Está en la página 1de 9

23/05/2011 liberalismo.

org: Aprendiendo a vivir con…


Aprendiendo a vivir con el calentamiento global y el catastrofismo ecologista
Por A lbert Esplugas Boter

Este ensayo forma parte de la obra Esce narios y De safío s pa ra la dem ocracia e n 2009. T em as para la
refle xión y e l de bate, editada por la Fundación Iberoamérica Europa en Madrid, 2009, 414 páginas.

I. Introducción[1]

En el siglo XIX había entre 100.000 y 200.000 caballos en la ciudad de Nueva Yo rk[2]. Un caba llo producía
una m e dia de 10 kilos de heces y un litro de orina al día, distribuidos a lo la rgo de su recorrido o en el
e stablo. Los e xcrem entos se acum ula ban y a tra ían m o sca s con enferm eda des. Un a rtículo en la revista
Appleton e n 1908 cifró en 20.000 el núm ero de m ue rte s provocadas anualm ente por estas
e nfe rm eda des[3]. Lo s caba llos tam bién causa ban proble m a s de salubrida d cua ndo fa llecían por
so bre esfuerzo o epidem ia. En 1880 el a yuntam iento recogió a 15.000 caballo s m uertos de las calle s, pero
a veces se dejaba a l anim al pudriéndose en la vía hasta que a lguie n lo retiraba. Un artículo en el New York
Times en 1880 sobre los desa fíos a lo s que se enfre nta ba el Departa m e nto de Sa lubridad de stacó la pila
de heces e n la calle 92, que de bía ser lim piada una ve z al año antes del prim ero de m ayo pero se guía
cubierta de e xcrem entos[4].

El uso del ca ballo com o m edio de transporte planteaba se rios pro blem as de higiene y salud. Un
o bservado r de a que lla é poca podría habe r tem ido co nsecue ncias catastróficas si se hubie ra fijado so lo e n
e l crecim iento de la po blación, la m a yor dem anda de ca ballo s y la acum ulación de he ce s. P ero irrum pió el
a uto m ó vil y desapare cie ron las heces del a sfalto. ¿Q uién ha bla hoy del problem a de lo s caba llos?

La incertidum bre no entra dentro de las predicciones del a gorero , que se lim ita a e xtrapo lar
presuponiendo un futuro com o el prese nte . El pro gre so cam bia el enfoque a viejos pro blem as, y cre a
problem as nuevo s. Es preciso entender el m erca do y la socieda d, los desafío s a los que se e nfrenta y los
m edios de que dispo ne, co m o un proceso diná m ico, m ovido po r ince ntivos y lleno de ince rtidum bre . Hace
un siglo la ge nte se despla zaba a pie o a caba llo, se com unica ba por te légra fo, sum aba con re glas de
cálculo y podía m orir de casi cualquier enferm e dad. ¿C uá nto s contem poráneo s hubieran acertado en su
pronóstico para e l siglo XXI?

En el debate en to rno al cale nta m ie nto glo bal los e co logistas presum e n un m undo e stático . Sus m odelos
clim áticos pro yectan aum ento de tem pe ratura s y subida de l nive l de l m ar, pero la s de m á s variable s
perm anecen básicam ente igual. C aba llos y heces durante cien años. Pero el siglo XXI se rá tan distinto al
siglo XX com o éste lo fue respecto al a nte rior. El desa rro llo tecnoló gico quizás deje obso leto el pro blem a
m edioam bie nta l, o surjan o tra s am enazas fre nte a las cua les e l calentam iento globa l pa lidezca en
im po rta ncia.

Este a rtículo acepta que el cale nta m ie nto glo bal es real pero e s escéptico con respecto a la s dim ensione s
del problem a (si definim os el cam bio y e l coste de adaptarnos com o pro blem a). Lo s ecolo gista s acusa n a
lo s escépticos de se rvir a espurio s intere ses e co nóm icos, ávido s po r financiar sus estudios. Pe ro ellos
tam bién re ciben fondos para sus investigaciones (de l Esta do, que tam bién tiene su agenda), y a m enudo
tiene n ince ntivo s ide ológicos para e xagera r la gravedad de la situación.

C abe se r m ás escéptico todavía en rela ció n con las pro pue stas de los e colo gista s pa ra co m batir el
cale nta m ie nto glo bal. Este escepticism o está funda m e nta do en la capacidad inno vado ra, adaptativa y
flexible del m erca do así com o e n e l coste de oportunidad de redirigir re cursos e sca sos a am bicioso s
program as m e dioa m bienta les de dudo sa e ficacia. Los e co logistas, co n dem a siada frecuencia , e stán
pobrem ente e quipado s para hacer un aná lisis de coste s y bene ficios, dispue stos a im ple m e nta r m edidas
"verdes" a cualquier precio.

El tra bajo se divide en capítulos. El prim e ro explica brevem ente el fenó m eno del cale nta m ie nto glo bal y
sus proba bles co nsecue ncia s de acue rdo con los dato s de l organism o de la O NU que lo estudia. El
se gundo apa rta do co ntrasta las predicciones a pocalípticas de num ero sos científicos y ecologistas co n la
realidad y otros estudios m ás riguroso s o discrepantes. El te rcero ex plora los incentivos e co nóm icos e
ideoló gicos que tiene e l m o vim ie nto ecolo gista pa ra exa gerar la grave dad del ca lentam iento, aludiendo a
lo s correos filtrado s de la Unidad de Investigación del Clim a co m o eje m plo de sesgo. El cuarto reflexio na
e n torno a l de safío de las e xte rna lidades globa les de o rige n disperso y la dificultad de internalizarlas a
travé s de una precisa definició n de lo s de recho s de propie dad. El quinto y últim o ca pítulo propone la
a daptación al ca lentam iento glo bal, m edia nte el crecim ie nto económ ico y el desa rro llo tecnoló gico, co m o
la m ejor alternativa a nuestro alcance.

II. Cómo y cuánto se calienta la Tierra

La s te m pera turas recogidas po r e l IPC C (P ane l Inte rgubernam ental de Cam bio C lim á tico) son el principal
refe rente de la com unidad cie ntífica [5]. El IPC C m uestra histó ricam ente do s pe ríodos distintos de
cale nta m ie nto : uno que va desde 1910 a 1945, y otro que em pie za e n 1975 y te rm ina en 1998. Aunque
lo s nive les de cale nta m ie nto son igua les e n a m bos, se a tribuyen a ca usas distintas. El prim e r
cale nta m ie nto estaría causado por la a ctividad sola r, m ie ntras que el se gundo se ría de origen
fundam entalm ente hum ano[6].

La actividad hum ana genera dióxido de carbono (C O 2). Los gases de efecto inve rna dero com o el C O 2
dejan pa sar la radia ció n ultravio leta (del Sol a la Tie rra ) pero reta rda n la em isión de la radia ció n infra rro ja
(de la Tierra al e spacio), cale nta ndo la parte baja de la atm ósfera y la supe rficie terrestre. Las
conce ntracione s de dió xido de ca rbo no han aum e nta do esta s últim a s dé cadas debido a l uso de
com bustible s fó siles y a la defore stación[7]. Pe ro el e fecto directo del dióxido de carbono so bre el
cale nta m ie nto te rre stre es relativam ente pequeño . Es a travé s de un proce so de retroalim entación que e l

liberalismo.org/articulo/…/catastrofismo/ 1/9
23/05/2011 liberalismo.org: Aprendiendo a vivir con…
e fecto se vuelve im portante: el dióx ido de ca rbo no pro duce un ca lentam iento que hace subir la
tem peratura de los o cé anos, que a su vez desprenden m á s vapor de agua ha cia la atm ósfera . El vapo r de
a gua ta m bién es un gas de efecto invernadero , con lo que el ca lentam iento aum e nta to davía m ás, y así
suce sivam ente[8].

Distintos m o delo s clim á tico s incluidos e n e l IPC C pro yectan un aum e nto de la tem peratura de la superficie
terrestre de e ntre 1,1 y 6,4 grado s centígra dos durante e l siglo XXI[9]. La variación en las predicciones
respo nde al em pleo de m o delo s con distinta sensibilidad a las conce ntracio nes de gas invernadero y a l
uso de e stim acione s distintas de em isione s futuras de gas invernade ro. Las principa les consecuencia s de
e ste ca lentam iento se rían la subida de l nive l de l m ar y el ca m bio e n la cantidad y el patrón de las
precipitacione s.

Lo cierto e s, no o bsta nte , que la te m pera tura m edia de la superficie te rrestre no ha sufrido ninguna
va riación en los últim os 11 a ños. La fase de El Niño en 1998 fue inusualm e nte caliente, y e stos sucesos
norm alm ente viene n se guido s de un pe ríodo de e nfriam iento (que o currió en 1999 y 2000). Una
com binación de las tem pera turas de lo s océa nos tro picales (producto del Niño) y una ba ja a ctividad sola r
contra rre staron el e fecto de una m ayor concentra ció n de dióxido de carbono [10].

El ca lentam iento podría reavivarse si desa parecen los dos factores a nte riore s, pero es posible que no se
reinicie hasta la segunda m itad de la década. Ninguno de los m o delo s clim ático s de l IPC C pre veía un
perío do sin cale nta m ie nto de 20 año s (de los cua les ya lleva ríam os 11), lo que pone en te la de juicio la
cre dibilidad de esos m o delos para predecir con precisión las tem peraturas futuras. Ad em ás, es probable
que el a um ento de la te m pe ratura sea m eno r a la m e dia indicada por estos m o delo s, gracias al e fecto de
retroalim entación de scrito a nte s. Si el ca lentam iento se de tiene dura nte 20 año s, e l efecto de
retroalim entación entre el dióxido de carbono y el va por de agua se retrasará , pues los o cé ano s no se
calie nta n de form a insta ntánea, y la s te m pera turas se rán m ás bajas de lo previsto , a l m eno s durante la
prim era m itad de siglo[11].

III. Catastrofismo versus realidad

La s visiones m ás apo ca lípticas prom ovidas por num erosos ecologistas auguran un sustancial deshielo en
Gro enla ndia y e l Ártico que e levaría e l nive l de l m ar uno s seis m e tro s a finale s de siglo , sum e rgie ndo
grandes extensio nes de costa y creando decenas de m illones de refugiado s. Este fenó m e no fue
populariza do por el docum ental An Inconvenient Truth, de Al Gore .

Lo s da tos del pro pio IP CC contradice n e se pronóstico ca tastrofista. El inform e del IP CC de 2007, por el
cua l la institución recibió el Nobe l de la Paz junto a Al Go re, calcula una subida del nivel del m ar de entre
18 y 59 ce ntím etros en un siglo[12]. El IPC C no pro yecta un deshielo rápido de Gro enla ndia , sino
le nto .[13] La te m peratura en Groe nlandia fue m ás a lta al principio del siglo XX, y lo fue tam bién durante
un m ilenio sin que haya evidencia de una subida no table del nivel del m ar[14]. En la a ctualidad no se
registra ninguna te m pera tura inusual en Groenlandia[15].

Vario s estudio s indica n, adem ás, que Antá rtida gana rá hielo durante la próxim a década debido a l
increm ento de la s ne vadas ca usadas por un ligero cale nta m ie nto de l océano del sur. El aum e nto de
nevadas e stá asociado a l increm ento de la nubo sidad de ba jo nivel, que tiene e l efecto neto de e nfriar la
superficie[16].

El pro pio IP CC recono cía en un co m unicado en enero de 2010 que los glaciare s de l Him a laya no se
derretirían en 2035 tal y com o había pronosticado con un 90% de ce rte za[17]. El estudio en el que se
basaba la predicción pro venía de una organización ecologista (W orld W ildlife Fund), y en el com unica do el
IPC C adm ite que la e stim a ció n tiene un funda m e nto m uy pobre.

O tra pre dicció n a pocalíptica es la del cre cie nte núm e ro e intensidad de los hura ca nes. En 2004, cuando
Flo rida fue a zota da por violentos huracane s, e l Journal of Climate publicó un a rtículo que proye ctaba lige ros
increm entos de intensidad co m o re sulta do de una m ayor concentra ció n de dió xido de carbono en la
a tm ósfe ra. El e studio a puntaba que "es difícil que los cam bio s en la inte nsidad de los ciclones tropica les
inducido s po r e l C O 2sea n de tecta bles en obse rvaciones histórica s y probablem ente tam po co serán
dete ctable s en las pró xim a s dé ca das"[18]. El New York Times, no obstante, decidió inform ar así sobre la s
conclusione s de l traba jo: "El ca lentam iento globa l proba blem ente pro ducirá un significa tivo aum ento en la
intensidad y la pluviosida d de los huracane s en las pró xim as década s, de acue rdo con el a nálisis m á s
e xha ustivo re alizado hasta la fecha"[19].

El tra bajo m ás reciente de los m ism os autore s concluye que e l núm e ro de hura ca nes y te m pesta des
tropica les a tlánticas dism inuirá en el siglo XXI[20]. En las décadas reciente s, debido a l calentam iento de
la te m pera tura terrestre, la frecuencia de estas tem pestade s se ha reducido[21].

P or últim o, en varios e studio s se pre dice una extinción m a siva de e species a causa de l calentam iento
globa l. Un tra bajo publicado en Nature vincula ba la e xtinció n de una clase de m ariposa co n e l
cale nta m ie nto glo bal[22], pero lo s da tos que em ple a e l IPC C no m o straban ninguna variación de
tem peratura en la regió n. Ex tinciones producidas en una localiza ció n distinta fuero n producidas por un
cale nta m ie nto local, de bido a la urbanización, no un calentam iento global[23].

O tro estudio para Nature describía una e xtinció n m asiva de anfibio s (e l 69%) e n Am é rica C entra l y la zona
norte de Am é rica del Sur debido a la distribución de un tipo de hongo provocada por el cale nta m ie nto [24].
P ero el estudio no ca lculaba el cam bio en la extensió n del á rea de l ho ngo, y e n poste riores crítica s se ha
e stim ado que e l po rcentaje de a nfibios a fecta dos por la distribución de l hongo es del 12% (aunque es
im proba ble que to dos ellos se ex tingan)[25].

El m á s cata stro fista de los e studios fue publica do en Nature en 2004[26], y en una e ntrevista pa ra el

liberalismo.org/articulo/…/catastrofismo/ 2/9
23/05/2011 liberalismo.org: Aprendiendo a vivir con…
Washington Post su auto r se re firió a la e xtinció n de 1,25 m illone s de espe cie s. El tra bajo observa ba
distintos e sce narios de calentam iento. En el m ás bajo , con un calentam iento e stim ado de 0.8ºC, se
e xtinguía n un 20% de las e species del m undo . P ero la supe rficie de la tierra ya se ha cale nta do en esa
m ism a m edida durante e l siglo XX y no ha y evidencias de una ex tinción m a siva com o la descrita . El
problem a con la m e todología de l traba jo e s que tom aba la tem pe ratura del am biente donde las e species
habitan actua lm e nte , y si ese am biente que daba a fecta do por el ca lentam ie nto la espe cie se co nside raba
e xtinta. Pe ro esta fó rm ula ignora e l he cho de que las e species se desarrollan m ás a llá de su am bie nte .
La s distribucio nes aleja das so n norm ale s, y es una de las razones por las que uno de los e co sistem as
m ás diversos de la tie rra (la selva tropical) so bre vivió a la eda d de hielo, encontra ndo re fugio e n
a m bientes lo ca les distintos a su a m biente o riginal.

IV. Incentivos ideológicos de los ecologistas

La s prediccione s apocalípticas abunda n y recibe n e special co bertura e n lo s m e dios. Pa rece que ha y una
tendencia a e xagera r la gra veda d del cale nta m ie nto glo bal, así co m o la urge ncia y la se veridad de las
m edidas m e dioa m bientales para com batirlo. Los co rre os filtra dos de la Unida d de Inve stiga ció n del C lim a
de la Universidad de East Anglia e n noviem bre de 2009 ilustran el afá n de varios científicos reputa dos por
o cultar o forzar datos para que no diluyan el m ensaje alarm ista. Vale la pena re pro ducir algunos
fragm e nto s de eso s correos.

P hil Jones (fe bre ro 2005)[27]:

Los dos MMs han estado tras lo s da tos de esta cio nes de la C RU dura nte años. Si a lguna ve z se
enteran de que existe un Acta de Libertad de Inform a ció n (FO I – Freedom of Info rm atio n Act en
el original) ahora m ism o en el Re ino Unido, creo que borraré el a rchivo antes que m a ndá rselo a
na die.

Kevin Tre nbe rth (antes de octubre 2009)[28]:

El hecho es que no pode m o s ex plicar la falta de calentam iento e n e stos m o m e nto s y e s una
lástim a que no po dam os. Los datos de C ER ES publicados en el suple m e nto de BAMS 09 de
agosto de 2008 m ue stra n que debe habe r a ún m á s calentam iento: pe ro los dato s están, sin
duda, equivocado s. Nuestro sistem a de obse rvación es inade cuado .

Keith Briffa (septiem bre 1999)[29]:

R ealm ente m e gustaría ser m ás positivo sobre el m ateria l de Kirguizistá n, pero te juro que saqué
de la m a nga todos lo s trucos que tengo tra tando de extraer algo de e so. (…) No creo que se a
productivo ha ce r m ás m a laba rism os con las esta dísticas de la cronología que los que ya he hecho
– son lo que so n (que suena al estilo Graybill).

Keith Briffa (abril 2007)[30]:

Me esfo rcé en equilibrar las necesida des de la ciencia y e l IP CC , que no fuero n sie m pre las
m ism a s. Me pre ocupa ba que usted pudiera pe nsar que diera la im presión de no apoyarle
suficie nte m ente cuando trataba de inform ar sobre las dudas e ince rtidum bre s. Mucho tuvo que ser
re tira do y yo e staba e specialm ente disgustado por no obtener de l SP M la declaración sobre la
m ejora de los resultados y co nclusiones de la TIE e n e l AR 4. Hice lo que pude, pero e stábam os
bá sica m e nte dirigidos por Susan.

Auto r no identificado (septie m bre 2009)[31]:

Acabo de com pletar el truco de Mick de Na ture a ñadiendo en las tem pe ratura s re ales de ca da
serie para los últim os 20 a ños (e s de cir, a pa rtir de 1981) las de 1961 para que Keith pueda
ocultar la ba jada de te m pera turas.

Micha el Ma nn (o ctubre 2009)[32]:

Q uizá de bam os hacer una sim ple actua lización de Yam al, por eje m plo, vinculando la nueva
pá gina de Keith con la de Ga vin. En cua nto a las duda s sobre la ro bustez, en particular, la
inclusió n de la serie de Ya m a l, ya hicim os hincapié (incluyendo la prueba de se nsibilidad de
O sbo rn y Briffa ‘06) e n nuestro post origina l. C om o todos sabem os, no se trata de decir la
verdad, sino de ne gar las acusaciones de form a plausible.

La científica Judy C urry ha ca lificado de "tribalism o clim ático" e l fe nóm eno po r e l cual los dos grupos
(escépticos y no-escépticos) se a uto definen y a ctúan, practicando la le altad entre m iem bro s de l grupo y e l
se ctarism o co n lo s m iem bros del otro grupo. A propósito de los co rre os filtrados, Curry expresó su
disgusto por la a parente m anipulación, o cultam iento de datos y pre sione s ejercidas so bre el pro ce so de
revisión académ ico pa ra favorecer las tesis del cale nta m ie nto m ás pesim istas[33].

El m o vim ie nto ecolo gista acusa a lo s escépticos de difundir info rm ación sesgada para be neficia r a
e m presa s com o Ex xonMobil, que ha financiado a lgunas de sus cam pañas e investigaciones. Es una crítica
le gítim a, pues e s proba ble que esta s com pañías tengan bastante que perder co n la legislación
m edioam bie nta l y su contribución a la ciencia difícilm ente será de sinte resada[34]. La defe nsa de la
ve rda d científica pue de estar alineada con la m a xim ización del beneficio, pero e s lógico que la
coincidencia suscite sospecha s en un contexto tan politizado .

No o bsta nte , m ucho s ecologistas y científicos tam bién tie nen incentivos para ex pre sar opinione s
e xagera das o se sgadas sobre el cam bio clim á tico. En parte se trata de incentivos e co nóm icos. Las
investigacione s de m uchos institutos de investigación de penden de subsidios e statales, y lo s go biernos

liberalismo.org/articulo/…/catastrofismo/ 3/9
23/05/2011 liberalismo.org: Aprendiendo a vivir con…
tiene n a genda pro pia y grupos de pre sión a lo s que a tender. Disputar la ve rsión oficia l puede po ner en
peligro la financiación de l ce ntro, m ie ntras que exa gerar la grave dad de l pro blem a pue de atraer m ás
fondos para estudia rlo.

En rigor, el volum en de fondos de em pre sas privadas destinado a ca m pañas y estudio s escépticos
palide ce ante las partidas que los Estado s de dican a la inve stiga ció n del cam bio clim ático . Gre enpeace
buscó vínculos e ntre corpora cio nes y el m o vim ie nto escéptico y solo pudo acusa r a Exx on, que a lo largo
de diez a ños apo rtó 23 m illo nes de dóla res a cam pa ñas escéptica s (ya ha de jado de do nar dinero a esta
causa)[35]. P ero incluso Exxo n ha invertido m á s dinero en iniciativas de re ducción de ca rbo no (100
m illones de dólares para el Global C lim ate and Energy Project de Sta ndford, o 600 m illone s pa ra la
investigación de biocom bustibles) que para la financiación de estudio s escéptico s[36].

Solo el Gobierno e stadounidense , e n contra ste, ha aportado 32.000 m illone s de dó lare s en 20 años a la
investigación del clim a, m á s de 1.000 veces la cua ntía pe rcibida po r lo s escéptico s[37]. C on este dinero (y
o tra pa rtida de 36.000 m illones para el desa rro llo de tecnolo gías rela cio nada s con el clim a) se fina ncian
institucio nes co m o la NO AA, la NASA, el C lim ate C hange Science Pro gra m o el Clim ate C ha nge Te chnolo gy
P rogram , y el m o nta nte no incluye los fondos de o tro s go biernos o del secto r privado. Aunque solo una
fracción de esa sum a se destine a la inve stiga ció n del cam bio clim á tico propia m e nte , e l volum e n de
financia ció n e s de otro orde n de m agnitud. Por eje m plo, la cam pa ña publicita ria del Go bierno australia no
so bre el ca m bio clim ático costó 13,9 m illone s de dó lare s, la m itad de l dine ro que Exx on donó a l
m ovim iento escéptico en dos décadas[38].

P ero aun dejando a un la do lo s incentivos econó m icos, ha y buena s ra zones para pensa r que los e sfue rzos
de m ucho s científicos y eco logistas que defienden la tesis de un im po rta nte ca lentam iento globa l no son
desintere sado s. El ecologism o en genera l y e l calentam iento global e n particula r a portan nuevos
a rgum e nto s a favo r de un Esta do inte rvencio nista , m ás im puestos y m á s regulaciones. El socialism o,
desacre dita do en su ve rsión ortodo xa desde la caída de l m uro de Be rlín, está m uy necesita do de una
nueva justificación, y e l calentam iento la propo rciona . La ge nte que respalda la s po líticas intervencionistas
por m o tivos ideo lógicos, pue s, tiene incentivos para cre er en la va lidez de lo s argum entos ecologistas,
populariza rlos y ex age rarlo s. La m ayoría de e co logistas so n e statistas, m uchos de e xtrem a izquierda.
Asim ism o, son ho stiles a la socieda d de consum o o ven con recelo el estilo de vida occidental. El
cale nta m ie nto glo bal pro porciona a rgum e nto s m uy convenie nte s pa ra los que a borrecen el statu quo y
quieren un giro de signo socialista, y eso ta m bién debería ha ce rno s sospechar de sus conclusione s, o
cua ndo m eno s de sus intencio nes[39].

O tra form a de te stea r la credibilidad de de term inada s po sicio nes co nsiste en hacer que quienes la s
defie nde n a pue sten dinero en ellas[40]. O pinar es gratis y e n e ste co nte xto uno no tie ne incentivos
e co nóm icos para contene rse si tiene duda s o expresa r una co nclusión m ás m atiza da. Si, en cam bio, su
o pinió n puede costarle dine ro (o re portarle gana ncias) entonce s tie ne incentivo s económ ico s pa ra
pondera r e l juicio. Ap osta r po r la s opiniones propias dem uestra una confianza adicional e n su certeza.

En el m a rco de la s apuesta s ha y quien co nside ra que los escéptico s se han m o stra do poco activos[41].
Jam es Annan, científico británico que cre e e n un cale nta m ie nto glo bal co nsiderable , ha reta do a
num ero sos científicos escépticos a a postar sobre e l aum e nto de las tem peraturas en las próx im a s
década s. Vario s de ello s han re chazado la apuesta, aunque otros la han ace pta do[42]. Ad em ás, m ucha
gente pare ce estar "a posta ndo " info rm alm ente contra el ca tastrofism o cada día: a l com pra r una ca sa e n
prim era líne a de playa o inve rtir en cultivo s que lo s m ode los prevé n que desapare zca n e n la s zonas
donde a hora se siem bran[43].

En cualquier caso, las apue stas form a les no suelen contem plar aspectos releva nte s de l de bate, y su peso
debe ría rela tivizarse e n conse cuencia[44]. Po r e jem plo, la m a yoría de apuesta s giran en torno al a um ento
de la s te m pera turas indepe ndie nte m e nte de si e xiste contribució n hum ana o de si se debe a otros
fenó m e nos co m o un supuesto incre m e nto de la activida d so lar. Pe ro solo e n e l prim e r caso tie nen sentido
im ple m e nta r se vera s m edida s m edio am bientale s pa ra reducir la producción de dióx ido de ca rbo no.

La s apuestas tam poco co nsideran la e xte nsión de los daños y posibles beneficio s que resultaría n del
cale nta m ie nto glo bal, ni se re fieren a la efectivida d de la s po líticas destina das a lim ita rlo. Es ló gico que
a que llos que creen que e xiste cie rto calentam iento global pero no tie nen cla ro que sea de origen
a ntropo génico o que las políticas para m itigarlo sea n e fectiva s no encuentren el reto ecolo gista de m a siado
a tra ctivo.

V. Externalidades globales y derechos de propiedad

El ca lentam iento globa l se considera una externalida d nega tiva (e n e l siguie nte apartado verem os que es
tam bién una e xte rna lidad positiva, dependiendo de quién sea el afe ctado). Una a ctividad tie ne
e xte rna lidades nega tivas cua ndo pe rjudica a terce ros que no pa rticipa n e n la tra nsacción. La
contam ina ció n e s el ejem plo paradigm á tico de e xte rna lidad ne gativa. Norm alm ente el problem a se
so lventa definiendo bien lo s de recho s de propie dad, de m odo que el que sufre la externalida d pueda
e xigir re paración por da ños a su pro piedad y el ca usante se ve a o bliga do a internalizar eso s coste s en
lugar de im ponerlo s a los de m á s. La m ayoría de e xte rna lidades nega tivas se produce n e n e spacios de
titula rida d pública, do nde los dere chos no e stán bie n a signa dos y los usuarios a ctúan con deja dez o
so bre explota n e l m edio . La solución vue lve a ser la co rre cta definició n de los derechos de pro piedad, en
e ste ca so la privatiza ció n de l espacio público.

P ero estos rem edio s pueden ser insuficientes o ina decua dos si las externa lidades so n dispersas, que es
lo que suce de co n e l calentam iento globa l. Si no po dem os aislar la ca usa e ide ntifica r a l autor, no va m o s
a po der ex igirle que internalice e l coste de sus accio nes. Medir la contribución de cada pe rsona a l cam bio
clim ático es una tarea im po sible en la práctica. Las externalida des está n dispersa s entre m iles de

liberalismo.org/articulo/…/catastrofismo/ 4/9
23/05/2011 liberalismo.org: Aprendiendo a vivir con…
m illones de individuos y no hay m odo de e stablecer un nex o causal e ntre un "agresor" particular y una
"agresió n" concre ta. Es una tare a com ple ja definir un dere cho de propiedad que o torgue a las (futuras)
víctim as de la e xte rna lidad un poder de veto sobre el uso de la energía en los hogare s. Aún m á s difícil es
que la teorización de estos derechos pase el filtro del pode r político y sirva en la práctica el propósito po r
e l que fueron co ncebidos, sin altera cio nes encam ina das a sa tisfa ce r dete rm inado s grupo s de presión.

Algunos teórico s libe rale s co nside ran que la s actividade s contam inantes que solo pro vocan daños cua ndo
se agregan no deben pro hibirse o restringirse lega lm e nte , ya que no e s posible respo nsabilizar a un
individuo por ca usar un daño concreto . Si el ca lentam iento globa l es pro ducto, no de un solo individuo ,
sino de un cole ctivo, el fenóm eno debe considera rse equivalente a un a cto de la natura leza, sin
repe rcusiones le gale s[45].

O tros autore s disputa n e sta postura, arguye ndo que si un co njunto de perso nas pro duce gase s de efecto
invernade ro que am enazan co n causar daño a un individuo o co njunto de individuos, esto s tie nen de recho
a de fenderse. Aun suponiendo que no pueda re sponsabiliza rse al cole ctivo que causa e l da ño, la víctim a
tiene de recho a defenderse, de l m ism o m odo que e l he cho de que un agre sor se e ncuentre ba jo lo s
e fecto s de la hipnosis (y no sea re sponsable de sus accio nes) no im pide a la víctim a ejerce r e l de recho a
la autodefe nsa[46]. Pero tam poco está claro que no pueda respo nsabiliza rse a lo s individuo s que
com po nen el co lectivo y conscientem ente realiza n a cciones que, agregadas, produce n un e fecto ne gativo.
Si un individuo tum ba a otro y se pone encim a no va a m ata rle co n su peso , pero si se sum an m ás
perso nas, el peso de l grupo pue de acaba r a plastando a l prim e ro. Ninguno individua lm e nte ha brá m ata do
a la víctim a , pero todos lo ha n hecho y son re sponsable s de ho m icidio.

Este se gundo enfoque, no o bsta nte , se enfre nta a varia s dificultades. En prim e r lugar ha y que dem ostrar
que el cale nta m ie nto glo bal se está produciendo y seguirá pro duciéndose. C om o hem os visto, no hay
consenso científico respe cto a la se veridad del ca lentam iento (y a lgunos autores disputan su o rige n
a ntropo génico ). La cie ncia de l clim a es una he rra m ie nta que nos a ce rca a la com prensió n de e ste
fenó m e no, pe ro no parece lo bastante precisa co m o pa ra que sea utilizada en un tribuna l de justicia .

En segundo lugar ha y que ide ntifica r a los individuos (o grupo s de individuos) respo nsables, así com o a
la s víctim as. ¿Q uién provoca e l calentam iento global? ¿T odo aquel que pro duce dióx ido de ca rbo no? En
e se caso prácticam ente todos som os culpable s. ¿Solo aquellos que lo producen por encim a de cie rto nive l?
P ero proba blem ente esto s sean los que m ás biene s y se rvicios a portan a la sociedad, que a dem ás
dem anda y fina ncia la producción de esa ofe rta (luego tam bién es responsable por la gene ración de C O 2
que la a co m paña ).

En te rcer luga r, hay una cuestió n previa que se está dando por resuelta : para que haya víctim a s de be
dem ostrarse que lo s efectos del cale nta m ie nto glo bal son inequívocam ente nega tivos. Un sim ple
cale nta m ie nto de l clim a no es una agresión evidente contra la persona , es un cambio de las co ndiciones
a m bientales en las que se encuentra la perso na. El cam bio puede ser ne gativo pa ra uno s pe ro positivo
para otros. ¿C uál es e l bala nce?

VI. A daptación al cambio

La hum a nida d se ha adapta do a clim as m uy diversos a lo largo de su histo ria. Dura nte el período cálido
de la Eda d Me dia (e ntre los año s 800 y 1300) pudo cultivarse vino e n la s islas britá nicas y los vik ingo s
lle garon a colo nizar Groe nlandia. Entre e l siglo XVI y el siglo XIX se produjo la Pequeña Edad de Hie lo. En
Lo ndres se celebraron feria s sobre el T ám esis congela do, y e n 1780 los neoyo rkinos pudie ron cruza r
a nda ndo de Manhattan a Staten Isla nd[47].

Un ca lentam iento globa l de entre dos o tres gra dos y un aum e nto de l nivel del m a r de m enos de un
m etro al final del siglo tendría efe ctos nega tivos y po sitivos. La pre valencia de uno s u otros depe nde de
lo s clim a s locale s, y tam bién de las circunsta ncias y valoracione s subjetivas de los individuos. Pue de tener
e fecto s ne gativos para quie n vive en los tró picos o a pocos pies por encim a del nivel del m ar, y efe ctos
positivo s pa ra quie n vive en Esca ndinavia. Sa lvo e n clim as ya cálido s y secos, el ca lentam iento repo rta ría
bene ficios: m ás productividad agrícola (m enos heladas, épo ca s de cultivo m á s largas, m ás lluvias y
m enos necesida d de a gua), aho rro s energéticos en ca lefa cción (pero m ayor consum o de aire
a co ndicionado ), crecim iento de los bosques, y m ejo res co ndiciones para la sa lud (e l frío m ata a m ás
gente que el calo r)[48].

¿P or qué no po dem os adaptarnos a un cale nta m ie nto m ode rado? Lo s sere s hum a nos ya vivim os,
trabajam os y cultiva m o s co m ida e n clim as m uy diversos, co n diferenciale s de tem pe ratura m ucho m a yore s
que el pronosticado para fina les de siglo. Co nducie ndo unas hora s po dem os despla zarnos a otra región
con do s o tre s grado s m ás de te m pera tura, y a este "ca m bio clim ático" nos adaptam os a justa ndo el
clim atiza dor o quitándonos el je rsey.

Ante el dilem a de ada pta rse a l cam bio o com ba tirlo cabe pregunta rse por qué el clim a pre sente se
considera ó ptim o (¿había sido subó ptim o hasta a hora?) y debe preservarse a un e levado coste (el
inform e Stern estim ó que las política s m edio am bientale s de m itiga ció n tendrían un co ste anual del 1% del
P IB)[49]. ¿Po r qué se presum e autom áticam ente que un cam bio clim ático es perjudicial? ¿No hay ningún
clim a conce bible que se a m ejor? Una posible réplica es que los hum ano s hem os ada pta do nue stra s
a ctividades a las co ndicione s actuales (la s casas donde habitam os, los cultivos e tc.). El planeta no está
o ptim izado para no sotros, nosotros hem os optim iza do nue stra s actividades para e l pla neta. En e ste
contex to de notable s costes hundido s cualquier cam bio, en la dire cción que sea , resulta perjudicial, ya que
e xige un m ayor esfuerzo de adaptación[50].

Si el ca m bio fuera a producirse en el inte rvalo de cinco o die z años, el a rgum ento sería válido y las
consecuencia s po dría n se r graves. Pe ro se trata de un cam bio m ode rado que se m ate rializa rá en el

liberalismo.org/articulo/…/catastrofismo/ 5/9
23/05/2011 liberalismo.org: Aprendiendo a vivir con…
e spacio de un siglo, lo cual pe rm ite una adaptación gra dua l. P or ejem plo , en cien año s es pro bable que la
m ayo ría de las casa s ex istentes se an ree m plazadas por otras. Si la te m pe ratura asciende, se diseñará n
para un clim a un po co m ás caluroso. Si el nivel del m ar sube, se construirán m á s al inte rior. Lo s
a gricultore s quizás cam bien el tipo de cosecha varias ve ce s com o respuesta a la s oscilaciones de la
dem anda. Si la te m pera tura sube, pue den utilizar cultivos ada pta dos a clim a s m ás caluroso s[51].

El hom bre tiene la ca pacidad de adaptarse , y cuanto m ayo r se a e l crecim ie nto económ ico durante el
próx im o siglo , de m ás m edios dispondrá pa ra hacerlo. En e ste sentido, incurrir e n políticas m uy costo sas
e n e l presente para bene ficio de las genera cio nes futura s im plica una redistribució n de pobres (la
so cie dad actual) a ricos (la so cie dad de nuestros nieto s)[52]. Lo que nos co nduce a la cue stión de cuánto
va lora la socieda d a ctual lo s be neficio s y costes futuros.

El info rm e Stern, que augura ba co nsecue ncias catastróficas pro vocada s por el ca lentam iento globa l, se
basaba e n e l supuesto de que la s pe rsonas o torgam os al dinero y al bienestar de nue stro s nie tos y
bisnietos e l m ism o valo r que conce dem os en el prese nte al dine ro y a nuestro pro pio bienesta r[53]. Pero
no hay ningún patrón objetivo que perm ita a firm ar algo a sí, y otros a uto res han criticado que dicha
prem isa no se corresponde con las tasas de inte rés y ahorro de la sociedad a ctual[54]. Si fue ra cie rta
e staríam os a horrando ca si todo lo que ingre sam os e n lugar de de m o stra r una prefere ncia por el consum o
prese nte . P or otro la do, incluso tom ando las e stim acione s de l inform e Stern, en 2100 la re nta pe r cápita
real de los países en desarrollo será m ás alta que la de los paíse s de sarro llado s ho y en día [55]. ¿Es
razonable que tengam os que subvencio nar a las gene raciones ve nide ras, m á s ricas que no sotros?

VII. Conclusiones

No sa bem os lo que nos depa ra el futuro. David Friedm a n, econo m ista y apasio nado de la te cnología,
e specula que e n cien años a lo m ejo r e stam os co necta dos durante hora s a la re alida d virtua l y
consum im o s po ca energía. O pro liferan los via jes interespa cia les de bajo coste y nos espa rcim o s po r la
galax ia. O re ducim os e l im pacto del sol e n la Tie rra y la absorción de calor poniendo e n ó rbita una serie
de e spejo s gigantes. O m e diante inte ligencia artificial o ingeniería ge nética m ultiplicam os nue stro
coe ficiente intele ctual y concebim os soluciones a nte s im pensable s. O gra cias a la na notecnolo gía
intro ducim os células repa rado ras en nue stro cuerpo que no s pe rm iten adapta rno s al m e dio y cura r
cua lquie r tipo de enferm eda d. Ho y sue na a ciencia ficción, com o hace déca das sona ba a ciencia ficción que
pudié ram os cruzar el Atlá ntico vo lando e n sie te horas o po ner un m arcapasos para re gula r e l ritm o
cardíaco. Los cim ientos de va rias de esta s te cnologías se están desa rro llando actualm ente y no es tan
a ventura do pensar que noso tro s o nue stro s hijo s verem os cóm o alguna de e llas se m ate rializa [56].

Hay pro nóstico s m eno s hala güe ños, pe ro tam bié n relativizan la im po rta ncia de l calentam iento global.
La biotecnolo gía pue de llegar a facilita r e l dise ño de plagas que sean letales para la hum anidad o para un
dete rm inado grupo hum ano. La nanote cnología podría hacer posible la creación de m áquinas de tam año
m ole cular ca paces de auto-reproducirse que podrían ser em ple ada s con fines destructivo s. T am bién po dría
lle gar a pro vocar lo que se cono ce com o la "plaga gris": m á quinas e nsam bladora s de dim ensione s
m ole culare s que producirían co pias de sí m ism a s de sco ntroladam ente y aca barían co nsum iendo toda la
m ateria de la biosfera . En cuanto a la inte ligencia artificial, si lle ga a descubrirse y la le y de Moo re sigue
sie ndo aplica ble (la s com puta doras dobla n su capa cidad ca da uno o dos años), en pocas décadas
podríam os se r com o chim pa ncés o ro edo res para la s m áquinas y nuestra sue rte de pendería de que les
gusta ran las m a sco tas. En e ste futuro m ás pesim ista, el ca lentam iento glo bal sería el m e nor de nuestros
problem as[57].

Ante sem eja nte incertidum bre e n m últiples fre nte s, la m ejor estrategia es casi siem pre m antene r la s
o pcione s abiertas. La riqueza y la te cnología so n m ateria s prim a s pa ra solventar desa fíos y proble m a s. Si
sa crificam os cantida des ingentes de riqueza y te cnología para intentar reducir el ca lentam iento globa l,
e starem os e xpuesto s e indefenso s ante cualquier otra a m e naza futura, previsible o im pre visible, aparte
de disfrutar de m eno s bienesta r y opo rtunida des.[58] Eso no sería una inve rsión, sino un despilfarro.

La alternativa m ás razonable en un m undo incierto es a cum ular ca pita l y ele var nue stra productividad,
pues cuanto m ás ricos se am o s m ás fácil no s re sulta rá ada pta rno s a un eventual ca m bio clim ático.
P odrem os perm itirnos tecnolo gías m á s ava nzadas y lim pias, explota r e nergías que antes no e ran
rentable s, construir dique s por una fracción del co ste actua l o sufraga r proyecto s de conse rvación m ás
a m bicio sos. No olvide m o s que el ecologism o y e l cuida do del m e dioa m biente son fe nóm enos propios de
so cie dades rica s. Apenas ha y ecolo gista s en Nigeria o la India, donde tiene n o tra s prioridade s, y no en
va no las á rea s m ás contam inadas del plane ta co rre sponden a paíse s en desa rro llo[59]. Co nfo rm e
a um enta nuestra riqueza disponem os de m ás dine ro para dona r a esa s ca usas o de m ás tiem po de ocio
para contribuir com o voluntario . El bienesta r y la e ducación ta m bién refinan nue stra s prefe rencia s,
a pre cia m o s m ás la na turaleza y no s sensibilizam os ante su de terioro .

El ca m bio clim ático es real y parece e star causa do por el hom bre. Es probable que el cale nta m ie nto sea
m odesto y sus efectos no se an exclusiva m e nte ne gativos. El m ovim iento ecolo gista acoge a m ucha gente
que ha ca m biado el co lor rojo por el verde pero m antiene su pulsió n a nti-ca pita lista. El catastrofism o y las
receta s estatistas propuesta s po r la m ayoría de e stos grupos son sospe cho sas de intereses ideo lógicos e
ignoran aná lisis de coste s y be neficio s con énfasis e n e l dinam ism o de l m e rcado , la incertidum bre futura y
la adaptación. Inte nta r m itiga r e l calentam iento global supondría un coste altísim o para la ge neración
prese nte . La s ge neraciones venidera s, gracias al cre cim iento econó m ico que no hem os sacrificado, será n
m ucho m ás rica s y dispondrán de m ás m edios para adaptarse gradualm ente al ca m bio.

Sugerencias bibliográficas

MIC HAELS, Patrick J.: Cato Handbook for Policymakers. Global Warming and Climate Change. Ca to Institute, 7
e dición.

liberalismo.org/articulo/…/catastrofismo/ 6/9
23/05/2011 liberalismo.org: Aprendiendo a vivir con…
P AC HAUR I, R .K y R EISINGER , A.:IPCC Fourth Assessment Report: Climate Change 2007. Synthesis Report
Summary for Policymakers. IP CC , 2007.

MIC HAELS, Patrick J.: "Is the Sk y R eally Falling? A Re view of Re ce nt Glo bal W arm ing Sca re Sto ries". Policy
Analysis no. 576, 23 de agosto de 2006.

FR IEDMAN, Da vid: Future Imperfect: Technology and Freedom in an Uncertain World.C am bridge University Press,
1ª edición, 21 de julio de 2008.

STER N, Nichola s: "Stern R eview on the e co nom ics of clim a te change". HM Treasury - The National Archives,
Indepe nde nt Re views, 2006.

[1] Agra dezco a Gabriel C alza da y a Francisco Ca pella sus suge rencia s y com entario s. C ua lquie r e rro r
contenido en este artículo corresponde a l autor.

[2]LEE, Je nnifer: “W hen Ho rses Pose d a Public Health Haza rd”. The New York Times, 9 de Junio de 2008. En
http://cityroo m .blogs.nytim es.co m /2008/06/09/whe n-horses-pose d-a-public-hea lth-ha zard/

[3]TARR , Jo el y McSAHNE, C lay: “The C entra lity o f the Ho rse to the Ninetee nth-C entury Am erica n C ity”. en
MO HL, Ra ym o nd (e d.): The Making of Urban America. SR P ublishers, 1997. Extracto en
http://www.envirolitera cy.org/article.php/578.htm l

[4]“The C ity's Sanitary W ork”. The New York Times, 15 de Novie m bre de 1880.

[5]Las tem pe ratura s son registra das por el GISS, e l C RU, el NCDC , e l UAH y el RSS. El IPC C recoge la s
m edidas de ésto s.

[6]MICHAELS, P atrick J.:“C ato Handboo k for Policym ake rs. Glo bal Wa rm ing a nd Clim ate C ha nge ”. C ato
Institute, 7 e dición. En http://www.cato .org/pubs/handboo k/hb111/hb111-45.pdf

[7] P AC HAUR I, R .K y R EISINGER , A.: “IPC C Fourth Assessm ent R eport: C lim ate C hange 2007. Synthesis
R eport Sum m ary fo r P olicym ak ers”. IPCC, 2007. En
http://www.ipcc.ch/publica tions_a nd_data /a r4/syr/en/spm .htm l

[8]Hay o tra s re tro alim enta cio nes positivas pero ésta la principal. Po r o tro lado , Jam es Ha nsen y o tro s
a uto res han sugerido que e l efecto del dióx ido de ca rbo no pue de haber sido contra rre stado por el de lo s
a ero soles (que al refle jar lo s ra yos so lare s enfría n la superficie ), y que el calentam iento de las últim as
década s sería causado por otros gase s de efecto invernadero no producido s po r la actividad hum ana.
Véase al respecto: HANSEN, Ja m e s y o tro s autores: “Glo bal warm ing in the twenty-first ce ntury: An
a lternative scenario ”. Proc Natl Acad Sci,97 (18): 9875–9880, 29 de a gosto de 2000. En
http://www.pnas.o rg/content/97/18/9875.full

[9]PACHAUR I, R .K y R EISINGER , A.: “IP CC Fo urth Assessm ent R epo rt: C lim a te Change 2007. Synthesis
R eport”. IPCC, 2007. En http://www.ipcc.ch/publica tions_and_data/ar4/syr/en/spm s3.htm l

[10]MIC HAELS, Patrick J.: “Ca to Ha ndbook fo r P olicym a kers. Global W arm ing and C lim ate C hange”. Cato
Institute, 7 e dición.

[11]Íbid.

[12]P AC HAUR I, R .K y R EISINGER , A.: “IPC C Fourth Assessm ent R eport: C lim ate C hange 2007. Synthesis
R eport”. IPCC, 2007. Ca be ano tar, no o bsta nte , que uno de los estudios que ratificaba las pre diccio nes del
IPC C re specto a la subida del nivel del m a r ha sido retirado po r contener dos e rro res gra ves. “C lim ate
scientists withdra w jo urnal claim s of rising se a le vels”, The Guardian, 21 de fe bre ro en 2010. En
http://www.guardian.co .uk/environm e nt/2010/fe b/21/sea -le vel-geo scie nce-retract-sidda ll

[13]Íbid.

[14]MIC HAELS, Patrick J.: “Is the Sk y R eally Falling? A Re view of Re cent Global W arm ing Sca re Sto ries”.
Policy Analysis no. 576, 23 de agosto de 2006. En http://www.cato.o rg/pub_displa y.php?pub_id=6622

[15]MIC HAELS, Patrick J:“C ato Handboo k for Policym ake rs. Glo bal Warm ing a nd Clim ate C ha nge ”. Cato
Institute, 7 e dición.

[16]MIC HAELS, Patrick J.: “Is the Sk y R eally Falling? A Re view of Re cent Global W arm ing Sca re Sto ries”.
Policy Analysis no. 576, 23 de agosto de 2006.

[17]“IPC C statem ent on the m elting o f Him alaya n glaciers”. IPCC, 20 e nero de 2010. En
http://www.ipcc.ch/pdf/presentations/him ala ya-statem ent-20january2010.pdf

[18]KNUTSO N, T hom as R . y TULEYA, R obert E.: “Im pact o f C O 2-Induced W arm ing on Sim ula ted Hurrica ne
Intensity and P recipitatio n: Se nsitivity to the C hoice of Clim ate Mo del and Co nvective Pa ram eteriza tion”.
Journal of Climate, Vo l. 17 n. 18, 15 de se ptie m bre de 2004. En
http://www.gfdl.noaa .go v/bibliography/related_files/tk0401.pdf

[19]MIC HAELS, Patrick J.: “Ca to Ha ndbook fo r P olicym a kers. Global W arm ing and C lim ate C hange”. Cato
Institute, 7 e dición.

[20]KNUTSO N, T hom as R ., SIR UT IS, Jose ph J., GAR NER , Ste phe n T ., VECC HI, Gabriel A., HELD, Isa ac M.:
“Sim ula ted re ductio n in Atla ntic hurrica ne fre que ncy under twenty-first-century warm ing conditions”. Nature

liberalismo.org/articulo/…/catastrofismo/ 7/9
23/05/2011 liberalismo.org: Aprendiendo a vivir con…
Geoscience 1, 359 – 364, 2008.

[21]La pe rcepción social de lo s fe nóm enos m eteorológico s ex tre m o s pue de haberse incre m e nta do debido
a la expansió n de lo s sistem as de detecció n y los m edios de com unica ción de m asas. El coste de lo s
daño s m ate riale s ha crecido porque ha y m ás rique za a cum ulada susceptible de ser destruida. Al m ism o
tiem po, los Estados ince ntivan la co nstrucció n de reside ncias e n zo nas de riesgo al asegura r la
com pe nsación en la eventualidad de ca tástrofe natural. Debo esta idea a Fra ncisco C ape lla.

[22]P AR MESAN, C .:“Clim ate and Species’ Ra nge ”. Nature 382, 765-66, 1996.

[23]MIC HAELS, Patrick J.: “Is the Sk y R eally Falling? A Re view of Re cent Global W arm ing Sca re Sto ries”.
Policy Analysis no. 576, 23 de agosto de 2006.

[24]P O UNDS, Alan J. y otros autore s: “W ide spre ad am phibian extinctions fro m epidem ic disea se driven by
globa l wa rm ing”. Nature 439, 161-167, 12 de ene ro de 2006. En
http://www.na ture.com /nature/journa l/v439/n7073/full/nature 04246.htm l

[25]“MICHAELS, P atrick J.: Is the Sk y R eally Falling? A Re view of Re cent Global W arm ing Sca re Sto ries”.
Policy Analysis no. 576, 23 de agosto de 2006.

[26]T HO MAS, Chris D. y otros a uto res: “Extinction R isk from C lim ate Change”. Nature 47, 144-48, 2004. En
http://www.na ture.com /nature/journa l/v427/n6970/full/nature 02121.htm l

[27]“Phil Jone s, 2/2/2005 09:41 AM, East Anglia Co nfirm e d Em ails from the Clim ate R ese arch Unit”. En
http://www.ea stangliae m ails.co m /index.php. Debo la s traducciones a Luis Góm ez, publicada s en el blog
Desde el Exilio. En http://www.desde elex ilio.com /2009/11/24/clim ategate -ii-de -com o-no -usar-da tos-y-
com o-altera rlos/ y http://www.de sdee lexilio .com /2009/11/26/clim a tegate -iii-oculta -y-bo rra -todo -lo -que-
puedas/

[28]“Ke vin T renberth befo re We d, 14 O ct 2009 01:01:24 -0600, East Anglia C onfirm ed Em ails from the
C lim ate R esea rch Unit”.

[29]“Ke ith Briffa, Date: W ed Se p 22 16:19:06 1999, East Anglia Co nfirm ed Em ails from the Clim ate
R ese arch Unit”.

[30]“Fro m : Keith Briffa, Date : Sun Ap r 29 19:53:16 2007, East Anglia C onfirm ed Em ails from the Clim ate
R ese arch Unit”

[31]“Fro m : Date: Sa t, 5 Se p 2009 08:44:19 -0700, Ea st Anglia C onfirm e d Em ails fro m the C lim a te
R ese arch Unit”.

[32]“Fro m : Micha el Mann Date: 27/10/2009, 16:54, Ea st Anglia C onfirm e d Em ails fro m the C lim a te
R ese arch Unit”.

[33]McINTY RE, Steve:“C urry: O n the credibility of clim ate resea rch”. Climate Audit, 22 de novie m bre de
2009. En http://cam irror.wordpre ss.com /2009/11/22/curry-o n-the -cre dibility-of-clim ate -resea rch/ En
R ea lClim ate.o rg, que a grupa a varios de lo s autores de lo s correos, están a portando co nte xto en su
defe nsa. Vé ase “T he CR U hack: C ontex t”, Gavin, RealClimate.org, 23 de novie m bre de 2009. En
http://www.re alclim a te.org/index.php/a rchives/2009/11/the-cru-ha ck -context/

[34]Joa nne No va a rguye que si se cobra un im puesto a to dos los com bustibles fósile s los co nsum ido res
so n quienes paga rán la factura, pue s la dem anda de este tipo de e nergía pare ce ser po co elá stica. NO VA,
Joa nne :"The m oney trail". ABC The Drum Unleashed, 4 de m arzo de 2010. En
http://www.abc.net.au/unleashed/sto ries/s2835581.htm

[35]Véase el seguim iento de Greenpea ce en http://www.gre enpeace.org/usa /cam pa igns/glo bal-wa rm ing-
a nd-energy/e xxo n-secrets

[36]NO VA, Joanne: "The m one y trail". ABC The Drum Unleashed, 4 de m arzo de 2010. En
http://www.abc.net.au/unleashed/sto ries/s2835581.htm

[37]NO VA, Joanne: Climate Money. SPP I O riginal P ape r, 21 de julio de 2009. En
http://scie nceandpublicpolicy.org/im a ges/sto ries/pa pers/o riginals/clim ate_m o ney.pdf

[38]Íbid.

[39]FR IEDMAN, Da vid: “Global W arm ing, Nanote ch, a nd Who to Believe”. Ideas, 18 de fe bre ro de 2007. En
http://daviddfriedm an.blogspot.com /2007/02/global-warm ing-nanote ch-and-who -to.htm l

[40]HANSO N, R obin: “Ye s, T ax Lax Ideas”. Overcoming Bias, 14 de m a rzo de 2009. En


http://www.ove rcom ingbias.com /2009/03/

[41]HANSO N, R obin: “Globa l W arm ing Blo wha rds”. Overcoming Bias, 8 de junio de 2007. En
http://www.ove rcom ingbias.com /2007/06/global-warm ing-.htm l

[42]ANNAN, Ja m e s: “Be tting Sum m a ry”. James’ Empty Blog, 9 de junio de 2005. En
http://julesa ndja m e s.blo gspot.com /2005/06/betting-sum m ary.htm l J. Scott Arm strong retó a Al Gore a
una apuesta en 2007. La predicción de Arm strong fue que la tem pe ratura para la próxim a década se ría la
m ism a que en 2007. Go re no a ce ptó la apuesta , pero en www.theclim ate bet.co m revisa n la s m ediciones
de tem peratura m e s a m es y to m a n una pre dicció n conserva dora de Gore (un aum ento de 0.03 grados
centígrado s cada año) pa ra reproducir ficticiam ente el desarrollo de la apue sta. En los a ños 2008 y 2009,
la predicción de Go re solo se acerca m ás que la de Arm stro ng a la re alidad en cuatro de los 24 m ese s.

liberalismo.org/articulo/…/catastrofismo/ 8/9
23/05/2011 liberalismo.org: Aprendiendo a vivir con…
[43]Debo e sta idea a Gabriel Ca lzada .

[44]W HIT MAN, Glen: “Ho w Not to Bet on Globa l W arm ing”. Agoraphilia, 23 de m arzo de 2007. En
http://ago raphilia.blogspot.co m /2007/03/how-no t-to-be t-on-glo bal-wa rm ing.htm l

[45]R ESIMAN, Geo rge: “Environm entalism in the Light of Menger and Mises”. Quarterly Journal of Austrian
Economics 5, n2, vera no 2002. En http://m ises.org/jo urnals/qjae /pdf/qja e5_2_1.pdf

[46]LO NG, R ode rick: “O n Mak ing Sm all C ontributio ns to Evil”. No publicado, dispo nible en
http://pra xeo logy.net/Sm allC ontributio ns-REVISED.doc

[47]En re alida d e l enfriam iento durante e ste período tuvo consecuencias negativa s seve ras a va rios
niveles, ilustrando que el frío está aso cia do a una m a yor m o rta lidad que el ca lor.

[48]C AP ELLA, Francisco: “Inteligencia y Libe rta d: C am bio Clim ático ”, Francisco Ca pella . En
http://www.intelib.co m /C am bio_clim a tico.htm . Sobre la m ortalida d causada por el frío y e l calor, vé ase los
siguientes tra bajo s: KEAT INGE, W.R. y DO NALDSO N, G.C.: “T he Im pa ct of Glo bal Wa rm ing on He alth and
Mo rta lity”. South Medical Journal, 97 (11), 2004. LYO NS, Ro b: “Kee ping a coo l he ad abo ut hot we ather”.
Spiked, 13 de febrero de 2008. En http://www.spik ed-online.co m /inde x.php?/site /a rticle/4503/; SINGER ,
Fred S. y AVERY , Dennis T: “Health Fe ars Abo ut Glo bal Wa rm ing Are Unfo unde d”.Environment & Climate
News, O ctubre 2007. En
http://www.he artland.org/policybot/results/21989/He alth_Fears_Abo ut_Globa l_Wa rm ing_Are_Unfounded.htm l

[49]STER M, Nicholas: “Ste rn Re view on the econom ics of clim ate cha nge”. HM Treasury - The National
Archives, Indepe nde nt R evie ws, 2006. En http://www.hm -
trea sury.gov.uk/indepe ndent_re views/ste rn_review_econo m ics_clim a te_change/ste rn_review_report.cfm

[50]FR IEDMAN, Da vid: “Doe s C lim a te Ca tastrophe Pass the Giggle Test?”. Ideas, 5 de julio de 2009. En
http://daviddfriedm an.blogspot.com /2009/07/doe s-clim ate -catastrophe-pass-giggle.htm l

[51]Íbid.

[52]LANDSBUR G, Steven E.: “Tax the Knickers O ff Yo ur Grandchildre n”. 7 de m a rzo de 1997,
http://www.slate.com /id/2036

[53]STER N, Nichola s.: “Stern R evie w o n the econo m ics o f clim ate change”. HM Treasury - The National
Archives, Indepe nde nt R evie ws, 2006.

[54]NO RDHAUS, William : “The Stern R eview on the Econom ics of Clim ate C hange”. 3 de m ayo de 2007. En
http://nordha us.e co n.ya le.edu/stern_050307.pdf

[55]T AYLO R , Je rry: “Scientists to W orld: C ut Greenhouse Gase s No w! W orld to Scie ntists: Zip It!”. Cato &
Liberty. En http://www.cato-at-liberty.org/2007/12/06/scientists-to -world-cut-greenhouse-gase s-now-wo rld-
to-scie ntists-zip-it/

[56]FR IEDMAN, Da vid: Future Imperfect: Technology and Freedom in an Uncertain World. C am bridge University
P ress, 1ª e dición, 21 de julio de 2008.

[57]Íbid.

[58]MANZI, Jim : “Keeping O ur Co ol: W hat to Do a bout Global W arm ing”. Cato Unbound, 11 de agosto de
2008. En http://www.ca to-unbound.o rg/2008/08/11/jim -m anzi/ke eping-our-cool-what-to -do-abo ut-glo bal-
warm ing/

[59]“The W orld’s W orst Po llute d P laces”. Blacksm ith Institute, septiem bre de 2007. En
http://www.bla ck sm ithinstitute .org/wwpp2007/finalR epo rt2007.pdf

liberalismo.org/articulo/…/catastrofismo/ 9/9

También podría gustarte