Está en la página 1de 21
CRené Padilla, Misién Integral. Ensavos sobre el Reino y la iglesia, 2* (Buenos Aires, (epee: Kairds, 2012), 17-57. 1 De Lausana I A Lausana III La Fraternidad Teolégica Latinoamericana y la misién integral AUSANA I, EL PRIMER CONGRESO INTERNACIONAL de /Evangelizacién Mundial, que se llev6 a cabo en Lausana, Suiza, del 16 al 24 de julio de 1974, pasard a la historia como uno de los eventos eciesiales més significativos del siglo KX. En el mundo evangélico, este encuentro, que conté con cer ca de 2.500 participantes y unos 1,000 observadores de 250 paises y 135 denominaciones protestantes, result6 ser un paso definitivo en la afirmacion de que la responsabilidad social y politica es un aspecto esencial de la misién de la Iglesia. La afirmacién bisica sobre este tema aparece en el pérrafo 5 del Pacto de Lausana, que reza como sigue: Afirmamos que Dios es tanto el Creador como el Juez de todos Jos hombres. Por lo tanto, debemos compartir su preocupacién por la justicia y la reconciliacién en toda la sociedad humana y por la liberacién de los hombres de toda clase de opresi6n, La humanidad fue hecha a la imagen de Dios; consecuentemente, toda persona, sea cual sea su raza, religin, color, cultura, clase, sexo 0 edad, tiene una dignidad intrinseca a causa de la cual debe ser respetada y servida,no explotada. Expresamos ademés nuestro arrepentimiento tanto por nuestra negligencia como por haber concebido a veces la evangelizacién y la preocupacién social como Misi6n INTEGRAL inte, Aunque la reconciliacion mutuamei i cosas que se excluyen nate con el hombre no es lo mismo que la cece ers i so social es lo mismo que la evang f ni el compromiso soci ho i iti mismo que la salvacién, la liberacién politica es lo salvia, no obtnts Jizacién y la accién social y pol afirmamos que la evange! aon sti otra son expresio' stro deber cristiano. Una y eae i Dios y del hombre, nuestro ii a trina de Dios y a necesarias de nuestra doctrina de I hom, neem ji tra obediencia a Jesucristo. amor al préjimo y nues Jesucrist. ede ralvacién encierra también ef mensaje de juicio de toda f iminaci er el de alienacién, opresion y discri scion, y no debemostemer i injusticia dondequiera que és i denunciar el mal y la injus — ibe a Cristo, nace de nuevo en su Cuando la gente recibe a , ac = Hi 6 ifestar sino a la vex de debe tratar no solo de manil Ia ver de rl vusticia del mismo en medio de un mundo injusto. Si 5 ssrion an decimos tener no nos transforma en la totalidad de nues Fesponsabilidades personales y sociales, no ¢s la salvacién de ; 1 Dios. La fe sin obras es muerta. En ese parrafo qued6 plasmado el pene a en ive 16 ital i ia para la vida y mision a una cuestién de capital importancia P: re i i jandose en circulos evangélic: de Ja Iglesia, habia venido forj i ome i de la década del afio sesenta. D1 py Saas esto intento de bosquejar el aporte de stu 10 un mod ‘erscernidad Teol6eica Latinoamericana (FTL) al desarrollo de ese pensamiento. El despertar de la conciencia social evangélica Una de las sefiales de los tiempos que carecteridacy Jae cuatro tiltimas décadas es el despertar de la conciencia y ial. Una pequefia evidencia de ese asunto en el temario de lia evangélica a nivel mundi i i ién de este despertar es la inclusion s en chererid y asambleas, seminarios y consultas de un: T Ver el Pacto de Lausana en C. René Padilla, £7 Evangelio hoy, Certeza, Buenos Aires, 1975, pp. 169-181. 18 C. René Papiia gama de iglesias y denominaciones evangélicas.” Por lo menos en el mundo de las grandes mayorfas, hoy ya casi no se discute si la iglesia tiene o no una tarea cultural, social-e incluso politica que esta llamada a cumplir como parte esencial de su misién. La pregunta es, mas bien, cémo debe cumplir esa tarea para ser fiel al Sefior que la comisioné como su testigo en palabra y en accién. Perspectiva histérica En realidad, este tipo de compromiso por parte de las iglesias evangélicas no es tan novedoso como a veces pensamos.’ No es este el lugar para hacer un recuento de la contribucién de los evangélicos a la vida sociocultural y politica de las naciones. Basta mencionar, a manera de ejemplo, el caso de Inglaterra: segin varios historiadores, los avivamientos del siglo XVIII bajo Wesley y Whitefield en ese pais causaron tanto impacto en las estructuras sociales que bien puede afirmarse que fueron el principal factor de cambio que hizo innecesaria una revolucidn sangrienta como la que se produjo en Francia hacia fines de ese mismo siglo. Asimismo, la marcada influencia que el cristianismo evangélico ejercié en la vida social de los Estados Unidos durante los siglos XVIII y XIX ha llamado la atencién de los estudiosos. Muchos logros sociales, de los que 2 Ver mi articulo “Evangelizacién y responsabilidad social: de Wheaton ‘66 a Wheaton ‘83”, Misién, 4:3 (septiembre de 1985): 82-90, y “La trayectoria t6rica de la misién integral”, en Justicia, misericordia y Humildad: La misi6n integral y los pobres, ed. Tim Chester, Ediciones Kairds, Buenos Aires, 2002, pp. 55-80. 3 En inglés abunda la bibliografia que corrobora esta afirmacién. Ver, por ejemplo, Ernest Marshall Howse, Saints in Politics, George Allen & Unwin Ltd., Londres, 1952. Para breves resimenes de los efectos sociales de la “evangelizacién revolucionaria” de John Wesley ver Gonzalo Béez-Camargo, Genio y esptritu del metodismo wesleyano, Casa Unida de Publicaciones, México, 2* ed., 1981, pp. 57-74; Dorothy F. Quijada, “John Wesley y su ministerio integral”, Boletin Teoldgico 46 (junio de 1992):107-145. Misi6n INTEGRAL hoy disfrutamos en la sociedad moderna sin ni siquiera Erie cuenta de su origen, tales como la abolicion de ja esclavitud, reformas laborales y obras filantrépicas de todo tipo, son parte del legado que nos dejaron esos grandes avivamientos. Lamentablemente, la mayor expansién del Evangelio a nivel saternacional, la més amplia en la historia de la iglesia, se dio justamente en un periodo marcado por lo que el historiador tstadounidense David Moberg ha denominado “el on retroceso de la conciencia social”’, que fue el abandono del compromiso social por parte del_movimiento evangélico, rimordialmente en los Estados Unidos, en las primeras décadas del siglo XX y especialmente en la década que siguio a la II Guerra Mundial. Como resultado, muchas de las iglesias formadas por el movimiento misionero moderno con base en Occidente alrededor del mundo nacieron con una visi6n muy limitada de la misi6n cristiana en el mundo. La Fraternidad Teologica Latinoamericana (FTL) Por la gracia de Dios, las ultimas décadas han Te un notable despertar de la conciencia social evangélica. I = despertar dan testimonio varias conferencias internacionales Timothy L. Smith escribié la obra clésica sobre este tema: Resialin and Social Reform: American Protestantism on the Eve of the Civil War, ‘Abingdon Press, Nueva York, 1957. Con referencia a la conciencia sock de los evangélicos en el siglo XIX Smith mantiene que “un ampli expecto de norteamericanos protestantes, que representaba cada clase soci aly cada seccidn del pais ¢ incluian tanto aluteranos bautstas,metodistasy eal como a presbiterianos y congregacionalistas, apoyaba la cruma mshoner la educacional y la moral. La gente consi sa a profundanent come ‘os superiores la.necesidad que la naci6n tenia de for See *1 berbarismo, restringir la expansion de la esclavitud, ode: ‘ fe naasas analfabetas e implantar la ley del Seftor tanto en el corazén de riblica (p. 252, mi traduccién). mo en los estatutos de la rept tra aoe “Reversal: Evangelism versus Social Concern, Lipincott, Filadelfia, 1972. C. René Papinta ¢ interdenominacionales realizadas en diferentes lugares del mundo desde mediados de la década de 1960. En este rubro, una significativa sefial de este despertar se dio en el Primer Congreso Latinoamericano de Evangelizacién (CLADE I), que se realizé en Bogota, Colombia, en noviembre de 1969. Cuando Samuel Escobar, miembro del equipo de obreros de la Comunidad Internacional de Estudiantes Evangélicos (CIEE) en ese entonces, hablé sobre “La responsabilidad social de la Iglesia”’, su discurso fue recibido con una ovacién de varios minutos. Su presentacién fue una magistral sintesis del pensamiento social evangélico que a lo largo de la década de los afios sesenta habia estado fraguandose en el contexto de la CIEE al calor de inquietudes estudiantiles relativas a la pertinencia del Evangelio a la realidad de nuestros pueblos. En vista del impacto que esa ponencia causé en el Congreso, no es de sorprenderse que la preocupacién por la dimensién social de la misién cristiana hallara eco en la Declaracion Evangélica de Bogotd en los siguientes términos: Ha Iegado la hora de que los evangélicos tomemos conciencia de nuestras responsabilidades sociales. Para cumplir con ellas el fundamento biblico es la doctrina evangélica y el ejemplo de Jesucristo levado hasta sus iltimas consecuencias. Ese ejemplo debe encarnarse en la 6 CLADE I fue una de las conferencias regionales sobre evangelizacién planificadas para dar continuidad al Congreso Mundial de Evangelizacién que se realizé en Berlin en 1966 con el auspicio de la revista evangélica estadounidense Christianity Today. Conferencias similares a CLADE I se evaron a cabo en Singapur (1968), Minneapolis (1969) y Australia ((1971). Ver la recopilacién de las ponencias, conferencias y estudios biblicos de CLADE I en Accién en Cristo para un continente en crisis, Editorial Caribe, San José de Costa Rica y Miami, Florida, 1970. 7 Samuel Escobar, “La responsabilidad social de la iglesia”, ibid, pp. 32-39. EI discurso se reprodujo posteriormente en su libro Evangelio y realidad social: ensayos desde una perspectiva evangélica, Presencia, Lima, 1986, pp. 9-39, y en Iglesia y Mision 74 (octubre-diciembre de 2000): 20-24 y 29-37. 21 Misi6n InveGRAL critica realidad latinoamericana de subdesarrollo, injusticia, hambre, violencia y desesperacién’. CLADE I habia sido planeado por la Asociacién Billy Graham con el propésito de que sirviera como plataforma de lanzamiento de una gran estrategia de evangelizacion de todo el continente latinoamericano. Tal estrategia, sin embargo, no fue asumida por las iglesias y, consecuentemente, pasd a la historia sin pena ni gloria. El tinico resultado concreto de CLADE I fue algo que no constaba en los planes de los organizadores pero que guardaba estrecha relacién con varias de las preocupaciones expresadas por Escobar en ese cénclave: la formacién de la FTL, apenas un afio después, en noviembre de 1970, en Cochabamba, Bolivia. Desde su nacimiento, la FTL se constituiria en un lugar de encuentro de personas que reconocian la importancia de la reflexién teolégica, no como un fin en si, sino en funcién de la misién integral de la Iglesia’ Dos afios después, en diciembre de 1972, se llevé a cabo la segunda consulta de la FTL en Lima, Pert, que tuvo como tema “E] Reino de Dios y América Latina”.!° A partir de ese encuentro, mucha de la rica produccién teolégica de la 8 Accién en Cristo, p. 135. Por influencia de los representantes del mundo de Jas grades mayoria en el Congreso sobre la Misién Mundial de la Iglesia que se llevé a cabo en Wheaton, Illinois, en 1966, la Declaracién de Wheaton emitida por esa conferencia ya habia expresado la misma preocupacién. Ver el Evangelical Missions Quarterly 2 (Surnmer 1960). 9 Sobre los diez primeros afios de la FTL, ver la tesis doctoral de Daniel Salinas: Latin American Evangelical Theology in the 1970%: The Golden Age, Brill, Leiden/Boston, 2009. Samuel Escobar ofrece una apretada sintesis de la misma historia en “Doing Theology on Christ's Road”, Global Theology in Evangelical Perspective: Exploring The Contextual Nature 0 Taeology and Mission, eds. Jeffrey P. Greenman and Gene Green, InterVarsity Press, Downers Grove, Ill., 2012, pp. 67-85. 10 Las ponencias de esta Consulta se publicaron en C. René Padilla, ed., El Reino de Dios y América Latina, Casa Bautista de Publicaciones, El Paso, Texas, 1975. 22 C. René Paptita FTL en los afios siguientes seria un aporte a la articulacién de una misionologia que considera el Reino de Dios que se hizo presente en Jesucristo y esta atin por venir en su plenitud como la base de la misién cristiana. ; Lausana I La centralidad del Reino de Dios para una comprensién correcta tanto de la misién como del lugar de las iglesias e la sinfonta del propésito universal de Dios resoné con fuenn como una de las notas dominantes en el Primer Congres. Internacional de Evangelizacisn Mundial que se lens : cabo en Lausana, Suiza, en 1974, con el lema: “Que la ier escuche su voz”. Se hizo escuchar especialmente en sesione: plenarias por medio de las Ponencias de Howard A. Sn a (un orador con experiencia misionera en el Brasil)" ra oradores vinculados a la FTL que fueron invitados nee memorable encuentro”, Gracias a sus presentaciones , otros factores que se conjugaron en el Congreso, el tema e la responsabilidad social fue debatido abiertamente en sesiones plenarias y hallé lugar prominente en el Pacto de Lausana, Junto con temas tan importantes para los evangélicos como son la autoridad de la Biblia, la singularidad de Jesucristo yla See ena 11 Snyder expandio su ponencia de Lausana I, iniulada “The Church Frode’ Agent in Evangelism’, en su excelente obra de eclesiolon ommunity of the King (InterVarsity Press, Downers Grove, 197%) apgPrimém edicin en castellano fue publicada por Editorial Caribe og - Afios después, a pedido de Ediciones Kairée, el autor re pué 5 vis br —— de bloga en su mayoria de autores vinculados a la PTL, io como resultado la segunda edici i ; nae eee ena lici6n de La comunidad del Rey, 22 Samuel Exar, “range and Man's Search for Freedom, Justice, | Fulfillment’, y C. René Padilla, “Evangelism and the World” Gonna, capt dete tke) en Let the Earth Hear His Voce, ed. J. D, Desa orld Wide Publications, Minneapolis 03-320 y ; eee ‘apolis, 1975, pp. 303-320 y 116-146, Misi6n INTEGRAL evangelizacion. La misma nota se hizo escuchar también por medio del documento intitulado “Una respuesta a Lasane: Implicaciones teol6gicas del discipulado radical”, ee : por un grupo ad hoc que se formé Pt oe sai de la apertura del Congreso y firmado por aproximadamente cuatrocientos de los participantes, incluyendo a John Stott. En este documento se afirma que El Evangelio es buenas nuevas de Dios en Cristo Jestis. Es buenas nuevas del Reno que él proclama y encarna; de la mision de amor de Dios que trac salud al mundo exclusivamente por medio de la Cruz de Cristo; de su victoria sobre los poderes de destruccidn y muerte; de au sefiorio sobre todo el universo, FS buenas nuevas de una nueva creacién, una nueva humanidad, tun nuevo nacimiento por medio del Espiritu que da vida. Es buenas nuevas de los dones del Reino mesidnico contenidos en Jesus y mediados por su Espiritu; de la comunidad earismiética {que por su poder encarna su Reino de shalom aqui y shore, antes que toda la creacién, y hace visible y da 2 conocer sus buenas nuevas, Es buenas nuevas de liberacién, de restauracin, de salud y de salvacién personal, social, global y cosmica. jJevis es Seftor! ;Aletuya! ;Que el mundo entero oiga su vor!" El aporte latinoamericano, el documento de discipulado 13 Este documento se incluye en castellano como Apéndice I] en C. Rent Padilla, E/ Evangelio boy, Ediciones Certeza, Buenos Aires, pp- ie e 14 Segin Rodger C. Bassham (Mission Theology, p. 233), : sprobacién que John Stott hizo pubicamente de este documento ayy ea Organizadores del Congreso aceptaran las preocupaciones alli expresadas 15 Padilla, E/ Evangelio hoy, p. 184. Entre los redactores de este important documento estaban incluidos varios reconocides promorores Je la responsabilidad social cristina en los Estados Unidos, tales como Job Yoder, Ron Sider y Jim Wallis, quienes habfan participado en la Consulta il Dia de Accién de Gracias dé 1975 sobre “Los evangélicos y la responsabildi social” que se llevé a cabo en Chicago. Ese encuentro mareé la eee movimiento Evangelicals for Social Action (Ewvangélicos por la accién _ ain los Estados Unidos. En esa consulta América Latina estuvo representada por Samuel Escobar. 24 C. René Pavia radical, las discusiones informales sobre la misién cristiana durante el Congreso y el papel de John Stott como moderador de la comisién de redaccién dieron como resultado la inclusién en el Pacto de Lausana de varios temas importantes relacionados con la responsabilidad social, la radicalidad del discipulado cristiano y la renovacién y unidad de la iglesia." Por cierto, el Pacto afirmaba que “en la misién de la Iglesia, que es misién de servicio sacrificado, la evangelizacién ocupa el primer lugar” (parrafo 6). Por otra parte, también reconocia que los cristianos deben compartir la preocupacién de Dios “por la justicia y la reconciliacién en toda la sociedad humana y por la liberacién de los hombres de toda clase de opresién”; que “la evangelizacién y la accién social y politica son parte de nuestro deber cristiano”, y que “el mensaje de salvaci6n encierra también el mensaje de juicio de toda forma de alienacién, opresién y discriminacién” (parrafo 5). Este reconocimiento fue un golpe certero a todo intento de reducir la misién de la Iglesia a la multiplicacién de cristianos y de iglesias por medio de la evangelizacién. 16 Ver Documentos periédicos de Lausana: El Pacto de Lausana, Exposicién y comentario por John Stott, Vision Mundial Internacional, Costa Rica, sin fecha. “El Pacto es la ms madura y abarcadora afirmacién producida por los evangélicos. La atencién que se da a la base teolégica de la misién, y el andlisis de la evangelizacién, la responsabilidad social cristiana y la iglesia y su unidad, asi como la seria consideracién del contexto politico y cultural de la misién, hacen que este documento sea de mucha importancia no sélo para los evangélicos sino para toda la iglesia” (Rodger C. Bassham, Mission ‘Theology: 1948-1975, Years of Worldwide Creative Tension, Ecumenical, Evangelical, and Roman Catholic, Wm. Carey Library, Pasadena, CA., 1979, p-243, mi traduccién). Orlando E. Costas coloca el Pacto junto al informe de la V Asamblea General del Consejo Mundial de Iglesias sobre La confesion de Cristo (1975) y la “Exhortacién Apostdlica sobre la Evangelizacién en el Mundo Moderno”, Evangelii Nuntiandi (1975), y afirma que los tres documentos son evidencias de “un movimiento hacia un acercamiento més integral a la misién y a la evangelizacién” (Christ Outside the Gate: Mission Beyond Christendom, Orbis, Maryknol, N.Y., 1982, p. 162, mi traduccién). a5

También podría gustarte