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PNEUMATOLOGÍA

Unidad 1.2.b.: El Espíritu Santo en el Nuevo Testamento: 1. El Espíritu en la obra


paulina. 2. En los Sinópticos y 3. en Hch. 4. Evangelio de Juan: el Espíritu de la
Verdad. 1

Introducción
Nos espera poder descubrir al Espíritu Santo en el Nuevo Testamento. El orden
en el que los libros son presentados en el programa se debe a la antigüedad en la que
fueron escritos, es decir, analizaremos cada uno desde el más antiguo al más nuevo.
Sin embargo podríamos ordenarlos también de acuerdo al desarrollo teológico
que encontramos en ellos acerca del Espíritu Santo, es decir, de acuerdo a la
profundidad y amplitud, expansión con que los autores se ocuparon del Espíritu Santo.
Así veríamos primero las cartas de Pablo y el evangelio de Juan ya que encontramos
una teología pneumatológicamente desarrollada, en donde el interés está puesto en
recordar a las comunidades la nueva creación y el nuevo nacimiento otorgados en el
Espíritu Santo. Y luego veríamos los Evangelios Sinópticos y el Libro de los Hechos
donde se busca mostrar a un Jesús que es portador del Espíritu Santo y actúa desde Él.
Volviendo al orden que proponíamos al principio, por antigüedad de los libros,
desarrollamos:

1. El Espíritu Santo en la obra paulina

Lo fundamental del Espíritu en Pablo se puede resumir diciendo que su


experiencia de Jesús es que desde la resurrección ha sido constituido “Hijo de Dios con
poder” según el “Espíritu de santidad”. En su existencia neumática Jesús crucificado y
resucitado hace posible una vida nueva, esa vida nueva es a la que Pablo llama “vida en
Cristo” que es igual a decir “vida en el Espíritu” (para ver esto: Gal 2,17, 1 Cor 6, 11)
que ya no está bajo las condiciones de la carne y de la ley, por ella reducida a la
impotencia, sino que obedece a la ley del espíritu y de la vida en Cristo Jesús (Rm 8,2).
Entonces en primer término el Espíritu remite hacia Cristo, nos relaciona con el
resucitado que por el Espíritu lo reconocemos como Señor "Nadie puede decir ¡Jesús es
el Señor! si no lo hace desde el Espíritu Santo" (1 Cor 12,3). Y en segundo término
Jesús crucificado y resucitado actúa en el Espíritu sobre los suyos y así, por Cristo en el
Espíritu, experimentan (experimentamos) la presencia viva de Dios.
Dicho en otras palabras, en las cartas a las comunidades, el Apóstol persigue un
doble objetivo:
- Recuerda a los fieles que es por el Espíritu de Cristo por quién han
llegado la fe.
- y exhorta a una vida nueva, la cual corresponde a ese Espíritu.

Quien ha obtenido en el bautismo la vida nueva del Espíritu Santo, es decir, la


libertad de los Hijos de Dios ha de estar atento a no morir de nuevo, a no esclavizarse a
poderes que lleven a la muerte. Así presenta la alternativa de una vida según la carne o
carnal y una vida según el Espíritu o espiritual. En resumidas cuentas para Pablo una

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Para hacer este apunte tome fundamentalmente a RIVAS, Luis Heriberto, El Espíritu Santo en las
Sagradas Escrituras, Buenos Aires, Paulinas, 1998, y a HILBERATH, Bernd Jochen "Pneumatología", en:
SCHNEIDER, Theodor (dir.), Manual de Teología Dogmática, Barcelona, Herder, 1996, Trad de:
Handbuch der Dogmatik, Dûsseldorf, Patmos Verlag, 1992, 543-546.

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existencia en el Espíritu significa que “ya no soy yo quien vive, sino que Cristo vive en
mí” (Gal 2,20) En este contexto, renunciar a la carne, a la sarx, significa: renunciar a la
fijación egoísta en uno mismo (1 Cor 6,19; Rm 14, 7)
Algo más que podemos agregar es que explícitamente el Espíritu es un don y se
recibe; y se reconoce en frutos: amor, alegría, paz, comprensión, benignidad, bondad,
fidelidad, mansedumbre, templanza… Gal 5, 19-26.
El Espíritu es esa vida nueva que da a los hombres: apertura, capacidad
relacional nueva (amor!!!) y los congrega a una nueva comunión: los convierte en
miembros del Cuerpo de Cristo cuya vida y unidad son obra del Espíritu.
Al llegar hasta aquí, podemos señalar la acción del Espíritu en el Cuerpo de
Cristo:
- Dentro de la comunidad a cada uno le corresponde su don de gracia, su
carisma, cuya plenitud otorga el mismo y único Espíritu (1 Cor 12, 14; Rm 12)
- Los dones, o lo que es lo mismo “servicios”, otorgados por el Espíritu son para
el servicio de la comunidad. Así, a aquellos miembros de la comunidad que centran su
interés exclusivamente en experiencias y manifestaciones extraordinarias, Pablo
responde en 1 Cor 12, 4ss.
Servicios son: apóstoles, profetas, maestros, los que presiden, los que dirigen,
los que se esfuerzan -se afanan- en el servicio, consolar, exhortar, conocimiento,
sabiduría…

2. El Espíritu Santo en los sinópticos:

Para los evangelistas el interés pneumatológico apunta al ministerio y destino de


Jesús. Mostrarán que Jesús es el portador del Espíritu por antonomasia.
Marcos y Mateo: tienen esta convicción de que Jesús es el portador del Espíritu
Santo como ningún otro lo han tenido. Entienden que Jesús es el Siervo de Yahvé,
aquella figura anunciada en el Antiguo Testamento por quién vendría la salvación. Se
evocan textos como Is 42,1 y el Salmo 2,7.
Mateo va más allá que Marcos, porque relata la generación de Jesús del Espíritu
Santo en 1,18-20, donde dice: "no temas tomar a María como esposa...". Esto sólo
significa que en Jesús ya estaba el Espíritu, y lo que ya estaba se manifiesta en el
Bautismo, como sí lo desarrollan ambos evangelistas.
También en Mt, tenemos el relato de cuando Jesús expulsa los demonios con el
poder del Espíritu Santo, en los versículo 12,21ss (También en Lc 11,20)
En Mc aparece la blasfemia contra el Espíritu Santo, en 3,28. Consiste en el
rechazo de la misión de Jesús y no aceptar su autoridad (en el sentido de poder... ¿de
dónde le viene?) Quién lo niega blasfema contra el Espíritu de Dios.

En Lucas se destaca con más fuerza que Jesús es habitado por el Espíritu Santo.
Es ese mismo Espíritu quién lo lleva al desierto (4,1), luego regresa a Galilea por el
Espíritu Santo (4,14) está lleno del Espíritu en el Bautismo (3, 17), e incluso el
nacimiento es descripto con mayor énfasis que Mateo.
“Envuelve con su sombra…” cuando cubre a María, nos remite a la Ruaj en el
Génesis y la nube envolvente en la Transfiguración (9,28).
Hay una escena particular en Lucas que funciona como inicio de su misión,
mejor dicho como programación de su misión. Es cuando está en la sinagoga y lee el
rollo de Isaías: “el Espíritu del Señor está sobre mí porque me ha ungido y me ha
enviado a llevar la Buena Noticia a los pobres” (Lucas 4,21)

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La blasfemia contra el Espíritu Santo, texto citado anteriormente, en este
evangelio queda conectado por el contexto, ya no a la expulsión de los demonios por
parte de Jesús como en Mateo, sino que se conecta a la promesa del Espíritu para poder
confesar a Jesús sin miedos y en medio de persecuciones "no se preocupen por lo que
van a decir que el Espíritu Santo les dirá..." (12,4-12)

3. El Espíritu Santo en el Libro de los Hechos de los Apóstoles.

En Hechos es en donde más aparece el Espíritu Santo: 68 veces la expresión


pneuma, 37 de ellas corresponden a los 12 primeros capítulos de este libro. Es la mayor
condensación de todo el Nuevo Testamento.
En el acontecimiento de Pentecostés, Lucas vuelve a traer el anuncio del
Bautismo en el Espíritu (Lc 3, 16) y la promesa del don del Espíritu como fuerza para la
predicación (Lc 24, 47-49); y hace que eso se cumpla ahí en Pentecostés cuando "todos
están reunidos en el mismo lugar" (Hch 1,4-8; 2,1)
Ese cumplimiento hizo que discípulas y discípulos de Jesús tuvieran la fuerza
necesaria para predicar a todos los pueblos el evangelio de Jesucristo. El paralelismo
clásico que se hace con Pentecostés es Babel: confusión de lenguas y división (Gn 11,9)
opuesto a el milagro de lenguas y audiciones en Jerusalén.
Resumiendo, en continuación con la pneumatología del Evangelio de Lucas
Hechos proclama que los testigos elegidos (y gracias a la predicación todos los que han
llegado a la fe) están llenos del Espíritu Santo. En la oración, la fe y el bautismo, el
Espíritu Santo confiere sobre todo la fuerza para una confesión de fe cristiana sin
miedo. Y por último, nos dice que el Espíritu conduce a la Iglesia en su camino
misionero "la iglesia crecía con la ayuda del Espíritu Santo" (9,31)

4. La obra de Juan

En Juan como decíamos, encontramos una pneumatología desarrollada. En el


evangelio de Juan es tan importante el testimonio de Juan el Bautista acerca de Jesús,
como lo es el bautismo en los evangelios sinópticos. Él lo va a presentar como Aquel
que bautiza no sólo con agua sino con Espíritu (1,33). En este testimonio, y también en
el de los discípulos (15, 26s), vemos que el Espíritu da testimonio de Jesús, así queda al
descubierto que es el Hijo y que el Hijo es quien revela al Padre.
Si miramos este evangelio Jesús mismo iguala: el Espíritu qué recibirán los que
crean en Él con "ríos de agua viva" (Jn 7,38); es decir, ya ahora con la fe en Jesús como
Hijo y revelador del Padre se cumple la promesa por cuanto se derrama el agua viva del
Espíritu.
Muy importante en Juan es que el Espíritu es derramado en los creyentes el
mismo día de la muerte, por lo que: muerte, resurrección, glorificación de Jesús y
comunicación del Espíritu están unidas entre sí de modo indisoluble. Eso lo vemos en
Juan 19:30 cuando dice "entregó su espíritu", los exegetas afirman que esa expresión no
sólo señala la muerte de Jesús, sino también la donación del Espíritu Santo a los suyos.
Debemos ver también en Jn 20, 21-23, el relato de la aparición de Jesús
resucitado, cuando sopla sobre ellos y les dice "reciban el Espíritu Santo" el Señor
resucitado equipa a los suyos con el Espíritu a fin de que puedan cumplir su misión de
ser testigos de la fe frente a la incredulidad del mundo.
Puede parecer contradictoria una y otra afirmación, pero en la segunda
simplemente el acento está puesto en el envío -que es muy típico de Juan- "así como el

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Padre me envió yo los envío a ustedes". La expresión “vayan”, inicia el bautismo en el
Espíritu.
¿Qué hará el ES? El Espíritu como sucesor del resucitado tiene la posición de
representante:
- que recuerde las palabras de Jesús (14,26)
- que da testimonio en favor suyo (15,26)
- y toma del Hijo, lo que éste ha recibido del Padre

Por último, les presento el encuentro con Nicodemo: "quien no nace del agua y
del Espíritu" (Jn 3,5) ese volver a nacer significa de Dios mismo... que no es
automático, ni tampoco mágico o misterioso, sino que es un acontecimiento libre que
consiste en recibir y dar respuesta. El don del Espíritu Santo es signo de unión con Dios
y ese nuevo ser engendrado por Dios se manifiesta en la ausencia de pecado, la justicia,
el amor a los hermanos y hermanas (1 Jn 3,9-4,7)

GUIA DE LECTURA:
1. ¿Cómo es el orden de los libros del NT de acuerdo al desarrollo teológico que
encontramos en ellos acerca del Espíritu Santo,?
2. ¿En qué experiencia de Jesús se puede resumir lo fundamental del Espíritu en
Pablo?
3. ¿Cuál es el doble objetivo que persigue Pablo en sus cartas?
4. ¿Qué quiere decir con “ya no soy yo quien vive, sino que Cristo vive en mí” (Gal
2,20), y con ”renunciar a la carne”?
5. ¿Qué comprender la Vida Nueva que nos da el Espíritu?
6. ¿Qué tienen en común Mc y Mt?
7. Describí en qué Mt va “más allá”
8. ¿Por qué dice el apunte que “en Lucas se destaca con más fuerza que Jesús es
habitado por el Espíritu Santo”?
9. ¿A qué le llama programación de su misión?
10. Explica la blasfemia contra el Espíritu Santo en Mt y en Lc.
11. ¿Cuál es el paralelismo clásico que se hace con Pentecostés? Describilo
12. ¿Qué es lo más importante en Hch?
13. ¿A qué se compara en el evangelio de Jn el anuncio de Juan el Bautista?
14. ¿Qué nos descubre de Jesús el testimonio del Espíritu?
15. ¿En qué momento el Espíritu es derramado sobre los creyentes según Jn?
16. ¿Qué hará el ES como sucesor del resucitado?
17. ¿En qué consiste la expresión “volver a nacer” según el relato del encuentro con
Nicodemo?

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