos que van tras el dinero nunca se saciarán, y que las riquezas no son las
que traen felicidad. Si la fama o el dinero fueran el todo de una persona, no habría
tantos famosos o exitosos en depresión, en adicciones, o incluso, ninguna persona
exitosa hubiera acabado con su vida, lo que nos demuestra que no es en las
riquezas donde encontraremos nuestra realización.

3. Las 3 claves del verdadero éxito.

¿Por qué hay tantos profesionales que conocen de Dios, pero viven como si no lo
conocieran? La gente de afuera no cuenta con un Padre que pelea por ellos, no
tienen un Dios que los cuida, los guía y los bendice, pero nosotros estamos
despreciando a ese Dios; muchas veces lo dejamos a un lado, no lo hacemos
partícipe de nuestra vida, no le consultamos nuestras decisiones, andamos como
la gente que no tiene a Dios y vivimos en nuestras fuerzas, pero jamás lo que
consigamos con nuestro esfuerzo será igual que lo que Dios puede darnos,
porque Dios no solamente nos da riqueza y bendiciones, sino el don de disfrutar
de ellas como lo dice su palabra.

“Entonces llegué a la conclusión de que no hay nada mejor que disfrutar de la


comida y la bebida, y encontrar satisfacción en el trabajo. Luego me di cuenta de
que esos placeres provienen de la mano de Dios. Pues, ¿quién puede comer o
disfrutar de algo separado de él?” (Eclesiastés 2:24-25)

Debemos entonces entender el privilegio que tenemos como hijos de Dios de


tener su presencia permanente en nuestra vida, y eso nos debe llevar a vivir como
profesionales de éxito, desarrollando las habilidades que la vida en el espíritu nos
proporciona.

3.1. Administrar y confiar

Al que bien administra, bien le va; ¡feliz aquel que confía en el Señor! (Proverbios
16:20)

En este pasaje vemos la importancia de la buena administración para que nos


vaya bien en todo lo que hacemos. Y la buena administración incluye aprender
a administrar nuestro tiempo, nuestras finanzas, nuestros dones y talentos.

Adicionalmente, es claro el pasaje cuando nos afirma que aquel que confía en
el Señor es feliz, porque su confianza no será defraudada, ya que tenemos un
Dios fiel que siempre cumple sus promesas.
3.2. Buscar y obedecer

Felices son los íntegros, los que siguen las enseñanzas del Señor. Felices son
los que obedecen sus leyes y lo buscan con todo el corazón. (Salmo 119:1-2
NTV)

Recordemos que la obediencia es el camino a la bendición y la prosperidad,


pero no solo a la bendición sino también a la felicidad; y la obediencia es una
virtud que se desarrolla cuando estamos en constante comunión con Dios, y
permanecemos en el primer amor.

3.3. Su amor nos completa.

“Es mi deseo que experimenten el amor de Cristo, aun cuando es demasiado


grande para comprenderlo todo. Entonces serán completos con toda la
plenitud de la vida y el poder que proviene de Dios.” (Efesios 3:19 NTV)

Lo único en lo que podemos experimentar verdadera plenitud es en el amor de


Dios manifestado a través de Cristo. Cuando experimentemos el sobrenatural
amor de Dios estaremos completos y sentiremos que nada nos falta porque
cuando lo tenemos a Él, entonces lo tenemos todo.

Aplicación teoterápica

Si Dios está con nosotros no podemos vivir como si no lo tuviéramos, dejándolo de


lado y anhelando vivir como lo hacen las personas sin Cristo. Es necesario
recordar que es en Dios donde encontraremos nuestra plenitud y felicidad, Él es el
motivo de nuestro gozo y alegría, pero es necesario entonces que tomemos la
decisión de mantenernos en constante comunión con él, de dar testimonio a través
de nuestra manera de vivir, siendo la luz y la sal que el mundo necesita; de esta
manera podremos experimentar el verdadero éxito, que consiste en tenerlo a Él.
No podemos pensar que vale más la riqueza que tener a Dios, porque tener a Dios
es la certeza de que todo saldrá bien. Josué 1:8

DETERMINACIÓN.
Entregar a cada asistente un post it y pedirle que escriba 3 compromisos que
llevaremos a cabo a partir de este momento para vivir, no como cualquier
profesional, sino como un verdadero hijo de Dios.

CONSAGRACIÓN:

Preparar previamente un trozo de cartulina con el título: “SOY UN


VERDADERO HIJO DE DIOS, POR ESO…”; pegarlo en alguna parte estratégica
del salón.

Llevar a las personas a que en oración reconozcan que con Dios lo tenemos todo,
y al final poner la canción “Tu eres todo”, de Miel San Marcos. pedirles que
mientras suena la canción, peguen su post it en la cartulina como muestra de su
convicción delante de Dios frente a la decisión que han tomado.

REPRODUCCIÓN:

Aprenderse el siguiente versículo: “Presta mucha atención a tu propio trabajo,


porque entonces obtendrás la satisfacción de haber hecho bien tu labor y no
tendrás que compararte con nadie.” (Gálatas 6:4 NTV)

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