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VALOR DE LA ESCUCHA
Exponemos a continuación algunas intervenciones o frases del Papa Francisco sobre la necesidad de
encontrarnos y saber escuchar.
Donde hay ruido, haz que practiquemos la escucha”, reza el Papa Francisco inspirándose en una oración
franciscana. Cada uno de nosotros necesita de ser escuchado. En el mundo tecnológico es imperativo salir
de la lógica de las estrategias y asegura que el mejor antídoto ante el mal de la falsedad son las “personas
dispuestas a escuchar”. Pues, “la verdad emerge “a través de la fatiga de un diálogo sincero”. De sus
intervenciones podemos entresacar las siguientes claves para aprender a dialogar.
2. Búsqueda de la relación
Los adolescente particularmente detestan cuando sus padres se ponen en una posición de ‘oír’ desde el
acento de la ‘superioridad’ y pierden legitimidad al ser percibidos como incoherentes. Y posiblemente
también daña la escucha entre subalternos y jefes. El Papa señala que, en cambio, la búsqueda de la verdad
“brota de relaciones libres entre las personas, en la escucha recíproca”.
“Liberación de la falsedad y búsqueda de la relación: he aquí los dos ingredientes que no pueden faltar para
que nuestras palabras y nuestros gestos sean verdaderos, auténticos, dignos de confianza”.
3. Escuchar no es oír
“Comunicar significa compartir, y para compartir se necesita escuchar, acoger. Escuchar es mucho más que
oír. Oír hace referencia al ámbito de la información; escuchar, sin embargo, evoca la comunicación, y
necesita cercanía”. En este sentido, la escucha y las relaciones recíprocas, ayudan a las personas compartir
“compartir preguntas y dudas”, salir del miedo o de las incógnitas de las relaciones. Eso es “liberarse de
cualquier presunción de omnipotencia y de poner humildemente las propias capacidades y los propios
dones” al servicio del otro.
4. Escuchar no es fácil
Pero, Francisco advierte que “escuchar nunca es fácil”. “A veces es más cómodo fingir ser sordos. Escuchar
significa prestar atención, tener deseo de comprender, de valorar, respetar, custodiar la palabra del otro”.
“La escucha es una especie de martirio”. Escuchar es como “un sacrificio de sí mismo”. Significa, “quitarse las
sandalias en el ‘terreno sagrado’ del encuentro con el otro que me habla (cf. Ex 3,5). Saber escuchar es una
gracia inmensa, es un don que se ha de pedir para poder después ejercitarse practicándolo”.
-¿Cómo va mi escucha?
“El renacimiento de un diálogo a menudo no viene de las palabras, sino del silencio, del no obcecarse, de
volver a empezar con paciencia a escuchar a la otra persona, sus afanes, lo que lleva dentro. La curación del
corazón comienza con la escucha. Escuchar. Y esto, sana el corazón. “Pero, padre hay gente aburrida que
siempre dice las mismas cosas” ¡Escúchalo! Y luego cuando termine de hablar; di tu palabra, pero escucha
todo”.
“He aquí la medicina: cada día un poco de silencio y de escucha, algunas palabras inútiles de menos y
algunas Palabras más de Dios. Escuchemos hoy, como el día de nuestro bautismo, las palabras de Jesús:
“Efetá, ábrete”. Jesús, deseo abrirme a tu Palabra, abrirme a la escucha. Sana mi corazón de la cerrazón, la
prisa y la impaciencia”.