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CIENCIAS PENALES
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prohibido. Usos infractores pueden constituir delito.
Índice
Página
Presentación................................................................................... V
Estudio introductorio
Mujeres y derecho penal................................................................ 3
María Inés Horvitz Lennon
Página
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*
Es Doctora en Derecho por la Universidad de Salamanca, España, Abogada por la Uni-
versidad de Chile y Profesora asociada en el Departamento de Ciencias Penales de la Facultad
de Derecho, Universidad de Chile.
**
Es Abogada y Licenciada en Ciencias Jurídicas y Sociales por la Universidad de Chile
y Ayudante del Departamento de Ciencias Penales de la Facultad de Derecho de la Univer-
sidad de Chile. Este trabajo ha sido elaborado en el marco del proyecto Fondecyt Regular
Nº 1170068: “La ley de control de armas y sus reformas. La eficacia de la herramienta puni-
tiva v/s las garantías”, en el cual ambas autoras participan, siendo Investigadora Responsable
Myrna Villegas Díaz. Se agradece al Poder Judicial, a la Fiscalía Nacional y a la Defensoría
Penal Pública por los datos estadísticos entregados y la posibilidad de realizar entrevistas.
374 Myrna Villegas Díaz - Mariana Bell Santos
1. Antecedentes
sobre control de armas, art. 496 Nº 12 del CP. Otras figuras relacionadas lo fueron el hoy
derogado art. 403 bis del CP y el actual art. 481 del CP, que tipifica un acto preparatorio de
los delitos de incendio y estragos que pudiera tener como medio de comisión uno de dichos
artefactos. Ampliamente, Cortés (2018), pp. 105-132.
La regulación de los artefactos explosivos e incendiarios en la Ley Nº 17.798. 375
Especial referencia al art. 14 D
2
Winter (2013), p. 271 y Villegas (2016a), p. 22.
3
Ministerio Público y otros c/ L.P.S. (2012b).
376 Myrna Villegas Díaz - Mariana Bell Santos
4
Villegas (2013).
José Ignacio Cuesta Ezquerra c/ L.P.S. (2012a). El TOP calificó los hechos como
5
delito de posesión de bombas del art. 3º, inciso tercero de la Ley Nº 17.798 y delito de daños
en perjuicio del Banco Santander Chile S.A. (art. 487 CP). Lo condenó por ambos delitos
además del delito de conducción de vehículo motorizado con placa patente perteneciente a otro.
6
Winter (2013), p. 272.
7
Ministerio Público y otros c/ H.N.S. (2013b).
8
Ministerio Público y otros c/ H.N.S. (2013a).
9
Villegas (2016b), pp. 295-319. Véase también Aguirre y Bustos (2014), pp. 173-201.
La regulación de los artefactos explosivos e incendiarios en la Ley Nº 17.798. 377
Especial referencia al art. 14 D
los daños en la sucursal bancaria, por el otro, agregando que “en lo que
interesa a los daños, en el período anterior a que el acusado se dispusiera
a instalar el dispositivo incendiario en el local siniestrado, no se identifica
ningún hecho de vinculación inequívoca a ese delito, pues el acusado podía
haber conservado el artefacto en su domicilio, simplemente llevarlo en la
vía pública para trasladarlo a otro escondite, o abandonarlo sin detonarlo.
Nada se había exteriorizado por el acusado antes de iniciar la colocación
que permitiera aseverar que se iban a ocasionar destrozos con ese aparato
explosivo, y por tanto, nada facultaba para apreciar un hecho delictivo
diverso al de su mera tenencia”10.
En este caso, a diferencia del anterior, la colocación del artefacto y su
detonación no fue considerada como una especie de agotamiento del delito
de tenencia del artefacto, sino que se calificó como dos delitos diferentes.
Luego, con mayor razón, la conducta de colocar el artefacto aparecía como
atípica fuera de la Ley Nº 18.314 de Conductas Terroristas, pues hasta
entonces, la única norma que la contenía era el art. 2º Nº 4 de dicha ley.
Y si no lograba acreditarse el elemento subjetivo (finalidad terrorista), la
colocación como tal no podía ser sancionada. Ello, sin perjuicio de los
delitos a que dicha colocación diere lugar, por ejemplo, daños, en el caso
que el artefacto detonara, o la tenencia en el caso que llegara a acreditarse,
pues no toda colocación supone la tenencia, como ocurre, por ejemplo,
cuando un tercero es quien tiene y porta el artefacto, y se lo entrega a otro
para que éste, acto seguido lo coloque. Esa “tenencia fugaz”, que precede
a la colocación inmediata, en virtud del principio de consunción, no podría
ser considerada tenencia punible en forma autónoma.
Por ello, haciéndose cargo de este problema, la Ley Nº 20.813 introdujo,
como delito común, un tipo penal de colocación, activación, detonación de
bombas o artefactos explosivos o incendiarios, que vino a colmar el vacío
legal descrito cuando no se probaba la finalidad terrorista.
En este sentido, la actual Ley Nº 17.798, modificada por la Ley Nº 20.813,
introdujo el art. 14 D, cuyos incisos primero, segundo y tercero sancionan
en forma expresa a quien colocare, enviare, activare, detonare, disparare o
hiciere explosionar bombas o artefactos explosivos, químicos, incendiarios,
tóxicos, corrosivos o infecciosos. Esto permitiría una mayor razonabilidad
en la persecución penal, no siendo necesario invocar como prima ratio la
10
Ministerio Público y otros c/ H.N.S. (2013b).
378 Myrna Villegas Díaz - Mariana Bell Santos
11
Villegas (2018), pp. 501-547.
12
Ibidem, p. 543.
No se incluye el inciso cuarto de esta disposición por cuanto tipifica una figura dife-
13
14
Matus y Ramírez (2014), pp. 188-189.
15
Yacobucci (2016), p. 107.
16
Cavaliere (2013), pp. 15-16.
380 Myrna Villegas Díaz - Mariana Bell Santos
3. La conducta
La conducta típica del art. 14 D posee siete verbos rectores, sin definición
legal en nuestro ordenamiento jurídico, así como tampoco en el derecho
comparado, por lo que se debe acudir a su sentido natural y obvio según
la Real Academia Española:
Colocar: poner algo en su debido lugar.
Enviar: hacer que algo se dirija o sea llevado a alguna parte.
Activar: hacer que se ponga en funcionamiento un mecanismo.
Arrojar: impeler con violencia algo, de modo que recorra una distancia,
movido por el impulso que ha recibido.
Detonar: Iniciar una explosión o un estallido.
Disparar: Dicho de un arma: despedir su carga. Arrojar o despedir con
violencia algo. Hacer funcionar un disparador.
Explosionar: Provocar o hacer explosión.
En este caso, podemos observar una técnica legislativa de “tipo mixto
o de tipicidad reforzada”,17 que busca abarcar todas las hipótesis conduc-
tuales posibles, pese a que se usan verbos que pueden inducir a confusión
dependiendo del tipo de objeto material utilizado. Por ejemplo, es difícil
diferenciar entre los verbos explosionar y detonar, pues la detonación podría
quedar comprendida en la explosión, salvo que el artefacto se detonare
y no explosare. Es interesante mencionar que, desde la reforma del año
2015, los verbos rectores invocados al aplicar este tipo penal son los de
colocar, activar y arrojar,18 que son los que más aprehenden el “uso” de
un artefacto explosivo.
17
Bascur (2017), p. 590.
Ministerio Público y otros c/ M.A.B. (2016) y Ministerio Público y otros c/
18
P.A.R. (2019).
La regulación de los artefactos explosivos e incendiarios en la Ley Nº 17.798. 381
Especial referencia al art. 14 D
19
C/ Juzgado de Garantía de Viña del Mar (2019). “Considerando séptimo: (…) En
la especie, el amparado fue debidamente informado que la investigación seguida en su contra,
comprendía tanto los desórdenes públicos como el porte de un artefacto explosivo tipo molotov
(…). Pese a esta frase, más adelante en el considerando octavo, el mismo tribunal indica que
la molotov es un artefacto incendiario”.
382 Myrna Villegas Díaz - Mariana Bell Santos
20
Cortés (2018), p. 109.
La regulación de los artefactos explosivos e incendiarios en la Ley Nº 17.798. 383
Especial referencia al art. 14 D
21
Vid. infra 5. Problemas concursales.
384 Myrna Villegas Díaz - Mariana Bell Santos
26
Ministerio Público y otros ana c/ M.A.B. (2016). Considerando quinto.
27
C/ Juzgado de Garantía de Viña del Mar (2019). Considerando octavo.
386 Myrna Villegas Díaz - Mariana Bell Santos
6. Penalidad
Considerado artefacto explosivo de acuerdo con la definición del art. 207 del Regla-
28
mento de la Ley Nº 17.198.
29
Véase supra 2. Delimitación del bien jurídico protegido en los delitos contemplados
en la Ley Nº 17.798.
30
Si se tratare de aquel artefacto incendiario que se enciende con el contacto en el suelo
(y no a través de prender una mecha).
388 Myrna Villegas Díaz - Mariana Bell Santos
31
Ministerio Público c/ R.A.V.; N.B.M.; H.B.A.; C.G.S.; F.R.H. y M.V.V. (2018a).
La regulación de los artefactos explosivos e incendiarios en la Ley Nº 17.798. 389
Especial referencia al art. 14 D
bidos32. Cierto es que lanzar una bomba molotov supone portarla, pero si
el legislador tipifica expresamente la conducta de arrojarla, es decir, hay
una consunción que se refleja en un tipo penal específico, el tribunal debe
aplicar ese tipo penal y no otro así sea que tenga menor pena. Lo que no
debe hacer es una especie de consunción inversa33.
Por otro lado, el uso de los artefactos indicados en el inciso tercero del
art. 14 D, o sea, aquellos de bajo poder expansivo, tiene una pena análoga
al delito de disparo injustificado de su inciso cuarto y una pena menor en
el caso del disparo o uso de armas contenido en el art. 3º. En este supues-
to, la inconsistencia de las penas llevó en algún momento a la Defensoría
Penal Pública a sostener que los artefactos de bajo poder expansivo no
quedan comprendidos en los arts. 2º y 3º de la Ley de Control de Armas,
siendo por lo tanto atípico su porte, tenencia o posesión,34 interpretación
de la cual nos apartamos proponiendo una diferente.
Excurso sobre el porte y tenencia de artefactos incendiarios de bajo poder
expansivo. Una interpretación racional favorable a la aplicación del art. 10
inciso segundo
Como se indicó al inicio, mediante la Ley Nº 20.014 de 2005, los arte-
factos incendiarios fueron incorporados a la Ley Nº 17.798. Si se observa
la historia de la ley, veremos que en ella aparece claramente la intención del
legislador de incluirlos como elementos sujetos a control35. Sin embargo,
esto no significa que en la actualidad, tras la reforma de la Ley Nº 20.813,
debamos sostener que el porte y tenencia de este tipo de artefactos esté
contenido en los arts. 13 y 14. Esto porque la inconsistencia de las penas
referida en el apartado anterior, obliga a realizar un ejercicio interpretativo
que atienda al principio de proporcionalidad, pero sobre todo al de espe-
cialidad, debiendo preferirse respecto del porte de artefactos incendiarios
de bajo poder expansivo, tales como las bombas molotov, aquella norma
que hace referencia al transporte y almacenamiento de las mismas.
32
Dicha sentencia fue confirmada por la Corte Suprema, en donde no se discutió respecto
del tipo contenido en el art. 14 D de la Ley Nº 17.798. Ministerio Público c/ R.A.V.; N.B.M.;
H.B.A.; C.G.S.; F.R.H. y M.V.V. (2018b).
33
Jordán y Margotta (2019), p. 98.
34
Defensoría Penal Pública (2015), p. 14.
35
Biblioteca del Congreso Nacional (2005), pp. 38 y 39, 144.
390 Myrna Villegas Díaz - Mariana Bell Santos
36
Bascur (2017), p. 571.
La regulación de los artefactos explosivos e incendiarios en la Ley Nº 17.798. 391
Especial referencia al art. 14 D
37
Biblioteca del Congreso Nacional (2015), p. 305.
392 Myrna Villegas Díaz - Mariana Bell Santos
castigarse con mayor pena”. Esto sin perjuicio de las críticas que, con-
forme al principio de legalidad, específicamente de taxatividad y certeza,
pueda suponer una norma como esta, que castiga un acto preparatorio y
en términos tan amplios.
Las conductas típicas relacionadas con artefactos explosivos que se han
conocido con posterioridad a la reforma de la Ley Nº 20.813 de 2015 y
hasta 2018, son de baja ocurrencia en relación con otros delitos de la misma
ley, como los de tenencia y porte. Respecto de las cifras, según datos del
Ministerio Público, entre 2015 y 2018 se registran 53 causas ingresadas,
7 en 2016, 19 en 2017 y 27 en 2018. Asimismo, solo se registran tres con-
denas para este tipo penal, y 35 casos que terminaron, en general, con la
utilización de otras salidas, tales como el archivo provisional, agrupación
a otro caso, facultad para no iniciar la investigación y sobreseimiento
definitivo. En relación con las medidas cautelares, solo aparecen 5 casos
registrados en que se decretó como medida cautelar prisión preventiva.
Por otro lado, en las cifras de la Corporación Administrativa del Poder
Judicial, entre 2015 a 2018, se registra un total de 68 ingresos; de estas 36
causas se encuentran terminadas, pero solo 19 se registran como condenas.
De todas formas, lo más relevante de estas cifras es que las prisiones pre-
ventivas se conceden siempre en este tipo de delitos, pues no se registra
ningún rechazo a esta medida cautelar38.
Respecto de los datos obtenidos a través de entrevistas llevadas a cabo en
esta investigación, se señala que este delito aparece por lo general asociado
a manifestaciones de violencia política o social, pero raramente respecto
de delincuentes habituales,39 mencionándose algún hecho relacionado con
el comercio ilícito de explosivos industriales en la pequeña minería40. La
explosión de cajeros automáticos para apropiarse de su contenido no se
realiza mediante artefactos explosivos, sino mediante el método de satu-
ración por gas41.
7. Problemas concursales
7.2. Ley Nº 18.314
Antes hemos indicado que el art. 14 D de la Ley Nº 17.798 vino a
resolver el problema de atipicidad de una conducta de uso de artefactos
explosivos o incendiarios cuando no lograba acreditarse la finalidad terro-
rista, y así poder sancionarla por la vía del delito común. Pero no opera al
revés, esto es, para suponer una aplicación directa del art. 14 D en la Ley
de Conductas Terroristas ampliando el tipo penal de esta última.
Esto significa que el art. 14 D de la Ley Nº 17.798 no puede considerarse
“delito base” respecto del art. 2º Nº 4 de la Ley Nº 18.314. En primer lugar,
la formulación típica contenida en este último no es igual a la contenida
en el art. 14 D. Es, como se dijo al inicio, un delito “autónomo”, pues, por
un lado, describe expresamente la conducta, con menos verbos rectores
que la descripción típica del art. 14 D. No contiene por ejemplo el “hacer
explosionar”, sino el “colocar, enviar, activar, arrojar, detonar o disparar”.
Por otro lado, en cuanto al objeto material en el delito de terrorismo, la
descripción típica es más amplia en su formulación, pues hace referencia
a bombas o artefactos explosivos o incendiarios de cualquier tipo (ade-
más de armas de gran poder destructivo o de efectos tóxicos, corrosivos
o infecciosos). Esta amplitud debe ser interpretada a la luz del Convenio
42
Cortés (2018), p. 113.
La regulación de los artefactos explosivos e incendiarios en la Ley Nº 17.798. 395
Especial referencia al art. 14 D
43
Convenio Internacional para la represión de atentados terroristas cometidos con bombas.
“Art. 1.3 Por artefacto explosivo u otro artefacto mortífero’ se entiende:
a) Un arma o artefacto explosivo o incendiario que obedezca al propósito de causar o pueda
causar la muerte, graves lesiones corporales o grandes daños materiales; o
b) El arma o artefacto que obedezca al propósito de causar o pueda causar la muerte o
graves lesiones corporales o grandes daños materiales mediante la emisión, la propagación o
el impacto de productos químicos tóxicos, agentes o toxinas de carácter biológico o sustancias
similares o radiaciones o material radiactivo”.
396 Myrna Villegas Díaz - Mariana Bell Santos
9. Conclusiones
44
Villegas (2019), pp. 43-46.
398 Myrna Villegas Díaz - Mariana Bell Santos
Bibliografía citada
Jurisprudencia citada
Normas citadas
*
Abreviaturas: art. = artículo; arts. = artículos; Csdo. = Considerando; Csdos. = Conside-
randos; CP = Código Penal de Chile; DDHH = Derechos Humanos; TOP= Tribunal de Juicio
Oral en lo Penal; SCA= Sentencia Corte de Apelaciones; SCS= Sentencia Corte Suprema.
**
Abogada y Magíster en Derecho LLM de la Pontificia Universidad Católica de Chile,
Profesora de Derecho Penal, Derecho Procesal Penal y Clínica Jurídica de la Pontificia Uni-
versidad Católica de Chile.
404 María Elena Santibáñez Torres
Sobre el bien jurídico protegido en los delitos sexuales véase Rodríguez (2014),
1
gran cantidad de violaciones y delitos sexuales que los hombres cometen contra las mujeres,
desde tiempos antiguos.
El consentimiento en los delitos sexuales y su reconocimiento en la legislación chilena: 405
una mirada comparada, un planteamiento crítico y una propuesta de lege ferenda
3
Otros consensos en materia de criminalidad sexual que no tienen directa relación con
el objeto de nuestro trabajo, pero que son hallazgos interesantes y que deben tomarse en
consideración a la hora de conocer este tipo de criminalidad, son a lo menos los siguientes:
a) Hoy en día parece abandonarse la idea de que el acto sexual realizado mediante fuerza
o intimidación constituya la forma más grave del delito, en el entendido que más bien existe
evidencia desde los estudios asociados a trauma, que precisamente el mayor daño psicológi-
co o, desde otra perspectiva, las posibilidades de reparación de estos delitos son claramente
406 María Elena Santibáñez Torres
4
Fletcher (1996), p. 169, cit. por Muñoz Conde (2019).
5
Art. 36, Nº 2 del Convenio del Consejo de Europa sobre prevención y lucha contra la
violencia contra la mujer y la violencia doméstica (Convenio de Estambul).
408 María Elena Santibáñez Torres
6
Miranda Miller (2015), p. 441.
7
Ídem.
8
Véase Pérez Hernández (2019).
Diez Ripollés (2019). Debe dejarse constancia, en todo caso, de que el autor reco-
9
noce la existencia de “políticas sociales justas e imprescindibles, como sin duda lo es la que
pretende erradicar la marcada desigualdad en las relaciones sexuales en nuestra sociedad”
(p. 29). En dicho texto, además, el autor defiende la existencia de listas clausuradas de mo-
dalidades comisivas en delitos sexuales, en desmedro del concepto amplio de ausencia de
consentimiento (p. 12).
El consentimiento en los delitos sexuales y su reconocimiento en la legislación chilena: 409
una mirada comparada, un planteamiento crítico y una propuesta de lege ferenda
2.1.1. Alemania
10
Sentencia 38/2018 de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Navarra de 20
de marzo de 2018. El Tribunal Supremo Español revocó el fallo conociendo de un recurso de
casación y estimó en definitiva que la víctima no consintió debido al estado de “intimidación
ambiental” (Sentencia Nº 396/2019 del Tribunal Supremo de España de 4 de julio de 2019).
11
Dicho cuerpo legal regula los tipos penales que en nuestra denominación reciben nom-
bres diversos (violación, estupro, abuso) bajo el concepto genérico de abuso sexual (Sexueller
Missbrauch), y define la pena según distintas circunstancias que dicen relación con la menor
o mayor presencia de consentimiento de la víctima, y con otras que acentúan su gravedad,
como es principalmente el caso del acceso carnal.
410 María Elena Santibáñez Torres
Véase https://elpais.com/internacional/2016/07/07/actualidad/1467889192_686977.html.
12
El consentimiento en los delitos sexuales y su reconocimiento en la legislación chilena: 411
una mirada comparada, un planteamiento crítico y una propuesta de lege ferenda
El apartado 6 establece que la pena mínima será de dos años en los casos
de especial gravedad, entendiendo como tales los supuestos de realización
del coito u otros particularmente humillantes para la víctima y, de forma
especial, los que impliquen algún tipo de penetración corporal (violación)
y cuando los actos se realicen conjuntamente por más de una persona.
Finalmente, los apartados 7 y 8 sancionan con penas mínimas de tres
y cinco años respectivamente al agresor sexual (en cualquier supuesto de
abuso sexual) que ponga en peligro o lesione efectivamente la salud de
la víctima (regulando expresamente en este punto el uso o porte de armas
en la comisión de la agresión).
Puede afirmarse entonces que en Alemania se ha adoptado un modelo
basado en el consentimiento y en el que el uso de la violencia o la fuerza es
utilizado como agravante de la conducta, pero no para calificar la agresión
sexual. Su base, sin embargo, está en la constancia de la existencia de una
oposición manifiesta de la víctima (modelo basado en el veto), bien porque
así lo haya expresado o porque se deduzca de su comportamiento. Salvo
en los supuestos de personas cuya capacidad de prestar consentimiento
se encuentra afectada, que no anulada, en los que el precepto sí exige un
consentimiento afirmativo y expreso para excluir el delito.
En definitiva, el modelo por el que se ha optado exige la constancia de
una cierta oposición, no bastando con la ausencia de una expresión activa
y evidente de querer participar en la actividad sexual. En los términos
del problema planteado supra, al silencio de la víctima, sin alguna de las
circunstancias indicadas, se le otorga valor de consentimiento.
Por lo demás, el concepto violación se reserva en el Código para
aquellos supuestos en los que se produce algún tipo de penetración, sin
perjuicio de que otras conductas, como la actuación en grupo, impliquen
una penalidad similar.
2.1.2. Islandia
2.1.3. Suecia
2.1.4. Bélgica
ley de febrero del año 2016 que modifica diversas disposiciones concernientes a los delitos
sexuales.
El consentimiento en los delitos sexuales y su reconocimiento en la legislación chilena: 415
una mirada comparada, un planteamiento crítico y una propuesta de lege ferenda
2.1.5. Francia
lia-after-changing-its-penal-code/.
El consentimiento en los delitos sexuales y su reconocimiento en la legislación chilena: 417
una mirada comparada, un planteamiento crítico y una propuesta de lege ferenda
17
Más detalles en Dolly F. (1995).
18
El cónyuge también accedió carnalmente a la víctima en dicha oportunidad, pero no se
presentó acusación por violación contra él, por una norma que eximía del delito de violación
al marido.
19
Di Corleto (2006).
418 María Elena Santibáñez Torres
2.2. Latinoamérica
2.2.1. Argentina
en comento en lo relativo a precisar las acciones que comprende el delito de abuso sexual.
Señala Figari (2011), p. 73 que “la sorpresa puede asimilarse a la violencia pues, al
21
darse una situación intempestiva es inviable que pueda suponer la existencia de un peligro”.
En el mismo sentido, Donna (2004), p. 29 señala que: “No escapa al reproche penal del autor,
El consentimiento en los delitos sexuales y su reconocimiento en la legislación chilena: 419
una mirada comparada, un planteamiento crítico y una propuesta de lege ferenda
yendo el concepto anterior que exigía que la víctima “no se pudiere resis-
tir”, lo que sugería la necesidad de que ella opusiera resistencia efectiva
durante la agresión para tener por concurrente la circunstancia comisiva22.
El inciso tercero aumenta las penas “cuando mediando las circunstancias
del primer párrafo [inciso] hubiere acceso carnal por vía anal, vaginal u
oral o realizare otros actos análogos introduciendo objetos o partes del
cuerpo por alguna de las dos primeras vías”.
El tratamiento punitivo de los delitos sexuales en Argentina se acerca
en cierta medida a los estándares internacionales, al abrir la posibilidad de
que, por circunstancias distintas de las expresadas por la disposición citada
(violencia, amenaza, abuso de relación de dependencia, etc.), la víctima
se haya visto en la incapacidad de consentir libremente, modulando luego
la pena según el grado de afectación corporal de la misma. Aún queda
espacio para avanzar, pues el óptimo es, antes que sentar lo violento del
acto sexual en la incapacidad para consentir libremente, fundarlo en la
ausencia lisa y llana de consentimiento.
2.2.2. México
si no medió consentimiento por parte de la víctima, quien, dada la agresión sexual sorpresiva,
no pudo ofrecer resistencia al comportamiento del agresor”.
22
La voluntad del legislador de 1999 fue revisar y ampliar los conceptos de fuerza,
intimidación o resistencia que utilizaba el Código Penal de 1921, a fin de dar un lugar pre-
dominante al libre consentimiento y a nuevos factores coactivos o intimidatorios que puedan
anularlo. Reinaldi (2005), p. 63.
23
Incluye aquí las hipótesis en que el autor obligue a la víctima a realizar u observar
actos sexuales o a exhibir su cuerpo sin su consentimiento, lo que en nuestra legislación co-
420 María Elena Santibáñez Torres
2.2.3. Perú
rresponde más bien a la conducta de abuso sexual impropio descrita en el artículo 366 quáter
del CP chileno.
Mención aparte merece la precaria situación de las mujeres víctimas de abuso sexual y
24
violación en México: según la Institución México Evalúa, el 99,7% de los casos de violencia
sexual sufrido por las mujeres mayores de 18 años no fue denunciado. Fuente: https://www.
mexicoevalua.org/violencia-contra-la-mujer-los-datos-gritan-denuncia/.
El consentimiento en los delitos sexuales y su reconocimiento en la legislación chilena: 421
una mirada comparada, un planteamiento crítico y una propuesta de lege ferenda
2.2.4. Colombia
El artículo 212 del Código Penal colombiano señala: “Para los efectos de las conductas
25
descritas en los capítulos anteriores, se entenderá por acceso carnal la penetración del miembro
viril por vía anal, vaginal u oral, así como la penetración vaginal o anal de cualquier otra parte
del cuerpo humano u otro objeto”.
De la misma manera que ocurre con el Código Penal mexicano, el tipo penal equipara
26
las conductas que en nuestra legislación se separan en abuso sexual propio (artículo 366 bis
de nuestro CP) y abuso sexual impropio o exposición de menores a actos de significación
sexual (artículo 366 quáter del mismo cuerpo legal).
Ley “Por la cual se modifican algunos artículos de las Leyes 599 de 2000 [Código
27
Penal], 906 de 2004 y se adoptan medidas para garantizar el acceso a la justicia de las víc-
El consentimiento en los delitos sexuales y su reconocimiento en la legislación chilena: 423
una mirada comparada, un planteamiento crítico y una propuesta de lege ferenda
timas de violencia sexual, en especial la violencia sexual con ocasión de conflicto armado,
y se dictan otras disposiciones”. El artículo 1º de dicha ley establece que su objeto es “la
adopción de medidas para garantizar el derecho de acceso a la justicia de las víctimas de vio-
lencia sexual, en especial de la violencia sexual asociada al conflicto armado interno. Estas
medidas buscan atender de manera prioritaria las necesidades de las mujeres, niñas, niños y
adolescentes víctimas”.
28
7 1) g)-1: Primer elemento del crimen de lesa humanidad de violación: “Que el autor
haya realizado un acto de naturaleza sexual contra una o más personas o haya hecho que esa o
esas personas realizaran un acto de naturaleza sexual por la fuerza o mediante la amenaza de
la fuerza o mediante coacción, como la causada por el temor a la violencia, la intimidación,
la detención, la opresión psicológica o el abuso de poder, contra esa o esas personas u otra
persona o aprovechando un entorno de coacción o la incapacidad de esa o esas personas de
dar su libre consentimiento”.
29
Véase infra nota al pie Nº 27.
424 María Elena Santibáñez Torres
acoso sexual el que realizare, en lugares públicos o de libre acceso público, y sin mediar el
consentimiento de la víctima, un acto de significación sexual capaz de provocar una situación
objetivamente intimidatoria, hostil o humillante, y que no constituya una falta o delito al que
se imponga una pena más grave, que consistiere en:
1. Actos de carácter verbal o ejecutados por medio de gestos. En este caso se impondrá
una multa de una a tres unidades tributarias mensuales.
El consentimiento en los delitos sexuales y su reconocimiento en la legislación chilena: 425
una mirada comparada, un planteamiento crítico y una propuesta de lege ferenda
formas de violencia contra las mujeres, incluyendo, entre otras manifestaciones, la violación,
el abuso sexual, la prostitución forzada y el acoso sexual (art. 2º). Por su parte, establece la
obligación para los Estados Parte de sancionar y erradicar dicha violencia, por los medios
apropiados y sin dilaciones (art. 7º).
33
Sobre esta circunstancia véase Oxman (2015) y Santibáñez (2013).
34
Ley Nº 19.617 de 1999.
En este sentido se pronunciaban Maldonado (2003), p. 250; Politoff et al. (2005),
35
pp. 258 y 259; y Rodríguez (2000), p. 155. En cambio, a favor de una posición más amplia,
incluyendo casos de incapacidad psicológica se pronunciaban Garrido (2010), pp. 285 y 286;
Oxman (2007), pp. 164-166; Aguilar (2008), p. 39 y Cox (2003), p. 158.
Al inicio de la tramitación del proyecto, los casos a los que se aludía constituían causas
36
tipo de incapacidad de resistencia mental, de modo que las refundió en una sola; finalmente
la Comisión Mixta vuelve a diferenciar ambas causales exigiendo abuso o prevalimiento
solo respecto de la incapacidad para resistir “que puede ser física o mental”. Historia de la
Ley Nº 19.617 de 1999, pp. 11 y ss.
37
Ley Nº 20.480 de 2010.
38
Entre otros, Oxman (2015), pp. 95 y 105, Santibáñez (2013), p. 55 y Santibáñez
(2015), p. 160. En un sentido contrario y abogando por mantener una aplicación restrictiva
de esta modalidad Rodríguez (2014), p. 201, sin perjuicio de que este autor es –en una pos-
tura minoritaria a la que adherimos– partidario de una concepción amplia de la modalidad
de intimidación, atendiendo, más que al carácter objetivo de la amenaza proferida contra la
víctima, a la posición subjetiva de intimidación de la misma, lo que permitiría incluir en esa
hipótesis algunos casos de incapacidad psíquica de la víctima.
In extenso, pero con una clasificación algo distinta, véase el estudio realizado por
39
Sovino y Huerta (2019), que se utiliza como fuente importante en este apartado del trabajo.
428 María Elena Santibáñez Torres
SCS de 11 de octubre de 2018, rol Nº 16676-2018, Csdo. 5º, que rechaza recurso de
40
41
Véase supra 3.1.
42
Sentencia TOP de Temuco, 8 de marzo de 2019, RUC Nº 1800179205-5, RIT Nº 70-2018
y SCA de Temuco, 29 de abril de 2019, rol Nº 250-2019, que rechaza recurso de nulidad
entablado en este caso.
43
Sentencia TOP de Los Andes, 21 de febrero de 2006, RUC Nº 0400243515-8, se refiere
a las diferencias de contextura física, sumadas a la soledad del lugar y minoría de edad de la
víctima.
Sentencia TOP de Linares, 6 de diciembre de 2006, RUC Nº 0500081626-6, víctima
44
Nº 18-2019.
Sentencia TOP de Punta Arenas, 31 de marzo de 2015, RUC Nº 1400960845-2, RIT
48
Nº 8-2015 y en el mismo caso SCA de Punta Arenas, 20 de mayo de 2015, rol Nº 36-2015,
rechazando el recurso de nulidad interpuesto.
Sentencia TOP de Puerto Montt, 10 de junio de 2006, RUC Nº 0500152018-2, en este
49
cuadro de depresión previa que se encontraba tomando ansiolíticos, medicamentos para dormir
El consentimiento en los delitos sexuales y su reconocimiento en la legislación chilena: 431
una mirada comparada, un planteamiento crítico y una propuesta de lege ferenda
año 2010 y nos parece que es la interpretación correcta que debe darse a
esta forma de ataque, en que claramente no existe un consentimiento de
la víctima, elemento esencial que tiñe de ilicitud estas conductas como lo
hemos señalado sostenidamente. De esta manera, insistimos55 en lo poco
afortunada que resultó la modificación efectuada por la Ley Nº 21.153,
sobre acoso sexual en espacios públicos, a la que ya nos referimos, y que
sanciona con una pena bastante menor –presidio menor en su grado máxi-
mo– los casos de abusos sexuales contra mayores de catorce años cometidos
empleando sorpresa u otra maniobra que no suponga consentimiento de la
víctima. En este sentido, consideramos que la única manera de mantener
una interpretación armoniosa de los delitos sexuales, tomando en considera-
ción además la historia de la ley,56 es entender que las hipótesis a que hace
referencia la disposición son de menor gravedad, consistentes en conductas
de significación sexual cometidas sorpresivamente, de manera furtiva y de
ejecución instantánea en lugares de alta afluencia de público como medios
de transporte, calles y eventos masivos, sin que exista una circunstancia
adicional de tipo contextual, física o situacional que coloque a la víctima
en una posición de especial vulnerabilidad que le impida oponerse, en cuyo
caso la modalidad comisiva aplicable debiese ser la de incapacidad para
oponerse del artículo 361 Nº 2 a la que nos venimos refiriendo.
55
Véase supra nota al pie Nº 31.
Historia de la Ley Nº 21.153 de 2019. Fundamentación de la Moción Parlamentaria,
56
pp. 1 y ss.
El consentimiento en los delitos sexuales y su reconocimiento en la legislación chilena: 433
una mirada comparada, un planteamiento crítico y una propuesta de lege ferenda
37% de las mujeres víctimas de violación, manifestaron haberse paralizado durante el ataque.
Galliano et al. (1993), p. 111.
58
Marx et al. (2008), pp. 74-90 y Bados (2015), p. 1.
59
Rodríguez (2014), pp. 195-198; Santibáñez (2013), p. 50; Santibáñez (2015),
p. 157 y Winter (2018), p. 23.
60
Entre ellas/os, Aguilar (2008), p. 34; Garrido (2010), p. 281; y Matus y Ramírez
(2018), p. 160. En materia jurisprudencial la Corte Suprema ha definido la intimidación como
amenaza de hacer a la víctima “objeto de una violencia física inminente y lo bastante grave
como para infundirle un temor capaz de quebrantar su resistencia al acceso carnal. De este
modo, el temor de sufrir el mal debe ser serio, grave y efectivo y basado en actos concretos
de amenazas hacia la integridad física” (SCS, 10 de marzo de 2003, rol Nº 4115-2002; y SCS,
5 de enero de 2005, rol Nº 3640-05). Sin embargo, en un pronunciamiento del año 2014, es
posible inferir un cambio en la postura, al estimar que no existía infracción de derecho en
un fallo del TOP de Talca (Sentencia de 10 de diciembre de 2013, RUC Nº 1100837821-7,
RIT Nº 134-2013), que entendió que la intimidación tenía un carácter subjetivo, al constituir
coacción el aprovechamiento por parte del sujeto activo de una deficiencia mental leve y de la
relación de confianza existente con la víctima (SCS, 30 de enero de 2014, rol Nº 17107-13).
434 María Elena Santibáñez Torres
Matus y Ramírez (2018), p. 160, abogan por la posibilidad de estar ante esta circunstan-
61
cia en casos limítrofes, en que no se aprecien todos los requisitos exigidos para la intimidación.
Sentencia TOP de San Bernardo, 12 de septiembre de 2018, RUC Nº 1700691931-6,
62
Nº 126-2017.
El consentimiento en los delitos sexuales y su reconocimiento en la legislación chilena: 435
una mirada comparada, un planteamiento crítico y una propuesta de lege ferenda
65
Sentencia 7º TOP de Santiago, 15 de septiembre de 2017, RUC Nº 1200968694-9, RIT
Nº 262-2017 y SCA de Santiago, 7 de noviembre de 2017, rol Nº 3552-2017 que rechaza el
recurso presentado en este caso.
66
Sentencia TOP de Cañete, 7 de julio de 2017, RUC Nº 1500550325-3, RIT Nº 31-2017
y SCA de Concepción, 26 de agosto de 2017, rol Nº 665-2017 que rechaza el recurso de
nulidad presentado.
67
Sentencia TOP de Temuco, 25 de julio de 2017, RUC Nº 1600965518-6, RIT
Nº 126-2017.
68
En Francia, como analizamos, se han recogido jurisprudencialmente hipótesis como
estas bajo la modalidad de sorpresa. Véase supra apartado 2.1.5.
69
SCA de Rancagua, 16 de junio de 2015, rol Nº 283-2015, que rechaza recurso de nulidad
interpuesto en contra de sentencia del TOP de Santa Cruz, de 25 de abril de 2015. Señala la
436 María Elena Santibáñez Torres
categorías (1) el secreto impuesto por el sujeto activo, (2) el desamparo, que describe la posi-
ción en que se encuentra la víctima (3) el entrampamiento y acomodación de la víctima, cuya
única opción es aprender a aceptar la situación para sobrevivir (4) la revelación tardía y no
convincente y (5) la retractación. En estos casos la persona termina en un lugar de sacrificio
en pos de conservar algo de su equilibrio vital y aprende a acomodarse a los requerimientos
sexuales como una manera de sobrevivir, perdiendo su capacidad de autodeterminarse en la
esfera de la sexualidad. Summit (1983), pp. 177-193.
El consentimiento en los delitos sexuales y su reconocimiento en la legislación chilena: 437
una mirada comparada, un planteamiento crítico y una propuesta de lege ferenda
73
En el mismo sentido nos pronunciamos en Santibáñez (2013), p. 52.
74
Sentencia TOP de Colina, 18 de enero de 2020, RUC Nº 1700442100-0, RIT
Nº 125-2019 y SCA de Santiago, 3 de abril de 2020, rol Nº 551-2020 que rechaza recurso de
nulidad presentado por la defensa en este caso.
75
Sentencia TOP de Punta Arenas, 13 de octubre de 2007, RUC Nº 0600325064-2.
438 María Elena Santibáñez Torres
abusa sexualmente mientras le decía que “las empleadas son para todo
servicio”, amenazándola con despedirla a ella y a su marido si no lo hacía76.
d) El caso más relevante dentro de este grupo corresponde a uno conoci-
do por el TOP de Concepción respecto de un pastor evangélico acusado de
cometer diversos abusos sexuales contra tres víctimas, que a la fecha de los
hechos tenían entre quince y veinticinco años de edad. Estas personas eran
parte de una comunidad religiosa liderada por el imputado, quien ejercía
un rol de autoridad y de líder espiritual. Respecto de los hechos delictivos,
consistían principalmente en besos y tocaciones, y fueron cometidos en el
templo, por regla general estando a solas con las ofendidas. Durante el jui-
cio oral se demostró que el acusado era una persona respetada y obedecida
por su comunidad, imponiendo incluso reglas respecto de la vida privada
de los integrantes de esta iglesia, como pedir autorización para pololear
y aprobación para casarse, entre otras. El Tribunal condenó al imputado,
estimando que las víctimas “se vieron impedidas de oponerse a las conduc-
tas abusivas de parte del acusado”, dado que “la capacidad de las víctimas
para percibir el mundo circundante estaba significativamente alterada, ello
por encontrarse totalmente inmersas en un contexto en que creían que las
reglas impuestas por la iglesia a la que pertenecían, especialmente las
impartidas por el líder de la misma, debían ser necesariamente cumplidas
por ellas, so pena de ser sancionadas públicamente como personas que
se apartaban del camino de su dios, por el acusado (…). Esto provocaba
que las víctimas estuvieran en la imposibilidad psíquica de negarse a los
abusos por parte del encartado”77.
Este caso tuvo pronunciamiento de la Corte Suprema, que rechazó el
recurso de nulidad interpuesto por la defensa alegando errónea aplicación
del derecho, señalando que el autor tenía la “condición de pastor y guía
espiritual”, estado que lo colocaba, respecto de las mismas [víctimas], como
4. Conclusiones
78
SCS, 11 de octubre de 2018, rol Nº 16676-2018, Csdo. séptimo.
440 María Elena Santibáñez Torres
Bibliografía citada
Entre otros la iniciativa llamada “no es no”, que busca modificar el delito de violación
79