La educación es fundamental para el desarrollo interpersonal, la sociedad y la familia. Los
modelos tradicionales están cambiando por otros modelos que nos exigen adaptarnos a un mundo más globalizado, tecnológico y con mayores exigencias en cuanto a resolución de problemas más complejos. Los modelos de educación tradicionales rompen con la creatividad, la imaginación, imponiendo ideas, resoluciones, hacen a una persona como una ser sin inteligencia sin creatividad, sin un juicio sobre sus ideales. La actualidad de la educación debe centrarse en la ser de la persona, respetar sus ideas, apoyar sus buenas intenciones pero guiarlos a maximizar sus habilidades, que sean capaces de analizar las situaciones y sobresalir lo mejor posible en el tiempo menos posible. Pero para ello hay que formar maestros, docentes que se comprometan y demuestren en sus vidas personales, todas esas enseñanzas y consejos que ayudaran a los alumnos a esmerarse, desarrollarse, completar sus vidas y sueños. Son los docentes del presente capaces de anteponer sus intereses personales con tal de depositar esa semilla en sus mentes, y vidas de los jóvenes estudiantes. Impactar con sus vidas la vida de las demás. Es un trabajo arduo pero es el siguiente paso a la educación del futuro de las generaciones exigirán más de nosotros mismos.