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Barbosa busca “silenciar” la verdad

* Los poblanos lo repudian. Él no soporta las críticas


Karen Santos

“Todos los que dijeron cosas van a silenciarse, porque así han actuado siempre, tengan
cuidado también, en el desempeño de la profesión, la noble profesión del periodismo…”,
fue la advertencia lanzada por el gobernador de Puebla, el morenista Miguel Barbosa
Huerta, luego de que periodistas y activistas sociales le reprocharan su falta de actuar en el
terrible caso de Tadeo, el bebé encontrado muerto en el penal de San Miguel.

Luego de que el caso de Tadeo se hiciera ampliamente difundido, en su mayoría por


activistas y medios de comunicación, el gobernador del estado arremetió contra quienes le
exigían respuestas; desde su “mañanera”, el 21 de enero Barbosa acusó a las organizaciones
civiles e institutos de buscar “un momento protagónico”, “hacer aseveraciones sin sustento”
y actuar con “el ánimo de desgastar”.
La historia de Tadeo se conoció por primera vez el 10 de enero. Ese día por la
mañana un interno del Penal de San Miguel, centro ubicado en las goteras de la capital
poblana, descubrió el cuerpo del bebé mientras recolectaba material PET en el basurero del
penal. El interno avisó a los custodios y, estos, a su vez, a sus superiores; peritos de la
Fiscalía General del Estado cumplieron con el levantamiento. Se trataba de un bebé de tres
meses de edad, presentaba una cirugía reciente a la altura del abdomen, en donde aún se
podía observar las huellas de saturación.
El 14 de enero, Saskia Niño de Rivera, de la organización Reinserta, denunció en
medios nacionales el caso de Tadeo. “El colmo del autogobierno, un bebé que no vivía en
el penal, sino que ingresó de visita… de tres meses de edad, muerto”, declaró. En un primer
momento, se especuló que el menor había sido privado de la vida dentro del penal; el 19 de
enero, Saskia informó que el bebé habría sido robado de la Ciudad de México, dejando
abierta la posibilidad de que hubiera sido usado para ingresar droga al penal.
El 21 de enero, Fundación Reinserta logró contactar a los padres del bebé, fue
cuando la opinión pública supo su nombre: Tadeo. Nació el 4 de octubre de 2021, por
problemas intestinales murió el 5 de enero de este año. El día 6 de enero fue enterrado en el
Panteón de Iztapalapa. De ahí lo exhumaron. Había ingresado muerto al penal. Los padres
se enteraron por los medios de comunicación y sospecharon que era su hijo; al acudir a su
tumba fueron amenazados y corridos del lugar. El 22 de enero, un día después, la Fiscalía
de Puebla anunció los “avances” de la investigación, mismos que ya habían sido difundidos
por organizaciones civiles. Nada nuevo. El cuerpo del bebé fue devuelto a su familia.
Por este hecho, al cierre de esta edición, se habían detenido a a 19 funcionarios y
trabajadores del Centro Penitenciario del Estado, incluyendo al director, el subdirector,
jefes de turno y custodios bajo los delitos de abuso de autoridad o incumplimiento de un
deber; infracciones a las leyes y reglamentos sobre inhumaciones y exhumaciones; y
encubrimiento. Entre las 19 personas detenidas se encontraría la mujer que habría ingresado
al menor al penal a cambio de una fuerte suma de dinero. Y, aunque hay mucha gente ya
detenida, lo cierto es que este caso vino a demostrar que Miguel Barbosa no es ni será un
“experto en seguridad”, pues la crisis en los penales no es nueva y su gobierno no la ha
atacado de raíz.

“Todos los que dijeron cosas, van a silenciarse”


El 15 de enero, la Comisión Nacional de Derechos Humanos determinó “ejercer su facultad
de atracción e iniciar la investigación” del caso de Tadeo; sin embargo, días después tuvo
que retractarse, luego de que su filial estatal (CDH) pidió a la nacional que “se inhiba de
conocer de los hechos ocurridos”, es decir, que se mantuviera fuera del caso.
Este acto indignó a la opinión pública que criticaba el por qué el órgano estatal pedía
que la CNDH se mantuviera fuera de la investigación y cuestionaba el actuar del titular
José Félix Cerezo Vélez, quien asumió la presidencia de la CDH entre acusaciones de
imposición por parte del mandatario estatal y el partido Morena. “Los asuntos de Puebla se
resuelven en Puebla”, sentenciaría Miguel Barbosa días después.
Y es que las primeras declaraciones del gobernador Miguel Barbosa, a más de una
semana de denunciado el caso, dieron ese sentido: “no investiguen”. A todas luces, las
afirmaciones del mandatario se trataron de una advertencia para quienes buscaran difundir
el caso: “tengan cuidado también” fue la amenaza con la que respondió a los periodistas
que le pedían una explicación.
De inmediato, Organizaciones como Reinserta, Mexicanos Haciendo Bola, Artículo
19, Tejiendo Redes Infancia y otras, exigieron al mandatario que explicara sus
advertencias.

La represión, el pan de cada día en Puebla


Desde el gobierno barbosista hay una consigna: ante toda crítica, represión. Eso pasa en el
estado. En este primer mes se han registrado varias manifestaciones pacíficas en donde la
polícia estatal ha actuado de manera represiva.
El 14 de enero, habitantes de Zinacatepec, de donde es originario Miguel Barbosa,
protestaban por el cobro del Derecho de Alumbrado Público (DAP), cuando fueron
reprimidos por la Policía Estatal; en redes sociales circularon videos de los golpes que
recibieron los pobladores. En la Sierra Negra, Barbosa ya no es bien recibido, pues los
pobladores lo identifican como un mandatario que apoya a los caciques que mantienen a
esa zona en la miseria, como en el caso de Coyomeapan, en donde el gobernador mandó a
prisión a los críticos que se oponen al cacicazgo de la familia Celestino Rosas.
El 18 de enero, luego de que Antorcha Magisterial anunciara que marcharía ese día
rumbo a la Secretaría de Educación Pública, más de 300 granaderos resguardaron el
inmueble, algunos fuertemente armados, e impidieron el paso y el mitín de los maestros; lo
mismo hicieron en Casa Aguayo, sede del poder estatal, a donde se dirigió una comisión de
maestros para denunciar el uso de la fuerza policíaca, pero también fuero recibidos por
elementos de la policía estatal. En 2019 y 2020, el gobierno de Miguel Barbosa ya había
utilizado al aparato policiaco contra esta organización, al mandar agentes de la Fiscalía a
intentar ‘ocupar’ la Casa de Cultura de Balcones del Sur, bastión antorchista en la capital, e
intimidar a sus pobladores durante varios días; en Tecomatlán, cuna del Movimiento
Antorchista Nacional (MAN), llegó la Guardia Nacional a amedrentar a jóvenes de la Villa
Estudiantil. Ahora, la organización acusa que el gobierno fabrica denuncias contra sus
líderes como forma de que cesen en sus protestas.
El 20 de enero el zócalo de la capital se convirtió en territorio de guerra al
enfrentarse elementos de la policía municipal contra comerciantes ambulantes que acusaban
el retiro de sus puestos aún cuando ya habían acuerdos que les permitían trabajar.
La más reciente fue el 22 de enero, cuando ‘las nenis’, mujeres que se dedican al
comercio vía redes sociales, denunciaron que agentes de la policía estatal ‘levantaron’ a una
de sus compañeras de nombre Leslie, quien vende calcetas, con acusaciones de
narcomenudeo; denunciaron las inconsistencias en el proceso y que se le estaba inculpando.
La familia denunció que al momento de ser detenida fue violentada por los policías,
mismos que la habrían mantenido incomunicada por varias horas.
Esto, sin olvidar que en diciembre de 2021, el gobierno del estado reprimió
fuertemente dos manifestaciones: una de ellas para evitar que alumnos de la Universidad de
las Américas Puebla (UDLAP) llegaran a la sede del Poder Legislativo en donde Barbosa
rendía su informe; la otra, la de conductores de Uber y Didi que protetaban contra las
tarifas emitidas por el gobierno estatal y cuyo saldo fue de un taxista detenido, cuatro
unidades aseguradas y varios heridos. En esta última, el gobernador negó abuso policial,
aún cuando había videos de ello. “¿Cuál confrontación?, dicen manifestación pacífica, no
es manifestación pacifica la que bloquea calles, ahí está un video que seguramente lo viste,
cuando la persona detenida arrolló a dos miembros de la Policía Estatal, los aventó, ¿si lo
viste?”, dijo.
Todos estos abusos de poder, junto al nulo apoyo a la ciudadanía y pocas
soluciones, han puesto a Barbosa en los últimos lugares de aprobación, así lo demuestran al
menos tres encuestadoras distintas:
El gobernador de Puebla, Miguel Barbosa, quien dio positivo a Covid-19, es
rechazado, en promedio, por el 64% de los poblanos, de acuerdo a diversas encuestas. Arias
Consultores coloca al mandatario el lugar 31 del ranking con apenas un 12.5% de
aprobación, es decir, un rechazo de 87.5%; Consulta Mitofsky muestra que tiene un 46.9%
de aceptación, esto es, una desaprobación de 53.1%; mientras que México Elige le da un
48.7% de simpatía, esto es, un 51.3% de rechazo. En las tres, más de la mitad de los
poblanos lo rechaza abiertamente.

Los medios críticos, los más asediados por Barbosa


Estas agresiones del gobernador se dan en un contexto preocupante: en 2019 el estado de
Puebla se colocó en el cuarto lugar nacional por agresiones a la prensa, en 2020, ocupó el
segundo; en 2021, el tercero. Desde que el morenista arribó al poder, el acoso a los medios
ha sido una constante.
La edición 921 de buzos documentó el asedio a los medios poblanos que desde el
poder oficial se cometía; en ese momento, tres periodistas reconocidos de Puebla
enfrentaban demandas por presunto daño moral interpuestas por políticos muy cercanos al
gobernador morenista, quienes exigen 20 millones de pesos como reparación al supuesto
agravio que recibieron. Este hecho fue visto como un primer intento de censura indirecta
con tra la prensa por cuenta del frágil gobierno de la llamada “Cuarta Transformación” (4T)
en Puebla.
En julio de 2020, el informe especial de Artículo 19 sobre libertad de expresión e
información en la pandemia, ubicó a Puebla como el estado con más agresiones contra la
prensa al acumular 10 casos, provocados por la estigmatización y desinformación por parte
del gobernador Luis Miguel Barbosa.
A finales de diciembre de 2020, durante su mañanera, Miguel Barbosa demostró su
intolerancia al gritarle a una reportera de El Sol de Puebla que “cuando el gobernador ya
habló, ya ningún otro puede hablar, ¿sale? Aprende eso, por favor. No preguntes”. En ese
momento, la Red de Periodistas de Puebla que exigió al político de Morena evitar este tipo
de prácticas violentas, de censura y de violencia de género.
Ese mismo año, un periodista de Milenio fue ‘jaloneado’ por la seguridad privada
del gobernador; Barbosa declaró que no le daría ninguna opinión a El Sol de Puebla
durante sus mañaneras; además, se bloqueó de sus conferencias a periodistas del medio
digital e-consulta, entre otros ataques más.
En 2021, se destituyó a la periodista y activista Claudia Martínez de su puesto como
maestra en el “Bachillerato Oficial Héroes de la Reforma” por la realización de una serie de
trabajos de denuncia que evidencian el mal funcionamiento del gobierno estatal. En un acta
administrativa se lee que el problema deriva “por utilizar un grupo de comunicación de
WhatsApp llamado ‘Delegación-D-II-235’, integrado por personal docente y administrativo
del turno vespertino del Bachillerato General Héroes de la Reforma… para compartir
artículos periodísticos redactados por usted, mostrando oposición al titular del Gobierno del
Estado”.
“Tenemos que deshacernos de esos anclajes autoritarios y Puebla, hoy, está en el ojo
del huracán por la intolerancia que prodiga el gobernador del Estado”, recalcó Leopoldo
Maldonado, quien sentenció que “es el ánimo de todos los actores políticos, hacen explícita
esa animadversión contra la crítica; sus amenazas son el reflejo de la intolerancia que ha
demostrado Miguel Barbosa durante su gestión”.
Este 25 de enero, reporteros, periodistas y comunicadores protestaron frente a la
Catedral poblana para condenar los asesinatos de los periodistas Lourdes Maldonado
López, Margarito Martínez Esquivel y José Luis Gamboa, acaecidos en las últimas dos
semanas.
Alrededor de medio centenar de periodistas poblanos exigieron un alto a las
agresiones contra la prensa crítica. “Todos los que estamos aquí somos una sola voz y una
sola imagen; ni una más, ni una menos. Nos quieren callar, pero ya basta de tanta
impunidad. No van a callar la verdad”.

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