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tinieblas.

XXXIX.- Los ángeles tienen fija su mirada en el rostro de Dios, y siempre están listos para cumplir su
voluntad.
XL.- Dios conoce las obras de los santos y no las deja en el olvido
XLI.- Los santos espíritus tienen un sentir unánime
XLII.- Dios lanza a la tierra rayos y truenos por los juicios de los ciudadanos del cielo, y aterroriza a los
prevaricadores de su ley con carestías, pestilencias y guerras.
XLIII.- A cada juicio de Dios los Ángeles repiten sus alabanzas.
XLIV.- Juan en el Apocalipsis sobre esta cuestión.
XLV.- Los ángeles alaban las buenas obras de los hombres, y Dios quiere ser alabado por los ángeles y
por los hombres
XLVI.- Ningún hombre puede conocer todos los misterios de Dios, así, algunos de los espíritus celestes
que están en presencia de Dios han sido nombrados por los profetas, otros no.
XLVII.- Pablo sobre esta cuestión
XLVIII.- Cuando los hombres perseveran en el bien y viven en santidad, la difusión de sus buenas obras
va más allá del corazón humano.
XLIX.- En las moradas celestiales que les procuraron sus santas obras, están las almas de los santos.
L.- Las almas de los santos desean recobrar sus cuerpos.
LI.- Las almas de los santos no recobrarán sus cuerpos antes del trastorno de los elementos.
LII.- La justicia con la virginidad en Cristo lucha contra el diablo
LIII.- Las iniquidades diabólicas se oponen a Cristo y a la Iglesia, y sin embargo no prevalecerán
LIV.- La Encarnación virginal de Cristo ilumina al mundo como el sol.
LV.- La Iglesia es un signo de victoria contra la antigua serpiente
LVI.- El Verbo de Dios encarnado, que es uno con el Padre, enseñó el bautismo
LVII.- Los fieles siguen al Hijo de Dios que enseña las cosas celestiales.
LVIII.- Cualquier fiel, siguiendo a Cristo, destruye las obras de las tinieblas
LIX.- Las almas que imitaron a la antigua serpiente y se quedan con ella en la infelicidad de la muerte,
culpan a Adán
LX.- En los tormentos infernales no existe ninguna esperanza de gozo
LXI.- Los espíritus diabólicos huyen avergonzados de Dios
LXII.- El antiguo enemigo concibe muchos vicios con que engañar a los elegidos de Dios
LXIII.- El diablo induce los hombres a no adorar a Dios, sino a los ídolos.
LXIV.- Los que quieran ser felices adoren a Dios que está en los cielos
LXV.- Palabras del Salmista acerca de esto
LXVI.- En la Incredulidad hay todo género de vicios
LXVII.- El Amor Mundano, su comportamiento y su sentido
LXVIII.- La Petulancia, su comportamiento y su sentido.
LXIX.- La Diversión Vana, su comportamiento y su sentido
LXX.- La Dureza de Corazón, su comportamiento y su sentido
LXXI.- La Pereza, su comportamiento y su sentido
LXXII.- La Cólera, su comportamiento y su sentido.
LXXIII.- Palabras de Jacob
LXXIV.- La Necia Alegría, su comportamiento y su sentido
LXXV.- El Celo de Dios, su aspecto y su sentido
LXXVI.- Penas de purificación de las almas de los que pecaron de Amor Mundano, razón del castigo
LXXVII.- Estas penas producen la purificación en las almas que los que lo merecieron en vida gracias a
la penitencia.
LXXVIII.- Las almas que están en el recuerdo de la santa eternidad, se purifican, mientras las que están
en el olvido quedarán en el olvido.
LXXIX.- De qué manera los hombres haciendo penitencia puedan castigar en ellos mismos el pecado de
Amor Mundano, según la sentencia de los jueces y según la entidad del pecado.
LXXX.- Se aprueba la penitencia indicada por el sacerdote
LXXXI.- El Amor Mundano ni teme a Dios ni le quiere
LXXXII.- Palabras de Salomón
LXXXIII.- Penas de purificación de las almas que pecaron de Petulancia, razón del castigo
LXXXIV.- De qué manera los hombres, haciendo penitencia, puedan borrar en su cuerpo los pecados de
Petulancia
LXXXV.- La Petulancia, que no tiene estabilidad, es vanidad de vanidades
LXXXVI.- Los hombres que fueron llamados “divinos” han muerto, en cambio la fortaleza de la santidad
no disminuirá.

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