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Editorial

A lo largo de la historia, Mesoamérica y el Cari- fueron instaurados distintos modelos de domi-


be han compartido un devenir común en la nación. Este territorio con población afroameri-
apropiación colonial de sus territorios y culturas. cana importada como esclavos se constituyó en
También lo han hecho en sus luchas y en los pieza esencial del capitalismo, con la exportación
procesos de construcción de alternativas que rei- de azúcar y melazas de las islas. Allí tuvo su auge
vindican la riqueza de sus identidades, movi- el sistema de plantaciones, como también en el
mientos y contribuciones al pensamiento crítico sur de Estados Unidos, para proveer de materias
de América Latina. primas baratas a las metrópolis europeas.

Cabe aclarar que el término «Mesoamérica» no Los procesos de vinculación a la economía mun-
casa estrictamente con la división política actual dial y de extracción continúan. Ahora bien, las
de los Estados nacionales que componen la re- nuevas configuraciones y presiones geopolíticas
gión. De acuerdo con la definición formulada que sufren actualmente estas regiones de Améri-
por Paul Kirchhoff en la década de 1940,1 se tra- ca Latina se confrontan con una diversidad de
ta más bien de un territorio geohistórico y cultu- movimientos sociales e intelectuales de resisten-
ral que comienza en las fronteras naturales de los cia que adquieren relevancia en la conformación
ríos Pánuco y Sinaloa y alcanza el centro y sur de de múltiples ecologías decoloniales. Sin duda, el
México, Belice, Guatemala, El Salvador, así movimiento zapatista, 27 años después de su
como el oeste de Honduras, Nicaragua y una levantamiento, y los esfuerzos autonómicos que
porción del norte de Costa Rica. No obstante, se articulan en torno al Consejo Nacional Indí-
como se verá a lo largo de este volumen, existen gena (CNI) en México tienen un protagonismo
dinámicas de la historia colonial y los procesos central en las luchas de la región. A estos se su-
actuales de acumulación de capitales que tras- man las defensas ecoterritoriales de múltiples
cienden esta definición e impactan tanto el nor- pueblos indígenas y movimientos afrocaribeños.
te de México como el extremo sur de Centroa- El Atlas de Justicia Ambiental2 registra 328 con-
mérica, hasta el norte de Colombia. Estas flictos socioambientales de diversos tipos en la
dinámicas han sido documentadas y denunciadas zona (ver Imagen 1).
durante dos décadas por los análisis críticos del
Plan Puebla-Panamá, hoy devenido en Proyecto En lenguas diversas se entretejen diálogos colec-
Mesoamérica, que constituye una iniciativa tivos de resistencia para garantizar la reproduc-
geopolítica alentada por los Estados Unidos y las ción material y simbólica de la vida, para la de-
agencias multilaterales a través de los Gobiernos fensa del agua, los bosques, los ríos, las selvas. En
de la región para avanzar en la ampliación de las estos diálogos también se reinventan las identi-
fronteras de la extracción. Los cambios sufridos dades y se construyen nuevas formas de relación
en la naturaleza, las actividades productivas y los entre los seres humanos y no humanos. Para
modos de vida de las poblaciones locales han sostener de manera inmediata la vida colectiva,
puesto en riesgo sus territorios, conocimientos e los feminismos indígenas y negros desafían la
identidades culturales; han acentuado el expolio herencia, moderna, colonial y patriarcal del ca-
y la violencia, así como el éxodo migratorio. pitalismo y al mismo tiempo abren y expanden
la comprensión de la lucha por los derechos al
Por su parte, el Caribe insular aparece histórica- terr-i-torio, al mar-i-torio y la defensa de sus au-
mente como un espacio fragmentado en el que tonomías.
1. https://www.dimensionantropologica.inah.gob.mx/?p=1031 2. www.ejatlas.org

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Editorial
Imagen 1: Atlas de Justicia Ambiental. Autor: Yannick Deniau

El número 60 de la revista Ecología Política se de la perspectiva conceptual de la ecología polí-


inserta en un momento clave, en el que el pro- tica, el ecofeminismo o la historia ambiental. En
yecto de la modernidad occidental, fundamen- la sección de Opinión, Jacqueline Couti analiza
talmente anclado y posible por el proyecto colo- una obra de Raphael Tardön desde la perspectiva
nial, racial y patriarcal, es cuestionado en todas ecofeminista para estudiar cómo se representan
sus aristas, incluso allí donde se han proclamado las formas retorcidas que feminizan y racializan
experiencias de gobierno progresistas, «post-neo- el espacio, como mecanismo de opresión de los
liberales» o con sellos discursivos por la «transi- cuerpos femeninos en las plantaciones y la pro-
ción» hacia un desarrollismo «verde». Entre la ducción de ron, al tiempo que se aborda la dis-
vasta producción de artículos, la selección pro- cusión sobre el concepto de Plantacionoceno.
curó un equilibrio entre espacios geográficos,
tipos de conflictos y de actores, que dio como La sección de Profundidad contiene cuatro ar-
resultado una muestra importante de luchas y tículos relevantes que muestran la recurrencia
experiencias impulsadas por mujeres, pueblos de la conflictividad socioambiental en la región,
indígenas, comunidades afro. así como algunas de las iniciativas que emergen
desde los pueblos y comunidades locales para
El número reúne veintiún trabajos de diversas hacer frente a la crisis civilizatoria. Delmy Tania
autoras y autores que abordan las temáticas des- Cruz analiza los itinerarios, recorridos y estra-

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tegias que mujeres de la Meseta Tojolabal de mujeres mesoamericanas nepantleras, curande-
Chiapas despliegan para enunciar la experiencia ras indígenas que median entre identidades y
del «territorio encarnado», un conjunto de pro- fronteras raciales logrando crear puentes y nue-
cesos políticos de toma de conciencia y agencia vas formas de soberanía y autogestión energética
colectiva que devienen en estrategias de insur- para sus comunidades. Iñaki Ceberio y Clara
gencia para re-espacializar la vida familiar y co- Olmedo nos invitan a descubrir la dimensión
munitaria, re-ordenando así sus territorios para decolonial y ecocrítica en la obra del gran poeta
vivir bien. Sol Pérez presenta una recapitulación y teólogo nicaragüense Ernesto Cardenal, casi un
de la historia corporativa del Grupo México y año después de su partida. Domingo Castañeda
sus íntimas alianzas con el Estado mexicano, ofrece un análisis del emblemático proceso de
que lo han convertido en una trasnacional de la resistencia del pueblo Ikoot frente a los intereses
minería del cobre y uno de los principales con- multinacionales de la industria eólica en el istmo
sorcios mineros del país, responsable de una de Tehuantepec, Oaxaca. Jesús Janacua compar-
cantidad ingente de delitos ambientales. David te un interesantísimo análisis de la agricultura
Eduardo Barreto y sus coautores nos ofrecen agroindustrial, comúnmente publicitada como
una interesante recopilación de experiencias de paradigma de «desarrollo» y «progreso», como
comunidades y activistas locales de Barbuda, generadora de graves consecuencias ambientales,
Belice, Colombia, Jamaica y Puerto Rico en un como la contaminación, la deforestación y el uso
contexto de inseguridad alimentaria y degrada- intensivo de agua en Michoacán, México. Fer-
ción ecológica. Frente a la crisis climática y la mín Ledesma nos acerca a una revisión de la
pandemia de la Covid-19 emergen saberes y acción política del Movimiento Indígena del
prácticas de producción alimentaria que cons- Pueblo Creyente Zoque en Defensa de la Vida y
tituyen alternativas al desarrollo y expresiones la Tierra (ZODEVITE) que se despliega bajo la
claras del ecologismo popular. El cuarto artículo encíclica «Laudato si’» (Laudato seas, mi Señor),
de la sección, a cargo de Joan Martínez Alier, es del Papa Francisco, en el norte de Chiapas fren-
una recopilación y análisis de conflictos so- te a la extracción petrolera en diez municipios
cioambientales de Centroamérica y las islas del indígenas. Por su parte, Ana Paula Masadaar nos
Caribe contenidos en el Atlas de Justicia Am- ofrece un acercamiento a las concepciones de la
biental que nos muestra cómo el impulso ex- ecología política y la tierra desde los términos
tractivista en la región adquiere múltiples for- propios de las y los zapatistas, por los cuales
mas y dimensiones, como emprendimientos la k’usil balumil (tierra) se concibe como una
mineros, plantaciones agroindustriales, empre- gran red de relaciones formada por seres huma-
sas de generación de energía, contaminación nos y no humanos. Aida Luz López y sus coau-
por extracción y procesamiento de hidrocarbu- tores aportan una revisión crítica de uno de los
ros, construcción de represas, e incluso proyec- proyectos estratégicos del Gobierno «progresis-
tos de «conservación» de la diversidad biológica; ta» de Andrés Manuel López Obrador en Méxi-
todos ellos causan graves impactos en los eco- co, el llamado Tren Maya, que se inscribe en una
sistemas y en las formas de vida de las poblacio- línea de continuidad con la geopolítica extracti-
nes locales, pero también respuestas de resisten- va y neocolonial de sus antecesores neoliberales,
cia que se inscriben en el movimiento global de generando conflictos socioambientales y proce-
justicia ambiental. sos de defensa del territorio por parte de actores
locales. Juraj Sendra y Julio González analizan el
En la sección Breves, se han incluido nueve ar- caso de los complejos hidroeléctricos Oxec y Re-
tículos de casos que alimentan la investigación nace en Alta Verapaz, Guatemala, construidos
empírica ecopolítica de la conflictividad so- sobre ríos sagrados para el pueblo maya Q’eqchi’
cioambiental en la región. Alejandra Aguilera atentando contra la vida económica y cultural de
analiza las resistencias a proyectos de energía de las comunidades, vulnerando el derecho a la con-

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sulta de los pueblos indígenas, destruyendo el Terminamos el número con una interesante re-
tejido social comunitario y generando una gran seña de la novela épica Almanac of the Dead, de
conflictividad materializada en agresiones, cri- Jing Hu, en la cual destaca la praxis literaria crí-
minalización e intensificación de las relaciones tica y decolonial de la autora nativo-americana
sexistas. Leslie Marmon Silko.

En la sección Redes de Resistencia, hemos incor- Nos gustaría dar las gracias a Noemí Royo Gar-
porado cinco trabajos que abordan igual núme- zarán artista ilustradora de la portada, que ha
ro de experiencias. Ariadna Donate relata el caso capturado de forma espléndida el espíritu del
de la defensa del sitio sagrado de Tacushcalco, en número.
El Salvador, frente al racismo estatal y al modelo
extractivista impulsado por el proyecto urbanís- Queremos terminar esta presentación haciendo

Editorial
tico Acrópoli-Sonsonate. Javier Hernández y referencia a la grave situación de violencia en
Lucía Linsalata describen la resistencia de los contra de los ambientalistas que existe actual-
pueblos maseual, totonaku y mestizos de la Sie- mente en la región y recordar la memoria de
rra Norte de Puebla, México, orientada a detener Mariano Abarca, Betty Cariño, Berta Cáceres,
una multiplicidad de proyectos extractivos (hi- Isidro Baldenegro, Samir Flores, entre tantos
droeléctricas, minería a cielo abierto, fracking y otros compañeros y compañeras que han sido
líneas de conducción eléctrica) que amenazan asesinados por defender la Vida.
con trastocar las complejas tramas socioecológi-
cas articuladas en torno a los flujos del agua que Barcelona y Bogotá, diciembre de 2020
recorren su territorio. Emiliano Zolla nos trae la Aida Luz López, Sofía Ávila, Catalina Toro
experiencia del Frente de Pueblos en Defensa de
la Tierra y su oposición al Nuevo Aeropuerto
Internacional de la Ciudad de México, que se
proyectaba construir en la cuenca del lago de
Texcoco. Por último, Jennifer Casolo, Jacobo
Jerónimo y Juraj Sendra dan cuenta de los es-
fuerzos, retos y logros del pueblo maya Ch’orti’,
en cuatro departamentos de Guatemala y Hon-
duras, en la defensa y promoción de su autono-
mía, identidad y territorio ante los efectos del
cambio climático, los proyectos extractivistas, el
racismo y la exclusión.

En la sección Referentes Ambientales, presenta-


mos dos entrevistas con sendos relevantes estu-
diosos del pensamiento ecopolítico latinoameri-
cano. La primera fue realizada por Iñaki Bárcena
a Víctor Manuel Toledo, en la que destaca su
reciente experiencia como ministro de Medioam-
biente del Gobierno de la llamada «Cuarta
Transformación» en México. La segunda la hizo
Grettel Navas al joven pensador Malcom Ferdi-
nand, de Martinica, autor del gran libro Une
écologie décoloniale, Penser l’écologie depuis le
monde caribéen (2019).

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