Está en la página 1de 3

DAVID estaba huyendo por su vida, pues Saúl, el poderoso rey de Israel, estaba decidido a

matarlo. Como no tenía qué comer, se detuvo en la ciudad de Nob, donde pidió que le dieran solo
cinco panes (1 Sam. 21:1, 3). Después, él y sus hombres se refugiaron en una cueva (1 Sam.
22:1). ¿Por qué se hallaba David en esta situación?
2
Al ver que David era tan popular y había ganado tantas batallas, a Saúl se lo comía la envidia.
También sabía que por su desobediencia Jehová lo había rechazado como rey y había escogido a
David para que ocupara el trono de Israel (lea 1 Samuel 23:16, 17). Pero, como seguía siendo el
rey de Israel, Saúl tenía un ejército enorme y muchos que lo apoyaban, así que David tuvo que huir
para salvar su vida. ¿De verdad creía Saúl que podía oponerse a lo que Jehová había dicho sobre
David? (Is. 55:11). La Biblia no lo dice, pero podemos estar seguros de una cosa: que él se estaba
colocando en una posición peligrosa. Los que luchan contra Dios siempre salen perdiendo.
3
David era un hombre humilde. Él no escogió ser el rey de Israel; fue Jehová quien lo hizo
(1 Sam. 16:1, 12, 13). Como resultado, Saúl odiaba a muerte a David. Pero David no culpó a
Jehová por los peligros que estaba pasando. Tampoco se quejó por contar con pocos alimentos y
por tener que refugiarse en una cueva. Al contrario, puede ser que mientras estaba escondido en
aquella cueva compusiera la preciosa canción de alabanza que incluye las palabras de nuestro
texto temático: “A los que buscan a Jehová no les faltará nada bueno” (Sal. 34:10).
4
Muchos siervos de Jehová de la actualidad carecen de suficiente alimento o de otras cosas
necesarias para vivir. Esto ha sido así, sobre todo, durante la reciente pandemia. Y la situación irá
empeorando a medida que se acerca la “gran tribulación” (Mat. 24:21). Por todo esto, veamos la
respuesta a cuatro preguntas: ¿en qué sentido no le faltó “nada bueno” a David?, ¿por qué
debemos aprender a estar contentos con lo que tenemos?, ¿por qué podemos estar seguros de
que Jehová nos cuidará? y ¿cómo podemos prepararnos ahora para el futuro?
“NADA ME FALTARÁ”
5
¿A qué se refería David cuando dijo que a los siervos de Jehová no les faltaría “nada bueno”?
Algo que nos ayudará a entenderlo es analizar unas palabras parecidas que hallamos en el
Salmo 23 (lea Salmo 23:1-6). David inicia este salmo diciendo: “Jehová es mi Pastor. Nada me
faltará”. En el resto de este salmo, David menciona las cosas que tienen verdadera importancia:
las abundantes bendiciones espirituales de las que disfruta porque Jehová es su Pastor. Jehová lo
“guía por senderos de justicia” y lo apoya con lealtad en las buenas y en las malas. David reconoce
que su vida en los “prados cubiertos de hierba” de Jehová no estará exenta de problemas. Puede
que a veces se sienta desanimado, como si anduviera “en el valle de profunda oscuridad”, y dice
que tendrá enemigos. Pero, como Jehová es su Pastor, David afirma: “No temeré ningún mal”.
6
Entonces, ¿en qué sentido no le faltó “nada bueno” a David? En sentido espiritual, tenía todo
lo necesario. Su felicidad no dependía de las cosas materiales. Estaba satisfecho con lo que
Jehová le daba. Para David, lo más importante era contar con la bendición y la protección de su
Dios.
7
Las palabras de David nos enseñan que es muy importante tener un punto de vista adecuado
de las cosas materiales. Es cierto que podemos disfrutar los bienes materiales que tengamos, pero
no debemos dejar que ocupen el primer lugar en nuestra vida. Esa es una verdad fundamental que
los cristianos del siglo primero que vivían en Judea llegaron a entender (lea Lucas 21:20-24).
Jesús les había advertido que un día Jerusalén se vería “rodeada de ejércitos acampados”.
Cuando eso sucediera, tendrían que huir a las montañas. Si lo hacían, se salvarían, pero tendrían
que dejar atrás muchas cosas. Hace unos años, La Atalaya dijo: “Abandonaron sus casas y
campos, y ni siquiera recogieron los enseres de sus hogares. Confiados en la protección y apoyo
de Jehová, pusieron Su adoración por encima de todo lo demás que pudiera parecer importante”.
8
¿Qué lección de peso nos enseña lo que les ocurrió a los cristianos de Judea? La Atalaya que
mencionamos en el párrafo anterior dijo: “Es posible que afrontemos pruebas relativas a nuestro
punto de vista sobre los bienes materiales. ¿Tendrán estos una importancia fundamental para
nosotros, o será más importante la salvación que vendrá para todos aquellos que estén del lado de
Dios? Sí, puede que la huida implique ciertas dificultades y privaciones. Tenemos que estar
preparados para hacer lo que sea necesario, como los cristianos del siglo primero que huyeron de
Judea”.
9
¿Nos imaginamos lo difícil que debió ser para aquellos cristianos dejar casi todo lo que tenían
y empezar una nueva vida en otro lugar? Necesitaban fe para confiar en que Jehová les ayudaría a
conseguir lo necesario. Pero, cinco años antes de que los romanos rodearan Jerusalén, el apóstol
Pablo les había dado a los hebreos algunos consejos que les serían de gran ayuda. Dijo: “Que su
modo de vivir esté libre del amor al dinero, y estén contentos con las cosas que tienen. Porque él
ha dicho: ‘Nunca te dejaré y jamás te abandonaré’. Así que podemos decir llenos de confianza:
‘Jehová es mi ayudante. No tendré miedo. ¿Qué puede hacerme el hombre?’” (Heb. 13:5, 6).
¿Cómo les fue a los cristianos que tomaron en serio antes de la invasión romana estos consejos de
Pablo? De seguro que les costó menos adaptarse a una vida más sencilla en su nuevo hogar.
Estaban seguros de que Jehová cubriría sus necesidades básicas. Las palabras de Pablo nos
aseguran que nosotros podemos tener esa misma confianza.
“ESTEMOS CONTENTOS CON ESO”
10
Pablo le dio un consejo parecido a Timoteo, y también nos sirve a nosotros. Escribió: “Así
pues, si tenemos comida y ropa, estemos contentos con eso” (1 Tim. 6:8). ¿Significa esto que
no podemos disfrutar de una comida sabrosa, tener un lugar decente donde vivir o comprar alguna
prenda de ropa de vez en cuando? Pablo no se refería a eso. Lo que quiso decir es que debemos
estar contentos con lo que tengamos en sentido material (Filip. 4:12). Ese era el “secreto” de
Pablo. La posesión más valiosa que tenemos es nuestra amistad con Dios, no las cosas materiales
(Hab. 3:17, 18).
11
Puede que lo que nosotros pensamos que necesitamos no sea lo mismo que piensa Jehová.
Veamos lo que Moisés les dijo a los israelitas después de que hubieron pasado 40 años en el
desierto: “Jehová tu Dios te ha bendecido en todo lo que has hecho. Él está muy al tanto de tu
viaje por este gran desierto. Durante estos 40 años, Jehová tu Dios ha estado contigo y no te ha
faltado nada” (Deut. 2:7). Durante aquellos 40 años, Jehová les dio maná como alimento. Y su
ropa, la misma con la que habían salido de Egipto, jamás se desgastó (Deut. 8:3, 4). Algunos
israelitas quizás pensaban que todo eso era poca cosa, pero Moisés les recordó que tenían todo lo
necesario. Jehová se sentirá feliz si aprendemos a estar contentos con lo que tenemos, es decir, si
valoramos hasta las cosas más pequeñas que nos da, las vemos como una bendición y damos
gracias por ellas.
ESTEMOS SEGUROS DE QUE JEHOVÁ NOS CUIDARÁ
12
David sabía que Jehová es leal y que se preocupa mucho por los que lo aman. Aunque su
vida estaba en peligro cuando compuso el Salmo 34, su fe era tan fuerte que sentía como si el
ángel de Jehová estuviera acampando alrededor de él (Sal. 34:7). Al parecer, David comparó el
ángel de Jehová a un soldado que estaba acampando muy alerta por si aparecía el enemigo.
Aunque David era un poderoso guerrero y Jehová le había prometido que llegaría a ser rey,
no confió en su capacidad de lanzar una piedra o usar la espada para derrotar a sus enemigos
(1 Sam. 16:13; 24:12). Más bien, confió en Dios y en que su ángel rescata a los que le temen.
Claro, nosotros no esperamos que hoy se nos proteja de manera milagrosa. Pero lo que sí
sabemos es que ningún siervo de Dios que confíe en él sufrirá daño permanente.
13
En el futuro cercano, se pondrá a prueba nuestra confianza en la capacidad que Jehová tiene
de protegernos. Cuando nos ataque Gog de Magog, una coalición o grupo de naciones, puede que
pensemos que acabará con nuestras vidas. Entonces, tendremos que estar convencidos de que
Jehová puede librarnos y de que lo hará. Para las naciones seremos como ovejas indefensas que
no tienen a nadie que las proteja (Ezeq. 38:10-12). Pensarán que somos un blanco fácil, porque
no tenemos armas ni entrenamiento para la guerra. No verán lo que nosotros sí veremos con los
ojos de la fe: un ejército de ángeles acampando alrededor del pueblo de Dios listo para
defendernos. ¿Cómo podrían verlo las naciones, si no tienen fe en Jehová? ¡Qué sorpresa se
llevarán cuando los ejércitos celestiales vengan al rescate! (Apoc. 19:11, 14, 15).
PREPARÉMONOS AHORA PARA EL FUTURO
14
¿Qué podemos hacer ahora para prepararnos para el futuro? Primero, debemos tener el
criterio adecuado sobre las cosas materiales y recordar que un día tendremos que irnos y dejar
todo atrás. Además, debemos estar contentos con lo necesario y sentirnos muy felices de ser
amigos de Jehová. Cuanto mejor conozcamos a nuestro Dios, más convencidos estaremos de que
podrá protegernos cuando Gog de Magog nos ataque.
15
Veamos qué más ayudó a David a hacer frente a las pruebas. Dijo: “Prueben y vean que
Jehová es bueno; feliz el hombre que se refugia en él” (Sal. 34:8). Estas palabras nos revelan por
qué David sabía que podía contar con el respaldo de Jehová. A menudo se apoyaba en su Dios, y
este nunca le falló. Cuando era joven, David se enfrentó a un guerrero filisteo gigante llamado
Goliat y le dijo: “Hoy mismo Jehová te entregará en mis manos” (1 Sam. 17:46). Más adelante,
cuando estaba al servicio del rey Saúl, este intentó matarlo varias veces, pero “Jehová estaba con
David” (1 Sam. 18:12). Como había visto la mano de Jehová en el pasado, sabía que ahora
seguiría auxiliándolo. Eso mismo puede ayudarnos a nosotros a prepararnos para las pruebas.
16
Cuanto más busquemos la guía de Jehová ahora, más confianza tendremos en que nos
ayudará en el futuro. Por ejemplo, hay que tener fe y confianza en Jehová para pedirle a nuestro
patrono que nos dé tiempo libre para ir a una asamblea o para pedirle que nos haga cambios en el
horario para poder ir a todas las reuniones y predicar más. Imaginemos que rechaza nuestra
petición y perdemos el trabajo. ¿Tenemos fe en que Jehová nunca nos dejará y jamás nos
abandonará, y en que siempre nos dará las cosas necesarias? (Heb. 13:5). Muchos hermanos que
están en el servicio de tiempo completo pueden contar cómo Jehová los ayudó cuando más lo
necesitaban. Jehová es fiel.
17
Con Jehová de nuestro lado, no debemos sentir temor por lo que pase en el futuro. Si lo
ponemos a él en primer lugar en nuestra vida, nunca nos abandonará. Para recordarnos la
necesidad de prepararnos ahora para los difíciles días que se avecinan y confiar en que Jehová
jamás nos dejará, el Cuerpo Gobernante ha escogido Salmo 34:10 para que sea el texto del año
2022: “A los que buscan a Jehová no les faltará nada bueno”.

¿QUÉ RESPONDERÍA?
◼ ¿En qué sentido no nos falta nada bueno?
◼ ¿Qué “secreto” dejó registrado Pablo para nosotros?
◼ ¿Qué podemos hacer ahora a fin de prepararnos para el futuro?
[Notas]
El texto del año 2022 se encuentra en Salmo 34:10: “A los que buscan a Jehová no les faltará nada
bueno”. Pero muchos siervos fieles de Jehová tienen muy poco en sentido material. Entonces,
¿por qué decimos que a ellos no les falta “nada bueno”? Este artículo nos ayudará a entender el
significado de este versículo y así poder estar preparados para los tiempos difíciles que se
avecinan.

También podría gustarte