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POESÍA
LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA

ÍNDICE

INTRODUCCIÓN: EL MÉTODO DE COMENTARIO DE TEXTOS ..................... 3


1. FASE 0. LECTURA Y COMPRENSIÓN .................................................. 5
2. FASE 1. ETAPA EXTERNA. LOCALIZACIÓN Y CONOCIMIENTOS
PREVIOS .......................................................................................... 6
2.1. SITUACIÓN DEL TEXTO EN SU MARCO Y CARACTERIZACIÓN
GLOBAL .................................................................................... 6
2.2. GÉNERO LITERARIO Y SUBGÉNEROS............................................ 7
3. FASE 2. ETAPA DE ANÁLISIS DEL CONTENIDO .................................... 8
3.1. EL AUTOR EN EL TEXTO: ACTITUD, POSTURA, PUNTO DE VISTA ....... 8
3.2. ARGUMENTO Y TEMA ................................................................. 8
3.3. ESTRUCTURA DEL CONTENIDO ................................................... 9
4. FASE 3. ETAPA DE ANÁLISIS DE LA FORMA....................................... 10
4.1. PLANO FÓNICO-FONOLÓGICO .................................................. 10
4.2. PLANO MORFOSINTÁCTICO ...................................................... 11
4.3. PLANO SEMÁNTICO ................................................................. 13
5. FASE 4. EL TEXTO COMO COMUNICACIÓN LITERARIA EN
SOCIEDAD ...................................................................................... 15
5.1. TEXTO Y FUNCIONES COMUNICATIVAS ....................................... 15
5.2. TEXTO Y SOCIEDAD. PERSPECTIVA SOCIOLINGÜÍSTICA ................ 16
6. FASE 5. CONCLUSIÓN Y CRÍTICA PERSONAL .................................... 17
NOTAS .............................................................................................. 18

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LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA

INTRODUCCIÓN:
EL MÉTODO DE COMENTARIO DE TEXTOS

Si entendemos que en el comportamiento humano la curiosidad constituye


un activo estadio previo para la reflexión podemos acordar, sin temor a equi-
vocarnos, que el análisis y comentario de los textos ha acompañado a la lite-
ratura desde su mismo nacimiento y recepción. Siendo rigurosos, debemos
separar el legítimo reflejo de una voluntad de indagación acrítica y aquel otro
que se sustenta en un aparato metodológico, en instrumentos y técnicas de
una ciencia epistemológica cultural plenamente asentada. Desde esta pers-
pectiva, el comentario de textos se ha convertido en la herramienta impres-
cindible para entrar en el espíritu de un texto a través de la forma material en
que se presenta.

El comentario de textos literarios es un método de análisis e interpretación de


obras literarias o fragmentos con el que se intenta descubrir y precisar el senti-
do del texto y las características de la expresión, y mostrar la estrecha vincula-
ción que existe entre el contenido y la forma de esa expresión, en definitiva, los
rasgos que definen la literariedad.

Como método didáctico ha atravesado diferentes perspectivas, corrientes


críticas y planteamientos teóricos, enriqueciéndose con las nuevas aporta-
ciones científicas de análisis textual. Existen, por lo tanto, muy diversos crite-
rios que guían la elaboración de un comentario, pero siempre se percibe una
línea común en la lucha por corregir las deficiencias de una enseñanza me-
morística centrada en la Historia Literaria a través del contacto directo con
las obras.

En múltiples ocasiones, se ha apuntado la idea de que determinadas corrientes


de crítica literaria ofrecen mayores posibilidades y resultados al aplicarse a un
determinado género y no a otro. En este sentido se ha afirmado, por ejemplo,
que la Estilística es la que más adecuadamente sirve para el análisis de las pe-
culiaridades expresivas de la lírica, mientras para analizar las unidades constitu-
yentes del texto lírico se recomiendan los derivados del Estructuralismo. El texto
narrativo, por su parte, constituye el objeto de estudio de la Narratología, que

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desarrolla para su estudio categorías específicas. En realidad, todas las aporta-


ciones resultan válidas precisamente porque ninguna es excluyente; un texto
literario es un prisma que nos devuelve multiplicados los reflejos de los focos
que tratan de iluminarlo.

En España, los modelos de comentario de textos, que por su rigor científico y


utilidad pedagógica han sido considerados textos básicos, casi fundacionales,
son los propuestos por Lázaro Carreter y G. Correa, Lacau y Rossetti o el de J.
M. Díez Borque. En cualquier caso, hay que apuntar que no existe un método
infalible y único, que niegue validez a todos los otros posibles comentarios, pero
al mismo tiempo sigue resultando posible trazar unas líneas generales de guía
en forma de fases, de escalones de acceso al texto, lo que es no sólo recomen-
dable como base o punto de partida, sino más que necesario. De hecho, las
mismas circunstancias de un examen enmarcado en unas oposiciones para el
Cuerpo de profesorado de Secundaria imponen la necesidad de ofrecer un es-
quema práctico, ordenado y coherente pero, sobre todo, útil, al que recurrir en
el marco académico de una prueba escrita con límite de tiempo.

En cualquier caso, aunque seguimos los pasos de los modelos de comentario


de textos literarios más generalizados y desglosamos cada una de las fases,
debemos ser conscientes de que ninguno de los apartados tiene valor indepen-
diente. Por razones de orden metodológico aparecen separados contenido y
forma (y en ella los planos fonológico, morfosintáctico y semántico), pero debe-
mos ser conscientes de que en literatura el mismo signo verbal es complejo y se
nutre de valores y elementos sensoriales, afectivos e imaginativos que añadir a
los conceptuales o a los de la mera representación. Constantemente se tienden
redes de relaciones internas que superan la compartimentación; sin duda, en un
texto literario todo converge hacia la creación de un sentido a la vez complejo,
lleno de matices, armónico y único.

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1. FASE 0. LECTURA Y COMPRENSIÓN


En la búsqueda de sentido el lector puede penetrar en el texto por diferentes
entradas, ninguna de las cuales debe considerarse la principal; puede utilizar
distintos códigos y, de acuerdo con ellos, hacer surgir voces varias. Desde este
punto, de vista el lector se convierte en auténtico productor de sentido, al dar su
interpretación a la obra. Por un lado, tenemos que saber que las experiencias de
vida de cada intérprete o lector son las dan origen a todo texto literario, pero,
por otro, huiremos siempre del subjetivismo, porque un comentario crítico exige
iluminar el texto no solo con las emociones, sino sobre todo con nuestros cono-
cimientos.

Entender el texto que se nos presenta es fundamental, se puede considerar una


fase previa pero imprescindible, que luego se reflejará en todas y cada una de
las fases posteriores. Una lectura atenta, rigurosa y profunda del texto en su
conjunto y en cada una de sus partes debe ir mucho más allá de la captación
superficial de algunos matices; debe partir de las reacciones emocionales susci-
tadas en el lector para dirigirlas hacia el texto una y otra vez, y orientar la valora-
ción racional de las sensaciones y de las combinaciones estéticas.

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2. FASE 1. ETAPA EXTERNA. LOCALIZACIÓN Y


CONOCIMIENTOS PREVIOS

2.1. SITUACIÓN DEL TEXTO EN SU MARCO Y


CARACTERIZACIÓN GLOBAL

La localización de un texto literario es, en el fondo, proceder a situarlo dentro de


un haz de coordenadas, filiaciones y convenciones que nos ayuden en la labor
de interpretación e iluminen el propio texto. Supone esto precisar la condición
de fragmento, periodo, época, movimiento e incluso fecha a la que pertenece el
texto porque, sin utilizar el texto como pretexto para exhibir conocimientos ac-
cesorios, podemos ser conscientes de que precisamente de esas coordenadas
y de la reacción del autor ante ellas se derivan muchas de las características
que el propio tiempo impone al texto, sus fuentes e influencias, sus rechazos y
sus filias. Igualmente, vamos a aportar el conocimiento sobre la obra del autor y
del significado de la pieza dentro del conjunto de su producción, sus caminos
anteriores y su evolución posterior.

Este punto, sin embargo, resulta, cuanto menos, arriesgado, cuando en el for-
mato de examen no se nos ofrecen referencias más allá del propio texto. En
este caso (muy probable en los modelos de prueba práctica) el camino suele ser
inverso, pues solo una vez superadas todas las etapas del comentario podemos
arriesgarnos a establecer una propuesta válida en forma de hipótesis justificada.
Intentaremos ampliar los márgenes y situar entre dos límites amplios de tiempo
e ir reduciendo las fronteras a partir de los datos que extraigamos del análisis
(métrica, fonética, grafías, morfosintáxis, léxico, contenido, tópicos...) En cual-
quier caso el objetivo no es simplemente asignar un autor y una fecha a un tex-
to, sino desvelar razonadamente las coordenadas culturales y las líneas de ge-
neración del texto.

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2.2. GÉNERO LITERARIO Y SUBGÉNEROS

Un punto fundamental en la fase de localización es, sin duda, el establecimiento


de las características genéricas del texto, precisando, en primer lugar, género y
subgénero, teniendo en cuenta variantes según épocas, movimientos y lugares.

El género literario no es un simple compartimento, cajón o etiqueta, al contrario,


la convención estética de la que una obra participa genéricamente da forma a
su carácter, moldea su esencia. Un género es, a la vez, un modelo estructural,
temático y formal, un imperativo institucional y un marco de referencias y expec-
tativas para el receptor que espera encontrar una determinada forma de expre-
sión (modalidades, prosa, verso y formas concretas), y hasta unos recursos li-
gados a cada género.

En las historias de la literatura el concepto de género y subgénero va a señalar-


nos las series de modelos estilísticos que tienen vigencia en una época y que
desaparecen, cambian o se transforman en otra. Conocer, a través la teoría de
los géneros, origen, características dominantes y evoluciones de los géneros, es
fundamental para interpretar el texto concreto.

Precisamente la peculiaridad estilística individual de un producto literario resalta


más puesta en relación con los elementos de valor general de aquellos otros
productos que comparten su estructura. Los autores son piezas fundamentales
en ese juego entre tradición e innovación que vive siempre la literatura, sumisión
y originalidad, hallazgos y fórmulas, normativas y variantes; por ello, el concepto
de género se convierte en una encrucijada privilegiada para atender a los com-
ponentes estructurales, a la creación individual y al factor social.

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3. FASE 2. ETAPA DE ANÁLISIS DEL CONTENIDO


3.1. EL AUTOR EN EL TEXTO: ACTITUD, POSTURA, PUNTO DE
VISTA

El autor interviene en su texto, selecciona una técnica y una perspectiva, modu-


la su voz, la convierte incluso en una actitud ante la realidad. En general, la
elección de un género suele condicionar una actitud global; el género épico
tiende a la actitud externa narrativo-descriptiva; la lírica se centra en la subjetivi-
dad, una actitud interna intimista, y la dramática busca crear una realidad con-
flictiva con una actitud externa extrañada.

La postura, sin embargo, es un rasgo mucho más individual; se proyecta sobre


el lector a través del tono (pesimista, sombrío, cínico, esperanzado, angustia-
do...), a veces esa postura se carga de matices conscientes y subconscientes
que el autor plasma en su texto como fobias, obsesiones o ideas recurrentes.

3.2. ARGUMENTO Y TEMA

El argumento es una selección intencional de acciones y acontecimientos efec-


tuada por el autor, lo que se suele llamar historia como esquema de acciones
fundamentales sin nexos causales, y que renace en forma de discurso con or-
ganización propia.

El tema es la llave de cualquier argumento que sintetiza la intención del autor y


nos conecta con el sentido del texto; apartadas las ideas marginales y las líneas
secundarias, incluso la forma de expresión, queda la idea central del texto alre-
dedor de la cual se articulan los elementos formando un todo.

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Los temas literarios y la forma en que son tratados nos van a ofrecer, además,
una serie de rasgos a desarrollar, los que podríamos llamar valores de época,
sensibilidades, tendencias ideológicas, intenciones... y que responden muchas
veces a la relación del autor con los topoi literarios, los movimientos y las con-
venciones heredadas.

3.3. ESTRUCTURA DEL CONTENIDO

Estructura es la manera en que están dispuestos y ordenados los componentes


del texto en la finalidad común de la búsqueda de un sentido. En esta fase trata-
remos de desvelar la ordenación orgánica del contenido, descubrir los elemen-
tos que lo integran y las redes de relaciones que se tienden entre sí. Los ele-
mentos constituyentes de un texto literario cumplen una función y están someti-
dos a una interdependencia mutua que, en realidad, va mucho más allá del con-
tenido.

Para aislar el esqueleto estructural del texto debemos determinar los núcleos
estructurales, los subnúcleos, las unidades mínimas y los principios estructuran-
tes o relaciones que dan cuenta de su integración solidaria. Posteriormente,
podremos sacar algunas conclusiones básicas sobre el patrón estructural obte-
nido, atendiendo, sobre todo, a varias dicotomías que definen su carácter y
construcción, y a los modelos de composición estructural predefinidos más fre-
cuentes en un texto:

 Lineal / circular / convergente / divergente / concéntrica.


 Irregular, asimétrico / regular, simétrico.
 Reiterativo / variable.
 Analítica/ sintética / analítica-sintética.
 Paralela / yuxtapuesta / atributiva.
 Interrogación y respuesta.
 Núcleos independientes.
 Adición.

Cabe destacar la riqueza que, en la determinación de la estructura de un texto


literario, pueden aportar los conocimientos concretos de ciertas disciplinas co-
mo la narratología aplicada sobre los textos narrativos, algunos de cuyos pre-
ceptos se aplican también al drama (contando, eso sí, con la especificidad que
le otorga la confluencia de códigos semióticos), mientras que los textos líricos
exigen una perspectiva estructuralista más clásica, apoyada en la sintaxis y en
su integración con los estudios métricos.

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4. FASE 3. ETAPA DE ANÁLISIS DE LA FORMA


El desvío literario es un término utilizado en crítica literaria para designar ciertas
peculiaridades idiomáticas o rasgos de estilo que se apartan de la norma gene-
ral o del uso funcional de la lengua, y que pueden ser característicos del lengua-
je literario. Y es que la lengua literaria presenta, respecto del uso funcional del
idioma, una serie de desviaciones de tipo fónico, morfosintáctico, semántico y
hasta lógico. El concepto de desvío ha sido utilizado como medio de determina-
ción de la especificidad del lenguaje literario, siempre teniendo en cuenta que
revela unos rasgos psicológicos y espirituales de un escritor y una época, por-
que el desvío nunca explica por sí mismo la esencia de una lengua literaria,

En cualquier caso, buscando más allá, los recursos expresivos vienen siempre
exigidos por la propia naturaleza de la literatura, nacen del contenido y lo hacen
crecer. Estamos embarcados en una búsqueda constante de ampliación de los
usos idiomáticos, con un continuo estiramiento del código y tentativas infinitas
de incorporar elementos enriquecedores.

4.1. PLANO FÓNICO-FONOLÓGICO

Se trata de descubrir la expresividad, significado y rendimiento estético de los


recursos del plano fónico, la manera en que sirven al contenido. Siempre desde
la relación global entre significado y plano fónico, analizaremos:

 Las peculiaridades fonéticas del texto.


 Las particularidades grafemáticas, las vacilaciones ortográficas, las
formas arcaicas.
 La expresividad de los fonemas consonánticos y vocálicos, la abun-
dancia en el verso o la prosa de combinaciones oscuras o claras.

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 Las figuras retóricas basadas en el sonido: aliteración, onomatopeya,


similicadencia, paranomasia.
 Las variedades diastráticas y diatópicas, como signo de círculos socia-
les o de localización geográfica.
 Ritmos de estructura, lengua, pensamiento (en la prosa) e intensidad
acentual y esquemas tonales (en el verso).
 Y análisis métrico del texto en verso: la medida y cómputo silábico, su
adscripción al arte mayor o menor, la tipología de versos, el valor de las
pausas y encabalgamientos, la estrofa y los modelos de estrofa tipifi-
cados en composiciones fijas.

4.2. PLANO MORFOSINTÁCTICO

Se trata de interpretar las posibilidades expresivas que ofrece el texto literario


en su nivel morfosintáctico. Es el análisis formal (la forma del significado), de
funciones significativas y su valor expresivo, enfocado sobre la especificidad de
la lengua literaria.

 Categorías gramaticales dominantes, valores nocionales, relacionales y


valor de la acumulación de elementos.
 Sustantivo:
 Clases por su significación, por composición y estructura.
 Categorías de género y número.
 Adjetivo:
 Caracterización semántica.
 Especificación y explicación.
 El epíteto.
 Verbo:
 Forma, tiempo, persona, construcción y perífrasis, significado
recto o figurado.
 Formas verbales no personales.
 Elementos de enlace y nexos:
 Conjunciones.
 Preposiciones.
 Relacionantes.
 Estructura oracional del texto y clases de oración.

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 Figuras retóricas por adición de palabras:


 Amplificatio.
 Expolición.
 Paráfrasis.
 Pleonasmo.
 Sinonimia.
 Epíteto.
 Paradiástole.
 Figuras retóricas por omisión de palabras:
 Elipsis.
 Asíndeton.
 Zeugma.
 Figuras retóricas por repetición de palabras:
 Anáfora.
 Epífora.
 Complexión.
 Epímone.
 Reduplicación.
 Epanadiplosis.
 Derivación.
 Polipote.
 Concatenación.
 Polisíndeton.
 Retruécano.
 Figuras retóricas por analogía, accidentes gramaticales, orden o con-
cordancia:
 Derivación y polipote.
 Palindromía.
 Silepsis.
 Dilogía.
 Calambur.

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 Juego de palabras.
 Hipérbaton.
 Enálage.
 Anacoluto.
 Anástrofa.
 Antiestrofa.

4.3. PLANO SEMÁNTICO

En los estudios literarios, la semántica se concentra en la sustancia del significa-


do, sin necesidad de trazar dicotomías absurdas entre forma y fondo; sabemos
siempre que, a pesar de que el mensaje literario es una construcción verbal, su
significado último se construye algo más allá del código lingüístico de los voca-
blos y reglas que son suficientes para la comprensión de mensajes ordinarios.

 Léxico: frecuencia de palabras, selección, eufemismos, origen y proce-


dencia social, niveles, clichés, elementos afectivos, palabras clave e
ideas recurrentes, palabras testigo, testimoniales de época.
 Relaciones léxico-semánticas de sentido:
 Polisemia. Valores contextuales. Connotación.
 Antonimia y Sinonimia.
 Signos de sugestión.
 Campos semánticos y conceptuales.
 Cambios semánticos y tropos:
 Sinécdoque.
 Metonimia.
 Imagen.
 Metáfora.
 Alegoría.
 Parábola.
 Símbolo.
 Figuras de pensamiento. Figuras retóricas:
 Descriptivas: prosopografía, etopeya, retrato, hipotiposis, topo-
grafía, evidencia, enumeración, expolitio.

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 Patéticas: exclamación, interrogación, comunicación, sujeción, li-


cencia, énfasis, apóstrofe, optación, ostentación, hipérbole, pro-
sopopeya, anticipación, dialogismo.
 Lógicas: sentencia, símil, antítesis, oxímoron, paradiástole, para-
doja, metalepsis, concesión, corrección, dubitación, sustentación,
lítote, gradación.
 Oblicuas: perífrasis, alusión, eufemismo, preterición, catacresis,
ironía, hysterología, conciliatio.

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5. FASE 4. EL TEXTO COMO COMUNICACIÓN


LITERARIA EN SOCIEDAD

5.1. TEXTO Y FUNCIONES COMUNICATIVAS

Esta fase trata de analizar el papel de la obra literaria en el esquema de las fun-
ciones del lenguaje en el marco de los factores que conforman cualquier acto de
comunicación aportadas por K. Büler y R, Jakobson. En el desarrollo de un
acto de comunicación, entran en juego seis factores: un emisor, que envía un
mensaje a un destinatario o receptor, a través de un canal, de acuerdo con un
código y dentro de un contexto de referencia. Las funciones que corresponder-
ían a los seis factores enunciados son las siguientes:

 Función referencial o representativa, centrada en el contexto y define


las relaciones entre mensaje y objeto.
 Función expresiva o emotiva, centrada en el emisor y manifiesta la acti-
tud del hablante.
 Función conativa o apelativa, sirve para llamar la atención del receptor.
 Función fática o de contacto, sirve para establecer, prolongar o inte-
rrumpir la comunicación.
 Función metalingüística: cuando el emisor y el receptor desean consta-
tar que usan el mismo código.
 Función poética: aquella en la que la atención del emisor se centra so-
bre el mensaje por el mensaje.

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5.2. TEXTO Y SOCIEDAD. PERSPECTIVA SOCIOLINGÜÍSTICA

El discurso literario es un producto histórico social que se inserta en un momen-


to de aparición, en un tiempo y espacio determinado. El objetivo de esta última
etapa es establecer la compleja articulación entre los contenidos del texto y los
contenidos de la realidad en la que ese texto se ha creado, la relación entre lite-
ratura y medio social, económico e ideológico, en el que surge, porque la com-
pleja textura de significados que integran nuestro texto reflejan todo un conjunto
social.

La Sociocrítica defiende, por ejemplo, que cada obra literaria presenta una vi-
sión del mundo constituida por un sistema de ideas, valores y sentimientos, que
responden al tipo de relaciones del hombre con el mundo y de los hombres en-
tre sí. El discurso literario se encargaría de actualizar la visión de cada grupo
social. Otra línea de indagación va a estar ligada a la Teoría de la Recepción, es
decir al funcionamiento de la obra en sociedad y a los mecanismos de recep-
ción y consumo.

Nuestro análisis, unido a nuestros conocimientos culturales previos, deberían


permitirnos trazar hipótesis sobre las posibles homologías entre el fragmento y
una visión del mundo. Para ello, tendremos en cuenta aspectos como:

 Sociología externa (empírica)


 Conservación, circulación y condiciones de difusión del texto.
 Público al que está dirigido y relaciones.
 Recepción entre el público contemporáneo y las generaciones si-
guientes.
 Sociología de contenido (dialéctica)
 Origen social y subordinaciones económicas.
 Posición del autor respecto al sistema de valores dominante.
 Posturas conscientes y mediatizaciones subconscientes.
 Homología entre la visión del mundo en el texto y la visión de un
grupo social determinado.

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6. FASE 5. CONCLUSIÓN Y CRÍTICA PERSONAL


En la conclusión, nuestro objetivo se centra en establecer un balance de los
resultados obtenidos, una integración de las conclusiones parciales sobre las
etapas y su servicio al global, que construyan una base objetiva y autorizada
para aportar nuestra reflexión y juicio personal. Un juicio que no desdeña los
matices no intelectuales, es decir las reacciones emotivas que nos suscita el
texto, y que abren un amplio margen de libertad para el crítico. Resulta imposi-
ble dirigir esta última fase de un comentario de texto, aunque quizá podamos
buscar inspiración en las palabras de Dámaso Alonso sobre la labor del crítico:
“la lectura del crítico suscita profundas y nítidas intuiciones totalizadoras de la
obra y ha de ser capaz de comunicar imágenes de tales impresiones valoradas
a través de sus conocimientos”.

Un empeño difícil pero que, sin duda, merece la pena.

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