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Historia de la ingenieria

 Con motivo de la conmemoración de los 200 años de la primera


cátedra de ingeniería impartida en Colombia se dictó, en EAFIT, la
conferencia El origen de la ingeniería como profesión.
• La charla estuvo a cargo de Alberto Rodríguez García, decano de la
Escuela de Ingeniería de la Universidad, quien habló sobre el
nacimiento y evolución de esta tecnología.
“La ciencia del Ingeniero es inmensa: abraza todos los ramos de la guerra, y parece que
se detiene con preferencia en las más sublimes: su objeto es oponer al enemigo
obstáculos invencibles, sorprenderlo, aterrarlo, vencerlo, y al mismo tiempo defender la
Patria, derramar el consuelo y la seguridad en el corazón de sus conciudadanos, y en fin,
hacer respetar y temer de todos al Estado”.   

Estas son las primeras palabras del discurso El ingeniero, con el que Francisco José de
Caldas dio inicio, en 1814, al curso militar del Cuerpo de Ingenieros de la República de
Antioquia, cuyo propósito era crear artefactos en beneficio de una estado que apenas
probaba la independencia.

Han pasado ya dos siglos desde que el Sabio Caldas habló de ese primer deber ser de la
ingeniería en el país y, con motivo de esta fecha, EAFIT se unió a las celebraciones que
promueve la Asociación Colombiana de Facultades de Ingeniería (Acofi), que instó a
las instituciones educativas de Colombia a realizar, de manera simultánea el lunes 20 de
octubre, una conferencia que permitiera mostrar los avances y logros de la ingeniería
nacional.

En la Universidad la charla estuvo a cargo de Alberto Rodríguez García, decano de la


Escuela de Ingeniería, quien habló del origen de la ingeniería como profesión. El
directivo comenzó su recorrido histórico recordando la etimología de la palabra
ingeniero, del latín ingenium, término con dos acepciones: “disposición natural de un
espíritu genial” e “invención”. 

Los inicios de la ingeniería, explicó Rodríguez, se pueden rastrear en la Edad Media,


época en la que se le consideraba como el oficio de quienes disponían de capacidad
inventiva, personas a las que, incluso, se les tildaba de malignas o peligrosas en tanto
que podían crear artificios.

Posteriormente, con el Renacimiento, se dieron importantes avances para que la


ingeniería se volviera una profesión y en esta transición el ocio fue fundamental, ya que
era ese “tiempo libre” que las personas podían dedicar a pensar, imaginar, estudiar y
crear. 
En tanto las necesidades de los estados y las sociedades se fueron incrementando, y
complejizando, los desarrollos también lo hicieron progresivamente. El hombre dominó
y pulió las técnicas y, posteriormente, creó  las maquinas.

La enseñanza de la ingeniería
Como se mencionó anteriormente, los inicios de la enseñanza de la ingeniería en el país
respondieron a una necesidad militar, como ocurrió en Francia donde los primeros
programas se crearon para desarrollar puertos y caminos, y explotar la minería. En
1794, Napoleón fundó la Escuela Politécnica de París que tuvo profesores ilustres como
Laplace, Cauchy, Poisson y Coulomb, cuyas teorías siguen tan vigentes como hace unos
siglos.

El desarrollo de la ingeniería inglesa, por su parte, no estuvo tan asociado a lo militar


como si a lo civil y fue allí donde las máquinas cobraron protagonismo. Se superaron el
arte y la técnica, e irrumpió la ingeniería entendida como tecnología.

En España la ingeniería tuvo más relación con el ámbito industrial y en Alemania se


incluyó la explicación científica de las maquinas como ocurrió con la termodinámica.

Según expresó el Decano, Antioquia tuvo acceso a los primeros estudios de ingeniería,
casi de manera simultánea a Europa, pues los ancestros antioqueños aspiraban al
conocimiento de sus sociedades de origen. Luego llegaría la influencia norteamericana
que reunió la filosofía militar francesa, la capacidad de concreción inglesa y el modelo
científico alemán, y fue EAFIT una de las grandes beneficiarias.

Y es que parte de los fondos que el gobierno del presidente Kennedy destinó para la
Alianza para el Progreso fueron para la creación, en América Latina, de instituciones de
educación privadas cuyas escuelas de administración siguieran los lineamientos de las
escuelas de altos estudios, distintas a las universidades tradicionales, y que fueron
pensadas para contribuir con el desarrollo industrial de cada país.

“Los antecedentes de la Escuela de Ingeniería de la Universidad datan de 1962, cuando


el Instituto Tecnológico se adhiere a la EAF (Escuela de Administración y Finanzas) y,
además, recibe el apoyo de la compañía norteamericana Whirlpool. En 1976 la
Institución asume una formación tecnológica y desde entonces muchas de las
cooperaciones internacionales que ha tenido la Escuela, han sido, precisamente con
escuelas de altos estudios cuyo norte es el desarrollo tecnológico”, refirió Alberto
Rodríguez, quien finalmente destacó la importancia del conocimiento del origen de la
profesión para poder plantear las preguntas que ocuparán su futuro.

Mayores informes
Alberto Rodríguez García
Decano de la Escuela de Ingeniería
Teléfono: 574 2619500 Ext. 9315
Correo electrónico: arodrig@eafit.edu.co 

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