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1. Concepto
La política monetaria consiste en la acción consciente emprendida por las autoridades
monetarias, o la inacción deliberada, para cambiar la cantidad, la disponibilidad o el
coste de dinero, con objeto de contribuir a lograr algunos de los objetivos básicos de la
política económica. (Cuadrado, 2010). Es decir, controlar la cantidad de dinero que
existe en la economía, para conseguir los objetivos previamente establecidos.
El Ministerio de Economía y Finanzas (MEF, s.f.) definen política monetaria como una
política económica que usa la cantidad de dinero como variable de control para asegurar
y mantener la estabilidad económica. Para ello, las autoridades monetarias usan
mecanismos como la variación del tipo de interés, y participan en el mercado de dinero.
La política monetaria, por ejemplo, a través de las decisiones sobre la emisión de
dinero, puede generar efectos sobre el crecimiento y dinamización económica, la
inflación o las tasas de interés
2. Entidad que regula la Política Monetaria en el Perú
La política monetaria es la disciplina de la política económica que controla los factores
monetarios para garantizar la estabilidad de precios y el crecimiento económico.
Aglutina todas las acciones que disponen las autoridades monetarias para ajustar el
mercado de dinero. Por ende, los bancos centrales son las autoridades responsables de
proveer de moneda y de instrumentar la política monetaria. Para el caso peruano, el ente
encargado es el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), entidad autónoma e
independiente del gobierno central.
La Constitución Política del Perú de 1993 y la nueva Ley Orgánica del Banco Central
de Reserva del Perú, vigente desde el mismo año, otorgan al Banco Central autonomía
dentro de su Ley Orgánica, es así que el BCRP a partir de 1993 está constituido de
manera independiente de las autoridades políticas y otras influencias que puedan
comprometer el logro de sus funciones y objetivos. En este sentido, el Banco Central
define e implementa la política monetaria sin opinión previa de otras autoridades,
remarcándose que las facilidades crediticias al gobierno están prohibidas.
Además, para un país como el Perú, que ha tenido varios episodios de inflación alta o
hiperinflación, la existencia de un banco central autónomo y competente es de suprema
importancia.
3. Objetivo
Los objetivos de la política monetaria difieren entre países, algunos implementan un
mandato único y, otros, un mandato doble. Los primeros tienen como finalidad la
estabilidad monetaria, como en el caso del Perú, mientras que los otros, además de lo
anterior, deben asegurar un nivel adecuado de empleo (o algún otro indicador de
actividad real). Estos objetivos se establecen en términos de estabilización de precios
y/o producción debido a que la volatilidad de estas variables macroeconómicas afecta
negativamente el bienestar de las personas (Woodford, 2001).
La Constitución Política del Perú de 1993 y la nueva Ley Orgánica del Banco Central
de Reserva del Perú, vigente desde el mismo año, establecen la estabilidad monetaria
(definida como el logro de una meta anual de inflación definida por el BCRP) como
objetivo único de la política monetaria. Asimismo, la nueva Ley Orgánica del Banco
Central establece las siguientes prohibiciones y principios que garantizan la autonomía
del Banco Central para el logro del objetivo de estabilidad monetaria:
a. Prohíbe el financiamiento directo al sector público, y limita el financiamiento
indirecto hasta 5 por ciento del saldo de la base monetaria al cierre del año
precedente.
b. Prohíbe al Banco Central conceder financiamiento a las instituciones financieras
estatales de fomento; asignar recursos para constituir fondos especiales con el
fin de promover alguna actividad económica; e imponer coeficientes sectoriales
o regionales en la composición de la cartera de colocaciones de las instituciones
financieras.
c. Se establece que el Banco Central propiciará que las tasas de interés se
determinen por libre competencia.
d. Prohíbe fijar regímenes de tipo de cambio múltiples.
Por su parte, Cuadrado (2010) afirma que “el objetivo más importante para la política
monetaria es, sin duda, la estabilidad de precios, pero también puede contribuir al logro
de un crecimiento sostenido y, obviamente, en favor del equilibrio externo”. Es decir, la
política monetaria en el Perú es el brazo de la política macroeconómica cuyo objetivo
central es mantener la estabilidad de los precios.
Frente al objetivo de la política monetaria en el Perú, Carrasco (2016) afirma lo
siguiente:
Existe consenso en el hecho de que la estabilidad de precios –entorno de inflación
baja y estable– provee beneficios sustanciales a las economías. En particular, un
entorno así permite que las familias y las empresas tomen mejores decisiones por la
menor incertidumbre sobre su poder adquisitivo y sobre los precios relativos;
además, permite una mejor asignación de los recursos productivos. La estabilidad de
precios también previene una sobreinversión en el sector financiero y disminuye las
distorsiones generadas por la interacción del sistema tributario y la inflación. Todo
esto sugiere que entornos de inflación baja y estable incrementan la eficacia de los
recursos productivos empleados en la economía y, por ende, el bienestar de la
población. (p. 4)
4. Instrumento
Según BCRP, la regulación de la liquidez del sistema financiero es dinámica conforme
se conocen las condiciones del sistema financiero día a día de modo que la tasa de
interés interbancaria se ubique en un nivel cercano al de referencia. Los instrumentos de
política se pueden clasificar en: instrumentos de mercado, instrumentos de ventanilla y
medidas de encaje.
4.1. Instrumentos de mercado
Son todas aquellas operaciones de compra-venta realizadas por el Banco central. Son
una de las medidas de planificación de política monetaria que puede llevarse a cabo en
un mercado abierto, acompañadas con determinados ajustes o modificaciones de la tasa
de interés, de la tasa de cambio y de la tasa de encaje bancaria y operaciones con el
sector público y con el propio sector bancario. Asimismo, es un instrumento que
dispone el BCR para aplicar la política monetaria, a fin de dotar al sistema de la liquidez
necesaria y ajustar las tasas de interés de corto plazo.
Es así que, algunos de los instrumentos de mercado son:
Certificados de Depósito del BCRP (CD BCRP)
Certificados de Depósito Reajustables del BCRP (CDR BCRP)
Certificados de Depósito Liquidables en Dólares del BCRP (CDLD BCRP)
Depósitos a Plazo en el BCRP (DP BCRP):
Operaciones de Reporte de Cartera y Operaciones de Reporte de Fideicomiso
(REPO de Cartera y REPO de Fideicomiso)
Subastas de depósito a plazo con recursos del Banco de la Nación y del Tesoro
Público (COLOC TP y BN BCRP)
Operaciones de Reporte de Monedas (REPO de Monedas)
Operaciones de Reporte de Créditos con Garantía
Operaciones de Reporte con Reprogramaciones de Carteras de Créditos
Operaciones de Reporte de Valores (REPO)
Compra-venta de moneda extranjera
Swaps Cambiarios
Swaps de Tasas de Interés
4.3. Encaje
El encaje es uno de los principales instrumentos de política monetaria del BCR, este
instrumento permite regular la liquidez en el sistema financiero, por ende, en la
economía.
5. Esquema de Política Monetaria
Luego del episodio de hiperinflación observado hacia finales de los años ochenta, la
política monetaria fuere-estructurada de tal manera que diez años después fue posible
obtener niveles de tasa de inflación de un solo dígito. Armas, Grippa, Quispe, y
Valdivia (2001) documentan esta transición. El esquema implementado fue el de control
de agregados, tomando para ello como ancla nominal la base monetaria. En otros países
latinoamericanos se tomó como ancla nominal el tipo de cambio; no obstante, en el año
1990 el Perú no contaba ni con las reservas internacionales suficientes ni con el marco
institucional adecuado (en particular, por la baja credibilidad de la política monetaria)
para implementar un esquema similar.
Posteriormente, a partir de enero de 2002, la política monetaria del Banco Central se
conduce bajo un esquema de Metas Explícitas de Inflación (inflation targeting), con el
cual se busca anclar las expectativas inflacionarias del público mediante el anuncio de
una meta de inflación. Adicionalmente, la cuenta corriente (CC) de los bancos en el
BCRP fue utilizada como meta operativa hasta setiembre de 2003, donde se adoptó
como meta operativa la tasa de interés de referencia. Sin embargo, además de la meta
operativa mencionada, el BCRP también empleó instrumentos alternativos
simultáneamente, que le permitieron cumplir con el objetivo final y a la vez mantener el
mercado interbancario en equilibrio.
Cuadro 1: Evolución de los Esquemas de Política Monetaria
Sector Finanzas
externo Públicas
El período de 1930 a 1945 fue testigo de una desaceleración del crecimiento del
producto bruto interno (PBI) per cápita y un deterioro simultáneo de la situación
fiscal y de balanza de pagos en un contexto internacional muy difícil (cuadro 4,
panel inferior). Durante 1930- 1939, el colapso de Wall Street y la posterior
deflación mundial llevaron a una fuerte desaceleración en la inversión y la
actividad económica en el Perú, aunque la tasa de cambio nominal contra el
dólar solo se depreció marginalmente, ya que el deterioro del comercio
internacional (que presionó hacia la depreciación del tipo de cambio) fue
contrarrestado por la caída del dólar en los mercados internacionales tras la
decisión de los Estados Unidos de abandonar el patrón oro en 1933.
De 1940 a 1945, la Segunda Guerra Mundial exacerbó, en general, la crisis de
comercio internacional, aunque varios acuerdos bilaterales con el Gobierno
estadounidense apoyaron determinadas exportaciones peruanas de productos
agrícolas y mineros al mercado americano. En el frente financiero, el flamante
Banco Central de Reserva, que remplazó al Banco de Reserva en 1931, fijó la
tasa de cambio en 6,5 soles por dólar a mediados de 1940 e introdujo controles
cambiarios y de comercio internacional que forzaron, en gran medida, un
equilibrio entre los ingresos de exportación y los gastos en importaciones de
bienes y servicios. Para entonces, sin embargo, la inflación había estado
aumentando progresivamente debido a los déficits fiscales financiados por el
crédito del Banco Central (“la maquinita”), ya que el recurso a endeudamiento
externo era prácticamente imposible debido a la incertidumbre financiera
mundial y al impacto de la moratoria del pago de la deuda externa.
En el Perú, mientras tanto, el tipo de cambio osciló libremente alrededor de 4,9
soles por dólar hasta 1937, antes de depreciarse gradualmente hasta 6,5 soles por
dólar a mediados de 1940. La intervención del Banco Central en el mercado de
divisas evitó fluctuaciones bruscas del tipo de cambio frente al dólar, aunque a
partir de 1938 hubo una venta casi constante de moneda extranjera a la vez que
las tensiones bélicas aumentaban en Europa.
El Banco Central de Reserva fijó el tipo de cambio en 6,5 soles por dólar en
junio de 1940, tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial (en septiembre de
1939). La fijación del tipo de cambio nominal, acompañada por la introducción
de controles de precios sobre productos básicos, insumos industriales y
alquileres de vivienda, fue un esfuerzo para lograr una estabilidad de jure de
precios internos. A su vez, el estallido de la Segunda Guerra Mundial llevó a la
introducción de controles cambiarios y de importación que forzaron a establecer
una rápida consonancia entre los gastos de importación e ingresos exportación,
especialmente durante los primeros años de la guerra.
En general, durante el período de guerra, las reservas oficiales del Banco Central
mostraron un limitado, pero del todo bienvenido aumento, incrementándose
alrededor de 12 millones de dólares, equivalentes a 2,3 meses de importaciones.
a finales de 1930 a casi 24 millones a mediados de la década de 1940,
equivalentes a 3,6 meses de importaciones.
Figura 2. Perú: BCRP, cobertura de reservas internacionales, 1934-1959 (en meses de
importaciones, a fin de diciembre)
Fuente: Zegarra, L., Parodi, C., & Kuramoto, J. (2014). La economía peruana entre la
gran depresión y el reformismo militar 1930-1980.
La decisión del Gobierno de fijar el tipo de cambio en junio de 1940 fue
desafiante dado el desequilibrio fiscal subyacente y su impacto expansivo sobre
la emisión monetaria del Banco Central. En efecto, durante 1939-1945, Perú
registró continuos déficits fiscales, en gran parte impulsados por sobregastos
respecto a los presupuestos aprobados, lo que llevó a un aumento de casi uno a
uno en la deuda nacional. La combinación de un tipo de cambio fijo e inflación
persistente condujo a una apreciación significativa del tipo de cambio real, un
rápido aumento de las importaciones y un progresivo deterioro de la posición de
reservas internacionales del Banco Central (la cual había mejorado durante los
primeros años de la Segunda Guerra Mundial con respecto a la década de 1930).
Las importaciones de productos básicos crecieron a tasas de dos dígitos a pesar
de los controles de cambio y de importaciones implantados durante la
administración Prado, mientras que las reservas internacionales brutas se
redujeron de un equivalente a alrededor de 5 meses de importaciones en 1942 a
un promedio de 3,5 meses de importaciones en los años 1944-1945. Según la
información disponible, a pesar de los controles de precios y el rápido
crecimiento de las importaciones, hubo escasez de productos básicos, y surgió
un mercado negro de comercialización de dichos productos. La rentabilidad de
las principales exportaciones, como el algodón y el azúcar, también se vio
afectada por la apreciación del tipo de cambio real, aunque, en promedio, el
período de la Segunda Guerra Mundial fue testigo de algunas mejoras en los
términos de intercambio internacionales que, en parte, mitigaron otras presiones
sobre la rentabilidad de estas actividades agrícolas.
Figura 3. Perú: Fuentes de expansión de la base monetaria, 1941-1945
Fuente: Zegarra, L., Parodi, C., & Kuramoto, J. (2014). La economía peruana entre la
gran depresión y el reformismo militar 1930-1980.
Al final de la Segunda Guerra Mundial, la hoja de balance del Banco Central
mostraba el peso de la política fiscal, como la principal fuente de creación de la
base monetaria. A fines de 1945, el stock de crédito neto del Banco Central al
Gobierno alcanzó un pico de 570 millones de soles (comparado a uno de 130
millones de soles en 1940), mientras que las otras fuentes de creación de base
monetaria (es decir, el cambio en las reservas internacionales netas y el aumento
de crédito del Banco Central a los bancos comerciales) aumentaron en menor
medida durante el período de la guerra. A su vez, las cuentas nacionales
mostraban que principalmente el consumo final y en menor medida la inversión
eran los motores del crecimiento económico, mientras que las fuentes de
creación de valor agregado permanecían en el En efecto, durante 1940-1945, la
contribución al crecimiento del consumo final fue casi el doble que aquella de la
inversión, a pesar de un marcado aumento en la formación bruta de capital fijo,
principalmente en la minería local (oro, plata, plomo y zinc) respecto al período
1930-1939. Una contribución negativa al crecimiento de parte del sector
exportador reflejaba, en gran medida, los efectos nocivos de la Segunda Guerra
Mundial sobre el comercio multilateral, a pesar de que los acuerdos comerciales
bilaterales con los EE. UU. mantuvieron alta la demanda de exportaciones de
productos básicos seleccionados.
4. Gobierno de Manuel A. Odría (1946-1954)
4.1. 1945-1949: La transición de un sistema de tipo de cambio fijo a uno
flotante, una tarea difícil
La actividad económica se recuperó algo después de la Segunda Guerra
Mundial, pero la creciente inflación y las tensiones emergentes en los mercados
de divisas dominaron la escena económica, culminando con un golpe de Estado
en octubre de 1948 encabezado por el general Manuel A. Odría. El presidente
Bustamante y Rivero (1945-1948) había sido incapaz de controlar las presiones
inflacionarias, el aumento del déficit fiscal y un creciente desequilibrio en el
mercado de divisas. La junta militar de Odría rápidamente abordó algunas de las
distorsiones del sistema cambiario y de comercio internacional, pero finalmente
abandonó la paridad del tipo de cambio de 6,5 soles por dólar. Una apreciación
temporal del sol frente a otras monedas, combinada con una contracción
monetaria y otras medidas deflacionarias, redujo la tasa de inflación de manera
significativa a finales de 1949. Para ese entonces, la primera misión del FMI
había llegado a Lima en febrero de 1947, inaugurando un proceso de consultas
técnicas con el Gobierno peruano que eventualmente se convirtieron en un
evento continuo durante los próximos treinta años.
El dinamismo de la inversión observado durante la Segunda Guerra Mundial se
había pues desvanecido. Una constante entre el período 1945-1949 y el de 1940-
1945 fue la contribución negativa de las importaciones al crecimiento
económico en un contexto de grandes déficits fiscales y presiones constantes en
el mercado de divisas a las que el Gobierno trató en vano de hacer frente a través
de controles de cambio y de comercio internacional. Por otro lado, un aumento
en la tasa de crecimiento de la población, combinado con la gran migración de
las zonas rurales a los centros urbanos, demandaba un modelo de crecimiento
alternativo que brindara apoyo a la exportación e inversión, el cual fue aplicado
por la junta militar encabezada por el general Manuel A. Odría.
La inflación interna, que se había mantenido en dos dígitos (11% al año) hasta el
final de la Segunda Guerra Mundial, se aceleró rápidamente a 30% al año
durante 1947-1948. La presión sobre los precios reflejó el impacto del
financiamiento monetario del déficit fiscal y el aumento de los precios de
importación de las materias primas y alimentos, así como el rápido crecimiento
de los agregados monetarios, al son de las alzas de los precios internacionales
del azúcar y el algodón, que beneficiaron a los exportadores peruanos. Si bien no
hay índices fiables de la evolución salarial, la información disponible indica que
los salarios nominales aumentaron considerablemente durante el período 1945-
1949, aunque los aumentos salariales fueron, en ocasiones, menores que el de la
inflación. El incremento de los sueldos y salarios fue reflejo en parte de una
mejora de los derechos laborales otorgados por la administración de Bustamante
y Rivero, tales como el establecimiento de un salario dominical mínimo, una
política de gubernamental orientada a mejorar la prestación de servicios públicos
básicos a fin de aumentar la productividad del trabajo y un fuerte aumento en el
número de sindicatos que defendieron los derechos de los trabajadores en la
agricultura, minería e industria.
La depreciación de la moneda se tradujo en un aumento generalizado del precio
de bienes importados y de la tasa de inflación interna, en general. La reforma fue
pues revertida a fines de agosto de 1947, cuando todos los productos de
importación fueron nuevamente sujetos a licencias y controles de importación a
fin de reducir la demanda de dólares en el mercado libre de cambios.18 Como
resultado de estas medidas, y probablemente también como reacción al excesivo
aumento anterior, el dólar en el mercado libre cayó drásticamente de 17 a 11
soles por dólar en noviembre de 1947, aunque esta apreciación de la moneda fue
tan solo temporal.
En noviembre de 1949, la junta militar abandonó la paridad oficial de 6,5 soles
por dólar en un contexto de rápida depreciación del tipo de cambio en el
mercado de certificados de exportación y una fuerte caída de las reservas
internacionales del Banco Central. Con las reservas internacionales brutas
equivalentes a menos de dos meses de importaciones de bienes y servicios, Perú
abandonó la paridad fija de 6,5 soles por dólar y adoptó un sistema dual de tipo
de cambio flotante: una tasa aplicable a los certificados de exportación y otra
aplicable al mercado de giros. La tasa de los certificados era aplicable a la
mayoría de importaciones de bienes y algunas transacciones de la cuenta de
servicios, mientras que el tipo de cambio giro se aplicaba al resto de operaciones
externas de cuenta corriente y cuenta capital. Los certificados de exportación
emitidos contra el ciento por ciento de las remesas de exportación eran
libremente negociables con los importadores y otros con los usuarios autorizados
(aquellos encargados del pago de invisibles y transacciones de cuenta de capital
de la balanza de pagos). Según el Gobierno, la reforma del sistema cambiario
permitiría que la moneda nacional encontrase su nivel de equilibrio, y,
finalmente, facilitaría el establecimiento de un sistema de cambio unitario, con
una paridad fija. La flotación del tipo de cambio llevó a una apreciación
temporal del sol en el mercado de certificados en razón de que los montos de
certificados emitidos fueron mayores de lo previsto y el crecimiento de las
importaciones se contuvo, en parte reflejando una reducción de inventarios
acumulados antes de la reforma cambiaria por razones especulativas.
La oferta monetaria se expandió significativamente (15.7%) en 1953, debido al
aumento de las operaciones de crédito, especialmente al Tesoro. Los requisitos
de encaje mínimo legal y marginal para la banca comercial se cambiaron a 20%
y 50% para depósitos a la vista y obligaciones, respectivamente, y 10% como
encaje mínimo legal y 25% de encaje marginal para depósitos a plazo fijo y
obligaciones y ahorros en abril de ese año. En septiembre se dispuso a los
bancos comerciales que se abstuvieran de otorgar nuevos créditos o ampliar los
existentes a favor del gobierno por encima de las limitaciones acordadas; esta
condición debe aplicarse también a los créditos a favor de empresas privadas
destinados a financiar empresas públicas.
5. Segundo gobierno de Manuel Prado Ugarteche (1957-1962)
Las condiciones iniciales de la época eran bastante buenas, con el Perú
beneficiándose de un entorno favorable en el frente interno e internacional. En el
primero, el sol se había apreciado frente al dólar y la inflación había descendido
tras la liberalización del tipo de cambio de noviembre de 1949, mientras que el
crecimiento económico se aceleró y las expectativas de inversión se
incrementaron dentro de una perspectiva optimista para el desarrollo del sector
privado. Al mismo tiempo, el déficit presupuestario estaba bajo control y el
crecimiento del crédito bancario comercial había disminuido debido a los
aumentos en la tasa de encaje promedio y marginal impuesta a los depósitos
bancarios y el establecimiento de límites máximos de crédito por persona
individual o jurídica. En el frente externo, un cálido apoyo del Gobierno a la
inversión directa extranjera se tradujo en flujos de capital importantes que
financiaron un desequilibrio creciente en cuenta corriente de la balanza de pagos.
Entre 1952 y 1954, el Gobierno llegó a un acuerdo con los acreedores externos
sobre el servicio de los bonos peruanos que habían estado en mora desde el
gobierno de Sánchez Cerro, en 1931. El estallido de la Guerra de Corea
benefició a las exportaciones peruanas, que experimentaron aumentos
importantes en los precios internacionales de productos básicos, especialmente
de los metales.
Durante 1950-1951, el impacto inflacionario debido a un rápido crecimiento de
los flujos de capital y de los agregados monetarios fue un reto para los
encargados de la política económica, quienes reaccionaron de manera eficaz y
lograron la estabilidad de precios y del tipo de cambio. En septiembre de 1951,
la Superintendencia de Bancos introdujo una serie de políticas deflacionarias
para enfrentar el crecimiento de los agregados monetarios y crediticios. Estas
políticas incluyeron, entre otras medidas:
Un aumento en el encaje medio y marginal de depósitos bancarios.
Controles selectivos de crédito bancario para importación.
Límites en el redescuento automático por el Banco Central de las letras del
Tesoro en poder de los bancos comerciales y topes máximos en el
financiamiento bancario de bienes raíces.
La construcción de viviendas y la compra de bienes de consumo duradero.
Al mismo tiempo, los requisitos de entrega al Banco Central de los ingresos de
exportación, se redujeron con el fin de inducir un aumento de las tenencias de
activos financieros en el extranjero de parte del sector privado. En suma, a
finales de 1951, el crecimiento de los agregados monetarios y el crédito había
disminuido, la tasa de inflación anual se estabilizó por debajo del 10% y tanto la
tasa de cambio en el mercado de certificados como la tasa en el mercado de giros
se mantuvieron alrededor de 15,2 soles por dólar, en comparación con los 15,4
soles por dólar de fines de diciembre de 1950.
En 1953, el sol cayó de nuevo bajo presión debido a un deterioro de los términos
de intercambio en las secuelas del final de la Guerra de Corea. El tipo de cambio
en el mercado de certificados y de giros aumentó a 19,43 soles por dólar a
finales de diciembre de 1953. Los ingresos de exportación del azúcar, algodón y
los principales minerales disminuyeron en razón de la baja en los precios
internacionales de productos básicos, mientras que las importaciones
aumentaron en parte debido al incremento de la inversión directa extranjera (que
impulsó las importaciones de maquinaria y equipo) y en parte debido a un
aumento en las importaciones de bienes duraderos y no duraderos tras la
eliminación de todas las prohibiciones a la importación en febrero de 1951. La
respuesta de política económica a las presiones sobre del tipo de cambio fue
nuevamente rápida y eficaz, incluyendo la introducción de fuertes medidas
deflacionarias fiscales y monetarias, mientras que el Perú se comprometió a su
primer stand-by (Acuerdo de Contingencia) con el FMI en febrero de 1954.31 El
Perú fue el primer país latinoamericano en firmar un acuerdo stand-by con el
Fondo. El acuerdo financiero fue aprobado por el directorio ejecutivo del FMI el
17 de febrero de 1954, y fue seguido por un mensaje a la nación del presidente
Odría. El stand-by con el Perú fue el primer acuerdo concedido por el Fondo a
un país sin un tipo de cambio fijo contra el dólar. En febrero de 1954, el único
otro país en el mundo con un tipo de cambio flotante y con mínimos controles de
cambio y comercio internacional era Canadá. Tanto Perú como Canadá
disfrutaban en ese entonces de las más altas tasas de inversión directa extranjera
en el mundo.
CONCLUSIÓN
REFERENCIAS
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del Perú. https://www.bcrp.gob.pe/docs/Publicaciones/Dolarizacion-Financiera/Dolarizacion-
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en una economía con dolarización parcial: caso peruano. Revista Estudios Económicos.
https://www.bcrp.gob.pe/docs/Publicaciones/Revista-Estudios-Economicos/07/Estudios-
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proyecciones macroeconómicas 2021-2023.
https://www.bcrp.gob.pe/docs/Publicaciones/Reporte-Inflacion/2021/diciembre/reporte-de-
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Basadre Grohmann, J. (2005). Historia de la República del Perú 1822 –1933 novena edición
(novena ed., Vol. 18). El Comercio.
https://bibliotecacarmelitas.weebly.com/uploads/2/8/9/5/2895662/254708803-historia-de-la-
republica-del-peru-t-1-1.pdf
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Moneda, pp. 4-5. https://www.bcrp.gob.pe/docs/Publicaciones/Revista-Moneda/moneda-
167/moneda-167-01.pdf
Zegarra, L., Parodi, C., & Kuramoto, J. (2014). La Economía Peruana entre la gran depresión y el
Reformismo Militar 1930- 1980 (Tomo 5 ed.). Carlos Contreras.