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FACTORIA COLOMBINA

La factoría colombina en si fue el intercambio que había entre la corona de España y sus colonias en el
nuevo continente, este se originó como un intercambio comercial al principio. El único motivo en
el que Europa estaba interesado por nuevas tierras era puramente económico por eso a la llegada
de colon a la nueva tierra era conseguir oro, Los aborígenes les daban un trato amigable a los exploradores,
pero al ver trato que recibían estos empezaron los ataques hacia los exploradores.

Durante el primer periodo de la factoría los españoles hacían trueques con los aborígenes intercambiaban el
oro por objetos extraños o desconocidos, además el oro no tenía ningún valor en especial para ellos, a cabo
de esto fueron llevando tainos a Europa con tal de venderlos como esclavos. Cuando el intercambio no
funciono los españoles comenzaron a torturar con violencia a los tainos para si conseguir lo que
querían esto fue tan tal que los tainos inmigraron a montañas y cometían suicidio con tal de no colaborar a
los mandatos sometido por los españoles. Por estos motivos la factoría colombina fracaso con las
enfermedades el maltrata excesivo y los suicidios de los tainos fueron disminuyendo en masa, Por
estos motivos los colonizadores establecieron otros sistemas de recaudación de impuestos, como el
repartimiento y la encomienda.

La encomienda

Ya con lo caída de la factoría colombina renace lo que fue La encomienda que consistía en más bien darte
protección a cambio de que tú me des fidelidad y determinados servicios, así pues, al igual que en España la
encomendación estaba justificada por motivaciones religiosas de expandir el cristianismo en las tierras
cedidas bajo su mando, en otros términos, el individuo seria salvado gracia a la enseñanza de la palabra de
cristo.
Los tributos indígenas (que podían ser metales, ropa o bien alimentos como el maíz, trigo, pescado o
gallinas) eran recogidos por el cacique de la comunidad indígena, quien era el encargado de llevarlo al
encomendero. El encomendero estaba en contacto con la encomienda, pero su lugar de residencia era la
ciudad. La encomienda fue una institución que permitió reforzar la dominación del espacio que se
conquistaba, puesto que organizaba a la población indígena como mano de obra forzada de manera tal que
beneficiaran a la corona española. Se encontró una manera de recompensar a aquellos españoles que se
habían distinguido por sus servicios y de asegurar el establecimiento de una población española en las tierras
recién descubiertas y conquistadas.
La encomienda también sirvió como centro de culturización y de evangelización obligatoria. Los
indígenas eran reagrupados por los encomenderos en pueblos llamados "Doctrinas", donde debían
trabajar y recibir la enseñanza de la doctrina cristiana a cargo de religiosos pertenecientes a las
Órdenes regulares. Los indígenas debían encargarse también de la manutención de los religiosos.
La encomienda de la colonización española de América y Filipinas fue establecida como un derecho otorgado
por el Rey (desde 1523) en favor de un ciudadano español. El español titular del derecho (encomendero)
recibe la encomienda con el objeto de que éste percibiese los tributos que los indígenas debían pagar a la
corona (en trabajo o en especie y, posteriormente, en dinero), en consideración a su calidad de pueblos de
ésta. A cambio, el encomendero debía cuidar del bienestar de los indígenas en lo espiritual y en lo terrenal,
asegurando su mantenimiento y su protección, así como su adoctrinamiento cristiano (evangelización). Sin
embargo, se produjeron abusos por parte de los encomenderos y el sistema derivó en muchas ocasiones en
formas de trabajo forzoso o no libre, al reemplazarse, en muchos casos, el pago en especie del tributo por
trabajo en favor del encomendero. Nicolas de Ovando llego con una expedición de unos 2500 hombres y unas
pocas mujeres, el grupo de ovandino estaba dirigido por nobles que tenían un nuevo proyecto de
afianzamiento autoridad española en la isla. Ovando había llegado a laisa con la nueva regla de la
monarquía que prohibía todo tipo de compulsión sobre los indígenas, los reyes decidieron desconocer
el sistema de repartimientos implantado por Colón y Bobadilla.

Los primeros días de la llegada de nicolas de ovando comenzaron los conflictos y con los allegados y los que
estaban radicados en la isla. Por esta razón Ovando radico lo que fue los matrimonios entre indios y
españoles, con el fin de eliminar todo recurso de resistencia que estos podían presentar.
Ovando ideo un procedimiento con el fin de lograr la explotación de los indígenas: provocar guerras de
esclavización en las zonas donde la influencia española era mas difusa. El gobernador aprovecho los
incidentes causados por atropellos de españoles para declarar a los indios en estado de rebelión y hallarse
jurídicamente autorizado para armar guerras genocidas contra los tainos.
Domingo.

Como en todo sistema humano nada funciona del todo bien y hay que ajustarlo y vigilarlo. La encomienda
resolvió muchos problemas, pero trajo otros nuevos. Gracias a ella la conquista de América empezó a lograr
beneficios: empresas que funcionaban, tributos a la corona, aumento de la producción, desarrollo de la
nueva sociedad hispanoamericana. Pero por otro lado algunos encomenderos abusaron y se aprovecharon
de la debilidad de los nativos a los que hacían trabajar más horas de lo aprobado por la corona obteniendo
así de forma inhumana mayores beneficios. Estos hechos fueron denunciados por religiosos que levantaron
su voz contra esta injusticia, llegando estas noticias a oídos de los reyes españoles, que intentaron mediante
una legislación muy tupida controlar y castigar dichos abusos y hacerle la vida lo mejor posible al
encomendado.

En 1512 el rey Fernando II de Aragón aprobó las Leyes de Burgos en donde se aprobaron nuevas
disposiciones que dejaban bien claras las funciones y obligaciones de los encomenderos con respecto a los
indios y los derechos y obligaciones de estos. Unos años después, ya bajo el reinado de Carlos I, se aprobaron
las Leyes Nuevas de Indias en las que se prohibía la concesión de nuevas encomiendas y las que ya existían
no podrían ser heredadas, se reducía significativamente el tributo indio y se abolía cualquier tipo de trabajo
forzado en las Indias. Estas drásticas medidas provocaron una rebelión de los encomenderos del Perú
capitaneados por Gonzalo Pizarro que hizo al rey derogar el artículo 30 que versaba sobre el carácter
hereditario de las encomiendas, dejando que existiesen pero bajo otras formas más suaves.

La caña de azúcar fue traída a la española en 1493 desde las islas canarias en el segundo viaje de Cristóbal
Colon por órdenes de los reyes católicos, mediante real cedula de mayo de 1493.

La Industria Azucarera

No obstante, como todo trabajo necesitaban de mano de obra quienes sembraran las canas de azúcar y no
podía ser ningún español y utilizaron los aborígenes para la siembra de esta. Durante el gobierno de ovando
se empezó a cultivar la caña de azúcar para la extracción de melaza y jugo.
La principal mano de obra de las plantaciones azucareras eran los esclavos. La producción de azúcar era un
proceso muy costoso, requería muchos trabajadores y equipos importados, por tanto la corona acordó
conceder préstamos y otros privilegios para construir molinos, trapiches e ingenios.
Para expandir más lo que fue la producción de azúcar se utilizó dos sistema lo que fueron los trapiches que
eran movidos por esclavos y animales y los ingenios que eran movidos por la fuerza del agua .
La industria azucarera prospero a tal punto que en 1521 permitió la exportación de este producto a España,
se estima que en 1527 funcionaban 19 ingenios y 6 trapiches.
La difícil tarea del cultivo de la caña en los ingenios demandaba una fuerza muscular que tuviera mejores
resultados que la de los indígenas, además la población indígena había menguado de manera significativa.

De ahí que desde 1518, por autorización expresa del Rey Carlos I, comenzaran a otorgarse licencias para
traer a América negros bozales, los cuales, a diferencia de los ladinos, eran empleados en labores intensivas
de producción. Africanos ladinos, es decir, occidentalizados en Europa e integrantes del séquito de servidores
de nobles españoles, habían pisado tierra americana poco antes de 1501.
Para controlar las posibilidades de sublevación, los propietarios de ingenios preferían importar esclavos
africanos procedentes de diferentes etnias.
Otra preferencia que tomaban en cuenta los dueños de ingenios era el rango de edad de los esclavos
seleccionados, esta edad oscilaba entre los 15 y 20 años de edad, también eran reclutados desde los 9 años.
Su faena de trabajo forzado era de hasta 18 horas corridas por día, incluía domingos y feriados. Muchos
morían de cansancio y por falta de sueño. Otros huían a los montes o se defendían mediante las armas.

Los asientos fueron muy frecuentes en la América española hasta bien entrado el s.
XVIII. Se aplicaban a materias muy diversas: la venta de determinados artículos, el abastecimiento de una
población, las exportaciones mineras, etc. El más conocido e importante fue el asiento de negros, esto es, el
monopolio de introducción de esclavos africanos en la América española. Aunque la primera concesión de
este asiento fue hecha a favor de una compañía genovesa, puede decirse que hasta 1640 sus beneficiarios
exclusivos fueron los portugueses, sustituidos a partir de entonces por los neerlandeses, que explotaron este
monopolio hasta 1695. Apenas subido al trono, Felipe V lo concedió a la Compañía real de Guinea, empresa
comercial francesa en la que tenía intereses su abuelo, Luis XIV. Una de las concesiones más importantes
obtenidas por Gran Bretaña en la Paz de Utrech , que puso término a la guerra de la Sucesión española, fue
precisamente la de asiento, que se arrendó a la South Sea Company . Los ingleses se comprometían a enviar
a América un total de 144.000 negros en 30 años, a razón de 4.800 por año. El tratado autorizaba a la
compañía a introducir las mercancías necesarias para el sustento de los negros en los puertos de
desembarco: amparados en esta cláusula, los ingleses desembarcaron y vendieron gran cantidad de
mercancías de primera calidad, que no estaban destinadas al consumo de los esclavos negros. El acuerdo de
la Compañía del Mar del Sur fue renovado en 1748, por el tratado de Aquisgrán; pero en 1750 el soberano
británico abandonó el derecho que había obtenido, mediante una fuerte compensación económica.

El corso euroamericano y mediterráneo entró en plena decadencia paralelamente a la de las viejas políticas
económicas. También cesó el apoyo, al constituirse sus propios imperios coloniales por parte de los estados
que fueron excluidos de la repartición del Nuevo mundo efectuada por el papado en beneficio de españoles y
portugueses. El gran corsario se hizo entonces negrero, mercader o marino, mientras el corsario de poca
monta se hizo pirata o contrabandista; las bases terrestres de bucaneros y filibusteros en las Pequeñas
Antillas aceleraron su transformación en colonias de explotación normales -inglesas, francesas y
neerlandesas- sin dejar de ser trampolines para toda clase de tráfico ilegal con los puertos coloniales del
Caribe.

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