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Lenguas celtas
Filiación genética
Lenguas indoeuropeas
¿Italo-celta?
Lenguas celtas
Celts in Europe-fr.svg
Las seis naciones celtas que conservaban un número significativo de hablantes de lengua celta
(al inicio de la Edad moderna)
Véase también
Lenguas celtas o célticas es el nombre por el que se conoce a un grupo de idiomas pertenecientes
a la familia indoeuropea, entre los que se incluyen:
el bretón, en Francia
el córnico, en Reino Unido
y todas aquellas lenguas muertas de esta familia que en un tiempo hablaron los pueblos celtas en
Europa Central y en las penínsulas ibérica y de Anatolia.
Índice
2.1 Orígenes
2.4 Declive
2.5 Literatura
3.2.1 Céltico P
3.2.2 Céltico Q
4 Características lingüísticas
5 Referencias
5.1 Bibliografía
manés 0 1 800
córnico 0 557
Orígenes
Las lenguas celtas derivan de un conjunto de dialectos del protoindoeuropeo que históricamente
ocupan una posición intermedia dentro de la familia indoeuropea, pues hicieron su aparición
después de las lenguas anatolias (2000 a. C.), el griego (1400 a. C.), las lenguas índicas (1000 a. C.),
las lenguas iranias (700 a. C.) y las lenguas itálicas (600 a. C.), pero antes de las lenguas germanas
(siglo I d. C.), las lenguas eslavas (siglo IV), el armenio (siglo V), el tocario (siglo VII), las lenguas
bálticas (siglo XV) y el idioma albanés (siglo XVI).
Sus hablantes eran los pueblos celtas, una serie de tribus y clanes de la Europa Central y
Occidental que compartían unas características culturales similares: creencias religiosas,
estructura social, estilos artísticos, sistemas de producción, y sobre todo una lengua común, o más
bien una serie de dialectos inteligibles entre sí. Utilizaron diversos nombres para denominarse a sí
mismos:
keltikoi 'los elevados' o 'los luchadores': (Célticos de la Beturia). Fue el nombre adoptado por los
geógrafos griegos en la primera mitad del I milenio a. C. para referirse a estos pueblos (keltoi),
término que resultó después latinizado como celtae, para dar origen al actual celtas. El nombre se
construye sobre la raíz PIE *kel-t- 'elevarse, alzarse': lituano kélti 'alzarse',2 o bien sobre la raíz
*kel-t 'golpear': antiguo sajón hild 'luchar, golpear'3
galloi 'gallardos, valientes' (Gálatae o Gálatai, gálatas de la provincia romana del centro de la
actual Turquía llamada Galatia). Fue el nombre adoptado por los romanos para referirse a los
pueblos galos de la Gallia, región que comprendía básicamente Francia y Bélgica). Galloi se forma
desde la raíz PIE *gelH- en su grado-cero *glH-n > gall-, mientras que gálatai procede de un grado
pleno *gelH-tai > gélatai > gálatai.4 Gaelige (celtas de Irlanda).
wedeloi 'salvajes, del bosque, cazadores'. Nombre utilizado por los galeses para referirse a los
irlandeses (goidelos < galés gwyddel iirlandés'). Desde la raíz PIE *weid- 'bosque', a través del
céltico *wēdu 'selvático, salvaje' > *wēdelo.5
Aunque se encuentran esparcidas diversas alusiones a los celtas en Hecateo de Mileto, Heródoto y
Aristóteles, la primera referencia a este pueblo se halla en la Ora Maritima de Avieno, procónsul
en África en el 336 d. C., quien se basó en un original griego del siglo VI a. C. Los romanos los
llamaban galli (pronunciado gal-li).
Existen varias hipótesis respecto a la aparición de las lenguas celtas, de las cuales varias son
mutuamente excluyentes. Estas hipótesis han afectado a la clasificación filogenética de las lenguas
celtas: algunos autores clasifican las lenguas célticas insulares como una unidad frente a las
lenguas célticas continentales. Otra clasificación propugna la existencia de una relación galo-
britónica de un origen más arcaico, frente al goidélico, el idioma celtíbero y el idioma lepóntico.
El término celta (keltoi) es de origen griego; estos pudieron haberlo tomado prestado de íberos o
ligures. Los celtas probablemente se llamaban a sí mismos *gal-,[cita requerida] o sea: galos
(derivados: gálata).
No parece posible discernir etnias propiamente celtas entre los primeros grupos de indoeuropeos
que penetraron en la Europa central. Sólo hasta el siglo V a. C., con el surgimiento de la cultura de
La Tène es razonablemente seguro identificar a los portadores de esa cultura como hablantes de
lenguas celtas. Los primeros pobladores indoeuropeos podrían haber sido los portadores de la
cultura de los campos de urnas, que se expandieron rápida y extensamente por Europa hacia el
siglo XIII a. C. Los miembros de esta cultura se expandieron descendiendo por la margen derecha
del Ródano, ocupando Languedoc, Cataluña y el bajo valle del Ebro. Otra línea de expansión les
llevó a Bélgica y el sureste británico. A partir del siglo VIII a. C., otros pueblos presuntamente
indoeuropeos (tal vez pre-celtas y pre-ilirios) fueron los portadores de la cultura de Hallstatt
(Hierro-I), extendiéndose en esta fase por el interior de la península ibérica (s. VII). En el siglo VI a.
C., los pueblos presuntamente indoeuropeos fueron desplazados del noreste ibérico a manos de
los íberos, quedando así los celtas de Iberia ( Vasco) aislados del resto de pueblos celtas
continentales por los íberos al este y los aquitanos al oeste de los Pirineos.
Desde el siglo IV a. C., los celtas continentales inauguran la cultura de La Tène, específicamente
celta (Hierro II). En esta fase, los celtas acabaron de ocupar el norte y centro de Francia (la Galia),
así como la mayor parte de las islas británicas. También se extendieron por los Balcanes,
alcanzando incluso una comarca de Asia Menor, que será conocida como Galatia. En esta época se
construyen importantes villas fortificadas llamadas oppidum (en plural, oppida), que funcionan
como centros comerciales y políticos. Es también en este período cuando el druidismo,
descendiente de los antiguos cultos megalíticos de Gran Bretaña e Irlanda,[cita requerida] se
introduce entre los celtas de las islas, pasando posteriormente al continente.
Los pueblos celtas se expandieron entre los siglos VIII y V a. C. desde su núcleo original
centroeuropeo hacia otras regiones, ocupando el norte y centro de Francia (la Galia), el valle del
Po en el norte de Italia, la península ibérica, así como la mayor parte de las islas británicas.
También se extendieron por los Balcanes, alcanzando incluso una comarca de Asia Menor, que
será conocida como Galatia.
En todas estas migraciones su lengua les acompañó allá donde fueran; en el siglo I a. C. se
extendían por gran parte de Europa, desde la actual Turquía (Galacia) hasta Portugal. Sin embargo,
las lenguas célticas encontraron refugio a la romanización en el extremo noroccidental de Europa,
en las islas británicas. A partir del siglo II a. C., los celtas acusan la creciente presión militar de los
germanos por el norte y, algo después, la de los romanos por el sur. En pocas décadas «toda la
Galia está ocupada», excepto Irlanda. De todas formas, la presencia romana en Gran Bretaña fue
también de escasa duración, lo que permitió a las lenguas celtas de esta isla (galés) sobrevivir y,
más tarde, regresar al continente (Bretaña francesa). Todavía en el siglo VII, los celtas llevaron a
cabo su quizá última expansión: los escotos irlandeses invadieron Caledonia y le cambiaron el
nombre por el de Escocia.
Declive
Las lenguas celtas mantuvieron mayor vigor en las islas británicas. Allí las lenguas nativas gaélicas y
britónicas mantuvieron su hegemonía hasta la Edad Media, siendo la lengua predominante en el
Reino de Escocia y en los condados y reinos irlandeses y galeses. Su declive en Gran Bretaña
comenzó con las invasiones anglosajonas, quedando reducida su presencia tras la Muralla de Offa
a Gales y al Reino de Escocia. Unos siglos más tarde, también empezaron a perder peso y
presencia las lenguas célticas en estas regiones y en Irlanda debido principalmente la pérdida de
independencia política y cultural, así como por el aislamiento económico, en detrimento del
entonces pujante Reino de Inglaterra en el siglo XVI, si bien este proceso se dio de manera lenta y
constante desde siglos atrás. La lengua hablada en la isla de Man se vería muy influenciada por
aportes nórdicos, fruto de las sucesivas invasiones vikingas.
El origen del bretón, si bien se podría pensar fácilmente debido a su situación geográfica que es un
reducto de la lengua gala hablada en época prerromana en la actual Francia, se remonta a
migraciones de británicos (principalmente de las zonas de Cornualles y Gales) en el siglo V d. C.
que huían de las invasiones anglosajonas a Gran Bretaña, estableciéndose tras cruzar el canal de la
Mancha en la costa de Armórica, la actual Bretaña. Algunos de estos britanos llegaron incluso a la
península ibérica, concretamente al norte de la Gallaecia, región histórica que incluía la Galicia
actual y buena parte de Asturias y el norte de Portugal, donde fundaron el obispado de Britonia, al
frente del cual estaría el célebre obispo Mailoc, mencionado en los concilios galaicos de Lugo y de
Braga en el siglo VI de nuestra era.
Pese a su lento declive, hoy día aún sobrevivien cuatro lenguas de la rama céltica, limitadas a
pequeñas regiones de Europa: el irlandés o gaélico irlandés en Irlanda, el gaélico escocés en
Escocia (nombre que lleva a la confusión con el también llamado escocés, idioma germánico), el
galés en Gales y el bretón en Bretaña. Asimismo, hasta el siglo XVIII en Cornualles se hablaba el
idioma córnico, de gran semejanza con el bretón y el galés. Hasta principios del siglo XX en la isla
de Man se hablaba el idioma manés. También, fruto de la emigración, hay pequeñas colonias de
hablantes de lengua celta en la Patagonia argentina y en algunas partes de Canadá.
Sin embargo, en mayor o en menor medida pero en la mayoría de los casos muy reducido,
generalmente las lenguas posteriormente habladas en regiones de lengua celta mantienen un
sustrato céltico en su vocabulario, como pueden ser el español, el francés, el portugués, el gallego,
el asturiano, el inglés o el alemán.
Literatura
Los textos de las lenguas célticas continentales no son abundantes y la mayoría son pequeñas
inscripciones, monedas, glosas y nombres. Los textos conservados más antiguos (siglo III a. C. al
siglo I d. C.,) están escritos en galo y en celtíbero. El texto más extenso escrito en galo es el
Calendario de Coligny (del siglo II d. C.), que contiene 60 palabras escritas en caracteres latinos.
Los textos más extensos en celtibérico son los cuatro bronces de Botorrita. En concreto, el bronce
III, en escritura celtibérica, es el texto más largo conservado en cualquier lengua celta antigua.6
Además, se han encontrado numerosas inscripciones en piedra o en bronce, tanto en escritura
celtibérica como latina, cuya datación abarca desde el siglo III a. C. hasta el siglo I d. C.. En el norte
de Italia han sido encontradas inscripciones anteriores al siglo I en lepóntico, usando una variante
del alfabeto etrusco.
Datada a partir del siglo II,7 las lenguas célticas insulares disponen de una extensa y variada
literatura, siendo de las más antiguas de Europa. Escrita originalmente en monumentos pétreos en
escritura ogham en Gales y, principalmente, en Irlanda desde el siglo IV hasta el VI d. C.,
posteriormente se redactaron manuscritos en irlandés durante la Edad Media, como el Ciclo de
Ulster o los Anales de los cuatro maestros.
Ya en el siglo XX, se destacan dos escritores en irlandés, Michael Hartnett y el premio Nobel
Seamus Heaney. También existe desde la Edad Media literatura en bretón, escocés y en galés, en
algunos casos manteniéndose viva hasta hoy en día.
Las lenguas celtas pertenecen a la rama occidental de la familia indoeuropea, y dentro de ésta al
grupo de las lenguas centum. Las celtas pueden estar estrachamente emparentadas con las
lenguas itálicas según un cierto número de cognados únicos y algunas similitudes morfológicas.
Dicha familia más amplia se ha denominado italo-celta. El estudio de las lenguas celtas antiguas se
ha basado ocasionalmente en conjeturas debido a la falta de fuentes primarias. La clasificación
interna de las lenguas célticas se puede hacer desde dos puntos de vista: geográfico y lingüístico.
Clasificación geográfica
Lenguas hispano-célticas
Lenguas galo-célticas
El gálata, de gran similitud con el galo según San Jerónimo, en Galatia en Anatolia (actual Turquía).
El lepóntico, en la antigua Galia Cisalpina (en la actualidad, considerado muchas veces como un
dialecto del galo).
El nórico, hablado por la tribu nórica en tierras de las actuales Austria y Baviera e igualmente
cercano al galo.
Lenguas britónicas
El bretón, de gran similitud con el córnico y el galés, llevado a Bretaña por emigrantes de esas
regiones.
Lenguas goidélicas
Clasificación lingüística
La división de las lenguas célticas por un criterio lingüístico las separa en dos grupos:8 lenguas
célticas P, o grupo-P, y lenguas célticas Q, o grupo-Q. La diferencia entre unas y otras radica en
cómo evolucionó el sonido *kw, que se transformó en *p en algunos y en *k en otros.
Diversos estudios afirman que las lenguas celtas Q derivarían de las primeras oleadas culturales de
la cultura de Hallstatt celta de entre los siglos VIII y VI a. C., que se extendieron por el centro y
noroeste de Europa hasta la península ibérica. El supuesto idioma común de estos pueblos, que
luego se bifurcaría, conservaba muchos de los rasgos del indoeuropeo original, entre ellos la ya
mencionada conservación del sonido *kw. Incluso, se habla de un subgrupo italo-céltico para
referirse a estas lenguas, por su supuesta similitud con las lenguas itálicas.
Asimismo, las lenguas celtas P provendrían de una segunda oleada cultural celta igualmente
proveniente de Centroeuropa, pero con unos patrones culturales diferentes marcados por la
cultura de La Tène, y que ocuparon Europa Central y occidental desde la isla de Gran Bretaña, a
través del norte de Italia, hasta del valle del Danubio y el norte de Anatolia (Turquía). El principal
rasgo de estas lenguas, como se dijo ya, consiste en la sustitución del sonido *kw por el sonido *p.
Esta teoría se apoya, además de las teorías lingüísticas, en el hecho geográfico de que los pueblos
que conservaron las lenguas celtas-Q se encuentran en los extremos occidentales de Europa,
Irlanda, Escocia y la península ibérica, como si estos hubiesen sido desplazados hacia el oeste por
otras migraciones, mientras que las celtas-P ocupan el centro de Europa y del área de la cultura
celta.
Céltico P
En las lenguas pertenecientes a este primer grupo el sonido labiovelar indoeuropeo /*kw/ se
reduce a /p/. A este grupo pertenecerían las lenguas británicas, el lepóntico, el gálata y la mayor
parte del galo.
Céltico Q
En cambio, en las lenguas de este segundo grupo, el sonido /*kw/ indoeuropeo se mantuvo
durante la época antigua, deslabializándose en /k/ más tardíamente. Dentro de este grupo
quedarían englobadas las lenguas goidélicas (irlandés, gaélico escocés y manés) y el celtíbero.
Por ejemplo, la raíz verbal protocelta *kwrin- (‘comprar’) es pryn- en galés pero cren- en irlandés.
Consecuentemente, en este esquema, goidélico es celta-Q y el britónico y galo celta-P.
En un principio se consideró que las únicas lenguas celtas-Q eran las de la rama goidélica, mientras
que las de la rama británica, junto con el galo, constituirían el grupo de lenguas celtas-P. Un
ejemplo de esta hipótesis es el de la raíz verbal protocelta *kwrin- («comprar»), que es pryn- en
galés pero cren- en irlandés.
El descubrimiento de que el celtíbero retenía el sonido *kw llevó a que este fuese considerado
como parte del grupo celta-Q. Sin embargo, al no ser este un lenguaje insular no se le podía
considerar goidélico, hecho que llevó a algunos autores a considerar la división celta-P/celta-Q
como superficial y explicable en término de contactos externos, y, aunque hay argumentos válidos
y convincentes en favor de ambas hipótesis, la hipótesis del sistema insular-continental ha ganado
mayor aceptación.9
A favor de la división geográfica10 se pueden apuntar algunas innovaciones compartidas entre los
componentes del grupo continental, tales como preposiciones infleccionadas, el orden de las
palabras en una frase, y la nasalización de [m] a [β], fenómeno extremadamente raro.
No hay sugerencia de que haya habido un ancestro común entre ellos y el Proto Céltico: más bien
se considera que la rama celtíbera fue la primera en separarse y que desde ella se habrían
originado el galo y el celta insular. Sin embargo, hay diferencias adicionales entre los dos
subgrupos que hacen conveniente su retención por lo menos de manera provisional. Por ejemplo,
en el grupo goidélico los sonidos *an, am se han transformado en una é vocal desnalizada y con
enlargamiento antes de un fricativo. Por ejemplo, el antiguo irlandés éc («muerte»), écath
(«anzuelo»), dét («diente»), cét («cien») comparado con el galés angau, angad, dant y cant.
No obstante, el debate no está cerrado, pues los proponentes de cada bando disputan la certitud y
utilidad de uno y otro esquema. En términos modernos, y dado que el celta continental no tiene
descendientes hablados, celta-Q se utiliza como equivalente de goidélico y celta-P de britónico.
Características lingüísticas
Uno de los rasgos característicos respecto de otras ramas indoeuropeas de las lenguas célticas es
la pérdida del fonema /p/; esto es, por ejemplo, que palabras con /p/ en posición inicial o media
en latín, griego o sánscrito, pasan a prescindir de ella en las lenguas celtas. Así, porcus, en latín
«cerdo», «puerco», en gaélico es orc; plenus, en latín «lleno», en galés es llawn y en bretón leun;
platys, en griego «ancho», en galés es lydan y en bretón ledan.
La pronunciación de estas lenguas tiende a ser muy complicada, pues la escritura no suele
coincidir con la pronunciación y las consonantes al inicio de las palabras varían según el último
fonema de la palabra precedente. De este modo, fuil, es en irlandés «sangre», y ar bhfuil es
«nuestra sangre». En galés tad es «padre», en tanto fy nhad es «mi padre», y ei thad y y dad son
«su padre (de él)» y «su padre (de ella)» respectivamente. El mecanismo de las mutaciones, que
en cierto número de casos modifican, en posición inicial, siete de las consonantes del alfabeto, en
estas lenguas como se ha explicado parece no haber entrado en uso hasta después del siglo V.
El vocalismo de las lenguas célticas conserva las vocales cortas indoeuropeas /-i/, /e/, /a/, /o/, /u-/
y las vocales largas /-i:/, /a:/, /u:-/. Sin embargo, la /e:/ del indoeuropeo se transforma en /i:/; así,
verus, en latín «verdad», es en galés y bretón gwir; el latín rex «rey», era rix en galo. Además, la
/o:/ del indoeuropeo pasa a /a:/; Latín cōrnu, «cuerno celta», cārnos.
También permanecen las semivocales /w/ y /j/ en el céltico común, conservándose en el galés.
También desarrolló las sonoras /l/ y /r/ en /li/ y /ri/, y el cambio de la labiovelar /gw/ en /b/. La
/m/ al final de palabra se tiende a convertir en /n/ excepto en el galo, lepóntico y celtibérico. Al
igual que en otras lenguas indoeuropeas la /s/ tuvo un alófono en /z/.
Las lenguas célticas tenían en principio los tres casos de género del indoeuropeo, masculino,
femenino y neutro, pero el género neutro se pierde a partir del irlandés medio, manteniéndose
mínimamente en las lenguas britónicas. Los números son tres: singular, plural y dual.
Al igual que las demás lenguas indoeuropeas, las célticas forman los nombres a partir de los
verbos, en vez de a partir de los participios presentes (como hace el inglés). Otra propiedad de
éstas es que las oraciones siempre tienen verbo y que la acción se expresa por medio de la pasiva
impersonal.
El orden de los elementos de la oración varía de una lengua a otra: en las insulares suele ser
verbo-sujeto-predicado, si bien en el irlandés antiguo y en el córnico sollía ser sujeto-verbo-
predicado; sin embargo en las continentales el orden solía ser sujeto-verbo-predicado. Por
ejemplo, en galés Collodd Sion ddwy bunt significaría literalmente «perdió Sion dos libras», y coch
mawr «autobús rojo grande» («un gran autobús rojo»), anteponiendo el nombre a los adjetivos.
Comparación léxica
La siguiente tabla muestra los numerales del uno al diez en los grupos celtas más conocidos: Q-
celta insular (goidélico), P-celta insular (britónico) y celta continental.
latino Español
PROTO-
GOIDÉLICO Irlandés
*d(w)āu (m.)
*treis / *trī *trī trī tiris *trī tri trei trēs 'tres'
*kʷetwar-
Referencias
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MATASOVIĆ, Ranko 2009 ‘Etymological Dictionary of Proto-Celtic’ (pg. 149). Leiden. Brill
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McCone, 1996.
Bibliografía
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Schrijver, Peter: Studies in British Celtic historical phonology. Ámsterdam: Rodopi, 1995. ISBN 90-
5183-820-4
[ocultar]vte
Lenguas celtas
Continental
CeltíberoGalaicoGálataGaloLepónticoNórico
Insular
Britónico
BretónCórnicoCúmbricoGalésPicto
Goidélico
Gaélico escocésIrlandésManés
Las lenguas extintas se encuentran en cursiva. • Las lenguas con más de 5 millones de hablantes
están en negrita. • Entre paréntesis, las variedades dialectales.
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