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Según sus últimas investigaciones, en realidad, hacen falta 66 días para que se cree
un hábito y pueda mantenerse durante años. En 28 días, (o 21) las neuronas no
asimilan lo suficiente el nuevo comportamiento y, por tanto, caemos con facilidad en la
desidia. La verdadera frontera está en esos 66 días, una cifra mágica a partir de la
cual nuestro cerebro asimila el nuevo hábito y lo incorpora de manera inconsciente,
convirtiéndolo casi en un acto reflejo.
William James, uno de los padres de la psicología, en 1890 ya decía “No solo
debemos practicar ejercicio por los beneficios emocionales como el bienestar y la
reducción de la ansiedad, o por vernos más atractivos y fuertes, sino porque nuestro
cerebro se mantendrá joven durante más tiempo”. El doctor Kwok Fai-so, de la
Universidad de Hong Kong, incidió en esta teoría recientemente, al poner de
manifiesto la relación entre el running y la neurogénesis, concluyendo que el ejercicio
ayuda a la división de células madre, y por tanto a la generación de nuevas células
nerviosas.
¿Y esto qué significa? Que en tan solo 2 meses y unos pocos días, si tenemos
voluntad, podemos realmente realizar cualquier cambio en nuestra vida. No importa lo
que hayamos hecho hasta ahora, importa mañana.. las posibilidades son infinitas ¿y
qué son dos 66 días en el total de de nuestra vida?
Eso sí, para alcanzar el objetivo siempre hay que adoptar un compromiso: Y puede
definirse en 5 pasos: PROPÓSITO-MOTIVACIÓN-META-ESFUERZO Y
RECOMPENSA. Ahí reside el poder del hábito y nuestra fortaleza.
Para acabar voy a tomar prestado un fragmento de un post genial del blog “Algo pasa
con Mary”, que os recomiendo. Hablaba del eterno conflicto entre nuestra parte
racional y emocional y la resumía en la paradoja del psicólogo Jonathan Haidt, según
la cual nuestro lado emocional es un Elefante, nuestra parte racional es su Jinete y lo
que nos rodea, el camino.
Este año, la casualidad, o el destino, han hecho que me cruzase en el camino con 2
personas sin las que, seguramente, no estaría escribiendo este artículo hoy: María
Gómez Lobo y Beatriz Crespo Ruiz…Sin ellas no tendría la certeza, de que todo lo
que estoy escribiendo es cierto…Que el ejercicio físico, y lo que es más importante,
nuestra voluntad, pueden ayudarnos a impulsar de nuevo nuestra vida.