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Alessandra Magaly Martinez Ruiz.

Químico Fármaco Biólogo

En la pequeña ciudad de Nazaret, situada entre las colinas de Galilea, se hallaba el hogar de
José y María, conocidos más tarde como los padres terrenales de Jesús. Dios quería que la
gente supiera que Cristo estaba por venir a la tierra. Por eso Dios envía sus ángeles para
anunciar a los pastores que Cristo había nacido y en dónde podían encontrarlo. De la misma
manera, cuando Jesús fue presentado en el templo, hubo quiénes lo recibieron como El
Salvador.

Dios había preservado la vida de Simeón y de Anna, para darles el gozo privilegio de
testificar que Cristo era El Mesías prometido. Dios quiso que otros, además de los
judíos, supieran que Cristo había venido. En un lejano país del oriente vivían unos sabios
que, al estudiar las profecías acerca del mesías, quería que su venida estaba cerca. Eran
hombres sinceros que deseaban conocer la verdad y hacer la voluntad de Dios.

Jesús pasó toda su niñez en una pequeña aldea montañesa. Cómo era el hijo de Dios, podría
haber venido en cualquier parte de la tierra. Pero El Salvador no escogió el lugar de los
hombres ricos o al palacio de los reyes, sino que decidió habitar entre la gente pobre de
Nazaret. Jesús quiere que los pobres sepan que el entiende sus pruebas.

Los maestros judíos habían formulado muchas reglas para el pueblo y le imponían exigencias
que Dios no había ordenado. Jesús siempre trataba de hacer felices a otros. Cuando le exigían
que obedecer a sus leyes, preguntaba qué enseñaba la Biblia, pues solo estaba dispuesto a
hacer lo que la palabra de Dios dijera. Cuando llegó el tiempo de comenzar su ministerio
público, el primer acto de Jesús fue ir al río Jordán para ser bautizado por Juan El Bautista.
Juan había sido enviado a preparar el camino para El Salvador. A predicar en el
desierto, anunciaba qué el tiempo se había cumplido y el reino de Dios se había
acercado. Dios le había dicho a Juan que algún día El mesías vendría y le pediría que lo
bautizará. Cuando vino cristo, al ver en su rostro las evidencias de su vida santa, Juan se negó
a bautizarlo, diciéndole al mesías que necesitaba ser bautizado por él.

Jesús le respondió permítelo ahora, porque si conviene que cumplamos toda justicia. Al decir
esto, el semblante de Jesús ilumina con la misma luz celestial que había contemplado Simeón
en el templo. Así Juan guío al Salvador a las aguas del hermoso Jordán, autismo a la vista de
todo el pueblo. Jesús no fue bautizado para mostrar arrepentimiento, porque nunca había
pecado.

y vio el espíritu de Dios que estaba descendiendo como paloma y se posó sobre él. Después
de su bautismo Cristo fue guiado por el espíritu del desierto, para ser tentado del
diablo. Cuando Satanás se le apareció por primera vez a Cristo, parecía un ángel de luz y
pretendía ser mensajero del cielo y como no pudo pintar a Cristo lo llevó más allá de una de
las torres del templo de Jerusalén. Después de haber estado en el desierto, Cristo volvió al
Jordán donde Juan El Bautista estaba predicando.

En ese tiempo algunos hombres enviados por los gobernantes de Jerusalén, le preguntaron a
Juan con qué autoridad enseñaba y bautizaba la gente. Querían saber si era El mesías o el
profeta, refiriéndose a Moisés. Solo la sangre de Cristo puede limpiar del pecado únicamente
su poder puede liberar a los hombres de pecar. Debido al cielo con que las
realizaban, pensaban que eran justos y merecedores de un lugar en el reino de Dios.

Querían que El mesías establecería su reina en esta tierra, para gobernar a los hombres como
un príncipe poderoso. Jesús sabía que sus esperanzas se verían frustradas. El vino a restaurar
el verdadero culto de Dios, a traer una religión pura y sincera, procedente del
corazón, manifestado en una vida justa y en un carácter Santo. El Salvador guardo el sábado
y también enseñó a sus discípulos a guardarlo. La biblia dice el séptimo día es de reposo para
Jehová, tu Dios. La Biblia también dice que todas las cosas fueron hechas por él, cuándo
miramos el Sol y las estrellas, los árboles y las hermosas flores, debemos recordar que Cristo
creo todas estas cosas, Y que además hizo el sábado para ayudarnos a recordar su amor y
poder. Además, vigilaban continuamente a Jesús para ver si él lo respetaba como a ellos les
parecía. Jesús habla de sí mismo como un pastor y de sus discípulos como su rebaño.
Jesús acercaba a Jerusalén para asistir a la Pascua. La multitud lo aclamaba como su mesías
y su rey. Al día siguiente Jesús fue al templo. 3 años antes había encontrado allí a hombres
que compraban y vendían en el atrio exterior, No sabía reprendido y los expulsó de ese sitio
sagrado.

Cristo se detuvo y miro alrededor con unos ojos penetrantes. Todos miraron cuando miras yo
ni temor al hijo de Dios. Jesús exclamó que esa era su casa de oración y que ellos lo habían
convertido en una cueva de ladrones y fueron expulsados del templo.
(White, 07 de enero del 2011)

Bibliografía
White, E. G. (2011). Christ our saviour (cristo nuestro Salvador). Florida oeste, Buenos Aires:
Asociación casa editora sudamericana.

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