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66 días

Ejemplo: Trabajando en relacionado


Hasta ahora existían varias cifras en nuestra cabeza cuando pensábamos en
modificar un hábito, o incorporar una nueva rutina a nuestras vidas (practicar ejercicio,
mejorar nuestra alimentación, abandonar alguna adicción) Generalmente asumíamos
la frontera de los 21 días, que algunos expertos cifraban en 28, como la línea de meta
a partir de la cual conseguiríamos reinventarnos… Sin embargo en mucha ocasiones
nos encontrábamos que ese corto periodo de tiempo transcurría y con él regresaba un
fuerte impulso por regresar a antiguas rutinas, ahora, el University College de
Londres nos explica por qué.

Según sus últimas investigaciones, en realidad, hacen falta 66 días para que se cree
un hábito y pueda mantenerse durante años. En 28 días, (o 21) las neuronas no
asimilan lo suficiente el nuevo comportamiento y, por tanto, caemos con facilidad en la
desidia. La verdadera frontera está en esos 66 días, una cifra mágica a partir de la
cual nuestro cerebro asimila el nuevo hábito y lo incorpora de manera inconsciente,
convirtiéndolo casi en un acto reflejo.

Según Charles Duhigg, autor de “The Power of Habit” los hábitos no nacen, se hacen.


Y todos comienzan con un patrón mental llamado “habit loop” que podríamos adaptar
como “hábito enlazado”. Este hábito se compone de 3 partes: la primera es el
detonante que hace que nuestro cerebro adopte una conducta determinada, el
segundo es el comportamiento en sí mismo y la rutina que genera. El tercero, es la
“recompensa” algo que nuestro cerebro percibe como bueno y que le ayuda a
recordar ese hábito en el futuro, de ahí que hablemos de “hábito enlazado”.

“Nuestro cerebro funciona según parámetros determinados que se pueden modificar


con la rutina. Si repites algo cada día en la misma situación, se convierte en una
reacción automática ", explica Jane Wardle, coautora del estudio que se publicaba en
la revista European Journal of Social Psychology. “A partir de ese momento el hábito
adquiere cierto automatismo, y no hace falta voluntad, ni tan siquiera pensar en ello
intencionadamente, para poder repetir dicho comportamiento”.

Esta teoría confirma lo que ya adelantó mucho antes Santiago Ramón y Cajal “Todo


hombre puede ser, si se lo propone, escultor de su propio cerebro”. Por tanto, nada de
lo que ocurre en nuestra vida tiene por qué ser obligatorio, ni permanente. El cerebro
es moldeable y el cambio es posible siempre que tengamos voluntad. Hoy sabemos
que  gracias a la neurogénesis, las neuronas generan nuevas conexiones que nos
permiten estar aprendiendo a lo largo de toda nuestra vida  y que una de las
actividades que retrasan el envejecimiento del cerebro es la actividad física. 

William James, uno de los padres de la psicología, en 1890 ya decía “No solo
debemos practicar ejercicio por los beneficios emocionales como el bienestar y la
reducción de la ansiedad, o por vernos más atractivos y fuertes, sino porque nuestro
cerebro se mantendrá joven durante más tiempo”. El doctor Kwok Fai-so, de la
Universidad de Hong Kong, incidió en esta teoría recientemente, al poner de
manifiesto la relación entre el running y la neurogénesis, concluyendo que el ejercicio
ayuda a la división de células madre, y por tanto a la generación de nuevas células
nerviosas.

¿Y esto qué significa? Que en tan solo 2 meses y unos pocos días, si tenemos
voluntad, podemos realmente realizar cualquier cambio en nuestra vida. No importa lo
que hayamos hecho hasta ahora, importa mañana.. las posibilidades son infinitas ¿y
qué son dos 66 días en el total de de nuestra vida?

Eso sí, para alcanzar el objetivo siempre hay que adoptar un compromiso: Y puede
definirse en 5 pasos: PROPÓSITO-MOTIVACIÓN-META-ESFUERZO Y
RECOMPENSA. Ahí reside el poder del hábito y nuestra fortaleza.

Para acabar voy a tomar prestado un fragmento de un post genial del blog “Algo pasa
con Mary”, que os recomiendo. Hablaba del eterno conflicto entre nuestra parte
racional y emocional y la resumía en la paradoja del psicólogo Jonathan Haidt,  según
la cual nuestro lado emocional es un Elefante, nuestra parte racional es su Jinete y lo
que nos rodea, el camino.

Para conseguir impulsar un verdadero cambio en nuestras vidas, es crucial sentir en


nuestro interior la necesidad del cambio, escuchar a nuestro jinete y no mirar hacia
otro lado. Después enamorar a nuestro Elefante con un objetivo que nos apasione y
sea capaz de inspirarnos, y por último, allanarnos el camino con toda aquella ayuda
que tengamos a mano. Y entonces se produce la magia…El camino cambia y tú
cambias con él.

Este año, la casualidad, o el destino, han hecho que me cruzase en el camino con 2
personas sin las que, seguramente, no estaría escribiendo este artículo hoy: María
Gómez Lobo y Beatriz Crespo Ruiz…Sin ellas no tendría la certeza, de que todo lo
que estoy escribiendo es cierto…Que el ejercicio físico, y lo que es más importante,
nuestra voluntad, pueden ayudarnos a impulsar de nuevo nuestra vida.

"Feeling my way through the darkness


Guided by a beating heart
I can't tell where the journey will end
But I know where it starts"

Desde aquí ¡Gracias a las dos por ayudarme a despertar mi Elefante!

Artículo redactado por Irene Rodríguez Aseijas - Womenalia

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