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ACTIVIDAD ESCUELAS INFANTILES

Carmen López Pérez


Andrea Sánchez Cerrillo
Mª del Pilar García Rivero
Cristian Baena Climent
Mª Ángeles Mateos García
Políticas de Educación Infantil
Grado 1º Educación Infantil. Grupo A2.
C. Magisterio “Virgen de Europa”.
(C. Adscrito a la Universidad de Cádiz)
8 de Marzo de 2021
REFLEXIÓN GRUPAL

Antes de hablar del influjo de la pedagogía fröebeliana en la educación, conviene hacer


especial hincapié en la definición de kindergarten. Se le llamó así porque Fröbel concebía
a los niños como pequeñas plantas de un jardín del que el maestro es jardinero, y como
plantas que son, no admite un modelo de escuela cerrada, sino que pretende el contacto
directo con el entorno natural, al contrario de lo que sugería la pedagogía tradicional, pues
el paradigma establecido tendía (y aún hoy tiende) a promover que el Estado y las
instituciones educativas se ocupen de los niños mientras su modelo de kindergarten
promueve complementar, que no suplantar, a la familia. Esta pedagogía se extendió como
una mancha de aceite mientras maestros y pedagogos, en un afán progresista de
renovación casi orteguiano, miraban a Europa en busca de nuevas ideas. Serían Pedro de
Alcántara García y Eugenio Bartolomé y Mingo los máximos exponentes en importar y
difundir las ideas de Fröbel en España. Con notable éxito saldría la ley Moyano (1857) la
cual dividía la educación primaria en tres niveles: 1) párvulos, 2) elemental y 3) superior.
Lastimosamente, el kindergarten no cuajó como institución y la respuesta del gobierno se
tradujo en pocos parvularios. Por otra parte, el reduccionismo terminó convirtiendo la
metodología fröebeliana en una caricatura. En los años consecutivos a la ley Moyano se
llevaron a cabo numerosas traducciones y publicaciones en revistas como, por ejemplo,
Los Anales de la Enseñanza, El diccionario de educación y métodos de enseñanza de
Mariano Carderera (1856), El Niño y su Naturaleza, la revista mensual de filosofía y
ciencias y Fröbel y los jardines de infancia, esta última publicada por Pedro de Alcántara
García en 1874, en mitad de su campaña por difundir las ideas de Fröbel. El 31 de marzo
de 1876 por Real Decreto se instauraba una cátedra pública para formar a las mujeres y
docentes que trabajarían en los kindergarten. Años más tarde se promulgaría el Real
Decreto del 17 de marzo de 1882 el cual se confiaba a la mujer la escuela de párvulos. En
aquel momento dicha asunción dotaba a la mujer de un papel fundamental en la
educación. El declive llegaría con la supresión del curso de maestras de párvulos en 1884.
Por el Real Decreto del 4 de julio una Junta de Señoras de la aristocracia presidida por la
Infanta Doña Isabel reemplazaría el lugar de aquellas mujeres para auxiliar al gobierno.
Esto causó una importante regresión en el plano educativo, puesto que aquella Junta de
Señoras de la aristocracia carecía de experiencia como docentes, al contrario que sus
sucesoras, quienes tomaron cursos de formación para asumir con diligencia su labor
docente. En 1924 Matilde García del Real lamentaría profundamente esta decisión ante
la falta de una preparación y selección tan cuidada como hubo antaño. Así continuaría tal
preocupación hasta la segunda mitad del siglo XX cuando, a partir de 1970, se dilucidaron
los primeros visos para la conformación del carácter educativo de este nivel escolar.
Finalmente, podemos concluir que la legislación educativa en España fue tan convulsa
como lo es su historia. Y a continuación nuestra opinión personal y valoraciones. Es tan
interesante como fundamental conocer la historia que entraña un país. Gracias al breve
recorrido de estas leyes nos damos cuenta del papel de la mujer en su historia, y en la
historia de la educación, y del por qué, si tenemos en cuenta el trasfondo histórico, el 95%
del cuerpo docente en infantil son mujeres. Sin entrar en debates estériles, esto no es
necesariamente malo. Si algo ennoblece a la meritocracia es que, independientemente del
sexo, uno merece lo que su trabajo le avala. Si hay más mujeres que hombres en educación
infantil es porque o son mejores maestras o porque, simplemente, a los hombres la
docencia en esta etapa les interesa menos. En contrapunto encontramos que el 60% del
cuerpo docente en las universidades son hombres.

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En nuestra humilde opinión, basta con detenerse a leer un estudio llamado la paradoja de
la igualdad para entender cómo tanto el hombre y la mujer desempeñan un determinado
trabajo por una elección personal y no por influjo de una superestructura que conspira
contra nosotros mediante “techos de cristal”. La desigualdad es consecuencia de la
libertad y por ello la valoramos. Volviendo al tema de la educación… El rezago educativo
por el anquilosamiento de las instituciones educativas tiene mucho que ver con la
evolución de la mentalidad social. Es decir, qué tan abierto esté un país a nuevas ideas se
debe a una razón multifactorial, o sea, no depende de uno, sino de muchos factores, estas
pueden ser culturales, socio-económicas o políticas. Por tal motivo, estamos convencidos
de que la pedagogía de Fröbel no arraigó con suficiente fuerza como para implantarse por
las siguientes causas que detallaremos a continuación. Una de las principales críticas que
se le achacó a dicha escuela es que era una escuela para señoritos, que, de tan caras, eran
inviables. La mayoría prefería recurrir antes al sector privado que al sector público. Se
antepuso lo práctico a lo sofisticado. Un ejemplo son las escuelas de amigas: espacios
femeninos de instrucción que promovían las buenas costumbres y habilidades como
aprender a contar, a sumar y a leer. Fue debido a una ausencia de sistematicidad que
dichas escuelas prosperaron frente a las escuelas inspiradas en el modelo fröebeliano. En
síntesis, los jardines de infancia nacen como respuesta a una emergencia social que, a
diferencia del resto de Europa, tuvo menor calado en España y esto terminó acentuando
lo educativo frente a lo instructivo, importando teorías y métodos y, definitivamente,
adoptando los modelos más novedosos. Por último, aunque no menos importante, nos
gustaría establecer un paralelismo con el presente. Si hacemos memoria, el momento
histórico en que sucede todo esto, España se encontraba en un punto de inestabilidad
política. El siglo XIX en España fue un período terriblemente convulso políticamente:
Guerra de Independencia (1808-1814), Reinado de Fernando VII (1814-1833), Sexenio
absolutista (1814-1820), Trienio liberal (1820-1823), Década ominosa (1823-1833),
Regencias (1833-1843), Regencia de Espartero (1840-1843), Década moderada (1844-
1854), Bienio progresista (1854-1856), Bienio moderado (1856-1858), Gobiernos de la
unión liberal (1858-1863) ... Y así hasta final de siglo. Desde 1970 ha habido 9 leyes de
educación distintas en España: LGE (1970), LOECE (1980), LODE (1985) LOGSE
(1990), LOPEG (1995), LOCE (2002), LOE (2006), LOMCE (2013) y LOMLOE (2020).
En resumen, una proliferación de leyes abrumadora. La educación, desafortunadamente,
es una prolongación de la política y como tal, está supeditada a los cambios de la misma.
Cuando un partido gana las elecciones, el principal flanco es la educación; hacen y
deshacen las leyes educativas de acuerdo con la narrativa del partido en posesión y esta
perversión termina resultando en la imposibilidad de gestionar correctamente el itinerario
escolar de los alumnos, pues cuando se cree haber sentado unas bases, estas se disuelven
como aire. Cuando España trató de modernizar su sistema educativo mediante la adopción
de nuevos modelos, la inestabilidad política supuso un obstáculo que, si bien no fue
determinante, supuso una pesada losa en su realización. Podemos afirmar que los jardines
de infancia sirvieron para abrir la mentalidad del español de la época y contemplarlo como
una visión alternativa de la educación. Actualmente en España existen muchas escuelas
de distintos métodos como Montessori o Waldorf, entre otras. Acaba siendo cuestión de
tiempo y de evolución que las ideas permeen entre las distintas capas de una sociedad
para poder adoptarlas con naturalidad.

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