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Es Splendor Solis II 11
Es Splendor Solis II 11
La miniatura muestra un gran árbol que El símbolo del árbol de la vida, de-
casi ocupa toda la ilustración. En la base, nominado en alquimia «árbol filosófico»,
el esbelto tronco plateado del árbol, que representa la obra alquímica y se consi-
surge de unas raíces doradas, está rodea- dera la fase previa a la perfección. Estos
do por una enorme corona de oro que hechos apoyan la observación de John
indica su importancia en el «Arte real». Read, según la cual el joven se apoya sobre
En la copa del árbol se ha posado un gran el sexto y séptimo peldaño de la escalera,
cuervo de cabeza blanca que picotea las cuyos siete peldaños simbolizan el orden
transparentes perlas blancas de las ramas, de los siete planetas y sus respectivos me-
mientras una gran bandada de pájaros sale tales, lo que sitúa el proceso alquímico en
volando en todas direcciones. Más abajo, la transición de la plata al oro.
de una rama cuelga un cesto trenzado en Como sugiere el texto de la segunda
el que se van depositando los frutos; junto parábola, que en el manuscrito precede a
a éste, un joven, vestido de negro y con la imagen, las figuras representan las tres
unas llamativas botas altas de oro, se ha su- generaciones de la familia de Eneas: el
bido a una escalera. Con la mano izquier- propio Eneas, su padre Anquises y, subi-
da tiende una rama dorada con hojas de do al árbol, su hijo Silvio. Las tres gene-
reflejos también dorados hacia dos hom- raciones de la familia llevan vestimentas
bres con barba que visten ropajes blancos con los tres colores alquímicos principa-
y rojos a la antigua usanza. les: el joven viste de negro, el color del
La miniatura principal está enmarcada principio; el sobretodo de su padre Eneas
por la extraordinaria recreación de un esce- es blanco, símbolo de la fase intermedia;
nario, con dos altos paneles laterales. En la y el manto del más viejo de la familia,
base se nos ofrece una escena que transcu- Anquises, es de color rojo, símbolo de la
rre en un baño de mujeres. En el balcón de perfección. Los pájaros que alzan el vuelo
la derecha, el rey David observa la escena, son un símbolo, frecuentemente utilizado
que se hace así reconocible como una re- en la alquimia, de la evaporación; la ca-
creación libre del episodio de Betsabé del beza blanca del cuervo puede simbolizar
Antiguo Testamento. El zócalo está adorna- la evaporación de residuos sólidos en la
do con un friso en relieve con una escena retorta, y en la obra del alquimista señala
de lucha y un medallón en el centro en el la transición de la fase de la negrura, a la
que se lee la fecha «1582» inscrita en oro. de la blancura.
La miniatura muestra en un paisaje exu- latín res bina, cosa doble) significa la tota-
berante a un hermafrodita alado, vestido lidad de la obra alquímica, que pretende
de pies a cabeza de negro: lleva calzado alcanzar, en la unión de las polaridades, la
negro en punta, ajustadas calzas negras y superación de los estados particulares de
una levita negra hasta las rodillas con lujo- la materia. Según el texto correspondien-
sas cenefas y adornos dorados. Del amplio te, la unión de la pareja formada por se-
escote dorado emergen dos cuellos y dos res opuestos, que el miniaturista encarna
cabezas: a la izquierda, una cabeza mascu- en la figura del hermafrodita, engendra
lina con el cabello corto y, a la derecha, cuatro hijos: los cuatro elementos de la
una cabeza femenina de cabello largo. naturaleza –la tierra, el agua, el aire y el
Ambas están rodeadas por sendas aureo- fuego– cuya conjunción da lugar al quinto
las –la masculina de oro, la femenina de ser, la quintaesencia. El texto lo explica re-
plata– que subrayan la procedencia hierá- curriendo a la imagen del huevo, otro sím-
tica del hermafrodita, al igual que las dos bolo central de la alquimia, que representa
alas grandes y mullidas de la espalda, la los cuatro elementos y del que proviene el
izquierda de plumas rojas y la derecha de quinto, en forma de joven polluelo. Para
plumas blancas. Entre el pulgar y el índi- la representación de los cuatro elementos,
ce de la mano izquierda, el hermafrodita el artista recurre además a la imagen de
sostiene un huevo blanco; en su mano de- un disco del universo que muestra, en el
recha lleva un gran disco. El centro, que interior, la tierra y, en los tres anillos, el
parece ser un espejo donde se refleja un agua, el aire y el fuego.
paisaje, está rodeado de tres anillos de di-
ferentes colores: el exterior, de un naran-
ja y amarillo llameantes; el intermedio, de
nubes blancas y grises; y el interior, de un
color azul profundo que rodea el paisaje.
El hermafrodita es un símbolo básico
de la alquimia que no falta en la ilustración El huevo, simbolo
de casi ningún manuscrito y que significa central de la alquimia
la unión de los contrastes. En los tres co- (f. 19, detalle)
lores negro, blanco y rojo, el Rebis (del
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Cocción, f. 21v
El brillo determina el ambiente en los do- cuellos y con una cabeza blanca, otra roja
minios del planeta Sol, cuyos hijos son de y otra negra.
naturaleza alegre. Envuelto en una aureo- Hasta la fecha no se ha llegado a un
la de luz resplandeciente, que prorrumpe acuerdo sobre el contenido de la redoma
en el cenit de un cielo nuboso, aparece el asignada al dominio del Sol en el Splen-
áureo dios Sol, en su deslumbrante carro dor Solis. Para Hartlaub y Roob, la figu-
metálico tirado por dos caballos grises. En ra representa a un león de tres cabezas,
sus manos, el dios planetario sostiene una símbolo del vitriolo de hierro; Alleau ve,
vara con el astro solar. En la tierra, los se- en cambio, a un dragón de tres cabezas;
res humanos, sometidos a la influencia del mientras que para Lennep se trata de una
planeta Sol, se dedican al fortalecimiento representación del cancerbero. Tampoco
físico y a juegos y actividades aristocráti- la parte correspondiente del texto, que
cas. En primer plano, a la izquierda, un trata de la purificación de la materia, re-
príncipe sentado en su trono, que viste vela nada respecto al símbolo animal. Po-
un manto de color naranja con cuello de siblemente, la ambivalencia del monstruo,
armiño, ha reunido a su corte. A su alre- que tanto puede ser un dragón como un
dedor se han congregado varios hombres, león, ha sido una elección consciente del
vestidos con telas nobles multicolores, miniaturista. En este sentido, la inscrip-
que nos remiten en parte a grabados de ción de la cartela de color del manuscrito
Alberto Durero. El campo central de la de Núremberg, donde se indica: «Draco-
imagen presenta, sobre un fondo de color nem nostrum vivum date devorandum leoni
púrpura, una redoma, cuya piel vidriosa ferocissimo» (Dad nuestro dragón vivo al
permite ver a un ser alado en tonos ama- león más feroz para que lo devore), puede
rillos y pardos, de larga cola, tres largos constituir un punto de partida.
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Venus, f. 28r
La miniatura de Venus, con la datación gaitero y parejas bailando se complemen-
1582, debería figurar en esta serie de los ta, en la parte delantera, con otra pareja
planetas en quinto lugar. La regencia de de enamorados a la sombra de un árbol y,
Venus está marcada por el deleite, los pasa- en la trasera, con una pareja cabalgando.
tiempos, la alegría y la belleza. Por encima En el centro de la miniatura, dentro de un
de la alegre animación, la diosa planetaria nicho formado por pilastras y columnas
se desplaza en su carro celestial de color antepuestas, se encuentra la redoma. En su
anaranjado, al que están uncidas dos pa- interior un magnífico pavo real despliega
lomas. En la mano izquierda, Venus lleva su cola en abanico.
como atributo una flecha. Con la derecha En alquimia, la cola de pavo real es un
sostiene a Amor, atado a una correa que, símbolo que ilustra los fenómenos de cam-
con los ojos vendados, se mantiene en bio de color que se hacen visibles durante el
equilibrio sobre una pierna en el pescante, proceso de transmutación en el interior de
a punto de disparar una flecha con su arco. la redoma. La representación del pavo real
La aparición de la diosa planetaria, radian- que, en la Edad Media, se consideraba un
te, iluminada por una luz clara, enmarca- noble oiseau asociado a los altos estratos de la
da por una corona de nubes, se acompaña sociedad, tiene lugar en el quinto grado del
de un corazón alado, atravesado por una proceso, en la imagen del planeta Venus.
flecha, que aparece en el cielo como un Petra Schramm se arriesga con una inter-
leitmotiv. En torno al espacio interior de la pretación general de la miniatura y consi-
imagen, el miniaturista compone diferen- dera la actividad de los hijos de los planetas,
tes escenas de actividad humana en el cam- que tocan música, juegan y bailan, como
po al aire libre. Una escena cortesana en preludio de la boda química, para aumen-
el margen inferior de la imagen muestra tar la capacidad amatoria. En este sentido,
el deleite físico y musical de sus protago- las dos aves asociadas a Venus se considera-
nistas. El margen derecho está reservado a ban como afrodisíacas: se creía que la carne
la capa social más llana, la campesina, una de pavo real aumentaba la potencia mascu-
clientela más bien inusual para los hijos del lina y la carne de paloma la disposición de
planeta Venus. La fiesta campesina con un las mujeres a entregarse.
Venus se desplaza en su
carro anaranjado al que
están uncidas dos palomas
(f. 28r, detalle)
Sol rojo, f. 33v
Como una gran esfera roja rodeada de todos los aspectos, la imagen representa
rayos dorados, un sol animado aparece el complemento perfecto de la miniatura
en el cielo de manera que su redonda del sol negro poniéndose.
figura casi roza la línea del horizonte. El texto que corresponde a la ima-
El rostro humano del sol ha sido mode- gen explica la unión final de las sustan-
lado plásticamente en tonos rojos con cias o polaridades purificadas de la obra
reflejos dorados: se aprecian claramente como, por ejemplo, el azufre y el azogue,
detalles como las arrugas de la frente y cuya composición permite obtener la
el ceño fruncido en el rostro de mirada piedra filosofal. El color rojo representa
severa. Los rayos dorados que rodean la en alquimia el opus magnum, el oro pu-
esfera solar dan luz a su representación rificado. Inequívocamente, la represen-
y le confieren el nimbo de una deidad tación del sol rojo simboliza la meta de
mítica. Ante un cielo de color azul claro todo afán, un estado de perfección, el
en el que irrumpen blancos cúmulos, el mágico milagro de la piedra filosofal, en
sol ilumina un paisaje casi monocromá- resumidas cuentas, el ansiado esplendor
tico, que se extiende hasta el horizonte del sol que se extiende benéficamente
en tonos verdes, pardos y grisáceos. En sobre el mundo.
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