Está en la página 1de 5

Investigación Basada en Observación

Eduar Victoria Santos

Facultad de Derecho, Fundación Universitaria Claretiana, Sede Quibdó

Métodos y Técnicas de la Investigación Socio jurídica, Semestre VI, Jornada Nocturna

Mag. Jassi Yadira Mosquera Ortiz

Marzo 11 de 2022
Investigación Basada en Observación

El sindicalismo en Colombia ha coincidido a través de su historia con una serie de

fenómenos históricos tanto nacionales como internacionales. Este fenómeno surge en

Colombia, en las últimas décadas del siglo XIX y adquiere identidad propia, en los

primeros comienzos del siglo XX. Todo ello como consecuencia de la atención que

trajeron las cedulas sindicales, de lo teorizante de las ideas políticas de la época,

obligando a los gobernantes a regular su accionar, reconociendo el derecho a la

asociación primero, y el derecho a la huelga después, mediante la creación de normas

que debidamente concordantes con el derecho positivo, les dieron un marco institucional y

nuevo a las primeras asociaciones sindicales en nuestro país.

En virtud de lo anterior, si hacemos un poco de memoria nos encontramos con el

hecho de que los sindicatos en Colombia, a través de la historia se evidencia que han sido

perseguidos desde tiempo atrás, han luchado por este derecho hasta el cansancio y hasta

que éste se materializa en el derecho positivo de nuestro país, materialización que en el

papel es algo ideal, algo magnánimo, sin precedentes, donde por fin los trabajadores, la

parte débil de las relaciones laborales tenían un mecanismo de defensa y protección.

No obstante, no es suficiente tener una norma ahí escrita, otorgando derechos y

deberes cuando los deberes se cumplen de una forma natural con el solo hecho de existir

ya en la norma, pero los derechos tienen que exigirse, ejercitarse, pedirse, rogarse, algo

bastante incoherentes, puesto que el Estado tiene claro que el trabajador es la parte débil

y tras de ello le confiere la carga de exigir de parte sus derechos, nunca brindándole una

protección garantista, real y efectiva, todo esto con base al principio de la primacía de la

realidad.
Estas organizaciones de asociación sindical tuvieron que ejercitar y luchar por sus

derechos no solo que estuviesen en normas plasmados, sino también con participación

política, ya que allí era donde se definía el rumbo del país en cuanto al ámbito laboral

específicamente el colectivo; y como dice aquel dicho popular “lo malo no es la rosca, lo

malo es no estar en ella”, es decir, a estos no pertenecer a esta selecta elite dirigente de

las decisiones del país, y agregándole que es un país que no hace nada de oficio cuando

se trata de beneficiar a la parte débil, al pueblo en general.

Los Sindicatos son producto de la revolución industrial, y son la voz de hombres y

mujeres, quienes cansados de vivir en carne propia una cantidad de abusos y

arbitrariedades por parte muchas veces de sus patrones, han ido en busca de una calidad

de vida para ellos y para sus familias.

En el año de 1847 en Colombia nacen las primeras asociaciones sindicales con

los artesanos de Bogotá, quienes presionaban el alza de los impuestos de aduana para

que los productos que ellos elaboraban, pudieran competir en las mismas condiciones

que llegaban de los otros países del mundo. Los Sindicatos como asociaciones han

nacido con unos objetivos claros y bien definidos, los cuales buscan ser jueces y parte en

el respeto y derechos de los afiliados, obteniendo con esto gran éxito.

Hoy en día, algunos Sindicatos han desvirtuado estos ideales y se han convertido

en una piedra en el zapato para las empresas, ya que al ser egoístas y ambiciosos han

dejado de lado estos ideales y proyectos que en un principio se pactaron, logrando que

algunas empresas lleguen a desaparecer porque les es imposible mantener y cumplir con

las exigencias de dichas asociaciones. Se podría decir que el movimiento sindical

colombiano después de haberse convertido en un fenómeno social y político de

trascendentales implicaciones, se encuentra hoy en un punto de inflexión que lo trae de

capa caída y en franco debilitamiento.


Se requiere actos de sensatez y espíritu de rectificación por parte de los líderes

sindicales de las tres grandes centrales obreras nacionales, así como las federaciones

independientes, para que con ánimo tranquilo y severo se revise su recorrido, se

identifiquen los errores cometidos de manera reiterada y se diseñe un plan estratégico

que relance el movimiento, consulte las grandes necesidades nacionales y proponga

formulas y alternativas para eventuales soluciones, sin que esto implique dejar de lado su

espíritu para reivindicar los derechos, el cual es su rasgo distintivo.

Para concluir, pienso que los movimientos sindicales son buenos, siempre y

cuando, tengan claro sus propósitos y objetivos, los cuales deben ser acordes y justos a

las necesidades y además deben estar enmarcados dentro de unos valores éticos y

morales, que lleven al progreso y desarrollo tanto de los trabajadores como de la

empresa.

Por último, a nadie le gusta tocar el tema de los riesgos que se corren al ser un

trabajador cobijado con el fuero sindical, ya que en los últimos años se han venido

persiguiendo a los líderes sindicales más fuertes, desde la parte laboral, social,

económica y política, hasta el punto de presentarse un alto número de líderes sociales y

sindicales. Además, tampoco se conversa mucho sobre los efectos devastadores a nivel

familiar que causan todos estos actos al límite y por fuera de la ley, la cual debería

proteger y no sepultar la democracia en nuestro país.


Referencias

OIT. (2018). La libertad sindical: Recopilación de decisiones y principios del Comité de


Libertad Sindical del Consejo de Administración de la OIT. Recuperado de:
https://www.ilo.org/global/docs/WCMS_090634/lang-. es/index.htm

También podría gustarte