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Psicoterapia Libro Septiembre - Coordinadora - de - Estudios - No - Prese
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SICOLOGÍA CLÍNICA
QUINTO CICLO
“SICOTERAPIA”
CONTENIDO CIENTÍFICO
CUENCA – ECUADOR
2015-2016
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UCACUE-UCENP-2015-2016
UNIDAD # 1
BASES DE LA SICOTERAPIA: ASPECTOS GENERALES
OBJETIVOS OPERACIONALES
Aprendiendo los temas y subtemas de esta unidad, usted estará capacitado para:
Conceptualizar a la sicoterapia.
Diferenciar los procesos por los que ha pasado la sicoterapia en su desarrollo histórico.
Diferenciar entre sicoterapia, Asesoría y Consejería.
Identificar los alcances y límites de la sicoterapia, la Asesoría y la Consejería.
Conocer los usos de la sicoterapia en las diferentes entidades clínicas.
Señalar la eficacia y validez científica de la sicoterapia
CONTENIDOS
1. CONCEPTO
2. DESARROLLO HISTÓRICO DE LA SICOTERAPIA
2.1. SOCIEDADES PRIMITIVAS
2.2. GRECIA Y EL MUNDO ANTIGUO
2.3. EDAD MEDIA Y RENACIMIENTO
2.4. SIGLOS XVI AL XVIII
2.5. SIGLOS XVIII Y COMIENZO DEL XIX
2.6. DE LA HIPNOSIS AL PSICOANÁLISIS
2.7. EL DESARROLLO DE LA SICOTERAPIA HASTA LA ACTUALIDAD
3. LA SICOTERAPIA COMO RELACIÓN DE AYUDA: DIFERENCIA ENTRE SICOTERAPIA,
ASESORÍA Y CONSEJERÍA
3.1 PSICOTERAPIA
3.2 ASESORAMIENTO
3.3 CONSEJERÍA
3.4 CARACTERÍSTICAS COMUNES
4. ALCANCES Y LÍMITES DE LA SICOTERAPIA, ASESORÍA Y CONSEJERÍA
5. USO DE LA SICOTERAPIA ATENDIÉNDOSE A LAS DIFERENTES ENTIDADES CLÍNICA
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ACTIVIDAD # 1
Usted tiene acceso a las actividades que debe desarrollar, como parte fundamental de la evaluación, a
través de la Plataforma www.educacue.net. Recuerde que el desarrollo de las actividades
encomendadas, es el 50 % de su calificación de aporte personal; por tal razón deben ser oportunamente
realizadas con esmero, dedicación y de manera responsable, según se avance en el estudio de cada
uno de los temas, sin dejar la tarea para el último momento.
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DESARROLLO PEDAGÓGICO
1. CONCEPTO
La Sicoterapia (de psicología, ciencia social que estudia los pensamientos, las emociones y el
comportamiento humano; y terapia, forma de intervención social que busca la mejora de la salud del
paciente, cliente o consultante que la solicita) es el nombre que se utiliza para referirse al proceso
terapéutico que se produce entre un psicólogo con una formación en psicología clínica y una persona que
acude a consultarlo que se da con el propósito de una mejora en la calidad de vida en este último, a través
de un cambio en su conducta, actitudes, pensamientos y/o afectos.
Emplea la comunicación verbal para tratar un vasto espectro de trastornos, disfunciones y malestares
mentales y se puede impartir en forma individual, familiar o grupal, dependiendo de las necesidades. Y se
basa en la relación profesional y humana de uno o varios pacientes con uno o varios especialistas.
Las raíces de la sicoterapia se remontan hasta diferentes tipos de saberes desarrollados en la cultura
occidental y procedente de la magia, la medicina, la filosofía y la religión. Todas estas actividades se
refirieren al hecho de que la vida humana es inherentemente problemática. El hombre se ve enfrentado
a vivir consigo mismo y con los demás. Esta convivencia subjetiva y relacional genera problemas que
suele ser clasificados como conducta anormal o desviada socialmente.
Este elemento convivencia junto con el de la anormalidad ha sido abordado de diferente manera a lo largo
de la historia.
En las sociedades tribales primitivas las explicaciones sobre las causas de la anormalidad están
conectadas a las metáforas sobrenaturales y místicas. Las explicaciones son de tipo animista.
La enfermedad se debe a un fenómeno de posesión, un alma extraña ocupa el lugar del alma del paciente.
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La ceremonia terapéutica consiste en un ritual, ejercido por el hechicero o chaman, por lo general en
presencia de la tribu, que tiene por objetivo el retorno del alma del paciente y la expulsión del alma posesiva
La práctica exorcista (Ellenberger,1970) como ejecución de este ritual puede adoptar tres formas:
La primera consiste en expulsar al espíritu maligno mediante procedimientos "mecánicos" como los
ruidos, los malos olores, o incluso golpeando al poseidilla segunda consiste en transferir el espíritu
maligno a otro ser, en general un animal, y la tercera consiste en intentar extraer el espíritu maligno por
medio de conjuros o
procedimientos psíquicos
(práctica que luego retomó y
normalizo la Iglesia católica).
Es en Grecia donde surge el origen de la psicoterapia actual, sus orígenes derivados de su tradición
filosófica y médica. Se produce una transición desde el animismo hasta la mentalidad racional (Lain,
1958).
Aristóteles se refiere a los distintos usos de la palabra, que se usaba en Grecia para fines curativos. Se
refiere a la palabra persuasiva como ensalmo. Platón habla de cómo el discurso bello produce un estado
de armonía en todas las partes del alma (sophrosyne), que facilita la acción de los productos químicos.
Incluso algunos historiadores han visto en la obra de Platón observaciones sobre las pasiones, sueños e
inconscientes que anteceden al pensamiento de Freud.
Otro aspecto destacable de la sociedad griega era la existencia de las escuelas filosóficas (pie Academia
platónica, Liceo aristotélico, Casa Jardín de Epicuro, etc) donde se cultivaban formas o estilos de vida
con su propio entrenamiento psicológico, como las técnicas de autocontrol, recitación, memorización y
control de la dieta. Estas escuelas no solo eran contextos bien estructurados alrededor de una doctrina
filosófica sino también, como se ha apuntado, formas o estilos de vida.
De estas concepciones destacamos las de Aristóteles que proponía la doctrina de la virtud como forma
de llevar a cabo los fines racionales de la naturaleza humana. La virtud era el medio de establecer el justo
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término medio entre dos extremos viciosos. La alternativa estoica (Zenón de Citio, Epicteto,..) consistía
en el control de las pasiones que generaban excesos irracionales. Para ello se trataba de modificar las
falsas opiniones que la generaban (representaciones engañosas de las cosas) mediante ejercicios
escritos o verbales de meditación y concentración (un claro antecedente de las terapias cognitivas).
Grecia es también una de las principales cunas de la medicina occidental. El pensamiento racional
produjo cambios relevantes en la concepción y clasificación de las enfermedades y la conducta anormal.
Hipócrates (s. IV a. de C.) se contrapone a las concepciones animistas y atribuye causas naturales a las
enfermedades. Son los estados internos del organismo los que producen las enfermedades.
En concreto postula la existencia de cuatro "humores" (sangre, flema, bilis amarilla y bilis negra) que se
localizan en determinados órganos (corazón, cerebro hígado y bazo) y que a su vez se asocian a
temperamentos específicos (sanguíneo, flemático, colérico y melancólico). La salud resultaría del
equilibrio de tales humores y la enfermedad de su desequilibrio. El tratamiento de tales desequilibrios era
de tipo somático, y aunque se intentaba ganar la confianza del paciente se obviaba las motivaciones
psicológicas. La importancia de este olvido de lo psicológico, según López Morales (1970), ha limitado la
historia posterior de la medicina, que ha relegado en gran medida los aspectos psicológicos del ser
humano.
Galeno (128-200) desarrolló la medicina hipocrática. Dividió las causas de las enfermedades en orgánicas
y mentales. Entre las causas mentales se encontraban las lesiones de la cabeza, los excesos de alcohol,
los temores, cambios en la adolescencia y en la menstruación y adversidades económicas o amorosas.
Ante estos trastornos proponía la guía de un tutor o pedagogo que aconsejaba como llevar una vida
serena, aunque en la mayoría de los casos era necesario un tratamiento somático.
Aunque el modelo galénico de la medicina sobrevivió durante la edad media, fue la Iglesia la que jugó un
papel central al considerar los trastornos mentales como producto de una voluntad sobrenatural, del
diablo. El pecado se constituye en la raíz de todo mal y la confesión en el procedimiento terapéutico para
evitarlo. En este contexto general predominaron dos tendencias sobre el pecado y su resolución: por un
lado estaba la postura inquisitorial, que alcanzo su auge durante el papado de Inocencio VIII con su
"Sumís desodorantes afectivas"(1484) y la obra de J. Sprenger y K. Kraemer "MalleusMalleficarum"(1488)
que animaban a descubrir y capturar los herejes y brujas y su "tratamiento”, que podía llegar a la tortura
y quema; por otro lado estaban los que animaban a alejarse del pecado de un modo más personal y
humanitario como Melchor Cano e Ignacio de Loyola.
La obra de Melchor Cano "Tratado de la victoria de sí mismo" propone una guía para evitar la vida viciosa,
centrada en los ejercicios espirituales periódicos que debían durar prácticamente toda la vida (concebía
a la naturaleza humana como débil). Ignacio de Loyola en sus "Ejercicios Espirituales" mantenía una
visión más optimista del cambio personal. Proponía una guía no solo para los ejercicios espirituales sino
también para la vida diaria. Desde el punto de vista psicoterapéutico actual, Ignacio de Loyola anticipó
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Otro autor destacable, y contra la corriente dominante de la quema de brujas inquisitorial, fue el padre
Gilberto Gofré que en el siglo XV creó el primer hospital psiquiátrico de occidente, en concreto en Valencia
(1410). En esta institución se potenciaba una terapia similar a la actual terapia ocupacional.
Durante el siglo XVI y XVII aparecieron una serie de intelectuales brillantes que se opusieron a la visión
demonología dominante, y ofreció un enfoque más humanista de los enfermos mentales. Jaláis Vives
(1492?1540) defiende la causa de los pobres y marginados, incluso cuando su marginación deriva de la
demencia o rareza de su conducta, y resalta el papel de la expresión de las emociones y sentimientos de
los marginados. Páraselos (1493-1541) rechazo la idea deontológica y enfatizó que las enfermedades
mentales era de naturaleza no divina.
En concreto la influencia de los astros era la que producía el trastorno mental (de ahí el termino lunático
usado posteriormente). El médico Robert Burton (1576-1640) era partidario de las causas psicológicas y
sociales de la enfermedad mental, y realzo las causas emocionales de estos trastornos. Thomas
Sydenham (1624-1689) fue de los primeros en describir las neurosis y de afirmar que la histeria no estaba
ligada a las mujeres exclusivamente.
Desde la óptica de la psicoterapia y la psicopatología, dos son los nombres destacables de este siglo:
F.J. Gall (1758-1826) y A. Mesmer (1758-1826).
Gall estaba convencido que determinadas funciones corporales y emocionales estaban controladas por
determinadas aéreas del cerebro. Incluso los rasgos del carácter derivaban de aéreas especificas del
cerebro. Además afirmaba que la forma del cráneo se relacionaba con el grado de extensión y
preponderancia de las zonas cerebrales, y que en base a ello se podía estudiar el carácter. A este método
de diagnóstico le llamó "frenología".
Mesmer, un médico vienés, proporciona un empuje clave a lo que después será la psicoterapia. Su
aportación básica consistió en explicar la enfermedad mental como derivada de una causa natural y no
del diablo. Defendió, apoyado por la ciencia de su tiempo en boga de la electricidad, el magnetismo y la
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astronomía, que las personas tenían un fluido en el cuerpo (reminiscencia de la tradición de los cuatro
humores hipocráticos) de carácter magnético que cuando se desequilibraba hacia enfermar a la persona.
En un principio propuso restaurar tal desequilibrio con él, uso de imanes (magnetismo), para después
evolucionar hasta la interacción del magnetismo del terapeuta (Mesmer) y el del paciente. El método de
Mesmer básicamente consistía en la colocación de imanes cerca del paciente, la ingesta de un fluido de
hierro y pases de mano de imanes por determinadas zonas corporales. Con este método Mesmer obtuvo
cortos éxitos, especialmente ante síntomas y males de tipo histérico.
El médico británico Jabrid (1795-1860) retomo las practicas magnetistas, pero las reformuló como
producto de un estado neurofisiológico, como un estado de "sueño nervioso". Para explicar estos
fenómenos acuñó el término "hipnosis".
A principios del siglo XIX, Francia era el centro de los avances médicos en Europa, en concreto de la
neurología.
En el contexto de la neurología resurge el interés por la hipnosis en dos grandes centros o escuelas: La
escuela de Nancy con las figuras de Liébault (1823-1904) y Berheim (1840-1919) y La escuela de la
Salpetriere en torno a Charcot (1825-1893). En ambos centros estudió Freud.
Liébeault practicaba la hipnosis sugiriendo a sus pacientes que le miraran fijamente a los ojos le decía
que se iban adormeciendo gradualmente. Una vez conseguido el estado de somnolencia le indicaba la
desaparición de los síntomas. Con este procedimiento llego a tratar todo tipo de enfermedades. Berheim,
aprendió este método de Liébeault y lo explicó como producto de la sugestión.
La sugestionabilidad era para él una característica común a las personas y era su "aptitud para
transformar una idea en acto".
Posteriormente Veréis prescindió de la hipnosis y se basó en la sugestión directa del enfermo, llamando
a esta práctica psicoterapia.
La actitud de Charco era marcadamente opuesta a la escuela de Nancy. Aunque practicaba la hipnosis,
la explicaba como un proceso neurológico (Charco
era el neurólogo más famoso de su época). En
concreto, investigo la relación entre la histeria y la
hipnosis. La parálisis histérica podía reproducirse y
eliminarse bajo hipnosis, según su concepción
porque activaba una lesión neurológica específica;
incluso la sugestionabilidad era un signo de debilidad
neurológica.
En esta época, Pujante había estudiado con Charco (como Freud), y se había interesado en la hipnosis
como vía de estudio de la "mente subconsciente". En 1886, aplicó la hipnosis a un caso de histeria
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(Lucila), a la que pedía liberar determinadas emociones y recuerdos (en esto se anticipó unos años a
Bremer y Freud en el método catártico).
El método catártico fue descrito por J. Breuer (aunque Janet ya lo practicaba). Este médico comenzó un
trabajo conjunto con Freud de la que fue producto su obra conjunta "Estudios sobre la histeria (1895)
donde aparece el famoso caso de la paciente Ana O. que desarrolló un cuadro histérico a partir del
periodo en que cuidaba a su padre moribundo. Bremer había comenzado a tratar a esta paciente con
hipnosis repetidamente, hasta que la paciente comenzó a hablar de sus experiencias específicas del
pasado en las que había aparecido el síntoma, desapareciendo este al hacer esto.
El procedimiento terapéutico se fue centrando así en las sesiones hipnóticas donde se animaba a la
paciente a hablar sobre los incidentes relacionados con sus síntomas (método catártico).
Sigmund Freud(1856-1939),que tenía una sólida formación neurológica, y que había aportado
destacables contribuciones a este campo como varios trabajos sobre las parálisis cerebrales en niños y
la neurobiología de la afasia y la agnosia, comenzó su práctica abordando numerosos casos de histeria.
En un principio practicaba el método catártico que desarrolló con Bremer.
La psicología clínica se constituye en los Estados Unidos a principios del siglo XX. En Europa la
concepción dominante del tratamiento era médica o bien derivada de la orientación psicoanalítica
freudiana o de sus "desviaciones" (Adler, Jung, etc.), que tuvo una buena acogida en Estados Unidos en
los medios psiquiátricos (no tanto en los psicológicos).
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En el campo de la psicología a partir de las dos guerras mundiales la intervención de los psicólogos en
los asuntos sociales y públicos fue creciendo. En un primer momento en la selección de personal para el
reclutamiento y selección de puestos, y progresivamente se fue reivindicando una labor más allá de la
puramente psicodiagnóstica. La psicoterapia paso a ser un campo de trabajo de los psicólogos, que
adoptaron inicialmente en su mayoría la orientación psicoanalítica.
Los psicólogos comienzan a generar modelos terapéuticos ajenos al psicoanálisis (dominante entre los
psiquiatras americanos) y los presentan como alternativas más cinticas a este. Carl Roger sobre 1943
crea la terapia centrada en el cliente como una alternativa nueva de psicoterapia, e inicia un proceso de
investigación sobre la relación terapéutica (grabación de las sesiones, análisis del proceso y contenido,
etc.). Desde el ámbito académico se acentúa el conductismo y la terapia de conducta.
Desde este último punto de vista se propone que los tratarnos mentales sin base orgánica son trastornos
aprendidos, derivados de las leyes del condicionamiento y por lo tanto susceptibles de ser modificados
en base a procedimientos de re aprendizaje.
Los conductistas Eysenck, Skinner y Wolpe van a desarrollar esta nueva concepción de la psicoterapia.
Eysenck (1952) cuestiona la efectividad de la psicoterapia psicoanalítica que refiere equiparable al no
tratamiento, incluso inferior. Skinner desarrolla su paradigma de condicionamiento operante, y en su obra
"Ciencia y conducta humana"(1953) llega a re explicar la psicoterapia como efecto del condicionamiento
operante substituyendo los mecanismos intrapsiquicos por principios de aprendizaje. Wolpe a partir de
su obra "sicoterapia por inhibición reciproca"(1958) demuestra como la terapia conductista es aplicable y
efectiva en el tratamiento de las neurosis, sin necesidad de recurrir a los procedimientos largos y costosos
de la terapia psicoanalítica. Todo ello sirve a los psicólogos para alimentar sus deseos de autonomía en
esta época de reivindicaciones teóricas y laborales.
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El enfoque conductista se hace dominante hasta los años sesenta en los ámbitos académicos de América
y Europa, y en gran parte de los clínicos (mas entre los psicólogos). En esta época sin embargo, comienza
a ser cuestionado por parte de los propios psicólogos que le atribuyen, reconociendo su efectividad
potencial en muchos casos, una imagen del hombre
demasiado mecanizada y olvidada de los aspectos más
subjetivos.
En los últimos años las tendencias más actuales en el campo de la psicoterapia son: (Seixas y Miró,
1993):
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3.1 SICOTERAPIA
3.2 ASESORAMIENTO
Proceso que tiene lugar en una relación de persona a persona entre un individuo perturbado por
problemas que no puede manejar solo y un profesional cuya formación y experiencia lo califican para
ayudar a otros a alcanzar soluciones para diversos tipos de dificultades personales.(Hahn & Maclean,
1955).
Es una relación en la que una persona se esfuerza por ayudar a otra a comprender y resolver sus
problemas, de adaptación. (English & English, 1958).
Proceso que implica relaciones interpersonales entre un terapeuta y uno o más clientes: el primero
emplea métodos psicológicos basados en el conocimiento sistemático de la personalidad humana
para tratar de mejorar la salud mental de los segundos. (Patterson, 1967).
Proceso mediante el cual la estructura del yo se relaja en el medio seguro de la relación con el
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3.3 CONSEJERÍA
Es la exposición libre de la opinión propia del psicólogo sobre un tema determinado o una alternativa de
solución con un alto componente directivo y que nosotros la consideramos exclusivamente como una forma
de comunicación.
Del referente anterior se pueden establecer relaciones entre estas tres actividades aunque posteriormente
el contenido tendrá que ver solo con el asesoramiento y la psicoterapia, debido a las limitaciones
previamente anotadas.
Algunas de las semejanzas que se encuentran entre ellas serán señaladas a continuación:
Se refieren en términos generales, a la relación de ayuda que se brinda a una persona o personas
con problemas.
Manifiestan criterios sobre salud mental participando en mayor o menor medida en las fases
respectivas.
En todas se privilegia la acción interpersonal sobre todo de tipo verbal, como recurso a través del
cual se brinda la ayuda.
Existe diversa formación académica entre los profesionales que actúan en estas disciplinas; la
psicoterapia se relaciona con la Psicología Clínica y sus ramas afines, mientras que el
asesoramiento tiene que ver con la Psicología Industrial, Educativa y otras ramas relacionadas entre
sí.
Por las consideraciones anteriores, generalmente el contexto de trabajo suele ser diferente: mientras
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A través de todo el tratamiento será posible evidenciar la forma como las escuelas psicológicas plantean
sus conceptualizaciones de los hechos psicológicos durante el proceso de ayuda; parecería que entre ellas
no pueden darse puntos de coincidencia o similitud en ningún de sus elementos; pero en realidad, se dan
características de las que no pueden sustraerse ninguna de ellas. A continuación se analizan estos
aspectos:
3.4.1 Persona en condición de paciente, cliente o asesorado.- Toda la acción de ayuda va encaminada
a restaurar el equilibrio de una o varias personas que manifiestan algún padecimiento que puede ser
solucionado con esta forma de ayuda. El paciente es el sujeto sobre el cual se desarrolla toda la acción
curativa y ninguna escuela puede prescindir de él. El asesorado es una persona que presentando algún
trastorno en su comportamiento o conducta, recibe ayuda.
A pesar de la posición de algunas orientaciones que señalan el criterio de la libre voluntad del paciente
para acudir a recibir tratamiento, pensamos que tal aseveración solo es factible en algunos tipos de sujetos,
así en casos en los que no se ha perdido el contacto con la realidad y en el de las personas adultas.
En oposición a este punto, se pueden citar los casos de pacientes psicóticos que no tienen conciencia del
trastorno. En el caso de niños y la mayoría de adolescentes se puede observar que su concurrencia al
tratamiento casi siempre ocurre por acción de terceras personas que se ven inquietas por alguna forma de
conducta que ellos consideran inapropiada o anormal.
3.4.2 Persona en condición de terapeuta o asesor.- Igual que en el elemento anterior, se puede
encontrar un terapeuta o varios (en el caso de la técnica múltiple) aunque esta última condición no sea
mayormente utilizada por consideraciones de economía y dificultades técnicas. En este punto cabe
precisarse la categoría científica y académica en la preparación de los terapeutas. Este ejercicio ya no puede
estar en manos empíricas o inexpertas.
El terapeuta debe estar respaldado, a más de su formación académica específica, por un grado notable de
equilibrio y madurez emocional; esto sobre todo resulta básico en las orientaciones en las que se pone el
mayor interés en las manifestaciones afectivas que suceden en la relación paciente-terapeuta.
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3.4.3 Recolección de la información.- Sobre todo en las formas verbales, es fácilmente reconocible el
trabajo investigativo que se efectúa en los sujetos. La modalidad puede variar de acuerdo con los enfoques
o escuelas; algunos prefieren una recolección informática sistematizada e inicial a través de un esquema
de historial clínico, otros desarrollan esta tarea conforme transcurre la comprensión retrospectiva como
ocurre en los enfoques dinámicos.
Esta segunda forma de proceder corre el riesgo de establecer criterios diagnósticos sin la oportuna
discriminación de factores orgánicos o fisiológicos, que pueden ser las reales causas de trastornos
falsamente interpretados como psicógenos. De modo que la postura más razonable es la de realizar una
investigación inicial lo más completa y amplia desde los ámbitos orgánico, psicológico y social para tener
una visión exacta de la patología presente en el individuo.
3.4.4 Establecimiento de una relación positiva.- Los fenómenos afectivos que suceden en la relación
terapéutica han sido motivo de algunas interpretaciones, muchas de ellas contradictorias; así, para algunas
escuelas, todo el proceso terapéutico ocurre sobre la base del manejo exclusivo de esa relación afectiva.
En las escuelas no encasilladas como afectivas ocurre lo contrario y hasta podría pensarse que se llega a
descartar totalmente la importancia de estos elementos; no obstante, en las formas terapéuticas de
contenido verbal no se puede prescindir de la ocurrencia de factores afectivo positivos por el hecho que
participan fenómenos propios derivados de la interrelación personal que todo terapeuta está obligado a
controlar.
3.4.5 Utilización de técnicas específicas.- Una de las diferenciaciones entre lo intuitivo y lo explícito
constituye precisamente la especificación que se establece de las múltiples técnicas que han surgido en las
escuelas terapéuticas. La técnica que subyacentemente conlleva un esquema teórico suplanta al ejercicio
improvisado y carente de una comprensión científica de los trastornos psicológicos. En cada una de las
orientaciones psicoterapéuticas es factible encontrar una multiplicidad de técnicas que resultan fun-
damentales en el ejercicio de la terapia.
Por eso, el psicólogo debe conocer no solamente aquellas técnicas altamente sofisticadas y que requieren
manejos instrumentales, sino también todas las modalidades de intercambio verbal que requieren de una
alta especialización.
Ya que la consejería es la más antigua de las técnicas que el hombre ha empleado y posiblemente seguirá
empleando, todo terapeuta plenamente preparado y capacitado está obligado a manejar las comunicaciones
verbales con propiedad y fundamentado en los principios teóricos de una escuela determinada.
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Cuando una persona acude a buscar orientación sobre un proceso determinado, la postura del psicólogo
es más directiva en cuanto a la ayuda que brinda y generalmente no hace sino, desde su rol de profesional
conocedor de un campo específico del saber humano-, exponer libremente su criterio sobre la consulta
específica que se realiza; pero esto no puede ser considerado como psicoterapia, sino exclusivamente
como consulta profesional.
Por otra parte, con mucha frecuencia se escucha a otros profesionales hablar sobre la importancia que
tienen los elementos sugestivos de la palabra en la consecución de resultados terapéuticos en el campo de
la medicina, o referirse a las actitudes positivas dentro del profesional como coadyuvante dentro del manejo
general del paciente.
Creemos que la participación de fenómenos psicológicos en todas las entrevistas de algunos profesionales
que establecen nexos de relación de ayuda, así como el empleo de recursos sugestivos, son hechos
verídicos. En lo que no participamos es en el criterio de reducir la psicoterapia a estos manejos auxiliares
que se dan en otras profesiones. La psicoterapia como modalidad de tratamiento es una actividad más
sistematizada y completa que estas aplicaciones aisladas, de modo que, el empleo de esta técnica supone
la superposición integral y dinámica de varios pasos y fases que se interrelacionen durante todo el
tratamiento.
En términos generales, pueden citarse dos posiciones que tienden a ser antagónicas en su concepción.
Por una parte, existe un sector escéptico a los resultados de la sicoterapia, pues la consideran como una
forma de ayuda que no tiene ningún resultado favorable en el tratamiento sicoterapéutico, de tal posición
se deriva una gran cantidad de prejuicios, mitos y
creencias exageradas sobre las bondades de la
sicoterapia. Agreguemos a tales afirmaciones la
necesidad de considerar diferentes grados de
expectativas para el juzgamiento de la eficacia de la
técnica sicoterapéutica, de modo que no interesen solo
los criterios que provengan de los mismos profesionales
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de la psicología, sino también los criterios de los pacientes, las instituciones y centros en los cuales se
desenvuelve esta disciplina.
Esta aseveración es válida en cuanto el mismo paciente debe tener mayor conocimiento de los verdaderos
alcances del tratamiento psicoterapéutico y de lo que él puede esperar al someterse a este tipo de ayuda.
Las políticas institucionales también imponen, en otras ocasiones, determinadas limitaciones a la acción
psicoterapéutica eficaz, cuando se preocupan exclusivamente del factor cuantitativo en la atención de
pacientes.
Podemos analizar además algunas creencias desproporcionadas que se mantienen acerca de los usos
de la sicoterapia; muchas personas creen que la psicoterapia puede curar todas las enfermedades, que
puede mejorar el nivel intelectivo de los pacientes, etc. Nada más importante, entonces, que el discutir o
exponer desde el inicio de la relación los verdaderos límites que plantea este tipo de tratamiento para
conocimiento de los mismos sujetos. Y si este trabajo es recomendable en los individuos que acuden a buscar
ayuda, es necesario también a nivel interprofesional debido al relativo conocimiento acerca de psicoterapia
que se tiene en nuestro medio.
Los verdaderos límites y alcances se suelen determinar por una serie de factores que los exponemos a
continuación:
La sicoterapia y el asesoramiento son formas de ayuda que pueden atenuar y curar varios
trastornos, pero no todos.
A través del fenómeno sugestivo se pueden lograr resultados falsos y percepciones subjetivas en los
clientes, que distorsionan la realidad sobre los efectos de la relación de ayuda.
La acción y eficacia de la relación de ayuda se ve limitada por varios factores dependientes del
paciente, el terapeuta y las condiciones que rodean al primero.
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5.2 En el terreno neurótico se encuentra el mayor uso de la psicoterapia y se podría decir que el origen
mismo de esta forma de tratamiento toma los casos neuróticos para desarrollar sus aspectos técnicos y
doctrinarios. La interpretación de la neurosis de acuerdo con las diferentes orientaciones dirigirá la postura
terapéutica, de modo que los criterios psicoanalíticos adoptarán una posición diferente a los postulados
reflexológicos o conductistas. Es casi de aceptación general que en estos trastornos, la psicoterapia debe
ser el tratamiento fundamental por su etiología psicosocial. La reflexología nos habla de un desequilibrio
en la dinámica cortical como la explicación neurofisiológica del trastorno neurótico, en estas circunstancias,
el tratamiento psicoterapéutico lograría la restauración de ese equilibrín perdido. En ocasiones, el cuadro
neurótico se presenta en forma aguda dificultando el manejo exclusivo a través de la técnicas
psicoterapéuticas, debido a éste se requiere un apoyo farmacológico medicamentoso inicial hasta que
existan las condiciones básicas y necesarias para establecer el tratamiento psicológico; pero en última
instancia, por el origen propio de los trastornos neuróticos, el tratamiento fundamental deberá ser el psico-
terapéutico.
A pesar de las discusiones acerca del origen de las neurosis que llevan adelante las diferentes escuelas, no
se puede negar el predominio del factor exógeno en estos trastornos -en contraposición a los problemas
psicóticos o psicopáticos-, de esta manera, el factor de aprendizaje o establecimiento de pautas patógenas
de conducta es un hecho que toma mayor cuerpo en la formación de la neurosis y abre al mismo tiempo la
posibilidad de actuar en sentido inverso, con técnicas que instauren nuevas formas de conducta o eliminen
las que resultan patológicas.
La teoría cortico-visceral establecida por Bykov brinda la posibilidad de entender los trastornos de origen
psicológico que tienen repercusión en los diversos órganos del individuo.
En este punto merece recalcarse que la concepción unitaria del organismo resalta en este tipo de trastorno,
pero además, no podemos perder de vista que todas las enfermedades que pueden ser erróneamente
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catalogadas como psicosomáticas, pueden tener también otros orígenes, de modo que, como señalamos
más arriba, se descarta en primer término el factor orgánico-fisiológico antes de pensar en la acción
exclusiva de los elementos emocionales. Afirmamos también que en la actualidad existen muchas teorías
o apreciaciones sobre el origen de los trastornos psicoso- máticos que estarán marcando la dirección del
tratamiento.
5.4 En los trastornos psicóticos, la ayuda psicoterapéutica se constituye en una forma de apoyo, a pesar
de afirmaciones demasiado optimistas que se han vertido sobre todo en los terrenos psicoanalíticos. Lo cierto
es que con los recursos de relación interpersonal se puede colaborar al tratamiento más rápido de los
trastornos psicóticos o se puede también, utilizando técnicas especiales, eliminar o instaurar hábitos de
conducta, pero resulta todavía imposible hablar de una curación o remisión de psicosis a través de
procedimientos psicoterapéuticos.
5.5 En las psicopatías también se pueden apreciar hasta la actualidad más limitaciones que usos eficaces.
Los autores parecen coincidir, si no en la imposibilidad, por lo menos en la gran dificultad que plantean las
psicopatías o trastornos de personalidad, a las técnicas psicoterapéuticas. Los resultados nunca han sido
muy alentadores a pesar de los éxitos aislados
que se han conseguido.
19
UCACUE-UCENP-2015-2016
6.3 Fase de Intervención.- modificar el problema: Durante la intervención, se enseñan a la persona una
serie de estrategias que le ayudarán a modificar la situación en que se encuentra y a afrontarla de un modo
más saludable y menos problemático. Todo ello con la ayuda y la supervisión del psicólogo, pero con
un papel muy activo por parte de la persona.
6.4 Fase de Seguimiento.- consolidar los cambios y mejoras: Durante el seguimiento las sesiones cada
vez son más espaciadas y el psicólogo se asegura de que los cambios que han tenido lugar en la persona
se mantienen y se cristalizan, pudiendo las estrategias enseñadas generalizarse y ser de ayuda en otras
situaciones. En este sentido, la terapia tiene también una función preventiva de nuevos problemas.
La guía del National Institute of Mental Health de Gran Bretaña resume así la evidencia disponible hasta
este momento (2004): “Las terapias psicológicas son parte esencial del cuidado de la salud. Existe
abrumadora evidencia de su efectividad para tratar una amplia variedad de problemas y enfermedades
20
UCACUE-UCENP-2015-2016
relacionadas con la salud mental”. Las guías consultadas señalan que la eficacia de la psicoterapia se
apoya en trabajos y metaanálisis que conducen a recomendaciones de distinta fuerza, de acuerdo con la
categoría de la evidencia en la que se apoyan.
Corresponde señalar que para muchos trastornos la evidencia disponible es del nivel más alto. Existe
asimismo firme evidencia a favor de diferentes formas de psicoterapia, aunque, por razones que serán
señaladas más abajo, no todos los tipos principales de psicoterapia fueron estudiados exhaustivamente.
Los trastornos para los que existe clara evidencia de eficacia son: la depresión mayor, la ansiedad
generalizada, las fobias, incluyendo la fobia social, los trastornos obsesivo-compulsivos, el trastorno por
estrés post-traumático, los trastornos alimentarios, los programas de intervención familiar en la
esquizofrenia, los trastornos de personalidad, el abuso de alcohol y de cocaína, las disfunciones sexuales.
Existe también evidencia de eficacia en diversos grupos etarios, como ser niños y tercera edad.
A partir de la década de 1970, el desarrollo de los metaanálisis permitió revisar los resultados de cientos
de estudios previos sobre los efectos de los tratamientos, que confirmaron tanto la eficacia (o sea, los
resultados obtenidos en condiciones ideales) como la efectividad (o sea, los resultados en las condiciones
en las que se da la práctica en la realidad) de la psicoterapia. El efecto es claro: los primeros metaanálisis
ya mostraban que el 80% de los pacientes tratados estaba mejor que los no tratados. Estudios más
recientes, confirman estos resultados, a la vez que los complejizan.
Los cambios producidos han demostrado continuar luego de la terminación de la terapia y tener
significación clínica y no sólo significación estadística (esto es, por ejemplo, no depender sólo de pequeñas
modificaciones en puntajes de tests en un gran número de casos, sino implicar modificaciones reales en la
calidad de vida de las personas). La psicoterapia es también eficiente desde el punto de vista de la relación
costo-beneficio. La revisión de la literatura realizada por Gabbard muestra que la inclusión de la
psicoterapia en el tratamiento reduce los gastos de tratamientos ulteriores y aumenta la productividad
laboral, siendo la evidencia de costo-efectividad mayor para los trastornos más severos.
La necesidad de incrementar los estudios de este tipo es considerada una prioridad. El usuario tiene el
derecho a estar informado sobre la existencia de este recurso. El National Institute of Mental Health de
Gran Bretaña agrega: “La falta de servicios adecuados de psicoterapia y de counselling es reiteradamente
citada por los usuarios de los servicios de salud mental cuando se les pregunta cómo les gustaría mejorar
el cuidado que ellos y sus familias reciben”. Creemos que la demanda latente es también alta en Uruguay,
como lo muestran las listas de espera o cuando se ofrece servicios de Psicología Médica a pacientes
21
UCACUE-UCENP-2015-2016
internados. Como todo tratamiento eficaz la psicoterapia puede también tener efectos negativos y es
necesario incluir estos aspectos en las investigaciones. La revisión de la literatura realizada por M. J.
Lambert y B. M. Ogles sugiere la necesidad de prever mecanismos para evaluar los efectos negativos de
la psicoterapia (cuya aparición se evalúa en alrededor de un 5-10% de los casos), así como de detectar
precozmente las posibles fallas y sus causas Las investigaciones sugieren prestar atención a ciertas
variables del paciente, del terapeuta, del tipo de terapia.
AUTOCONTROL # 1
Luego de que usted ha concluido el estudio de esta primera unidad, ahora ya está en condiciones de
resolver el autocontrol, para ello debe abrirlo en la Plataforma www.educacue.net, dentro del período
determinado y resolverlo en el tiempo establecido. Proceda de acuerdo con lo que allí se le indica. Recuerde
que en última instancia, la resolución del autocontrol le permitirá verificar el cumplimiento de los objetivos
propuestos y adquirir el 50% de la calificación del aporte personal. En la Plataforma, usted tendrá dos
oportunidades para resolver el autocontrol, con el fin de que, en caso de errores o dudas, repase lo
aprendido para que los rectifique, solvente las dudas y lo vuelva a intentar, ya que la herramienta
informática califica automáticamente la prueba.
22
UCACUE-UCENP-2015-2016
UNIDAD Nº 2
BASES DE LA SICOTERAPIA: ASPECTOS RELACIONADOS
AL TERAPEUTA, PACIENTE Y LA TERAPIA
OBJETIVOS OPERACIONALES
Aprendiendo los temas y subtemas de esta unidad, usted estará capacitado para:
CONTENIDOS
23
UCACUE-UCENP-2015-2016
4.1 RAPPORTEMPATÍA
4.2 RESISTENCIA
4.3 TRANSFERENCIA
4.4 CONTRATRANSFERENCIA
5. CLASIFICACIÓN DE LA PSICOTERAPIA
5.1 EN RELACIÓN A LA ORIENTACIÓN SEGUIDA
5.2 EN RELACIÓN AL TIEMPO DE DURACIÓN
5.3 EN RELACIÓN AL CONTENIDO CIENTÍFICO.
5.4 EN RELACIÓN AL GRADO DE MODIFICACIÓN INDUCIDA O LA COMPLEJIDAD DEL
EJERCICIO.
5.5 EN RELACIÓN AL NÚMERO DE PACIENTES.
5.6 EN RELACIÓN AL OBJETIVO PERSEGUIDO
5.7 EN RELACIÓN A LA TÉCNICA UTILIZADA
6. LISTA DE MODALIDADES SICOTERAPÉUTICAS.
7. ¿QUÉ TERAPIAS REALIZAR Y PARA QUIÉN?
8. DEONTOLOGÍA DE LA SICOTERAPIA
8.1CONFIDENCIALIDAD, PRIVACIDAD Y CONSENTIMIENTO INFORMADO.
8.2 SEGURIDAD
8.3 LÍMITES DE LA ACTUACIÓN PROFESIONAL.
8.4 PROBLEMÁTICA ASOCIADA AL COBRO DE SERVICIOS.
8.5 COMPETENCIA PROFESIONAL.
8.6 DERECHO A LA INFORMACIÓN E INFORMACIÓN APROPIADA
8.7 INVESTIGACIÓN Y PUBLICACIONES
8.8 PUBLICIDAD
ACTIVIDAD # 2
Usted tiene acceso a las actividades que debe desarrollar, como parte fundamental de la evaluación, a
través de la Plataforma www.educacue.net. Recuerde que el desarrollo de las actividades
encomendadas, es el 50 % de su calificación de aporte personal; por tal razón deben ser oportunamente
realizadas con esmero, dedicación y de manera responsable, según se avance en el estudio de cada
uno de los temas, sin dejar la tarea para el último momento.
24
UCACUE-UCENP-2015-2016
Las investigaciones acerca de las características de personalidad del cliente han diferenciado a aquéllos
que han superado con mayor facilidad su patología luego de haberse sometido a un proceso de ayuda, de
quienes han requerido un trabajo más intenso, duradero o que incluso no han mejorado luego de varios
intentos psicoterapéuticos.
Informan sobre estudios acerca de temas tan variados como la recuperación espontánea, la integración de
la personalidad, las expectativas del paciente, la dependencia, la introversión, las diferencias de sexo, los
valores sociales, etc. Y si bien, luego de estos estudios, se han confirmado algunas hipótesis acerca de
observaciones empíricas efectuadas por los terapeutas, éstas no son susceptibles de generalizaciones
absolutas.
En un estudio efectuado por Taulbee en 85 psiconeuróticos a los que se les asignó las denominaciones de
"concurrentes" y "desertores", se encuentran algunas características detectadas mediante el
Rorschachque se citan de la siguiente forma: los "desertores" que abandona ron el tratamiento fueron
catalogados como impersonales, positivos, racionalizadores y dispuestos a responder solo a una gama
limitada de estímulos emocionales. Los "concurrentes" o pacientes que permanecieron en tratamiento, se
describieron como menos defensivos y más persistentes, ansiosos, sensibles, dependientes, con mayor
conciencia de sus sentimientos de inadecuación, inferioridad y depresión y mejor capacidad para evaluarse
a sí mismo, para responder emocionalmente y con una actitud más introspectiva.
Rosenberg, a su vez identificó las siguientes características con neuróticos que tuvieron mejoría luego de
psicoterapia: inteligencia superior, capacidad para establecer asociaciones fácilmente, flexibilidad, amplia
variedad de intereses, capacidad para sentir profundamente, sensibilidad al ambiente, alto nivel de energía
y relativa libertad respecto a las preocupaciones por la salud. Shertzer y Stone, en su Manual para el
Asesoramiento Psicológico (1972), se refiere a esta síntesis.
25
UCACUE-UCENP-2015-2016
La percepción del paciente como objeto de estudio, por sí solo, debe hacerse tomando en cuenta
características como el tipo de trastorno o conflicto que padece, su edad, el tiempo de duración del
problema, el sexo, los factores desencadenantes del cuadro, etc., lo cual corresponde a un estudio integral
de aquél. Por lo tanto, el análisis posterior sobre los elementos que parecen influir en la terapia deberá
considerarse exclusivamente en su medida relativa.
Supone la existencia de un determinado grado de interés, necesidad, atención, actitud o expectativa con
relación al proceso. No solamente el éxito en la ayuda depende de esta condición, sino inclusive la
permanencia del sujeto en aquélla. Cuando éste busca ayuda en un especialista, ha superado una gran
variedad de obstáculos y resistencias personales y sociales, además de intentar una gran cantidad de
soluciones y alternativas autopropuestas o recomendadas por otras personas.
Para nadie que padezca un problema mayor de desadaptación o se encuentre trastornado neuróticamente
le resulta tarea simple acudir en búsqueda de ayuda. Más ostensible constituye este fenómeno entre los
varones, resistiéndose a concurrir donde el especialista hasta que la sintomatología les resulte totalmente
intolerable. Confiar a otra persona la posible resolución de sus conflictos es algo que menoscaba su
autoestima y virilidad. En el sexo femenino se observa una mayor facilidad para superar este primer
obstáculo.
La acción terapéutica en otros trastornos -como las psicosis o psicopatías- se obstaculiza sobre todo
porque esta condición se halla ausente. En el primer caso, por la pérdida del contacto con la realidad, y en
el segundo por la carencia de juicio ético y sensibilidad en su comportamiento.
El caso de los niños y los adolescentes, quienes son conducidos casi siempre por sus padres, constituye
un aparte en este sentido. En ellos no se podría hablar de una motivación inicial o previa al contacto, sino
como un elemento que surgirá de los primeros encuentros entre cliente y psicólogo.
En cualquier circunstancia, es evidente que de acuerdo con la motivación que demuestre el cliente, el
trabajo de ayuda se verá favorecido. El especialista no solo mantendrá su interés inicial hacia el cliente, sino
que formará o incrementará este fenómeno mediante el manejo técnico más adecuado. No se puede
forzar a ningún cliente a someterse a psicoterapia o asesoramiento si no siente interiormente la necesidad
de que así suceda. Inclusive el proceso en su naturaleza recibirá la influencia de este elemento.
En los padecimientos psicosomáticos es observable una inicial renuencia a considerar su trastorno como
originado por factores emocionales, atribuyendo toda su patología al terreno orgánico y fisiológico, carac-
terística que no puede ser soslayada por el terapeuta en sus primeros abordajes.
26
UCACUE-UCENP-2015-2016
Las potencialidades intelectivas del cliente, tanto en lo referente a capacidad cuantitativa, como a sus
cualidades inherentes, marcarán los logros en la modificación del individuo y la técnica que será la más
propicia en su aplicación. De este modo, los recursos racionales, explicativos y persuasivos cobran mayor
eficacia en capacidad normales y superiores, en cuyos casos, la discusión en términos de juicios y
razonamientos requieren de mucha habilidad en la confrontación cliente-asesor.
Los recursos sugestivos son útiles en capacidades no correspondientes a las escalas propuestas
anteriormente. Sin que sean factores coincidentes, los niveles culturales limitados asociados a restricciones
intelectivas proporcionan mejor campo de aplicación de aquellas técnicas que manejan recursos
sugestivos; será recomendable, sin embargo, no utilizar este parámetro en forma exclusiva para determinar
la técnica.
Como explicamos antes, no solo la capacidad interviene en el proceso; el tipo de inteligencia predominante
es otro rasgo ponderable. Citemos el caso aislado de las técnicas que requieren de un notable desarrollo de
la imaginación en su aplicación para resaltar la importancia de su investigación.
El funcionamiento adecuado de los procesos intelectivos -sobre todo en lo concerniente a las capacidades
de discernimiento, análisis, autoevaluación y actitud introspectiva- permitirán una interactuación verbal
entre cliente y asesor cuando se utilizan básicamente estímulos correspondientes al segundo sistema de
señales.
De todas las afirmaciones anteriores, se podría deducir incorrectamente que los deficientes mentales
quedarían al margen de la ayuda psicoterapéutica. Esta afirmación no es verdadera ya que este campo
supone la utilización de otros tipos de recursos psicológicos correspondientes al primer sistema de señales,
cuya aplicación es factible en el caso de deficiencias.
Con esta denominación nos referimos al relativo equilibrio que deben mantener las diversas funciones
psíquicas en su acercamiento hacia la normalidad. Sabemos que mayormente desintegrado se presenta
un psicótico que un neurótico, y que por lo tanto el tratamiento psicoterapéutico en el primero, resulta
muy complejo o imposible por esta circunstancia.
De igual forma, cuando los trastornos son agudos, se pierde el funcionamiento armónico e integral de la
personalidad, manteniendo limitadas las acciones exclusivamente psíquicas; de este modo, angustias o
depresiones agudas requieren de otras medidas iniciales a fin de garantizar el tratamiento psicoterapéutico
posterior.
27
UCACUE-UCENP-2015-2016
El criterio fundamental constituye la apreciación del funcionamiento del individuo con relación a su
patología y su contacto con la realidad; unos cuadros poseen una cobertura más amplia desde el punto de
vista sintomatológico, provocando en los más acentuados un divorcio con la realidad inmediata del
paciente. Otros trastornos, catalogados como menores, solo abarcan funciones con menor compromiso
patológico, observando un adecuado contacto con el entorno y con la realidad.
Estos últimos casos tendrán un mayor beneficio que los primeros, sobre todo en cuanto se utilizan recursos
verbales, en cuyo caso la significación ideológica de la palabra es asimilable con acierto y comprensión.
La carencia de esta capacidad dificulta la relación por convertir las sesiones en reuniones demasiado
impersonales y frías emocionalmente. El caso de los psicópatas constituye el ejemplo más evidente en lo
concerniente a la ausencia de respuesta emocional al contacto terapéutico; quizás en los paranoides tam-
bién resaltan estas manifestaciones.Inversamente, en otros trastornos o personalidades, la reacción afec-
tiva es notoria, requiriéndose establecer un equilibrio en esta expresión como sucede básicamente en los
histéricos.
Durante la ayuda se utilizan las respuestas emocionales además de las modificaciones textuales y
conceptuales de la comunicación del sujeto, consiguiendo cambios más rápidos y permanentes. Cuando
no hay acceso a las influencias señaladas no se logran establecer ni los elementos iniciales del contacto
entre sus miembros.
1.5 Flexibilidad.
Puede estar explicada por las condiciones de mayor o menor grado de sugestibilidad de la corteza cerebral.
Sería de esperarse que por la misma condición de desequilibrio se pueden dar características de
sugestibilidad que facilitan también la acción de ayuda. Pero intervienen además otras circunstancias que
determinan su diferenciación; así en los niños se encuentra mayor flexibilidad que en los adolescentes; en
las mujeres en mayor medida que en los varones; en los adultos, mejor que en los ancianos.
Entonces, se define la flexibilidad como la mayor factibilidad de cambio en lo referente a actitudes, emociones
y comportamiento. Cuando se aprecian características de rigidez, el resultado se dificulta notablemente y
en algunos casos resulta un obstáculo infranqueable.
28
UCACUE-UCENP-2015-2016
Como síntesis del análisis del tema, bien vale resaltar que la presencia o ausencia de estas características
influyen durante el proceso, aunque no sean enteramente concluyentes los estudios realizados, ni
definitivas o exclusivas sus acciones.
Las investigaciones contempladas, generalmente se rigen por las orientaciones profesiológicas deducidas
de la psicometría, que no resultan del todo coherentes e integrales. De todas maneras, denotan la
necesidad de ir consiguiendo un control cada vez más completo sobre el proceso.
Varios estudios han sugerido características asociadas con la eficacia de los asesores. La tolerancia a la
ambigüedad, la madurez, comprensión, capacidad de mantener una distancia emocional apropiada con
relación al paciente y capacidad de contacto impersonal, son algunas de las medidas no intelectuales de
mayor importancia.
Aunque la exposición de los siguientes rasgos no será completa, pensamos que contribuirá al análisis y
formación de tales condiciones en los psicólogos, debido a que no compartimos aquella convicción de que
el terapeuta "nace". En la actualidad es factible modelarlo a través de instrucción formal en centros de
educación superior, aun en conocimiento que la formación integral de la personalidad obedece a todo el
desarrollo vital del individuo.
Los recursos intelectivos en el profesional son inequívocos. Por regla general, se estima que cualquier
profesión a nivel superior requiere de una dotación intelectiva que supere la mera normalidad para
garantizar su ejercicio. El trabajo de ayuda no puede verse excluido de este criterio, considerando sobre
todo la circunstancia de la confrontación que debe efectuar ante diversas capacidades intelectivas de los
sujetos, muchas de ellas superiores, lo cual es más evidente cuando se manejan técnicas persuasivas o
racionales.
29
UCACUE-UCENP-2015-2016
La diversidad de nivel cultural e instructivo de los clientes plantea variadas estrategias de modificación en
ellos, que no son posibles sin una dotación pertinente de funciones intelectivas óptimas.
En el caso de los psicoterapeutas, cuya función no puede separarse de toda la actividad desarrollada como
psicólogos, son imprescindibles funciones analítico-sintéticas, juicio crítico, razonamiento, capacidad de
reacción inmediata ante estímulos verbales, memoria de fijación y evocación, capacidad verbal y asociativa
en mayor proporción que otras áreas.
Al parecer, ésta es una extensión de toda la estructura misteriosa, intuitiva y subjetiva de esta escuela, que
hasta se contradice con los requerimientos sociales de nuestra época; este tipo de instrucción torna al
ejercicio psicoterapéutico en no popular y discriminatorio.
Las exigencias modernas sobre el incremento profesional debido a la mayor presencia de trastornos
emocionales no toleran psicoanálisis individuales extensos, ni formación de psicólogos en grupos
minúsculos que a su vez tendrán acceso también, a un número reducido de clientes. Los adelantos
científicos y técnicos no son exclusivistas, son universales y susceptibles de transmitirse a través de
instrucción formal. Ventajosamente, otras orientaciones inducen esta posibilidad y van dando cada día
profesionales plenamente formados y capaces.
La formación académica debe contemplar áreas conexas a las ciencias biológicas, por el contexto en el que
se desenvuelven las ciencias psicológicas; ciencias correspondientes a la psicología y aquellas filosófico-
sociales que le encuadren al psicólogo en una doctrina psicológica exacta y determinada tanto en la
conceptualización del fenómeno psicológico como en su ejercicio técnico.
Al respecto, se debe señalar la tendencia actual a la "capacitación rápida" mediante cursos o cursillos de
corta duración, con la creencia de que éstos son suficientes para la formación integral de los asesores. No
compartimos esta posición por la complejidad que supone la intervención utilizando recursos psicológicos.
Es más, y aunque estos cursos o seminarios no persigan el propósito de formar psicoterapeutas, se observa
que en nuestro medio, muchos profesionales por la simple asistencia a ellos se creen respaldados y
30
UCACUE-UCENP-2015-2016
Cierto es, por otro lado, que no se puede separar la formación psicoterapéutica de todo el contenido amplio
de la profesión psicológica, nuestro interés unilateral en este campo obedece tan solo al propósito de la
presente obra, porque al referirnos a este tema deberíamos hacerlo extendiéndonos a la formación
profesional del psicólogo en general.
Se refiere al grado de control de la vida afectiva del profesional en cuanto a su expresión personal. Se sabe
con certeza que el trato interpersonal continuado e intenso, como supone la ayuda psicológica, está sujeto
a una gran cantidad de fenómenos afectivo-emocionales que surgen entre diente y psicólogo.
Las técnicas racionales, en general, suponen la discusión y análisis de aspectos íntimos y personales, el
mismo estado del cliente otorga la facilidad para que se den respuestas emocionales de variada naturaleza
frente al profesional; sor comunes las expresiones de simpatía, alegría, tristeza, hostilidad, ira en estas
sesiones. Las respuestas ante estas contingencias requieren de control, tranquilidad y madurez por parte
del especialista para lograr los mejores resultados o por lo menos para evitar que se transformen en
obstaculizantes del proceso.
Ya que el profesional también posee una esfera afectiva, que es expresión de su propia convivencia personal,
se requiere también que ejerza un control eficiente sobre la misma. No pocos tratamientos han terminado
por la falta de estos recursos durante el proceso.
Las posibilidades de situarse en el lugar del otro, con expresiones de sentimiento que sean comprensibles
para el cliente, son aspectos que mejoran la eficacia de la ayuda. Este sentir "igual que" el otro no es una
circunstancia fácil, se la debe ir cultivando en la vida práctica y no únicamente en tanto a sentimientos, sino
también en cuanto a su expresión perceptible para el diente. En este fenómeno se basa el reflejo de
sentimientos como técnica de comunicación.
El acercamiento de la distancia social que se produce a través de este fenómeno, sin embargo, requiere
además de una graduación que le permita al terapeuta mantener un alejamiento emocional pertinente
a fin de poder distinguir los sentimientos del paciente de los propios, condición importante para poder
manejar los conceptos con objetividad, claridad y precisión.
31
UCACUE-UCENP-2015-2016
Lo contrario, es decir, un excesivo acercamiento afectivo impide una apreciación concreta de las situaciones
conflictivas del cliente por sentirse el psicólogo demasiado imbuido de las mismas. Inversamente, la
actitud fría, impersonal, demasiado tecnicista, hace perder confianza y tranquilidad al cliente, ocasionando
las separaciones y deserciones del proceso.
El ejercicio de ayuda, al igual que cualquier otra modalidad curativa, está sujeto a determinadas normas de
control. Éstas contemplan lo referente a los individuos susceptibles de recibir ayuda, a los resultados que se
pueden obtener y los riesgos inherentes a su ejercicio. Pero mucho más importante que la existencia misma
de códigos, reglas y preceptos que regulen y castiguen supuestas irregularidades en el trabajo del
terapeuta, es la concepción ideológica y moral de cada psicólogo.
El comportamiento ético de cada sujeto está determinado por el entorno social en el que se desenvuelve.
La apreciación del rol que desempeña, las consideraciones sobre su valor social, la definición del servicio
comunitario que se brinda con esta disciplina, el papel que cumple dentro de un determinado contexto
social, etc., son todos estos cuestionamientos que debe contestarse cada profesional, de manera que todo
su trabajo y actividad se desenvuelvan con criterios rígidos y normativos. Esta condición le permite actuar
o adoptar normas de comportamiento ante circunstancias críticas, resolver dificultades presentadas en su
ejercicio y sobre todo, dirigir la acción con responsabilidad.
Recordemos algunas de las dificultades que se presentan en la relación que fueron tratados en el capítulo
correspondiente a los aspectos éticos, para darnos cuenta de algunos riesgos a los que se halla expuesto
el psicólogo en su trabajo.
Es demostrable el mejor contacto en terapeutas o asesores que demuestran facilidad para iniciar relaciones
interpersonales. En general, esta capacidad se denota en la relación con todas las demás personas, las
experiencias de Luborsky son elocuentes al respecto, quien encontró en los mejores terapeutas una mejor
predisposición para las relaciones humanas con el resto del personal en el sitio que realizó el estudio.
Esta circunstancia es comprensible por la consideración de que el contacto psicoterapéutico es una forma
de relación interpersonal en la cual surgen circunstancias emocionales que se hallan presentes en la
naturaleza humana. Siendo el psicólogo una persona especializada en este campo, no cabe sino que pueda
manejar técnicamente los recursos más idóneos para obtener resultados positivos en la terapia.
Una consideración final se refiere a la imposibilidad que en el momento actual se determine con toda
certeza las condiciones que tanto asesor, como diente deben poseer para garantizar la máxima eficacia en
la ayuda. Será de esperarse que en el futuro se establezcan con mayor precisión dichas condiciones, pero
no solamente respaldadas en experiencias aisladas, sino también por un sustento experimental.
32
UCACUE-UCENP-2015-2016
Mucho se ha escrito, sobre todo por parte de autores psicoanalistas, acerca de las condiciones que deben
rodear al consultorio en el que se efectúa el tratamiento psicológico. Las especulaciones sobre este detalle
son de lo más interesantes y alcanzan diversos elementos desde el color de las paredes, hasta la utilización
de mandil por parte del terapeuta.
Se afirma que el tamaño del consultorio debe guardar relación con la intimidad que supone la relación
psicoterapéutica; salas muy grandes inhiben el contacto y las muy pequeñas, atemorizan al paciente, sobre
todo al que padece de trastornos fóbicos.
La oposición al color blanco y a todo instrumental que recuerde la relación médico-paciente u odontólogo-
paciente se basa precisamente en la experiencia anterior que se halla inmersa de recuerdos, casi siempre
asociados al dolor. Por este motivo son aconsejables los colores de tonalidades bajas en las paredes y en
todo el ambiente que rodea al consultorio.
Con relación a la utilización o no de mandil por parte del terapeuta, en nuestro medio, dadas las
características del paciente, se observa que más bien favorece el establecimiento de autoridad en el
psicólogo, —hecho que es más ostensible en el trabajo hospitalario o institucional. Al parecer se han
exagerado las influencias negativas de este detalle y pueden tener su validez en otras sociedades, con otra
idiosincrasia y cultura psicológica.
La presencia de determinados muebles y adornos plantea condiciones con las que se pueden obtener
estados de relajamiento y tranquilidad para el paciente; por otro lado, la utilización de algunas técnicas
requiere de material apropiado como butacas, camillas, sillones con respaldo para cabeza y brazos, etc.
33
UCACUE-UCENP-2015-2016
Se han justificado las posiciones anotadas en base al mayor o menor desarrollo de la fantasía y al grado
de confianza que brindan al paciente y al terapeuta. Desde un punto de vista más objetivo y real, se
puede afirmar que, es la técnica empleada la que marcará estas variaciones antes que otras
consideraciones subjetivas.
Podríamos continuar con el análisis de algunas otras condiciones vertidas por la orientación psicoanalítica,
pero pensamos que muchas de ellas resultan superficiales e irrelevantes; es más, si bien éstas influyen de
algún modo en el desarrollo terapéutico, existen otras que consideramos de mayor peso, tal es el caso
de la idoneidad profesional o el tipo de trastorno que aqueja al cliente. Si el mobiliario es lujoso o no, o si
el consultorio es de una determinada superficie, o si se tienen cuadros o no, son características menos
importantes que la destreza en la utilización de una técnica o la precisión para diferenciar el diagnóstico
del sujeto.
La explicación dada por el psicoanálisis encaja solo en su teoría, ya que todos los fenómenos citados
pueden ser explicados a través de diferentes condicionamientos a los que se hallan adaptados los
individuos y que de alguna manera afectan no solo los contactos terapéuticos, sino cualquier otra
relación interpersonal.
Lo que sí es verdad, es que el ambiente físico del consultorio debe reunir condiciones de comodidad,
relajamiento, tranquilidad y acogimiento. Al respecto, como se señaló en capítulos anteriores, una
característica que resulta primordial es la privacidad que debe reunir el consultorio, que mantendrá
características de intimidad tanto visual, como auditiva para garantizar una relación libre, espontánea y
confiada. Como se recordará, la privacidad constituye no solo un requerimiento técnico, sino además
una situación ética y legal dentro del proceso.
La percepción tanto visual, como auditiva por parte de otras personas, muchas veces concluye con la
deserción del diente. Cuando esto no sucede, se producen desconfianzas, referencias falsas y hasta
disconformidad acerca del trabajo. Por esa circunstancia, algunos autores sugieren que los pacientes
privados ni siquiera se encuentren en la sala de espera del especialista, requiriéndose que los horarios
se establezcan de tal modo que aquello no suceda o disponiéndose en el consultorio de otra puerta de
salida para los pacientes que concluyeron su sesión.
En la atención hospitalaria o asistencial, sin cumplirse este requisito, no se han observado dificultades
en el proceso, éste es el resultado de la mayor aceptación y conocimiento que se tiene acerca del rol
psicológico.
En cuanto a las condiciones de privacidad, surge la inquietud sobre la utilización de grabadoras durante
las sesiones. Éstas facilitan la recolección de datos de información sin que el terapeuta ocupe su atención
34
UCACUE-UCENP-2015-2016
en tomar anotaciones, que también son a veces tensionantes para el diente, permiten evaluar los
aspectos técnicos de la sesión en ausencia del paciente o utilizar las entrevistas grabadas para fines
docentes. Pero, en cambio, pueden despertar actitudes de sospecha o duda que impidan un relato libre
sobre la problemática fundamental. La resolución de este asunto se lo efectúa pidiendo el consentimiento
al paciente para utilizar los aparatos correspondientes y persuadiéndole sobre la necesidad de utilizar
dichos instrumentos.
En el caso de los consultorios empleados para atender a niños, se observarán algunas modificaciones
que les brinden mayor confianza y les alejen de temores, brindándoles un ambiente más bien lúdico y
alegre en el que se desenvuelvan apartados de la rigidez y formalidad que caracteriza a la terapia de los
adultos.
Resumiendo, bien podríamos afirmar que las condiciones externas del consultorio, por constituirse en
estímulos sensoperceptivos con diferente significado para los pacientes, deben inducir estados de mayor
calma y tranquilidad para los mismos. Se ha demostrado la injerencia de colores, sonidos, imágenes,
mobiliario y posiciones corporales en la vida afectiva de los individuos, hechos que confirman la
importancia que tendrían en el desarrollo de la psicoterapia.
De todas maneras, los consultorios llamativos, monumentales o artísticos, no lograrán suplantar las
características derivadas del terapeuta o la técnica que se utilice. La consideración que de ellos se hace,
debe acogerse con las restricciones naturales que plantea su utilización.
En el proceso de ayuda surgen de hecho fenómenos afectivos que incluso no son exclusivos de la terapia
o del psicoanálisis como se ha pretendido demostrar y defender. Son propios de la interacción humana. El
terapeuta que utiliza conocimientos y recursos psicológicos en la relación, y se supone que con destreza,
debe aprender no solo a reconocerlos, sino además a controlarlos, manejarlos y hasta producirlos.
Veamos algunos de estos fenómenos y las características que poseen en la relación terapéutica.
4.1 Rapport.
Son obvios los elementos afectivo-emotivos que se hallan presentes en este tipo de vínculo a diferencia de
lo que sucede en las relaciones carentes de esta condición y que resultan frías y atemorizantes.
El rapport tiene que ver en la práctica con algunas características señaladas anteriormente, esto es, la
aceptación, la comprensión, el respeto, y aún más, la cordialidad que denota el terapeuta. A veces se señala
35
UCACUE-UCENP-2015-2016
la presencia de algunos rasgos innatos en algunos individuos que favorecen el desarrollo de rapport en
forma inmediata. Aunque esto puede ser cierto en un grado moderado y entendiéndolo en términos de
aptitudes, los terapeutas irán desarrollando mayores habilidades para lograr este fenómeno con todos los
pacientes y en diversas circunstancias.
Las actitudes cordiales, no directivas y permisivas durante la primera sesión sirven para incrementar el
rapport; la iniciación con discusiones de otros temas neutrales con el paciente, la demostración de interés
y el tono amistoso, también incentivan la presencia de esta condición.
En el terreno psicoterapéutico bien se puede afirmar que los primeros esfuerzos deben ir dirigidos a este
empeño, caso contrario, se verá impedido el trabajo eficaz e incluso podría dar término a la relación pre-
maturamente. El rapport es ostensible a través de expresiones de agrado, cooperación, sinceridad, interés
y expresión franca de promesas, temores y conflictos por parte del paciente hacia el terapeuta.
Finalmente, habrá que señalar que la reputación del profesional también tiende a mejorar el rapport, por
este motivo es necesario que se guarden condiciones de honestidad, amabilidad, reserva y eficacia en los
casos que se atienden.
4.2 Empatía
Este fenómeno ha sido descrito de varios modos por los teóricos. Dymond la define como "la transposición
imaginaria del propio individuo al pensamiento, sentimiento y actuación de otro y la subsiguiente estruc-
turación del mundo tal como este último lo estructura" y también como "la capacidad para sentir y
describir los pensamientos y sentimientos de otros". Existen términos que son sinónimos en su significado
y que por lo tanto, hacen relación al mismo fenómeno. La "sincronicidad" de Sullivan, la "recipatía" de Murray;
la "confluencia" de Buchheimer, la "sensibilidad" de O'Hern y Arbuckle; todas ellas se refieren a este
fenómeno de transposición, ponerse en el lugar de otro, sentir como si fuera el otro, como recurso que
facilita el contacto terapéutico.
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Ha de aclararse, sin embargo, que este acercamiento afectivo al problema de otra persona requiere
también un control de la distancia social, su
absorción completa corre el riesgo de
impedir una apreciación objetiva y clara de
las alternativas de solución.
El cultivo de la capacidad empática es factible a través del esfuerzo por situarse interiormente en los
problemas del otro, tratando de comprenderlo fenomenológicamente y preguntándose el significado
particular que tienen los hechos para el paciente, las reacciones que suscitan en él, la intensidad afectiva
que sus problemas conllevan, etc.
4.3 Resistencia
Término inicialmente desarrollado por la orientación psicoanalítica para hacer referencia a la oposición
contra todo intento de llegar al inconsciente del sujeto y que se expresa sobre todo mediante los
mecanismos de defensa. Éstos no solo cumplen con la tarea de permitirle una moderada, aunque
disfrazada, adaptación social y la resolución de conflictos en forma evasiva, sino que además se
constituyen en un armazón caracterológico contra los intentos de llegar a la comprensión de los procesos
inconscientes que para el psicoanálisis son los responsables de toda la vida psíquica del individuo.
La tarea del analista será por lo tanto, mediante las técnicas específicas de su orientación, abrirse paso a
través de estas defensas para estimular una comprensión consciente de todos esos procesos que se
encontraban impedidos de afloración.
En términos más amplios, la resistencia representa toda oposición manifestada en el paciente a las
sugestiones, recomendaciones o modificaciones en su sentir, pensar, actuar. Este fenómeno resulta obvio
en razón de todas las conexiones cerebrales temporales establecidas en el desarrollo de la historia vital del
individuo, por esta razón, cuando se ejerce una acción terapéutica obran como obstáculos de los cambios.
Son encasillados como fenómenos afectivos, por cuanto presentan una connotación emocional en su
expresión al tener significados de agrado o gratificación, puesto que no se explicaría de otro modo el porqué
de su persistencia.
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comportamiento antiguo, sino por la desadaptación necesaria que supone el establecimiento de una nueva
forma de vida, que significa el rompimiento de un estereotipo dinámico y de una inercia explicable en la
adaptación del sujeto. La circunstancia de tener que afrontar una nueva conducta, que de por sí es incierta,
puede crear sentimientos de temor y duda que refuerzan el impedimento al cambio.
4.4 Transferencia
Es otro término acuñado por el psicoanálisis, constituyéndose en el eje sobre el cual gira su trabajo
psicoterapéutico. Sucintamente, para esta orientación, es el desplazamiento del afecto de un objeto a otro.
En el terreno específico se refiere al proceso por el cual el paciente dirige sus sentimientos inicialmente
aplicables a otra persona –con frecuencia sus progenitores o una persona significativa–, al psicoanalista.
Como en general se aceptan afectos positivos y negativos, la transferencia será a su vez, de igual naturaleza;
se denominará transferencia positiva, cuando la irrupción de afectos o sentimientos sean expresiones de
amor, simpatía, ayuda, gratitud, etc. Será transferencia negativa, cuando la expresión afectiva sea de celos,
hostilidad, ira, agresión, temor, etc.
En otro' sentido, la transferencia se la aprecia como el conjunto de ideas y de esperanzas del paciente en
relación con el terapeuta antes de conocerlo y también cualquier otro tipo de proyección sobre este último.
Para que un paciente acuda voluntariamente a buscar ayuda con un especialista, han sucedido una gran
cantidad de fenómenos, como el intento de auto resolución, la solicitud de ayuda a otras persona, –
incluyéndose profesionales de otras ramas o empíricos– de manera que es una realidad el grado de
expectativas que guarda el paciente con relación tanto al terapeuta, como a la ayuda que recibirá del mismo.
En general, los fenómenos transferenciales se pueden referir a todos los sentimientos irracionales que
denota el paciente hacia el terapeuta. Al inicio de la relación terapéutica surgen muchas relaciones
transferenciales productos del mismo contacto y de la actitud que denota el psicólogo, la mayoría de las
veces ocurre la presentación de transferencia positiva, aunque es posible además la presencia de temores
por recelos frente a la figura del especialista.
En momentos posteriores y luego del trabajo interpretativo o confrontativo por parte del terapeuta, surgirán
elementos transferenciales negativos o se intensificarán los positivos, apareciendo en el esquema
psicoanalítico el momento más complejo del tratamiento pues su resolución marcará el éxito terapéutico.
En toda forma, el terapeuta que maneja recursos verbales persuasivos, cognoscitivos, racionales o
explicativos durante algún tiempo, tendrá la oportunidad de enfrentarse a estos fenómenos afectivos que
surgen no solo cuando el paciente es de diferente sexo, sino en cualquier condición de trabajo. Todo
psicólogo estará preparado para identificarlos y manejarlos oportunamente sin importar la técnica que está
utilizando.
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4.5 Contratransferencia
Es un fenómeno opuesto al anterior. Consiste en la expresión de afectos o sentimientos por parte del
terapeuta hacia el paciente, con las mismas connotaciones anotadas en el fenómeno transferencia) en
cuanto a su valencia. Las expresiones objetivas de este fenómeno alcanzan matices muy sutiles tomó la
prolongación de algunas sesiones sin causa justificada, el acortamiento de las mismas o el rechazo directo
o indirecto hacia determinados pacientes.
Concluyendo, a pesar de la alta manifestación afectiva en los fenómenos anotados, existe en ellos un gran
componente cognoscitivo, obligando al control de los mismos en ambos terrenos y manifestaciones. A pesar
de la sobredimensión que poseen para algunas escuelas terapéuticas y la relativa utilidad que tendrían para
otros, la experiencia clínica demuestra su presencia e injerencia en el proceso terapéutico, hecho que motiva
la necesidad no solamente de su descripción, sino también de su descubrimiento y control oportuno.
5. CLASIFICACIÓN DE LA SICOTERAPIA.
Uno de los mayores inconvenientes en la comprensión de las diferentes formas de ayuda constituye el
hecho de que se las puede definir desde varios puntos de vista. Se las puede clasificar por la técnica, el
enfoque, el número de participantes, el objetivo que se persigue, etc.
Es conveniente que, de alguna manera, se pueda tener un criterio uniforme sobre los planteamientos de
las diferentes orientaciones a más de buscar un lenguaje común entre los psicoterapeutas para lograr
mejorar las relaciones interprofesionales
A partir de este punto se abordarán aspectos generales de la relación terapeuta – paciente, en relación a la
cual se presenta la siguiente clasificación.
La orientación es una de las formas como pueden agruparse las modalidades terapéuticas con mucha
propiedad. Pero también crea inconvenientes metodológicos porque la multiplicidad de escuelas en cada
orientación depende a veces hasta de cada autor. Por otra parte, algunas escuelas no mantienen una
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orientación determinada y han surgido como aportes novedosos a formas ya establecidas reclamando en
ocasiones una supuesta originalidad en sus aspectos teóricos y técnicos.
A pesar de las dificultades, en la actualidad se señalan dos formas generales de agrupación de las escuelas
terapéuticas: orientación afectiva y orientación cognoscitiva.
5.1.1 Orientación afectiva.- Se denomina de esta manera a los sistemas que desarrollan toda -o casi toda-
su tarea, manejando aspectos emocionales y afectivos que surgen de la relación interpersonal entre
paciente y terapeuta. A pesar de las diferencias en cuanto a los planteamientos teóricos, coinciden en
resaltar la relación emocional entre la pareja como instrumento terapéutico, de manera que el manejo o la
resolución de los mismos en el consultorio, dan la pauta en el mejoramiento del paciente.
Los conceptos de rapport, empatía, transferencia, contratransferencia, resistencia, defensas, etc., resultan
fundamentales no solo como descripciones abstractas, sino como vivencias explícitas de la relación
terapéutica; de este modo proceden el psicoanálisis, la psicoterapia centrada en el cliente, el análisis
existencial y todos los demás enfoques dinámicos.
5.1.2 Orientación cognoscitiva.- Ponen su mayor interés en los procesos de aprendizaje y en las formas
como se pueden instaurar nuevos aprendizajes o suprimir hábitos que resultan inadecuados para el
paciente o las personas que le rodean.
Estiman que los fenómenos afectivos no son suficientes para explicar y manejar el proceso terapéutico; si se
acepta que los trastornos neuróticos dependen más de los mecanismos de aprendizaje o condicionamiento,
la psicoterapia debe proceder utilizando los mismos principios. Las orientaciones reflexológicas,
conductistas y del comportamiento son las mayores expresiones de estos enfoques.
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importancia que tienen los fenómenos afectivos en el tratamiento, aunque sea como elementos que
participan en la aceptación inicial del tratamiento o la confianza que tiene el paciente en el terapeuta.
Por otro lado, en cada enfoque podemos encontrar una gran cantidad de escuelas particulares, a tal
extremo que las ejemplificaciones expuestas no agotan la posibilidad de agrupación de todas las ponencias
terapéuticas, sobre todo, si tomamos en cuenta que -en última instancia- cada técnica se convierta en algo
muy personal de cada terapeuta; sin embargo, no se podría apartar de esta doble participación durante el
ejercicio de ayuda.
Otra apreciación al respecto es la de identificar las orientaciones afectivas como terapias de relación y las
cognoscitivas, como terapias de técnica. Esto, sobre la base del mayor interés que se pone en cada uno de
estos aspectos, aunque en igual forma no son hechos exclusivos en cada una de las orientaciones. Ninguna
escuela puede prescindir del aspecto técnico si desea superar el simple empirismo; y como se afirmó
anteriormente, todas utilizan de alguna manera los elementos afectivos en la relación.
No es una variable demasiado importante o definitiva por la falta de solidez en sus bases. El establecimiento
de un tiempo como límite para juzgar formas de psicoterapia resulta excesivamente relativo. A pesar de esto,
el desarrollo de la psicoterapia a través de la historia en el campo psicoanalítico señala un interés por
encontrar formas de tratamiento más cortos y rápidos que reemplacen a los modelos ortodoxos, que son
verdaderamente largos y extensos.
El tiempo de duración de un tratamiento depende de muchos factores. Entre éstos se destacan la entidad
clínica, los rasgos de personalidad del paciente, las limitaciones ambientales, circunstancias que afloran
en muchas oportunidades durante el proceso. El fijarse inicialmente un límite de tiempo, aunque es uno de
los aspectos de la estructura de la relación, no debe ser una variante determinante, porque resultará
inclusive tensionante para el mismo terapeuta.
Los límites establecidos para las categorías de terapias tienden a variar de acuerdo con los autores
consultados, siendo éste el motivo para exponer la clasificación con algunas reservas. A pesar de estas
limitaciones y más con un objetivo informativo se analizan las diferentes formas de terapia:
5.2.1 De emergencia.- Surge como una posibilidad similar a la medicina emergente. Su aparición, es
necesario señalarlo, es un alcance de la psicoterapia como una forma de emplear sus técnicas a
poblaciones que desarrollan estados de pánico por catástrofes sufridas luego de las guerras. Posteriormente
se han extendido las experiencias hacia todas las circunstancias que puedan resultar altamente
traumatizantes para las personas.
Podríamos afirmar que la psicoterapia de emergencia es aplicable más con fines preventivos en
circunstancias o experiencias que resultan, por su intensidad o multiplicidad de estimulación, difíciles de
manejar por los individuos, cuya sobrecarga inicia reacciones de ansiedad o depresión que son agudas. Tal
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es el caso de personas sometidas a los acontecimientos de guerra (bombardeos, ataques de milicia, etc.),
inundaciones, terremotos, ciclones, incendios, etc., como experiencias colectivas; o violaciones,
fallecimientos de seres queridos, asaltos, como ejemplo de acontecimientos personales.
Como se puede suponer, el manejo de estos casos requiere de una sola intervención de muy pocas
actuaciones o sesiones que buscan un restablecimiento inmediato del equilibrio de las personas.
Si bien señalábamos el origen estructurado de esta forma terapéutica, no es menos cierto que se la utilizó
a través de toda la historia, aunque en forma empírica y sirviéndose estrictamente de la intuición personal.
5.2.2 Breve.- Luego de la estructuración de la técnica psicoanalítica ortodoxa, que como dijimos
anteriormente es un tratamiento extenso, quienes no optaron por esta escuela buscan formas de
tratamiento más rápidos y breves como alternativa a las múltiples dificultades que se encontraban en las
modalidades largas.
Así, desde Adler hasta los neoanalistas se producen una serie de cambios técnicos con el objetivo de
encontrar tratamientos más cortos. En la actualidad, algunos autores consideran como psicoterapia breve
a todas las formas que durarían menos de tres meses; otros consideran que la psicoterapia breve es aquélla
que dura entre tres y seis meses y por último, para otros -como Bellak- la psicoterapia rápida o breve debe
alcanzar entre una y seis sesiones llegándose a confundir con la terapia de emergencia.
Sin embargo, hasta la actualidad no es posible establecer un ejercicio totalmente técnico y profesional en el
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estricto sentido de sus concepciones; la práctica empírica inclusive -aunque parezca raro- entre el sector de
profesionales es muy frecuente.
5.3.1 Intuitiva o Implícita.- Es considerada como la forma ejercida sin el respaldo científico suficiente y
adecuado, por cuyo motivo se aprecian algunas condiciones que la distinguen. Se observa la ausencia de
sustentación teórica de su ejercicio; la carencia de técnicas alternativas plenamente demostradas y
comprobadas en su eficiencia; el terapeuta no está preparado a cabalidad, de esto resulta que ejerce su
acción sugestiva exclusivamente respaldado en su estatus o jerarquía que lo coloca en una posición
superior a las demás personas, así la jefatura, su edad, el liderazgo, su profesión, etc.
5.3.2 Explícita.- Es la psicoterapia que se respalda en un esquema teórico determinado. De esta manera
se señalan las técnicas específicas de cada escuela y lo que es más importante, se van concretando los
procedimientos y métodos factibles de aplicarse en los diferentes trastornos. Concomitantemente, se
desarrolla la posibilidad de formar terapeutas mediante la instrucción formal e informal, condicionándose y
limitándose la práctica psicoterapéutica en una profesión determinada.
Las orientaciones afectivas y más propiamente el psicoanálisis se refiere a la existencia de dos formas
terapéuticas a saber, la superficial y la profunda:
5.4.1 Psicoterapia superficial.- Denominada así por esta orientación, por el supuesto trabajo terapéutico
sobre elementos superficiales de los trastornos que se reflejan en una determinada sintomatología. De
acuerdo a la teoría dinámica, los síntomas son expresiones observables de conflictos subyacentes de
naturaleza inconsciente, la acción directa sobre dichas manifestaciones solo consigue un alivio sintomático
que suele ser temporal o sustituido por otros síntomas, derivándose de esta concepción la denominación
de superficial.
5.4.2 Psicoterapia profunda.- Es la modalidad dinámica que se dirige a la resolución definitiva de los
conflictos causantes de la patología psíquica, de manera que se considera a esta forma psicoterapéutica
como modificadora de la estructura de la personalidad en forma permanente.
personalidad, sino además en la variable de tiempo, ya que asocia la forma superficial con la terapia breve
y la profunda con la psicoterapia de larga duración.
La orientación fisiológica adopta otro criterio al respecto. Considera que la dificultad o facilidad del ejercicio
terapéutico estará determinada por el grado de conocimiento que el terapeuta y el paciente tengan de los
factores causales del trastorno. De este modo existen dos modalidades de tratamiento: la psicoterapia
menor y la mayor.
5.4.3 Psicoterapia menor.- Se denomina así a la forma en la que los factores etiológicos son reconocidos
inmediatamente por el terapeuta e inclusive son explicitados fácilmente por el paciente. Este hecho facilitará
el trabajo curativo ya que su acción se dirige directamente a buscar la restauración del equilibrio de las
funciones corticales en una recuperación que se las puede asociar en el tratamiento de alivio sintomático.
Se analizan las modalidades terapéuticas de acuerdo con el número de pacientes o terapeutas que
participan en la actividad. No requiere mayor explicación el antecedente de que en este aspecto existe
coparticipación de criterios aunque las técnicas pueden variar en la práctica. Podemos hablar entonces de
las siguientes modalidades:
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Con un criterio derivado de las escuelas psiquiátricas y psicológicas con influencia social, actualmente se
insinúan formas aún más colectivas de tratamiento como la psicoterapia comunitaria y la social con un
enfoque más preventivo que curativo. Habrá que esperar un mayor desarrollo de estas modalidades para
describirlas con mayor detalle.
5.5.3 Múltiple.- Es una variante que no ha tenido mayor aceptación entre los terapeutas por la serie de
desventajas encontradas en la práctica, pero que merece citarse por razones descriptivas. En esta forma
psicoterapéutica interviene un paciente con dos terapeutas, buscando una mayor objetividad en el
juzgamiento de las verbalizaciones del paciente a través de esta doble participación profesional. Como se
podrá desprender de un análisis ligero, con esta forma se desperdician recursos humanos y técnicos
durante el proceso y además se observan mayores dificultades en la relación por la presencia de dos
personas frente al paciente. Por nuestra parte encontramos que puede tener una ventaja en el campo
docente, campo éste en el que la psicoterapia denota una de las mayores dificultades cuando brinda la
factibilidad de que los futuros terapeutas puedan seguir el proceso en su totalidad frente a supervisores o
guías terapéuticos en cada uno de los pacientes.
Otro de los modos de clasificación hace relación a los objetivos que se persiguen en la terapia; los
psicólogos también suelen utilizar con frecuencia el criterio de los objetivos cuando recomiendan a otros
profesionales la aplicación curativa.
5.6.1 Alivio sintomático.- Utilizando alguna técnica de psicoterapia se busca directamente el alivio
sintomático del trastorno del paciente. Este objetivo no es aceptado por los enfoques dinámicos por
considerarlo una forma superficial de tratamiento, como se analizó en el tema respectivo.
5.6.2 Psicoterapia de apoyo.- Busca solamente brindar un respaldo afectivo al sujeto, que es suficiente en
algunos casos para conseguir restablecimientos temporales. Se acostumbra también buscar este objetivo
cuando el paciente está sometido a otro tipo de tratamiento que constituye el fundamental, tal es el caso
del tratamiento medicamentoso en los psicóticos que reciben apoyo psicológico con fines sintomáticos. En
otras oportunidades, la simple presencia del terapeuta cumple con esta finalidad, hecho que es perceptible
en pacientes hospitalizados por la demostración de preocupación que puede significar para el paciente
este acontecimiento.
5.6.3 El cambio conductual.- Es un objetivo de naturaleza conductual y lo que busca la aplicación técnica
es la implantación o supresión de conductas en forma directa.
5.6.4 La adaptación al ambiente.- Utilizable cuando se observan trastornos de desajuste ante situaciones
de cambio longitudinal o transversal de la historia vital del individuo. Puede conseguirse manejando
elementos de la personalidad del paciente o modificando circunstancias ambientales en las que se
desenvuelve el sujeto.
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5.6.5 Resolución de conflictos.- Algunas orientaciones consideran tarea fundamental del proceso
terapéutico la resolución de conflictos tanto a nivel consciente, como inconsciente que se efectúa en el
ámbito de la dinámica interna y personal del sujeto.
5.6.6 Conocimiento de rasgos de personalidad.- La mayor introspección que el paciente tome sobre las
modalidades que caracterizan a su personalidad constituye una forma de control de su conducta que es
favorable en algunos trastornos específicos, de modo que resulta válido este objetivo sin importar el esquema
que se proponga.
En la presente descripción perderemos de vista la orientación a la cual corresponde cada técnica. Será
prudente además anticipar que no se trata de un estudio detenido, sino solo de una descripción ligera de las
técnicas más comunes, cuyo único objetivo será aclarar algunas definiciones.
5.7.1 Asesoramiento.- Constituye una modalidad de ayuda en la que, sobre la base de criterios
recogidos mediante entrevistas y/o reactivos, se orienta acerca de la resolución de problemas o conflictos.
Puede ser aplicada también con fines de orientación, sea vocacional o profesional en el sector educativo o
como integrante del desarrollo organizacional en psicología industrial. En el terreno clínico no son raros los
casos en los cuales se procura un asesoramiento o guía directivos sobre algunos problemas de adaptación.
5.7.2 Técnica racional o cognitiva.- En esta técnica se utiliza como recurso fundamental del tratamiento
la argumentación lógica que busca la modificación de pensamientos, actitudes o comportamientos en los
pacientes. La utilización del razonamiento, el juicio crítico, la toma de decisiones sobre alternativas son los
elementos básicos en el ejercicio terapéutico, aunque en algunos casos se observa una gran dificultad para
conseguir los fines propuestos de acuerdo con las limitaciones de la comunicación verbal. Para el mejor éxito
de esta técnica son imprescindibles un adecuado nivel intelectivo, una cultura mediana y otras condiciones
de integridad de la personalidad.
5.7.3 Técnica sugestiva.- Es la técnica que prescinde del razonamiento del individuo e intenta implantar
ideas o sugerencias a través de formulaciones verbales que generalmente ocultan su verdadero significado.
Para que esta técnica tenga resultado se controlan algunas condiciones relacionadas con la autoridad del
terapeuta, las formulaciones verbales y la condición del paciente. Puede dar mejor resultado en niveles
intelectivos no tan brillantes y en grupos culturalmente limitados.
En cuanto a la técnica, puede ser directa o indirecta. En el primer caso se utiliza la acción de la palabra para
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conseguir los fines propuestos induciendo estados psicológicos deseables a través de las mismas verbaliza-
ciones, y en el segundo caso se utilizan circunstancias temporales o espaciales y objetos para, a través de
éstos, conseguir los resultados esperados. La técnica es utilizable en estado de vigilia, somnolencia o sueño
sugerido.
5.7.4 Técnicas asertivas.- Son modalidades que buscan comportamientos de mayor espontaneidad y
seguridad en situaciones de relación interpersonal en las que el sujeto con trastorno angustioso no se
desenvuelve adecuadamente por sus inhibiciones y temores a menudo irracionales. Existen varias
modalidades que proponen autores como Wolpe y Salter.
5.7.5 Técnicas aversivas.- Son las técnicas que utilizan estímulos dolorosos para buscar
descondicionamientos de conductas inadaptativas o molestas para el individuo. Como técnica terapéutica
general ha sido y es utilizada con mucha frecuencia: antes, asociándola al castigo como forma de disciplinar
a los hombres, y en la actualidad, tomando en cuenta los aportes reflexológicos y conductistas. Ya en el
terreno psicoterapéutico se han empleado con relativo éxito estímulos dolorosos tanto aplicados al primer
sistema de señales, como al segundo en el terreno imaginario.
El estudio de su utilización por parte de las diferentes escuelas atribuye importancia al hecho innegable
que el sueño sugerido (de acuerdo con el esquema fisiológico) es solo un medio para conseguir otros
resultados, asociándola a técnicas conexas como la sugestión a la desensibilización sistemática.
En épocas pasadas el psicoanálisis la utilizó con fines de buscar catarsis emocionales, fundamento
primordial de las primeras etapas freudianas.
En resumen, podemos concluir que la hipnosis se utiliza con objetivos sugestivos o de investigación de
contenidos que el paciente no puede recordar en vigilia por ser acontecimientos que se encuentran bajo el
umbral mínimo de excitación.
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5.7.8 Técnicas de condicionamiento operante.- Los estímulos gratificantes son aplicados en la actualidad
con notable éxito en la modificación e implantación de conductas o hábitos que son ventajosos para el
paciente y las personas que lo rodean.
Los estímulos reforzantes contingentes son empleados en los diferentes trastornos y entidades clínicas
como una de las técnicas de mayor ductilidad en su aplicación. Como en el caso de las técnicas aversivas,
los estímulos operantes gratificantes se han empleado desde mucho tiempo atrás con el significado de
premios.
5.7.12 Psicoterapia analítica.- Es la técnica específica del psicoanálisis que busca la remoción de
contenidos inconscientes para lograr los cambios y modificaciones esperadas en la personalidad. Para
conseguir estos resultados se procede a interpretar contenidos verbales extraídos del relato del paciente,
de sus sueños o de sus conductas. Son importantes, además los manejos que el analista da a los aspectos
afectivos de la relación, tales como la transferencia, los mecanismos de defensa y la contratransferencia.
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Psicología conductista
Ingeniería del comportamiento
Modificación de conducta (Kazdin, Lindsey)
Terapia contextual (Hayes, Kohlemberg)
Análisis contingencial (Ribes, Díaz-González)
Terapia de la conducta (Wolpe, Marks, Cautela, Yates, Arthur W. Staats)
Terapia cognitiva analítica
Terapia cognitiva-conductual o conductual-cognitiva
Terapia cognitiva de Aaron Beck
Terapia racional emotiva conductual de Albert Ellis
Medicina conductual y biorretroalimentación
Terapia cognitivista
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Terapia familiar
Terapia familiar estructural de Salvador Minuchin
Terapia breve centrada en soluciones de Steve de Shazer e Insoo Kim Berge
Psicoterapia breve estratégica de Paul Watzlawick, Giorgio Nardone, JayHaley. Grupo de Palo
Alto
Terapia sistémica de Mara SelviniPalazzoli, Luigi Boscolo & Gianfranco Cecchin. Grupo de Milán
Constructivismo (psicología)
Línea constructivista
Estas recomendaciones tienen un carácter muy general y deben ser evaluadas con cuidado en cada caso
individual. Cuando la evidencia a favor de una determinada forma de tratamiento no es concluyente, la
motivación o preferencia del paciente debe jugar un papel preponderante. El papel de la motivación y
disposición real del paciente hacia el tratamiento, es más importante cuanto mayor es el papel que juegan
en el desarrollo del proceso terapéutico.
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MODELO I
a) Problemas:
- adaptación a cambios en la vida, enfermedades o pérdidas
- estrés y ansiedad situacional
- depresión subclínica o humor descendido
- problemas maritales y relacionales
- dificultades en la relación interpersonal (afirmación personal, auto confianza, intimidad)
b) Gravedad:
- baja a moderada
c) Cronicidad:
- Comienzo reciente (menos de un año, excepto para problemas interpersonales y relacionales que pueden tener
más cronicidad)
d) Factores del paciente:
- Preferencia por tratamientos breves
PARA ESTOS CASOS SE RECOMIENDA TRATAMIENTOS FOCALIZADOS BREVES (6-12 SESIONES)
DIRIGIDOS A AFRONTAR LA CRISIS, COMPRENDER LOS SENTIMIENTOS, IDENTIFICAR LOS
PROBLEMAS, EXPLORAR Y/O TOMAR DECISIONES Y DISMINUIR EL ESTRÉS. MODELO: “ COUNSELING”
MODELO II
a) Problemas:
- Marcada ansiedad sintomática (ataques de pánico, fobias, trastorno por estrés postraumático, ansiedad
generalizada, obsesiones y compulsiones)
Depresión, especialmente cuando está asociada a pensamientos negativos acerca de sí mismo o de los otros
- Problemas comportamentales (de la alimentación, del sueño, control del impulso o de la rabia, trastornos de los
hábitos)
b) Gravedad:
- Moderada a severa
c) Cronicidad:
-Persistencia de los motivos en el tiempo (meses)
d) Factores del paciente:
- Preferencia por el cambio sintomático u otros objetivos concretos o prácticos más que por la autoexploración
PARA ESTOS CASOS SE RECOMIENDA LOS TRATAMIENTOS ESTRUCTURADOS FOCALIZADOS EN EL
CAMBIO SINTOMÁTICO O EN OBJETIVOS CONCRETOS Y PRÁCTICOS ESTABLECIDOS DE COMÚN
ACUERDO ENTRE TERAPEUTA Y PACIENTE.
MODELO: TERAPIAS DE TIPO COGNITIVO-COMPORTAMENTAL
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MODELO III
a) Problemas:
- Problemas de personalidad o dificultades interpersonales
- Cualquier presentación sintomática donde los problemas puedan ser entendidos en función del modo en que el
paciente vive su vida o su manera de ver el mundo
b) Gravedad:
- Moderada a severa
- Intenso deseo de autoconocimiento que necesita ser explorado
c) Cronicidad:
- Persistencia de los motivos en el tiempo (meses)
d) Factores del paciente:
- Interés en la auto exploración
- Adecuada capacidad para tolerar la frustración y el dolor psíquico
PARA ESTOS CASOS SE RECOMIENDA LOS TRATAMIENTOS DIRIGIDOS A LA COMPRENSIÓN DE SÍ
MISMO Y
QUE PROMUEVEN EL CAMBIO INTERIOR, USUALMENTE DE LARGA DURACIÓN, SEA EN FORMA
INDIVIDUAL O
GRUPAL
MODELO: TRATAMIENTOS PSICOANALÍTICOS.
8. DEONTOLOGÍA DE LA SICOTERAPIA.
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UCACUE-UCENP-2015-2016
8.2 Seguridad.
En caso de que el psicoterapeuta considere que el caso excede sus capacidades, y que hay profesionales
–psicoterapeutas, o profesionales de otro cuerpo doctrinal- más capacitados para el tratamiento del caso
concreto, deberá comunicarlo al paciente así como orientarle y facilitarles el acceso a dichos
profesionales.
Se plantea como una serie de cuestiones técnicas muy concretas que van desde la recomendación de
unas tarifas por parte de organizaciones profesionales que orienten al terapeuta y al cliente, hasta
establecer los procedimientos que garanticen a los terapeutas el cobro de sus minutas y al paciente la
seguridad y el uso inadecuado de sus tarjetas, etc.
Abarca un conjunto muy amplio de cuestiones de capital importancia para el control de la calidad de la
terapia e intervención psicológica, desde el conocimiento de la identidad del terapeuta, por parte del
paciente, su titulación y capacitación profesional y la posibilidad de contrastarlos, hasta los mecanismos
necesarios para asegurar la calidad de los servicios prestados.
Reside en un derecho del paciente a recibir la información en cantidad y calidad adecuada como para que
pueda optar libremente por este tipo de intervención con total conocimiento y salvaguardando sus
intereses y los estándares éticos ya aplicados en la práctica de las disciplinas clínicas.
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Los psicoterapeutas que lleven a cabo proyectos de investigación y/o publicaciones, deberán mantener la
confidencialidad del paciente y deberán comunicar al paciente que el tratamiento que se está llevando a
cabo es objeto de investigación y/o publicación y deberán obtener su consentimiento informado.
8.8 Publicidad.
AUTOCONTROL # 2
Luego de que usted ha concluido el estudio de esta primera unidad, ahora ya está en condiciones de
resolver el autocontrol, para ello debe abrirlo en la Plataforma www.educacue.net, dentro del período
determinado y resolverlo en el tiempo establecido. Proceda de acuerdo con lo que allí se le indica. Recuerde
que en última instancia, la resolución del autocontrol le permitirá verificar el cumplimiento de los objetivos
propuestos y adquirir el 50% de la calificación del aporte personal. En la Plataforma, usted tendrá dos
oportunidades para resolver el autocontrol, con el fin de que, en caso de errores o dudas, repase lo
aprendido para que los rectifique, solvente las dudas y lo vuelva a intentar, ya que la herramienta
informática califica automáticamente la prueba.
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UNIDAD Nº3
OBJETIVOS OPERACIONALES
Aprendiendo los temas y subtemas de esta unidad, usted estará capacitado para:
CONTENIDOS
1. EL MODELO PSICOANALÍTICO.
1.1 ORÍGENES DEL MODELO
1.2 PRESUPUESTOS TEÓRICOS CONCEPTUALES BÁSICOS
1.3 OBJETIVOS DE EVALUACIÓN Y UNIDADES DE ANÁLISIS
1.4 ASPECTOS METODOLÓGICOS Y TÉCNICAS EMPLEADAS
1.5 ÁMBITOS DE APLICACIÓN
1.6 PASOS DEL PSICOANÁLISIS
1.7 DEBATE EN TORNO AL MODELO
2. EL MODELO FISIOLÓGICO
2.1 PASOS DE LA ESCUELA FISIOLÓGICA
2.2 PASOS EN SÍNTESIS
3. MODELO COGNITIVO – CONDUCTUAL
3.1 APROXIMACIONES COGNITIVO – CONDUCTUALES
3.2 EL ACERCAMIENTO COGNITIVO – CONDUCTUAL.
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ACTIVIDAD #3
Usted tiene acceso a las actividades que debe desarrollar, como parte fundamental de la evaluación, a
través de la Plataforma www.educacue.net. Recuerde que el desarrollo de las actividades
encomendadas, es el 50 % de su calificación de aporte personal; por tal razón deben ser oportunamente
realizadas con esmero, dedicación y de manera responsable, según se avance en el estudio de cada
uno de los temas, sin dejar la tarea para el último momento.
1. MODELO PSICOANALÍTICO
La perspectiva psicoanalítica, tiene su origen en los presupuestos sustentados por el modelo de Freud
sobre la personalidad y en el campo de la psicopatología en los trabajos pioneros de Charcot y Janet. Este
enfoque surge en un momento en que el auge se centraba en el descubrimiento de las causas orgánicas
de las enfermedades mentales. La innovación de Freud consistió en defender que otras fuentes psíquicas,
emocionales y afectivas provenientes del propio individuo, eran los fenómenos causales de las
enfermedades mentales.
b) La conducta es fruto de las pulsiones internas que han determinado la estructura de la personalidad.
Esta se ha ido gestando a lo largo del desarrollo infantil.
d) El desarrollo de la personalidad es visto desde un enfoque evolutivo. Freud concreta una serie de
estadios del desarrollo ligados a necesidades biológicas primarias del individuo y en sus inicios, a las
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distintas zonas erógenas que las hacen factibles. Desde su punto de vista el desarrollo pasa por etapas
sucesivas ordenadas cronológicamente.
e) El comportamiento puede ser explicado en base a una serie de construcciones teóricas internas que
conforman la estructura de la personalidad, junto con una serie de dinamismos internos inconscientes, por
lo que cualquier manifestación conductual será entendida como una expresión de una condición interna de
la persona. El comportamiento observable es signo de los procesos inconscientes, y a la vez, muestra de
los recursos adaptativos que posee el sujeto.
Ambas clases de información son relevantes para la formulación diagnóstica. Así, se opera con un modelo
para la conducta que puede expresarse señalando que la conducta depende de un organismo modulado
históricamente por su ambiente.
Un punto especial es el énfasis que se pone en la historia pasada del sujeto. La trayectoria infantil de
satisfacciones y frustraciones de los impulsos básicos, el papel de las figuras parentales, y las vivencias
internas que de ellas ha efectuado el sujeto, adquieren gran relieve como causas explicativas de la
conducta actual. Por otra parte, la evaluación no se basa en el análisis de la conducta manifiesta del sujeto,
sino en sus elaboraciones mentales. No interesa tanto
la realidad objetiva cuanto la subjetiva, que es la que
tiene auténtica significación.
El modelo dinámico ha basado sus supuestos teóricos en el método clínico a partir de observaciones
cualitativas. Emplea el método inductivo ya que a partir de las observaciones clínicas se infieren los
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elementos estructurales que dan cuerpo a la conducta. La evaluación es ideográfica, haciéndose énfasis
en el individuo concreto del que se intentará captar toda su personalidad de un modo global. Se utilizan
métodos ideográficos (biográficos, recuerdos tempranos, observacionales), aunque también pueden
emplearse métodos que posean una vertiente nomotética (técnicas proyectivas, cuestionarios....).
Las técnicas utilizadas son la entrevista libre, la asociación libre, el análisis de los sueños, de los "lapsus
linguae", de los olvidos; en resumen, todo aquello que facilite la introducción en la vida mental inconsciente
del sujeto. Freud inicialmente utilizó la hipnosis, para sustituirla por el análisis de la transferencia, un
proceso a través del cual se actualizan en la relación analítica los deseos inconscientes que en el sujeto
suscita el evaluador o terapeuta, y que son una repetición de sus primeras relaciones de objeto.
Las técnicas proyectivas son un desarrollo posterior a Freud. Existen varios tipos de técnicas que han sido
clasificadas en función de la actividad que conllevan: Estructurales o Perceptivas (Rorschach); Temáticas
en las que se elaboran historias (T.A.T. o T.R.O.); Expresivas ya que se solicita al sujeto dibujar una o
varias figuras (DFH, http, Test de la Familia), y Asociativas debido a que el sujeto presenta sus asociaciones
frente a palabras, frases o cuentos (Frases incompletas).
Por basarse en el estudio de la conducta anormal, este modelo actúa en situaciones clínicas. Tiene por
finalidad mejorar la adaptación personal del sujeto mediante la toma de conciencia de sus dificultades. El
trasvase al campo educativo (A. Freud), la elaboración de programas de desarrollo afectivo y la utilización
de este marco teórico en los procesos de orientación y selección, son una muestra de la expansión de este
modelo a otros ámbitos.
Pese a este enfoque clínico, algunas de las técnicas proyectivas se han utilizado y se utilizan en contextos
de selección y orientación como complemento de los test psicométricos tradicionales. Este hecho ha sido
criticado por algunos autores que ven en ello una postura de eclecticismo.
En el trabajo descriptivo y estructurativo de la doctrina psicoanalítica freudiana, este autor no llegó a precisar
en forma detallada los pasos de la actividad del terapeuta, aunque se los puede inferir mediante un análisis
detenido acerca de las referencias que realiza sobre los casos por él tratados. También el hecho de
modificar en forma constante la estructura misma del esquema psicoanalítico, impiden una sistematización
rigurosa de las etapas terapéuticas.
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R. Dana contempla las siguientes etapas en los sistemas psicoanalíticos y que juzgamos, se acercan lo
mejor posible a los hechos que tienen lugar en este tratamiento.
1.6.1 Establecimiento del contacto.- Para que se dé el contacto entre paciente y terapeuta han sucedido
una serie de factores con anterioridad; el primero ha vencido una serie de resistencias y dificultades
internas para decidirse a concurrir en busca de ayuda; ha desestimado el consejo o el apoyo dado por otras
personas no profesionales, o se ha convencido de que sus soluciones no son las más apropiadas. El
terapeuta, a su vez, ajusta su horario, decide la atención y permite el acercamiento del paciente a su
consulta.
1.6.2 Establecimiento de rapport.- El terapeuta maneja los recursos técnicos a nivel emocional para
establecer un contacto positivo entre los dos miembros y facilitar el relato libre del problema.
1.6.3 Recopilación de la información.- Es el relato no dirigido acerca de las dificultades que aquejan al
paciente que en oportunidades requiere de una apertura inicial del terapeuta. Se puede interrogar acerca
de elementos causales que orientan la futura actividad analítica, pero sin adoptar una posición directiva.
1.6.4 Reducción de la ansiedad.- Tiene que ver con la tranquilización que el terapeuta brinda al paciente
con frases de apoyo acerca de la posibilidad de tratamiento o la generalización de su trastorno.
1.6.5 Establecimiento del contrato terapéutico.- Luego de todos los pasos anteriores, el analista está en
condiciones de discutir con el paciente sobre la naturaleza del psicoanálisis, sus metas, objetivos, los roles
de cada integrante y sus actividades. También constituye un factor de notable interés la determinación de
los honorarios correspondientes, cuando se trata de la consulta privada o de los requisitos que se deben
cumplir a través de la terapia.
Todos estos puntos pueden realizarse en una primera sesión y sintetizarse como estrategia analítica de la
primera consulta. Ésta requiere de un manejo apropiado y tinoso sobre todo en el esquema, ya que se ha
comprobado que muchos contactos terapéuticos terminan en la primera sesión cuando se han cometido
errores técnicos.
Los siguientes pasos van apareciendo paulatinamente y constituyen las fases más largas de la terapia.
1.6.6 Control de las defensas.- Esta fase fue estudiada con posterioridad a los planteamientos de Freud.
Los discípulos fieles a su ortodoxia desarrollaron el denominado análisis del carácter como una condición
previa que permite una profundización ulterior sobre los contenidos inconscientes. Se procede
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Este trabajo resulta primordial para proseguir con el análisis de componentes más profundos de la
personalidad en las siguientes fases. Puede suponer la intervención en varias sesiones, porque solo a
través de los comportamientos o referencias del paciente se van descubriendo y destruyendo los
mecanismos que utiliza éste en su forma habitual de conducta. Un reparo en este tema es el hecho de que
al mismo tiempo que se van suprimiendo las defensas se vayan sustituyendo o instaurando modalidades
de comportamiento más realistas que brinden recursos de salida ante los problemas, tanto para que no se
descompense ante este fenómeno, como para que no se atemorice y deserte del psicoanálisis como una
reacción contra el tratamiento.
1.6.7 Desarrollo y control de la transferencia.- Los fenómenos transferenciales comienzan desde el inicio
del psicoanálisis, siendo frecuente que en una primera instancia aparezca la transferencia positiva por la
consideración del terapeuta por parte del paciente como una persona bondadosa y amigable que le
ayudará a resolver sus problemas. Posteriormente, y cuando se inicia el trabajo interpretativo acerca de
los componentes inconscientes, se va estructurando la transferencia negativa en la cual la imagen del
analista se transforma en hostil y negativa.
Los recuerdos que sobre la niñez del paciente van apareciendo y clarificándose requieren de la
consecuente interpretación que estimula la comprensión de la conducta actual del sujeto. La reversión de
los componentes afectivos, que inicialmente se debieron dirigir hacia otras personas significativas para el
paciente y que durante la terapia se orientan hacia el analista, constituye, de acuerdo con este enfoque, el
momento más crucial del tratamiento ya que supone el manejo más tinoso desde el punto de vista afectivo
y en el que se pone a prueba la pericia del panelista.
1.6.8 Prueba de la realidad.- Es un paso de confrontación del material interpretado con el comportamiento
y actitud del paciente en su vida. La comprobación permanente de todos aquellos elementos, que inclusive
en un momento determinado fueron rechazados, va cobrando significado en la vida del sujeto y al mejorar
el conocimiento o insight de su propia personalidad se van dando controles psíquicos y modificaciones en
sus conductas.
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1.6.9 Terminación.- Con la resolución de los diversos problemas citados anteriormente y la reelaboración
de significados nuevos en la actuación del paciente, el tratamiento va llegando a su fin. Con este criterio,
las sesiones se van espaciando paulatinamente, sin olvidar las interpretaciones que se irán efectuando
acerca de la separación y la interrupción del tratamiento. Para algunos autores, esta fase se denomina de
la interpretación del "duelo de la separación''.
La crítica más contundente es la que hace referencia a la acientificidad del paradigma, debido a que sus
presupuestos no podían ser contrastados empíricamente, condición que es básica de toda disciplina
científica (Popper, 1977). También las propias técnicas de evaluación, concretamente las proyectivas, han
recibido importantes críticas centradas en su condición de ambigüedad, subjetivismo, y escasa validez y
fiabilidad. Sin embargo, se debe decir que en los últimos años se está realizando desde este modelo un
esfuerzo para objetivizar los procedimientos de corrección de estas pruebas.
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2. EL MODELO FISIOLÓGICO
2.1.1 Estudio integral del sujeto.- La investigación integral de él o los sujetos que se van a someter a
psicoterapia desde los puntos de vista orgánico, psíquico y
sociocultural resulta fundamental en esa orientación. Se lo
efectúa siguiendo el esquema de la historia clínica con todas
las implicaciones que éste conlleva.
Si bien este trabajo se lo cumple con la intervención del equipo multidisciplinario, el psicólogo necesita de
una formación completa para lograr una integración de todos los elementos diagnósticos recogidos y ajustar
la tarea terapéutica con este criterio.
2.1.2 Confesión y tranquilización.- El relato que efectúa el paciente sobre su problemática constituye el
primer factor utilizado en el proceso para lograr la disminución sintomática. Este fenómeno es conocido y
utilizado por personal profesional y empírico desde épocas anteriores, de manera que, hasta en el campo
vulgar es aplicable el hecho de que "contando el problema, se alivia". El psicoterapeuta, por ser el
especialista de la intercomunicación curativa, debe emplear con mayor soltura y delicadeza este fenómeno.
Las actitudes de confianza y apoyo que demuestra el psicólogo durante esta etapa, marcarán el éxito o
fracaso de la aplicación técnica en fases posteriores. También se utilizan comunicaciones reafirmativas a
fin de disminuir los temores del paciente con relaciónala enfermedad o problema que presenta.
2.1.3 Explicación de las causas del estado patológico y el mecanismo etiopatogénico.- Cuando el
paciente acude donde el terapeuta, lo hace con la intención de buscar una explicación y una solución a su
problema. En muchas oportunidades las causas son conocidas por él mismo, pero en otras no tiene un
juicio exacto sobre las razones que motivan su patología. Como se recordará, estas posibilidades dan lugar
a dos formas de psicoterapia conocidas como mayor y menor, cuya diferenciación se deriva de esta
circunstancia.
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La diversidad de clientes con los que se actúa también marca el criterio en la explicación etimológica. El nivel
cultural, el tipo de enfermedad y las demás condiciones requieren de un manejo personalizado en cada
caso. Así, los niveles culturales bajos son más propensos a las explicaciones mágico-religiosas en el origen
de sus enfermedades mentales: lo niveles culturales altos resisten y se oponen tenazmente al origen
psicológico de sus manifestaciones patológicas: en los trastornos psicofisiológicos se recurre a la búsqueda
incesante de causas exclusivamente orgánicas, datos estos que citamos como ejemplos de múltiples
elementos que deben considerarse en el trabajo terapéutico. Sin embargo, en todos los casos, el psicólogo,
por la calidad científica de la profesión, debe enmarcar sus explicaciones siempre en este contexto.
De todas maneras, el psicoterapeuta da una explicación etiopatogénica del trastorno para tranquilización
del paciente al entender las razones de su patología.
Al respecto debe señalarse que en la actualidad existe una amplia gama de técnicas que cumplen con este
requerimiento y han mostrado su eficaz aplicación tanto en la modalidad directa, como en la indirecta,
implantándose en forma imperativa nuevos estilos de comportamiento en el sujeto sin participación de
elementos racionales. Los procesos de condiciona-miento y descondicionamiento que utilizan tanto el
primero, como el segundo sistema de señales en algunos trastornos, constituyen otra alternativas en este
enfoque.
2.1.6 Utilización de técnicas en estado de somnolencia y sueño sugerido.- Con la disminución del
tomo cortical y el aparecimiento del estado inhibitorio se induce estados de somnolencia y sueño sugerido
en los que se simplifica el uso de técnicas sugestivas y de condicionamiento, precisamente por la menor
resistencia que encuentran los contenidos sugestivos, al encontrarse inhibidas muchas de las conexiones
temporales que en vigilia obran impidiendo la reestructuración positiva esperada.
Con todas estas modalidades expuestas en forma breve, se mantiene un proceso continuo a través de todo
el ejercicio psicoterapéutico que garantiza la cobertura de los diversos trastornos psíquicos y que son
susceptibles de tratamiento. Como se puede apreciar, no constituyen pasos rígidamente señalados que
deben respetarse en forma inmodificable, por el contrario, sirven solo de guía de trabajo, pues son factibles
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A fin de simplificar el proceso psicoterapéutico se presentan los pasos que a continuación se señalan,
pensando que en los mismos pueden incluirse diferentes subfases en su abordaje. Las etapas precisadas
deben servir como orientaciones actuantes en el nivel mental de los terapeutas considerando que la
existencia y presencia del proceso no siempre está representado por el tiempo que se emplea en la terapia,
puesto que, dependiendo de muchas circunstancias, muchos tratamientos se simplifican enormemente
cuando se procede a la utilización técnica inmediata. También se debe recordar que las etapas se
superponen y entremezclan en la práctica, deduciéndose de esto que no se esperará en todos los casos la
superación de una etapa para continuar con la otra.
2.2.1 Investigación: En esta etapa se realiza el estudio integral del paciente desde los puntos de vista
biológico, psicológico y sociocultural. Se procede siguiendo el esquema de la historia clínica psicológica para
cuyo efecto se acude a datos recolectados mediante observaciones, entrevistas y aplicación de reactivos
psicológicos. Si bien esta etapa supone una intervención extensa en cuanto al estudio completo de un
paciente y que puede ocupar algunas horas de intervención, existen algunas circunstancias en que este
proceso investigativo se lo resume por las condiciones en las que se encuentra el paciente; éste es el caso
de aquéllos que se encuentran hospitalizados o que requieren una ayuda terapéutica inmediata.
Siendo ésta una etapa investigativa, no puede prescindirse de estrategias psicoterapéuticas que se emplean
simultáneamente. La utilización de la confesión y las técnicas reafirmativas en la comunicación del
terapeuta son algunas de las intervenciones terapéuticas de esta etapa.
Aparte de los elementos constitutivos del historial clínico psicológico como son el motivo de consulta, la
historia de la enfermedad, la anamnesis personal, social, laboral y familiar desde el punto de vista normal y
patológico, se efectúa una evaluación psicológica que generalmente contempla el examen de funciones y
los resultados de los reactivos psicológicos. Añadamos que lo recomendable en esta etapa investigativa
constituye la posición no directiva del terapeuta para evitar deserciones tempranas en el paciente.
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práctica, sobre todo en nuestro medio que no posee todavía un grado apropiado de cultura psicológica y
psicoterapéutica, por cuyo hecho se confunde o se tiende a identificar el tratamiento psicológico con el
tratamiento médico, al cual estamos acostumbrados en la generalidad de los casos. Resulta de esta razón
que cuando no se estructura oportunamente la relación, se concluye la primera entrevista con un sen-
timiento de frustración en el paciente al no recibir la consabida «receta», o se escucha la referencia posterior,
y en muchos casos la queja de estar recibiendo solo sesiones de conversación con el terapeuta.
Éste es el motivo para recomendar la estructuración de la relación desde los primeros momentos del
contacto. Preferimos, por nuestra parte, hacerlo al inicio de la primera entrevista y luego cuando se tiene
un estudio integral del paciente, es decir, cuando se ha llegado al segundo paso del proceso.
2.2.2 Planificación.- Al momento nos interesa precisarlo exclusivamente como paso dentro del proceso
terapéutico. Después de tener una descripción completa relacionada con las condiciones del paciente, como
se señaló en la etapa investigativa, se requiere establecer la modalidad y las técnicas más apropiadas que
se utilizan en el tratamiento sistemático del paciente. Para el cumplimiento de este requisito, conviene
establecer un esquema que partiendo del estudio integral del paciente, fije los objetivos específicos y las
técnicas que se utilizarán en el trabajo respectivo.
Ésta es una etapa que transcurre sin la presencia del paciente, aunque como se sugirió anteriormente, se
debe discutir con él todos estos requerimientos en la estructuración de la relación que conviene volverla a
hacer en este momento.
La planificación terapéutica supone un alto trabajo crítico y analítico del terapeuta, lo separamos como un
momento diferente dentro del proceso precisamente para relievarlo en su importancia. La acción psicotera-
péutica no puede caer en el plano de la improvisación y el ejercicio repetido y monótono.
Cada paso es diferente en cuanto a la dinámica psicológica que presenta y a pesar de suponerse la
utilización de las mismas técnicas en igual trastorno, no debe soslayarse el hecho de que los sujetos y las
enfermedades difieren en mucho por las condiciones de individualidad de cada persona y por la multiplicidad
de fenómenos etiológicos que se pueden encontrar en cada cuadro.
En muchas oportunidades puede suceder que se prescinda de una planificación detallada en el trabajo
terapéutico, debido a la urgencia con que se debe actuar y por las condiciones en las que se encuentra el
paciente. Sin embargo, se mantiene como actitud mental que dirige nuestro ejercicio profesional.
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HOJA DE PLANIFICACIÓN
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DESCRIPCIÓN DE LA PERSONALIDAD (Áreas deficitarias y de adecuación)
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OBJETIVOS QUE DEBERÁN CUMPLIRSE (Inmediatos, precisos, concretos)
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TÉCNICAS QUE SE EMPLEARÁN (De acuerdo con los objetivos planteados)
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2.2.3 Aplicación técnica.- Es la tercera etapa dentro del proceso y se refiere exactamente al trabajo
que efectúa el terapeuta en tanto emplea todos los procedimientos, métodos y técnicas que tiene a su
alcance de una manera sistematizada y rigurosa. De acuerdo con la planificación efectuada en el paso
anterior, el terapeuta se encuentra orientado en su ejercicio técnico y puede proceder sesión por sesión,
aplicando las técnicas seleccionadas en cada caso. La evolución que se va dando en el paciente marcará
por otro lado la continuidad en el procedimiento o la rectificación técnica que pueda hacerse.
En esta tercera etapa conviene que se vaya juzgando detenidamente el curso o evolución del proceso. La
utilización de técnicas aisladas puede llevar a una rutina peligrosa en su ejercicio. A este efecto, existen
varias modalidades para evaluar la eficacia de su utilización; las grabaciones de toda la sesión para su
posterior análisis puede ser una de ellas, las referencias verbales del paciente o sus familiares, el mismo
criterio del terapeuta, entre otras, son formas de evaluación del trabajo terapéutico.
Conviene también que toda la evolución del caso se la vaya resumiendo en una hoja correspondiente
para que sirva de guía en las futuras sesiones. En esta hoja de evolución se sintetizan los aspectos
relacionados con el estado del paciente al inicio de la sesión, las diversas circunstancias que pudieron
influir en el desarrollo de la terapia, la descripción de la técnica que se ha utilizado, los resultados que
ha tenido este ejercicio y cualquier otra alternativa que haya surgido en la sesión correspondiente.
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Cuando se tiene eficacia en el tratamiento, luego van cediendo sus síntomas y cuando aquello sucede,
se va preparando el terreno para terminar la terapia. En muchos casos, es el paciente quien abandona
el proceso al sentirse recuperado, en otras oportunidades es el terapeuta quien va espaciando las
sesiones para objetivizar los resultados curativos.
Esta última constituye una estrategia apropiada para no crear elementos de dependencia en el paciente.
Además es prudente –si existen las condiciones necesarias– realizar el seguimiento de los pacientes,
tanto para evaluar las acciónes terapéuticas, como para evitar posibles recidivas en su cuadro.
Un aspecto que merece puntualizarse es el de diferenciar la psicoterapia como proceso, de las sesiones
o entrevistas de consulta en las que el terapeuta se imbuye de una postura altamente directiva para
exponer libremente sus puntos de vista sobre los temas que es consultado o simplemente escucha la
referencia del problema en forma directa o por terceras personas, antes de abordar directamente el
manejo del sujeto en forma sistemática.
EVOLUCIÓN
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A. El condicionamiento Clásico.
Se basan en los trabajos del fisiólogo ruso Iván Pavlov (1849-1936) y sus trabajos se centran en el estudio
de los reflejos en animales (en especial en perros). Su método consistía en estimular diferentes partes del
sistema digestivo del animal utilizando comida. Pavlov se dio cuenta que los perros, con el tiempo,
secretaban los jugos gástricos sólo viendo la comida o simplemente cuando la estaban preparando, lo que
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demostraba que se podía incitar un reflejo sin el estímulo delante. Pavlov utilizó estímulos
medioambientales para incitar los reflejos ( por ejemplo, utilizó una campanilla antes de dar la comida, con
el resultado que cuando había trascurrido un tiempo sólo con el sonido de la campanilla y sin necesidad
de poner delante la comida, los perros segregaban jugos gástricos).
Las respuestas pueden ser automáticas o aprendidas (automáticas son las involuntarias y aprendidas son
las que se asocian con los estímulos neutros).El Condicionamiento Clásico es una teoría importante para
ayudar a explicar el desarrollo de las diferentes clases de fobias.
El trabajo de Pavlov lo continúa Watson y Rayner con el experimento del pequeño Albert (11 meses de
edad). En este experimento aparean un estímulo neutro (animal blanco) con un ruido fuerte (estimulo
incondicionado) logrando una fobia del niño a todos los estímulos que se asemejaban al animal blanco (un
peluche…).
Las investigaciones de Pavlov, Watson y Rayner demuestran que si se conocen los estímulos asociados
es posible tratar los miedos de manera terapéutica y el método para tratarlos consiste en hacer el proceso
a la inversa.
B. El condicionamiento operante.
Consiste en una forma de aprender no a partir de los reflejos responsables de las conductas sino evaluando
el impacto de las diferentes consecuencias sobre el desarrollo de una nueva conducta. La probabilidad de
que una respuesta se incremente o decrezca es proporcional al grado de premio o castigo que se reciba
por ella. Las conductas se fortalecen con consecuencias satisfactorias y se debilitan con consecuencias
desagradables o insatisfactorias.
Thordike fue el máximo responsable del desarrollo de los principios del condicionamiento operante
basándose en una técnica en la cual se priorizan las condiciones de investigación. Con esta técnica llega
a la Ley de Efectos, que postula que las consecuencias que siguen a la conducta ayudan a aprender.
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Skinner sigue en esta línea de trabajo y desarrolla la teoría de las consecuencias de la conducta. En esta
teoría se usa el principio del refuerzo para describir cómo las consecuencias de las conductas fortalecen
la probabilidad de que la conducta se repita.
Involucra procesos cognitivos, por lo que, es un aprendizaje conductual más ampliado. Es un tipo de
aprendizaje en el cual las conductas son aprendidas observando a otros (Bandura, 1969). El modelaje es
un factor primordial en la teoría del aprendizaje social que propone que la conducta es el producto de la
asociación de estímulos externos y procesos cognitivos internos.
1-Por evitación-Es el aprendizaje donde el organismo aprende una conducta nueva que termina o impide
la aplicación de algún estímulo aversivo y aumenta la frecuencia de aparición de esa conducta para que
no regrese.
2- Por reforzamiento-Es el aprendizaje donde la conducta que es nueva para el organismo aumenta su
frecuencia después de recibir algún estímulo reforzante.
4- Por castigo- Es el aprendizaje donde un organismo aumenta la frecuencia de aparición de las conductas
que no fueron seguidas o que no recibieron ningún estímulo aversivo o desagradable.
5- Olvido- Todas las conductas que no reciben o que dejan de recibir reforzamiento tienden a disminuir su
frecuencia de aparición y a desaparecer.
3.1.5 ¿Cuáles son los procesos reguladores que determinan la conducta del aprendizaje según esta
teoría?
3-Procesos simbólicos-cognitivos: Es el que tiene más importancia de los tres, especialmente los que
envuelven el aprendizaje observacional, que es un ítem clave dentro de la teoría del aprendizaje social.
Un ejemplo de esto sería un niño que ve que otro está siendo recompensado por hablar educadamente en
clase y que lo más probable es que su tendencia sea hacer una conducta similar. Está teoría es muy
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importante dentro del contexto social ya que proporciona muchas oportunidades de conductas para ser
observadas e imitadas. Es clave la noción de la capacidad de autodirigir el cambio o autoeficacia que da al
individuo un papel clave a la hora de decidir y evaluar la manera como va su tratamiento.
Así como en la perspectiva comportamental el fenómeno observable juega un papel esencial en cómo se
inician y se desarrollan los trastornos humanos, en la perspectiva cognitiva son mucho más importantes
los pensamientos y las sensaciones.
Se muestra un énfasis especial en las creencias personales, las actitudes, las expectativas, las atribuciones
y otras actividades cognitivas para procurar entender y predecir la conducta, especialmente la conducta
psicopatológica. Algunos autores como Beck, Ellis, Bandura… han legitimizado la importancia de los
procesos cognitivos ocultos. Las teorías cognitivas aseguran que los individuos son participantes activos
en su entorno, juzgando y evaluando estímulos, interpretando eventos y sensaciones y aprendiendo de sus
propias respuestas. La manera de reconocer, percibir, razonar y juzgar la información tiene un papel
importante para intentar entender los posibles trastornos.
Según Beck el individuo desarrolla un esquema desde el cual se ve a sí mismo y a otros en el medio
ambiente. Este esquema afecta lo que percibe, renombra y prioriza como importante. Cuando aparece
algún síntoma de psicopatología se hipotetiza que los esquemas activados son desadaptados, como
resultado, una persona puede sistemáticamente mostrar errores en el procesamiento de la información, de
manera que puede generalizar, tener una atención selectiva,
magnificar o minimizar, personalizar o hacer arbitrariamente
referencias sobre la información que recibe. Un ejemplo de esto
sería la tendencia a culparse a uno mismo por los errores, la
percepción errónea de las situaciones interpersonales o la
tendencia a ser pesimista.
3.2.1 Introducción
Como hemos referido anteriormente integra dos acercamientos teóricos, la teoría conductual y la cognitiva,
o dicho de otra manera, integra los factores internos y externos del niño.
Es la integración de una metodología rigurosa y un estilo de actuación orientado a las técnicas conductuales
con la evaluación y el tratamiento de los fenómenos que determinan la cognición. La teoría pone un gran
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énfasis en los procesos de aprendizaje y en la influencia de los modelos que el niño tiene en su propio
ambiente. Se da mucha importancia a la manera de procesar la información para intentar comprender el
desarrollo y el posible tratamiento de trastornos psicológicos.
3.2.2 ¿Qué consideraciones hay que saber para abordar un acercamiento cognitivo?
Las estructuras cognitivas fueron llamadas por Beck esquemas cognitivos y se refieren a la memoria y más
específicamente a la información que se representa internamente en la memoria.
Es como una plantilla que filtra ciertos procesos cognitivos. Cuanto más rígidos son los esquemas, las
percepciones se filtran más y pasan a ser potencialmente más desadaptados.
El contenido cognitivo hace referencia a la información que se representa en un momento dado. Este
contenido se refiere al lenguaje interno.
Son los procedimientos según los cuales opera el sistema cognitivo, es decir, cómo hacemos para procesar
e interpretar las experiencias.
Son el resultado de la cognición que emerge de la interacción de la información entre las estructuras
cognitivas, el contenido y el proceso. Después de muchas experiencias reales o imaginarias una persona
puede tener una manera característica de elaborar las sensaciones o los acontecimientos. Las atribuciones
sobre los acontecimientos y sus resultados reflejan la influencia de una estructura preexistente.
En este modelo la psicopatología puede tener relación con cualquiera de las áreas de cognición por lo que
una terapia adecuada es la que incluye consideraciones individuales de cada factor de cognición. Los niños
y adolescentes están en un proceso de desarrollo de la manera de entender y elaborar su mundo por lo
que los tratamientos han de buscar proporcionar experiencias educativas que tengan relación con el
contenido cognitivo, el proceso y el producto. El objetivo es ayudar a los niños y adolescentes a construir
una estructura cognitiva que facilite influencias positivas en futuras experiencias.
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No todos los trastornos cognitivos tienen la misma base. Según este modelo habría que hacer una
distinción en la naturaleza del trastorno cognitivo entre Deficiencia del proceso cognitivo y Distorsión en el
proceso cognitivo.
La principal característica es que hay deficiencias en el procesamiento de la información que recibe del
medio. Esta característica es típica de los niños impulsivos o los niños con déficit de atención, estos niños
evidencian deficiencias en el proceso previo a la forma de actuar ya que suelen fallar debido a la falta de
planificación o prevención por lo que sus resultados se resienten. Sus dificultades emergen del fallo en no
detenerse y pensar antes de actuar.
La principal característica es que hay un trastorno en los procesos de pensamiento. Esta característica es
típica de niños ansiosos o depresivos. En estos trastornos los individuos tienden a interpretar
equivocadamente su ambiente social e interpersonal, en este caso hay información activa procesando pero
se tiende a distorsionar.
Se puede definir como una amalgama racional. Se intentaría preservar los efectos positivos demostrados
en la terapia conductual e incorporar actividades cognitivas de los clientes para fortalecer los efectos de la
terapia.
1-Enfatiza tanto el proceso de aprendizaje como la influencia de las contingencias y modelos del ambiente.
3-Este acercamiento terapéutico integrador combina los principios de perspectivas del aprendizaje inicial
con aspectos del modelo cognitivo.
5-Mantiene que las respuestas emocionales y conductuales a los acontecimientos son un reflejo de cómo
estos se perciben y como se elaboran en el cual los eventos afectan a la auto percepción de uno mismo y
las metas que uno se marca.
6-La meta del tratamiento es desarrollar una nueva estructura o modificar la estructura existente haciéndola
más adaptable.
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3.2.13 ¿Así pues el objetivo del tratamiento desde este enfoque consiste en construir una estructura
de confrontación?
1-Relajación- Es una técnica muy importante desde el punto de vista cognitivo-conductual en el tratamiento
de trastornos psicológicos. Los objetivos del entrenamiento en relajación son enseñar a los niños a
desarrollar el conocimiento sobre el control de su propia fisiología y las respuestas musculares. En este
proceso los grandes grupos de músculos del cuerpo se van relajando progresivamente a partir de ejercicios
de tensión-distensión sistemáticos tensando y relajando estos grupos de músculos con el objetivo de
aprender a percibir la sensación de tensión corporal. Una vez se aprende a percibir se usa esa sensación
como estimulante del relax.
3-Solución de problemas- Los problemas son comunes en la vida de los niños y adolescentes. La habilidad
para solucionar los problemas es necesaria para un ajuste adecuado en la infancia. El objetivo final de esta
técnica consiste en entrenar a los niños a desarrollar confianza en sus propias habilidades para enfrentarse
a sus desafíos cotidianos.
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a- El terapeuta se centra en ayudar a que el niño entienda que los problemas son parte de la vida cotidiana
y a inhibir sus impulsos iniciales.
b- El niño ha de definir el problema como una cosa que se puede trabajar y donde son muy importantes
las metas.
d- Se evalúan las alternativas escogiendo la solución aparentemente mas apropiada y se pone en práctica.
e- Se evalúa la eficacia de la solución escogida entrenando al niño a plantearse si alguna otra habría sido
mejor.
Es muy importante tener en cuenta para la aplicación de esta técnica el nivel de desarrollo actual del niño
y las diferentes habilidades individuales de cada sujeto.
La práctica es primordial para reforzar el aprendizaje y las habilidades de confrontación. Los “Role-playings”
permiten al terapeuta ver al niño en cada una de las situaciones generadas y cómo utiliza las estrategias
que ha ideado para resolver un problema específico. Esta técnica es muy útil ya que permite guiar la
conducta y reforzar los progresos. Se puede empezar por situaciones con un nivel de estrés menor y
progresivamente subir a situaciones más comprometidas a medida que el niño va adquiriendo habilidades.
El terapeuta puede empezar por hacerlo de manera imaginaria y después pasar a situaciones reales.
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C -La exposición
Consiste en poner al niño en contacto con un estímulo que evoca miedo (imaginariamente o en vivo), para
ayudarlo a afrontar esta situación y facilitarle oportunidades de practicar sus habilidades. Como variedades
encontramos la implosión donde el terapeuta y el niño intentan crear imágenes temidas (la teoría dice que
cuando una exposición se prolonga sin consecuencias negativas ocurre una extinción del miedo) y la
inundación donde se expone al individuo a situaciones reales estresantes (esta técnica es más eficaz en
ansiedades complejas como agorafobia o trastornos obsesivos).
3.2.18 ¿Se podría decir que la postura terapéutica ha de ser una integración de un consultor, un
diagnosticador y un educador?
Sí, como CONSULTOR no se pretende que tenga todas las respuestas pero tiene que tener ideas y
experiencia para examinar si las cogniciones y conductas del paciente son adecuadas a un medio en
concreto. Ha de crear o ayudar a crear experimentos para evaluar las creencias desadaptadas del cliente
y se ha de esforzar por desarrollar las habilidades en el cliente por lo que no se debe limitar a decir lo que
ha de hacer sino crear habilidades en él.
Ya que el método de información más efectivo no es el mismo según la edad del niño es muy importante
tener en cuenta el desarrollo evolutivo del paciente. Se tiene que tener en cuenta que los niños son
organismos en desarrollo por lo que son seres cambiantes y el mismo problema de conducta dependiendo
del estado de desarrollo del niño puede tener diferentes efectos en el área social, personal y familiar.
Juegan un papel importante ya que el contexto social incluye la familia primaria y sus parientes. Una
relación satisfactoria con los padres es una parte fundamental en el autoajuste del niño con su realidad por
lo que es imprescindible comprender el rol de cada figura para la asistencia y el tratamiento.
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El factor familiar es muy importante a la hora de aprender reglas y roles sociales en los niños y, por lo
tanto, suele tener un porcentaje muy alto en las conductas desadaptadas.
A nivel de terapia cobra mucha importancia el papel de la familia para las estrategias de dirección de
contingencias y compensar las conductas positivas y
extinguir las desadaptadas y para dar información alternativa
a la que nos está proporcionando el paciente. Es importante
saber que hay conductas inadecuadas de los padres que
favorecen el trastorno del niño por lo que ellos también tienen
que cambiar el sistema familiar para ayudar a formar una
nueva estructura mental en el niño.
AUTOCONTROL # 3
Luego de que usted ha concluido el estudio de esta primera unidad, ahora ya está en condiciones de
resolver el autocontrol, para ello debe abrirlo en la Plataforma www.educacue.net, dentro del período
determinado y resolverlo en el tiempo establecido. Proceda de acuerdo con lo que allí se le indica. Recuerde
que en última instancia, la resolución del autocontrol le permitirá verificar el cumplimiento de los objetivos
propuestos y adquirir el 50% de la calificación del aporte personal. En la Plataforma, usted tendrá dos
oportunidades para resolver el autocontrol, con el fin de que, en caso de errores o dudas, repase lo
aprendido para que los rectifique, solvente las dudas y lo vuelva a intentar, ya que la herramienta
informática califica automáticamente la prueba.
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UNIDAD Nº4
EL MODELO HUMANISTA EXISTENCIAL Y EL MODELO DE
LA GESTALT
OBJETIVOS OPERACIONALES
Aprendiendo los temas y subtemas de esta unidad, usted estará capacitado para:
CONTENIDOS
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ACTIVIDAD #4
Usted tiene acceso a las actividades que debe desarrollar, como parte fundamental de la evaluación, a
través de la Plataforma www.educacue.net. Recuerde que el desarrollo de las actividades
encomendadas, es el 50 % de su calificación de aporte personal; por tal razón deben ser oportunamente
realizadas con esmero, dedicación y de manera responsable, según se avance en el estudio de cada
uno de los temas, sin dejar la tarea para el último momento.
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1.1- INTRODUCCIÓN
En esta línea, no todos los filósofos pensaban que se podía alcanzar la verdad mediante la razón o el
ejercicio del intelecto, como mantenían los racionalistas, o mediante el análisis de las ideas derivadas de
la experiencia, tal y como afirmaban los empiristas y sensacionalistas ingleses y franceses.
Algunos pensadores sostenían que tanto unos como otros obviaban la verdadera fuente de información
válida: la propia naturaleza humana. Declaraban que los humanos no solo poseen intelecto y unas ideas
derivadas de la experiencia sino que disponen también de una amplia variedad de instintos y sentimientos
irracionales.
Durante el período del movimiento romántico, entre finales del siglo XVIII y mediados del siglo XIX, el
principio del bienestar se definía como la capacidad de vivir honestamente según la propia naturaleza de
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cada uno. Desconfiaban de la razón, del dogma religioso, de la ciencia y de las normas sociales como
guías para la conducta humana.
Para ellos, la única guía válida para la conducta de una persona eran sus sentimientos honestos.
Rousseau, padre del movimiento romántico, afirmaba que dando libertad las personas harían lo mejor
para ellas mismas y para los demás pues el ser humano es bueno y gregario por naturaleza.
Si finalmente la gente se comportaba de forma autodestructiva o antisocial era debido a que sus impulsos
naturales habían sido interferidos por las fuerzas sociales. Otros pensadores que podemos considerar
románticos son Goethe y Schopenhauer Pero los románticos no eran los únicos que se rebelaron contra
el racionalismo, el empirismo y el sensacionalismo.
Existía otra corriente de pensamiento que también enfatizaba la importancia del significado de la vida y la
capacidad de C. Tobías Imbernón, J. García-ValdecasasCampelo ORIGINALES Y REVISIONES cada
uno para elegir libremente: el existencialismo. Para los existencialistas, los aspectos humanos de mayor
consideración eran sus interpretaciones personales y subjetivas sobre la vida y las tendencias
establecidas a partir de esas interpretaciones.
Como los románticos, consideraban a las experiencias interiores y a los sentimientos como el camino más
válido para entender el comportamiento humano. Los primeros filósofos considerados existencialistas son
Kierkegaard, Nietzsche y Dostoievsky. Todos estos pensadores investigaron el significado de la existencia
humana y trataron de recuperar la importancia de los sentimientos humanos, el libre albedrío y la
capacidad de elección así como la individualidad y la responsabilidad personal.
El origen del método fenomenológico es en gran medida una consecuencia del gran debate sobre el
método que tuvo lugar durante la segunda mitad del siglo XIX, sobre todo en Alemania. Debate que giraba
en torno a las similitudes y diferencias entre las Ciencias del Espíritu y las de la Naturaleza. El debate, en
el que participaron pensadores de la talla de Brentano, Dilthey, Droysen, Eucken, Ebbinghaus, Freud,
Husserl, Stuart Mill, Windelband y Wundt, se polarizó en torno a la distinción epistemológica establecida
por Droysen y elaborada luego por Dilthey, esto es, entre las operaciones de explicar y comprender.
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Es fácil deducir la importancia de esta diferenciación pues plantea abiertamente la posición epistemológica
de la psicología o, dicho de otro modo, de cómo obtenemos el conocimiento. Las ciencias del espíritu
aprehenderían los hechos espirituales (humanos) de un modo real, inmediato y completo. Este método
de aprehender el objeto es un autoconocimiento.
Retomando la distinción fundamental, es decir, que la naturaleza habría que explicarla pero la vida
humana comprenderla, la pregunta es si los rasgos distintivos del comportamiento humano son asumibles
por una epistemología inspirada en las ciencias de la naturaleza o si, por el contrario, exigen una
metodología distinta, más adecuada al objeto de estudio, es decir, a la condición humana.
Décadas más tarde Camus afirmaría que “la fenomenología se niega a explicar el mundo, quiere
solamente ser una descripción de lo vivido”. El antecedente más inmediato de Husserl, matemático en el
que se sitúa el origen de la fenomenología cuando en 1900 publica Investigaciones lógicas, es Brentano.
El concepto más influyente introducido por Brentano es el de intencionalidad con el que hacía referencia
a que cada acto mental se refiere a algo exterior a sí mismo. Por ejemplo, se juzga, se recuerda o se ama
algo. Para estudiar los actos mentales y la intencionalidad empleó una forma de introspección a la que
denominó fenomenológica y que es diferente de la introspección empleada por Wundt y Titchener,
fundadores del voluntarismo y el estructuralismo respectivamente, pues el objetivo de Brentano era
aprehender una experiencia psicológica íntegra y con significado en lugar de los elementos del
pensamiento tomados aisladamente.
En Investigaciones lógicas, Husserl realiza una crítica y refutación radical al psicologismo, que al principio
había defendido. Por influencia de Frege, Husserl llegó a convencerse de que el psicologismo o reducción
de la verdad a los actos psicológicos que la descubren, convertía a la ciencia en imposible pues si la
verdad se reduce a los actos psicológicos que la descubren, cabe efectivamente la posibilidad de que con
otros actos psicológicos la verdad sea otra y entonces la ciencia no tendría criterios de verdad y se
reduciría a convenciones.
De esta manera, las descripciones en fenomenología solo pueden aplicarse a las experiencias subjetivas.
Husserl fue discípulo de Brentano y aceptó el concepto de intencionalidad propuesto por éste. Sin
embargo fue más allá pues consideró que la intencionalidad producía solo un tipo de conocimiento, el que
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la persona obtenía cuando se dirigía a su entorno, pero obviaba el conocimiento procedente del propio
interior, es decir, de lo que le aparece al sujeto.
Ambos tipos de estudio utilizaban la introspección, el primero para examinar los actos mentales con los
que abarcamos el mundo físico y el segundo para examinar toda la experiencia subjetiva tal y como se
produce, sin necesidad de relacionarla con nada más. Con esta distinción Husserl diferencia entre el acto
y el objeto del mismo, empleando para referirse a este último el término vivencia.
Así, para Husserl, existían dos tipos de introspección: una centrada en la intencionalidad y otra centrada
en cualquier proceso que experimentaba subjetivamente una persona. Por ejemplo, el primer tipo se
preguntaría qué objeto externo intenta ver el acto de ver, el segundo se concentraría en una descripción
de la experiencia de ver.
Al segundo tipo de introspección Husserl lo denominó fenomenología pura. Ideas para una fenomenología
pura y una filosofía fenomenológica se compone de cuatro partes. Es en la segunda parte en la que
Husserl expone la esencia del método fenomenológico cuando nos habla de la epojé, que significa
literalmente “detenerse”. Entendiendo epojé como neutralización, lo que Husserl plantea es que para
hacer fenomenología y “volver a las cosas mismas”, es necesario no participar, neutralizar o “poner entre
paréntesis” todos los elementos de la vida humana consciente en los que de ordinario nos vemos
inmersos.
Solo mediante esta neutralización de la actitud natural, esto es, la neutralización de nuestro compromiso,
ejecución y participación en todo lo que conforma la vida humana consciente o tesis cogitativas, utilizando
la terminología husserliana, se alcanzaría la actitud fenomenológica (reflexiva) que requiere este método
para poder centrarse en la vida subjetiva y reflexionar acerca de ella. Cuando se emplea el término
fenómeno, aunque Husserl prefiere el de vivencia, para describir un suceso mental, se refiere a la
experiencia intacta, entera y con significado y no a los fragmentos de experiencias conscientes como las
sensaciones aisladas.
La conclusión que se puede extraer de la elaboración de Husserl es que los métodos de las ciencias
naturales son inadecuados para el estudio de los fenómenos mentales o vivencias. No negaba que la
psicología experimental fuera posible pero sí afirmaba que debía estar precedida de un análisis
fenomenológico cuidadoso y riguroso. Es decir, resultaría prematuro realizar experimentos sobre la
percepción o la memoria sin conocer previamente la esencia o naturaleza última de estos procesos.
El objetivo último de Husserl no era otro que describir las esencias mentales por las que los hombres se
experimentan a sí mismos, al mundo y a otros hombres mediante la información exacta de lo que aparecía
en la conciencia de un modo neutral tras la adopción de esa actitud reflexiva mencionada más arriba. En
muchos textos se menciona que la publicación en 1913 de la Psicopatología General de Jaspers significó
la introducción del método fenomenológico de Husserl en la psicopatología.
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Sin embargo, otros autores, como Berrios, sostienen características comunes de los enfoques que
integran el movimiento humanista o tercera fuerza. Los principios básicos que comparten los modelos
humanístico-existenciales aparecen recogidos en la declaración con que se constituyó la American
Association of HumanisticPsychology en el año 1961, donde destacan los aspectos fundamentales de la
concepción del ser humano:
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Tanto esta terapia como las encuadradas dentro de este movimiento toman la perspectiva de la
fenomenología y el existencialismo. Esta inspiración filosófica no sirve tanto para desarrollar teorías o
modelos del funcionamiento psicológico como para plantear las cuestiones acerca de la naturaleza del
ser humano y de las condiciones de la existencia.
La terapia existencial aborda los problemas con relación a ciertas preocupaciones básicas de la vida y
ofrece un procedimiento práctico al respecto. Se define este tipo de psicoterapia como un método de
relación interpersonal y de análisis psicológico cuya finalidad es promover un conocimiento de sí mismo
y una autonomía suficientes para asumir y desarrollar libremente la propia existencia. La noción central
es la de proyecto existencial.
Desde esta perspectiva los trastornos y la psicopatología son formas inauténticas de existencia,
estancamientos o vacíos existenciales, defensas o negaciones, renuncias o pérdidas de libertad.
La psicología humanista es más un movimiento que una escuela, e incluso más aún el reflejo de una actitud
sobre el ser humano y el conocimiento.
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Allport creyó que un riesgo de la psicología que busca la credibilidad científica es la pérdida de lo que
tendría ser más importante para la psicología: la experiencia individual. No negó la orientación nomotética,
pero reclamó un puesto para la idiográfica.
Ludwig Bingswanger
Discípulo de Husserl y muy influido por Heidegger. Utilizó las categorías heideggerianas en la terapia,
tratando de abarcar con ello al hombre en su totalidad, y no sólo a algunas de sus dimensiones. La
comprensión y descripción del mundo del paciente son sus objetivos principales: para ello propondrá un
encuentro interpersonal libre de prejuicios entre el terapeuta y el paciente.
Criticó a Freud por su énfasis en la visión biologista y mecanicista del ser humano:
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Para Bingswanger el punto de partida para comprender la personalidad es la tendencia humana apercibir
significados en los sucesos y, por ello, ser capaz de trascender las situaciones concretas. Su énfasis en la
importancia de la descripción ha dado lugar a que una de sus principales aportaciones sean las
descripciones de los “mundos” de los esquizofrénicos y de las “formas frustradas” de existir (la
extravagancia, el retorcimiento, el amaneramiento, p. ej.). De Heidegger tomó el concepto de ser-en-el-
mundo (Dasein) y lo utilizó en la terapia, llamada daseinanalyse o análisis del ser-en-el-mundo, que se
basaba en los siguientes puntos:
Para las posibilidades de desarrollo es la elección del futuro la más adecuada pues facilita el crecimiento y
la autorrealización. La elección del pasado impide el crecimiento, al limitar al sujeto a aquello que ya es
experiencialmente conocido.
En cuanto al análisis de las diferencias individuales, se entiende que estas van desde el ser auténtico al
conformismo (considerarse indefenso ante las fuerzas externas, ser pasivo, elegir el pasado cuando
deciden algo,.). En esta línea, la psicopatología existencial muestra especial interés por los estados que
incluyen la falta de significado. MedardBoss, uno de los continuadores de Bingswanger y pioneros de la
terapia existencial, describió diferentes contenidos y niveles de eficacia en las construcciones sobre el sí
mismo y el mundo.
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Es uno de los más importantes representantes del humanismo norteamericano. Critica el reduccionismo
del psicoanálisis freudiano en su tratamiento del hombre, pero no quiere desechar la obra de Freud.
Humanista no dogmático:
Impulsa la visión humanista de la psicoterapia pero critica la exclusión de los elementos negativos
de la naturaleza humana que postulan algunos autores humanistas.
Defendió activamente el derecho de los psicólogos a trabajar como psicoterapeutas frente a los
intentos de las asociaciones médicas de considerar la psicoterapia como una especialidad médica,
pero denunció la evitación de la confrontación con los dilemas del hombre que la psicología ha
realizado en su camino hacia la aceptación social.
Un concepto central en la psicología de May: el dilema del hombre. Se origina en la capacidad de éste para
sentirse como sujeto y como objeto al mismo tiempo. Ambos modos de experimentase a sí mismo son
necesarios para la ciencia de la psicología, para la psicoterapia y para alcanzar una vida gratificante.
El psicoterapeuta alterna y complementa la visión del paciente como objeto, cuando piensa en pautas y
principios generales de la conducta, y como sujeto, cuando siente empatía hacia su sufrimiento y ve el
mundo a través de sus ojos. Rechaza las dos alternativas de la consideración del ser humano como
“puramente libre” o “puramente determinado”, argumentando que ambas suponen negarse a aceptar el
dilema del hombre. Introdujo como fundamentales en el contexto de la terapia las experiencias existenciales
de la ansiedad, el amor y el poder.
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Abraham Maslow
Maslow (1908-1970), una de las figuras más conocidas de la psicología humanista, comparte con otros
psicólogos humanistas la propuesta de un sistema holístico abierto a la variedad de la experiencia humana
y, por tanto, el rechazo del uso de un método único para el estudio de esta diversidad. Propone integrar el
conductismo y el psicoanálisis en sistemas más amplios.
Tuvo gran interés por las personas humanamente excepcionales, lo que le llevó a una visión del hombre
que muestra lo que puede llegar a ser y lo que se puede frustrar.
Maslow establece su jerarquía de necesidades, la más conocida de sus aportaciones. Rechazó las teorías
de la motivación que partían de determinantes únicos de la conducta, proponiendo una teoría de
determinantes múltiples jerárquicamente organizados. Niveles:
1. Necesidades fisiológicas (comida, agua, sueño,...), necesidades que aun perteneciendo a este
nivel tan básico tienen un componente de individualidad.
2. Si estas necesidades fisiológicas son razonablemente satisfechas aparece el segundo nivel:
las necesidades de seguridad.
3. Necesidades de pertenencia y amor. La frustración en este nivel es la principal causa de los
problemas humanos de ajuste.
4. Necesidades de estima, que incluiría la necesidad de sentirse competente, de ser reconocido
por los propios logros y de sentirse adecuado.
5. Finalmente, el hombre se abre a las necesidades de desarrollo, de autorrealización.
El proceso que lleva a la autorrealización culmina en lo que Maslow llama “experiencia cumbre”, que se
siente cuando se alcanza una cota como ser humano, un estar aquí y ahora “perdido en el presente”, con
la conciencia de que lo que debería ser, es. Estas experiencias son perfectamente naturales e investigables
y nos enseñan sobre el funcionamiento humano maduro, evolucionado y sano. Maslow identifica la sanidad,
la autorrealización y la creatividad.
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Carl Rogers
Carl Rogers (1902-1987) es uno de los autores más conocidos del movimiento humanista. Su método
terapéutico, la terapia centrada en el cliente, o terapia no directiva, parte de la hipótesis central de que el
individuo posee en sí mismo medios para la autocomprensión y para el cambio del concepto de sí mismo,
de las actitudes y del comportamiento autodirigido. El terapeuta debe proporcionar un clima de actitudes
psicológicas favorables para que el paciente pueda explotar dichos medios. Dos rasgos principales de la
terapia centrada en el cliente:
Para Rogers el ser humano nace con una tendencia realizadora que, si la infancia no la estropea, puede
dar como resultado una persona plena: abierta a nuevas experiencias, reflexiva, espontánea y que valora
a otros y a sí mismo. La persona inadaptada tendría rasgos opuestos: cerrada, rígida y despreciativa de sí
mismo y de los demás.
Rogers insiste en la importancia que tienen las actitudes y cualidades del terapeuta para el buen resultado
de la terapia: las tres principales son la empatía, la autenticidad y la congruencia.
Rogers quiso comprender y describir el cambio que sufre el paciente cuando se siente comprendido y
aceptado por el terapeuta:
Se produce una relajación de los sentimientos: de considerarlos como algo remoto se reconocen
como propios y, finamente como un flujo siempre cambiante.
Cambio en el modo de experimentar: de la lejanía con que primero experimenta su vivencia se
pasa a aceptarla como algo que tiene un significado, y al terminar el proceso el paciente se siente
libre y guiado por sus vivencias.
Se pasa de la incoherencia a la coherencia: desde la ignorancia de sus contradicciones hasta la
comprensión de las mismas y su evitación.
Se produce también un cambio en su relación con los problemas: desde su negación hasta la
conciencia de ser él mismo su responsable, pasando por su aceptación.
Cambia igualmente su modo de relacionarse con los demás: desde la evitación a la búsqueda de
relaciones íntimas y de una disposición abierta.
De centrarse en el pasado a centrarse en el presente.
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1.5 Críticas
2.1 INTRODUCCION
Gestalt es un término alemán, sin traducción directa al castellano, pero que aproximadamente significa
"forma", "totalidad", "configuración". La forma o configuración de cualquier cosa está compuesta de una
"figura" y un "fondo". Por ejemplo, en este momento para usted, las letras constituyen la figura y los
espacios en blanco forman el fondo; aunque esta situación puede invertirse y lo que es figura puede pasar
a convertirse en fondo.
El fenómeno descrito, que se ubica en el plano de la percepción, también involucra a todos los aspectos
de la experiencia. Es así como algunas situaciones que nos preocupan y se ubican en el momento actual
en el status de figura, pueden convertirse en otros momentos, cuando el problema o la necesidad que la
hizo surgir desaparecen, en situaciones poco significativas, pasando entonces al fondo.
Esto ocurre especialmente cuando se logra "cerrar" o concluir una Gestalt; entonces ésta se retira de
nuestra atención hacia el fondo, y de dicho fondo surge una nueva Gestalt motivada por alguna nueva
necesidad. Este ciclo de abrir y cerrar Gestalts (o Gestalten, como se dice en alemán) es un proceso
permanente, que se produce a lo largo de toda nuestra existencia.
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El EG es en sí mismo un estilo de vida; de allí que sea más adecuado denominarlo "enfoque", que es un
término más amplio, en lugar de "terapia", que restringe sus posibilidades de aplicación a lo clínico.
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Este es el concepto clave sobre el que se asienta el EG. En pocas palabras darse cuenta es entrar en
contacto, natural, espontáneo, en el aquí y ahora, con lo que uno es, siente y percibe. Es un concepto
semejante en algo al de insight, aunque es más amplio; una especie de cadena organizada de insights.
1. El darse cuenta del mundo exterior: Esto es, contacto sensorial con objetos y eventos que
se encuentran fuera de uno en el presente; lo que en este momento veo, toco, palpo, degusto
o huelo. Es lo obvio, lo que se presenta de por sí ante nosotros. En este momento veo mi
lapicero deslizándose sobre el papel formando una palabra, escucho el ruido de los carros
pasando por la avenida, huelo el perfume de una joven que pasa por mi lado, siento el sabor
de una fruta en mi boca.
2. El darse cuenta del mundo interior: Es el contacto sensorial actual con eventos internos,
con lo que ocurre sobre y debajo de nuestra piel. Tensiones musculares, movimientos,
sensaciones molestas, escozores, temblores, sudoración, respiración, etc. En este momento
siento la presión de mi dedo índice, mayor y pulgar sobre mi lapicero al escribir; siento que
deposito el peso de mi cuerpo sobre mi codo izquierdo; siento mi corazón late, que mi
respiración se agita, etc.
3. El darse cuenta de la fantasía, la Zona Intermedia (ZIM): Esto incluye toda la actividad
mental que transcurre más allá del presente: todo el explicar, imaginar, adivinar, pensar,
planificar, recordar el pasado, anticiparse al futuro, etc. En este momento me pregunto qué
haré mañana en la mañana, ¿será algo útil, bueno?. En Gestalt todo esto es irrealidad,
fantasía. Aún no es el día de mañana, y no puedo saber y decir NADA acerca de ello. Todo
está en mi imaginación; es pura y simple especulación, y lo más saludable es asumirlo como
tal.
Nuestra idea del futuro es también una ficción irreal, aunque algunas veces de utilidad, cuando lo asumimos
como un ensayo y sólo como eso. Tanto nuestra idea del futuro como nuestra concepción del pasado se
basa en nuestra comprensión del presente. El pasado y el futuro son nuestras concepciones acerca de lo
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que precedió al momento presente y lo que presagiamos que seguirá a lo actual. Y todo este adivinar ocurre
AHORA.
El ahora es el presente, aquello de lo que me doy cuenta. Ya sea que estemos recordando o anticipando,
lo estamos haciendo ahora. El pasado ya fue, el futuro aún no llega. Es imposible que nada exista excepto
el presente. Mencionó el ejemplo que alguien medio una vez: si coloco un disco en el fonógrafo, el sonido
aparece cuando el disco y la aguja hacen contacto. No antes...ni después.
Si pudiéramos borrar el pasado inmediato o la anticipación de lo que vendrá de inmediato, nos sería difícil
entender la música del disco que estamos escuchando. Pero si borramos el ahora, entonces no hay nada.
De modo que no importa si estamos recordando o anticipando, de todas maneras lo hacemos en el aquí y
ahora.
Si se hacen la pregunta por el cómo, estamos mirando la estructura, estamos viendo lo que ocurre, lo obvio;
preocupándose por un entendimiento más profundo del proceso. El cómo nos da perspectiva, orientación.
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El cómo nos muestra que una de las leyes básicas, la de la identidad de estructura y función, es válida. Si
cambiamos la estructura, la función cambia. Si cambiamos la función, la estructura cambia.
Los pilares sobre los que se apoya el EG son: el aquí y ahora y el cómo. Su esencia está en la comprensión
de estas dos palabras. Vivir en el ahora tratando de darnos cuenta cómo lo hacemos.
El objetivo principal de la Terapia Gestáltica es lograr que las personas se desenmascaren frente a los
demás, y para conseguirlo tienen que arriesgarse a compartir sobre sí mismos; que experimenten lo
presente, tanto en la fantasía como en la realidad, en base a actividades y experimentos vivenciales. El
trabajo se especializa en explorar el territorio afectivo más que el de las intelectualizaciones (ZIM). Se
pretende que los participantes tomen conciencia de su cuerpo y de cada uno de sus sentidos.
La filosofía implícita en las reglas es proporcionarnos medios eficaces para unificar pensamiento y
sentimiento. Tienen por designio ayudarnos a sacar a luz las resistencias, a promover una mayor toma de
conciencia, a facilitar el proceso de maduración. Se busca también ejercitar la responsabilidad individual, la
"semántica de la responsabilidad".
Algunas de estas reglas pueden ser aplicadas como pautas para la terapia individual; sin embargo, su
empleo principal se da en la terapia de grupo, en los grupos de encuentro.
2.6.1 El principio del ahora: Este es uno de los principios más vigorosos y más fecundos de la TG.
Con el fin de fomentar la conciencia del ahora, y facilitar así el darse cuenta, sugerimos a la
gente que comunique sus experiencias en tiempo presente. La forma más efectiva de reintegrar
a la personalidad las experiencias pasadas es traerlas al presente, actualizarlas. Hacer que el
sujeto se sitúe allí en fantasía y que haga de cuenta que lo pasado está ocurriendo ahora. Para
ello hacemos preguntas como las siguientes: ¿De qué tienes conciencia en este momento?
¿De qué te das cuenta ahora? ¿A qué le tienes miedo ahora? ¿Qué estás evitando
actualmente? ¿Cómo te sientes en este momento? ¿Qué deseas?
2.6.2 La relación Yo-Tú: Con este principio procuramos expresar la idea de que la verdadera
comunicación incluye tanto al receptor como al emisor. Al preguntar ¿A quién le estás diciendo
eso? se le obliga al sujeto a enfrentar su renuencia a enviar el mensaje directamente al receptor,
al otro. De este modo suele solicitársele al paciente que mencione el nombre de la otra persona;
que le haga preguntas directas ante cualquier duda o curiosidad; que le exprese su estado de
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ánimo o sus desacuerdos, etc. Se busca que tome conciencia de la diferencia que hay entre
"hablarle a" su interlocutor y "hablar" delante de él. ¿En qué medida estás evitando tocarlo con
tus palabras? ¿Cómo esta evitación fóbica para el contacto se expresa en tus gestos, en el tono
de tu voz, en el rehuir su mirada.
2.6.3 Asumir la propiedad del lenguaje y la conducta, o sea, responsabilizarse de lo que se dice
y/o se hace. Esto se vincula directamente con el lenguaje personal e impersonal. Es común que
para referirnos a nuestro cuerpo, a nuestras acciones o emociones, utilicemos la 2º ó 3º
persona. "Me causas pena" en lugar de "Yo siento pena"; "Mi cuerpo está tenso" en lugar de
"Yo estoy tenso", etc. Merced al simple recurso de convertir el lenguaje impersonal en personal
aprendemos a identificar mejor la conducta y a asumir la responsabilidad por ella. Como
consecuencia, es más probable que el individuo se vea más como un ser activo, que "hace
cosas", en lugar de creerse un sujeto pasivo, al que "le suceden cosas". Las implicancias para
la salud mental y para dejar atrás nuestras “neurosis” son obvias.
2.6.4 En Gestalt está prohibido decir "no puedo"; en su lugar se debe decir "no quiero", esto
es, ser asertivo. Ello debido a que muchas veces el sujeto se niega a actuar, a experimentar,
a entrar en contacto, descalificándose antes de intentarlo siquiera. No se puede obligar a la
persona a hacer algo que no desea, pero sí se le puede exigir responsabilidad, a asumir las
consecuencias de su decisión evasiva, para lo cual un honesto "no quiero" es lo más adecuado.
Del mismo modo, también deben evitarse o hacer que el paciente se de cuenta de sus "peros",
"por qués", "no sé", etc. Hay que recordar que en el ser humano el lenguaje es uno de los
medios de evitación por excelencia: se puede hablar de todo y no entrar en contacto con nada,
poner entre nosotros y la realidad una muralla de palabras.
2.6.5 El continuum del darse cuenta: El dejar libre paso a las experiencias presentes, sin juzgarlas
ni criticarlas, es algo imprescindible para integrar las diversas partes de la personalidad. No
buscar grandes descubrimientos en uno mismo, no "empujar el río", sino dejarlo fluir solo,
libremente.
2.6.6 No murmurar: Toda comunicación, incluso las que se supone son "privadas" o que "no
interesan al grupo", debe ventilarse abiertamente en él o en su defecto evitarse. Las
murmuraciones, los cuchicheos sobre los demás, las risitas cómplices, son evitaciones, formas
de rehuir el contacto, además de faltar el respeto al grupo e ir contra su cohesión al establecer
temas "que no le competen" en su presencia. Esta regla tiene por fin el promover sentimientos
e impedir la evitación de sentimientos.
2.6.7 Traducir las preguntas en afirmaciones; salvo cuando se trata de datos muy
concretos. Preguntas como "¿Puedo ir al baño? ¿Me puedo cambiar de sitio? ¿Me puedo ir?",
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etc., deben ser traducidas como "Quiero ir al baño; Me quiero cambiar de sitio; Me quiero ir".
Así, el preguntón asume su responsabilidad y las consecuencias de lo que afirma, en lugar de
adoptar una postura pasiva y de proyectar su responsabilidad en el otro, a fin de que él le dé la
autorización.
2.6.8 Prestar atención al modo en que se atiende a los demás. ¿A quién le prestamos atención?
¿A quién ignoramos?, etc.
2.6.9 No interpretar ni buscar "la causa real" de lo que el otro dice. Simplemente escuchar y
darse cuenta de lo que uno siente en función a dicho contacto.
2.6.10 Prestar atención a la propia experiencia física, así como a los cambios de postura y gesto
de los demás. Compartir con el otro lo que se observa, lo obvio, mediante la fórmula de "ahora
me doy cuenta de ..."
2.6.12 Considerar, aunque no se haga explícito, que todo lo dicho y vivido en el grupo es
estrictamente confidencial.
Para la TG, el llamado ciclo de la experiencia es el núcleo básico de la vida humana, dado que ésta no es
más que la sucesión interminable de ciclos. También se le
conoce como el "Ciclo de la autorregulación organísmica",
pues se considera que el organismo sabe lo que le conviene y
tiende a regularse por sí mismo.
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El ciclo de la experiencia se inicia cuando el organismo, estando en reposo, siente emerger en sí alguna
necesidad; el sujeto toma conciencia de ella e identifica en su espacio algún elemento u objeto que la
satisface, vale decir, que dicho elemento se convierte en figura, destacando sobre los demás que son el
fondo. Acto seguido, el organismo moviliza sus energías para alcanzar el objeto deseado hasta que entra
en contacto con él, satisface la necesidad y vuelve a entrar en reposo nuevamente.
En el esquema clásico del ciclo se identifican seis etapas sucesivas: 1) Reposo; 2) Sensación; 3) Darse
cuenta o formación de figura; 4) Energetización; 5) Acción ; y 6) Contacto.
En la sensación el sujeto es sacado de su reposo porque siente "algo" difuso, que todavía no puede definir.
Como por ejemplo, puede sentir movimientos peristálticos o sonidos en su estómago, o sino cierta
intranquilidad.
En el darse cuenta, la sensación se identifica como una necesidad específica (en los ejemplos anteriores,
como hambre o como preocupación, respectivamente) y se identifica también aquello que la satisface: se
delimita cierta porción de la realidad que adquiere un sentido vital muy importante para el sujeto, es decir,
se forma una figura.
En la fase de energetización el sujeto reúne la fuerza o concentración necesaria para llevar a cabo lo que
la necesidad le demanda.
En la acción, fase más importante de todo el ciclo, el individuo moviliza su cuerpo para satisfacer su
necesidad, concentra su energía en sus músculos y huesos y se encamina activamente al logro de lo desea.
En la etapa final, el contacto, se produce la conjunción del sujeto con el objeto de la necesidad; y, en
consecuencia, se satisface la misma. La etapa culmina cuando el sujeto se siente satisfecho, puede
despedirse de este ciclo y comenzar otro. Así ad infinitum.
Entre los diversos eslabones que conforman el ciclo se pueden formar o autointerrupciones, dando lugar a
diversos tipos de patologías. Allí también actúan los mecanismos de defensa.
En términos generales, se puede decir que el ciclo de la experiencia, dado en un contexto específico y
significativo, constituye en sí misma una Gestalt. Un ciclo interrumpido es una Gestalt inconclusa; un ente
que parasitará al organismo consumiendo su energía hasta verse satisfecho.
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De acuerdo a Fritz Perls, en el Yo de todo ser humano existen seis capas que recubren, a manera de una
cebolla, al Ser auténtico de las personas. Estas capas o estratos del Self, como también se les conoce, son
las siguientes: 1) E. Falso; 2) E. del como sí; 3)E. Fóbico; 4) E. Implosivo o del Atolladero; 5) E. Explosivo;
y 6) El Self verdadero.
En el estrato Falso se encuentra nuestra "fachada", lo que colocamos en nuestra vitrina de nosotros mismos
y dejamos ver a los demás. Luego viene el estrato del “como sí”; allí están los roles, los juegos que
empleamos para manipular a los demás, el actuar "como sí" fuéramos esto o aquello. Es nuestro carácter
o forma habitual y rígida de actuar.
Si en el proceso terapéutico atravesamos el estrato Falso y el del “como sí” llegaremos al estrato Fóbico.
Allí se encuentran todos nuestros temores y todas nuestras inseguridades frente a nosotros mismos;
nuestros secretos mejor guardados y nuestras heridas narcisísticas; la pena, el dolor, la tristeza o la
desesperación; aquello que no queremos ver ni tocar de nuestra personalidad y menos aún descubrir frente
a los demás.
Si logramos pasar lo fóbico sentiremos una sensación de vacío, de inamovilidad, de falta de energía, de
muerte. Hemos llegado al estrato del Atolladero, donde nos sentimos "atorados", sin salida. Sin embargo,
detrás se encuentra el estrato Implosivo, donde se hallan todas nuestras energías sin usar, nuestra vitalidad
"congelada" o dirigida hacia nosotros mismos para mantener nuestras defensas.
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Esto debe hacerse repetidas veces, a cada momento de la terapia, hasta que el sujeto se conozca lo
suficiente y puede realizar el proceso por sí mismo.
Una persona madura es capaz de experienciar y sostener todo tipo de experiencias emocionales en el "aquí
y ahora"; además, utiliza sus propios recursos (autosoporte) en lugar de manipular a los demás y al ambiente
para conseguir apoyo.
En síntesis, la TG persigue:
Vivir en el ahora.
Vivir en el aquí.
Expresarse o comunicar.
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No aceptar ningún "debería", más que los propios, impuestos por uno mismo en base a nuestras
necesidades y experiencias.
Las técnicas de la Gestalt, son básicamente tres, las supresitas, las expresivas, y las integrativas. Estas
técnicas son herramientas que ayudan en la terapia, pero no son la terapia en sí. En muchas ocasiones
se ha caído en la tentación de pensar que estas técnicas son muy sencillas y que cualquiera con unos
cuantos talleres puede ser terapeuta.
1. Técnicas Supresitas.
2. Técnicas Expresivas
3. Técnicas Integrativas.
1) Técnicas Supresivas: buscan suprimir los intentos de evasión del aquí y ahora del paciente, hacerlo
experimentar lo oculto que no desea afrontar.
Experimentar la nada, intentando que el vacío estéril se convierta en vacío fértil, que pueda integrar
el sentimiento de vacío.
Evitar “hablar acerca de”, como forma de escape, debe sustituirse por vivenciar.
Detectar los “deberías, son otra forma de evitar ver lo que se “es”.
Detectar las formas de manipulación y los juegos de roles “como si”, que se desempeñan en
terapia.
Es mejor vivenciarlos que suprimirlos. Constituyen formas de manipular, las preguntas, las
respuestas, pedir permiso, y las demandas.
2) Técnicas Expresivas: se busca que el sujeto exteriorice lo interno. Los elementos buscados son:
expresar lo no expresado, terminar o complementar la expresión, buscar la dirección y hacer la expresión
directa.
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Terminar o completar la expresión: Busca detectar situaciones inconclusas. Una de las técnicas
más usada es la de la “silla vacía”, consiste en un juego de roles, donde el sujeto trabaja
imaginariamente sus problemas con otros. También se pueden usar las inducciones imaginarias
para reconstruir situaciones, y revivirlas de manera sana, experimentando todo lo que se evitó la
primera vez.
Buscar la dirección y hacer la expresión directa:- Repetición- se trata que el sujeto se percate de
alguna acción o frase que pudiera resultar importante. Ejemplo: repite esa frase nuevamente, haz
de nuevo ese gesto, etc. - Exageración y desarrollo- es más que la repetición, hacer que el sujeto
ponga énfasis en lo que hace, cargándolo emocionalmente.- Traducir- es llevar al plano verbal,
alguna conducta no verbal, o sea expresar con palabras lo que se hace.
- Actuación e identificación- es lo opuesto a traducir, el sujeto debe actuar sus sentimientos y
emociones, llevarlas a la práctica para identificarse con ellas, e integrarlas a su personalidad.
3) Técnicas Integrativa: pretenden que el sujeto incorpore o reintegre a su personalidad, las partes
alienadas. Las técnicas supresitas u expresivas, son de algún modo integrativas, pero en esta se hace
mayor énfasis en la incorporación de la experiencia.
El encuentro intrapersonal- el sujeto debe mantener un diálogo con diversas partes de su ser. Por
ejemplo entre el “yo debería” y el “yo quiero”.
Asimilación de proyecciones- intenta que el sujeto reconozca las proyecciones que emite como
propias. Se le puede pedir que viva lo proyectado como suyo. Estos procedimientos no son la
terapia, sino herramientas para la misma
Los sueños en la Gestalt son entendidos como proyecciones de la personalidad del soñante y de sus
experiencias, los cuales deben ser interpretados por el propio paciente, para que logre extraer el significado
de los mismos y de este modo reincorporarlos a su persona, ya que son aspectos que estaban escindidos.
En el enfoque gestáltico, los sueños se entienden como proyecciones de la personalidad del soñante y del
dominio de su experiencia. Se trata de un sector de la experiencia que no ha sido asimilada y se proyecta
en las imágenes oníricas como mensajes existenciales. Aunque los elementos del sueño representen
imágenes ajenas, deben tomarse como expresiones que nos pertenecen, pero que están desprendidas de
nosotros.
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Según las reglas de la Gestalt, encontrar el significado del sueño le corresponde al propio soñante, y no al
terapeuta. Toda interpretación desde fuera, al estilo freudiano, atenta contra el respeto hacia el paciente, y
no contribuye en realidad.
Con este trabajo se busca que el paciente descubra el mensaje implícito en el sueño, y por otra parte,
reincorporar dicha experiencia enajenada a su propia personalidad.
Las técnicas empleadas en el trabajo con los sueños, son las que se usan en terapia grupal o individual:
traer el sueño a nuestra realidad, narrarlo en primera persona, en primera instancia tal cual sucedió, y en
una segunda, centrándose en los elementos que van apareciendo.
Le corresponde al soñante ser cada elemento de su sueño, por ejemplo si sueña con un automóvil veloz,
él es ese automóvil, en todos sus detalles, su velocidad, el tapizado, etc., y representar todos los
componentes, y sentirlos, de forma de entenderlos y a la relación que tienen con su vida.
El terapeuta se limita a escuchar atentamente en la primera instancia, y luego a guiar al paciente por el
sueño para que se detenga en las partes significativas para que las vivencie. Son las Gestalten inconclusas,
lo que el paciente experimenta o se niega a experimentar, están los puntos que pueden significar aportes
para su vida.
AUTOCONTROL # 4
Luego de que usted ha concluido el estudio de esta primera unidad, ahora ya está en condiciones de
resolver el autocontrol, para ello debe abrirlo en la Plataforma www.educacue.net, dentro del período
determinado y resolverlo en el tiempo establecido. Proceda de acuerdo con lo que allí se le indica.
Recuerde que en última instancia, la resolución del autocontrol le permitirá verificar el cumplimiento de los
objetivos propuestos y adquirir el 50% de la calificación del aporte personal. En la Plataforma, usted tendrá
dos oportunidades para resolver el autocontrol, con el fin de que, en caso de errores o dudas, repase lo
aprendido para que los rectifique, solvente las dudas y lo vuelva a intentar, ya que la herramienta
informática califica automáticamente la prueba.
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UNIDAD Nº5
OBJETIVOS OPERACIONALES
Aprendiendo los temas y subtemas de esta unidad, usted estará capacitado para:
CONTENIDOS
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ACTIVIDADES #5
Usted tiene acceso a las actividades que debe desarrollar, como parte fundamental de la evaluación, a
través de la Plataforma www.educacue.net. Recuerde que el desarrollo de las actividades
encomendadas, es el 50 % de su calificación de aporte personal; por tal razón deben ser oportunamente
realizadas con esmero, dedicación y de manera responsable, según se avance en el estudio de cada
uno de los temas, sin dejar la tarea para el último momento.
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1.1 Introducción
La terapia breve difiere de la terapia a largo plazo en que esta última se enfoca en al tratamiento de
trastornos psicológicos (entidades psicopatológicas, como depresión, anorexia, esquizofrenia, ansiedad,
etc.) y tiene una duración superior a cinco sesiones de acuerdo con la severidad del trastorno o de la
existencia de varias patologías (Labrador, Vallejo, Matellanes, Echeburúa, Bados& Fernández, 2001).
La terapia breve se sitúa exclusivamente en el presente, usa herramientas terapéuticas en un tiempo más
corto y su fi n es el cambio de un comportamiento específico en lugar de uno a gran escala o más profundo
(Kristen, 1999). Su énfasis está en incrementar la autoeficacia y la motivación para el cambio, así como en
la empatía y la alianza terapéutica desarrollada con el consultante, empleando, entre otras, técnicas de
escucha reflexiva que le permiten identificar cómo, cuándo y por qué podría cambiar (Miller &Rollnick, 1999;
Longabaugh&Wirtz, 2001).
El terapeuta que quiera utilizar la terapia breve debe tener en cuenta los siguientes elementos que el
permitirán identificar si su consultante es un buen candidato para este tipo de terapia:
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a) evaluar en primera instancia la severidad del problema del consultante (este tipo de terapias no son
aconsejables para trastornos clínicamente significativos ni para personas que tienen varias patologías);
b) tomar decisiones acerca del objetivo de la terapia, el cual debe ser definido de manera específica;
El uso de esta estrategia terapéutica tiene una amplia aplicación en la práctica clínica diaria, pues gran
cantidad de las problemáticas abordadas en la consulta psicológica hace referencia a excesos o déficit en
el comportamiento, así como a experiencias emocionales negativas producto de eventos transitorios o
incertidumbre ante situaciones que involucran decisiones importantes en la vida de las personas.
El origen de la terapia breve se encuentra en la orientación hacia el logro del insight como el objetivo
principal en la psicoterapia psicodinámica (Bellack&Siegel, 1983; Golfried, Greemberg& Mamar, 1990), el
interés en el aquí y el ahora de la terapia conductual y el establecimiento de una relación terapéutica
empática de la terapia centrada en el cliente.
Se ha identificado y utilizado un amplio número de modelos de terapias breves (Epstein & Brown, 2002),
entre los que se pueden citar la terapia interaccional estratégica breve en pacientes alcohólicos (Berg&
Miller, 1992; Berg, 1995), no como un enfoque global, sino como un conjunto de técnicas a aplicar en un
paquete de tratamiento amplio; la terapia psicodinámica breve (Garske&Molteni, 1985), que incluye
elementos como el contrato terapéutico, tareas entre sesiones y establecimiento de límites, procedimientos
que algunos autores consideran como un acercamiento a la terapia de conducta (Rodríguez-Naranjo,
2000); la psicoterapia expresiva de apoyo (Luborsky, 1984), un enfoque de terapia psicodinámica adaptada
al abuso de sustancias; la terapia breve de familia, utilizada desde enfoques diversos, al igual que la terapia
breve de grupo (Kristen, 1999; Epstein & Brown, 2002) con resultados efectivos (Lowinson, Ruiz &Millman,
1997); terapias cuyo método se centra en la solución de problemas, la realización de tareas,
aproximaciones cognitivo comportamentales y la intervención en crisis (Dulmus&Wodarski, 2002).
El presente se centra en la perspectiva clínica cognitivo conductual de la terapia breve, la cual representa
la integración de los principios derivados de las teorías del comportamiento, del aprendizaje social y de la
terapia cognitiva. Supone el enfoque más comprensivo para tratar diferentes problemáticas y consiste en
el desarrollo de estrategias destinadas a incrementar el control personal que el cliente tiene sobre sí mismo.
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con éxito a situaciones de riesgo y prevenir situaciones difíciles. La investigación ha demostrado que los
individuos que aprenden habilidades mediante la terapia breve, mantienen lo aprendido en el tratamiento
tras un año de seguimiento (Carroll, Rousanville, Nich, Gordon Wirtz&Gawin, 1994).
Sus bases teóricas están en la motivación de logro (McClelland, Atkinson, Clark & Lowell, 1953) y en la
teoría de la autoeficacia (Bandura, 1977; 1982; 1986) que busca explicar la relación entre las percepciones
de la competencia y adaptación personal, así como el ajuste y el bienestar psicológico. Adicionalmente,
sostiene que el inicio y el mantenimiento de los comportamientos y de los cursos de acción están
determinados por los juicios y expectativas con respecto a las habilidades y capacidades personales y la
probabilidad de ser capaz de afrontar con éxito las demandas y los desafíos ambientales.
Estos mismos factores desempeñan un papel importante en el ajuste, la disfunción psicológica y en los
efectos de las intervenciones terapéuticas de los problemas emocionales y comportamentales.
Desde la perspectiva teórica de la autoeficacia, los individuos son capaces de auto-evaluar y autoregular
su comportamiento; por tanto, pueden ejercer control directo sobre este y moldear de forma activa su
ambiente (Maddux, 1995). La autoeficacia se refiere a las creencias de las personas acerca de sus
capacidades para controlar los eventos que afectan sus vidas (Bandura, 1989) y para poner en marcha la
motivación, los recursos cognitivos y los cursos de acción necesarios para ejercer control sobre las
demandas del medio (Bandura, 1990).
Así, los juicios de las personas acerca de su autoeficacia se orientan “no hacia las habilidades que tienen,
sino hacia los juicios acerca de lo que pueden hacer con las habilidades que poseen” (Bandura, 1986).
La terapia breve está encaminada a fomentar la autoeficacia de las personas para lograr la disponibilidad
del cambio. En la medida en que una persona incremente su sentido de competencia y eficacia en un
contexto específico a través de la terapia, tendrá mayor disponibilidad de cambio y se obtendrán resultados
positivos.
La motivación, el otro aspecto de interés en la terapia breve, se considera como un estado de disponibilidad
al cambio y no como un rasgo de personalidad; como estado, puede cambiar con el tiempo o de una
situación a otra.
Desde la teoría del control de la acción (Kuhl, 1986; citado por Barberá, 2002), al hablar de motivación se
parte de una clara diferenciación entre tendencia motivacional, intencionalidad y acción, donde los
impulsos, deseos, expectativas y valencias son determinantes del grado de compromiso con la acción y
están dirigidas a la definición de la intención. Una vez se ha llegado a la intención, existe una serie de
procesos que median la etapa volitiva hacia la conducta.
En síntesis, la terapia breve debe ayudar a los consultantes a comprender que ellos originan sus problemas
emocionales y conductuales incitados por sus propias creencias; en consecuencia, son ellos quienes
pueden cambiarlos (incremento de la tendencia motivacional y de la intención de cambio). Por esto, deben
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fijarse metas y encontrar razones para modificar o interrumpir sus comportamientos problema e identificar
las situaciones con mayor probabilidad de presentar la conducta problema, para desarrollar estrategias que
les permita enfrentarse a ellas (inicio de la acción).
Por otra parte, fijar una meta en un marco temporal como parte del proceso terapéutico aumenta la
motivación del consultante y evita su pasividad y dependencia. Adicionalmente, por su corta duración y
menor costo, muchos usuarios de los servicios de salud y psicología pueden ser sus beneficiarios, pues
está disponible para un mayor número de personas y puede adaptarse a las necesidades de los clientes.
Igualmente, pueden utilizarse para proveer atención inmediata a clientes que se encuentran en listas de
espera para ingresar a programas especializados, como un tratamiento inicial para usuarios de riesgo y
como complemento a intervenciones psicológicas más extensas (Sánchez &Gradolí, 2002).
1.3.2. La terapia breve se centra particularmente en el presente más que en la historia lejana de la
persona. Si bien tiene en cuenta el pasado como dato referencial, enfatiza en el presente y se orienta hacia
el futuro, donde realmente se va a desempeñar el individuo. El pasado es importante, pero es algo que ya
pasó; es en el presente y en el futuro donde se pueden aplicar los cambios logrados.
1.3.3. La terapia breve pretende incrementar la motivación y disponibilidad hacia el cambio. Los
consultantes deben motivarse hacia el logro de diferentes metas, esto incrementa su sentido de
autoeficacia. Las creencias acerca de la eficacia personal tienen un papel importante en el proceso de
cambio comportamental. La finalidad es que los consultantes no solo logren controlar su ambiente, sino
sentir el control de sus vidas, es decir, desarrollar un sentido de dominio personal o eficacia.
Dicho control se inicia con la formulación de sus propias metas, que no son impuestas por el terapeuta,
sino definidas y propuestas por el consultante. Una vez empieza a experimentar éxito en uno o dos
aspectos de su vida, el consultante puede plantear expectativas de autoeficacia en otras áreas (Maddux,
1995; Bannink, 2007).
109
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1.3.4. La terapia breve trabaja la cognición y la emoción para lograr el cambio. Se reconoce que las
valoraciones, las expectativas y otros constructos cognitivos desempeñan un papel clave en la emoción;
por tanto, se promueve la comprensión de la relación entre los procesos cognitivos y los problemas
emocionales, pues está demostrado que los estados anímicos influyen sobre las percepciones que las
personas tienen de sí mismas y de los demás (Eich, Kihlstrom, Bower, Forgas&Niedenthal, 2003; Vogel,
Wade&Hackler, 2008).
De esta manera, a través de la modificación cognitiva, la terapia breve pretende producir cambios
emocionales y superar las dificultades internas que interfieren en la disposición de las personas para hacer
frente con éxito a sus problemas, exigencias y tensiones de la vida diaria.
1.3.5. La terapia breve tiene como objetivo la toma de decisiones y el inicio del cambio
comportamental. Se lleva al consultante a analizar los pros y los contras de su comportamiento, también
las posibles formas de actuar para lograr las metas propuestas y los resultados planeados. En la tabla 1 se
realiza una comparación de las diferencias existentes entre las terapias a largo plazo y las terapias breves,
ambas desde un enfoque clínico cognitivo conductual.
Tabla 1. Análisis comparativo de las terapias a largo plazo y las terapias breves
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Por ser un tipo de intervención centrada en la persona, en la cual se busca inducir la toma de conciencia y
favorecer la toma de decisiones en el consultante con el fi n de realizar cambios actitudinales y
comportamentales que favorezcan su calidad de vida (Pérez, Valderrama, Cervera & Rubio, 2006; Stiles,
Leiman, Shapiro, Hardy, Barkham, Detert&Llewelyn, 2006), el terapeuta que elija esta terapia debe
desarrollar, en conjunto con el consultante, una serie de procesos y pasos que permitan el logro de los
objetivos de las intervenciones breves. En este sentido, Miller y Sánchez (1994) proponen una estructura
básica de intervención breve denominada FRAMES (por sus siglas en inglés: Feedback, Responsibility,
Advise, Menu, Empathetic, Selfefficacy), que consiste en:
1. Proporcionar retroalimentación sobre los posibles riesgos personales y sociales del comportamiento de
la persona.
Otro enfoque ampliamente utilizado en las intervenciones breves, complementario con el anterior, es el
propuesto por el Centro para el Tratamiento del Abuso de Sustancias de los Estados Unidos (CSAT, 1997),
el cual fue construido con base en la evidencia empírica y consiste en:
1. Retroalimentar al consultante sobre los resultados de las evaluaciones realizadas y los riesgos para su
salud.
Estas fases no son estáticas, por el contrario, son susceptibles de cambio en cuanto al orden y frecuencia,
de acuerdo con las necesidades del consultante, sus problemáticas y el contexto en el cual se encuentra.
Con base en estos dos enfoques de las intervenciones breves, se identifican como principales
componentes: a) la comunicación de empatía; b) el fortalecimiento de la autoeficacia; y c) el énfasis en la
responsabilidad. Estos tres elementos son utilizados para desarrollar y comunicar los otros pasos: realizar
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El uso de esta estructura general de intervención breve ha demostrado empíricamente su efectividad entre
un 30% y 60% de los casos de personas con un consumo de alcohol excesivo sin dependencia fisiológica;
la diferencia en los porcentajes está determinada por las técnicas utilizadas en cada una de las fases de la
intervención breve (Gantiva, Gómez & Flórez, 2003; Gantiva& Flórez, 2006a). Adicionalmente, una de las
principales fortalezas de estas intervenciones es la permanencia de los resultados por períodos de largo
tiempo posteriores al tratamiento (Marlatt, Baer, Kivlahan, Dimeff, Larimer, Quigley, Somers, Williams,
1998; Fleming, Mundt, French, Manwell, Stauffacher& Barry, 2002; Fleming, 2003). Las intervenciones
breves son efectivas no solo cuando el profesional que las aplica tiene una formación profesional en
psicología, sino cuando son aplicadas por profesionales con formación en enfermería o por médicos
entrenados en el modelo y en las estrategias específicas de la intervención; adicionalmente, han
demostrado tener un balance positivo a nivel de costo-beneficio (Anderson, 2003; Ballesteros, Ariño,
GonzalezPinto, Querejeta, 2003; Gantiva& Flórez, 2006a).
De igual forma, las intervenciones breves han demostrado su efectividad en el tratamiento no solo de
comportamientos adictivos, sino también de problemáticas específicas de ansiedad y depresión (Arco,
López, Heilborn& Fernández, 2005; Labrador, Fernández & Rincón, 2006; Vera-Villaroel, Valenzuela &
Abarca, 2005; Amaya, Cardona, Ramírez, Sánchez &Gantiva, 2008), déficit en solución de problemas y
conflictos maritales (Bannink, 2007; Gingerich&Eisengart, 2000).
Para que una persona tome la decisión de cambiar y efectivamente lleve a cabo esa decisión se requieren
como mínimo dos condiciones: a) expectativa de resultado, y b) expectativa de eficacia.
Esto implica que el consultante considere que cambiar su comportamiento implica mayor refuerzo que
mantenerlo y que será capaz de lograr dicho cambio. Para conseguir estos dos elementos, el terapeuta
que utiliza un modelo de terapia breve debe lograr que el consultante sea consciente de que su
comportamiento es un problema por las consecuencias negativas que le genera a él y a su contexto social
próximo y distal, así como la identificación de las habilidades que tiene para lograr un cambio efectivo en
su comportamiento.
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El logro de estos objetivos puede conseguirse a través del uso de estrategias motivacionales; para esto el
terapeuta debe poseer habilidades comunicativas clínicas especializadas, formación en el modelo de los
estadios de cambio (Modelo Transteórico) y la entrevista motivacional.
Para lograr estos objetivos, el terapeuta debe evaluar inicialmente la etapa motivacional en la cual se
encuentra el consultante, debido a que el uso de intervenciones incoherentes con la etapa motivacional
generan en el consultante resistencia al cambio (Gantiva& Flórez, 2006b).
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De acuerdo con lo planteado, se propone como estructura básica para el desarrollo de una terapia breve
efectiva dos fases principales.
La primera aborda el proceso motivacional y de toma de decisiones; en esta fase se usa principalmente la
estrategia terapéutica de entrevista motivacional.
La segunda fase aborda los procesos conductuales de autocontrol y de solución de problemas, los cuales
están relacionados con la acción y el comportamiento manifiesto. A continuación se explican cada uno de
ellos.
Miller y Rollnick (1999), autores de la entrevista motivacional, la definen como un estilo de entrevista clínica
centrada en el cliente, que busca provocar un cambio en el comportamiento a través de la exploración y
resolución de la ambivalencia. Su aplicación se realiza de forma progresiva en función del estadio de
cambio; permite disminuir y darle un giro a la resistencia de los consultantes.
b) la elección y el control propio, donde el sujeto se presenta más motivado si los objetivos del cambio son
propuestos por él mismo;
d) la percepción de autoeficacia, relacionada con el juicio que hace la persona sobre su capacidad de lograr
el cambio;
f) la intervención particular, tiene que ver con la necesidad de intervenir en la persona de acuerdo con la
etapa motivacional en la que se encuentre; y
El terapeuta que aplica la entrevista motivacional debe poner en práctica una serie de técnicas relacionadas
con la interacción entre él y su consultante. Estas técnicas han sido denominadas OARS (por sus siglas en
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inglés, Oponed endedquestions; Affirmations; Reflectivelistening; and Summaries) (Miller &Rollnick, 1999;
Wagner &Conners, 2003), y son:
1. Preguntas abiertas: al realizar preguntas abiertas el terapeuta crea una atmósfera de aceptación y
confianza; adicionalmente, fomenta el análisis del problema por parte del consultante. Las respuestas a las
preguntas abiertas obligan a las elaboraciones de información y emoción asociadas con lo que se dice, lo
cual favorece el procesamiento de información acorde con la búsqueda de aumento de la conciencia con
respecto al problema. En estudios recientes (Gantiva& Flórez, 2006b) se propone como técnica principal
de interacción un subtipo de este tipo de preguntas, aquellas que tienen por objetivo el mantenimiento de
las frases automotivadoras, las preguntas evocadoras.
2. Afirmar: esta técnica hace referencia a la afirmación y apoyo proporcionado al consultante, lo cual puede
realizarse por medio de comentarios positivos y frases de apoyo y comprensión. Estas afirmaciones se
hacen de manera directa y explícita.
3. Escucha reflexiva: es la habilidad básica de la entrevista motivacional que permite identificar el aspecto
en el que hay que trabajar y en el que no. Es un proceso de escucha atenta pero directiva, debido a que la
reflexión no es un proceso pasivo; por el contrario, el terapeuta decide y dirige el tema sobre el cual
reflexionar y aquel al cual ignorar; además de identificar en qué se debe hacer énfasis y en qué no, así
como las palabras a utilizar para lograr el objetivo y la atención del consultante. Esta reflexión se caracteriza
por no hacerse en tono de pregunta sino de afirmación, donde se identifica el significado del mensaje
original y se expresa por medio de una frase.
4. Resumir: esta estrategia intenta destacar lo más importante que el consultante ha dicho, fomentando
un buen encuadre clínico y el interés del consultante por la terapia. El resumen permite prestar mayor
atención a los elementos importantes en la discusión y cambiar la atención o dirección sobre aspectos
relevantes. Es recomendable hacerlo con frecuencia para no almacenar mucha información que puede ser
olvidada o descontextualizada al realizar el resumen.
Los antecedentes empíricos relacionados con la efectividad de la entrevista motivacional (EM) son variados
y de amplia aceptación. Dunn, DeRoo y Rivara (2001) llevaron a cabo un meta-análisis en el que evaluaron
de manera sistemática veintinueve programas de intervención basados en la entrevista motivacional, de
los cuales diecisiete estaban orientados al abuso de sustancias, tres al abandono del consumo de cigarrillo,
cuatro al riesgo de contagio de VIH y seis a dietas y ejercicio. En el 60% de los programas se obtuvo por
lo menos un cambio comportamental significativo.
Entre los diferentes programas basados en la entrevista motivacional, aquellos dirigidos a la disminución
del consumo de sustancias son los que presentado mejores resultados. Se encontró evidencia substancial
sobre la efectividad de la entrevista motivacional como herramienta para el control de estos
comportamientos (Burke, Arkowitz&Menchola, 2003; APA, 2000); adicionalmente, que la entrevista
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motivacional también es una herramienta útil cuando es utilizada por terapeutas clínicos que no tienen una
formación especializada en el tratamiento del abuso de sustancias (Duran, 2003).
De esta manera, se cumplen dos de los principales fundamentos de la terapia breve: a) la responsabilidad
del consultante, fortalecida en la fase inicial a través de la entrevista motivacional y en la fase final por
medio del autocontrol y la solución de problemas; y b) la autoeficacia, que se fortalece a través del
reconocimiento de habilidades, el logro progresivo de metas y la retroalimentación positiva que puede darse
a través de las estrategias de entrevista motivacional, autocontrol y solución de problemas.
Desde el punto de vista conceptual, el autocontrol se define como la distribución del comportamiento para
obtener consecuencias significativas a largo plazo (Rachlin, 2002). Esto implica que la persona logre
posponer consecuencias inmediatas con el objetivo de alcanzar aquellas que, aunque más lejanas en el
tiempo, brindan más fortaleza y son más valoradas. De esta forma, se identifica un conflicto entre
impulsividad (escoger la consecuencia inmediata) y autocontrol (escoger la consecuencia lejana);
desafortunadamente, las personas suelen ser más impulsivas que autocontroladas, debido a que resulta
más fácil organizar el comportamiento con base en lo que se encuentra disponible en determinado
momento, pues el refuerzo pierde valor de acuerdo con que tan lejano esté.
Por esta razón, el entrenamiento en autocontrol adquiere un valor fundamental para permitir un proceso de
adaptación satisfactorio en la persona; así, como estrategia, es el conjunto de procedimientos y técnicas
que tiene por objetivo que la persona alcance metas a largo plazo.
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Las principales fases del entrenamiento en autocontrol (Labrador, 1998) y en solución de problemas
(Caballo, 1995) utilizadas en la terapia breve son:
1.8.2 Establecimiento de metas: esta fase del autocontrol está directamente relacionada con los principios
fundamentales de las intervenciones breves. Se trata de fijar en conjunto con el consultante metas realistas
que puedan ser alcanzadas por él. Las metas son evaluadas y construidas en todas las sesiones y se
busca fortalecer la autoeficacia a través de su logro.
De igual forma, deben ser formuladas en términos que permitan su medición y evaluación, por lo que metas
como “ser mejor persona” o “no tomar tanto” son poco adecuadas, pues no permiten una evaluación
objetiva; estas metas pueden ser formuladas como: “disminuir a cinco el número de groserías que le digo
a mi pareja” o “disminuir a dos el número de días que consumo alcohol y tomar máximo cuatro cervezas
por ocasión”.
1.8.3 Identificación de antecedentes y consecuentes: parte fundamental del control del comportamiento
está mediado por los factores que lo anteceden (emociones, pensamientos, situaciones) y por lo que se
recibe después (factores consecuentes). Identificar dichos factores es fundamental para que la persona
entienda su propio comportamiento y pueda construir en conjunto con el terapeuta alternativas de solución
que afecten los antecedentes o los consecuentes.
1.8.4 Planeación del cambio: en esta fase se construyen o se buscan alternativas relacionadas con los
factores identificados previamente, tales como cambios cognitivos, emocionales, control de estímulos o
cambios de contingencias. Adicionalmente, se desarrollan planes de acción para llevar a cabo dichas
alternativas, que deben contemplar todas las posibles dificultades para llevarlos a cabo, con el fi n de
acercar al máximo a la persona a la conducta manifiesta que se quiere desarrollar.
1.8.5 Toma de decisiones: este proceso puede observarse en varias etapas de la intervención breve: al
inicio, cuando la persona toma la decisión de cambiar su comportamiento, un proceso propio de la
resolución de la ambivalencia y, por tanto, un objetivo fundamental de la entrevista motivacional; y en la
fase de solución de problemas, cuando el consultante decide cuál de las alternativas propuestas es la más
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acertada para llevarla a cabo como forma de controlar o solucionar un problema. Para esto el consultante
debe evaluar los pros y los contras de cada alternativa en función de las repercusiones que pueda tener
para sí mismo y para los demás.
1.8.6 Autoevaluación y autorrefuerzo: una vez que estas alternativas son llevadas a la práctica, la
persona debe evaluar su efectividad en términos de las consecuencias positivas y negativas tanto para él
como para el contexto en el cual se desarrolla. Si la valoración es positiva, la persona puede proponer
alternativas de refuerzo (actividades o elementos); si es negativa, debe retroceder hasta la planeación del
cambio para tomar otra alternativa posible y ponerla en práctica.
Son modalidades terapéuticas cuyo tratamiento y valoración están basados en las relaciones humanas
y no en los individuos. La valoración de estas terapias incluye datos de las sesiones relacionados con
las siguientes áreas:
Historia de la relación
Objetivos de los individuos en la relación.
Mecanismos de imitación que no han tenido éxito.
Precipitantes para necesitar terapia (¿por qué ahora? ¿qué cambió?)
Patrones de comunicación, tanto constructivos como destructivos.
Descripción de los lazos/poderes/fuerzas de la relación.
Necesidades no satisfechas de los individuos de la relación
La valoración de los precipitantes que hacen
necesario buscar terapia matrimonial o familiar es
muy importante para determinar el equilibrio de la
relación. Para esto es necesario haber trabajado
previamente con todos los miembros de la
relación, aunque en el momento actual no haya
equilibrio.
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Las declaraciones/afirmaciones o las quejas/reclamaciones expresadas por los individuos reflejan las
inquietudes por la relación y también la inhabilidad para resolver esas preocupaciones. Estos indicios
pueden incluir cambios internos y externos de los individuos que forman la relación o cambios de la
propia relación en sí.
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Normalmente es positivo que el terapeuta individual no sea el mismo que el que trata al matrimonio en
conjunto, porque el terapeuta puede saber secretos que podrían comprometer la terapia marital. Sin
embargo, cuando esto no es posible, por ejemplo en áreas rurales, el terapeuta y los pacientes deben
establecer claros límites en cuanto se refiere al contenido que se discute en cada modalidad de
tratamiento.
Cuando varios terapeutas están involucrados, la comunicación entre ellos puede ser beneficiosa para
clarificar lo que están trabajando en conjunto y no malentenderse. Pero aún así, es necesario que cada
terapeuta mantenga la confidencialidad con sus respectivos pacientes.
En el modelo más común para terapias familiares, todos los miembros de la familia más inmediata son
visitados en conjunto. Las terapias individuales que se realicen al mismo tiempo deberían manejarse
como las comentadas en el apartado de terapia matrimonial.
Terapias de grupo
Las terapias de grupo son otra modalidad posible tanto para las terapias matrimoniales como para las
familiares. Éstas proporcionan la posibilidad de aprender de otras personas que se encuentran en
situaciones similares. También son beneficiosas en cuanto a que permiten que los pacientes se sientan
menos solos en frente de los asuntos que se tratan.
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Frecuentemente, las parejas o las familias pueden escuchar e integrar más y de mejor forma los consejos
de otros que se encuentran en situaciones similares a las suyas, que no los que les da un terapeuta.
Una desventaja es que los asuntos de cada pareja o familia tardan más tiempo en tratarse porque se
utiliza parte del tiempo en desarrollar relaciones entre todas las parejas o familias. En este caso, el rol
del terapeuta es facilitar la interacción entre los participantes de la terapia.
Típicamente es totalmente activo. Los terapeutas ayudan a los miembros del matrimonio o de las familias
a definir los problemas y a determinar los objetivos a los que se tienen que dirigir. El terapeuta puede
necesitar frenar ciertos comportamientos y estimular otros sin terapia, por ejemplo, frenar a alguien que
domina la conversación y estimular a otros para que hablen y participen más.
También tiene que dirigir a los miembros de la pareja o la familia para evitar ciertos comportamientos
fura de la sesión terapéutica, como discusiones maratonianas que pueden pasar a ser argumentos o
acciones físicas. El terapeuta debería sugerir un tiempo límite para todas las discusiones que no
resuelvan un asunto, y también establecer reglas muy específicas tales como la violencia física dentro y
fuera de la terapia. Cuando los individuos de una pareja o de la familia no pueden parar la violencia física,
se tendría que sugerir una separación con estrictas líneas guía cuando estén juntos.
El terapeuta debe dar deberes a los miembros de la pareja o familia para que la terapia no sólo tenga
lugar en el despacho, sino que se convierta en una parte de la vida diaria casera.
El terapeuta puede servir como profesor, educador o mentor para el matrimonio o la familia cuando se
observe una comunicación destructiva, dando ejemplos específicos de lo qué decir o participando en un
juego de roles. El terapeuta se reúne con los miembros de la pareja o familia para desarrollar nuevos
mecanismos, habilidades comunicativas y habilidades negociadoras para así dirigir/solucionar los
problemas identificados.
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Las técnicas de terapia familiar y matrimonial se centran en las relaciones y los problemas de éstas.
Técnicas de evaluación
Pedir a cada individuo que describa su opinión del problema y su historia • Plantear a cada
individuo la misma pregunta que se ha planteado a los otros.
Identificar la comunicación no verbal • Preguntar ante cada reacción individual, lo que los otros
han dicho sobre ella.
Identificar temas en común de la relación y de los individuos sin tener en cuenta la relación en
sí.
Técnicas de tratamiento.
Pedir a los individuos que hablen con frases cuyo sujeto sea YO y no TÚ, ya que de lo contrario
suena como acusatorio.
Pedir que cada necesidad expresada se acompañe de una propuesta para solucionarla.
Clarificar, es decir, repetir lo que el otro ha dicho y preguntar si la afirmación repetida ha sonado
como se tenía la intención de hacerlo.
Existen muchas otras técnicas. El objetivo común es reforzar los lazos de la pareja o la familia, incluso
cuando los individuos se sientan decepcionados, polarizados y enfadados durante el tiempo de terapia.
Esto es imposible de especificar. Sin embargo, es posible establecer objetivos específicos y valorar al
final de cada sesión o después de un número de sesiones si los objetivos se han conseguido y que se
necesita que pase para que los objetivos restantes se consigan.
La cantidad de tiempo necesario depende de lo dañada que esté la relación, de las ganas y habilidades
que haya por parte de los participantes para remover el dolor y así identificar y solucionar los problemas
que existan, y finalmente del grado de empatía que haya entre los miembros de la pareja o de la familia.
La terapia será más larga, cuanto más daño haya, cuantos menos comportamientos haya para intentar
solucionar los problemas y cuanta menos empatía haya. La terapia durará menos cuanto más ganas
haya por parte de cada individuo para examinar su propio comportamiento y desarrollar soluciones para
cambiarlo.
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Si un miembro de la pareja o de la familia es psicótico o tiene una depresión severa que le impide focalizar
cognitivamente los problemas/asuntos del matrimonio o la familia no está recomendada este tipo de
terapia.
Sin embargo, una vez ya se haya establecido el tratamiento para la psicosis o la depresión, se puede
requerir una terapia familiar o matrimonial si hay indicación para ello. Por otra parte, como que las
terapias familiares y matrimoniales se centran en los cambios de comportamiento, los mecanismos de
“imitación” y la resolución de los problemas, sólo serán potencialmente exitosas si los miembros están
motivados para seguir estos cambios, sin tener en cuenta los miembros con diagnostico psiquiátrico
DSMIV.
Algunas investigaciones muestran que los problemas maritales o familiares pueden incrementar la
vulnerabilidad de los trastornos del estado del ánimo y que los mismos problemas se recuperan más
lentamente o causan exacerbaciones de episodios adicionales de enfermedades severas. Los
tratamientos que promueven la armonía marital y familiar deberías prevenir las recurrencias de dichas
enfermedades.
La terapia familiar podría ser muy beneficiosa para reducir la severidad o las recaídas de las personas
con esquizofrenia. Habitualmente, los miembros de las familias responden positivamente a la información
sobre las enfermedades mentales y estrategias de “imitación”, y se sienten menos solos cuando los
profesionales están interesados en trabajar con ellos en el manejo y cuidado de los enfermos.
Las parejas y los familiares de esquizofrénicos acostumbran a identificar las recaídas antes que el
paciente. Si colaboran con los profesionales, pueden aportar datos que incrementen los servicios
proporcionados. Además, si las parejas o los familiares tienen una buena relación con los profesionales
y son capaces de expresar sus sentimientos y preocupaciones en las sesiones de terapia familiar o
matrimonial, es menos probable que los enfermos se sientan intrusos o solos y por lo tanto que no
expresen hostilidad o furia, cosa que si lo expresasen seguramente serían causa de una posible recaída.
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Si uno de los miembros demuestra resistencia, no acudiendo a las citas por ejemplo, los
asuntos/problemas de la familia o matrimonio pueden ser reorientados, pero sabiendo que los únicos
que pueden cambiar sus comportamientos son aquellos que acuden a las citas de terapia. El centro del
problema puede no estar en la persona no presente. Si la persona resistente acude a terapia, puede ser
posible reducir la resistencia, haciendo que todos escuchen y comprendan las razones de dicha
resistencia. Si un individuo mantiene la resistencia, éste debe de tomar alguna decisión. La terapia puede
proceder para aquellos miembros que estén motivados.
Aproximadamente el 50% de los matrimonios que entran en terapia matrimonial acaban en separación o
divorcio. Algunas parejas acuden a terapia matrimonial cuando la cólera ha creado una distancia
demasiado grande y uno o los dos miembros de la pareja ya han decidido separarse o divorciarse.
La terapia puede ser un forum a través del cual se pueda cumplir este objetivo. A veces un miembro de
la pareja espera a que el otro tenga al terapeuta como fuente de soporte para así no sentirse tan culpable
u horrible de abandonar a su pareja. A veces las terapias familiares y matrimoniales son incapaces de
promover cambios porque el deseo de cambiar y entrar en lo desconocido es más débil que el confort
de lo conocido.
El terapeuta comparte esta observación con el matrimonio o la familia sin juzgar a nadie, encorajándoles
a volver al punto donde la situación debería cambiar. Algunas experiencias de matrimonios o familias
atentan contra la terapia antes que los miembros decidan realizar cambios y aventurarse ante lo
desconocido. Parte del proceso de estas terapias es aprender si los miembros de la pareja o la familia
pueden satisfacer las necesidades expresadas. Si, mediante la terapia, se aprende a que las
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El mayor problema de hoy en día es saber “quienes son los miembros de la familia?” en el momento en
que el terapeuta decide a quien invitar a las sesiones de terapia familiar. El divorcio ha alterado la
composición de los sistemas familiares y sus relaciones. Puede haber padres, padrastros, hijos, hijastros,
medio-hermanos, abuelos y medio abuelos.
También hay parejas homosexuales que tienen ex –esposos/as de anteriores matrimonios. Para los hijos
de estos matrimonios es mejor que pasen parte del tiempo con sus padres homosexuales y parte con
sus padres heterosexuales.
Otro fenómeno social reciente es la elección tanto por hombres como por mujeres de tener hijos fuera
del matrimonio. Los hijos de este tipo de relaciones deben vivir con ambos padres biológicos, un solo
padre o un padre biológico y otro que haría la función del otro padre biológico.
Otro asunto controvertido es si las parejas o familias que tienen tratos con violencia doméstica deberían
tratarse con terapia familiar o matrimonial.
Algunos profesionales dicen que nunca deberían tratarse porque creen que este tipo de terapias apoyan
el daño a la víctima. Estos profesionales dicen que sólo el agresor es quien necesita terapia. Sin
embargo, el principio básico de las terapias de pareja es que ambos miembros contribuyen al
comportamiento destructivo.
Otros profesionales argumentan que la violencia doméstica ocurre en el contexto de una relación y que
el programa de tratamiento más beneficioso es ayuda individual para el autor de la conducta violenta
junto a terapia adicional que mejore la relación matrimonial o familiar. La decisión no debería ser vista
como de ambos sino más bien como una decisión clínica que depende de si el objetivo es o no reunir a
la familia o pareja.
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En 1905, el Dr.JosephPratt, un médico de Boston, reunió todos sus pacientes de tuberculosis juntos para
hacer semanalmente intercambios de opiniones en grupo y encontró que esas sesiones parecía que
favorecían un soporte mutuo, aliviaban las depresiones y hacían decrecer la sensación de aislamiento.
Moreno, que es considerado como el mejor para desarrollar el psicodrama, fue el primero que utilizó el
término “terapia de grupo” en 1920.
Los tratamientos en grupo fueron considerados ineficaces hasta la Segunda Guerra Mundial. Las
numerosas bajas neuropsiquiátricas a consecuencia de la guerra obligaron a los gobiernos de USA e
Inglaterra a encontrar la manera más eficiente y económica de tratar a esos veteranos, Desde entonces,
el campo de la terapia de grupo ha crecido vertiginosamente y actualmente se aplica en diferentes marcos
clínicos para variados tipos de problemas.
El paciente recrea las dificultades características en el grupo. Las interacciones con el grupo
permiten rápidamente exponer los patrones de comportamiento.
El concepto del 'pasillo de los espejos' se refiere a la habilidad del grupo a confrontar a un individuo
con su comportamiento, el cual había sido incapaz previamente de reconocer. Cada individuo del
grupo acepta más fácilmente reacciones de su comportamiento si las observaciones sobre ellas
provienen de un grupo de observadores.
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El hecho que múltiples individuos que se sientan identificados con la lucha del paciente, puede
hacer el enfrentamiento con el problema más tolerable y poder tratar mejor la intensidad con que
le afecta el problema.
La revelación de secretos vergonzosos puede proporcionar intensos alivios.
Las interacciones entre el grupo favorecen respuestas y intercambios socialmente aceptables.
El grupo ofrece modelos de comportamiento alternativos.
Frecuentemente, se considera la terapia de grupo como menos regresiva que la terapia individual.
Los pacientes tienen menos tiempo exclusivo y menor atención que en las terapias individuales.
Los grupos pueden crear la sensación de estar perdido en la multitud y de no ser apreciado por la
propia unicidad.
La confidencialidad tiene limitaciones. El guía del grupo puede garantizar que todos los miembros
del grupo sean discretos y mantengan las confidencias en secreto.
La finalización de la terapia es más complicada que en la terapia individual al ser menos flexible
Para que una terapia de grupo sea exitosa, se requiere una planificación previa muy estudiada y
pensada.
Aclarar las propias valoraciones de por qué un grupo es valioso.
Valorar la institución en donde trabajas y si ésta valora el tratamiento en grupo. ¿La institución
y tus colegas verían bien o estarían en contra de tus intenciones de empezar una terapia de grupo?
- ¿Quién valora o desvalora los grupos? ¿Quién tiene la autoridad para ayudarte a empezar la
terapia de grupo? - ¿Cómo escogerás los miembros del grupo? - ¿Cuanta competitividad hay entre
los profesionales para poder tratar este tipo de pacientes?
Considera el tipo de grupo que estás ofreciendo, como el tipo de grupo que permita discutir o el
tema central de discusión o la necesidad de soporte o educar para poder orientar la terapia. Es
esencial ser muy claro sobre el tipo de grupo para así poder explicar el propósito del grupo y
potenciar los pacientes y las fuentes de referencias así como definir tu papel como guía del grupo.
Por ejemplo, en un grupo con habilidades sociales, el papel primario del guía es de
maestro/profesor, al contrario que en un grupo psicodinámico sonde el papel del guía del grupo es
interpretar un fenómeno inconsciente.
Se han propuesto diferentes criterios para seleccionar los pacientes. En general, la mayoría de pacientes
pueden trabajar eficazmente en algún tipo de terapia de grupo. Los pacientes son candidatos para la terapia
de grupo si están dispuestos a escuchar a los otros y a hablar de ellos mismos.
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Los criterios de exclusión son: el rehúso a entrar en un grupo o a aguantar los acuerdos del grupo y los
serios problemas a relacionarse interpersonalmente.
Al contrario de la opinión popular, las personas que no están bien en grupo NO son los candidatos
principales para las terapias de grupo. También hay que ser cautos al incluir en el grupo pacientes muy
impulsivos, intensamente suicidas o homicidas o psicóticos.
Los grupos no son colecciones de extraños al azar reunidos porque una clínica tiene pocos terapeutas y
demasiados pacientes. No sólo es muy importante seleccionar los pacientes que se pueden beneficiar de
una terapia de grupo, sino también ubicarlos en un grupo que les sea particularmente apropiado.
El grupo adecuado en un mal momento para el paciente (el paciente no está preparado para el
grupo)
El grupo inadecuado en un buen momento (por ejemplo el viudo en el grupo de madres jóvenes)
El paciente no se adapta al tratamiento en grupo.
Idealmente, debería existir al menos una entrevista individual antes que el paciente fuese aceptado para
entrar en el grupo. Algunos pacientes pueden requerir más, sobretodo si están desfamiliarizados con la
terapia o son ambivalentes sobre si entrar en el grupo. La valoración de un paciente para la terapia de
grupo, y en particular para tu grupo, requiere un contacto cara a cara. La entrevista puede también ayudar
a crear una alianza entre el guía del grupo y el miembro, a establecer unos objetivos, a contestar preguntas
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Todos los grupos necesitan unas guías operacionales que proporcionen una estructura y una línea de
base para dirigir cualquier tipo de conducta que ponga en peligro al grupo. Tradicionalmente, las siguientes
líneas de base han sido usadas por los terapeutas de grupo psicodinámicos. Pueden ser modificadas en
caso de grupos con tiempo limitado y de grupos con mucha variedad de pacientes en diferentes
situaciones. Los miembros están de acuerdo en:
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La mayoría de grupos se reúne semanalmente, aunque algunos grupos se reúnen dos veces a la semana
y otras dos veces al mes. El punto más importante para el beneficio terapéutico es que los pacientes no
pierdan el contacto con el afecto y el proceso de la sesión previa.
La duración usual de la sesión es de unos 90 minutos, con un rango entre 75-120 min. Menos de 75
minutos no es suficiente para que los miembros compartan equitativamente sus problemas, y sesiones de
más de 120 minutos pueden llegar a ser agotadoras tanto para los miembros del grupo como para el guía.
También recomiendan empezar al menos con este número de pacientes o más para compensar los
abandonos recientes potenciales.
Es responsabilidad del guía del grupo de conseguir una sala confortable, privada con suficientes sillas
para todos. La mayoría de guías prefieren colocar las sillas en círculo para que los miembros no estén
físicamente dañados por otros con mesas u otros muebles.
Ayudar a los miembros del grupo a comprenderse a ellos mismos, entendiendo su comportamiento en el
grupo. El guía tiene el reto de decidir como el grupo puede ser ayudado de la mejor forma. Varias
decisiones están involucradas en ello:
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Todas estas decisiones de mando están influidas por orientaciones teóricas, por la personalidad y por el
contexto del grupo. Además, todo son matices de una graduación, no todo o nada, y cada decisión tiene
consecuencias para el grupo.
Desventajas.
Es valorable por parte del líder del grupo el hecho de tener un marco de desarrollo para la comprensión
de los temas del grupo y del proceso de las múltiples interacciones entre el grupo. Yalom propone un útil
marco de desarrollo para pensar sobre estas cuatro fases de desarrollo.
Buscar propuestas, intentar conocer a los otros miembros, encontrar similitudes y aprender las reglas
base.
Principalmente, los miembros del grupo están preocupados en la aceptación o la no aceptación. ¿Les
gustaré a los otros? ¿Somos parecidos? Normalmente en esta fase la comunicación es superficial,
educada y centrada en dar o solicitar consejos y en obtener la aprobación del líder. El papel principal del
líder es promover la verdad y la seguridad y en ayudar a los miembros a encontrar unas bases en común.
Maniobrar para conseguir las posiciones de control, dominación y poder entre los miembros, pero
sobretodo entre los miembros y el líder.
El período de gracia /luna de miel llega a su fin así como la verdad y seguridad que estaban establecidas.
Ahora los miembros quieren saber cómo son de diferentes, cuanta autonomía va a permitir el líder del
grupo y cuanto se pueden desafiar entre ellos y con el líder. ¿Cómo pueden maltratar, doblar y romper las
líneas-guía del grupo? ¿Quiénes son los más fuertes?
Considerando que en la primera fase los miembros estaban principalmente interesados en ser vistos como
iguales, ahora están principalmente interesados en se aceptados como diferentes. En esta fase es típico
el criticar a los otros, la hostilidad hacia el líder y el desencantamiento con el grupo.
El grupo tiene grandes esperanzas con el líder y no es de extrañar si se sienten decepcionados ante un
fracaso del líder en realizar sus sueños. Es esencial que el líder del grupo tolere su decepción, encoraje
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su confrontación y que no responda dañando. Hay que recordar que esta rebelión, esta fase
emocionalmente tormentosa es una señal de que el grupo se está moviendo adelante.
El principal interés del grupo es la intimidad y la proximidad. ¿Cómo acercarse a los otros? ¿Cuántos
secretos hay que compartir?.
Comparando con la fase anterior del conflicto, en ésta hay más veracidad, cooperación, apertura a la
comunicación y espíritu de grupo. El líder intenta que la fase progrese, estando seguro que el grupo no
reprime todo el afecto negativo para la cohesión del grupo… En este momento, el grupo está preparado
para convertirse en un grupo maduro de trabajo, con focalizaciones, flexibilidad, compasión una gran
tolerancia para el afecto, una consideración realista del líder y un reconocimiento del valor de los otros
miembros.
Es tarea del líder que los miembros del grupo presten atención a la pérdida. Normalmente, el final de la
terapia resucita sentimientos alrededor de tres temas: la mortalidad y la muerte, la separación y la
esperanza. Estas fases están presentes en todos los grupos, pero la profundidad y respiración de
expresarlas varían dependiendo de los objetivos, el tiempo y el estilo del líder. Hay coincidencias parciales
con límites no claros entre fases o consistencia entre grupos. Los grupos nunca resuelven al final estos
asuntos desarrollados previamente, pero periódicamente ciclan alrededor de ellos como niveles profundos
y progresivos de estrés y conflictos emergentes.
Los pacientes difíciles, frecuentemente medio-centrados o exigentes, pueden crea un grupo difícil o la ida
de miembros del grupo. Se han escrito muchos volúmenes acerca de cómo manejar pacientes difíciles,
pero tiene más valor mencionar un particular planteamiento constructivo en los grupos. Se basa en la
premisa que los pacientes difíciles juegan un papel importante en el grupo y que representan aspectos de
cualquier otro en el grupo. La respuesta más terapéutica es centrarse en la reacción de los otros miembros
del grupo antes que en la patología del paciente individualmente. Este enfoque evita ataques más adelante
del paciente y encoraja a los otros a tomar responsabilidad de la parte de la interacción que comparten.
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Frecuentemente, la terapia de grupo es añadida a la terapia individual pero también puede ocurrir al revés,
que se añada terapia individual a un paciente que sigue terapia de grupo. Ningún tipo de terapia debería
ser vista como mejor que otra. Cuando se considera combinar o conjuntar terapias, se tiene que estar
seguro de revisar las consecuencias que pueda tener en la comunicación, la confidencialidad y la
contratransferencia.
El tiempo límite de los grupos viene dado por un final previamente ordenado. Otros grupos finalizan porque
el líder decide que la terminación de la terapia. Los pacientes dejan el grupo porque han completado
satisfactoriamente el tratamiento o porque lo abandonan prematuramente por varias razones a nivel
personal, de grupo o circunstanciales. El proceso de finalización es más complicado que en las terapias
individuales porque afecta a un número de gente, no sólo al terapeuta.
El líder debería intentar prevenir la finalización prematura y debería prestar atención a los sentimientos de
los pacientes que giran alrededor de la finalización de la terapia.
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La decisión también se puede examinar con las bases de si el objetivo original al adherirse al grupo se ha
cumplido. Es interesante saber que frecuentemente los grupos valoran los cambios constructivos y
continúan con los conflictos expuestos por el miembro que abandona el grupo.
AUTOCONTROL # 5
Luego de que usted ha concluido el estudio de esta primera unidad, ahora ya está en condiciones de
resolver el autocontrol, para ello debe abrirlo en la Plataforma www.educacue.net, dentro del período
determinado y resolverlo en el tiempo establecido. Proceda de acuerdo con lo que allí se le indica.
Recuerde que en última instancia, la resolución del autocontrol le permitirá verificar el cumplimiento de
los objetivos propuestos y adquirir el 50% de la calificación del aporte personal. En la Plataforma, usted
tendrá dos oportunidades para resolver el autocontrol, con el fin de que, en caso de errores o dudas,
repase lo aprendido para que los rectifique, solvente las dudas y lo vuelva a intentar, ya que la
herramienta informática califica automáticamente la prueba.
BIBLIOGRAFIA:
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