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CARLSON
Principios generales
Órganos muy complejos, en especial el cerebro y los órganos principales de los sentidos,
muestran períodos prolongados de susceptibilidad elevada a las alteraciones en el desarrollo.
Algunas influencias causan malformaciones si el embrión queda expuesto a las mismas durante
las primeras etapas del desarrollo, pero son inocuas en fases más avanzadas de la gestación.
Otras en cambio actúan sólo durante estas últimas fases.
Sigue siendo desconocido al menos el 50% de las causas de las malformaciones congénitas en
los seres humanos. Cerca del 18% de las malformaciones se puede atribuir a causas genéticas
(10% cromosómicas, 8% monogénicas) y más o menos el 7% de las malformaciones se debe a
factores ambientales, como los teratógenos físicos o químicos. De todas las malformaciones, el
25% tiene un origen multifactorial; por ejemplo las mutaciones causadas por factores
ambientales que actúan sobre la susceptibilidad genética.
Factores genéticos
Se originan en la división celular, especialmente en la meiosis.
Factores ambientales
Infecciones maternas: Entre las infecciones hay que diferenciar las que causan malformaciones
al alterar las fases iniciales del desarrollo de órganos y estructuras, de las infecciones que
destruyen las estructuras ya formadas. El mismo microorganismo patogénico puede causar
lesiones por interferencia en los procesos embrionarios o por destrucción de tejidos
diferenciados, según el momento en que dicho microorganismo ataca al embrión.
La mayor parte de las enfermedades infecciosas que producen malformaciones congénitas son
víricas, con excepciones como la toxoplasmosis (protozoo) y la sífilis (bacteria).
El momento en que tiene lugar la infección es fundamental respecto al tipo de efectos que se
producen sobre el embrión. La rubéola es responsable de un porcentaje elevado de
malformaciones durante el primer trimestre, mientras que las infecciones por citomegalovirus
suelen causar la muerte del embrión en ese mismo período. Los microorganismos causantes
de la sífilis y la toxoplasmosis atraviesan la barrera placentaria durante el período fetal y en
gran medida causan malformaciones al destruir tejidos ya existentes.
Teratógenos químicos:
Antagonistas del ácido fólico (sustancias muy abortivas)
Agentes antineoplásicos (diseñados para destruir o anular a las células que se dividen
con rapidez)
Hormonas androgénicas
Antiepilépticos
Sedantes y tranquilizantes
Alcohol: el consumo materno de alcohol durante el embarazo puede dar lugar a una
constelación bien definida de alteraciones del desarrollo, entre ellas retraso mental y
del crecimiento, microcefalia, diversas malformaciones de la cara y el tronco. Estas
malformaciones en conjunto se conocen como síndrome alcohólico fetal y pueden
afectar al 1-5% de los recién nacidos vivos. El consumo de cantidades de alcohol de
sólo 90 g al día durante las cuatro primeras semanas de gestación puede causar
malformaciones extremadamente graves. La exposición al alcohol en fases más
avanzadas de la gestación tiene menos posibilidades de originar alteraciones
anatómicas significativas en el feto, aunque, debido a la compleja evolución de la
maduración psicológica del cerebro a lo largo del embarazo, pueden producirse
trastornos del comportamiento menos llamativos. A pesar de que el cociente
intelectual (CI) de los pacientes con síndrome alcohólico fetal puede ser normal, estas
personas pueden tener problemas en el reconocimiento de las consecuencias de sus
actos o en la planificación del futuro.
Ácido retinoico (vitamina A): administrado por vía oral. Influye en los genes Hox de las
regiones craneal y faríngea, lo que produce alteraciones en los rombómeros anteriores
y en las células de la cresta neural derivadas de ellos.
Antibióticos
Anticoagulante Warfarina
Cocaína
Factores físicos:
Radiación ionizante: depende tanto de la dosis administrada como de la fase de la
gestación en que el embrión sufre la radiación. No existen pruebas de que las dosis de
radiación utilizadas para el diagnóstico (sólo unos pocos milirradianes) sean una
amenaza significativa para el embrión. Sin embargo, debido a que la radiación
ionizante puede producir zonas de rotura en el ADN y a mutaciones, una medida
prudente en las mujeres embarazadas es evitar la exposición a la radiación siempre
que se pueda, aunque la dosis utilizada en los estudios radiológicos diagnósticos es tan
pequeña que el riesgo resulta mínimo. En los casos de exposición a la radiación son
muy prominentes los defectos en el sistema nervioso central.
Concentraciones excesivas de oxígeno sobre los recién nacidos prematuros
Factores maternos:
Diabetes materna: se asocia a menudo a un peso elevado al nacer y a muerte
intrauterina.
Deficiencia de yodo
Consumo intenso de cigarrillos
Factores mecánicos
Malformaciones uterinas
Oligohidramnios (cantidad reducida de líquido amniótico)
Bridas amnióticas
El estudio de las alteraciones del desarrollo se denomina teratología, y los factores que
causan estas anomalías se conocen como teratógenos.
FLORES
Las fallas del desarrollo generan abortos espontáneos, mortalidad perinatal e infantil, y
anomalías congénitas.
Perdidas gestacionales: cerca del 50% de los embarazos se interrumpe 5-6 días después de la
fecundación como abortos inaparentes sin haber sido diagnosticados. Un 15% lo hace entre la
8SD y la 11SD como aborto espontáneo. De este 65% de embarazos, el 50% presenta
alteraciones cromosómicas.
Mortalidad perinatal: entre la 28° semana de gestación y los 7 días posnatales. En EEUU el
30% de estas muertes se deben a defectos graves del desarrollo y se estima que el 80% se
debe a factores genéticos.
Mortalidad infantil: en los países desarrollados, las malformaciones congénitas constituyen la
causa más frecuente de mortalidad infantil, causando el 25% en el primer año de vida, el 20%
hasta los 10 años y el 7,5% entre los 10 y los 15 años.
Anomalías congénitas en neonatos: El 3% de los recién nacidos presentan anomalías severas
detectadas poco después del nacimiento y 10% anomalías de carácter leve. Este índice varía en
los distintos países debido a factores tales como: a) calidad de vida de la población (causas
ambientales que alteran el desarrollo), b) atención primaria de la salud (vacunas para prevenir
la rubéola o la varicela, enfermedades infectocontagiosas), c) calidad de los registros, d)
estrategias de diagnóstico prenatal (ecografía, disponibilidad de estudios genéticos, etc.), e) la
legislación vigente (legalidad de aborto).
Definición de términos
Dosis: Algunas sustancias, como el ácido retinoico, son teratógenas en dosis muy bajas que
superen los valores normales. En otros casos, la acción teratogénica depende más de la
concentración máxima que de la duración de la exposición. En otros casos, el efecto depende
principalmente de la duración de la exposición.
Los agentes teratógenos actúan alterando diversos comportamientos celulares de desarrollo;
muerte celular, alteración del crecimiento de un tejido, interferencia con la diferenciación
celular u otro proceso morfogenético. La exposición a teratógenos puede causar uno o más de
estos efectos y en general en más de un órgano.
Se podría reducir la incidencia de las anomalías congénitas tomando las siguientes medidas:
• Programación de los embarazos
• Consulta preconcepcional
• Administración de ácido fólico periconcepcional
• Inmunización de las mujeres en edad fértil
• Control de la diabetes
• Evitar el consumo de alcohol en las mujeres en edad fértil
• Cuidado e higiene de los alimentos
• Prevención de las enfermedades de transmisión sexual
• Educación para la reproducción
• Administrar fármacos sólo si la relación riesgo/beneficio lo justifica.