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El apetito de riesgo es una pieza esencial dentro de los sistemas

integrales de gestión de riesgos (ERM) que ayuda a la sostenibilidad


de las organizaciones.

La aplicación del apetito al riesgo en la gestión de las organizaciones


está generalizándose como parte esencial de los sistemas integrales
de gestión de riesgos (ERM) cada vez más comunes en todos los
sectores de actividad, aunque su enfoque y nivel de desarrollo varían
dependiendo su naturaleza.

Sectores donde se utiliza el apetito al riesgo

Sectores regulados

Sector financiero.

Este sector está compuesto por entidades de crédito, de inversión y


aseguradoras, esta tendencia es especialmente marcada. Este sector
ha constituido tradicionalmente el campo de actividad que se han
aplicado técnicas y elementos cuantitativos de gestión de riesgos que
han permitido un cálculo exacto de los potenciales riesgos.

Los marcos suelen hacer referencia a la necesidad de que el apetito al


riesgo tenga una relación clara con el capital de la organización y que
el apetito se alinee con su estrategia. Por ejemplo, requiere que las
entidades aseguradoras realicen un auto evaluación interna de sus
riesgos y de su solvencia, teniendo en cuenta el perfil de riesgo
especifico, sus límites de tolerancia al riesgo aprobados por el consejo
de administración, su estrategia comercial y la medida en el que el
perfil de riesgos de la empresa se desvía del capital de solvencia
obligatoria.
El apetito al riesgo posibilita un enfoque proactivo para la distribución
de su capital, un desarrollo de medidas cuantitativas de riesgos, un
mejor gobierno corporativo, una mejor transparencia e información
más oportuna y efectiva.

Sectores no regulados

Son los sectores de actividad en los que no existe una regulación al


respecto tan específica, presentan una evolución menos sofisticada
del apetito al riesgo, se centran en especificaciones cualitativas que
resultan adecuadas para riesgos más generales, por ejemplo el
reputacional.

Son los sectores relacionados con industrias donde la seguridad y la


fiabilidad de las operaciones son importante; algunos ejemplos de
ellos son: alimentación, sanidad y transporte; se ha desarrollado el
concepto del apetito al riesgo, se centra en riesgos corporativos; como
los de seguridad física de los empleados, clientes, fraude o las
vulnerabilidades de los sistemas, y en aspectos de cumplimientos o
segregación de funciones, que tienen umbrales de tolerancia
pequeños y donde el análisis se basa en determinar el coste de
exposición a los riesgos frente al coste de los controles por implantar.

Por otro lado; el sector público está haciendo esfuerzos por


evolucionar hacia modelos de gestión de riesgos ligados a estándares
como ISO 31000. El apetito de riesgo es una pieza esencial dentro de
estos sistemas que de forma generalizada, se reconocen como una
buena práctica de gestión y ayuda a la sostenibilidad de las
organizaciones; es decir como la capacidad de crear valor a lo largo
del tiempo.

Un reconocimiento de estas ventajas son los índices bursátiles


específicos de sostenibilidad en las empresas cotizadas; con el
objetivo de valorar qué empresas son las más responsables, se
centran en las prácticas en materia de gestión y control de riesgos que
aplican.

Enfoques en la definición del apetito al riesgo

Las distintas partes de la organización y grupos de interés tienen


puntos de vista diferentes. De este modo, la determinación del apetito
al riesgo, organizativamente, puede definirse con dos enfoques
alternativos; de manera ascendente o descendente.

Enfoque descendente.

En la mayor parte de las organizaciones, el apetito de riesgo se


establece al más alto nivel organizativo, alineado con los objetivos
estratégicos; posteriormente, se va desglosando dicho apetito a nivel
región, división o línea de actividad y consecuentemente a nivel país,
empresa, área , producto, etc. La siguiente figura ilustra un enfoque
global, que consiste en la evaluación del apetito al riesgo desde
diferentes perspectivas
capa de grupos de interés y distintos grupos de
cida
riesgos. d
apetito de riesgo
Exposición máxima que una organización
puede asumir dado su capital, liquidez,
perfil de riesgo deseado rentabilidad, etc.

Exposición a los riesgos para lograr objetivos


perfil de riesgo actual marcados para la actividad.

El perfil de riesgos es la asignación del


apetito a diferentes categorías de riesgos.
Cabe mencionar que depende el giro del negocio así serán las
categorías de los riesgos.

El diseño descendente del apetito al riesgo conduce típicamente a una


evaluación del perfil de riesgos deseado y un plan de acción para
lograrlo. Para afrontar este problema multidimensional, puede resultar
útil comenzar con la definición de la capacidad de riesgos, entendida
como la máxima cantidad de riesgo que la organización puede asumir.
Este es un concepto muy importante porque, como se ha indicado, el
apetito al riesgo se debe establecer en un nivel que esté dentro del
límite que marca la capacidad de la empresa.

Con carácter general, para definir el apetito al riesgo se recomienda el


enfoque descendente, ya que recoge los requerimientos de los
diferentes grupos de interés y estimula el debate del equipo ejecutivo.

Enfoque ascendente

Consiste en definir el apetito al riesgo al mínimo nivel de decisión, para


ir ascendiendo en su definición hasta llegar a un apetito consolidado
por compañía o grupo empresarial. En determinadas organizaciones,
se sigue un enfoque ascendente, partiendo de información de riesgos
histórica de la compañía y desarrollando modelos estadísticos que
incluyan; factores asociados a la industria o al entorno
macroeconómico, para crear un perfil de riesgos teóricos.
En conclusión, un enfoque descendente, por lo general, funciona
mejor que un enfoque ascendente como planteamiento de base para
implantar el sistema. Es la forma más efectiva de considerar las
opiniones de los grupos de interés y de crear una actitud proactiva en
el establecimiento de lo que la dirección considera que debe ser su
apetito de riesgo. Pero una vez se allá descendido a lo largo de toda la
organización, el enfoque debe complementarse con un reporte
ascendente, que permita consolidar al máximo nivel la información de
todas las áreas, obteniendo una visión global y de conjunto de la
situación de la La definición del apetito al
compañía, pueden
considerar enfoques riesgo puede realizarse de complementarios.
dos formas

Evaluación cuantitativa vs
cualitativa del apetito del riesgo

Cuantitativa

cualitativa

Componentes teóricos de la definición del apetito al riesgo:

 Métricas cuantitativas: estas medidas consistentes de riesgos,


adecuadas para riesgos propios de la entidad y están ligadas a
estrategia y planes del negocio; por ejemplo volatilidad de los
ingresos.
 Métricas cualitativas: reconocimiento que no todos los riesgos
son medibles; por ejemplo para actividades no principales.
 Riesgos de tolerancia cero: categorías de riesgo con
exposición a “evitar”; por ejemplo, incumplimiento de normativa
legal.

Las empresas no-financieras no están sujetas a normativas que les


obliguen a cuantificar su apetito al riesgo; por lo que pueden optar por
establecerlo de una forma cualitativa, cuantitativa o una combinación
de ambas.

Las empresas financieras utilizan medidas cuantitativas para expresar


su apetito de riesgo global. La mayor parte de ellas obtienen dichos
valores a través de la modelización de diferentes escenarios.

Exigencias de carácter obligatorio

Marco regulador para entidades bancarias (Basilea)

El marco regulador (Basilea) responsabiliza explícitamente a la alta


dirección de las entidades de la definición de la cantidad de riesgos
que están dispuestos aceptar en su visión.

Marco regulador para entidades aseguradoras (solvencia II)

En su artículo 45; establece que este tipo de entidades deben efectuar


una evaluación interna de sus riesgos y de su solvencia.

COMMITTEE OF SPONSORING ORGANIZATION OF THE


TREADWAY COMMISSION (COSO)

En la última actualización de coso, los objetivos se han simplificado en


tres categorías; operaciones, información y cumplimiento y;
Ambiente de control
Cinco Evaluación de riesgos
componentes:
Actividades de control
Información y comunicación
Actividades de monitoreo

Con relación al componente “entorno de control”, coso II define que los


factores del ambiente de control deben incluir la filosofía de gestión de
riesgos de la entidad y su riesgo aceptado, así como el resto de
componentes como la integridad, los valores éticos o la estructura
organizativa.

Se especifica que el apetito al riesgo, junto a la fijación de los


objetivos, son precondiciones necesarias para el establecimiento de
un efectivo sistema de control interno.

Coso ha publicado en el 2012 el informe “understanding and


communicating risk appetite”
Con el objetivo de ayudar a las entidades a implantar la gestión de
riesgos (ERM). Además de llevar a cabo una perfecta planificación, es
necesario desarrollar y comunicar a toda la entidad una clara
comprensión del apetito del riesgo definido, entregarlo en el proceso
de planificación estratégica y no contemplarlo únicamente como un
tema teórico de discusión.

Para determinar el apetito de riesgo deben seguirse tres pasos:

Supervisión del consejo

Alta dirección

Desarrolla
y revisa

Apetito de riesgo

Supervisa Comunica

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