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Durante el siglo XVII la ciencia comienza a profundizar en la psique humana desde

una nueva perspectiva. Los primeros "exploradores del cerebro", precursores de la


moderna neurología, comienzan a describir las principales estructuras anatómicas de
las estructuras intracraneales y algunas de sus funciones, imprimiendo un nuevo
concepto de los orígenes del comportamiento humano y, por lo tanto, de sus
trastornos. Thomas Willis publica Cerebri anatome, y describe varias estructuras
como el polígono vascular que lleva su nombre, Thomas Sydenham realiza los primeros
estudios histológicos cerebrales y se atreve con una explicación de la histeria
(reconociendo además su existencia en ambos sexos, ya que hasta ese momento solo se
creía posible en la mujer),15 René Descartes publica en 1649 su "Traité des
passions de l'âme" (Tratado de las pasiones del alma) en el que describe la
glándula pineal como el órgano de asiento del alma. En esta glándula "la sangre se
convierte en espíritus animales que se extienden después por todo el sistema
nervioso".

En este contexto surgen las primeras propuestas terapéuticas. La locura en


cualquiera de sus variantes (manía, melancolía, histeria, hipocondría...) son la
expresión de un conjunto de debilidades corporales que se corrigen con métodos de
supuesto fortalecimiento del sistema nervioso (los aceites de ámbar, la ingesta de
limaduras de hierro...), aunque todavía persiste un complejo entramado entre lo
moral y lo insano que deriva en tratamientos todavía más peregrinos, como la
ingesta de jabón o vinagre (para "purificar").

Philippe Pinel
Poco a poco se va abriendo paso un concepto más médico (en cuanto orgánico) de la
locura y a partir del siglo XVIII, en plena Ilustración europea, comienzan a
afianzarse y acrecentarse estos pequeños pasos dados hasta el momento: George Ernst
Stahl (1659 - 1734) divide a las enfermedades psiquiátricas en dos grandes grupos:
simpáticas (en las que existía daño en algún órgano) y patéticas (en las que no se
encontraba una lesión orgánica subyacente). William Cullen (1710 - 1790) elabora
otra clasificación de las enfermedades mentales y es el primero en utilizar el
término "neurosis".

Pero la figura más importante de la psiquiatría (considerado por algunos como el


verdadero primer gran psiquiatra) es Philippe Pinel (1745-1826). Este médico
francés cambió la actitud de la sociedad hacia los enfermos mentales. Pinel fue
nombrado por la Comuna, en plena Revolución francesa, director médico del Asilo de
La Bicètre y, posteriormente (en 1795) director de La Salpêtrière, en París.
Durante su cargo liberó a los enfermos mentales de las cadenas con las que eran
reducidos y confinados. En su "Tratado de la locura" clasificó las enfermedades
mentales en cuatro tipos: manía, melancolía, idiocia y demencia, y explicó su
origen por la herencia y las influencias ambientales.16 Propuso la creación de un
cuerpo especializado de médicos dedicados a la atención de los "alienados", y su
importancia es de tal envergadura que al movimiento iniciado por él se le ha
conocido como "Segunda Revolución Psiquiátrica". Uno de sus más notables discípulos
fue Etienne Esquirol (1782-1840), quien hizo de la "terapia moral" de Pinel su
bandera y consiguió promulgar una ley en 1838 que obligaba a la administración
francesa a disponer de un asilo para dementes en cada departamento del país. Este
autor es el primero en emplear el término "alucinación". Otros seguidores de este
movimiento fueron Jean Pierre Falret, Jules Baillarger, o Jacques Joseph Moreau de
Tours, este último autor de la primera descripción de una psicosis aguda inducida
por una droga (Hachís).

A partir de las propuestas de Pinel comienzan los avances en el conocimiento de la


enfermedad mental. Durante el siglo XIX, y a falta de las herramientas necesarias
para la demostración de la etiología de la mayor parte de los trastornos
psiquiátricos surgen varias escuelas de pensamiento, fundadas en hipótesis o
supuestos más teóricos que empíricos: Franz Anton Mesmer (1734 - 1815) elabora la
doctrina del magnetismo animal, según la cual existiría un fluido universal que
facilitaría las relaciones e influencias entre los seres vivos y los cuerpos
inanimados y celestes. Este fluido sería transmisible mediante determinados pases
magnéticos. Las sesiones de Mesmer adquirieron cierta fama entre la clase alta
europea, y constituyen un ejemplo del uso de la sugestión. Johann Caspar Lavater
(1714 - 1801), gran amigo de Goethe, publica en 1772 su obra "El arte de conocer a
los hombres por la fisionomía" (Essai sur la physiognomonie destiné à faire
connoître l'homme et à le faire aimer), y en 1774 "Fragmentos fisionómicos", dos
clásicos que durante los últimos años del siglo XVIII y las primeras décadas del
XIX determinarán la creencia generalizada de la relación entre el comportamiento y
la fisiognomía (forma del rostro) de los individuos.18 Franz Joseph Gall (1758 -
1828) desarrolló la teoría de la frenología. Según este autor se podía conocer el
estado de ciertas funciones cerebrales a través de la palpación del cráneo. Creó
una escuela importante cuyo principal discípulo en España fue Mariano Cubí, quien
introdujo este modelo psiquiátrico en Barcelona en 1842.

Pero este siglo va desvelando algunos secretos del sistema nervioso central, lo que
permite algunas conclusiones más rigurosas y de mayor crédito. François Magendie
describe en 1822 la diferencia entre las fibras nerviosas sensitivas y las motoras,
Claude Bernard (padre de la fisiología moderna) publica en 1858 el primer tratado
científico de fisiología nerviosa ("Leçons sur la physiologie et la pathologie du
système nerveux"), Camillo Golgi desarrolla las técnicas de tinción que permitirán
el estudio histológico del cerebro, y Santiago Ramón y Cajal describe la unidad
funcional básica del cerebro: la neurona, por lo que recibirá el premio Nobel de
Medicina en 1906.

Dentro de los clínicos hay que destacar a figuras como Jean Martin Charcot (1825 -
1893), quién elaboró varios estudios sobre los fenómenos de la hipnosis y la
histeria, o de Wilhelm Wundt (1832 - 1920) fisiólogo y filósofo, y creador en 1879
en Leipzig del primer laboratorio de psicología experimental. Otro personaje menos
conocido pero que aportó datos de interés a la psiquiatría de este siglo fue Pierre
Janet, autor de Contribution a l'étude des accidenta mentaux des hystériques (tesis
doctoral dirigida por el propio Charcot) y de varios trabajos sobre automatismos,
sonambulismo, recopilados y publicados a principios del siglo XX en su obra más
trascendente Les médications psychologiques. Al final de su carrera como psiquiatra
protagonizará un enfrentamiento con Sigmund Freud sobre sus teorías psicoanalíticas
y simbólicas.19

Más psiquiatras a destacar en este siglo son Benjamin Rush (1745-1813), padre de la
psiquiatría en los Estados Unidos; Joseph Adams (1756-1818), pionero en los
estudios sobre susceptibilidad genética a las enfermedades mentales; Johann
Christian Heinroth (1773-1843), psiquiatra alemán que definió el concepto de
psicosomático; James Cowles Pritchard (1786-1848), impulsor del concepto de la
psicopatía; Karl Wernicke (1848-1905), primer fisiólogo en intentar relacionar el
daño estructural en determinadas zonas del cerebro con algunas enfermedades
mentales; o Daniel Hack Tuke (1827-1895) autor, junto con John Charles Bucknill
(1817-1895), del primer tratado médico de psiquiatría.

Aquí se pierde un poco la controversia organicismo-psicologismo durante el XIX,


olvidando incluso el "Tratado de las enfermedades del cerebro y sus membranas".

Pero será a finales de este siglo y en los albores del siglo XX cuando comiencen a
surgir los primeros psiquiatras de influencia crucial en la historia de esta
especialidad. Al igual que en otras ramas de la medicina el nivel de conocimientos
(elevado exponencialmente durante el siglo XVIII y XIX) alcanzará el nivel crítico
necesario para generar alternativas de tratamiento razonablemente eficaces para
muchas de las enfermedades mentales conocidas.

Con el siglo XX va forjándose un nuevo concepto de enfermedad mental, más ligado a


una concepción orgánica y biologicista, heredera de las doctrinas degeneracionistas
y del positivismo radical, que basaba sus observaciones no ya en los locos situados
en el medio social, sino en las colecciones de especímenes humanos clasificados en
los manicomios morales. El representante más genuino de esta orientación por la
influencia posterior que ha tenido fue Emil Kraepelin (1856-1926) que propone un
acercamiento, observación estrictamente clínico en el que la narrativa del enfermo
es reducida de síntoma a signo. Kraepelin se centró en la clínica, como herramienta
diagnóstica y terapéutica superior a la formulación de hipótesis e incluso a la
anatomía patológica. Describió por primera vez la dementia praecox (más tarde
conocida como esquizofrenia) y la psicosis maníaco-depresiva. En 1883 publicó la
primera edición de su obra más importante: Lehrbuch der Psychiatrie, que tendría
enorme difusión, alcanzando la novena edición en 1927. Sin embargo, la influencia
de Kraepelin fue limitada fuera de Alemania hasta el primer tercio del s.XX, puesto
que sólo en este periodo la psiquiatría se incardinó como especialidad médica y
abandonó la condición de ciencia especial o de alienismo que había mantenido
durante el siglo XIX.

También en los comienzos de esta centuria despunta Eugen Bleuler, defensor de que
las enfermedades psiquiátricas son causadas principalmente por trastornos
biológicos o genéticos y autor de algunos aportes fundamentales en psiquiatría
clínica (a él se deben los términos de esquizofrenia (sustituyendo al término
propuesto por Kraepelin) y autismo), recogidos en su obra "Demencia precoz o grupo
de las esquizofrenias".

Durante los últimos años del siglo XIX y los primeros del XX tiene lugar la llamada
Tercera Revolución Psiquiátrica, merced a los trabajos de y escucha atenta de lo
que el paciente psiquiátrico tiene que contar, y de Sigmund Freud (1856-1939) que
no sólo escucha sino que intenta comprender al enfermo mental.

Sigmund Freud, neurólogo de formación, aporta, por su parte, la noción del


inconsciente, descubriendo que detrás de la mente humana existen mecanismos no
evidentes, o conscientes capaces de generar alteraciones psiquiátricas. En 1896
desarrolla el psicoanálisis: una técnica de asociaciones libres e interpretación de
los sueños cuyo objeto es ahondar en la mente del sujeto para conocer su
subconsciente y ayudarle a comprender las causas de su comportamiento
(fundamentalmente recuerdos traumáticos del pasado almacenados en el inconsciente).
Elaboró una teoría de la personalidad y describió los mecanismos mentales
inconscientes de defensa del yo. Empleó la hipnosis para el tratamiento de la
histeria, trastorno que relacionó con represiones subconscientes de naturaleza
sexual. Hay que añadir que revolucionó la sociedad de su época con las teorías
sobre sexualidad infantil (que había sido ignorada hasta ese momento).

Otras figuras relevantes de la psiquiatría del siglo XX fueron Karl Jaspers, autor
de una metodología sistemática y padre de la psicopatología moderna. Su libro
Psicopatología general, de 1912, tuvo una gran influencia en el pensamiento
psiquiátrico posterior. Jaspers pasó de la psiquiatría a la filosofía,
convirtiéndose en un exponente del existencialismo alemán; Ernst Kretschmer, uno de
los pioneros en señalar científicamente la relación entre el tipo corporal, el
temperamento de las personas y algunas características de sus enfermedades
psíquicas. Realizó una conocida clasificación biotipológica en leptosomáticos,
pícnicos y atléticos, asociando el primero a la predisposición a padecer
esquizofrenia y el segundo a padecer psicosis maniaco-depresiva; Adolf Meyer, quien
desarrolló una perspectiva psicobiológica de la psiquiatría, que integraba aspectos
biológicos y psicológicos en el origen y tratamiento de las enfermedades mentales.
Su principal obra (de 1957) se titula Psicobiología: una ciencia del hombre; Henri
Ey, autor de una vasta obra docente y asistencial, sobre todo de un tratado sobre
las alucinaciones; su obra ha constituido el texto básico de toda una generación de
psiquiatras; fundó en 1950 los congresos mundiales de psiquiatría; Sergei
Korsakoff, quien estudió el deterioro mental de los alcohólicos, describiendo el
síndrome que lleva su nombre; Alois Alzheimer, que describió la demencia presenil
epónima, o Egas Moniz, introductor de la lobotomía, técnica que consiste en
seccionar el lóbulo frontal del cerebro para conseguir calmar la excitación de los
enfermos psicóticos de larga evolución. Obtuvo por ello el premio Nobel de Medicina
en 1949. Viktor Frankl, fundador de la logoterapia sobre todo a partir de sus
experiencias en los campos de concentración, considerada la tercera escuela vienesa
de psicología.

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