Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
php/345898
Esto implica que los alumnos no sólo necesitan ayuda para resolver los problemas sino
también para reconocerlos. Porque en ocasiones, los problemas se inventan de manera tal
que formar a los alumnos para que resuelvan problemas que fueron diseñados previamente
para ellos, no los prepara, en efecto para realizar una selección por sí mismos de los
problemas importantes. En conclusión, a los alumnos habría que enseñarles no solo la
forma de resolver problemas sino la habilidad de ser capaces para reconocer los problemas
que vale la pena resolver.
Recurriendo a un ejemplo: un empresario podría detectar a simple vista que los beneficios
están disminuyendo pero sin lograr descubrir por qué. Un alumno puede observar que sus
calificaciones son más bajas en una asignatura pero sin reconocer qué puede hacer para
mejorarlas. Encontrar lo que genera la dificultad es lo que permitirá reconocer el problema.
En efecto, la vida real es compleja y hallar la información puede ser a menudo un problema
en sí mismo.
A diferencia de los problemas que los alumnos están acostumbrados a resolver, los
problemas del mundo real están atravesados por numerosas variables que pueden
condicionar sus potenciales soluciones. En efecto, una característica de las problemáticas
que se presentan en la escuela es la descontextualización.
Los problemas que se les presentan a los alumnos no suelen tener consecuencia alguna, sin
embargo, en la realidad mundana, resolver una problema puede ser la diferencia entre una
vida feliz o una vida desdichada. Si las soluciones a los problemas de la vida pudiesen
separarse de sus consecuencias, entonces no tendríamos ningún motivo para preocuparnos
sobre la forma en que se suele enseñar a resolver problemas.
La solución de un problema no siempre es una solución definitiva, los problemas reales son
problemas que pueden tener diversas dimensiones en incluso modificarse de acuerdo a la
perspectiva. Por ejemplo, los directivos de una empresa pueden apreciar como deben
enfrentar una doble problemática: encontrar soluciones y además, convencer a otros de la
eficacia de dicha solución.
Al enseñar razonamiento crítico, debemos tener en cuenta que es necesario desarrollar una
atmósfera que nos permita sentirnos a gusto con la situación. Tampoco deberíamos
sentirnos amenazados por ese rol. En realidad, no debería existir mejor método para
aprender que enseñar y esto debería ser claro tanto para el docente como para los alumnos.
Los profesores en vez de esperar que se les diga exactamente qué es lo que deben hacer,
deberían evaluar los programas que tienen a su disposición para usar en el aula, del mismo
modo que esperan que los alumnos evalúen los problemas que se les presentan en las tareas
escolares.
El razonamiento, surge como un proceso social que se internaliza solo después de haberse
sido expresado socialmente.
Los alumnos pueden empezar a razonar pero no porque les hayamos enseñado sino más
bien lo que sucede es que se facilitaron exitosamente los medios que propician esta
autoeducación.
Bibliografía
STEMBERG, R. J. y SPEAR-SWERLING L. (1996), "La comprensión de los principios
básicos y de las dificultades de enseñar a pensar", en: Teaching for Thinking, Trad. De R.
Llavori Enseñar a pensar, Santillana, Madrid, pp.95-118.